: HELAINE |+| Shakespeare :

por **Helaine Shakespeare** Miér Ene 04, 2012 2:55 pm

HELAINE |+| Shakespeare
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Edad: 18
Especie: Humana
Tipo, Clase Social o Cargo: Clase Media
Orientación Sexual: Heterosexual
Lugar de Origen: Bristol, Londres
Descripción Física:

Rubia de bellos ojos azules, no suspende en belleza y saca matrículas con su sonrisa de ensueño. Mide 1'70 y sus cabellos le roza casi el busto de "XXX" medidas. De curvas sugerentes y de un porte elegante, Helaine le gusta vestir con apariencia sencilla pero que de ese toque de elegancia a su guardaropa. Su vestuario es de tonos neutros, los de gala de colores vivos, siempre jugando en dos bandos. Su tez pálida es suave y frágil, no puede tomar el sol por mucho tiempo pues tiende a quemarse con facilidad y con ello, siempre lleva un parasol o un sombrero de ala media sobre sus cabellos dorados, unos guantes cubriendole las manos a las que cuida siempre con una pequeña dosis de crema especial para las manos. Femenina en todos los sentidos, en su exterior como su interior. Las joyas a veces es buen complemento para ella, le gustan los tonos turquesas, piezas no de gran tamaño, disimuladas pues lo de destacar, no le gusta mucho.

Descripción Psicológica:

Una chica un tanto aburrida.

Helaine no puede evitar a ser una chica risueña, con la mente abierta y con el don de la escritura. Le gusta ser femenina en lo que se refiere a sus vestimentas, le gusta sentirse bien. Cariñosa, un poco asustadiza por cosas insignificantes, una chica tímida aunque no lo parezca tras aquella mirada que te pueda incitar a pensar diferente. Una de sus pocas virtudes es la orientación. Es nula. Aunque le dibujaras el mapa más grande del mundo, aunque le pusieras la letra x100 se perdería y te la encontrarías al cabo de varios días muerta de hambre, pero al estar en París, su orientación pareció instalarse un poco. Los cambios de temperatura, todo era diferente para ella.

No hay mal que por bien no venga, Helaine, a pesar de ser una chica tímida, es un poco...despistada. Ya de por sí, siempre se disculpa ante cualquier tropiezo que su mente tenga, se haya olvidado algo en la habitación de la casa o simplemente que no sabia donde dejo el sostén para ponérselo al día siguiente...pero todo hay que decirlo. Helain, puede llegar a ser una chica de cabellos dorados, con una sonrisa bella y un poco despistada, con la orientación puesta en las zapatillas de estar por casa, pero a pesar de todos esos defectos, a ella le gusta escaparse por las noches e ir regalando su buen corazón a las personas que andan desamparados por las calles de Paris, es algo habitual en ella el ira al orfanato para regalar obsequios a los niños, leerles cuentos o quedarse a dormir. Aparte, es un poco indecisa, le cuesta decidirse, es...todo un reto conocerla, pero nunca te podrías llevar mal con ella.

Solo que si le entras en el amor, mal vamos. Toda su vida, ha seguido la palabra de Dios. En generaciones y lo que ella sabe de su familia, es que es la más católica que puedas conocer. No van a sectas, no están metidos en herejía ni en nada satánico pues su familia son las más puras y castas y, al igual que siempre en toda su familia, el sexo hasta el matrimonio nanai, nada de nada ya que con ello, Helaine, puede responder de alguna manera un poco “brusca” dependiendo del nivel de “agresión” que sufra.

Historia:

1782-1800

Bristol ~Londres // París ~Francia

Parece que Shakespeare es el nombre de un famoso autor de obras de teatro. En cambio, la rama actoral se sabe que por las venas Shakesperianas corren con libertad, sin cesar por aquí y por allá van libremente sin que nada ni nadie les diga nada. Pero, en esta historia es diferente. Es cierto que los ancestros de Heladine, llegan hasta el mismísimo William Shakespeare, de algún modo, consiguió que hubiera descendencia, pero el cómo de cómo sucedió aquello no es lo que nos toca ahora contar en estas líneas. La familia de Heladine, consiguió establecerse en Bristol tras haber tenido varios problemas económicos durante dos años. Finalmente, con la ayuda del nacimiento de Heladine, las cosas llegaron de la nada, estableciéndose a algo mucho mejor que estar siempre en números rojos. No quisieron que su niña estuviera creciendo entre círculos viciosos de gente equivocada y muy a su pesar, tuvieron que dejarla en el orfanato, pero con una condición. Para cuando tuviera 18 años de edad, justo al cumplir la mayoría de edad, tendría que casarse.

