Jugando en pecado [priv]

Unas horas después de haberme encontrado con aquella fantasma, mas bien era como una alma perdida entre el mundo de los vivos, debía ser algo tormentoso , estar todo el tiempo, casi infinitamente atrapado en una especie de inframundo. Tal ves si mi compañera no me hubiera mordido hubiera muerto y era probable que hubiera muerto, convertirme en un fantasma al igual que ella, sentía algo de empatia pero en cambio no fue así, yo me acerque a la oscuridad, fue mi decisión y tenia que entregarme a ella por completo.

Deambulaba por las calles de París, sintiendo misericordia, arrebatando las vidas de personas que en verdad deseaban la muerte, no tenia caso seguir viviendo y se los cumplía, pero lo que no se si comenzaba disfrutar era el dulce sabor dela sangre invadiendo mi boca, sentía como mi cuerpo volvía a ser reluciente, pálida y tersa , mas suave , volviendo a mi imagen endemoniada. Sabia que era una neófita pero últimamente mis demonios me estaban invadiendo, estaba perdiendo mi humanidad. Eso hacia que caminara por las calles de París sin rumbo alguno, quería escapar de lo que me estaba pasando que aveces sin darme cuenta terminaba en los lugares bajos de la cuidad.
Era sin darme cuenta , podía utilizar la practica de animales pero no era muy cómoda para mi, no sabia que era lo que en realidad quería , ahora estaba en medio.

Pasaba por las calles nocturnas cuando un anuncio en el periódico decía algo sobre muertes extrañas en hospitales , pero sobre todo en sanatorios mentales, uno en especial, por ser mas solicitado al parecer.
Avanzaba entre las personas de las calles oscuras de París, sus auras mas que nada eran las relucían en la oscuridad mas que las personas , su presencia. Seguía aquella presencia que me decía que posiblemente un vampiro estaba en sus adentros, por un momento dude en seguir aquella presencia que se hacia mas presente cuando aumentaba mis pasos hacia es el lugar al parecer oscuro, silencioso pero mas que todo misterioso. En la noche la cuidad era otra , una muy diferente a la que solían andar las personas a la luz del sol.

Seguía esa presencia adentrándome por completo hacia el edificio, estaba deambulando en los pasillos que se escuchaban los gritos ahogados de las personas encerradas en su propia mente , presas de sus miedos y paranoias, esos demonios que solo ellos podían ver, tenían que sobrevivir con ellos o simplemente encontrar la muerte. El único ruido que se presenciaban eran mis pisadas aun siendo casi inaudibles ante el oído humano, por un cierto momento esa presencia la sentía de nuevo, pero también me decía que había lagrimas al parecer, seguí ese camino hasta encontrar al responsable de esa presencia.