Cielo en la Tierra [Libre]

por **Jazhara Elsbeth** Dom Dic 04, 2011 5:02 pm

Parecía un cielo en la tierra, tan lleno de luces por todos lados aunque conforme te ibas acercando, pies sobre la hierba que ya comenzaba a sentir el frío llegar, te dabas cuenta de que no era precisamente un cielo. Música, gritos, risas por todos lados. Juegos, emociones fuertes, y un montón de personas y todas aquellas luces que parecían estrellas, eran simplemente luces hechas por humanos para alumbrar la oscuridad de la noche que a esas horas ya se cernía sobre Paris.

Llevaba encima una manta que me abrigaba medianamente del clima que ya comenzaba a ser implacable. SI sobrevivía un invierno más, podría contar con nueve años por fin. Que difícil era crecer en este mundo, con tantas amenazas por todos lados y un cuerpo frágil con qué luchar contra ellas. En la mano llevaba un pan calientito que un hombre bueno me había regalado en mi paseo diario por la zona comercial. Una de las pocas comidas calientes que podía darme el lujo de comprar. Me froté la nariz y me acerqué a la división que cercaba el parque de diversiones dándome cuenta desde hacía unos pasos antes mirando hacia donde se encontraban los vendedores de las entradas.

Me senté por ahí, ignorando el frío que se colaba por entre la delgada tela de mi vestido hacia mis piernas y comí un trozo de pan mirando hacia dentro, siguiendo con los ojos a la gente que paseaba y se divertía y llevaba puestos abrigos grandes. Bajé la mirada a la manta que llevaba y sonreí. La manta que había comprado yo solita. Este invierno no sería tan crudo después de todo.

por Invitado Sáb Dic 10, 2011 9:49 am

Spoiler:

Un ambiguo paisaje pintado con toques purpura y motas de azúcar expandiéndose sobre nosotros. Esa noche, estaba solo. No sabía adónde ir, tan solo sabía que estaba despertando de una gran siesta que al parecer, había durado mucho. Así que, ni corto ni perezoso, con el alma en venta, yo andaba pero galardonaba a las mujeres con mis sonrisas, con mis halagos hacia aquellas criaturas que eran lo que mantenía a flote este ecosistema y no aquellos mastodontes que se creían los amos del universo. Esa noche en cambio, era de las más frías que en parís podía haber. Me abrigue con lo poco que tenia, y mis pies decidieron por si solos llevarme a algún lugar desconocido donde encontraría algo que hacer ya que mis sentidos iban estando despiertos conforme a lo que me encontrase. Quizás alguna pareja enferma de amor, escondidos como bandidos al anochecer andaban dándose roce con alguien. Otras en cambio andarían peleando sin razón alguna, pero ¿Por qué había que pelearse? Las cosas se podían solucionar hablando, con una palabra o unas frases y reconociendo el error de cada uno se podría llegar a un acuerdo, pero no, la gente en si era tan ciega que solo atendía a la rabia contenido en ese momento que había en sus corazones.

Bueno, ahora veía unas luces al fondo. ¿Qué eran? ¿Seres del mundo exterior que con sus naves venían a destruir la tierra? A veces, las historias infantiles eran fabulas bien hechas para entretener a los pequeños que me hacían gracia al recordarlo, pero en cuanto llegué a aquel sitio lleno de luces y colores, divise que me había equivocado, era en si un parque de atracciones, el más famoso y el cual había querido ir desde que me escapé, pero ahora que lo tenía delante de mis narices, me daba pudor entrar solo. Había parejas alrededor, niños con padres y madres con niñas. ¿Cuánto costaría el amar a una persona? Nada, en cambio ¿Por qué la diversión tenía que comprarse a un precio elevado? Era injusto. Había una pareja esperando ser atendidos por el taquillero, vi a una niña envuelta en una manta, con un rostro que miraba a aquellas luces con demasiada ilusión y que solo tenía como su propia posesión, una manta y en cambio la pareja se quejaba al taquillero de que eran muy caras las entradas. Compara y vende lo más barato que es una diversión a una niña de...no sé cuantos años tendría, pero decidí darle una alegría a aquella niña.

Ya estaba a su lado cuando para mi sorpresa se arruino por mi cabello largo que fue ansioso en saludar a la pequeña-Hola pequeña... ¿Por qué tan sola en esta noche de fiesta?-Vi las ansias en las que se aferraba a su manta, yo le proporcione mi chaqueta, poniéndosela por encima de la manta que llevaba consigo-...no te voy a comer...no ahora que andas comiendo, seria de muy mal gusto...-Sonreí esbozando la típica sonrisa, pero algo más suave de lo normal. ¡Vaya! ¡Qué mirada! Que pecas mas lindas tenía aquella niña- ¿Te perdiste, pequeña?-Quizás se habría perdido, pensé, lo que me llevo a entregarle un botellín de agua fría que llevaba siempre cuando caminaba tramos largos por los bosques de París-...Toma está muy rica...-Debería de estar sedienta.

Cielo en la Tierra [Libre]

Cielo en la Tierra [Libre]

Re: Cielo en la Tierra [Libre]