AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Pruebas de la vida || Privado.
2 participantes
Página 1 de 1.
Pruebas de la vida || Privado.
Un día más en la fría mañana de París aun cuando los rayos del sol tocan la tierra se puede sentir todavía unas pequeñas brisas gélidas que corren por la piel haciendo que se estremezcan las pobres almas que deambulan a esas horas, bien temprano, por las calles empedradas de la ciudad, el aroma del despertar de la ciudad llega a los corazones de las personas, tales como aquel hombre que en aquella casa modesta va a levantar a su pequeño, a la razón de su vida y de su alegrías, su hijo, el fruto del amor y lo único que le recuerda a su amor uno que no se volverá a permitir sentir por su pequeño. Entre risas y regaños levanta al pequeño, luego de varios minutos el hombre sale de su habitación bien vestido y perfumado, con la corbata a medio hacer, prácticamente mal hecha, el pequeño tomando el desayuno espera ansioso a su progenitor, ambos en una perfecta compañía disfrutan de una charla muy cordial, cual señores de sociedad.
–Puedo saber cómo va hoy los negocios, señor?–
—Estupendo señor, las inversiones del señor pingüino van viento en popa y pronto llegará una carga de té y especias traídas desde el lejano oriente, y a usted señor cómo va manejando mis inversiones—
–Gracias por peguntar por ellas, van excelente y le recuerdo al señor que hoy vendrá la nueva nana, espero que se porte a la altura y la trate como el caballero que es, la atienda muy bien hasta mi regreso, volveré en la tarde para el almuerzo, puede mientras ordenar en el palacio que se haga conforme a su voluntad hasta mi regreso, entendió jovencito–
Termina de tomar la taza de café cuando el pequeño en gesto de molesto no acepta las palabras de su padre y tutor.
—Por qué? Si estamos bien solo tú y yo, no tiene que venir una vieja a hacer de niñera, no es necesaria, ya puedo cuidarme solo y de la casa también, no hace falta una mujer metiche—
El padre del jovencito con una sonrisa y un beso en la frente se despide de su hijo –Solo promete que te comportarás con las candidatas hasta mi regreso, la necesito porque nos quedaremos en Francia por un largo tiempo y quiero que estés nivelado en tus estudios y porque soy tu padre y necesito que te cuiden, ya me han hablado los vecinos por tus travesuras y diabluras en sus jardines con tu pandilla de amigos, hasta el perro de los vecinos te tiene miedo, el perro un gran perro negro te teme, entonces ahora jovencito tendrá ojos que lo vigilaran mientras yo trabajo– se aleja partiendo hasta la tarde con la sonrisa de diabluras en el rostro del pequeño que aseguran que alguna sorpresa tendrá a cada candidata antes de que llegue su padre para que ninguna lo ve a él.
–Puedo saber cómo va hoy los negocios, señor?–
—Estupendo señor, las inversiones del señor pingüino van viento en popa y pronto llegará una carga de té y especias traídas desde el lejano oriente, y a usted señor cómo va manejando mis inversiones—
–Gracias por peguntar por ellas, van excelente y le recuerdo al señor que hoy vendrá la nueva nana, espero que se porte a la altura y la trate como el caballero que es, la atienda muy bien hasta mi regreso, volveré en la tarde para el almuerzo, puede mientras ordenar en el palacio que se haga conforme a su voluntad hasta mi regreso, entendió jovencito–
Termina de tomar la taza de café cuando el pequeño en gesto de molesto no acepta las palabras de su padre y tutor.
—Por qué? Si estamos bien solo tú y yo, no tiene que venir una vieja a hacer de niñera, no es necesaria, ya puedo cuidarme solo y de la casa también, no hace falta una mujer metiche—
El padre del jovencito con una sonrisa y un beso en la frente se despide de su hijo –Solo promete que te comportarás con las candidatas hasta mi regreso, la necesito porque nos quedaremos en Francia por un largo tiempo y quiero que estés nivelado en tus estudios y porque soy tu padre y necesito que te cuiden, ya me han hablado los vecinos por tus travesuras y diabluras en sus jardines con tu pandilla de amigos, hasta el perro de los vecinos te tiene miedo, el perro un gran perro negro te teme, entonces ahora jovencito tendrá ojos que lo vigilaran mientras yo trabajo– se aleja partiendo hasta la tarde con la sonrisa de diabluras en el rostro del pequeño que aseguran que alguna sorpresa tendrá a cada candidata antes de que llegue su padre para que ninguna lo ve a él.
