AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Rojo amanecer [+18 Ethan]
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Rojo amanecer [+18 Ethan]
Pasaban las 12 de la media noche cuando Laisha despidió a su último cliente. Estaba más que cansada invadida por el tedio de la noche. “Ni uno más” se repitió varias veces en su mente antes de disponerse a abandonar la habitación. Tomo su abrigo, su pequeño bolso y salió cerrando de golpe la puerta de la habitación. Caminaba a toda prisa sin molestarse en mirar nada ni a nadie a su alrededor con la vista puesta solamente al frente hasta poner los pies fuera del burdel.
Era una noche fría quizás la más fría de esta época hecho que muy probablemente le refrescaba y le traía recuerdos a la memoria a la joven cortesana. La historia de su familia tenia tiempo que parecían solo marañas en su cabeza, cosas sueltas que intentaba poner en orden pero sobre todo intentaba saber si existía una tumba para sus padres. Muchas veces se lo pregunto a Reika y ella solo le evadía y jamás obtenía ningún tipo de respuesta. Decidió que esta noche acudiría a investigar por su propia cuenta aunque sabía que era como buscar una aguja en un pajar pero eso poco le importaba ella necesitaba encontrar un lugar a donde ir a llorarle a sus padres, a contarles sus alegrías, sus penas, sus logros y fracasos.
Un escalofrío recorrió su cuerpo poniéndole la piel de gallina cuando poco a poco se adentraba en el cementerio iluminado solamente por la luna llena brillando en lo alto. Era difícil buscar en todo el panteón en una sola noche así que echo un vistazo y rápidamente se fijo un plan en su mente. Inicio su recorrido por el ala izquierda observando y leyendo una a una las lapidas en ocasiones acercándose demasiado para alcanzar a leer el nombre de quien yacía en la tumba. ¿Qué hacía Laisha a altas horas de la noche intentando encontrar una tumba? Había que estar mal de sus facultades para hacer tal cosa o había que estar tan desesperado que le era imposible recurrir a pedir información a hora prudente en las oficinas del propio cementerio. Poco le importo a la muchacha y poco le intimido el lugar. Continuó concentrada en la misión que se había impuesto hasta que algo la hizo paralizarse por completo. Se quedo inmóvil, muda cuando detrás de una de las lapidas unos ojos lujuriosos la observaban como si se deleitaran con un suculento manjar. Deseaba correr, gritar pero algo se lo impedía a pesar de estar aterrada había algo en esos ojos que le atraía y no hizo más que fijar sus ojos en los ajenos y esperar a que sucediera lo que tuviera que suceder.
Era una noche fría quizás la más fría de esta época hecho que muy probablemente le refrescaba y le traía recuerdos a la memoria a la joven cortesana. La historia de su familia tenia tiempo que parecían solo marañas en su cabeza, cosas sueltas que intentaba poner en orden pero sobre todo intentaba saber si existía una tumba para sus padres. Muchas veces se lo pregunto a Reika y ella solo le evadía y jamás obtenía ningún tipo de respuesta. Decidió que esta noche acudiría a investigar por su propia cuenta aunque sabía que era como buscar una aguja en un pajar pero eso poco le importaba ella necesitaba encontrar un lugar a donde ir a llorarle a sus padres, a contarles sus alegrías, sus penas, sus logros y fracasos.
Un escalofrío recorrió su cuerpo poniéndole la piel de gallina cuando poco a poco se adentraba en el cementerio iluminado solamente por la luna llena brillando en lo alto. Era difícil buscar en todo el panteón en una sola noche así que echo un vistazo y rápidamente se fijo un plan en su mente. Inicio su recorrido por el ala izquierda observando y leyendo una a una las lapidas en ocasiones acercándose demasiado para alcanzar a leer el nombre de quien yacía en la tumba. ¿Qué hacía Laisha a altas horas de la noche intentando encontrar una tumba? Había que estar mal de sus facultades para hacer tal cosa o había que estar tan desesperado que le era imposible recurrir a pedir información a hora prudente en las oficinas del propio cementerio. Poco le importo a la muchacha y poco le intimido el lugar. Continuó concentrada en la misión que se había impuesto hasta que algo la hizo paralizarse por completo. Se quedo inmóvil, muda cuando detrás de una de las lapidas unos ojos lujuriosos la observaban como si se deleitaran con un suculento manjar. Deseaba correr, gritar pero algo se lo impedía a pesar de estar aterrada había algo en esos ojos que le atraía y no hizo más que fijar sus ojos en los ajenos y esperar a que sucediera lo que tuviera que suceder.
Laisha Roux- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 05/10/2011
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Re: Rojo amanecer [+18 Ethan]
Una noche más en el cementerio... algo normal para Ethan, desde hace siglos venia una y otra vez cada noche esperando encontrar una respuesta dentro de sí mismo para aquello que aquejaba su ser desde el momento de su renacimiento; aquel viejo lugar se habia vuelto su base, donde podia planear como matar mounstruos que hicieran mal a la sociedad, fuesen lycans, vampiros o humanos; se habia convertido en el mausoleo de la pasión donde la noche encubría con su velo el ardiente corazón que aún guardaba en su interior y que explotaba de vez en vez derramandose en llamas de lujuria sobre una mujer, sobre una afortunada que tenia el placer de conocer su naturaleza y vivir para contarlo, o al menos para saberlo.
