AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Tempestad Roja {Ethan-Mia}
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Tempestad Roja {Ethan-Mia}
El brazalete que llevaba con aquel hechizo de protección se había roto, eso le hizo creer que estaba en problemas. No es que fuese así, pero tenía un mal presentimiento. Caminaba sin prestar atención a su alrededor o a las personas que se cruzaban en su camino. ¿Qué debía hacer? No encontraba a su maestro y ahora se sentía totalmente inseguro.
Se detuvo de pronto, dándose cuenta de que estaba solo y aquel recuerdo le invadió de pronto. ya había pasado algún tiempo. Siendo su costumbre para sobrevivir había robado a muchos y aunque había salido sin ningún tipo de consecuencias graves por ello, una de esas personas le había descubierto. Nunca pensó que en lugar de amenazarle o algo simple hubiese contratado a alguien para hacerle pagar por eso. Desde entonces se había vuelto un fugitivo. Había encontrado a Kendal y había detenido sus actos de vandalismo por petición para que le enseñara algunas cosas para intentar protegerse de ese momento en adelante, pero le había durado poco.
Sintió un escalofrío. Esperaba que aquel que le seguía no le encontrase pronto. Un escalofrío le recorrió. Había robado dinero a aquel hombre a base de n par de trucos que conocía. Pero le parecía exagerado haber enviado a uns er sobrenatural como cazándolo. No era para tanto ni había sido tanto dinero, pensó para sí mismo. Es decir, aquel tío se estaba pudriendo en riqueza, lo que él había tomado no era nada.
Estaba desvariando en ello cuando sintió algo sumamente extraño y se giró a todos lados... ¿Acaso se había vuelto paranoico? ¿O era por lo que había estado pensando? Se puso alerta y casi quería salir corriendo, aunque no sabía a dónde ir en ese momento. No, debía estarlo imaginando... pero entonces porque su cuerpo se sentía de aquel modo. No pudo más con la tentación e invocó a un espíritu, un aliado, como su abuelo solía decirlo. Le hizo vigilar los alrededores y cuando escuchó aquela vocecita en su oído los nervios le invadieron. Estaba en un lugar sin nadie al rededor y lejos de cualquier lugar donde ocultarse. Se mordió el labio y siguió caminando sin apresurarse. Era mejor de aquellla forma.
Se detuvo de pronto, dándose cuenta de que estaba solo y aquel recuerdo le invadió de pronto. ya había pasado algún tiempo. Siendo su costumbre para sobrevivir había robado a muchos y aunque había salido sin ningún tipo de consecuencias graves por ello, una de esas personas le había descubierto. Nunca pensó que en lugar de amenazarle o algo simple hubiese contratado a alguien para hacerle pagar por eso. Desde entonces se había vuelto un fugitivo. Había encontrado a Kendal y había detenido sus actos de vandalismo por petición para que le enseñara algunas cosas para intentar protegerse de ese momento en adelante, pero le había durado poco.
Sintió un escalofrío. Esperaba que aquel que le seguía no le encontrase pronto. Un escalofrío le recorrió. Había robado dinero a aquel hombre a base de n par de trucos que conocía. Pero le parecía exagerado haber enviado a uns er sobrenatural como cazándolo. No era para tanto ni había sido tanto dinero, pensó para sí mismo. Es decir, aquel tío se estaba pudriendo en riqueza, lo que él había tomado no era nada.
Estaba desvariando en ello cuando sintió algo sumamente extraño y se giró a todos lados... ¿Acaso se había vuelto paranoico? ¿O era por lo que había estado pensando? Se puso alerta y casi quería salir corriendo, aunque no sabía a dónde ir en ese momento. No, debía estarlo imaginando... pero entonces porque su cuerpo se sentía de aquel modo. No pudo más con la tentación e invocó a un espíritu, un aliado, como su abuelo solía decirlo. Le hizo vigilar los alrededores y cuando escuchó aquela vocecita en su oído los nervios le invadieron. Estaba en un lugar sin nadie al rededor y lejos de cualquier lugar donde ocultarse. Se mordió el labio y siguió caminando sin apresurarse. Era mejor de aquellla forma.
Última edición por Alexis VanVollehoven el Miér Dic 21, 2011 4:20 pm, editado 1 vez
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: Tempestad Roja {Ethan-Mia}
El viento del azar me conducía de nuevo a otra empresa, no tan osada como las anteriores, pero que me exigiría una mayor labor de inteligencia, y eso significaba horas y horas de observación para tal vez no ver ni una gota de sangre derramarse y poder liberar al mounstruo que llevo adentro... pensaba el vampiro mientras el respetado cliente expresaba sus deseos. Como todos, éste hablaba de más y su verborrea solo le daban nauseas a Ethan, quien solo espereba con frenesí el nuevo reto, la oportunidad para ganar un poco de dinero y al mismo tiempo lograr desmembrar a un nuevo candidato para ser su víctima. ¿ Acaso puede ser más perfecto ?, pensaba mientras sonaban las monedas de oro en su mente, que cada día se perdía más en los instintos.
