Buscando algo para el estomago

por **Alecto César** Jue Dic 08, 2011 2:52 pm

Spoiler:

*Sniff... sniff*

Olfateo, olfateo el aire. La noche es agitada y trae vientos que remueven mi pelaje tornándome inquieto. Huele a fogatas, huele a vino, huele a niños. ¿Eso es música? Que tétrica, parece una tonada para alejar a los malos espíritus.

*Sniff... sniff*

Alzo mis orejas en busca de otros sonidos, estos no me gustan. Es el tercer campamento que visito. Con los ojos cerrados, me concentro. Encontrar las formas que se dibujan en mi mente. Voces, aquí habla un romi con una gitana, allá una desprende rápidamente la colada y mas allá...

*Sniff.... ¡¡Agito mi cola rapidamente!!*

¡Salchicas! Alguna clase de ellas, resbalando su grasa blancuzca a lo largo de su gruesa y redondeada forma. ¡Ah, que aroma!. Despego mis patas del suelo, en un rápido salto hacia ese nuevo trayecto. ¡Salchichas, allá voy! pienso feliz del encuentro con tan sabrosa comida que pronto sera mía, mas espera...

Me freno. Desdicha, ¿que veo?. Detengo mi alegre carrera al ver siete críos en torno a una hoguera, esperando junto a sus padres. Sus ojitos juveniles, resplandecen encomiando su cariño a la comida que calienta la lumbre. Dejo caer mi cabeza, vencido. Puedo robar unos pollos, incluso al ladrón más esmerado, pero nunca podría robar el sustento a unos niños.

*Me revuelco contra el suelo, agitando las patas contra el aire, gañendo* Ayyy...¡quiero comer, hace dos días que no como!

Cuando calmo el glogloglo de mi estomago. Cuando consigo acallar mis tripas, pienso. Al este quedan otros campamentos, están mas llenos de gente, son mas grandes. No los he visitado antes, porque las multitudes son buenas para perderse, no para andar buscando comida y mas en estas horas... Aunque, mas tarde, hará mas frío y por aquí no sobran los cartones. Los escondrijos son pequeños, de zorro o conejo... ¡Ay, nada de pensar en comida... con arroz y esas... ¡no y no! me ladro a mi mismo, me riño.

*Ruedo sobre mi, con la panza aplastando hierba y tierra, miro hacia el este*

Bufff, esta lejos. Casi no se distinguen los fuegos, pero allí están. Me alzo sobre mis patas, estirándome. ¡ay, mis viejos huesos! Aquí y allá, pinchan de dolor a través de mi carne hasta mi alma. Ya, ya, tiempo es de correr hacia aquellas hogueras, que no pase el tiempo en balde ahora que se escucha resonar al cielo.

Espero llegar antes de que llueva, o seré perro pasado por agua. Se acabaran las hogueras y a ver como hago, para no dormir en la intemperie.

por Invitado Miér Dic 14, 2011 9:38 am

La noche se acercaba conforme veía a las gitanas preparar aquella fiesta llena de colores, comidas y alegría.

Mirish, mi amiga de toda la vida, jugaba con mi perro que aún no encontraba el nombre adecuado para el. ¿ Qué podía decir de ella?, su apariencia fina nos recordaba a aquella niña abandonada, le decíamos que podría ser una princesa abandonada pero ella siempre lo negaba con la cabeza y reía a carcajadas.

Mi madre había encontrado a una pequeña, Mirish, a orillas de un río cercano, protestó al ver como todas las gitanas quería ser la madre auxiliar de la pequeña de cabellos rubios y ojos melosos. Al verme llegar hasta ellos sonrío mientras corría a abrazarme.

-¡ Angeluz!.- gritó eufórica.

- Mirish, siempre con tu alegría...- murmuré con una sonrisa, el perro comenzó a ladrar frente a nosotros.- Tranquila.- dije con vos firme mientras ella se abrazaba a mí.

A lo lejos otro perro de tonalidades oscuras se acercaba al campamento, atrás de el ya se podían divisar algunas nubes de tormenta por lo que al parecer la fiesta se haría en la carpa de mi familia, la más grande y espaciosa.

Al cuidado de mi fiel compañero dejé a Mirish. Caminando apresuradamente me encontré con el canino en cuestión. Sentía su aura de forma rara, casi siempre eran brillosas, en su caso era opaca, con miles de colores, como el aura del hombre.

-¿ Qué te ha pasado amigo?.- pregunté mientras acariciaba su lomo. Sabía que no podía contestarme.-¡ Eres bienvenido a mi campamento, siéntete como en tu casa!.- dije mientras empezaba a caminar con destino al campamento, otra vez.

por **Alecto César** Dom Dic 25, 2011 10:17 pm

¡Estupendo, un alma caritativa al fin. Me encantan los gitanos!, pienso mientras acaricia mi lomo

*Meneo el rabo*

Vale esta bien, para que veas que me encanta la idea de seguirte. Además, ¿que veo? Una niña, eso es estupendo, si consigo caerle bien a ella, ya me he ganado un rinconcito caliente.

*Dos saltos para colocarme junto a ella y ahora un poco de baile a su alrededor, girar, pararme y lamerle la mano*

¡Hola, chica. ¿que tal?! Claro que no puedes entenderme, pero la genialidad de un perro como yo, que puede apocar algo parecido a una sonrisa no se ve todos los días. Es un truco sencillo, ensanchar la boca, retraer los labios sin parecer que gruñes y jadear graciosamente para luego...

*Guaauf, Guaaauuf* Ladrar es realmente un idioma, el de perro, y eso es lo único que oirán, pero a mi me basta mientras veo el fulgor de las hogueras y me dispongo a seguir a estos nuevos amigos, otra vez, hacia lo que parece una carpa gigante.

¿Que habrá allí dentro? me pregunto a mi mismo ladeando un poco la cabeza, con lo que una de mis orejas cae cómicamente sobre mi cabeza, en lo que la otra queda colgando
*¿uuufrg?*

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