Samantha D'Ancona

por **Nadége Morózova** Miér Ene 11, 2012 12:04 am

NOMBRE Y APELLIDO: Samantha D'Ancona

EDAD:17

NACIONALIDAD:Italiana

TIPO/NIVEL SOCIAL: Humano - Clase Alta

ORIENTACIÓN SEXUAL:Homosexual

Complejidad. Los humanos fueron creados para ser completamente diferentes aunque los rasgos de su rostro sean parecidos. La consciencia o inconciencia varía según el racionalismo y/o inteligencia del individuo, pero muy a menudo se suele juzgar su capacidad marginándole y señalándole; se separa del resto de los demás para llevar en la frente un estigma que lo distingue, algunos le llaman locura otros simplemente disminuyen el impacto alegando trastorno de personalidad (Complejo bipolar), sea cual fuere el caso, en una sociedad respetada y forjada con hipocresía valorada en moral, nadie está exento de ser “La oveja negra” de la familia. Y es que no importa el sexo, tampoco la complexión física, mucho menos se ha de valorar la inteligencia... Se está programado para juzgar y atacar lo que no se comprende cayendo por completo en la absurdo al creer en "La evolución humana". Es la misma historia desde el principio de los tiempos, la misma mentalidad morbosa e insuficiente del ser hombre... No hemos cambiado nada desde entonces. ¿Por qué yo habría de ser diferente? Así que eso soy; el lado obscuro de un ángel que ha traicionado la devoción religiosa que las plegarias de una madre le profesan.

Caprichosa, engreída, altanera, cínica, déspota y sarcástica. Adjetivos que describen la poca paciencia que tengo con las personas y el compartimiento independiente que me ha llagado a caracterizar desde la infancia. Señalada de entre un montón de personajes con la misma aflicción que yo, incluso entre ellos, sigo siendo más obscura de lo común. Me destaco por mi gusto excéntrico en el arte, pinturas eróticas que resalten la belleza femenina en toda su magnánima expresión. Poesía tachada como inmoral evocando orgasmos líricos o poder aplaudir una obra de teatro en donde se refleje la realidad humana, los sentimientos y emociones más reservados en un ámbito lleno de prejuicios hipócritas. Embelesarme con la melodía fúnebre de una orquesta, prefiero el dulce cantar del violín y el piano a solas. Partituras que tenga conflictos existenciales entre la melancolía de un réquiem o la alegría de una canción de cuna. Creo fervientemente en la nada, me gusta pensar y siempre he de cuestionar lo que se me dice, aún siendo tan obvio prefiero dejar las cosas claras. Soy fastidiosa, llego al borde de la desesperación y provoco la irritación fácil de la gente. Sentir su desprecio, su hostilidad, su odio... Sólo es saberme algo más en su vida que una sombra quedada en el olvido del pasado. No me interesa que me quieran, no nací para ganarme su aprecio falso mientras yo malgasto mis emociones por allí con mentiras y malos tratos. Soy también, arrogante y egoísta. Envidio lo que no tengo y mantengo con-recelo lo que poseo, pero no hablo de trivialidades como el dinero, soy más trascendental que eso, me refiero a la libre expresión de los caballeros y romance que con sus damas se desenvuelve en la plaza presuntuosos de lo que son, alegres de lo que tienen. Sentimentalismo barato.

No soy una damisela en peligro, esa es una imagen absurda que se tiene sobre las mujeres. ¿Feminista? No, es sólo que destaco las virtudes y fortalezas de la mujer como obra de arte de los Dioses o condena eterna de los demonios. Pienso que así son ellas, una polaridad tan gloriosamente inalcanzable que me atormenta el hecho de no comprenderles como debería. Desconfío de la gente la mayor parte del tiempo, sin embargo, todos deberían tener alguien con quién compartir las alegrías y tragedias, una persona que, al final del día y después de todos los disparates de la vida, continúe allí escuchándote, bien esa sería yo. La lealtad y fidelidad están marcadas en mi piel y, cuando forjo un lazo con una persona debería considerarse afortunado porque me digné a mirarle. Es difícil que se cree este lazo debido a mi alto contenido de pedantería pero no es imposible. Manipuladora y fría, no me ensucio las manos, siempre habrá alguien más que lo haga por mí. Para mi desgracia no soy tan víbora como desearía y el lado más amable de mi ser se desenvuelve con una buena botella de licor, he descubierto que ebria soy una persona muy amable. Celosa, romántica y ácida la combinación más explosiva e interesante. Y no lo digo yo -aunque mi ego sea enorme- lo dicen ellas. Me gusta seducir a las mujeres, embriagarlas con palabras sutiles y llenas de encanto susurradas al oído mientras la luna menguante se derrite en una noche llena de vigor y placer. Soy un amante empedernido que siempre buscará la satisfacción de su compañera antes que la propia. Sé que sólo soy una niña ante la mirada experta de los ancianos y/o personas maduras, pero la vida a logrado enseñarme, forjarme y despertarme con mejor intensidad de la que pudiese sospechar.

