AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Amante de luna (Cristopher) +18
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Amante de luna (Cristopher) +18
La noche había caído y con ella los lugares del alrededor, mostrando el oscuro negro con relucientes estrellas a su alrededor destacando la brillante luna llena de la noche.
Hombres entraban al burdel muchas caras de jovenes desconocidos, atractivos y en busca de una pasional aventura con alguna de las cortesanas. Otros típicos clientes casi rutinario para ellos. Esa noche había actuado tocando el piano con mis fragiles manos, esa melodia que tanto adoraba y de pequeña me mostraron, después un baile sensual mostrando mis largas piernas finas y blancas, una falda abierta por delante y un corsé. Mi larga cabellera caía por mis hombros hasta mis pechos y se movía libremente y mis labios del rojo sangre. Mi cuerpo se movía sugerente llamando la atención de aquellos hombres que solo hablaban y alagaban a las bailarinas.
Terminó y bajó de aquel escenario, pasando entre la multitud de hombres que buscaban su compañía, pero ella no estaba con cualquier hombre, todos los que estaban en aquel burdel lo sabían. Ejecutivos, gente de clase alta, realeza buscaban la atención de Zoey, llegando a pagar barbaridades por tener a su disposición aquel cuerpo de fina tez y cara inocente.
Esos dulces y recién 19 años llamaban la atencion de cualquiera. Caminó y llegó finalmente a la entrada del burdel, pasando por aquel pasillo donde se escuchaban gemidos y se sentía la pasión.
Su fiel cigarro encendido y colocado en sus labios, dejando pasar ese blanco humo hacia sus pulmones y ese característico sabor que tiene el tabaco. Lo expulsó con lentitud y miró a su alrededor, chicas nuevas en el Burdel, la dueña y las ayudantes, paseando de un lugar a otro. Y entre tantos vió a uno que llamó especialmente su atención, caminó con paso decidido hacia él, ya tenía a alguien con quien divertirse aquella noche
Hombres entraban al burdel muchas caras de jovenes desconocidos, atractivos y en busca de una pasional aventura con alguna de las cortesanas. Otros típicos clientes casi rutinario para ellos. Esa noche había actuado tocando el piano con mis fragiles manos, esa melodia que tanto adoraba y de pequeña me mostraron, después un baile sensual mostrando mis largas piernas finas y blancas, una falda abierta por delante y un corsé. Mi larga cabellera caía por mis hombros hasta mis pechos y se movía libremente y mis labios del rojo sangre. Mi cuerpo se movía sugerente llamando la atención de aquellos hombres que solo hablaban y alagaban a las bailarinas.
Terminó y bajó de aquel escenario, pasando entre la multitud de hombres que buscaban su compañía, pero ella no estaba con cualquier hombre, todos los que estaban en aquel burdel lo sabían. Ejecutivos, gente de clase alta, realeza buscaban la atención de Zoey, llegando a pagar barbaridades por tener a su disposición aquel cuerpo de fina tez y cara inocente.
Esos dulces y recién 19 años llamaban la atencion de cualquiera. Caminó y llegó finalmente a la entrada del burdel, pasando por aquel pasillo donde se escuchaban gemidos y se sentía la pasión.
