Pruebas de laboratorio [Abierto y disponible a elevado número de PJs]

Hoy era un dia soleado y alegre. Hacia frio. Pero por suerte la niebla no habia llegado aun aqui. Y con mi alta temperatura el frio no era problema. La verdad no se. algo me decia que hoy iba a pasar algo. Esperemos que nada malo. Por que malo...uf....no más lios no. Es decir. Cosas buenas si. cosas malas no. Aunque después de lo de licantropia no se cosa peor puedo encontrar. Me rasqué la nariz con cuidado y segui andando por las calles. No habia demasiada gente. Tampoco poca. Pero mejor así. Así evitaria olores indeseados. Y gente indeseada.

Me rasqué el brazo mientras entraba en una calle con algunos puestos. Si tuviese suficiente dinero me compraria algo pero como no...me conformaré ocn mirar. Tampoco es tan malo. Suspiré viendo unas telas cuando unas voces llamaron mi atencion.

Levanté la vista y tensé mi mandibulo gruñendo debilmente. Quien se habia creido que era esa mujer. No tenia derecho a tratar así al hombre ninguno. Dejé las telas y salí de aquel pequeño puesto camino del de allí. Antes no hubiese levantado una ceja contra alguien de alta clase. Pero ahora que no tenia nada, pero aparte era fuerte. No me daba ningun miedo. Y no iba a permitir que tratase así a ese pobre hombre. Además ese hombre me habia ayudado cuando lo habia necesitado. A si que mejor que lo dejase tranquilo.

Me acerqué gruñendo con los puños cerrados mientras notaba mis musculos tensos y mis dientes afilados. Le pegué un empujon para que soltase al hombre y la miré. Tenia sangre en las manos. Que habria estado haciendo esta mujer. No...no me daba buena espina. quizás no debi de acercarme. Quizás debi de meterme solo en mis asuntos. Pero no queria. No...no...

-Deje a ese hombre empaz. No se te ve cara de campesina pero de puta es otro asunto.-gruñi. Joder yo nunca decia esas cosas. Salvo cuando me cabreaba.- El caso. Dejele. No queremos problemas aqui. -la volví a empujar.- a si que haga el favor de ir a buscar limones a otro sitio.

La miré seria. Auqnue mi timidez intentaba anular esta valentia pero yo no me dejaba queria...queria seguir adelante...defender. Hacer algo bien.

La mujer me cogió por sorpresa por los pelos de la nuca y ahogué un pequeño grito mirándola. Escuchando las barbaridades que salian de su boca. Era incrible con lo respetable que aprecia y las blasfemias que salian de su boca. Y creo que en algunos de uss insultos no estaba por mucho que me costase admitirlo no estaba equivocada. Si era algo animal, si tenia una bestia y en cierto modo era parecida a los perros. Por mucho qu eme doliese admitirlo muchos de sus insultos no fueron más que verdades.

Vi como levantaba una mano para golpearme y cerré los ojos ante las expectativas de un gran golpe. Por el contrario apenas sentí aquel tortazo como una pequeña palmada incluso era menos de lo que podía llegar a esperar. Esta mujer no tenia fuerza o quizás era debido a mi condición de Licantropa.

Sonreí satisfecha cuando vi como me soltaba y se daba la vuelta con una expresión ridículamente estúpida y creida. Me sacudí la ropa y me crucé de brazos mirándola.

No temia sus amenazas no sabia que era la Santa Inquisicion y tampoco quería averiguarlo. Sonaba a algo de iglesia por lo de la brujería. Pero aunque me acusase antes de matarme tendrianq ue pillarme. Y no es fácil pillarme y menos para unos curas.

Bufé a su cara sin dejar de mirarla. Me daba igual además habia conseguido que soltase al hombre y … Arrugué las cejas y la nariz mientras una mueca de preocupación aparecia en mi cara. Dejé caer los brazos y di un paso hacia el lugar donde estaba entrando la mujer. Lamentos de pobres lobos y perros llegaban a mis oídos. Lamentos que aunque no los entendiese completamente no podían por más que desgarrarme por dentro.

-Espere. –Di varios pasos más. Sin lugar a duda los lamentos venían de aquí. Pero quien seria esta mujer. Y por que tendría a pobres animales encerrados. No llegaba a entenderlo. Sabia que habia personas crueles pero me costaba entenderlo. - ¿Por qué tiene animales hay dentro? Están sufriendo. –La miré seria con la boca apretada intentando controlar los colmillos.- Son seres vivos como usted y como yo. Aunque supongo que a vos solo le importará vos y nadie más.

Los lamentos eran más desgarradores. Me…me estaban llamando. Tragué saliva y di algunos pasos más hacia ese lugar donde estaba la mujer a pesar de sus atónitas miradas. Queria verlos. Sentia la necesidad de sacarlos de allí.

La miré algo extrañada por sus palabras. Por sus expresión ausente. Los pelos de mis brazos se habían erizado rápidamente ante aquella sensación. Era demasiado…no debía de haber dicho nada. Pero los pobres animales, el pobre hombre…

Vi como se acercaba y me puse en alerta mostrando ligeramente los dientes. Una reacción algo animal, pero que por desgracia salía como un reflejo ante peligro o amenaza. Pero fue más rápida y me cogió de la muñeca con fuerza, impidiéndome que escapase de ella. Comenzó a tirar me di. Opuse algo de resitencia pero no demasiada pues estaba demasiada absorta con las palabras que dijo. No entendía lo que habia dicho. ¿Caza de seres sobrehumano? ¿Era uno de esos humanos que cazaban licántropos?