Owen M. Tzavaras- Humano Clase Media
- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 27/10/2014
Re: Pruebas de la vida || Privado.
Hace tanto tiempo que Léa no trabajaba con niños que sintió haber perdido toda practica con ellos, sin embargo para ella era mucho más fácil lidiar con ellos que con la gente adulta, los niños para la joven eran más que pequeños hombres, eran la luz de esperanza para un mundo lleno de porquería, los niños llevarían no solo a Paris sino al mundo entero a un nuevo comienzo, fue por eso que desde temprana edad sabía que quería estudiar para maestra y lo consiguió.
Ser maestra era un sueño hecho realidad tanto como convertirse en madre, desde el momento en el que supo que estaba embarazada se sintió la mujer más feliz del mundo, ahora tenía todo lo que había querido y amaba tanto a la vida por ello, sin embargo nadie esperaba que durante el parto las complicaciones llevaran a la muerte a su pequeño, aquello la destruyo por completo alejándose del mundo, no queriendo volver a ver la luz de dia de nuevo.
El tiempo se convirtió en un martirio, la vida le pasaba cada dia que pasaba pero lentamente la herida parecía doler menos, al menos de a ratos, su casera al verla en esa situación no tuvo corazón para echarla a la calle aunque estaba en todo su derecho, había dejado de pagar el alquiler meses atrás, sin embargo la joven Léa le recordaba a su hija, fue por eso que la acogió en su casa y Léa agradecía prestando sus servicios en lo que fuera necesario, le agradecía tanto esa mano amiga que le había ofrecido.
Esa misma mujer fue quien le consiguió esta entrevista de trabajo, había oído por fuentes amigas que el hijo de un joven viudo necesitaba una tutora que se encargara de su cuidado mientras él trabajaba fuera, por lo que había oído el pequeño era un pequeño diablillo y ninguna de las niñeras había sido capaz de controlarlo, enseguida pensó en Léa era el mejor modo de que ambos se ayudaran, el pequeño necesitaba alguien que lo cuidara y Léa encontrar un nuevo sentido a la vida.
Por agradecimiento a su casera fue por lo que se presentó a la entrevista, aunque antes de llegar a aquella casa, por la calle vio a varias mujeres correr de un lado a otro cubiertas de lodo, mojadas hasta la ropa interior o gritando cosas en diferentes idiomas, Léa frunció el ceño no entendía que estaba pasando hasta que choco de frente con una de ellas, que le informaban que no se presentara en esa casa, que el mismo demonio habitaba en ella.
– No puede ser tan malo.. – susurró para si misma, antes de atreverse a tocar la puerta, estaba bastante nerviosa, al abrirse la puerta la mucama le sonrió haciéndola pasar hacia el salón, donde un pequeño niño jugaba con sus pequeños juguetes, no podía ser tan malo ¿o si?
Ser maestra era un sueño hecho realidad tanto como convertirse en madre, desde el momento en el que supo que estaba embarazada se sintió la mujer más feliz del mundo, ahora tenía todo lo que había querido y amaba tanto a la vida por ello, sin embargo nadie esperaba que durante el parto las complicaciones llevaran a la muerte a su pequeño, aquello la destruyo por completo alejándose del mundo, no queriendo volver a ver la luz de dia de nuevo.
El tiempo se convirtió en un martirio, la vida le pasaba cada dia que pasaba pero lentamente la herida parecía doler menos, al menos de a ratos, su casera al verla en esa situación no tuvo corazón para echarla a la calle aunque estaba en todo su derecho, había dejado de pagar el alquiler meses atrás, sin embargo la joven Léa le recordaba a su hija, fue por eso que la acogió en su casa y Léa agradecía prestando sus servicios en lo que fuera necesario, le agradecía tanto esa mano amiga que le había ofrecido.
