El amor no existe cuando el sexo aparece ~.Libre.~[Posible +18]

-Otra vez estaba alli, refugiandose del amor con un par de francos, los fantasmas huían aquellos momentos escondiendose en las grietas de los callejones mientras el brujo los espantaba solo seguido de cerca por sus guardianes que incluso ellos manteniánse alejados de él, secuestraba los suspiros manipulándolos e incluso chantajeándolos para que no volvieran a salir quedando impune de estos, ahi estaba una vez más en el burdel donde despues de todo las mujeres le conocian sin conocerle. Era mucho mejor que las intrigas palaciegas en especial de los amorios secretos o de los principes que pedian su ayuda para tenerle siempre al lado por si acaso algun hombre queria matarlos. Guardaespaldas, doctor, brujo pero ante todo hombre- Lo de siempre

-Dijo mientras caminaba hacia una mujer de senos generosos que le tendió una llave tintineante con una sonrisa seductora, era la llave de una de las habitaciones que siempre pedía por si acaso queria llevar a alguna de las chicas con él, intimidad, hablar, no solo de sexo vivia el hombre ya que el pedia mujeres sensuales pero con cerebro. El cuerpo era para admirarlo pero no era como los hombros que veian aquesto y perdian la cabeza deseando un poco de todo, sin dar nombres abrian las piernas de las cortesanas y se metian entre ellas con todas las frustraciones, despues se marchaban de nuevo sin conocer nombres, sin preguntar si habia sido buen o mal amante. Era el paraiso de los amantes infieles y de los vírgenes pues la actualidad estaba cambiando y ahora los hombres perdian antes su virginidad con una cortesana que con su novia-

Mandame a quien quieras, confio en tu gusto -sonrió señalando una mesa que estaba vacia, inusual pues era un buen sitio aunque la copa que habia alli indicaba que habia sido vaciada hacia poco, no se habria sentado alli teniendo en cuenta las practicas indecorosas que siempre habian hecho las cortesanas para atrapar a los hombres pues unas mesas atras alguien no habia ido a la habitacion y estaba fornicando en ese mismo sitio, igual que una mujer arrodillada dando placer a un hombre, la intimidad, se repetia mirando la llave mientra se sentaba y esa misma mujer apartaba la copa vacia entregandole el pedido de Aetos- Ya vendrá alguien -Dicho esto marcho moviendo las caderas como un péndulo, ahora las mujeres se veian excesivamente delgadas extrañando las carnes de las alemanas que en cierto modo eran incluso mas hermosas por aquellas generosas carnes que decoraban el cuerpo. Sonrio al pensar aquello encontrando descanso al apoyarse en el respaldo de la silla tomando en sus dedos uno de los hielos que habia dentro de su copa metiéndolos con sensualidad en su boca mientras esperaba a su "dama"-

-Asi que estaba siendo vigilado o seguido como quisieran llamarle estaria bien aun asi se sintio halagado despues de todo no muchos se atrevian a espiarle y menos una hermosa mujer como aquella, escuchó la voz de la gitana a sus espaldas decir "es peligrosa amo". La gitana era uno de sus espíritus guardianes que nadie a excepción de aetos podía verla, podia advertirle quien estaba a punto de venir o quien seria perjudicial para su salud y esa hermosa mujer a todas luces lo era, una mujer de pies a cabeza cuya hermosura solo se debia a una cosa...la gitana lo confirmó cuando gruñó con cierta ira y se alejo, odiaba a los vampiros era la unica de los espiritus guardianes de Aetos que odiaba tan claramente que a veces le hacía sonreír. Quiso relevarle que ya sabia lo que era pero ¿porque no jugar un poco mas? la ignorancia, la pasión y sobre todo el aburrimiento era lo que le guiaban- Mm..Deseaba un buen entretenimiento ¿vos me lo dareis hermosa dama?

-tomó la bebida con una mano embriagando a su piel de la humedad del hielo, no tardó mucho en levantar su copa y beber pero a diferencia de lo que usualmente haria, tragar, acercó su boca a aquella mujer pidiendo el permiso (quisiera ella o no) con la lengua dejando que el licor cayese en la boca de su acompañante sentándose en su asiento despues de aquello ¿como reaccionaria? el probó un poco el nectar de aquella boca por lo que cual simple hombre ya estaba satisfecho- espero que le guste la bebida, no sabía si le gustaria -se apoyó completamente en el respaldo de la mesa, la figura atractiva pero altiva de Aetos parecía ser su carta de presentación.