Su fiel cigarro encendido y colocado en sus labios, dejando pasar ese blanco humo hacia sus pulmones y ese característico sabor que tiene el tabaco. Lo expulsó con lentitud y miró a su alrededor, chicas nuevas en el Burdel, la dueña y las ayudantes, paseando de un lugar a otro. Y entre tantos vió a uno que llamó especialmente su atención, caminó con paso decidido hacia él, ya tenía a alguien con quien divertirse aquella noche
Última edición por Zoey Lerman el Vie Ene 20, 2012 1:35 pm, editado 1 vez
Zoey Lerman- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 16/04/2011
Localización : En el Burdel
Re: Amante de luna (Cristopher) +18
Era una noche cálida, una noche en la que deseaba un poco de placer, otros de los lujos que que no se daba hacia tiempo presa del trabajo y el cansancio. Tal vez no era su estilo ir al burdel, pero ese día realmente lo necesitaba. Seguramente sus colegas se encontraban allí, los conocía perfectamente no había una noche en la que no usaban a una mujer por puro placer, pero después de todo no era lo que él iba a hacer. Aún así entro al burdel se pidió un tradicional whisky y tomó asiento atrás del todo del escenario, donde estaba alejado de las cortesanas y de los viejos babosos que intentaban a toda costa conseguirse a la mas bella. Uno de los espectáculos comenzaban, una joven bailaba sensualmente sobre el escenario, moviéndose de manera sorprendente, no faltaban los gritos y halagos. Por un momento logró ver sus ojos pero estos no parecían distinguirlo, le dio otro sorbo a su trago y se quedó observándola. Tenía cierta incomodidad al presentarse en aquellos lugares porque veía a aquellas mujeres que entregaban su cuerpo a cambio de dinero como gente común, olvidando su trabajo y eso era algo que no todos los hombres veían, aún así creía que ese no era el mejor trabajo del mundo ni siquiera para quienes lo veían como tal.
Antes de que terminará se levantó del asiento y se dirigió al baño, necesitaba ventilarse un momento. Dentro se encontraba un grupo de hombres demasiado borrachos como para lograr completar una palabra, los miró con repugnancia y siguió su camino cuando uno de ellos lo tironeó de la capa y se volteo, no alcanzó a reaccionar que recibió un golpe en medio de la nariz, inmediatamente comenzó a sangrar pero lo ignoró y comenzó a devolverles los golpes, ellos eran cuatro y yo uno, pero ellos habían perdido los reflejos, terminé sacándolos a los empujones del baño y los llevé hasta afuera, me resulto algo difícil pero finalmente logre sacarlos del lugar aunque seguramente volverían a ingresar. Me dirigí nuevamente al pasillo llevándome la mano a la nariz y viendo que ya no me sangraba me limpié bien, había quedado desarreglado y despeinado. Luego me di cuenta que ese no era el pasillo que conducía al baño, se oían gemidos, gritos. Llegó al final del pasillo y se dispuso a regresar pero se encontró con que venía hacia él aquella joven que estaba bailando minutos antes en el escenario. Me quedé mirándola sin saber que haría al verlo allí en ese lugar.
Antes de que terminará se levantó del asiento y se dirigió al baño, necesitaba ventilarse un momento. Dentro se encontraba un grupo de hombres demasiado borrachos como para lograr completar una palabra, los miró con repugnancia y siguió su camino cuando uno de ellos lo tironeó de la capa y se volteo, no alcanzó a reaccionar que recibió un golpe en medio de la nariz, inmediatamente comenzó a sangrar pero lo ignoró y comenzó a devolverles los golpes, ellos eran cuatro y yo uno, pero ellos habían perdido los reflejos, terminé sacándolos a los empujones del baño y los llevé hasta afuera, me resulto algo difícil pero finalmente logre sacarlos del lugar aunque seguramente volverían a ingresar. Me dirigí nuevamente al pasillo llevándome la mano a la nariz y viendo que ya no me sangraba me limpié bien, había quedado desarreglado y despeinado. Luego me di cuenta que ese no era el pasillo que conducía al baño, se oían gemidos, gritos. Llegó al final del pasillo y se dispuso a regresar pero se encontró con que venía hacia él aquella joven que estaba bailando minutos antes en el escenario. Me quedé mirándola sin saber que haría al verlo allí en ese lugar.
Darcy Haward- Hechicero Clase Media
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Re: Amante de luna (Cristopher) +18
Aun seguía la melodía de la música en ella, se encontraba algo sudorosa por el reciente baile, su fina piel húmeda se enfriaba, se cambió con agilidad y salió a la entrada donde saludaba a sus compañeras y se intercambiaban miradas.
Encendió su cigarro con una cerilla que pidió a un joven que acababa de entrar, siempre tan descarada lo encendió y le dio un par de caladas notando aquel gustoso sabor para ella y para otros tan desagradable.