Esa misma mujer fue quien le consiguió esta entrevista de trabajo, había oído por fuentes amigas que el hijo de un joven viudo necesitaba una tutora que se encargara de su cuidado mientras él trabajaba fuera, por lo que había oído el pequeño era un pequeño diablillo y ninguna de las niñeras había sido capaz de controlarlo, enseguida pensó en Léa era el mejor modo de que ambos se ayudaran, el pequeño necesitaba alguien que lo cuidara y Léa encontrar un nuevo sentido a la vida.
Por agradecimiento a su casera fue por lo que se presentó a la entrevista, aunque antes de llegar a aquella casa, por la calle vio a varias mujeres correr de un lado a otro cubiertas de lodo, mojadas hasta la ropa interior o gritando cosas en diferentes idiomas, Léa frunció el ceño no entendía que estaba pasando hasta que choco de frente con una de ellas, que le informaban que no se presentara en esa casa, que el mismo demonio habitaba en ella.
– No puede ser tan malo.. – susurró para si misma, antes de atreverse a tocar la puerta, estaba bastante nerviosa, al abrirse la puerta la mucama le sonrió haciéndola pasar hacia el salón, donde un pequeño niño jugaba con sus pequeños juguetes, no podía ser tan malo ¿o si?
Léa Gillet- Humano Clase Media
- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 27/10/2014
Re: Pruebas de la vida || Privado.
El trabajo siempre llama y así era como aquel padre de familia salía a lo suyo para dar a su pequeño una vida sin complicaciones pero era el vástago quien le daba esos problemas a su progenitor; cuantas veces no llegaba a casa por la noche a recibir las quejas de los vecinos y de las niñeras que aguardaban por fuera con palabras muy malsonantes en contra de él y su pequeño “angelito”, nadie en todo parís se atrevía a trabajar como institutriz del pequeño, las benditas referencias dañaban todo, porque cada persona que les conocía decía que el niño era el diablo en persona.
Ese era la forma de pensar del progenitor, incluso en ese momento que iba al trabajo se repetía cual mantra “Es solo un niño, es solo un niño” , pero, ¿Qué mal puede causar un niño? Tantos males que las vecinas encierran a sus mascotas y de ser legal y posible pondrían trampas para osos en los jardines, talarían todos los árboles y le negaría el agua. Es es el mal que causaría el pequeño niño.
Y justo es así que en aquel modesto hogar, el pequeño demonio se encontraba jugando en el centro de la sala cuando escuchó el timbre sonar.
—Es hora de actuar— susurra el chiquillo ante su plan trazado.
No quiere decepcionar a su padre pero realmente no está en sus planes tener a mujeres cerca de su progenitor ¿por qué? Pues porque todas siempre que podían hablaban de él y de lo guapo que les parecía, tan agradable y con un hijo era lo que no podían creer, es decir el pequeño sentía celos de que quieran a su padre y a él lo deseen alejar de quien le dio la vida, además de que se sentía usado por esas mujeres que no le prestaban atención solo vivían tirando las enaguas por ver a su padre. Y ahora estaba una más en su hogar para lo mismo para meterse entre él y el amor de su ascendiente. Se pone de pie para hacer la reverencia que le ha aprendido a Owen, corre a tomar la mano de la mujer justo cuando la mucama se retira el pequeño se atreve a tirar de la mano de la joven soltándola abruptamente.
—Disculpara pero mi padre ha salido ya a trabajar, el vendrá hasta muy tarde en la noche y vendrá borracho gastándose el dinero de hoy en su bebida, luego iré a la calle a buscar empleo o robar algunas monedas para comprar pan y mantener la casa— una mentira, pero no lo era del todo.
En aquella invención el pequeño mostraba que era él quien manejaba al personal por la ausencia de su padre gracias al exceso de trabajo que tenía y que cuando venía en la noche se veía con él, su hijo y no con otras mujeres por lo que aquella intrusa no tendría que tratar con él si no con el pequeño.