Permanecía sentado en una tumba cercana al mausoleo desde donde podia observar una gran dimensión de aquel tenebroso lugar. Su pensamiento viajaba a través de recuerdos y planes futuros, mientras observarva la luz de una antorcha colocada alli hacia apenas unas horas, veía en ella el simil de su alma, sentía como ardía, como luchaba contra el viento de su melancolía ,y carcomía el frío de su soledad. De repente a su mente llego un pensamiento lujurioso entorpeciendo su rutina habitual, como una corriente de electricidad el deseo sacudió su cuerpo y le hizo sentir débil, le hizo necesitar una mujer, una aventura. Su piel fue tornandose insoportable, su sentidos se agudizaban buscando alguna presa cercana a quien disfrutar, un cuerpo para recorrer completamente y saborear el más pequeño rincón del mismo. La búsqueda era insatisfactoria, el deseo aumentaba y Ethan empezaba a desesperarse como un niño pequeño; cercana la media noche no podia aguantar más, su cuerpo le pedía abandonar su base para encontrar en las calles parisinas una nueva amante.
Tras unos minutos de indesición, decidió levantarse de aquella tumba y camino tan solo unos pasos hasta sentir el resquicio de un aroma, que se desvaneció tan rápido como había llegado a su ser. Unos pasos más... estaba decidido a hacer una excepción esa noche, a abandonar la guardía, a permitirse tras 10 años cumplir su deseo dejando a la razón de lado y dando virtud a su placer. "Detente" señalo una voz en su interior. Observo a cada lado y no vio a nadie, pero de nuevo el mismo olor penetro en su ser y lo hizó cambiar de opinión, un olor a mujer y a sexo, las feromonas hacian colapsar sus sentidos y lo dirigian hacia su victima. El rastro era claro y como un animal siguió el rastro de la dama, unos pocos minutos lo llevarón al lugar de encuentro donde encubriendose la observo mientras buscaba, al parecer una tumba en particular. Trato de acercarse pero fue descubierto por los ojos de la mujer, un escalofrío recorrió su interior pero siguio acercandose sin dejarla de mirar a los ojos, recorrió un camino alrededor de la mujer ubicandose a su espalda y abrazando su cintura con delicadeza, su rostro se acerco al de ella y sus labios cercanos a su oido.
- Hola Bella dama, soy Ethan, y seré vuestro amante esta noche. susurro a su oido y suspiro, su aliento se deposito junto con un beso en el cuello de Laisha.
Permanecía sentado en una tumba cercana al mausoleo desde donde podia observar una gran dimensión de aquel tenebroso lugar. Su pensamiento viajaba a través de recuerdos y planes futuros, mientras observarva la luz de una antorcha colocada alli hacia apenas unas horas, veía en ella el simil de su alma, sentía como ardía, como luchaba contra el viento de su melancolía ,y carcomía el frío de su soledad. De repente a su mente llego un pensamiento lujurioso entorpeciendo su rutina habitual, como una corriente de electricidad el deseo sacudió su cuerpo y le hizo sentir débil, le hizo necesitar una mujer, una aventura. Su piel fue tornandose insoportable, su sentidos se agudizaban buscando alguna presa cercana a quien disfrutar, un cuerpo para recorrer completamente y saborear el más pequeño rincón del mismo. La búsqueda era insatisfactoria, el deseo aumentaba y Ethan empezaba a desesperarse como un niño pequeño; cercana la media noche no podia aguantar más, su cuerpo le pedía abandonar su base para encontrar en las calles parisinas una nueva amante.
Tras unos minutos de indesición, decidió levantarse de aquella tumba y camino tan solo unos pasos hasta sentir el resquicio de un aroma, que se desvaneció tan rápido como había llegado a su ser. Unos pasos más... estaba decidido a hacer una excepción esa noche, a abandonar la guardía, a permitirse tras 10 años cumplir su deseo dejando a la razón de lado y dando virtud a su placer. "Detente" señalo una voz en su interior. Observo a cada lado y no vio a nadie, pero de nuevo el mismo olor penetro en su ser y lo hizó cambiar de opinión, un olor a mujer y a sexo, las feromonas hacian colapsar sus sentidos y lo dirigian hacia su victima. El rastro era claro y como un animal siguió el rastro de la dama, unos pocos minutos lo llevarón al lugar de encuentro donde encubriendose la observo mientras buscaba, al parecer una tumba en particular. Trato de acercarse pero fue descubierto por los ojos de la mujer, un escalofrío recorrió su interior pero siguio acercandose sin dejarla de mirar a los ojos, recorrió un camino alrededor de la mujer ubicandose a su espalda y abrazando su cintura con delicadeza, su rostro se acerco al de ella y sus labios cercanos a su oido.
- Hola Bella dama, soy Ethan, y seré vuestro amante esta noche. susurro a su oido y suspiro, su aliento se deposito junto con un beso en el cuello de Laisha.
Ethan Bersi Übermensch- Vampiro Clase Alta
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Re: Rojo amanecer [+18 Ethan]
¿Miedo?.....si, miedo debió sentir cuando aquel hombre extraño sin pensarlo dos veces se acercaba a ella con pasos firmes y seguros destellando lujuria pura en su mirada, la luz de la luna bañando por completo el rostro del hombre le permitió a Laisha no pasar desapercibida esa mirada obscena. Miedo no fue precisamente lo que sintió.
¿Intimidada?....sí, intimidada debió sentirse cuando parsimoniosamente la rodeaba por su espalda y de la misma manera la tomaba por la cintura, traspasando sus ropas lo helado de su tacto y cuando el aliento frío chocaba contra su cuello cuando este dejo escuchar su seductora voz susurrando a su oído y sus labios se plasmaban sobre su cuello. Intimidación no fue lo que sintió.