Se colocó su falda y apretó su corsé donde destacaban sus voluminosos pechos, hacía un momento había escuchado golpes fuera el Burdel y al acercarse al joven pudo observar como su nariz acababa de ser recién golpeada, aun algo hinchada donde se dejaba ver aquella sangre rojiza en uno de sus orificios. Sacó un pañuelo celeste y lo humedeció un poco en agua.
-Unos pequeños problemas ¿verdad caballero? –dijo coqueta y acercó el pañuelo humedecido a su nariz, limpiando la poca sangre que quedaba en ella, intentó no darle en la zona más afectada para no lastimarlo –Suele pasar que impertinentes borrachos molesten a las señoritas como yo y a todo el Burdel –le miró a sus profundos ojos sonriendo siempre con aquella sensualidad, se mordió levemente sus labios rojos carmín y retiró el pañuelo
–Esta algo inflamada pero sobrevivirá –le guiñó el ojo y observó como aquellos desvergonzados entraban de nuevo al burdel y se acercaban a Zoey.
-¡Fulana! –gritó el joven que tenía un ojo morado y se acercaba a ella- Aquí se ofrece todo un hombre para vos –rió descaradamente y llevó sus manos a la cintura de Zoey intentando atraerla hacia él, ella se apartó de un empujón al borracho.
-Será mejor que se marchen y no molesten –dijo seca y mirando mal a los borrachos y tomando la mano del joven que había sido golpeado –Si quiere acompáñeme estaremos más tranquilos –el borracho tomó con fuerza el brazo de la joven cortesana y esta pisó su pié intentando alejarse de él- Mis servicios son para los que yo deseé y ahora largo.
Cogió un vaso de whisky de la barra y lo bebió de un solo trago, volvió a sonreír y tomó la mano del muchacho pasando por el pasillo de las habitaciones donde la cálida luz se posaba en la piel de Zoey, se giró y miró hacia él –Zoey –dijo riendo a modo de presentación- Por si se lo preguntaba-comentó- Se que me estaba mirando cuando hice mi actuación de baile, las mujeres nos fijamos en todo hasta el más mínimo detalle–se giró acercándose a él- No soy una cortesana cualquiera –dijo mientras acariciaba el cuello de su camisa sonriendo pícara-
Encendió su cigarro con una cerilla que pidió a un joven que acababa de entrar, siempre tan descarada lo encendió y le dio un par de caladas notando aquel gustoso sabor para ella y para otros tan desagradable.
Se colocó su falda y apretó su corsé donde destacaban sus voluminosos pechos, hacía un momento había escuchado golpes fuera el Burdel y al acercarse al joven pudo observar como su nariz acababa de ser recién golpeada, aun algo hinchada donde se dejaba ver aquella sangre rojiza en uno de sus orificios. Sacó un pañuelo celeste y lo humedeció un poco en agua.
-Unos pequeños problemas ¿verdad caballero? –dijo coqueta y acercó el pañuelo humedecido a su nariz, limpiando la poca sangre que quedaba en ella, intentó no darle en la zona más afectada para no lastimarlo –Suele pasar que impertinentes borrachos molesten a las señoritas como yo y a todo el Burdel –le miró a sus profundos ojos sonriendo siempre con aquella sensualidad, se mordió levemente sus labios rojos carmín y retiró el pañuelo
–Esta algo inflamada pero sobrevivirá –le guiñó el ojo y observó como aquellos desvergonzados entraban de nuevo al burdel y se acercaban a Zoey.
-¡Fulana! –gritó el joven que tenía un ojo morado y se acercaba a ella- Aquí se ofrece todo un hombre para vos –rió descaradamente y llevó sus manos a la cintura de Zoey intentando atraerla hacia él, ella se apartó de un empujón al borracho.
-Será mejor que se marchen y no molesten –dijo seca y mirando mal a los borrachos y tomando la mano del joven que había sido golpeado –Si quiere acompáñeme estaremos más tranquilos –el borracho tomó con fuerza el brazo de la joven cortesana y esta pisó su pié intentando alejarse de él- Mis servicios son para los que yo deseé y ahora largo.