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La paz reina en el cementerio, como siempre, el magistral sonido de la naturaleza brinda distracción al viejo vampiro, quien sentado en su lápida observa alrededor, vigilando, examinando cada hoja, cada sonido, cada acción que tome lugar en su cementerio... Depronto la brisa fría de la noche susurra a Ethan una desagradable noticia; las herraduras de los caballos sonaban al galope de los mismos mientras sus jinetes en voces perturbaban el ambiente del arcaico bosque que efímero cubria apenas lo que un día fue, la velocidad del galope cesó y pronto unas imágenes, sombras borrosas aparecían en la lejanía. Su corazón latía desesperadamente, el miedo embargaba su propósito y cada paso devoraba los sentidos de los jinetes. ¿ Por que hacerlos esperar ? -pensó, mientras una retorcida idea se volvia realidad, junto con sus habilidades entro en la mente de los 6 jinetes y ahora el paso por aquel enclave se convertía poco a poco en la ilusión engendrada de algo peor que el infierno, los corazones atemorizados retrocedían y sus rostros, tan pálidos como los muertos encaraban un viaje hacia sus destinos...
Tras unos momentos el juego parecía algo más aburrido a la realidad, tan solo un par de ellos yacían muertos, el resto aunque consumidos en la misma llama de su miedo aún vivían los horrores de una muerte prematura, de un castigo del que solo 1 de ellos continuaría con vida. Uno a uno fueron cayendo degollados y ahogados en su propia sangre, hasta que solo quedo uno; aquel, paralizado del miedo tan solo podia gesticular sílabas y su piel ahora estaba más fría que la del mismo vampiro.
-Sabes, puedo ver tu miedo, tu sufrimiento y en un cierto punto puedo entenderlo... ni yo mismo quisiera vivir lo que tu estas viviendo - suspiró y tomo el cuello del joven entre sus manos- el problema es que no puedo sentirlo.... - exclamó arrojando al chico al suelo y terminando con el juego-
¿ Ahora que te trae por aquí?
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Aquel día algo en la vida de aquel chico cambió, y una oportunidad llegó a mí... Tal vez mi conducta no sea aprovada por todos pero es mi forma de ser, mi forma de actuar y de salvar la vida de un inocente. Repetía una y otra vez mientras seguía a Alexis, su objetivo, un mago de dudosa procedencia con complejo de ladrón y un poco torpe, conclusión que podía afirmar tras horas de exhaustiva y agobiosa investigacción que no lo llevaba a nada. El miedo que sentía y su mente paranoica despedian una esencia que dirigía a Ethan calle tras calle mientras se aburría cada vez más y más de su misión; y... pensar que el esparaba algo de acción, un rival digno de su maestría o si quiera un valiente con un osado corazón, pero a cambió de ello le tocaba un joven rebelde con mala educación y una paranoía tal vez justificable. Las horas se hacían siglos y una idea se envolvió en su razón como una vibora en su presa, su fuerza decayó y se acerco a tan solo unos metros de su presa.
-La vida no es perfecta, solo vivida...- susurro en el oido del chico mientras desaparecía por los callejones, asegurandose de guardar su anonimato.
__________________________________________________________________________________
A la noche siguiente, Ethan partió hacia el bosque rapidamente con el ansía de encontrar allí a una mujer, una de esas bellezas raras que confundían en él sus más reconditos deseos y lo hacían pensar en la vida de una forma diferente. Sin embargo los negocios jamás debían mezclarse con cualquier tipo de sentimiento y aquel encuentro más por placer estaba dictado por la necesidad urgente de abandonar momentaneamente aquel proyecto que enturbiaba las expectativas y deprimia al vampiro.
Cuando llegó a aquel lugar la vió a lo lejos y tomando un poco de aire se dirigió lentamente para no asustarla.
- ¿ Mia?, Tengo una misión - beso su mejilla- Necesito un favor que ademas te lo quiero compensar- susurro a su oido y al alejarse propino un momivimiento final, acariciando con sus dedos helados la mejilla de la dama- Necesito que sigas a Alexis VanVollehoven...
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La paz reina en el cementerio, como siempre, el magistral sonido de la naturaleza brinda distracción al viejo vampiro, quien sentado en su lápida observa alrededor, vigilando, examinando cada hoja, cada sonido, cada acción que tome lugar en su cementerio... Depronto la brisa fría de la noche susurra a Ethan una desagradable noticia; las herraduras de los caballos sonaban al galope de los mismos mientras sus jinetes en voces perturbaban el ambiente del arcaico bosque que efímero cubria apenas lo que un día fue, la velocidad del galope cesó y pronto unas imágenes, sombras borrosas aparecían en la lejanía. Su corazón latía desesperadamente, el miedo embargaba su propósito y cada paso devoraba los sentidos de los jinetes. ¿ Por que hacerlos esperar ? -pensó, mientras una retorcida idea se volvia realidad, junto con sus habilidades entro en la mente de los 6 jinetes y ahora el paso por aquel enclave se convertía poco a poco en la ilusión engendrada de algo peor que el infierno, los corazones atemorizados retrocedían y sus rostros, tan pálidos como los muertos encaraban un viaje hacia sus destinos...