La muchacha estaba acostumbrada a tratar con toda clase de hombres, generalmente con hombres que poco sabían de modales, que poco sabían de respeto al estar al lado de una mujer, que poco sabían de complacer a una mujer y que solamente sabían exigir placer para ellos cuanto y más si estaban pagando por ello, otros pocos mostraban solo un poco de todo ello y otros cuantos que conocían de brindar placer mutuo, con cariño, con deseo, con pasión pero sobre todo con respeto, daban lo mismo que deseaban recibir. Este hombre era un misterio, no identificaba dentro de que tipo de hombres entraba él. Estaba claro que no estaba en el burdel, estaba claro que no estaba en horas de trabajo, estaba claro que este no era sitio para seducir ni ser seducida pero este hombre lo estaba haciendo sin importarle que le hablaba a una desconocida y sin importarle lo anti romántico del escenario. Si a él no le había importado porque le iba a importar a Laisha cuando no había sido ni miedo ni mucho menos intimidación lo que sentía al estar atrapada entre sus manos. Si él había dado el primer paso ella daría el segundo. A ella no se le haría difícil, lo tomaría por el momento como si de un cliente se tratase. Pero no lo haría tan pronto, antes jugaría un poquito.
-Ho...la... Ethan....no creo que yo deba decirte quien soy!- la voz de la joven era fría, fúnebre. Decidió jugar un poco con él. Ladeo el cuello y lo inclino hacia atras para permitirle clavar su cabeza entre este. El gusto le duro escasos segundos. De golpe enderezo la cabeza y la retiro lo más posible de sus labios. Pensó en apartarse bruscamente de su agarre. En el instante mismo en que lo iba a hacer reacciono y se detuvo, no cometería el error de luchar contra la fuerza física de un hombre evidentemente fuerte –¿quién le ha dicho a usted que yo necesito de un amante?....- pregunto con brusquedad tomando, contrario a su voz lo hizo con suavidad, las manos del hombre y apartándolas cuidadosamente de su cintura hasta separarse por completo de él y girarse para mirarlo de frente desafiándolo con la miraba a responderle cuanto antes.
¿Intimidada?....sí, intimidada debió sentirse cuando parsimoniosamente la rodeaba por su espalda y de la misma manera la tomaba por la cintura, traspasando sus ropas lo helado de su tacto y cuando el aliento frío chocaba contra su cuello cuando este dejo escuchar su seductora voz susurrando a su oído y sus labios se plasmaban sobre su cuello. Intimidación no fue lo que sintió.
La muchacha estaba acostumbrada a tratar con toda clase de hombres, generalmente con hombres que poco sabían de modales, que poco sabían de respeto al estar al lado de una mujer, que poco sabían de complacer a una mujer y que solamente sabían exigir placer para ellos cuanto y más si estaban pagando por ello, otros pocos mostraban solo un poco de todo ello y otros cuantos que conocían de brindar placer mutuo, con cariño, con deseo, con pasión pero sobre todo con respeto, daban lo mismo que deseaban recibir. Este hombre era un misterio, no identificaba dentro de que tipo de hombres entraba él. Estaba claro que no estaba en el burdel, estaba claro que no estaba en horas de trabajo, estaba claro que este no era sitio para seducir ni ser seducida pero este hombre lo estaba haciendo sin importarle que le hablaba a una desconocida y sin importarle lo anti romántico del escenario. Si a él no le había importado porque le iba a importar a Laisha cuando no había sido ni miedo ni mucho menos intimidación lo que sentía al estar atrapada entre sus manos. Si él había dado el primer paso ella daría el segundo. A ella no se le haría difícil, lo tomaría por el momento como si de un cliente se tratase. Pero no lo haría tan pronto, antes jugaría un poquito.
-Ho...la... Ethan....no creo que yo deba decirte quien soy!- la voz de la joven era fría, fúnebre. Decidió jugar un poco con él. Ladeo el cuello y lo inclino hacia atras para permitirle clavar su cabeza entre este. El gusto le duro escasos segundos. De golpe enderezo la cabeza y la retiro lo más posible de sus labios. Pensó en apartarse bruscamente de su agarre. En el instante mismo en que lo iba a hacer reacciono y se detuvo, no cometería el error de luchar contra la fuerza física de un hombre evidentemente fuerte –¿quién le ha dicho a usted que yo necesito de un amante?....- pregunto con brusquedad tomando, contrario a su voz lo hizo con suavidad, las manos del hombre y apartándolas cuidadosamente de su cintura hasta separarse por completo de él y girarse para mirarlo de frente desafiándolo con la miraba a responderle cuanto antes.
Laisha Roux- Mensajes : 63
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Re: Rojo amanecer [+18 Ethan]
¿Respirar? Que... sino absorver la dulce fragancia de la mujer; aquel olor característico que reflejaba en el hombre algo más que un súbito cambio de ánimo, algo más que una simple oda al placer... aquella esencia maldita recorria neurona tras neurona y un impulso atrevido erizaba la piel fria del vampiro, mientras sentía caer por su cuerpo una gota de fuego inexistente.
Una mirada bastaba para culminar con cualquier rastro de razón que quedara aún en su cuerpo, solo un momento bastaba para sentir como el compas de la música guiaba sus manos y su boca a través del delicado cuerpo de la mujer; sus labios se derretian al rozar, en un intento desesperado, el cuello de aquella dama que por un momento parecia alcanzable, y que por un instante logro desatar el frenesí canibal envuelto en la magia propia de la pasión que lleva a dos cuerpos a devorarse enteros sin acabar el uno con el otro. Su voz tan fría como el mismo, pero tan delicada le permitia vivir un poco más la realidad del momento y aunque aquella mujer que pronto se convertiría en su amante negara por juego o miedo las realidad que se acercaba lentamente y que transcurría en intensos segundos conduciendo ambas almas a fundirse en una sola, durante una noche incomparable.