Cogió un vaso de whisky de la barra y lo bebió de un solo trago, volvió a sonreír y tomó la mano del muchacho pasando por el pasillo de las habitaciones donde la cálida luz se posaba en la piel de Zoey, se giró y miró hacia él –Zoey –dijo riendo a modo de presentación- Por si se lo preguntaba-comentó- Se que me estaba mirando cuando hice mi actuación de baile, las mujeres nos fijamos en todo hasta el más mínimo detalle–se giró acercándose a él- No soy una cortesana cualquiera –dijo mientras acariciaba el cuello de su camisa sonriendo pícara-
Zoey Lerman- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 16/04/2011
Localización : En el Burdel
Re: Amante de luna (Cristopher) +18
En sus labios se formó una amplia sonrisa amable que era solo para aquella bella joven, si bien seguía malhumorado por el desafortunado inconveniente con aquellos desgraciados, pudo dejarlo de lado para prestarle su completa atención a aquella maravillosa bailarina. No sabía porque se había fijado en el, acaso había llamado la atención con aquel pleito y venía hacia el para decirle lo desagradable que era, que había ahuyentado algunos de sus clientes y que eso no se lo permitiría. De seguro le pegaría, pero al llegar hasta él, observó que sacaba un pañuelo y se acercaba para limpiarle la nariz. Se había acercado para todo lo contrario, había visto aquella situación, y lo quería ayudar. Se quedo quieto al sentir sus dedos acercarse a su nariz y retirarle la poca sangre que le había quedado, la miró a los ojos y le respondió con una suave voz, algo inusual en él.-Así es, sabía que algo como esto pasaría-. Suspiró.-No tenía que haber venido…yo sabía-. Esto último lo dijo más para sí mismo que otra cosa. Al sentir que que terminaba de limpiar aquella zona, llevó una de sus manos y la colocó sobre su muñeca, le bajo lentamente la mano con el pañuelo algo manchado, la miró a los ojos y volvió a sonreír.-Gracias-. Susurro cuando en ese momento las puertas principales se abrían e ingresaban nuevamente eso desgraciados borrachos.
Uno de ellos, al parecer el mas afectado por el alcohol de quien había recibido el puñetao en la nariz se acercó a la mujer y la tomó por la cintura. Inmediatamente caminó unos pasos dispuesto a volver a arrastrarlo hasta la salida pero no llego a tomarlo del cuello, que la joven le dio un empujón y lo puso en su lugar. Observó la expresión del hombre, no podía creer que lo rechazaran de aquel modo, de seguro acostumbraba a acostarse a quien quisiera cuando él quisiera. Se quedó mirándolos con furia, se notaba en sus ojos, solo oía la voz de ella, no les quitaba la mirada de encima. En un momento les quito la mirada cuando sintió que ella sujetaba su mano y lo invitaba a él a retirarse de aquel lugar para estar solos, lentamente asintió y regreso la mirada a el grupo de hombres, el del ojo morado parecía querer golpear a la joven pero algo lo retenía, quizás porque estaba borracho y mi presencia lo desfavorecía, el resto parecía haberse calmado. Esperó que ella se tomará un whisky y luego la siguió por el pasillo hasta una de las habitaciones, iluminada de una manera muy peculiar. Agradable. Se presentó y él no entendía como había llegado a aquello, se comportaba de manera muy sensual, coqueta, ella si que sabía como dejar a un hombre en sus brazos. Simplemente lo descolocó.
Asintió ante su presentación y luego extendió su mano.-Cristopher Headwolf-. La miró algo dubitativo, se rascó la barbilla y la señaló con la otra mano.-Dices que…te fijaste en mí?-. No podía lograr creer que se había detenido por un segundo en el hombre que menos se había hecho notar, quien mas escondido estaba, o eso había intentado. Vió como se acercaba a él y lo tomaba del cuello de la camisa, notó picardía en su expresión y sus palabras, decidió olvidar por completo aquella anterior escena y la miro fijamente.-No creo que seas una cualquiera-. Sus instintos comenzaban a latir.