Sería la mujer mala, podría el hombre de la casa volver antes de que la mujer corra, quizás sí, porque a pocas calles de ahí estaba de regreso Owen, se había dejado unos papales de antigüedades importantes en su habitación.
“No se puede culpar a un niño por sus travesuras y curiosidad”
Ese era la forma de pensar del progenitor, incluso en ese momento que iba al trabajo se repetía cual mantra “Es solo un niño, es solo un niño” , pero, ¿Qué mal puede causar un niño? Tantos males que las vecinas encierran a sus mascotas y de ser legal y posible pondrían trampas para osos en los jardines, talarían todos los árboles y le negaría el agua. Es es el mal que causaría el pequeño niño.
Y justo es así que en aquel modesto hogar, el pequeño demonio se encontraba jugando en el centro de la sala cuando escuchó el timbre sonar.
—Es hora de actuar— susurra el chiquillo ante su plan trazado.
No quiere decepcionar a su padre pero realmente no está en sus planes tener a mujeres cerca de su progenitor ¿por qué? Pues porque todas siempre que podían hablaban de él y de lo guapo que les parecía, tan agradable y con un hijo era lo que no podían creer, es decir el pequeño sentía celos de que quieran a su padre y a él lo deseen alejar de quien le dio la vida, además de que se sentía usado por esas mujeres que no le prestaban atención solo vivían tirando las enaguas por ver a su padre. Y ahora estaba una más en su hogar para lo mismo para meterse entre él y el amor de su ascendiente. Se pone de pie para hacer la reverencia que le ha aprendido a Owen, corre a tomar la mano de la mujer justo cuando la mucama se retira el pequeño se atreve a tirar de la mano de la joven soltándola abruptamente.
—Disculpara pero mi padre ha salido ya a trabajar, el vendrá hasta muy tarde en la noche y vendrá borracho gastándose el dinero de hoy en su bebida, luego iré a la calle a buscar empleo o robar algunas monedas para comprar pan y mantener la casa— una mentira, pero no lo era del todo.
En aquella invención el pequeño mostraba que era él quien manejaba al personal por la ausencia de su padre gracias al exceso de trabajo que tenía y que cuando venía en la noche se veía con él, su hijo y no con otras mujeres por lo que aquella intrusa no tendría que tratar con él si no con el pequeño.
Sería la mujer mala, podría el hombre de la casa volver antes de que la mujer corra, quizás sí, porque a pocas calles de ahí estaba de regreso Owen, se había dejado unos papales de antigüedades importantes en su habitación.
Owen M. Tzavaras- Humano Clase Media
- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 27/10/2014
Re: Pruebas de la vida || Privado.
Antes de llegar hasta la puerta de esa mansión repaso en su mente aquello que todos le habían dicho, “no te fíes de ese niño, puede ser un chiquillo malcriado” Léa no entendía como la gente podía referirse de ese modo a un pequeño de tan corta edad. “Su padre es un hombre muy buen mozo y no solo eso, es una persona amable y que todos desean estar en su compañía, pobrecillo con ese niño en su casa nunca podrá conseguir una nueva esposa”, ha oído tanto de ellos que parece que los conoce, la gente no para de hablar, en lo único que piensan es en el estatus social, en lo que debe hacer un hombre tan joven pero no se detienen y piensan en el pobre niño que ha quedado huérfano de madre, ella también perdió a su madre siendo apenas un bebé, sabe lo difícil que es crecer sin ella.
La mucama lo llevo hasta donde el pequeño que no daba para nada miedo como todas le habían asegurado, un dulce y angelical pequeño que ahora le tomaba la mano pero que al retirarse la vieja mujer la soltó de un modo algo grosero, Léa oyó aquel cuento y quedó sorprendida, no porque creyera en su mentira sino hasta que punto era capaz de inventar solo para “controlar” la situación, porque eso estaba intentando, bajar las defensas de la joven, pero eso tampoco era parte de su trabajo.