-Su cuerpo, mi dama sin nombre... -suspiro durante un segundo, tal vez esperando que la traquilidad de la noche y aquella mujer produjeran un apice de inspiración poética y no solomente una irracional lujuria-Su cuerpo es quien me lo pide, como la noche se encuentra desnudo en lasciva necesidad de encontrar uno igual que logre deshojarlo como a una rosa y proceda luego lentamente a repasar cada rincón de vuestro cuerpo, con la genialidad propia de un artista, su cuerpo mi bella dama pide a gritos que la fuerza de un guerrero lo tome para asi, sentirse protegido... su- suspiro nuevamente- su ser necesita tanto de mi, como yo necesito de usted. El destino nos ha encontrado en este alejado y peligroso lugar, donde la mortalidad del hombre se ve refleja en su tristeza y en el miedo, sin embargo hoy cambiara aquella perspectiva para usted, pues hoy se convertira en nuestro panteón impudico, donde la pasión desbordara como un incendio incontrolable en un viejo bosque y avanzara poco a poco consumiedo todo aquella soledad que nos aqueja, llevandonos a un mundo nuevo por tan solo unos instantes y nos hara dueños por solo un momento de nuestra historia.
La dama frente a el y fuera de su alcance, parecía conocer muy bien sus intenciones, y si esto no fuera cierto, era seguro que con la anterior descripción su mente se hubiese hecho una pequeña idea. El vampiro parecía más que confuso estando lejos de ella, un paso solo basto para volverlos a hacer rozar y dos le permitieron tomarla frente a él, su corazón latía como un bravió caballo que luchaba por su libertad, sus brazos se aferraban con fuerza a ella y su mirada que se posaba sobre la luna, le hacia sentir que aquel era el momento perfecto para cumplir con su ilusión, y entonces fue descendiendo asi su rostro hasta quedar tan cerca al de ella que sus labios se rozaban como sus cuerpos y pudo sentir más alla del frío espectral con el que era maldito, el calor que expelia el cuerpo de la mujer.
Una mirada bastaba para culminar con cualquier rastro de razón que quedara aún en su cuerpo, solo un momento bastaba para sentir como el compas de la música guiaba sus manos y su boca a través del delicado cuerpo de la mujer; sus labios se derretian al rozar, en un intento desesperado, el cuello de aquella dama que por un momento parecia alcanzable, y que por un instante logro desatar el frenesí canibal envuelto en la magia propia de la pasión que lleva a dos cuerpos a devorarse enteros sin acabar el uno con el otro. Su voz tan fría como el mismo, pero tan delicada le permitia vivir un poco más la realidad del momento y aunque aquella mujer que pronto se convertiría en su amante negara por juego o miedo las realidad que se acercaba lentamente y que transcurría en intensos segundos conduciendo ambas almas a fundirse en una sola, durante una noche incomparable.
-Su cuerpo, mi dama sin nombre... -suspiro durante un segundo, tal vez esperando que la traquilidad de la noche y aquella mujer produjeran un apice de inspiración poética y no solomente una irracional lujuria-Su cuerpo es quien me lo pide, como la noche se encuentra desnudo en lasciva necesidad de encontrar uno igual que logre deshojarlo como a una rosa y proceda luego lentamente a repasar cada rincón de vuestro cuerpo, con la genialidad propia de un artista, su cuerpo mi bella dama pide a gritos que la fuerza de un guerrero lo tome para asi, sentirse protegido... su- suspiro nuevamente- su ser necesita tanto de mi, como yo necesito de usted. El destino nos ha encontrado en este alejado y peligroso lugar, donde la mortalidad del hombre se ve refleja en su tristeza y en el miedo, sin embargo hoy cambiara aquella perspectiva para usted, pues hoy se convertira en nuestro panteón impudico, donde la pasión desbordara como un incendio incontrolable en un viejo bosque y avanzara poco a poco consumiedo todo aquella soledad que nos aqueja, llevandonos a un mundo nuevo por tan solo unos instantes y nos hara dueños por solo un momento de nuestra historia.
La dama frente a el y fuera de su alcance, parecía conocer muy bien sus intenciones, y si esto no fuera cierto, era seguro que con la anterior descripción su mente se hubiese hecho una pequeña idea. El vampiro parecía más que confuso estando lejos de ella, un paso solo basto para volverlos a hacer rozar y dos le permitieron tomarla frente a él, su corazón latía como un bravió caballo que luchaba por su libertad, sus brazos se aferraban con fuerza a ella y su mirada que se posaba sobre la luna, le hacia sentir que aquel era el momento perfecto para cumplir con su ilusión, y entonces fue descendiendo asi su rostro hasta quedar tan cerca al de ella que sus labios se rozaban como sus cuerpos y pudo sentir más alla del frío espectral con el que era maldito, el calor que expelia el cuerpo de la mujer.
Ethan Bersi Übermensch- Vampiro Clase Alta
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Re: Rojo amanecer [+18 Ethan]
La mirada fija puesta en los ojos del hombre quien a pesar de tener la vista puesta en ella parecía ausente. No, su mente de lo que carecía en este preciso instante era de ausencia. Sus ojos se grababan, como si de una fotografía se tratase, el cuerpo de la muchacha, todas y cada una de sus curvas de pies a cabeza. Un ligero gesto en su rostro apenas perceptible, como si a pesar de la distancia que había interpuesto entre ellos él luchara por aspirar su aroma. Esa mirada, esos gestos le resultaban tan familiares. Cada noche su ser era devorado por miradas semejantes. Si, semejantes pero no iguales, algo tenían en común, la lujuria. Esta noche los ojos que la recorrían de pies a cabeza a pesar de estar cargados de lujuria había algo, algo que la hacía intuir que había algo especial en él, parecía ser del tipo de hombres que buscaban el placer común. Comprendía el porqué no sentía miedo al tenerlo cerca, el porqué no se sentía intimidada ante su mirada. Una ola caliente recorrió el cuerpo de la muchacha. ¿Laisha se estaba sintiendo atraída? Eso no había ni que dudarlo y al parecer las circunstancias y el lugar la comenzaban a excitar de una manera nunca antes experimentada.