Uno de ellos, al parecer el mas afectado por el alcohol de quien había recibido el puñetao en la nariz se acercó a la mujer y la tomó por la cintura. Inmediatamente caminó unos pasos dispuesto a volver a arrastrarlo hasta la salida pero no llego a tomarlo del cuello, que la joven le dio un empujón y lo puso en su lugar. Observó la expresión del hombre, no podía creer que lo rechazaran de aquel modo, de seguro acostumbraba a acostarse a quien quisiera cuando él quisiera. Se quedó mirándolos con furia, se notaba en sus ojos, solo oía la voz de ella, no les quitaba la mirada de encima. En un momento les quito la mirada cuando sintió que ella sujetaba su mano y lo invitaba a él a retirarse de aquel lugar para estar solos, lentamente asintió y regreso la mirada a el grupo de hombres, el del ojo morado parecía querer golpear a la joven pero algo lo retenía, quizás porque estaba borracho y mi presencia lo desfavorecía, el resto parecía haberse calmado. Esperó que ella se tomará un whisky y luego la siguió por el pasillo hasta una de las habitaciones, iluminada de una manera muy peculiar. Agradable. Se presentó y él no entendía como había llegado a aquello, se comportaba de manera muy sensual, coqueta, ella si que sabía como dejar a un hombre en sus brazos. Simplemente lo descolocó.
Asintió ante su presentación y luego extendió su mano.-Cristopher Headwolf-. La miró algo dubitativo, se rascó la barbilla y la señaló con la otra mano.-Dices que…te fijaste en mí?-. No podía lograr creer que se había detenido por un segundo en el hombre que menos se había hecho notar, quien mas escondido estaba, o eso había intentado. Vió como se acercaba a él y lo tomaba del cuello de la camisa, notó picardía en su expresión y sus palabras, decidió olvidar por completo aquella anterior escena y la miro fijamente.-No creo que seas una cualquiera-. Sus instintos comenzaban a latir.
Darcy Haward- Hechicero Clase Media
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Re: Amante de luna (Cristopher) +18
Sus labios color carmín se abrieron dejando paso a una blanca dentadura, le sonrió con picardía y una uña rascó el cuello del joven -Un gusto caballero Headwolf -tomó su manó entre las suyas, las tenía frías -No se preocupe por aquellos desconsiderados ya se habrán encargado de que no molesten mas al Burdel -se escuchaban gritos y golpes y finalmente cesó el ruido dejando paso a los sonidos de las habitaciones lo que le hizo soltar una pequeña carcajada-
-¿No tenía previsto entrar al Burdel? -preguntó con sensualidad mientras calentaba las manos del muchacho y besaba sus nudillos. Abrió una puerta del pasillo donde dejaba claro que era su habitación, el ser una cortesana de clase alta le permitía poder comprar todo lujo de muebles para su habitación de casa y eso le agradaba, una cama y un sofá crema donde destacaban unos cojines rojos, el cuarto de baño perfectamente ordenado con una bañera de lujo, la lampara en el centro con una luz cálida. Le invitó a pasar y tomó su chaqueta -No se preocupe esta en buenas manos- dejó el paquete de tabaco encima de una silla de madera donde se encontraba su tocador y se descalzó de aquellos tacones que dejaban sus pies cansados.
Se acicaló y dejó que su larga cabellera que estaba recogida cayera por su espalda y pecho -Así es, me fijé en usted, no suele parecer el típico hombre que viene a disfrutar de una señorita de por aquí -dijo girandose y quedando frente a él -Pero como digo, las apariencias engañan -le guiñó el ojo y le ofreció que se acomodase, se sentó encima de él y le alzó la barbilla mientras le miraba con firmeza, su mano jugaba con en el boton de su camisa y mientras escuchaba los tacones de sus compañeras por el largo pasillo, una botella del mejor vino encima de una pequeña mesa donde tambien se encontraban unas cartas y un pinta labios.
-¿Que desea buscar en mi señor? -dice susurrando a pocos centímetros de sus labios y con su dedo acaricia el perfil de aquellos labios donde estaba aquel recién golpe.
