Lo que una noche llega a hacer (Klavier)

Una de las noches sombrías en las que salía ser yo la reina de cuanto se pasaba por mi frente, una pequeña brisa mezcla de olores y dulces sabores de unos tristes campesinos que andaba por los alrededores sabia que debía de apremiar el tiempo porque en esas noches que tienes un mal presentimiento y con la nueva regla de la iglesia había demasiados cazadores por todos lados, el tiempo apremiaba y ser victima de uno de esos indeseables no era algo que estuviera en mis planes. Tenia que volverme a mover continuamente en las noches y procurar no dejar rastro de cualquier cosa que relacionaba a los vampiros. Podia acercarme a los campesinos sin problemas sabiendo que algunos de ellos eran demasiado simples sobretodo si eran hombres. Con el corsé ajustado morado que llevaba que alzaba mis senos llamativos, un traje que dejaba paso a la imaginación ya que era de colores rojizos oscuros y con encajes negros. Mis cabellos ondulados a ambos lados de mi rostro y un carmín rojizo en mis labios. Mi cuerpo latente de la llamada sangre y la garganta ardiendo de solo imaginar una simple gota tocar mis labios.

*Buenas noches madame ¿Podemos ayudarla? * Esa fue la primera pregunta que me había hecho uno de los hombres que estaban presentes apenas eran dos y uno de ellos muy joven pero sus miradas eran sencillas de descubrir que al ver una mujer deseaban algo mas que un simple saludo –Buenas noches señores.. la verdad que podéis hacerme un pequeño favor.- use una voz tono coqueta pero a la vez siniestro pues en una ligera sonrisa mostraba los colmillos, parecía como si los corazones se pararan en ese momento. Se aceleraba de un momento a otro aproveche mi rapidez para tomar a uno de ellos del cuello oyendo como crujía, clave los colmillos en su cuello sintiendo como brotaba la sangre, lo deje caer el cuerpo al suelo e ir por el otro que había salido corriendo, con el mas joven me detuve a penas un tiempo pero los gritos de miedo habían hecho sentir como si mi corazón volviera a latir.

Relamía mis labios mientras seguía caminando estaba tan centrada en algo mio que me tumbe allí mismo mirando el cielo estrellado, sabia que tenia que ocultar los cuerpos pero no tenia importancia , mi pecho subia y bajaba con una respiración profunda y con los placeres de la vida sintiendo como se mecia las copas de los arboles. Le daba mucha emoción al momentos como estos en los que la sangre la llamaba de esa forma. Me sentía como una niña pequeña hacia tanto que no me lo pasaba tan bien tenia que disfrutar de un nuevo lugar que podía aun darse a conocer pero eso no tenia problema. Debia de incorporarme para limpiar mi vestido y quedarme viendo como esos cuerpos inertes habían saciado mi sed y eso decía mucho sobre lo que pasara en adelante, por lo menos ahora sabia que podía aguantar entre los humanos y pasar desapercibida pero no me preocuparía de eso sino mas adelante por ahora estar en el claro que había en el bosque.

Ella misma en parte sabia a lo que se arriesgaba, no podia tener en cuenta sin mas que estaba en pleno prado despues de haber tomado, estaba demasiado tranquila y divirtiendose como si fuera una niña pequeña, hacia demasiado que no tomaba y bueno ellos habian sido un buen tentempie que no estaba mal decir que estaban bien, en parte me preocupaba que pudieran venir los cazadores pero por otro lado no era asi. En parte sentia una fuerte punzada en el pecho era imposible pero sensaciones que un cuerpo muerto podia tener, no creia ni lo que mi propio cuerpo podia decir, me mantuve alli con la mirada perdida mas de un segundo hasta quen aroma muy familiar llego hasta a mi, en breve me puse muy tensa porque podia significar cazadores cerca pero no sabia si se arriesgaria a traerlos tan cerca sabiendo que me podia encontrar con facilidad.

Solo una gran sombra salio de entre los arboles llegando incluso hasta donde estaba ella, fue el momento en que oyo su nombre de esa forma despues de mucho tiempo, habia pasado tanto que no lo escuchaba que incluso su cuerpo comenzo a erizarse. No podia creer lo que estaban viendo mis ojos abiertos de par en par y alternando con sus ojos para fijarse en ellos con la atencion que merecia, oscuros como la misma noche de sus cabezas. No se esperaba esa reaccion de él, tomar su rostro acercandolo a los labios, cerro los ojos en el momento en que la beso pero en poco se aparto retrocediendo.- Klavier? que haces aqui?... no puede ser.- decian las palabras sin sentido de mis labios o era solo parte de una imaginacion.

El mismo rojo carmin que habia cubierto mis labios se encontraba ahora en una pequeña marca en los labios de él, habiamos estado tiempo sin vernos y no sabia si eso era bueno para ambos, olia como siempre a lycan pero tambien a mezcla de olores significaba que habia estado con cazadores, mi mirada se alzo mirando a todos lados con tension atenta por si se acercaba a alguien.- No habra cazadores por aqui?.- pregunto nerviosa y viendo los cuerpos de aquellos hombres. No podia dejar de tomar sino seria presa facil y tambien podria morir eso significaba tambien peligro el haberlo hecho pero vivir o morir y no iba a dejar su vida en manos de ningun ser.

Tener delante a Klavier hacia que se le despertaran partes de ella que no sabia que existia, era su debilidad tenia que admitirlo por ello le preocupaba tambien que el se arriesgara a su lado, se apartaba de él por miedo a llegar a hacerle daño o que se viera en un apuro de tenerlo que hacer y el mismo acabara con su vida, sabia que a ambos le costaba estar separados pero pensandolo en frio no queria que muriera por mi culpa en ello estaba que tenia unas ganas terribles de volverlo a besar pero tambien de salir corriendo otra vez para que no fuera descubierto en ningun momento por ninguno de sus compañeros o seria su muerte. Para mi era la muerte en vida y volvia a sentir la misma muerte cuando lo habia perdido, ahora que lo veia me alegraba de que estuviera bien pero no conmigo.- Klavier tienes que irte, si te descubren te mataran y sabes que por ello..- se mordio el labio inferior con fuerza y desvio la mirada en ese momento. Por ello se habia ido... era lo que no se atrevia a decir.