-Mi cuerpo no habla caballero….no sé de dónde saca usted tal conclusión- aseguro la muchacha resistiéndose a aquello que el caballero le ofrecía, resistiéndose a su propio deseo, a su pasión, resistiéndose a disfrutar del placer de la aventura. ¿Logrará la joven resistirse a tan encantadoras palabras? ¿a tan sugerente propuesta? Laisha era de decisiones firmes y una vez tomada la decisión jamás se arrepentía. Sin el más mínimo intento de salir huyendo continuó escuchándolo. Se permitió dejar deleitar su oído mostrándose fría como si no le importase ni le provocara nada ni una sola de sus palabras. ¿Cuánto más resistiría Laisha?...
Cuanta verdad arrastraban sus palabras. La soledad era algo con lo que venía luchando meses atrás y en el burdel podía sentir y sentirse de todo mas no protegida y mucho menos podía esperar que alguien de hablase como este desconocido acababa de hacerlo. De una manera tan poco común, tan poética, le ofrecía hacerla su amante por un instante, por un momento, por una noche o quizás más y prometía el más exquisito de los placeres a su lado y sobre todo prometía hacerla sentir mujer y no una cualquiera.
Laisha estaba desarmada ante los deseos de ambos. Estaba fascinada con la idea, con la propuesta, con decirle, si, seré su amante esta noche con todas las consecuencias que esto conlleve. Entreabrió los labios cerrándolos de pronto cuando el dio un paso, dos pasos y de nueva cuenta sus cuerpos se rozaron entre si y su cuerpo era afianzado por el desconocido. Su corazón empezó a palpitar con fuerza, comenzó a sentir que la respiración se le entre cortaba intento hablar cuando los labios ajenos rozaron los de ella y de nueva cuenta acallo sus palabras por segundos -¿Quién le asegura que ambos nos necesitamos? No puede estar tan seguro que yo le necesito- comento manteniendo el roce entre sus labios. Después separando un poco sus rostros y sintiendo como ese cosquilleo al susurrar sus palabras sobre sus labios le recorría el cuerpo como si bolas de fuego recorrieran su interior. Sus brazos colgados a los costados pidiendo a gritos se aferraran a su cuello, a su nuca y sus labios ardiendo de deseos por ser poseídos por los ajenos. ¿Qué esperaba la joven si lo estaba desenado tanto como él?...
Estaba segura que él ya estaba enterado que en cualquier momento la muchacha sucumbiría a sus instintos y deseos....
-Mi cuerpo no habla caballero….no sé de dónde saca usted tal conclusión- aseguro la muchacha resistiéndose a aquello que el caballero le ofrecía, resistiéndose a su propio deseo, a su pasión, resistiéndose a disfrutar del placer de la aventura. ¿Logrará la joven resistirse a tan encantadoras palabras? ¿a tan sugerente propuesta? Laisha era de decisiones firmes y una vez tomada la decisión jamás se arrepentía. Sin el más mínimo intento de salir huyendo continuó escuchándolo. Se permitió dejar deleitar su oído mostrándose fría como si no le importase ni le provocara nada ni una sola de sus palabras. ¿Cuánto más resistiría Laisha?...
Cuanta verdad arrastraban sus palabras. La soledad era algo con lo que venía luchando meses atrás y en el burdel podía sentir y sentirse de todo mas no protegida y mucho menos podía esperar que alguien de hablase como este desconocido acababa de hacerlo. De una manera tan poco común, tan poética, le ofrecía hacerla su amante por un instante, por un momento, por una noche o quizás más y prometía el más exquisito de los placeres a su lado y sobre todo prometía hacerla sentir mujer y no una cualquiera.
Laisha estaba desarmada ante los deseos de ambos. Estaba fascinada con la idea, con la propuesta, con decirle, si, seré su amante esta noche con todas las consecuencias que esto conlleve. Entreabrió los labios cerrándolos de pronto cuando el dio un paso, dos pasos y de nueva cuenta sus cuerpos se rozaron entre si y su cuerpo era afianzado por el desconocido. Su corazón empezó a palpitar con fuerza, comenzó a sentir que la respiración se le entre cortaba intento hablar cuando los labios ajenos rozaron los de ella y de nueva cuenta acallo sus palabras por segundos -¿Quién le asegura que ambos nos necesitamos? No puede estar tan seguro que yo le necesito- comento manteniendo el roce entre sus labios. Después separando un poco sus rostros y sintiendo como ese cosquilleo al susurrar sus palabras sobre sus labios le recorría el cuerpo como si bolas de fuego recorrieran su interior. Sus brazos colgados a los costados pidiendo a gritos se aferraran a su cuello, a su nuca y sus labios ardiendo de deseos por ser poseídos por los ajenos. ¿Qué esperaba la joven si lo estaba desenado tanto como él?...
Estaba segura que él ya estaba enterado que en cualquier momento la muchacha sucumbiría a sus instintos y deseos....