– Bueno entonces me dirijo con usted señor Tzavaras – estiró la mano de nuevo hasta la del pequeño para estrecharla – Será un gusto trabajar para usted, como puede ver mi trabajo será acompañarle durante sus horas de juego y también tomaremos unos ratos libres para repasar libros, aunque viejos y llenos de polvo tienen mucha sabiduría – aseguro tomando asiento en uno de los sillones, saco de su pequeño bolso una hoja con todos sus datos, nombre, edad, lugar de nacimiento y experiencia.
– Puede que su padre llegue muy noche e incluso no nos veamos en todo el día, así que le entrego a usted mi carta de recomendación para que se lo de de su propia mano ¿de acuerdo? – el jovencillo solo asintió con un movimiento de cabeza, aunque con el ceño fruncido parece ser que es la única mujer que le ha hablado de este modo y no como un niño pequeño.
– Entonces, que te parece si me muestra la cocina, le preparé el desayuno mientras hablamos de negocios – le guiño el ojo poniéndose de pie, extendiéndole la mano para que la tomara, ambos caminaron por un enorme pasillo hasta que la puerta volvió a sonar ¿Quién sería ahora? ¿Una nueva candidata? No lo cree, nadie se atreve a ir – Iré a abrir la puerta, mientras usted se lava las manos para preparar unas ricas tortitas – La institutriz camino hasta la puerta sin pensar siquiera que encontraría al dueño de la casa.
La mucama lo llevo hasta donde el pequeño que no daba para nada miedo como todas le habían asegurado, un dulce y angelical pequeño que ahora le tomaba la mano pero que al retirarse la vieja mujer la soltó de un modo algo grosero, Léa oyó aquel cuento y quedó sorprendida, no porque creyera en su mentira sino hasta que punto era capaz de inventar solo para “controlar” la situación, porque eso estaba intentando, bajar las defensas de la joven, pero eso tampoco era parte de su trabajo.
– Bueno entonces me dirijo con usted señor Tzavaras – estiró la mano de nuevo hasta la del pequeño para estrecharla – Será un gusto trabajar para usted, como puede ver mi trabajo será acompañarle durante sus horas de juego y también tomaremos unos ratos libres para repasar libros, aunque viejos y llenos de polvo tienen mucha sabiduría – aseguro tomando asiento en uno de los sillones, saco de su pequeño bolso una hoja con todos sus datos, nombre, edad, lugar de nacimiento y experiencia.
– Puede que su padre llegue muy noche e incluso no nos veamos en todo el día, así que le entrego a usted mi carta de recomendación para que se lo de de su propia mano ¿de acuerdo? – el jovencillo solo asintió con un movimiento de cabeza, aunque con el ceño fruncido parece ser que es la única mujer que le ha hablado de este modo y no como un niño pequeño.
– Entonces, que te parece si me muestra la cocina, le preparé el desayuno mientras hablamos de negocios – le guiño el ojo poniéndose de pie, extendiéndole la mano para que la tomara, ambos caminaron por un enorme pasillo hasta que la puerta volvió a sonar ¿Quién sería ahora? ¿Una nueva candidata? No lo cree, nadie se atreve a ir – Iré a abrir la puerta, mientras usted se lava las manos para preparar unas ricas tortitas – La institutriz camino hasta la puerta sin pensar siquiera que encontraría al dueño de la casa.
Léa Gillet- Humano Clase Media
- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 27/10/2014
Re: Pruebas de la vida || Privado.
El pequeño niño acepto de buen grado las palabras de la nueva empleada sobre todo en el razonamiento de no verse con el padre del jovencito y aunque la verdad al niño no le chiflaba mucho eso de tener una “niñera” que le diga siempre que “no” a alguna de sus travesuras, ya se imaginaba él todo aburrido leyendo y leyendo miles de polvosos libros sin sentido y emoción, hasta el punto de morirse de tanto inanición lectora vieja. Aun así aceptaría el hecho de que al menos disfrutaría de un poco de comida de la buena, con dulces y masas de por medio.