No…Me soltó con fuerza dentro de aquel lugar y cerró la puerta con los cerrojos sin darme tiempo a retroceder sobre nuestros pasos o huir. Estaba atrapada. En aquel extraño sitio con una cazadora de lobos. Por eso tendría tantos perros y lobos. Me mantuve cerca de una pared protegiendo mi espalda. Si iba a atacarme s elas veria con mis garras. No iba a dejar…oh…escuché como los animales salian corriendo y relajé lijeramente los musculos. Auqnue se olia un empalagoso olor a sangre y muerte en el lugar. Un olor que hacia que se me revolviesen las tripas.

La miré horrorizada por todo lo que en aquel lugar veía. Habia cosas de aspecto maravilloso. Pero otras, otras daban bastante que desear. Otras no me parecían nada agradables. Decidí mirar al fondo de la pared, aislarme de todo loq eu allí habia. Hasta que ella volvió a acercarse a mi para que la siguiese. Cerré el puño con fuerza alerta. Pero la seguí subí con ella arriba y me sneté donde me decía. Apenas en la punta de la butaca. No quería problemas y necesitaba una posición rápida por si debía escapar.

Miré como ella se sentaba. Sin dejar escapar ni uno solo de us smovimientos. Por si algún gesto fuese peligroso para mi. ¿Doctora? ¿Quimica? Era alguien importante de la iglesia. Pero los curas normalmente no son químicos ni doctores. No…sus siguientes palabras hicieron que mis ojos tomasen un caliz amarillento apenas un reflejo, pero allí estaban atentos a lo que dijese. Sabia lo que era. Habia descubierto mi naturaleza. Ahora debía tener más cuidado. Podria acabar conmigo en el minimo movimiento. No podía permirilo.

La miré tragando saliva mientras intentaba relajarme. No acaba de entender sus ultimas palabras. No entendía que silencio era el que quería a cambio. Pues habia sido ella la que me habia mostrado esto por que quiso. No fui yo la que se lo mostré. Era..

-Entiendo.-Negarse seria una tontería estaba segura que ella sabia de lo que hablaba.-¿el silencio? ¿el silencio ¿por que o a que? Pues no comprendo a que se refiere con esas palabras madame,

La continue mirando. Era…demasiado extraño…es decir…quiero huir…quiero irme…pero a la vez quiero quedarme. Quien narices me mandaría meterme donde no me llaman…Pero no…no iba a reiteramente en lo que habia hecho. Me sentía orgullosa de haber defendido a ese pobre hombre en el mercado. Y más ahora que sabia que me habia enfrentando a una asesina de lobos. Es decir no era más que una novata yo, pero podía con alguien cualificado y que encima habia sido entrenado y habia aprendido como dios manda. No como yo.

La miré en silencio moviéndome un poco sobre el asiento buscando algo de comodidad sin perder en ningun momento las opciones de escapar o de huir mientras la escuchaba. Es que…esta mujer..Era demasiado extraña. No entendía el cambio que habia tenido de una vez a otra. De grítame como una condenada a ahora hablarme despacio como si ella fuese una madre buena que solo intenta comprender a su hija. De verdad estaba absolutamente confusa. No era nada normal esta situación era consciente de ello. Y tampoco podía fiarme como podía estar segura de que iba enserio. De que no quería dañarme. No podía estar segura y sin embargo mi propia constancia me llevaba a eso a no negarme no …podría estar perdida si no seguía la corriente a esta mujer. Quien sabe que armas tendría que cosas extrañas para matarme.

Me aclaré un poco la voz quería mostrarme serena y que mi voz tambien sonase así, pura normal y corriente. Sin ocultarse sin negar. Sin miedo. Era timida pero no cobarde. Eran dos cosas muy distintas.

-Yo no he hecho daño a nadie.- Me mordí el labio, era lo primero que habia dicho pero por que me habia salido, no…no podía controlarlo. Yo no habia hecho nada. Excepto en las lunas llenas. Esas noches no sabia que sucedia. Pero por lo demás… Yo nunca hacia daño a nadie. Tranquila Mimi si no mantienes la calma parecerás una culpable.- Gracias por soltar a los perros.- No sabia si debía o no haberle dado las gracias pero era algo que por desgracia no podía evitar. Ser agradecida incluso en momentos tensos, o sarcásticos. Yo era así. Moví la cabeza un poco.- No se a que te refieres con esas preguntas. Yo vivo en París desde que tengo memoria y sola?. Bueno ahora solo estamos nosotras dos. No hay nadie más. Supongo que eso significa que estoy sola. –Mi voz era tímida, pero segura, me sentía pequeña a pesar de saber que seguramente la superaba en fuerza pero ella…quien sabe que armas tendría. Tragué saliva.- Y bueno adelante, es decir, habla mientras sea pacíficamente no hay problema.

Me volví a morder el labio. La mujer era extraña y quizás con mis palabras solo la hubiese puesto más furiosa, o la hubiese confundido o vete tu a saber… esperaba que hubiese respondido bien.