Laisha Roux- Mensajes : 63
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Re: Rojo amanecer [+18 Ethan]
Sus palabras eran apenas murmullos entre los cuerpos, y el vampiro tomaba cada una como un reto más que le hacia codiciar aun más su figura, sus labios se rozaban ahora con más fuerza y la energía del vampiro se transmitía a la dama, como el mismo deseo los habia fundido ya en una ceremonia de amor y pasión que sellaría de una vez y por todas aquel contrato carnal, aquel afán descomunal que convertían a Ethan en un voraz cazador de los placeres de una mujer, en aquel conquistador de cada rincón de su cuerpo y en el artista que dibujaria en ella la obra maestra de la pasión, que entregaría a ella hasta el último apice de su vigor para hacerla deleitarse con las que él esperase fueren las horas más placenteras de toda su vida. Se avalanzo con fuerza y la besó como jamás había besado a nadie hasta ese entonces, su deseo explotaba en aquel beso haciendo de esté el principio de la sonata.
Una mujer era para Ethan un nuevo ser, una nueva alma por descubir, una nueva figura por conquistar, un nuevo deseo por complacer... Sabía muy bien que como amante fugaz debía dar todo de sí para que aquella acción que tomase lugar en la vida de ella, fuera superior en todos los aspectos a sus anteriores amantes, sabia además que sin importar si la volviese a ver, la trataría como a una princesa pues conocía con el tiempo el arte de comprender que aunque fuesen uno en el coito, nunca sus instintos deberían sobrepasar la razón de respestarla, jamás sería tan fuerte su deseo como para disfrutar solamente él de esa noche - recordaba el vampiro, mientras una sensasión fugaz y dulce revelaba en el beso, la gama de sabores que encontraría Ethan en aquel ser que como él buscaban en el sexo, aquella compañia, aquel amor que surgía entre dos amantes dispuestos a arriesgarse en un concierto de gemidos y placer.
Pronto terminó el beso, pues el vampiro no se resistiría a un segundo más sin escojer el camino de aquel acto de lasciva imprudencia, tomo entre sus brazos a la muchacha y sin darle tiempo , si quiera, para pensarlo la dejo acostada en su lápida metiendose entre sus piernas y besando su cuello, el fulgor se hacia cada vez más inteso y la noche fría apaciguaba su quimera, el bosque ya no expresaba ningún sonido y el viento confluía a su alrededor observando como aquel ser maldito con la eternidad se trasnformaba nuevamente en humano al sentir la delicada piel de su amada. Los brazos del vampiro acariciaban sus piernas, pero uno de ellos se colaba sigiloso por su vestido para dibujar delicadas figuras en el contorno de sus muslos. La piel de la dama ardía como el fuego, sentía de esta manera como sus palabras habían contradicho lo que para el ya era claro, se sentía ahora con permiso de tomarla como mujer y hacer de ella una visitante en su vida.
Un momento bastó para que una mirada dirijida al alma de su amante le revelaran la delicadeza de una rosa y la hermosura de un clavel, las mujeres eran para Ethan como las flores, preciosas, sensibles y necesitaban de un cuidado singular, la boca del vampiro se dirigio a su clavicula dejando un beso y otro hasta llegar a sus hombros, su mano aun jugaba en su muslo y su otro brazo subio bajando poco a poco el vestido del hombro de la dama para continuar hacia su brazo... La respiración se le agitaba mientras su corazón latía sin cesar, su piel fría intentaba calentarse al ritmo de la de su amada pero frustrada por el imposible se hacia mas sensible y ahora Ethan difrutaba más de tocarla y de besarla, su lengua provaba poco a poco su cuerpo y su olor impregnaba sus sentidos con la más intensa esencia que podia producir una mujer, dejando al vampirto tan loco por ella como era posible...
-La noche mi bella dama, ahora hemos de convertirnos en el mismo acto y disfrutar del riesgo de nuestra ilusión y deseo, fundir nuestra pasión, dejemonos llevar por este gozo irresponsable - susurro para responder a las preguntas de la mujer.
Una mujer era para Ethan un nuevo ser, una nueva alma por descubir, una nueva figura por conquistar, un nuevo deseo por complacer... Sabía muy bien que como amante fugaz debía dar todo de sí para que aquella acción que tomase lugar en la vida de ella, fuera superior en todos los aspectos a sus anteriores amantes, sabia además que sin importar si la volviese a ver, la trataría como a una princesa pues conocía con el tiempo el arte de comprender que aunque fuesen uno en el coito, nunca sus instintos deberían sobrepasar la razón de respestarla, jamás sería tan fuerte su deseo como para disfrutar solamente él de esa noche - recordaba el vampiro, mientras una sensasión fugaz y dulce revelaba en el beso, la gama de sabores que encontraría Ethan en aquel ser que como él buscaban en el sexo, aquella compañia, aquel amor que surgía entre dos amantes dispuestos a arriesgarse en un concierto de gemidos y placer.
Pronto terminó el beso, pues el vampiro no se resistiría a un segundo más sin escojer el camino de aquel acto de lasciva imprudencia, tomo entre sus brazos a la muchacha y sin darle tiempo , si quiera, para pensarlo la dejo acostada en su lápida metiendose entre sus piernas y besando su cuello, el fulgor se hacia cada vez más inteso y la noche fría apaciguaba su quimera, el bosque ya no expresaba ningún sonido y el viento confluía a su alrededor observando como aquel ser maldito con la eternidad se trasnformaba nuevamente en humano al sentir la delicada piel de su amada. Los brazos del vampiro acariciaban sus piernas, pero uno de ellos se colaba sigiloso por su vestido para dibujar delicadas figuras en el contorno de sus muslos. La piel de la dama ardía como el fuego, sentía de esta manera como sus palabras habían contradicho lo que para el ya era claro, se sentía ahora con permiso de tomarla como mujer y hacer de ella una visitante en su vida.
