♠ Europa II: Francia

por **Malkea Ruokh** Dom Dic 11, 2011 1:19 am

Aclaración:

Antes de nada, decir que esto no es una crítica al foro o la forma en la que se lleva, tan sólo pretendo mostrar un resumen de algunos regiones y países europeos, tanto en el foro como fuera de él. Tampoco es mi intención cambiar tramas activas, sólo crear una guía a la que poder recurrir. Los países/zonas que he seleccionado son: Sacro Imperio Romano-Germánico, Francia, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda, los Imperios Ibéricos, la Península Itálica, Escandinavia, Rusia, los Balcanes y el Danubio, los Países Bajos y la República de las Dos Naciones (como región). Si alguien ve algún fallo o quiere que dedique un artículo a algo en específico (relacionado con la historia política/económica/etc.), por favor, que se comunique conmigo por mp. Además, en el presente artículo, los puntos V y VI no atienden a la historia real, aunque se basan en ella, sino a la situación en el foro.

Muchas gracias por su atención.

EUROPA
De las raíces de los estados hasta el siglo XIX

♠ Europa II: Francia Fralog

ÍNDICE
(Enlaces a las secciones inferiores)
I. El sustrato de Francia.
II. Francia en la Edad Media: Feudalismo y poder real.
III. El gran conflicto medieval: La Guerra de los Cien Años.
IV. La Francia moderna: Hacia la Monarquía absoluta.
V. La dinastía de los Fontaine.
VI. La ”Fraternité du Dragon Bleu” y las tentativas revolucionarias.

I. El sustrato de Francia

El territorio que hoy conocemos como Francia ha estado habitado desde la Prehistoria, atrayendo a colonos griegos, en la costa Mediterránea (colonia de Marsella), y a tribus célticas en el norte (galos), comenzando dicho periodo alrededor del siglo VI a.C. La Galia no era un territorio unificado, habiendo principalmente tres pueblos habitando en ella, dividido cada uno en varias tribus: los galos tradicionales, los galos belgas y los aquitanos.

La presencia romana se inició en el 123 a.C. con la anexión de la Galia Narbonense y se completó con la Guerra de las Galias (58 – 51 a.C.) de Julio César.

♠ Europa II: Francia La-Galia-y-sus-tribus-58-aC

La Galia y sus pueblos
en el 58 a.C.

La administración romana sería parcialmente importante, pues éste territorio comprendía hasta el río Rin, por lo que Francia entendería dicho río como su verdadera frontera natural y varias veces en su historia pretendería expandirse hasta ella. Con la decadencia del Imperio Romano, la Galia fue paulatinamente entregada a varios pueblos o conquistada por otros, en especial los visigodos (al sur del río Loira), los burgundios (al este) y los francos (al norte). Los francos irían imponiéndose en la región, expulsando a los visigodos al sur de los Pirineos (507), bajo el mando de la dinastía merovingia, y frenando la expansión musulmana en Europa occidental (732).

Los reinos francos serían gobernados por la dinastía carolingia desde el siglo VII y se convertiría en lo que hoy se denomina Imperio carolingio con la coronación de Carlomagno en el año 800. Carlomagno, además, extendería el territorio en las Penínsulas Itálica e Ibérica, hacia el río Elba y en Baviera y Carintia. El Imperio Carolingio quedaría dividido en tres reinos francos por el tratado de Verdún (843), de los cuales, el occidental, terminaría convirtiéndose en lo que hoy se conoce como Francia.

II. Francia en la Edad Media:
Feudalismo y poder real

La principal característica socio-política de Francia durante la Edad Media es el sistema feudal que se fue formando y, sobretodo, la fuerte descentralización del estado, que hacía débil el poder real. El estado no tenía ejército permanente y la nobleza, con amplia autoridad, estaba ligada al monarca por lazos de fidelidad. El rey sólo recibía rentas de aquellos dominios que le pertenecían directamente, por lo que, incapaz de financiar una administración, tenía que delegar el poder en una aristocracia a la que no podía controlar y que se aprovechó de la situación, haciendo hereditarios sus cargos, entre otros beneficios. A causa de la ineficacia del poder del rey, la monarquía se convirtió en electiva.

Durante el siglo IX los vikingos saquearon, principalmente, el norte del país, llegando a saquear París, por lo que Carlos el Simple reconocería a los normandos (literalmente ”hombres del norte”) como vasallos en la región de Normandía. Durante esta época, los carolingios fueron perdiendo poder, hasta que, en el año 987, Hugo Capeto fue coronado rey, instaurando una de las dinastías con más repercusión en la monarquía europea (a ella pertenecen los Valois, los Trastámara, los Borbones o los Braganza, entre otros).