-¿No tenía previsto entrar al Burdel? -preguntó con sensualidad mientras calentaba las manos del muchacho y besaba sus nudillos. Abrió una puerta del pasillo donde dejaba claro que era su habitación, el ser una cortesana de clase alta le permitía poder comprar todo lujo de muebles para su habitación de casa y eso le agradaba, una cama y un sofá crema donde destacaban unos cojines rojos, el cuarto de baño perfectamente ordenado con una bañera de lujo, la lampara en el centro con una luz cálida. Le invitó a pasar y tomó su chaqueta -No se preocupe esta en buenas manos- dejó el paquete de tabaco encima de una silla de madera donde se encontraba su tocador y se descalzó de aquellos tacones que dejaban sus pies cansados.
Se acicaló y dejó que su larga cabellera que estaba recogida cayera por su espalda y pecho -Así es, me fijé en usted, no suele parecer el típico hombre que viene a disfrutar de una señorita de por aquí -dijo girandose y quedando frente a él -Pero como digo, las apariencias engañan -le guiñó el ojo y le ofreció que se acomodase, se sentó encima de él y le alzó la barbilla mientras le miraba con firmeza, su mano jugaba con en el boton de su camisa y mientras escuchaba los tacones de sus compañeras por el largo pasillo, una botella del mejor vino encima de una pequeña mesa donde tambien se encontraban unas cartas y un pinta labios.
-¿Que desea buscar en mi señor? -dice susurrando a pocos centímetros de sus labios y con su dedo acaricia el perfil de aquellos labios donde estaba aquel recién golpe.
Zoey Lerman- Mensajes : 46
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Re: Amante de luna (Cristopher) +18
Ante su presentación sintió como tomaba su mano y el roce de su piel contra la suya le generaba una extraña sensación, como de placer. Era algo extraño pero se sintió muy cálido ante la accion de aquella joven, Zoey. Su sonrisa lo rejajó, le hizo olvidar todo el lío de unos minutos antes, escuchó en silencio junto a ella como se llebavan al grupo de borrachos y el pasillo quedaba en silencio, no en un total silencio ya que se alcanzaban a oír los gemidos de las habitaciones contiguas, pero un sonido mas relajante.-En realidad no frecuento estos lugares, supuestamente iba a encontrarme con un conocido aquí pero al parecer llegué tarde-. Se tomó un momento para observar la habitación a la que le invitaba a pasar, decorada de una forma peculiar, se podían apreciar los lujos de una cortesana que le gustaba trabajar en un lugar amplio y cómodo. Se quitó el saco que era demasiado para el cima que hacía allí, definitivamente ese cuarto tenía tuberías para calefaccionarlo. Aunque les enseñaran el resto de las habitaciones estaba seguro que esa era la mas lujosa por lo que dedujo que su dueña sería alguien...conocida y preferida en aquel burdel. Debía dejarlos bien satisfechos a los hombres y a cambio seguramente recibía una gran suma de dinero. Observó como dejaba sus cigarros y se qiutaba unos preciosos zapatos, al parecer eran muy lindos pero molestos para caminar, observo algo disimulado sus pies delcalzos, sus torneadas piernas, debía admitir que tenía todo lo que se necesitaba para conquistar a cualquien hombre.
Sus impresionante cabellerá dejó y apenas visible destello al soltarse la coleta y siguió el movimientos de aquellos mechone al caer por su espalda y sus pechos ocultando sus desnudos hombros. Le costó quitar la vista de allí para fijarla en sus ojos cuando le habló, le sorprendió el ver toda la atención que había despertado en ella sin siquiera buscarla, como su intento de pasar desapercibido había fracasado por la mirada sensual de aquella joven que apenas conocía.-Bueno, la próxima vez intentaré no ser tan evidente-. Bromeó, pero dio a entender que volvería? no lo creía, pero porque había dicho eso entonces?. O era que por su mente, mas allá de ser una broma, pasaba la idea de volver...para encontrarla a ella quizas?.-Si, tiene razón no suelo ir a burdeles- Observó la prolija cama y vio cerca de ella una cómoda silla, se acercó a ella y se sentó cómodamente aunque no logró acomodarse por completo que ella se colocó encima de él y se acerco a su rostro, eso lo tomó por sorpresa y disfrutó algo que no siempre le sucedía, que mijeres bellas como ella les hablen sensualmente. Se dejó elevar el mentón mientras no le quitaba la mirada de encima, le resultaba imposible, su corazón se aceleraba, su cuerpo le incitaba a hacer cosas que no quería, que no era correcto. Sentía como jugaba con el cuello de su camisa y susurraba muy cerca de sus labios. Ya no se resistía.