Mechones negros que escondian el oscuro de sus ojos mientras paseaba un dedo por sus labios como si restase importancia a aquella humedad, no habia chocado la lengua buscando sus colmillos pero en cuando los sacara demostraria que no era el hombre débil que parecia creer que era, una mujer de generosos pechos se acerco a la mesa, acariciando el hombro a aetos pero solo por un momento despues se marchó con otro cliente que estaba disfrutando de meter la mano en aquellos senos, se sonrió negando, los hombros ya no eran caballerosos incluso llegaban al nivel de repugnancia deseado como para que Aetos quien muchas veces gustaba de contemplar lo que hacian los demás a su alrededor apartase la vista- ¿O se refiere a otro tipo de diversión? - su voz masculina resonó con tranquilidad dejando que su mandibula se tranquilizase mirando hacia el vaso que parecia quejarse de que el hielo era más grande de lo que quedaba en la copa.

Hubo ruidos de gemidos y a la madame gritando que fueran a una habitación, habia primerizos que se asustaban fácilmente pero eran los que mas gananciales daban especialmente los enamoradizos, amor...que absurda idiotez creada por el nombre para rechazar la soledad, morimos solos, nacemos solos siempre hay que darse cuenta de esos pocos detalles pues los humanos pasan la mayor parte del tiempo buscando un amor que no se sabe si vendrá por el mero hecho de no querer estar solo, suspiró dando por finalizada la contemplación del vaso dando n sorbo pero esta vez sí tragando, sus ojos no volvian a separarse de los de aquella dama, las "femme fatale" eran las peores- Me gusta el sexo duro, marcas, arañazos, cortes... -hizo enfasis en lo segundo guiñándole un ojo, si con eso no dejaba claro que ya sabia lo que era no sabia o bueno si sabia lo que hacer-

-Bastante excitante se presentaba la noche para el brujo aunque él no era de las personas que se preocupasen demasiado en exponer lo que sentían al exterior en sus orbes un brillo de unos segundos se plasmó en sus pupilas borrandolo despues como un autentico profesional, Aetos no permitia que como buen caballero su miembro dominase ante su mente ¿que pasaria si se hechaba sobre ella como habia visto hacer? en vez de un hombre de renombre parecería un borracho urgido en busqueda de la primera persona que se abriese de piernas, el no buscaba solo sexo sino placentera diversión la que se plasmaba en los cuentos eróticos donde las fantasias estaban a la palma de la mano...ser dominado o dominar incluso los gemidos pasaban a un segundo plano dejando que los "juegos" cobrasen su protagonismo. El brujo la contempló con ojos agudos sin importar pues la poca caballerosidad que tenía su mirada ¿no habia empezado el primer juego? el de la seducción, la sensualidad donde el primero que se acercaba era el que ponia las normas dejando que el segundo siguiera o no el juego, era como un contrato siempre voluble a modificaciones por eso adoraba el sexo pero ante todo las mujeres con caracter-

¿Aun deseais más, mi señora? -La sonrisa juvenil que asomo los labios de Aetos parecía releer los terminos del contrato que ella le habia impuesto. Cuando se acercó rozando sus labios con los colmillos lo encontró bastante erótico, no era la primera vez que habia estado con una de su raza, los vampiros eran especialmente lascivos unos amantes que le habian dejado "seco" en más de una ocasión incluso hoy cuando queria juegos salvajes bastaba con una sola llamada para que ellos acudieran a él, tanto mujeres como hombres habian conocido a Aetos como un buen amante que no se preocupaba solo de su placer sino de los demás también-Debeis de tener mucha sed espero poder congraciaros ya que despues de todo sois mi invitada -Movió su silla alejandose por unos escasos segundos de la mujer- Pero no soy tan caballero como creeis -Al finalizar las palabras tomó con fuerza las caderas de la mujer colocando el cuerpo de su compañera en el regazo del brujo, mirandole con una sonrisa coqueta a la par que sensual.

Esta vez no tuvo piedad ni caballerosidad pues el tomo por los cabellos besandole con completa devoción, devorando su boca sin importarle como su lengua se masajeaba con aquellos colmillos dejando que algunas gotas de sangre se mezclasen en un afrodisiaco de saliva carmesí que pasaba de boca en boca con cada beso. Era suya esta noche y él era de ella hasta que en el amanecer tanto uno como otro se olvidasen de los nombres... una de las manos de Aetos con descaro fue hacia la pierna derecha de aquella mujer acariciandola con los dedos firmemente, apretandola con descaro alejando despues su boca de la suya con una sonrisa en los labios esperando ante todo una bofetada- ¿Os he asustado, mademoiselle? - Mordió su labio inferior con fuerza atrapando de nuevo su boca en un beso que duro unos segundos suficientes como para meter completamente su lengua en aquella boca, sacándola al instante-