El periodo de la dinastía capeta seguiría la estela de una monarquía feudal,

♠ Europa II: Francia Reliquaireanciendelasainteampoule

La Sagrada Ampolla
usada en las coronaciones

ya que sólo tendrían poder al norte, alrededor de París y Orleans, aunque, poco a poco, iría imponiendo el poder real al resto del territorio. En el año 1066 Guillermo el conquistador, Duque de Normandía, conquistaría Inglaterra, dando pie al conflicto que sacudiría Francia tres siglos después. El rey de Inglaterra tendría más poder en Francia que el propio rey francés, ya que controlaría Normandía, Anjou y Maine, territorios a los que añadiría buena parte del sur, por Leonor de Aquitania; por otro lado, la Corona de Aragón extendería su influencia por Languedoc, recibiendo el Rosellón en 1172.

Felipe II lograría anexionar los territorios ingleses en Francia, a excepción de Guyena, y apoyó la cruzada albigense, en el Languedoc, contra los cátaros, con el fin de afianzar el poder real en contra de Aragón y del Conde de Tolosa y Foix; además, dejaría de usar el título Rey de los francos para empezar a denominarse Rey de Francia y, a partir de él, la monarquía volvería a ser hereditaria. Poco a poco, la autoridad del rey fue afirmándose a través de nuevas instituciones (corte real de justicia, parlamentos, etc.), el apoyo a las ciudades frente a los feudos y de la ampliación del territorio real.

Un dato, quizás colateral, pero sumamente importante, es, en 1317, la instauración por los Estados Generales la ley de los varones, por la que se imposibilitaba que la corona se transmitiera por línea femenina, recuperando así una parte de la ley sálica. A causa de esto, en 1328 se pudo instaurar una nueva dinastía reinante, la de los Valois.

III. El gran conflicto medieval:
La Guerra de los Cien Años

Durante los siglos anteriores, Francia había vivido un proceso para afianzar el poder del rey y eso era algo que iba en contra de los intereses ingleses, con territorios en Francia. Los reyes de Inglaterra querían ser tratado por los reyes franceses como iguales, teniendo incluso más poder los primeros que los segundos, pero éstos consideraban a los ingleses vasallos, por su sumisión tradicional como Duques de Normandía. Enrique III de Inglaterra renunciaría a sus pretensiones sobre los territorios franceses, salvo Gascuña y Aquitania, que quedarían sometidos a homenaje (tributo al rey francés). Sin embargo, la crisis sucesoria de Carlos IV daría pie al agravamiento del conflicto, pues Eduardo III de Inglaterra era hijo de la hermana de éste y, pese a la ley sálica, reivindicó su derecho al trono. Derrotado por en su pretensión por Felipe VI de Valois, además debía pagar dicho tributo, por lo que acogió en su corte al rebelde Roberto de Artrois, hermano del rey francés; Felipe VI anexionó Gascuña como represalia y, en 1337, se dio inicio a la guerra, que duraría hasta 1453.

La guerra tuvo varias fases en las que el predominio francés e inglés se intercaló. Así pues, tras un primer avance inglés,

Máxima extensión inglesa en la
Guerra de los Cien Años (1429)

los franceses avanzaron en gran medida, algo que, en 1415 Enrique V de Inglaterra pretendió revertir, consiguiendo que los borgoñeses, de su bando, conquistaran París en 1418 y hacer que su hijo fuese también sucesor del trono francés. Sin embargo, a la muerte de los dos reyes, Francia incumplió el tratado y coronó a Carlos VII de Valois en vez de a Enrique VII de Inglaterra. Inglaterra volvería a invadir Francia y cercaría Orleans, donde residía el poder real. Las perspectivas daban una victoria a Inglaterra, pero una joven muchacha, llamada Juana de Arco y que decía haber sido elegida por Dios, convenció a soldados y campesinos para que la siguieran, librando a la ciudad del asedio, victoria que seguirían otras, para terminar siendo derrotada en París y Compiègne, siendo capturada en 1430 y quemada viva en Rouen por supuesta hechicería (algo que, en un juicio posterior, sería desmentido). Lo cierto era que los propios militares franceses habían conspirado contra ella, celosos de su éxito y temerosos de que aquella guerra dejase de ser feudal para ser nacional, algo que reafirmaría el poder real.

Sin embargo, a partir de entonces, Francia logró imponerse. Borgoña aceptó a Carlos VII como rey (por su expansión en los Países Bajos, no lograron ser una ayuda efectiva, aunque ya no eran enemigos) y París fue recuperada (1436). El ejército se modernizó, haciéndose permanente (en vez de levas campesinas) y, de 1439 a 1453, Francia consiguió expulsar a los ingleses, dejando únicamente Calais como posesión en el continente. A pesar de que esto suponía el fin de la guerra, Inglaterra aún conservaría sus pretensiones sobre la corona francesa hasta el Acta de Unión (1800), por el que el reino de Inglaterra desaparecía para fusionarse con Escocia y formar el Reino de Gran Bretaña.