Un momento bastó para que una mirada dirijida al alma de su amante le revelaran la delicadeza de una rosa y la hermosura de un clavel, las mujeres eran para Ethan como las flores, preciosas, sensibles y necesitaban de un cuidado singular, la boca del vampiro se dirigio a su clavicula dejando un beso y otro hasta llegar a sus hombros, su mano aun jugaba en su muslo y su otro brazo subio bajando poco a poco el vestido del hombro de la dama para continuar hacia su brazo... La respiración se le agitaba mientras su corazón latía sin cesar, su piel fría intentaba calentarse al ritmo de la de su amada pero frustrada por el imposible se hacia mas sensible y ahora Ethan difrutaba más de tocarla y de besarla, su lengua provaba poco a poco su cuerpo y su olor impregnaba sus sentidos con la más intensa esencia que podia producir una mujer, dejando al vampirto tan loco por ella como era posible...
-La noche mi bella dama, ahora hemos de convertirnos en el mismo acto y disfrutar del riesgo de nuestra ilusión y deseo, fundir nuestra pasión, dejemonos llevar por este gozo irresponsable - susurro para responder a las preguntas de la mujer.
Ethan Bersi Übermensch- Vampiro Clase Alta
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Re: Rojo amanecer [+18 Ethan]
Deseaba que apagará el fuego que corría en su interior, ese fuego que el desconocido, con su peculiar encanto, encendió hasta en lo más profundo del ser de la joven. Con tan solo palabras había despertado en ella el deseo a experimentar lo que jamás antes se había permitido y no era precisamente simple placer a través del sexo era algo más a pesar de no ser tampoco amor, quizás un sentimiento fugaz de amor a simple vista pero que una vez este momento terminará solo sería un agradable recuerdo para Laisha y esperaba que para él también.
-Tómame, tómame- gritaba con fuerza la muchacha en su interior, gritaba con la misma fuerza con que su torrente sanguíneo corría por sus venas, con la misma fuerza desmesurada con la que los latidos de su corazón palpitaban.
Como si él hubiera escuchado los gritos en su interior, en escasos segundos los labios del caballero misterioso tomaban posesión de los labios de la dama besándola con profunda intensidad, y entrega. No dudo ni por un instante en corresponder, lo hizo de manera inmediata, automática. Correspondió con la misma intensidad, se abandono por completo a ese beso a esos exquisitos labios que la besaban como nunca antes había sido besado, casi podría decir que ni siquiera el placer que Reika le proporcionaba con sus besos se comparaba con lo que ahora mismo sentía, cada cual le brindaba algo diferente, al especial pero jamás lo mismo.
Si antes de aquel beso a la muchacha le quedaba un ápice de duda sobre lo que podía o debía suceder esta noche, sobre lo que estaba dispuesta a entregar y recibir, sobre lo que estaba dispuesta a arriesgar con un amante, que prometía sumergirla y embriagarla en las artes del amor y llevarla hasta el abismo de la locura, al abismo del paraíso terrenal, del cual apenas conocía su nombre, esta se disipo apenas sus labios entraron en contacto.
Estaba segura y dispuesta a dejarse llevar por la imprudencia, la insensatez, la irresponsabilidad y el disparate que el calor y la intensidad del momento apremiaba y lo que su interior le exigía a gritos y la quemaba como si en la hoguera estuviese a punto de morir.
La lujuria de su amante ondeaba por todo el tenebroso lugar y sin darle oportunidad de replica alguna simplemente de dejarse contagiar, de dejarse guiar la recostaba en lo que por esta noche sería su lecho de amor, una fría lápida hecha de piedra que al hacer contacto con su espalda no logro calmar en lo más mínimo el fuego que ardía y poseía cada espacio de su cuerpo. Con la mirada inundada de deseo y desesperación se preparaba para la inminente proximidad de aquel ser que en escasa fracción de segundos sería el poseedor de sus caricias, de sus besos, de su cuerpo entero. Conforme él se inclinaba colándose por entre sus piernas la muchacha separaba sus piernas alzaba sus brazos para atrapar su cuello y apegarlo a ella apenas él lograra una posición cómoda sobre ella. El silencio de la noche fue acallado con un intenso gemido de placer que la joven dejo escapar de su garganta al estremecerse cuando el peso del hombre y los fríos labios de este se posaban sobre su cuello, cuando sus manos se colaban por entre sus ropas. Definitivamente Laisha estaba siendo asesinada lenta y paulatinamente por los deseos irrefrenables de ambos amantes.
El encuentro de sus miradas le revelaba a Laisha la devoción que el caballero poseía por una mujer. Cerró los ojos y se dejo consentir, se abandono a sus caricias, a sus besos sin reparo alguno dispuesta a recibir de él cuanto placer él fuera capaz de darle. Los sonidos que de entre sus labios escapaban eran un verdadero concierto de gemidos de autentico deleite. La muchacha deseaba tenerlo desnudo sobre ella, estar ya desnuda para él, fundir sus labios con los de él, deseaba enredar sus piernas sobre sus caderas más él estaba tan concentrado. regocijándose que pensó sería una lastima interrumpirle.
-No deseo otra cosa que no sea sentir el placer de la pasión desbordada a la cual su ser me llama, me invita y me hace necesitar como un sediento en el desierto necesita del agua, que no sea sentir sus manos recorrer mi cuerpo, que no sea sentir sus labios rodar sobre mi piel, sobre mi boca, que no sea sentir su cuerpo sobre el mío, que no sea sentir su hombría dentro de mi- susurro la muchacha sucumbiendo a sus deseos y a la necesidad de abandonarse completamente a Ethan, como si se tratara del último hombre sobra la faz de la tierra capaz de complacerle hasta en el más bajo de sus instintos y el más simple de sus deseos.