Los papales de ella los dejo en el suelo al final luego los quemaría y le diría a su padre en la noche que vino una vieja gordota y fea con un grano en la nariz a cuidarlo, eso le agradaba y no le molestaba mentirle a su padre ya le había dado algunas mentirillas por sus “graciosadas” a las vecinas que le querían coquetear. Ahora estaba en la cocina moviendo las sillas y buscando una olla y sartenes, ingredientes como harina y huevos, la harina la esparció sobre la mesa de madera, un huevo lo quebró tirando las cascarás en el suelo, otro huevo y otro más, un poco de azúcar y comenzó a amasar, hasta que vio que su “institutriz” se demoraba.
—Lea— llamó el pequeño mirando a la puerta, esperando que fuera ella quien atravesara, pero solo oye una voz grave, su nombre y al puerta cerrándose. Su padre estaba en casa.
Mientras tanto…
El padre del pequeño, el señor Tzavaras, regresaba corriendo a su morada, había olvidado algunos papeles en su habitación y que eran para la presentación de las esculturas adquiridas para el museo, casi sin aliento toca la puerta esperando que sea su pequeño quien lo reciba, estaba todo sudado de tanto correr y cuando se oye la puerta abrirse
–Guille gracias al cielo sigues en... – las palabras murieron ahí cuando miró a la joven.
Sorprendido revisó el número de la casa y sí era la de él con su primogénito. Sonrió estirando la mano
–Disculpe señorita, le puedo ayudarla en algo, tenía cita conmigo– ingresa a su hogar mirando los papeles en el suelo
–Ay Guillermo, cuando aprenderás a no tirar los papeles en el suelo– se acerca a recoger y medio ordenar el desorden de su pequeño niño
–Disculpe todo este desorden señorita, me llamo Owen Tzavaras, soy el padre del pequeño que vive aquí, espero que no le haya causado algún problema o inconveniente, no la recibió con alguna broma o algo, le pagaré una indemnización por los daños y le pido disculpas, este niño no aprende– observa los papeles mirando los datos de la joven.
El pequeño salió con un rostro angelical y cuando su padre le miró no pudo mantener ese enojo, también suavizó la mirada pero el pequeño entendió el mensaje de “ordenar el desorden”.
—No le hice nada a ella, solo conversé y le dije que daría sus papeles a ti padre, no sé porque todos creen que haría algo malo— se hace el ofendido, si es el mismo demonio.
Mira cómo ve su padre a la joven corriendo a él abrazándole de la cintura para que lo cargue, algo que Owen hace siempre que llega a casa.
—Volviste temprano, te quedarás ya? Podemos ir al parque de diversiones— con toda la ilusión pregunta olvidándose de la mujer.
Owen invitó a la joven a tomar asiento mientras pedía a la ama de llaves que le trajera un poco de té verde para los tres. Espera con todo el corazón que su pequeño no hubiera espantado a la institutriz y menos que le hiciera algún mal, incluso para sus ojos la nueva niñera era bonita tan bonita que pensó que no era cierto que aquella joven acudiera al trabajo con todas las institutrices que sabían la clase de niño que tenía en casa.
Los papales de ella los dejo en el suelo al final luego los quemaría y le diría a su padre en la noche que vino una vieja gordota y fea con un grano en la nariz a cuidarlo, eso le agradaba y no le molestaba mentirle a su padre ya le había dado algunas mentirillas por sus “graciosadas” a las vecinas que le querían coquetear. Ahora estaba en la cocina moviendo las sillas y buscando una olla y sartenes, ingredientes como harina y huevos, la harina la esparció sobre la mesa de madera, un huevo lo quebró tirando las cascarás en el suelo, otro huevo y otro más, un poco de azúcar y comenzó a amasar, hasta que vio que su “institutriz” se demoraba.
—Lea— llamó el pequeño mirando a la puerta, esperando que fuera ella quien atravesara, pero solo oye una voz grave, su nombre y al puerta cerrándose. Su padre estaba en casa.