Todo está confuso en estas líneas, pero no hay mayor confusión pues la mejor historia es la que es contada por uno mismo. En cualquier caso, no hay mucho que contar, sumisa es y con algunas características especiales que la definen como alguien rara, como si fuera un bicho raro, pero en cualquier caso interesante el cual a conocer.

La historia de Heladine, es simple. Nace en Bristol, se muda de muy pequeña con su familia a París donde reside parte de su familia francesa y es donde se quedan allí a vivir, pero una noche, en mitad de la tarde cuando el crepúsculo cae al anochecer, el padre de Heladine recibe una carta misteriosa. No sabe de quién es, tan solo lee el contenido de ella..

Después de que leas esta carta, Monsieur,
a su hija a de llevar al orfanato.
Usted y su esposa deben de llevar a la pequeña
al orfanato por su seguridad.

Solamente pudo pensar que hablaba en clave aquella pequeña carta. No le hizo caso, quizás se trataba de alguna broma pesada de algún noble que podría querer parte de su fortuna, querer amenazarlo aunque las palabras no se tornasen así. No quiso alarmarse, no era una carta de buen gusto, pero no la tiro, la guardo en los múltiples y desordenados papeles que tenía sobre la mesa de su oficina, entre facturas atrasadas y esperando que al estar aquí en París las cosas fuesen a mejor.

El que avisa, no es traidor.

La verdad, no supo que aquello fuese a mejor. Ninguna carta volvió a presentarse en el domicilio de los Shakespeare, ninguna pues algo había cambiado en su suerte. De unas facturas atrasadas, ahora las pagaban con puntualidad, Heladine tenía cuatro años para entonces, se movía por doquier en la pequeña mansión en la que vivían. Su padre consiguió un trabajo como vendedor de violines, aprendió el oficio de la reparación y con un poco más de suerte, podía atender de vez en cuando en la tienda. Su mujer en cambio consiguió el oficio de institutriz en una casa cerca de su mansión pues se rumoreaba que la niña a la que enseñaba, apenas podía andar y tanta compasión le dio, que no lo dudo ni un instante, no dudo en escoger a esa niña entre tantas que había para que ella impartiera clases a domicilio.

Ahora, nunca dejaba sola a Heladine, la llevaba con ella a todos sitios, pero una tarde por la que andaba por la calle la una al lado de la otra, llegaron al oficio de su padre, entraron y ahí le encontraron, feliz y en armonía junto con su jefe detrás del mostrador, pero...algo en el superior del padre de Heladine, la madre vio, algo que no le gusto ni pizca. Miraba a su marido, fijamente con la mirada nerviosa y con la niña ya en brazos, ella se durmió en el pecho de su madre.

El señor Shakespeare miro a su mujer, captó el mensaje y ya que era bien entrada la noche, el trío shakesperiano se fue a su hogar finalmente, extrañamente con cierta prisa del lugar. Ya llegaron a su hogar, a su mansión en la que vivían.
-¿Dónde tienes la carta que recibiste hace cuatro años?-Dijo preocupada a su marido. Este se rascaba la cabeza, dudosa por intentar recordar donde puso aquella carta, pero su memoria era nula. La mujer exasperada de tanta inmadurez, se dirigió hacia la habitación de Heladine y empaqueto todas sus cosas, procurando que no quedase nada suelto.
-¡Gabrielle! ¿Qué haces?-Pregunto alarmado su marido- ¿Adonde la llevas?
-¡Al orfanato! ¡Donde tuvo que ir desde un principio!-Miro a su marido inquisitorialmente-Debe estar a salvo....
-Pero está prometida...-Dijo de repente de aquella boca sonrosada y repleta de barba rubia. Silencio. Ambos se miraban, Heladine dormía en su cama de plumas plácidamente.
-¿Podremos prometerla igualmente?-Pregunta mirando a su hija que dormía en su cama.
-Sí...-tose-pero mejor, llevémosla a un internado en lugar de un orfanato.

14 años después. . . .

Heladine asiste a clases en el College de France. No suele ser la que mas destaque por su persona o por su vida. Solo lleva una apariencia sencilla a lejos de la vista de alguien, que según sus padres, la dijeron que la buscan y aparte de eso, un prometido. Un compromiso del cual ella no quería hacerse cargo. Estaba delante de la puerta del colegio, mucha gente alrededor. Sus gafas se ajustaron al puente de su nariz, sus pequeñas trenzas a ambos lados. Una vida enjaulada en secretos y una vida para descubrirlos.