¿Me sugeris alguna otra cosa? -Subió aquella mano, le hacia sentir su tacto desde su nalga hasta su tobillo sin importunarle siquiera en meter la mano en rincones prohibidos. Como habia empezado la sesión de descaro acabó posando el cuerpo de la mujer de nuevo en su asiento tomando un buen trago de licor sin abandonar la mirada a sus ojos con una sonrisa siempre traviesa-

¿Qué es el descaro sino una marca de presentación? -Su tono era divertido, lo usaba siempre cuando estaba de buen humor al menor en el sexo siempre se hallaba de buen humor, normalmente su sonrisa casi nunca era expuesta si podía hacía todo lo contrario estar quieto mirando a la otra persona con el rostro expresando su incomodidad abiertamente, no era el típico hombre que escondiera lo que sintiera aunque su rostro no gustaba de ser expresivo él de un modo u de otro lo acababa diciendo. Paseó su mirada con el descaro siempre presente por el cuerpo de aquella mujer pero se centró en sus ojos grises, eran sin duda interesantes pero también excitantes.

No se sorprendió cuando mencionó lo de la seducción, la sangre sin duda era uno de los reclamos que más necesitaban los vampiros para una noche de sexo, todos necesitaban o tenían sus "necesidades" por así decirlo, así que cuando estas se mostraban era indicio de que no podía haber elegido mejor noche, ella pensaba así, él pensaba asi, el brujo se adaptaba a todo incluso a los momentos donde él cedia su sangre para bañar ambos cuerpos, tenía de sobra asi como sabía su trato con la muerte siempre le concedería al menos un paso por delante no con una vida eterna pero si con algo más de fuerza que un simple mortal-

Pues entonces mi señora ¿A donde querríais ir? -Sonrió cuando dejó la mano en los brazos de aquella dama, subiendo por sus hombros y despues la mano derecha acarició el mentón ajeno mirando fijamente sus ojos, era sin duda hermosa tendría a cualquier varón a sus pies aunque a él lo único que le interesaba era una cosa y ya lo había dejado claro, el chiste era que él había venido al burdel buscando una cortesana o en su defecto buscando sexo y lo había encontrado en alguien que no era del negocio, volvió a acercar los labios a aquella mujer ya que habia esa "confianza" de al menos esa noche y dejó un beso, un toque, un suave roce mientras su aliento bañaba a aquella mujer, la calor, no sabia si la sentiría o fingiría conocerla pero él estaba ardiendo en deseo y ella estaba fría de impaciencia ¿no era demasiado cursi?-

A donde querais ir solo teneis que decirme mademoiselle -No quería elegir el sitio, el ya habia dado un paso, ella otro, él habia dado otro... bueno también era porque ahora no deseaba más que centrarse en su compañía femenina, habria dicho o pedido una habitación del burdel ¿porque no? - ya se... donde podríamos estar cómodos, una llave , una habitación -señaló mientras hablaba a un hombre que estaba pendiente de las llaves, ya que parecia su primer dia no tendría reparo en darles una llave aún mas conociendo quien era el "cliente" en cuestión-

-Ella desprendía una sensualidad incapaz de no ser notada, era un ser de la noche ellos disfrutaban con más aspereza del sexo especialmente las mujeres porque los hombres caían a sus pies con solo un movimiento de caderas mientras que los hombres usaban la seducción para que las mujeres cayeran a sus pies. Mientras que estaba en la habitación ella se acercó demandante pidiendo los besos o las caricias con aquella pregunta que le habían hecho en más de una ocasión ¿dominar, ser dominado? le gustaban las dos cosas lo dijo todo con una sonrisa de medio labio mientras tomaba la cintura de aquella mujer notando los besos o la frialdad de su piel que a pesar de todo seguía siendo suave-

Quien sabe ¿que es lo que te gusta a ti? -Provocativo le levantó el vestido con las manos dejandole las piernas desnudas, poco a poco tambien la cadera mientras metía la mano bajo la ropa interior apretándole los gluteos aunque un dedo travieso que otro acariciaban su sexo de forma indirecta, alejó la mano de aquel sitio mientras la tumbaba en la mesa relamiéndose brevemente los labios con una sonrisa- Por ahora, me gusta dominar

-Se acomodó encima de ella, quitándole la ropa dejandola a un lado mientras le observaba con la ropa interior aún puesta, él se quitó la camisa dejandola en el suelo igual que se desprendió del cinturón de su pantalón bajándose la cremallera, inclinó su tronco hacia delante, besando lentamente su boca, hundiendo completamente la lengua en ella aproximando sus manos a sus senos, los masajeó, los acarició sin quitarle el sostén, después apretó sus pezones aún por encima de la ropa mientras le besaba de aquella manera tan húmeda-