En un descuido aprovecho y con un presto movimiento lo atrajo hacia ella jalándolo de su camisa con la fuerza suficiente para que su prenda no quedara ilesa, su prenda se rasgo dejando al descubierto el pecho de su amante. Con una mano aferro su cuello y lo acerco hasta que sus labios casi se rozaron. La mano libre de la joven se filtro hasta hacer contacto con la piel desnuda y susurraba sobre los labios del caballero reafirmándole sus deseos -Convirtámonos entonces en uno mismo y disfrutemos del riesgo de nuestro deseo, dejémonos llevar por este gozo irresponsable, acabemos con este fuego antes de que sea el fuego quien acabe con nosotros– No necesitaba respuesta de viva voz solo necesitaba que continuara con lo que ya había iniciado. Por fin pego sus labios a los de él besándolo con intensidad. Sellando con ese beso su aceptación a consumar el acto reconociendo que ya no abría vuelta atrás…
-Tómame, tómame- gritaba con fuerza la muchacha en su interior, gritaba con la misma fuerza con que su torrente sanguíneo corría por sus venas, con la misma fuerza desmesurada con la que los latidos de su corazón palpitaban.
Como si él hubiera escuchado los gritos en su interior, en escasos segundos los labios del caballero misterioso tomaban posesión de los labios de la dama besándola con profunda intensidad, y entrega. No dudo ni por un instante en corresponder, lo hizo de manera inmediata, automática. Correspondió con la misma intensidad, se abandono por completo a ese beso a esos exquisitos labios que la besaban como nunca antes había sido besado, casi podría decir que ni siquiera el placer que Reika le proporcionaba con sus besos se comparaba con lo que ahora mismo sentía, cada cual le brindaba algo diferente, al especial pero jamás lo mismo.
Si antes de aquel beso a la muchacha le quedaba un ápice de duda sobre lo que podía o debía suceder esta noche, sobre lo que estaba dispuesta a entregar y recibir, sobre lo que estaba dispuesta a arriesgar con un amante, que prometía sumergirla y embriagarla en las artes del amor y llevarla hasta el abismo de la locura, al abismo del paraíso terrenal, del cual apenas conocía su nombre, esta se disipo apenas sus labios entraron en contacto.
Estaba segura y dispuesta a dejarse llevar por la imprudencia, la insensatez, la irresponsabilidad y el disparate que el calor y la intensidad del momento apremiaba y lo que su interior le exigía a gritos y la quemaba como si en la hoguera estuviese a punto de morir.
La lujuria de su amante ondeaba por todo el tenebroso lugar y sin darle oportunidad de replica alguna simplemente de dejarse contagiar, de dejarse guiar la recostaba en lo que por esta noche sería su lecho de amor, una fría lápida hecha de piedra que al hacer contacto con su espalda no logro calmar en lo más mínimo el fuego que ardía y poseía cada espacio de su cuerpo. Con la mirada inundada de deseo y desesperación se preparaba para la inminente proximidad de aquel ser que en escasa fracción de segundos sería el poseedor de sus caricias, de sus besos, de su cuerpo entero. Conforme él se inclinaba colándose por entre sus piernas la muchacha separaba sus piernas alzaba sus brazos para atrapar su cuello y apegarlo a ella apenas él lograra una posición cómoda sobre ella. El silencio de la noche fue acallado con un intenso gemido de placer que la joven dejo escapar de su garganta al estremecerse cuando el peso del hombre y los fríos labios de este se posaban sobre su cuello, cuando sus manos se colaban por entre sus ropas. Definitivamente Laisha estaba siendo asesinada lenta y paulatinamente por los deseos irrefrenables de ambos amantes.
El encuentro de sus miradas le revelaba a Laisha la devoción que el caballero poseía por una mujer. Cerró los ojos y se dejo consentir, se abandono a sus caricias, a sus besos sin reparo alguno dispuesta a recibir de él cuanto placer él fuera capaz de darle. Los sonidos que de entre sus labios escapaban eran un verdadero concierto de gemidos de autentico deleite. La muchacha deseaba tenerlo desnudo sobre ella, estar ya desnuda para él, fundir sus labios con los de él, deseaba enredar sus piernas sobre sus caderas más él estaba tan concentrado. regocijándose que pensó sería una lastima interrumpirle.
-No deseo otra cosa que no sea sentir el placer de la pasión desbordada a la cual su ser me llama, me invita y me hace necesitar como un sediento en el desierto necesita del agua, que no sea sentir sus manos recorrer mi cuerpo, que no sea sentir sus labios rodar sobre mi piel, sobre mi boca, que no sea sentir su cuerpo sobre el mío, que no sea sentir su hombría dentro de mi- susurro la muchacha sucumbiendo a sus deseos y a la necesidad de abandonarse completamente a Ethan, como si se tratara del último hombre sobra la faz de la tierra capaz de complacerle hasta en el más bajo de sus instintos y el más simple de sus deseos.
En un descuido aprovecho y con un presto movimiento lo atrajo hacia ella jalándolo de su camisa con la fuerza suficiente para que su prenda no quedara ilesa, su prenda se rasgo dejando al descubierto el pecho de su amante. Con una mano aferro su cuello y lo acerco hasta que sus labios casi se rozaron. La mano libre de la joven se filtro hasta hacer contacto con la piel desnuda y susurraba sobre los labios del caballero reafirmándole sus deseos -Convirtámonos entonces en uno mismo y disfrutemos del riesgo de nuestro deseo, dejémonos llevar por este gozo irresponsable, acabemos con este fuego antes de que sea el fuego quien acabe con nosotros– No necesitaba respuesta de viva voz solo necesitaba que continuara con lo que ya había iniciado. Por fin pego sus labios a los de él besándolo con intensidad. Sellando con ese beso su aceptación a consumar el acto reconociendo que ya no abría vuelta atrás…
Laisha Roux- Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 05/10/2011
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