Tras unos momentos el juego parecía algo más aburrido a la realidad, tan solo un par de ellos yacían muertos, el resto aunque consumidos en la misma llama de su miedo aún vivían los horrores de una muerte prematura, de un castigo del que solo 1 de ellos continuaría con vida. Uno a uno fueron cayendo degollados y ahogados en su propia sangre, hasta que solo quedo uno; aquel, paralizado del miedo tan solo podia gesticular sílabas y su piel ahora estaba más fría que la del mismo vampiro.
-Sabes, puedo ver tu miedo, tu sufrimiento y en un cierto punto puedo entenderlo... ni yo mismo quisiera vivir lo que tu estas viviendo - suspiró y tomo el cuello del joven entre sus manos- el problema es que no puedo sentirlo.... - exclamó arrojando al chico al suelo y terminando con el juego-
¿ Ahora que te trae por aquí?
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Aquel día algo en la vida de aquel chico cambió, y una oportunidad llegó a mí... Tal vez mi conducta no sea aprovada por todos pero es mi forma de ser, mi forma de actuar y de salvar la vida de un inocente. Repetía una y otra vez mientras seguía a Alexis, su objetivo, un mago de dudosa procedencia con complejo de ladrón y un poco torpe, conclusión que podía afirmar tras horas de exhaustiva y agobiosa investigacción que no lo llevaba a nada. El miedo que sentía y su mente paranoica despedian una esencia que dirigía a Ethan calle tras calle mientras se aburría cada vez más y más de su misión; y... pensar que el esparaba algo de acción, un rival digno de su maestría o si quiera un valiente con un osado corazón, pero a cambió de ello le tocaba un joven rebelde con mala educación y una paranoía tal vez justificable. Las horas se hacían siglos y una idea se envolvió en su razón como una vibora en su presa, su fuerza decayó y se acerco a tan solo unos metros de su presa.
-La vida no es perfecta, solo vivida...- susurro en el oido del chico mientras desaparecía por los callejones, asegurandose de guardar su anonimato.
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A la noche siguiente, Ethan partió hacia el bosque rapidamente con el ansía de encontrar allí a una mujer, una de esas bellezas raras que confundían en él sus más reconditos deseos y lo hacían pensar en la vida de una forma diferente. Sin embargo los negocios jamás debían mezclarse con cualquier tipo de sentimiento y aquel encuentro más por placer estaba dictado por la necesidad urgente de abandonar momentaneamente aquel proyecto que enturbiaba las expectativas y deprimia al vampiro.
Cuando llegó a aquel lugar la vió a lo lejos y tomando un poco de aire se dirigió lentamente para no asustarla.
- ¿ Mia?, Tengo una misión - beso su mejilla- Necesito un favor que ademas te lo quiero compensar- susurro a su oido y al alejarse propino un momivimiento final, acariciando con sus dedos helados la mejilla de la dama- Necesito que sigas a Alexis VanVollehoven...
Ethan Bersi Übermensch- Vampiro Clase Alta
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Re: Tempestad Roja {Ethan-Mia}
"Bajo la montaña dos dragones..."
Como cada puesta de sol, impaciente caminaba por la habitación aguardando el momento adecuado para poder salir. Me acomodaba el cabello una y otra vez en pasadas nerviosas de mi mano, arreglaba las cortinas del dosel, abría y cerraba las puertas del armario buscando algún detalle fuera de lugar que me obligara a limpiar, decorar, surcir, alisar, ¡Cualquier cosa que me hiciera distraerme lo suficiente para no pensar en el hecho de que estaba desobedeciendo, una vez, las normas ya marcadas!
Sobre ella un castillo,
Siete veces construido
Siete veces construido
¿Es que yo no tenia remedio? las cosas en la Casa de la Noche no estaban bien, todos daban lo mejor de si para prepararse al asalto, explotando sus habilidades para no fallar aunque estuviesen cansados... nadie tenia tiempo de cuidar de mi y yo, de muy lista, seguía poniéndome en riesgo y así mismo, poniendo en riesgo a todos los demás.
Pero no podia faltar...
Ethan me necesitaba. Y francamente... yo lo necesitaba a el. De seguir encerrada en la Casa de la Noche sin misiones, ni formas de ayudar iba a enloquecer. De pronto ya no lograba hilar que tan reales eran mis sueños o que tan fantasiosa mi realidad. Necesitaba el aire de los bosques, la adrenalina de los sentidos al momento de perseguir en una cacería sin éxito a las ardillas, tratar de alcanzar el vuelo de un ave, el reto de una misión y el jubilo de un pequeño pero significante logro. Necesitaba sentirme útil de alguna forma, y aunque dedicarme a Lluvia no era tarea fácil... quedaban muchos sentires sin resolver aun.
Lluvia se revolvía entre las sabanas y los almohadones como un cachorro sobre sus hermanos y me acerque a ella para darle abrigo y besar su frente. Me quede entonces un rato admirándola mientras dormia, cuando deje de escuchar pasos y murmullos fuera del pasillo salí de la habitación cerrando con llave tras de mi y partiendo hacia las salidas de emergencia como un felino en persecución. Mis sentidos aumentados me anunciaban cualquier olor, sonido o presencia que pudiera toparme mas adelante y de esa forma lograba evitarse.