En la mentalidad de los padres lo único que está en su cabeza es el bienestar de sus hijos. Sin importar cual sea el camino que la vida les imponga, estos se levantarán contra el destino, todo por salvaguardar la familia y asegurarse de la continuidad del linaje, aún cuando implique el sacrificio de uno de sus descendientes. El error fue haberme elegido a mí.
Mi madre la señora Hayley D'Ancona, quedó embarazada de mi hermano y yo a la edad de 18 años, éramos gemelos. Pero al nacer el parto se complicó y ella falleció. Nací primero que Dante, pero Donovan siempre lo ocultó ante la sociedad ya que era presunción el hecho de haber tenido un primogénito como él. Dante era el niño prodigio y sólo conseguí ser la sombra detrás de él, la verdad es que nunca me importó porque así tuve la libertad de ser libre... Jugaba en el fango, con la clase baja, no tenía que estudiar como mi gemelo porque yo jamás llevaría las cuentas de la casa, porque una mujer sólo era destinada a una cosa, a servir como esclava sexual de un maldito pervertido al cual se le había vendido una esposa. Sí, esa sería yo, quien salvaría las deudas de Donovan si lograba comprometerme con un noble o adinerado caballero. Sin embargo, al sentarme a escuchar una de las tantas historias que le leía mi padre a Dante, una curiosidad avasalladora se apoderó de mi y me envenenó por completo.
Era la hija de D'Ancona así que mis caprichos por muy banales que fuesen tendrían que cumplirse, no importaba si sólo era la niña detrás del 'Varón' con tal de que dejase de hacer mi berrinche se me cumplía todo, allí fue que comprendí el poder y obligué a la nana enseñarme a leer. El idiota de mi padre siempre creyó que Dante robaba los libros con líricas de la biblioteca para regalarlo a sus amantes, pero la realidad siempre fue distinta... Comencé a enamorarme de los poetas líricos de la antigua Grecia, desde Simónides de Ceos hasta la hermosa Safo de Lesbos. Devoré los autores de las tragedias y la épica de Homero. Si tan sólo mi hermano hubiese concebido un poco de conocimieno sobre aquel con quien compartió su nombre en determinando momento, seguramente me habría enamorado de él. ¿Como dejar de lado a "il Sommo Poeta"? Jamás olvidaré la primera vez que leí La divina comedia, tenía sólo 10 años de edad y no la comprendí. Pregunté a la nana, cuestioné a mi padre y una maldita golpiza fue la respuesta, jamás volví a recurrir a mi padre para ese tipo de cuestiones. La lectura me mantuvo alejada de los demás durante un largo periodo de tiempo e incluso se pensaba que había perdido la razón, me estaba volviendo loca y pensaron en encerrarme en un manicomio. A mi no me importó, al menos encerrada pasaría las tardes imaginando mundos diferentes a la absurda realidad que me rodeaba; llegó ella y lo arruinó todo...
Alice... el sólo susurro de su nombre aún me hace evocar aquellos momentos junto a ella. Donovan se enamoró de esta mujer cuando mi hermano y yo cumplimos los 14 años. A estas alturas yo me convertí en una jovencita bastante atractiva, según los comentarios obscenos de los amigos de mi padre, pero a mi no me interesaban ellos, mucho menos los idiotas de mi edad que, aún soñaban con pertenecer a la realeza y corrían por las calles gritando ser los guardias personales del rey. Mi padre y Alice se desposaron durante el otoño del 1797 y todo parecía ser maravilloso. La verdad era muy diferente. A ella le pareció curiosa mi actitud ante el mundo, comenzó a acecharme y a mi a fastidiarme. Siempre se trataba de lo mismo, si tomaba un libro, Alice revisaba el contenido después, me hacía preguntas que no quería responderle e incluso llegó a dudar sobre mi capacidad. No pude soportarlo "No porque vos carezcáis de sentido racional, significa que los demás estamos condicionados a la misma ignorancia que la vuestra" y estalló en carcajadas.
No sé como demonios pasó, no tengo la menor idea de que estúpido espíritu me poseyó en ese instante, pero fue la mejor noche que he pasado hasta ahora. Nuestros cuerpos se enredaron para ser uno mismo, sus besos recorrieron cada parte de mi ser enloqueciendo mis sentidos, alterando mis emociones y el fatalismo de mi psicología se resumió a la nada en un tórrido jadeo con su nombre... La suavidad de su piel, el color de sus ojos, el sabor de sus labios, el perfume de su cabello. Sus dedos me derretían, el calor de sus caricias me elevaba al éxtasis inexplorado del placer. Ella era como la lírica de Safo:

"Paréceme a mí que es igual a los dioses el mortal que se sienta frente a tí,
y desde tan cerca te oye hablar dulcemente y sonreír de esa manera tan encantadora.
El espectáculo derrite mi corazón dentro del pecho.
Apenas te veo así un instante, me quedo sin voz.
Se me traba la lengua.
Un fuego penetrante fluye en seguida por debajo de mi piel.
No ven nada mis ojos y empiezan a zumbarme los oídos.
Me cae a raudales el sudor. Tiembla mi cuerpo entero.
Me vuelvo más verde que la hierba.
Quedo desfallecida y es todo mi aspecto el de una muerta..."

Alice Donya Bianchi, mi primer amor. Aquel que me enseñaría a profanar mi santuario con la indecencia, el pecado y la promiscuidad. Mantuvimos el romance en secreto durante dos años antes de que Donovan se diese cuenta de la infidelidad de Alice, aún así el idiota pensó que era Dante con quien ella se metía, jamás sospechó de mí. Alice fue echada de la casa y acusada de herejía por el imbécil de Donovan, he allí el secreto de mi ira en su contra. Fue perseguida y asesinada por el temor de los ciudadanos. Eso me destruyó el alma y me convirtió en lo que soy ahora. La amaba tanto que me sumergí en una depresión estúpida, no comía, no podía dormir y Donovan no pudo entender el por qué de mi reacción ante la muerte de Alice. En un arranque de histeria, combinada con el humor de cada mes... le escupí en la cara la verdad. Me destrozó el rostro, por el golpe bajo que le había dado. Casi me mata, pero Dante intervino a tiempo... El señor D'Ancona no pudo soportar la idea que su hija haya nacido con el gusto excelso por las damas, más aún fue inaceptable el hecho de entender que no era contra un caballero con el que luchaba por el amor de su segunda esposa si no contra su propia hija... Él era un reconocido aristócrata ¿Cómo demonios era posible que eso le ocurriese a él? ¡Maldición, Dante! se enfrentó contra Donovan, por mi culpa a causa de mí él desapareció. No tengo la más mínima idea de como ocurrieron los hechos, ignoro todo después que Dante sacó a patadas a nuestro padre a la calle, un estruendo, la gente gritando, las señoras hiperventilando y yo encerrada en la casa porque él me lo había ordenado. Yo amaba a mi hermano, ¡Por el maldito infierno que lo respetaba en demasía! Siempre hacía lo que él me ordenaba y esa vez me quedé allí. Donovan regresó manchado de sangre y me gritó que él ya no era mi hermano y yo ya no era su hija. Lamentablemente para él, tuvo que arrepentirse al día siguiente cuando llegó una carta con la declaración de la ruina para la familia D'Ancona. ¡Donovan estaba arruinado! Sin embargó recordó a un amigo que pagaría lo que fuese por mí, así que el desgraciado de mi padre me vendió a él...
Y ahora estoy aquí, en Francia comprometida con alguien que desconozco, con un ser a quien no amo... No he olvidado a Alice y sé que nunca lo haré, pero quien sabe, me han dicho que Francia está lleno de sorpresas, quizá aquí encuentre a mi Safo.

Datos Extra:
- No puede dejar de morder su labio inferior cuando está nerviosa.
- Es inevitable dejar su sarcasmo fuera de las conversaciones.
- Tiene un gusto exclusivo por la música clásica y los poemas.
- Escribe sus pensamientos en una libreta
- Sabe tocar el piano y el violín
-Descifrar acertijos.
- Odia que la gente piense que la conoce.

Y el más importante:
- Dante aún sigue con vida y lo está buscando.