-Bueno...en este momento deseos muchas cosas. Pero..pero nose si puedas ayudarme-. Respiraba entrecortadamente mientras sus dedos le recorrían los labios. El dolor de los golpes que había recibido parecían haberseles desaparecido por completo. La sujetó por los brazos suavemente intentando parar esos impulsos que pasaban a mil por su mente y no lograba desviar. Se notaba que hacía tiempo no estaba tan cerca de una mujer y había olvidado como era, controlarse. Esa sería una larga noche.
Sus impresionante cabellerá dejó y apenas visible destello al soltarse la coleta y siguió el movimientos de aquellos mechone al caer por su espalda y sus pechos ocultando sus desnudos hombros. Le costó quitar la vista de allí para fijarla en sus ojos cuando le habló, le sorprendió el ver toda la atención que había despertado en ella sin siquiera buscarla, como su intento de pasar desapercibido había fracasado por la mirada sensual de aquella joven que apenas conocía.-Bueno, la próxima vez intentaré no ser tan evidente-. Bromeó, pero dio a entender que volvería? no lo creía, pero porque había dicho eso entonces?. O era que por su mente, mas allá de ser una broma, pasaba la idea de volver...para encontrarla a ella quizas?.-Si, tiene razón no suelo ir a burdeles- Observó la prolija cama y vio cerca de ella una cómoda silla, se acercó a ella y se sentó cómodamente aunque no logró acomodarse por completo que ella se colocó encima de él y se acerco a su rostro, eso lo tomó por sorpresa y disfrutó algo que no siempre le sucedía, que mijeres bellas como ella les hablen sensualmente. Se dejó elevar el mentón mientras no le quitaba la mirada de encima, le resultaba imposible, su corazón se aceleraba, su cuerpo le incitaba a hacer cosas que no quería, que no era correcto. Sentía como jugaba con el cuello de su camisa y susurraba muy cerca de sus labios. Ya no se resistía.
-Bueno...en este momento deseos muchas cosas. Pero..pero nose si puedas ayudarme-. Respiraba entrecortadamente mientras sus dedos le recorrían los labios. El dolor de los golpes que había recibido parecían haberseles desaparecido por completo. La sujetó por los brazos suavemente intentando parar esos impulsos que pasaban a mil por su mente y no lograba desviar. Se notaba que hacía tiempo no estaba tan cerca de una mujer y había olvidado como era, controlarse. Esa sería una larga noche.
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Re: Amante de luna (Cristopher) +18
Olía su perfume y eso le encantaba, el aroma a hombre y de buena clase uno de los mayores lujos, cosa que excitaba a Zoey. Le miraba a los ojos y jugaba con él, sabía que esa noche se la pasarían muy bien ambos y intentaría que quedase satisfecho.
Que manía tenía en fijarse en los más tímidos, los que aparentaban ser unos caballeros y mayoritariamente lo era, ellos sabían tratar a las mujeres y el ser una cortesana a algunos les parecía que podían tratarlas como perros de calle, hablarles mal o insultar en algún caso, eso a Zoey no le gustaba ya lo había vivido una vez y no volvería a caer, el típico insulto ‘Fulana’, si, ellas saben de que trabajan pero son personas como otras con un oficio algo diferente, muchas ya disfrutaban de eso pero otras estaban por obligación pero para muchos hombres siempre eran las fulanas.
Ese apuesto muchacho llamado Cristopher parecía no querer casi tocarla, sus ojos mostraban deseo y notaba aquellos impulsos por tocarla pero también se percataba de que se intentaba alejar de ella, pero la sensualidad de Zoey volvía a llevarlo a ella.