Así pues, logre salir de la poderosa guarida y fueron los mismo brazos de la noche en un bosque oscuro los que me recibieron. sin amedrentarme por el, sino mas bien sintiéndome en casa corrí rumbo al corazón del bosque donde mi buen Vampiro aguardaría a mi llegada. De pronto me asalto la duda sobre que clase de ayuda era la que necesitaba de mi y como se llevaría acabo. Sea lo que fuese, tenia toda la noche para averiguarla y llevarla acabo. Nadie se daría cuenta de mi falta mientras la luna iluminara cual madre guia en lo alto. Era feo pensarlo... pero como buen criminal, las sombras de la noche eran mis protectoras.
Un acertijo, una solución…
Al momento de mi llegada, nadie parecía estar presente... pero mis instintos develaron al vampiro que no tardo en hacer acto de formal presencia, su expresión tan afable relajo un poco mi acelerado corazón. Aunque un brillo en sus ojos me incitaba a que hiciera lo contrario. ¿Que trataban de decirme estos?
Un encuentro de dientes
Y miradas que atraviesan
Y miradas que atraviesan
--- Buenas noches, Ethan --- Salude, moviendo un poco mi rostro aceptando su caricia y luego frunciendo un poco el ceño, para luego ser yo quien tomara su mano y besara su reverso --- No necesito recompensas si estoy ayudando a un amigo.... --- Aseguro soltandole gentilmente y regalandole una sonrisa --- Mejor cuéntame mas. ¿Alexis VanVollehoven...?, ¿Quien es el?, ¿Puedo saber porque te interesa que lo siga?
En realidad no tendría porque estarle preguntando tales cosas, pero no podía evitar frenar mis ganas por saber... por avivar esa llama emocionada que mi espíritu comenzaba a sentir.
Mina Wayne- Cambiante Clase Baja
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Re: Tempestad Roja {Ethan-Mia}
Movió el cuello intentando desestresarse. Lo que acababa con él era la falta de sueño y que no había estado alimentándose bien. Olvidó lo demás y decidió seguir caminado. Sabía que si seguía por aquellas calles empedradas dentro de poco se encontraría con algunos locales aún abiertos a esas horas de la noche. Claro, antes tendría que conseguir con qué pagarlo, si no, tendría que ir directo a su refugio sin nada de alimento. Observó el cielo y le pareció que una tormenta se acercaba. Dejó que sus aliados se dispersarán, no quería escuchar aquella voz en su oído susurrándole las cosas que sucedían en lugares lejanos al que se encontraba. Silbó dejando que el aire se llevara aquel sonido que se dispersó en el ambiente de una forma casi inmediata.
De alguna manera a su mente vinieron aquellas imágenes del pasado. Aquel hombre que le había dicho que no cualquiera podía ser un brujo. No había sido él quién decidiese que sería su alumno, sino aquello de lo que hablaba, aquella fuerza sobrenatural que de algún modo les señalaba. Nunca entendió bien a lo que se refería, pero no había tenido tiempo suficiente, el que se dijo su maestro le había abandonado o quién sabe, bien podía ser que algo le hubiese pasado. Claro que le había enseñado lo básico y algunas cosas que no volvió a escuchar jamás de otros magos, hechiceros o como se hiciesen llamar, eso producto probablemente de su lugar de origen muy lejano de esa parte de Europa. Le había enseñado que la realidad en la que vivían era una simple imagen para atraparlos en un mundo controlado, que él podía ir más allá si lograba desprenderse de las cosas que le ataban a esta visión.
Suspiró, había pasado tiempo de ello, su vida ya había dado dos giros significativos, ese fue el primero, el segundo no tenía mucho tiempo de haber sucedido. El encuentro con quien el mismo había elegido para enseñarle a dominar las artes de la necromancia y los hechizos necesarios para seguir. Pero siempre las cosas parecían durarle poco. Ahora estaba buscándole como jamás había creído usar su habilidad por alguien. ¿Por qué esa desesperación? Al fin sentía que podía ser alguien diferente y la oportunidad le había sido arrebatada con la única persona que confiaba en que él pudiese ser lo que nunca fue. Pero las cosas no eran tan simples, Sabía que estaban en problemas y él mismo se iba metiendo en un embrollo del que no iba a salir fácilmente.
Prueba de ello era el que ya se hubiese ganado una especie de enemigo, lo cual a decir verdad era curioso por la forma en la que había sucedido. Nunca pensó que si se encontraría en peligro sería de esa forma. Se detuvo después de un par de calles. Una extraña sensación le invadió. Observó con indiferencia. No había nada allí. Él viento meció sus cabellos y por una vez no ignoró aquel presentimiento que le anunciaba algo de lo que ya no era posible escapar. Y aún cuando hubiese posibilidad de hacerlo ¿Qué sentido tenía? El sabía bien lo que era huir y ya no tenía la energía para seguir haciéndolo.
