Jan Matousek

Nombre del personaje. Jan Matousek
Edad. 33 años
Especie. Humano cazador.
Clase social. Baja
Orientación sexual. Heterosexual.
Lugar de origen. Moravia, Imperio Austrohúngaro.

Descripción física.
Jan es un hombre alto y robusto, sus años de entrenamiento y caza de criaturas sobrenaturales han hecho que posea un cuerpo atlético y musculoso, no pasa un día sin que entrene con su espada aunque simplemente sea para corregir los excesos de la noche anterior.
Posee una cara angulosa con la barbilla marcada y tiene los ojos pequeños y de color castaño. Pese a su edad, Jan tiene una calvicie incipiente la cual trata de disimular afeitándose la cabeza, por el contrario suele lucir un aspecto descuidado con una habitual barba de tres días.

Spoiler:

Descripción psicológica.
Es un hombre solitario, que prefiere la compañía de los árboles a la de seres humanos, lo que probablemente se debe a que ha pasado gran parte de su vida en el bosque llevando una vida nómada. Siente un gran odio por los seres sobrenaturales debido a los sucesos que ocurrieron en su aldea durante su infancia, cree que todos ellos son seres maléficos provenientes del infierno que merecen morir. Asimismo siente gran desconfianza por los brujos y gitanos, prefiriendo evitarlos si puede.
Es una persona bastante reacia a entablar amistad con otras personas y si puede evitar una conversación lo hace. Para Jan la amistad es solamente una especie de acuerdo tácito entre dos personas con el que ambas pueden obtener algo a cambio, pero nunca ha tenido auténticos amigos. No obstante si cree en el amor del cual tiene una imagen idealizada, para él el amor está representado por su esposa difunta, Helga, junto a quien pasó los únicos años de su vida que considera como auténticamente felices. Tras la muerte de su esposa, Jan se ha acostumbrado a beber más de la cuenta y frecuenta la compañía de prostitutas y mujeres de la calle, aunque nunca se ha planteado entablar una relación seria con otra mujer.
Respecto al plano espiritual, Jan no es una persona muy religiosa si bien cree en Dios y rinde culto a algunos Santos, en especial es devoto de San Juan Nepomuceno. Quizás una de las razones que le han hecho creer más ferviente en Dios y en el cielo es el hecho de que ha visto con sus ojos los seres del infierno.

Historia.
Nací en el año 1767 en una pequeña aldea de Moravia (Imperio Austrohúngaro), era una aldea humilde encallada en medio de frondosos bosques la vida era dura pero puedo decir que tuve una infancia feliz. Mientras mi padre salía a cazar o cuidaba del ganado, mi madre se ocupaba de las huertas y es por ello que ya desde muy pequeño aprendí a cazar y sobrevivir en el bosque, pero en aquella época ignoraba que llegaría a cazar piezas más temibles que un lobo.
Tenía 13 años cuando ocurrieron los hechos que marcarían mi vida, era una calurosa noche de verano y yo había ido con otros dos chicos de la aldea a hacer una acampada, nos gustaba hacer aquello en las noches de verano, dormir escuchando los sonidos del bosque, a la luz de las estrellas, pero aquella noche sería diferente. Antes de irnos a dormir escuchamos unos disparos que parecían provenir de la aldea, pero no le dimos más importancia. “Un jabalí que se está comiendo la cosecha.” dije entre risas mientras seguíamos contando historias de terror a la luz de la hoguera.
Cuando estábamos durmiendo un grito de terror me despertó, me incorporé y pude contemplar una aterradora escena. Uno de mis amigos se encontraba en el suelo inmóvil y cubierto de sangre, un hombre alto, de tez pálida y pelo dorado se encontraba agachado sobre el otro chico, al notar que me levantaba me miró con sus ojos azules y pude ver su boca cubierta de la sangre de mi amigo. Corrí hacia él pero me dio un manotazo y salí despedido al lado de la hoguera, el hombre rió y continuo alimentándose de mi amigo, yo cogí un madero ardiendo y se lo lancé a la cara, el hombre comenzó a gritar y se giró hacia a mí. Pude ver como sus dos colmillos en su boca ensangrentada y su mirada fría me produjo auténtico pavor, súbitamente una flecha procedente de la oscuridad clavándose en la cara del hombre que chillando de dolor intentó arrancarla pero antes de que lo consiguiera, el filo de una espada le rebanó la cabeza.
Aquel hombre era conocido como Pavel el eremita y fue él quién me salvó la vida. Al día siguiente pudimos comprobar que mi aldea había sido arrasada y sus habitantes habían muerto de una forma tan horrible como mis amigos, fue aquel día cuando dejé de ser un niño para convertirme en un hombre. Pasé muchos años con Pavel, se trataba de un ermitaño que vagaba por la tierra matando seres infernales y yo me convertí en su discípulo. Fue aquel hombre quien me enseñó todo lo que sé, me entrenó en el uso de las armas para matar a aquellas bestias del averno, pero también a leer y escribir. Tras unos años en el bosque, Pavel decidió que estaba preparado y comenzamos a vagar errantes por el mundo en busca de alimañas de la noche. Nunca supe gran cosa de su vida, puesto que él nunca quiso que lo supiera, pero aquel hombre me enseñó todo lo que sabía y me educó como si de su propio hijo se tratara.
Fue una ironía del destino que unas fiebres se llevaran a Pavel, él era ya un anciano y yo un joven de veintisiete años que volvía a estar solo en el mundo. Durante unos años seguí viajando errante por el mundo, tratando de cazar a todo vampiro, licántropo o cambiaformas que se cruzara en mi camino pero acabé asentándome en la ciudad alemana de Saarbrücken. Fue allí donde conocí a mi único amor verdadero, su nombre era Helga y era una joven de origen humilde, no tardamos en enamorarnos y casarnos. Yo abandoné mi vida de cazador y comencé a trabajar con un comerciante local, fueron años felices que parecen ahora tan lejanos. Helga se quedó embarazada y yo iba ser padre por primera vez, pero una vez más el infortunio se cruzaría en mi camino pues Helga y el bebe murieron mientras ella daba a luz.
Sin ninguna razón para seguir en aquel lugar, he decidido volver a la vida errante, frecuentando tabernas y burdeles de mala reputación, no dudando en acabar con cualquier alimaña que se cruce en mi camino, haciendo lo único que se me ha dado bien en esta vida, “cazar”.

Datos extras.
-Desde la muerte de Helga se ha aficionado a la bebida y las prostitutas.
-Posee una horrible cicatriz en su brazo derecho, que le hizo un vampiro durante un encuentro.
-Además de checo, puede hablar con fluidez francés, alemán e inglés.
-Conserva la espada que pertenecía a Pavel el eremita, siendo esta su arma favorita y más apreciada.
-En Checoslovaquia es conocido con el sobrenombre de "el lobo de Moravia" por su carácter solitario.