IV. La Francia moderna:
Hacia la Monarquía absoluta

La configuración real de Francia como estado unitario y centralizado continuó durante la Edad Moderna, aunque, en realidad, nadie se consideraba francés hasta el siglo XVII, sino identificándose con términos más locales. Borgoña fue anexionada (a excepción del Franco Condado y los Países Bajos, que pasarían a la aún por crear Monarquía Hispánica) en 1477, Provenza en 1482 y Bretaña en 1532.

Las guerras no acabaron, pues en 1494 Carlos VIII reivindicó para sí el Reino de Nápoles (argumentando su legitimidad por parentesco), que era propiedad de la Corona de Aragón e iniciando así las denominadas Guerras Italianas (1494 – 1559). El Papa Alejandro VI se niega a coronarle y Francia intervino militarmente, conquistando la capital napolitana. Como respuesta, se formó la Liga de Venecia que consiguió recuperar el Reino para Aragón. El siguiente rey, Luis XII, volvió a iniciar los conflictos, conquistando El Milanesado (Ducado de Milán, gobernado por los Sforza hasta entonces) y firmando con Aragón el tratado de Granada (1500) por el que se repartirían Nápoles; tras una victoriosa campaña, el tratado, que no especificaba correctamente qué territorios pararían a cada parte de cada uno, fue la causa de que Francia tuviese que delegar todo el territorio a Aragón, de forma que Nápoles quedaría ligado a su rey (y, posteriormente, a España) hasta 1707. Posteriormente, Francia perdería Milán, aunque, debido a la entrada de Inglaterra en los conflictos, recupera Calais, expulsando definitivamente a Inglaterra de suelo francés.

Durante el siglo XVI Francia se vería sacudida por un periodo convulsivo

♠ Europa II: Francia Debat-Ponsan-matin-Louvre

Catalina de Médici frente al Louvre
tras la masacre de San Bartolomé

interiormente a causa de las Guerras de Religión (1562-98), conflictos entre católicos y hugonotes (calvinistas) y las casas nobiliarias, que abanderaban a uno u otro bando. Además, las potencias extranjeras lo fomentaron apoyándolos. Francia vivió varias masacres, la más conocida fue la Matanza de San Bartolomé (1572), en la que entre 5.000 y 10.000 hugonotes fueron asesinados, entre ellos la mayoría de nobles protestantes. El periodo se cerró tras la Guerra de los Tres Enriques, siendo coronado en 1589 Enrique III de Navarra como IV de Francia, iniciando así la dinastía de los Borbones. De fe protestante, se convirtió al catolicismo y en 1598 firmó el Edicto de Nantes, garantizando amnistía y libertad de culto, aunque los protestantes debían pagar el diezmo y respetar las fiestas católicas.

En la Edad Moderna el principal terrateniente de Francia era la Iglesia (controlando alrededor del 40% de la riqueza), aunque estaba fuertemente vinculada al rey, quien era quien designaba los obispos, en detrimento de la autoridad papal. La población contaba con una muy importante mayoría rural, a pesar de que París fuese una de las ciudades más grandes en Europa (sólo superada por Estambul y, posteriormente, por Londres).

El siglo XVII trajo para Francia una importante expansión, no sólo en el continente, sino, además, iniciando su primer imperio colonial.

Primer Imperio colonial francés
(América, África y Asia)

Francia anexionó Foix, Béarn, la Baja Navarra y, con Luis XIV, Alsacia, el Rosellón, el Franco Condado y varios territorios en Flandes. En América se extendió a través de los ríos San Lorenzo, Ohio y Misisipi (aunque la mitad oriental acabaría en manos británicas y el resto sería legado a España en 1763), en la Guayana y en varias islas del Caribe. También conseguiría territorios en África (Senegal) y en la India.

Francia participó en la Guerra de los Treinta Años, resultando victoriosa frente a Austria, aunque en el territorio galo desencadenó la Fronda, unas revueltas a causa de una crisis económica y de la presión fiscal para pagar la guerra durante el gobierno del cardenal Mazarino, en la minoría de edad de Luis XIV.