-No muerdo –dijo Zoey con un sonrisa pícara –Relajate y no te preocupes por nada –dijo mientras desabrochaba un botón de su camisa y se acercaba a él, oliendo su cuello y quedando frente sus labios, los cual besó con dulzura y lamió poco a poco. Llevó una mano del muchacho a uno de sus voluminosos pechos aun sujetos por un corsé blanco con encaje a los lados, toda una maravilla, uno de los mejores corsés que tenía y que costaban una barbaridad. Si la moda era importante para ella, siempre lo había sido, no era materialista que digamos pero una de sus vocaciones de pequeña fue interesarse en eso, tenía grandes cantidades de buena ropa hecha por los mejores modistas de París y algunas cosas hechas por ella añadiendo pequeños detalles que daban un toque de elegancia a muchas ropas. Deshizo el nudo de atrás de su corsé y suspiró algo aliviada por no notar aquella presión en ella.
Volvió a besar sus labios, estaba colocada encima de él pero intentaba no terminar de apoyarse para no pesarle. Volvió a desabrochar otro botón riendo y le miró con dulzura –¿Estoy cumpliendo lo que desea? –dijo entre sus labios, subiendo una mano por su pierna y retirando su larga falda hacia atrás mostrando sus finas piernas suaves y brillantes. Zoey tenía una pequeña cicatriz en la ingle, la cual casi no se podía ver a simple vista, era algo pequeña pero profunda, ella se la maquillaba, casi nadie se percataba de ello y todos sus clientes estaban a gusto con ella pero esa vez el maquillaje ya se había ido y la pequeña cicatriz se podía ver, estaba tapada aun por la falda pero temía que Cristopher la viese y no quisiera tener más su compañía
Que manía tenía en fijarse en los más tímidos, los que aparentaban ser unos caballeros y mayoritariamente lo era, ellos sabían tratar a las mujeres y el ser una cortesana a algunos les parecía que podían tratarlas como perros de calle, hablarles mal o insultar en algún caso, eso a Zoey no le gustaba ya lo había vivido una vez y no volvería a caer, el típico insulto ‘Fulana’, si, ellas saben de que trabajan pero son personas como otras con un oficio algo diferente, muchas ya disfrutaban de eso pero otras estaban por obligación pero para muchos hombres siempre eran las fulanas.
Ese apuesto muchacho llamado Cristopher parecía no querer casi tocarla, sus ojos mostraban deseo y notaba aquellos impulsos por tocarla pero también se percataba de que se intentaba alejar de ella, pero la sensualidad de Zoey volvía a llevarlo a ella.
-No muerdo –dijo Zoey con un sonrisa pícara –Relajate y no te preocupes por nada –dijo mientras desabrochaba un botón de su camisa y se acercaba a él, oliendo su cuello y quedando frente sus labios, los cual besó con dulzura y lamió poco a poco. Llevó una mano del muchacho a uno de sus voluminosos pechos aun sujetos por un corsé blanco con encaje a los lados, toda una maravilla, uno de los mejores corsés que tenía y que costaban una barbaridad. Si la moda era importante para ella, siempre lo había sido, no era materialista que digamos pero una de sus vocaciones de pequeña fue interesarse en eso, tenía grandes cantidades de buena ropa hecha por los mejores modistas de París y algunas cosas hechas por ella añadiendo pequeños detalles que daban un toque de elegancia a muchas ropas. Deshizo el nudo de atrás de su corsé y suspiró algo aliviada por no notar aquella presión en ella.
Volvió a besar sus labios, estaba colocada encima de él pero intentaba no terminar de apoyarse para no pesarle. Volvió a desabrochar otro botón riendo y le miró con dulzura –¿Estoy cumpliendo lo que desea? –dijo entre sus labios, subiendo una mano por su pierna y retirando su larga falda hacia atrás mostrando sus finas piernas suaves y brillantes. Zoey tenía una pequeña cicatriz en la ingle, la cual casi no se podía ver a simple vista, era algo pequeña pero profunda, ella se la maquillaba, casi nadie se percataba de ello y todos sus clientes estaban a gusto con ella pero esa vez el maquillaje ya se había ido y la pequeña cicatriz se podía ver, estaba tapada aun por la falda pero temía que Cristopher la viese y no quisiera tener más su compañía
Zoey Lerman- Mensajes : 46
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