Las nubes en lo alto anunciaban una tormenta, pero la lluvia o la tempestad no podría ya hacerle temblar. Alexis era un brujo que si bien poseía potencial, su carácter le restaba credibilidad, era impulsivo, cambiante a falta de alguien en su pasado que le hubiese guiado como un padre. Ahora que lo tenía alguien le había apartado de su lado. Había hecho hechizo tras hechizo, invocado a los espíritus y sometido a las sesiones más largas en el uso de aquellas oscuras artes y seguiría con ello aún cuando sentía que en algún momento le iría consumiendo.
(Off: siento mucho la tardanza >_< )
De alguna manera a su mente vinieron aquellas imágenes del pasado. Aquel hombre que le había dicho que no cualquiera podía ser un brujo. No había sido él quién decidiese que sería su alumno, sino aquello de lo que hablaba, aquella fuerza sobrenatural que de algún modo les señalaba. Nunca entendió bien a lo que se refería, pero no había tenido tiempo suficiente, el que se dijo su maestro le había abandonado o quién sabe, bien podía ser que algo le hubiese pasado. Claro que le había enseñado lo básico y algunas cosas que no volvió a escuchar jamás de otros magos, hechiceros o como se hiciesen llamar, eso producto probablemente de su lugar de origen muy lejano de esa parte de Europa. Le había enseñado que la realidad en la que vivían era una simple imagen para atraparlos en un mundo controlado, que él podía ir más allá si lograba desprenderse de las cosas que le ataban a esta visión.
Suspiró, había pasado tiempo de ello, su vida ya había dado dos giros significativos, ese fue el primero, el segundo no tenía mucho tiempo de haber sucedido. El encuentro con quien el mismo había elegido para enseñarle a dominar las artes de la necromancia y los hechizos necesarios para seguir. Pero siempre las cosas parecían durarle poco. Ahora estaba buscándole como jamás había creído usar su habilidad por alguien. ¿Por qué esa desesperación? Al fin sentía que podía ser alguien diferente y la oportunidad le había sido arrebatada con la única persona que confiaba en que él pudiese ser lo que nunca fue. Pero las cosas no eran tan simples, Sabía que estaban en problemas y él mismo se iba metiendo en un embrollo del que no iba a salir fácilmente.
Prueba de ello era el que ya se hubiese ganado una especie de enemigo, lo cual a decir verdad era curioso por la forma en la que había sucedido. Nunca pensó que si se encontraría en peligro sería de esa forma. Se detuvo después de un par de calles. Una extraña sensación le invadió. Observó con indiferencia. No había nada allí. Él viento meció sus cabellos y por una vez no ignoró aquel presentimiento que le anunciaba algo de lo que ya no era posible escapar. Y aún cuando hubiese posibilidad de hacerlo ¿Qué sentido tenía? El sabía bien lo que era huir y ya no tenía la energía para seguir haciéndolo.
Las nubes en lo alto anunciaban una tormenta, pero la lluvia o la tempestad no podría ya hacerle temblar. Alexis era un brujo que si bien poseía potencial, su carácter le restaba credibilidad, era impulsivo, cambiante a falta de alguien en su pasado que le hubiese guiado como un padre. Ahora que lo tenía alguien le había apartado de su lado. Había hecho hechizo tras hechizo, invocado a los espíritus y sometido a las sesiones más largas en el uso de aquellas oscuras artes y seguiría con ello aún cuando sentía que en algún momento le iría consumiendo.
(Off: siento mucho la tardanza >_< )
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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Re: Tempestad Roja {Ethan-Mia}
Como del cielo las gotas de lluvia,
tambien un día cae,
y el sol yace tras las montañas,
que cubren con una sabiduría ancestral el horizonte
y nos proporcionan un magnífico paisaje,
el cual descubrir, y ese...
solo ese es el espíritu humano,
el espíritu irónico que aún vive en este cuerpo muerto...
tambien un día cae,
y el sol yace tras las montañas,
que cubren con una sabiduría ancestral el horizonte
y nos proporcionan un magnífico paisaje,
el cual descubrir, y ese...
solo ese es el espíritu humano,
el espíritu irónico que aún vive en este cuerpo muerto...
Cuando la noche cae, los depredadores salen a cazar y un frío viento susurra en el oido de las presas, el destino que se avecina a su hogar... Algunos corren y otros luchan pero al final hasta los que se esconden mueren sin ver de nuevo el amanecer. Todo eso pasaba por la mente del vampiro mientras observaba a Mia, su cuerpo simplemente permanecia inmovil, pensativo... taciturno, pero su mente era un caos y aquel soplo de humanidad que habitaba aún en él complicaba aún más las cosas.
Para Ethan solo había un miesterio en este mundo, en realidad muchos, pero solo uno que valía la pena entenderlo, ese eran las mujeres... Nunca podia comprender como podeían ser tan predecibles y dificiles de conocer a la vez, pero algo si era claro o por lo menos común y era la curisiodad, que debía ser más en aquella gatita. Las preguntas de la dama no tenían una respuesta que Ethan debiera o pudiera decir, a decir verdad, ni siquiera queria compartir la poca información que tenía ya que eso le restaba profesionalidad a su trabajo, pero por otro lado aquella era Mia y no era común que Ethan guardase secretos para ella, ¿qué haría?, era lo que pasaba en esos momentos por su cerebro mientras intentaba disimular su desgana por aquellas preguntas.