El mandato del Rey Sol es considerado el periodo de máximo encumbramiento para la monarquía francesa y el afianzamiento de ese proceso que venía desarrollándose desde la Edad Media: Francia era una monarquía absoluta. El país se convirtió en la potencia hegemónica de Europa y vivió un periodo de esplendor cultural (Nicolas Poussin, Claudio de Lorena, Pascal, Descartes, Molière, Racine, etc.), aparte de regresar al redil

Retrato de Luis XIV

católico plenamente, con el Edicto de Fontainebleau (1685), que revocaba el Edicto de Nantes (esto debilitó la economía francesa, por el exilio de hugonotes, y fortalecería a estados protestantes). La Guerra de los Nueve Años, o Guerra de Sucesión Palatina (1688-97) fue un conflicto por el que Inglaterra, uniéndose a la Gran Alianza (que pretendía defender el Palatinado de Francia), declaraba la guerra a Luis XIV. Las tropas francesas conquistaron el Palatinado y los Países Bajos, aunque en el Tratado de Rijswijk (1697) se volvía casi al statu quo anterior al conflicto.

A pesar de esto, el reinado de Luis XIV vería otra gran guerra, la de la Sucesión Española (1701-14) a causa del ascenso al trono español de Felipe V, duque de Anjou y nieto del monarca francés, que renunció a sus derechos al trono francés. La guerra estuvo a punto de colapsar a Francia (que ya venía del conflicto anterior), aunque una llamada del rey para que sus súbditos rescataran al país ocasionó miles de nuevos soldados. Tras el fin de las hostilidades Francia perdía varios territorios en Norteamérica, pero ganaba a España como aliado, algo que significaba un giro en la diplomacia europea. Al término de la guerra, Luis XIV moriría, dejando tras de sí una gran deuda y una crisis sucesoria.

V. La dinastía de los Fontaine

Todos los hijos varones de Luis XIV murieron durante su vida, aunque el menor logró dejar descendencia. Tras la muerte de su primogénito, el título de Delfín pasaba al bisnieto de Luis XIV, Luis de Anjou. Con la minoría de Edad del nuevo rey, se necesitaba un regente, que no sería otro que el siguiente en la sucesión a la corona, Ethan Fontaine (una casa vinculada a los capetos). Tres años después, el joven Luis XV moriría y el regente sería coronado como Ethan I de Francia. Su reinado vendría marcado por la necesidad de sanear las cuentas del país y por los tres grandes conflictos europeos del siglo, en los que Francia participaría.

La Guerra de Sucesión Polaca (1733-35) no supondría grandes cambios para el país (salvo el de abrir el camino para anexionar Lorena), pero la Guerra de Sucesión Austriaca (1740-48) vendría a predecir el desenlace del tercer conflicto,

Versión simplificada del
escudo de los reyes Fontaine

al tener que entregar Madrás a los británicos a cambio de la devolución de Louisbourg, en Canadá. La Guerra de los Siete Años (1756-73) supondría un revés para París, pues, en el Tratado de París, cedería a Gran Bretaña Canadá, Dominica, Granada, San Vicente y las Granadinas, Tobago y la parte al este del Misisipi de Luisiana. El resto de Luisiana sería cedido al aliado francés, España, con mayor presencia en la zona. De todas formas, en Francia aquello no se vio como una catástrofe, pues conservaba su principal colonia (Haití), así como la isla de San Pedro y Miquelón (en Norteamérica) y los derechos de pesca en Terranova. Además, Francia viviría un distanciamiento con el Imperio, a costa del que quería expandirse, aunque dichas pretensiones nunca llegaron a llevarse a cabo.

Durante este siglo, las ideas ilustradas comenzaron a extenderse ampliamente por Francia de la mano de pensadores como Voltaire, Montesquieu o Rousseau y, aunque el descontento con la monarquía iba levemente en aumento, jamás llegó a materializarse y no hubo ningún levantamiento popular en contra del régimen establecido, que comenzaba a ser una verdadera lacra para el país frente a sistemas más flexibles como el de Reino Unido.

En 1774 Ethan I, tras la decapitación de su esposa, acusada de adulterio, abdicaría en su hijo, Abélard I de Fontaine, el cual fue acogido de forma esperanzadora por el pueblo, frente a lo poco popular del anterior. En política exterior, su reinado se viviría como una época de paz, aunque apoyó la independencia de los Estados Unidos, algo que algunos entenderían como una venganza por las pérdidas anteriores, una intervención altamente costosa; sin embargo, a partir de 1796 Francia daría un giro en su política y se convertiría en aliada de Londres. Sería un rey que apoyaría el desarrollo científico, aunque defendería arduamente la posición del catolicismo como religión oficial. Sin embargo, también debería hacer frente a una supuesta conspiración para derrocarle por la que guillotinó a su hermano menor y mandó a su cuñada y sobrino al exilio (Miriam y Darcy Trudeau), algo que tendría futuras repercusiones.

VI. La ”Fraternité du Dragon Bleu”
y las tentativas revolucionarias.

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