Mientras tanto…
El padre del pequeño, el señor Tzavaras, regresaba corriendo a su morada, había olvidado algunos papeles en su habitación y que eran para la presentación de las esculturas adquiridas para el museo, casi sin aliento toca la puerta esperando que sea su pequeño quien lo reciba, estaba todo sudado de tanto correr y cuando se oye la puerta abrirse
–Guille gracias al cielo sigues en... – las palabras murieron ahí cuando miró a la joven.
Sorprendido revisó el número de la casa y sí era la de él con su primogénito. Sonrió estirando la mano
–Disculpe señorita, le puedo ayudarla en algo, tenía cita conmigo– ingresa a su hogar mirando los papeles en el suelo
–Ay Guillermo, cuando aprenderás a no tirar los papeles en el suelo– se acerca a recoger y medio ordenar el desorden de su pequeño niño
–Disculpe todo este desorden señorita, me llamo Owen Tzavaras, soy el padre del pequeño que vive aquí, espero que no le haya causado algún problema o inconveniente, no la recibió con alguna broma o algo, le pagaré una indemnización por los daños y le pido disculpas, este niño no aprende– observa los papeles mirando los datos de la joven.
El pequeño salió con un rostro angelical y cuando su padre le miró no pudo mantener ese enojo, también suavizó la mirada pero el pequeño entendió el mensaje de “ordenar el desorden”.
—No le hice nada a ella, solo conversé y le dije que daría sus papeles a ti padre, no sé porque todos creen que haría algo malo— se hace el ofendido, si es el mismo demonio.
Mira cómo ve su padre a la joven corriendo a él abrazándole de la cintura para que lo cargue, algo que Owen hace siempre que llega a casa.
—Volviste temprano, te quedarás ya? Podemos ir al parque de diversiones— con toda la ilusión pregunta olvidándose de la mujer.
Owen invitó a la joven a tomar asiento mientras pedía a la ama de llaves que le trajera un poco de té verde para los tres. Espera con todo el corazón que su pequeño no hubiera espantado a la institutriz y menos que le hiciera algún mal, incluso para sus ojos la nueva niñera era bonita tan bonita que pensó que no era cierto que aquella joven acudiera al trabajo con todas las institutrices que sabían la clase de niño que tenía en casa.
Owen M. Tzavaras- Humano Clase Media
- Mensajes : 71
Fecha de inscripción : 27/10/2014
Re: Pruebas de la vida || Privado.
Lo que había oído del joven viudo hasta el momento había sido verdad, era en verdad un hombre elegante, muy buen mozo y amaba a su hijo como ningún padre que ella hubiera tratado en su vida como institutriz, la imagen le recordó mucho a su propia infancia, huérfana de madre su padre fue quien se encargó de criarla, nunca se puede culpar a un padre de sus decisiones tomadas cuando se trata de la crianza infantil, nadie es perfecto, mucho menos se puede recriminar cuando lo que intenta hacer es por su bien.
Ha conocido hombres y mujeres en el mundo que cuando la otra parte de su matrimonio falta, es decir su esposo se dejan morir porque la vida se les ha ido con el ser amado, entonces todo lo que crearon juntos desaparece, pero ¿y si ese matrimonio trajo consigo un fruto? Y no un bien material que puedes botar a un lado, sino algo tan valioso como es un niño, una criatura inocente que no tiene culpa de nada, abandonar a un niño eso se llama una crueldad, entonces un padre como el que ahora mismo tiene delante de sus ojos dividiéndose entre el mundo laboral y el mundo paternal, culparle de no interesarse por otros motivos que ser padre y sustento para su hogar.
Léa analiza al padre y al niño, la forma en que ambos conviven, se siente invasora de su espacio y ahora es cuando comprende más el comportamiento del niño, las demás mujeres que han llegado a su casa vienen por dos simples motivos, el dinero o el matrimonio sin pensar siquiera que el motivo real por el que están presentándose en ese hogar es auxiliar al padre a cuidar a su niño, ser la mano de apoyo en la crianza del pequeño.