- Mi Señorita Silveraúx no es prudente que revele aquella información, pues esto es más que otra cosa un trabajo- exclamo suspirando en el proceso - tambien por aquella razón aunque aprecie su gesto, debo compensarle su tiempo- una pausa y una sonrisa bastaron para creer que debía terminar la conversación y dando una vuelta se alejo un poco de la dama. Sin embargo la conciencia no le dejaba ser malo con aquella gatita que calaba profundo en su corazón y en un segundo se ubico detras de ella, una manía que tenia desde que se había convertido en vampiro - Solo digamos que es una mala persona aunque un poco torpe y yo tengo que atender otros asuntos- le susurro para luego besar su mejilla y desaparecer entre las sombras de la noche.
Las sombras lo llevan poco a poco y... como siempre al bosque donde la luna apenas se asoma entre los arboles y queda atrapada en sus copas , donde el viento canto y baila entre las ramas y donde los animales le recuerdan su naturaleza. Una canción empieza nota a nota a desvariar, un violín empieza a cantar y el vampiro encuentra por fin la paz entre cada acorde y la noche, entre su soledad y su felicidad, solo puede pensar hasta entonces en la pequeña gatita y rie silenciosamente mientras la naturaleza baila con su sonata.
Sin embargo, todo acaba,
todo esto no es más que una ilusión,
todo termina antes de empezar,
y siempre queda algo,
una caricia, un beso...
no lo sé, pero sé,
que al final de todo me faltas tu.
todo esto no es más que una ilusión,
todo termina antes de empezar,
y siempre queda algo,
una caricia, un beso...
no lo sé, pero sé,
que al final de todo me faltas tu.
Canta mientras la música sigue sonando al fondo de su corazón, aquella estrofa la había compuestos un par de siglos atras cuando su bella amada había muerto al ser asesinada, y todo como siempre había sido culpa de la aristocracia... malditos de sangre azul, se repetía para sí sin dejar de tocar. Pero depronto se escucho el galopar de los caballos, y por el sonido eran de un posible noble... su posible cliente, ¿ pero que más queria?, había pasado muy poco tiempo, sin embargo no le soprendía, aquellos señores poseedores de tierras y esclavos, inundados en riquezads y vacios por dentro, eran casi tan volatiles como el clima de Inglaterra, así pues dejando sus cosas en un viejo lugar del bosque, que el solo conocía, fue al encuentro de aquellos sirvientes que temían su labor, tal vez podria aprovechar y saciar su sed en el camino.
Ethan Bersi Übermensch- Vampiro Clase Alta
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Re: Tempestad Roja {Ethan-Mia}
La expresión reservada de Ethan me anuncio de antemano que no iba a decirme mucho al respecto, el misterioso caso de Alexis VanVollehoven seguiría siendo un enigma para mí. No podía quejarme, Ethan estaba lleno de secretismo, en gran parte eso se debía a su personalidad más que a la naturaleza vampirica y yo había prometido ayudarlo sin compromisos, ni económicos o informativos. Reprimiendo un suspiro asentí a sus respuestas y me encogí de hombros, lo dicho: puros secretismos. Añadiendo el detalle de su excesiva cortesía que aunque siempre me había agradado, también me parecía un poco excesiva. Éramos amigos, lo suficientes para poder hablar de nuestras respectivas y demoniacas naturalezas y apoyarnos en los menesteres, para mí el era Ethan…. Y aunque frente a personas siempre iba a tratarlo con la reverencia que un hombre de su posición y figura merece, en privado solo será eso, Ethan.
--- Oye! Eso es tod…? --- Lo llame cuando lo vi desaparecer, no dudaba que se fuera así como así, pero entonces su espectral figuro se situó detrás de mi poniéndome la carne de gallina, trague saliva y aunque las palabras se me estrangulaba en la garganta logre decir un: “Buenas noches, Ethan, te mantendré al tanto…” pero su explicación me preocupo. ¿Qué tenía pensando hacer con ese brujo?, ¿era un enemigo?, ¿iba a hacerle daño? Aun no conocía al pobre hechicero pero ya estaba preocupada por él, ser perseguido por un vampiro no es signo de algo bueno, menos aun de alguien como lo era Ethan… por mas galante que fuera conmigo, no podía engañarme para pensar que era una buena persona. Sabía bien que no lo era. Estaba mortificada y también muy intrigada. En nuestro encuentro anterior ya había recibido un dibujo del brujo y si bien, Ethan me había citado en el ese lugar para comenzar la búsqueda suponía que estaba cerca y que tendría que ser yo quien le buscara.
Cuando mis sentidos me confirmaron que estaba sola, camine más a fondo en el callejón y me refugie en la oscuridad, detrás de unos depósitos y como quien no quiere la cosa comencé a desabrochar los cintos y seguros de mi vestido. Sacudí mi cabeza y cerré mis ojos, concentrándome en las voces de mi interior. Mi mente se hizo oscuridad y una exhalación a medios y muy forzada delato el esfuerzo que suscitaba mientras mis formas comenzaban a encogerse y la humana pasaba por una metamorfosis grotesca, pero necesaria. Hacia unos años el dolor era insoportable y los gritos solían llamar la atención, pero cuando te acostumbras a los golpes estos dejan de doler, o dejan de afectarte... mas bien. Entre abrí mis ojos y entonces el color de las cosas comenzó desaparecer… el azul del cielo oscuro se volvió negro, el naranja de las paredes se torno gris y la coloración de mi piel tostada comenzó a cubrirse por un pelaje suave. Volví a cerrar los ojos no dispuesta a seguir viendo la transformación y para cuando estos se abrieron de nuevo me encontraba aplastada entre metros de telas, deslizándome entre ella salí caminando en cuatro patas y estirándome como el felino que ha pasado el día durmiendo me di tiempo de reconocer mis nuevas formas como mías. En mi mente solo bullía el pensamiento de correr y tal y como lo deseaba comencé a hacerlo transito por las calles y evitando de forma escurridiza las pisadas de las trascendentes.
Subí por unas escalinatas y escale a una barda donde podía mirar a todos quienes pasaban, nadie le dedicaba demasiada atención al gato callejero que se acomodaba como señor de la casa buscando a su presa… ¿un raton?, ¿un ave?, ¿una ardilla? No… en esta ocasión se trata de un brujo…. ¿Apareceria?
--- Oye! Eso es tod…? --- Lo llame cuando lo vi desaparecer, no dudaba que se fuera así como así, pero entonces su espectral figuro se situó detrás de mi poniéndome la carne de gallina, trague saliva y aunque las palabras se me estrangulaba en la garganta logre decir un: “Buenas noches, Ethan, te mantendré al tanto…” pero su explicación me preocupo. ¿Qué tenía pensando hacer con ese brujo?, ¿era un enemigo?, ¿iba a hacerle daño? Aun no conocía al pobre hechicero pero ya estaba preocupada por él, ser perseguido por un vampiro no es signo de algo bueno, menos aun de alguien como lo era Ethan… por mas galante que fuera conmigo, no podía engañarme para pensar que era una buena persona. Sabía bien que no lo era. Estaba mortificada y también muy intrigada. En nuestro encuentro anterior ya había recibido un dibujo del brujo y si bien, Ethan me había citado en el ese lugar para comenzar la búsqueda suponía que estaba cerca y que tendría que ser yo quien le buscara.
Cuando mis sentidos me confirmaron que estaba sola, camine más a fondo en el callejón y me refugie en la oscuridad, detrás de unos depósitos y como quien no quiere la cosa comencé a desabrochar los cintos y seguros de mi vestido. Sacudí mi cabeza y cerré mis ojos, concentrándome en las voces de mi interior. Mi mente se hizo oscuridad y una exhalación a medios y muy forzada delato el esfuerzo que suscitaba mientras mis formas comenzaban a encogerse y la humana pasaba por una metamorfosis grotesca, pero necesaria. Hacia unos años el dolor era insoportable y los gritos solían llamar la atención, pero cuando te acostumbras a los golpes estos dejan de doler, o dejan de afectarte... mas bien. Entre abrí mis ojos y entonces el color de las cosas comenzó desaparecer… el azul del cielo oscuro se volvió negro, el naranja de las paredes se torno gris y la coloración de mi piel tostada comenzó a cubrirse por un pelaje suave. Volví a cerrar los ojos no dispuesta a seguir viendo la transformación y para cuando estos se abrieron de nuevo me encontraba aplastada entre metros de telas, deslizándome entre ella salí caminando en cuatro patas y estirándome como el felino que ha pasado el día durmiendo me di tiempo de reconocer mis nuevas formas como mías. En mi mente solo bullía el pensamiento de correr y tal y como lo deseaba comencé a hacerlo transito por las calles y evitando de forma escurridiza las pisadas de las trascendentes.
Subí por unas escalinatas y escale a una barda donde podía mirar a todos quienes pasaban, nadie le dedicaba demasiada atención al gato callejero que se acomodaba como señor de la casa buscando a su presa… ¿un raton?, ¿un ave?, ¿una ardilla? No… en esta ocasión se trata de un brujo…. ¿Apareceria?
Mina Wayne- Cambiante Clase Baja
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Fecha de inscripción : 16/05/2011
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Re: Tempestad Roja {Ethan-Mia}
La canción en su mente ¿De dónde venía? no lo recordaba en realidad. Sólo la tarareaba como si con ello la calma le embargara. ¿Para que temer? No tenía sentido, para él estaba bien incluso si era la muerte la que le alcanzaba a pasos agigantados. Era la contrariedad de su alma. Su mente se dividía. No le veía el sentido a nada y sin embargo se esforzaba en seguir viviendo, sin darse cuenta de que sus actos llevaban aquel significado. Sus sueños, que el creía no tener, eran fuertes, sus esperanzas se mantenían en silencio en su mente pasando desaoercibidas incluso por él, quien decía no querer nada. Esa era su forma de vivir, desechando lo que parecía causarle problemas, con su aparente frialdad, con su falta de escrúpulos y si cinismo hacia lo que le aparecía ante la mirada. Y muy oculto en el aquella ideología que el debía considerar absurda porque se dejaba llevar por sentimentalismos, por formas extrañas que podrían hacerle perder la cordura, que podían hundirle en lo más profundo.
Se detuvo de pronto, sintiendo la presencia de algo cerca de él, sin poder identificar nada. Aquel espíritu volvió a él, pues escuchó aquella voz fantasmagórica en su oído, diciéndole la dirección, pero solo eso, pues Alexis no quería más que esa información -¿Hay alguien ahí?- O algo, quién sabe. Podía ser cualqueir cosa que simulara vida.
Se acercó en silencio, sin ninguna duda en sus movimientos. una cualidad que podía ser tanto una ventaja como lo contrario. La falta de temor en ocasiones le llevaba a hacer cosaspoco precavidas, que algunas veces le cobraban más de lo que tenía. Había avanzado sin escuchar nada. Y cuando pensó que era solo una falsa adevrtencia, lo cual no tenía sentido, observó aquella pequeña silueta. Una sonrisa se dibujo en sus labios sin detenerse ahora hasta quedar ya más cerca.
-Un hermoso y orgulloso felino- Dijo con voz suave, casi arrodillándose, solo para verle mejor -Entre todos los animales, la magnificencia de los felinos puede atraparme - No solo orgullo, tenacidad, independencia... eso era lo que admiraba en esos animales que le gustaban por eso y porque le parecían incluso más confiable que un humano -Pero nunca confíes en un gato...- Alguien que había conocido repetía eso bastante seguirdo argumentando que la conveniencia los movía y era por ello que no se les consideraba fieles como los perros.
Siguió tarareando la canción y extendió su mano, probando suerte para ver si se acercaría a él. Estaba cansado, abrumado. Ya no quería pensar en nada. Su maestro... si, era lo que le importaba, pero por hoy era suficiente, su energía se agotaba, no era ilimitada. Movió los dedos tratando de llamar la atención d su nocturno acompañante -Anda... acércate... para que yo pueda verte mejor... - Si tan solo fuese más consciente nunca se hubiese metido en algún lío, pero no lo era y más de uno le había perseguido, pero entre una y otra cosa, lo peligroso de una situción comparada con otra cambiaba todo a su paso.
Nada era complicado, y sin embargo tampoco le veía lo sencillo. Estaba atascado buscando, estaba desesperándose y ahora algo le decía que no estaría totalmente a salvo de ahora en adelante.
Se detuvo de pronto, sintiendo la presencia de algo cerca de él, sin poder identificar nada. Aquel espíritu volvió a él, pues escuchó aquella voz fantasmagórica en su oído, diciéndole la dirección, pero solo eso, pues Alexis no quería más que esa información -¿Hay alguien ahí?- O algo, quién sabe. Podía ser cualqueir cosa que simulara vida.
Se acercó en silencio, sin ninguna duda en sus movimientos. una cualidad que podía ser tanto una ventaja como lo contrario. La falta de temor en ocasiones le llevaba a hacer cosaspoco precavidas, que algunas veces le cobraban más de lo que tenía. Había avanzado sin escuchar nada. Y cuando pensó que era solo una falsa adevrtencia, lo cual no tenía sentido, observó aquella pequeña silueta. Una sonrisa se dibujo en sus labios sin detenerse ahora hasta quedar ya más cerca.
-Un hermoso y orgulloso felino- Dijo con voz suave, casi arrodillándose, solo para verle mejor -Entre todos los animales, la magnificencia de los felinos puede atraparme - No solo orgullo, tenacidad, independencia... eso era lo que admiraba en esos animales que le gustaban por eso y porque le parecían incluso más confiable que un humano -Pero nunca confíes en un gato...- Alguien que había conocido repetía eso bastante seguirdo argumentando que la conveniencia los movía y era por ello que no se les consideraba fieles como los perros.
Siguió tarareando la canción y extendió su mano, probando suerte para ver si se acercaría a él. Estaba cansado, abrumado. Ya no quería pensar en nada. Su maestro... si, era lo que le importaba, pero por hoy era suficiente, su energía se agotaba, no era ilimitada. Movió los dedos tratando de llamar la atención d su nocturno acompañante -Anda... acércate... para que yo pueda verte mejor... - Si tan solo fuese más consciente nunca se hubiese metido en algún lío, pero no lo era y más de uno le había perseguido, pero entre una y otra cosa, lo peligroso de una situción comparada con otra cambiaba todo a su paso.
Nada era complicado, y sin embargo tampoco le veía lo sencillo. Estaba atascado buscando, estaba desesperándose y ahora algo le decía que no estaría totalmente a salvo de ahora en adelante.
Alexis VanVollehoven- Hechicero Clase Baja
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