– Buenas tardes señor Tzavaras – se sentó en el sillón que el hombre después de extender su mano para estrechar la del hombre, giró el rostro para sonreírle al pequeño, ese era su modo de demostrarle a ambos que ella había ido solo y por motivos laborales – Al contrario señor, su niño se ha portado hasta ahora como todo un caballero, tiene unos excelentes modales – probablemente había exagerado un poco pero lo menos que quería era causarle problemas al pequeño con su padre, además de que en verdad no le había jugado ninguna travesura en lo poco que tenía de estar con él.
– Mi nombre es Léa Gillet, vengo a ofrecer mis servicios como institutriz, me han dicho que usted requería alguien que se encargara de su pequeño mientras usted estuviera fuera trabajando, como podrá ver en mis documentos, tengo experiencia y creo que su pequeño y yo nos llevaremos bastante bien, si necesita algo más de mis referencias todos ellos con gusto hablaran de mi – intentó mantenerse lo más profesional que pudiera, porque ese era el punto real de todo esto, no estaba ahí para buscar marido, sonrió para ambos, mirando sobre su cabeza y detrás de ellos un retrato de lo que imagino sería la mujer de la casa, una bella familia a los ojos de Léa, era un infortunio que la joven pareja hubiera sufrido tan horrible desenlace.
Ha conocido hombres y mujeres en el mundo que cuando la otra parte de su matrimonio falta, es decir su esposo se dejan morir porque la vida se les ha ido con el ser amado, entonces todo lo que crearon juntos desaparece, pero ¿y si ese matrimonio trajo consigo un fruto? Y no un bien material que puedes botar a un lado, sino algo tan valioso como es un niño, una criatura inocente que no tiene culpa de nada, abandonar a un niño eso se llama una crueldad, entonces un padre como el que ahora mismo tiene delante de sus ojos dividiéndose entre el mundo laboral y el mundo paternal, culparle de no interesarse por otros motivos que ser padre y sustento para su hogar.
Léa analiza al padre y al niño, la forma en que ambos conviven, se siente invasora de su espacio y ahora es cuando comprende más el comportamiento del niño, las demás mujeres que han llegado a su casa vienen por dos simples motivos, el dinero o el matrimonio sin pensar siquiera que el motivo real por el que están presentándose en ese hogar es auxiliar al padre a cuidar a su niño, ser la mano de apoyo en la crianza del pequeño.
– Buenas tardes señor Tzavaras – se sentó en el sillón que el hombre después de extender su mano para estrechar la del hombre, giró el rostro para sonreírle al pequeño, ese era su modo de demostrarle a ambos que ella había ido solo y por motivos laborales – Al contrario señor, su niño se ha portado hasta ahora como todo un caballero, tiene unos excelentes modales – probablemente había exagerado un poco pero lo menos que quería era causarle problemas al pequeño con su padre, además de que en verdad no le había jugado ninguna travesura en lo poco que tenía de estar con él.
– Mi nombre es Léa Gillet, vengo a ofrecer mis servicios como institutriz, me han dicho que usted requería alguien que se encargara de su pequeño mientras usted estuviera fuera trabajando, como podrá ver en mis documentos, tengo experiencia y creo que su pequeño y yo nos llevaremos bastante bien, si necesita algo más de mis referencias todos ellos con gusto hablaran de mi – intentó mantenerse lo más profesional que pudiera, porque ese era el punto real de todo esto, no estaba ahí para buscar marido, sonrió para ambos, mirando sobre su cabeza y detrás de ellos un retrato de lo que imagino sería la mujer de la casa, una bella familia a los ojos de Léa, era un infortunio que la joven pareja hubiera sufrido tan horrible desenlace.
Léa Gillet- Humano Clase Media
- Mensajes : 13
Fecha de inscripción : 27/10/2014
Temas similares
» La vida nos da sorpresas... Sorpresas nos da la vida. // Privado - Josiah
» Una vida por otra // Privado
» Lecciones De Vida - Privado
» Mandoble De Vida +Privado+
» La vida es sueño [Privado]
» Una vida por otra // Privado
» Lecciones De Vida - Privado
» Mandoble De Vida +Privado+
» La vida es sueño [Privado]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour