AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Página 1 de 1.
Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
No había nada más gratificante que encontrarse en uno de los mejores restaurantes de la ciudad bebiendo una copa de vino... Al menos, no más gratificante de forma legal, de forma ilegal e inmoral para la gran mayoría existían formas tan diversas como dispares, y todas placenteras, un mero intento de abstracción, de ausentismo y de búsqueda de diversión que, a la larga, no servía para nada.
Pero hoy el matiz de la noche adquiere un tinte diferente, el que él mismo le ha dado cuando, hace un par de noches, conoció a una humana, Prudence... El dulzón olor de su sangre le hizo identificarla como un ser virginal, un ser que aún no ha sido desflorado por nadie, puro, inocente, limpio... Una hormiga más cara que otras muchas, con un sabor en su sangre, sin duda alguna, fascinante...
Un ser por el que bien merecía lo que estaba haciendo. En el amor y en los negocios todo vale, o eso dicen, y Jared aplica el último término hasta el mismísimo extremo. No se puede quejar, porque lo tiene todo: Poder, fama dentro de su oscuro y escalofriante mundo, mujeres, dinero... ¿Qué más puede pedir? Una pregunta que se queda sin respuesta, difuminada por el invisible y opresivo aire que, en ocasiones, asfixia su mente. El vino se ve suavemente agitado dentro de su copa antes de que el apuesto vampiro, vestido con un elegante traje negro que resalta sus facciones pálidas y atractivas, armoniosas, le de un suave sorbo, desgustándolo para, después, relamerse el labio inferior y quitarse los restos.
Una de sus manos viaja al bolsillo de su pantalón, sacando un pequeño reloj de oro y comprobando la hora... El "tic-tac" del transcurso de los segundos sigue su eterno recorrido en lo que su invitada parece retrasarse... Ya la había analizado en ese corto periodo de tiempo, y hoy sería la noche, la noche en la que pase a engrosar la lista de sus muñecas, de esas finas muchachas de porcelana y de sangre tan valiosa...
Y, lo mejor de todo es, sin duda alguna, que sabe cómo hacerlo.
Pero hoy el matiz de la noche adquiere un tinte diferente, el que él mismo le ha dado cuando, hace un par de noches, conoció a una humana, Prudence... El dulzón olor de su sangre le hizo identificarla como un ser virginal, un ser que aún no ha sido desflorado por nadie, puro, inocente, limpio... Una hormiga más cara que otras muchas, con un sabor en su sangre, sin duda alguna, fascinante...
Un ser por el que bien merecía lo que estaba haciendo. En el amor y en los negocios todo vale, o eso dicen, y Jared aplica el último término hasta el mismísimo extremo. No se puede quejar, porque lo tiene todo: Poder, fama dentro de su oscuro y escalofriante mundo, mujeres, dinero... ¿Qué más puede pedir? Una pregunta que se queda sin respuesta, difuminada por el invisible y opresivo aire que, en ocasiones, asfixia su mente. El vino se ve suavemente agitado dentro de su copa antes de que el apuesto vampiro, vestido con un elegante traje negro que resalta sus facciones pálidas y atractivas, armoniosas, le de un suave sorbo, desgustándolo para, después, relamerse el labio inferior y quitarse los restos.
Una de sus manos viaja al bolsillo de su pantalón, sacando un pequeño reloj de oro y comprobando la hora... El "tic-tac" del transcurso de los segundos sigue su eterno recorrido en lo que su invitada parece retrasarse... Ya la había analizado en ese corto periodo de tiempo, y hoy sería la noche, la noche en la que pase a engrosar la lista de sus muñecas, de esas finas muchachas de porcelana y de sangre tan valiosa...
Y, lo mejor de todo es, sin duda alguna, que sabe cómo hacerlo.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Prudence levanto la mirada cuando la puesta de su carruaje la abrió el empleado de aquel restaurante donde se había citado con el señor Jared Stroganoff; uno de los típicos ricos, guapos y supuso que muy arogantes chico de papa que siempre habia andaba detrás de su cola. Pero claro ella no le había conocido bastante aun. Lo que si había que reconocer era que se había comportado genial con ella en las veces que le habia visto en los bailes pero no quería hacerse vagas ilusiones y lo ultimo que quería ahora era atarse a una persona con la que sabia que no podría pasar mas de medio año debido al cancer que tenia. Por ello se intentaba convencer a ella misma de que el era igual que todos.
-¿Puedo ayudarla señorita? -pregunto amablemente el empleado y con una sonrisa Prudence asintió. Supo que el era tan amable por su apariencia y principalmente por el espléndido vestido del tono rojo sangre que llevaba aquella noche, una vestimenta inusual en una dama de su edad y sobretodo sorprendente ya que llamaba mucho la atención. El corsé a pesar de todo marcaba sus finas curvas y su piel pálida resaltaba así como sus ojos del color marino con las pestañas grandes.
Su pelo estaba recogido en un débil moño y en el cuello tenia puesto el colgante que le habían regalado hacia mucho tiempo, un corazón de cristal.
Cuando bajo con cuidado tomo aire y se marcho hacia el interior dejando al muchacho con algunas palabras en la boca.
No estaba dispuesta a buscar entre la gente hasta encontrar la mesa de M. Stroganoff pero su mirada enseguida salto hacia el, el mas guapo de todos, el que mas brillaba ante la luz débil que le llegaba, estaba en una mesa mas alejada de las personas tomando una copa de vino y deleitándose con la explosión de sabores en su boca. Aquel panorama dejo a Prudence algo embobada pero se forzó a si misma seguir caminando hasta quedar delante de su mesa. Supuso que el ya había sentido su presencia así que expirando con suavidad e intentando ocultar su repentino nerviosismo de el hablo con voz muy dulce, algo raras veces usual en ella.
-Hace una esplendida noche para una cena señor Stroganoff. Espero que se encuentre tan genial como yo.
Aun estaba esperando de pie por que no quería sentarme hasta que el me diese permiso. La buena educción a pesar de mi atrevimiento nunca la dejaba en casa.
-¿Puedo ayudarla señorita? -pregunto amablemente el empleado y con una sonrisa Prudence asintió. Supo que el era tan amable por su apariencia y principalmente por el espléndido vestido del tono rojo sangre que llevaba aquella noche, una vestimenta inusual en una dama de su edad y sobretodo sorprendente ya que llamaba mucho la atención. El corsé a pesar de todo marcaba sus finas curvas y su piel pálida resaltaba así como sus ojos del color marino con las pestañas grandes.
Su pelo estaba recogido en un débil moño y en el cuello tenia puesto el colgante que le habían regalado hacia mucho tiempo, un corazón de cristal.
Cuando bajo con cuidado tomo aire y se marcho hacia el interior dejando al muchacho con algunas palabras en la boca.
No estaba dispuesta a buscar entre la gente hasta encontrar la mesa de M. Stroganoff pero su mirada enseguida salto hacia el, el mas guapo de todos, el que mas brillaba ante la luz débil que le llegaba, estaba en una mesa mas alejada de las personas tomando una copa de vino y deleitándose con la explosión de sabores en su boca. Aquel panorama dejo a Prudence algo embobada pero se forzó a si misma seguir caminando hasta quedar delante de su mesa. Supuso que el ya había sentido su presencia así que expirando con suavidad e intentando ocultar su repentino nerviosismo de el hablo con voz muy dulce, algo raras veces usual en ella.
-Hace una esplendida noche para una cena señor Stroganoff. Espero que se encuentre tan genial como yo.
Aun estaba esperando de pie por que no quería sentarme hasta que el me diese permiso. La buena educción a pesar de mi atrevimiento nunca la dejaba en casa.
Invitado- Invitado
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Recibe tantos olores, tantos matices, tantos tipos... Los corazones de las decenas de personas congregadas para cenar laten a ritmos tan distintos y dispares que se convierten en una alocada y placentera melodía para sus vampíricos sentidos. Tiene que cerrar los ojos, disimulando el gesto con uno de disfrute por la copa que sujeta entre sus manos, al pensar en la cantidad de cosas que podría hacer con esas personas... Sin embargo, su más de milenio y medio salle a la luz y para cuando abre los ojos éstos ya no desvelan absolutamente nada de lo que estaba pensando.
En vez de eso se fija en la femenina figura que acaba de entrar, ésa con la que ha quedado y ésa que, con suerte o sin ella, formará parte de su lista de mercancías, le pondrá un precio y la marcará como a ganado: Prudence. No necesita avisarla, ni siquiera se mueve del sitio, los dedos enlazados sobre el fino y trabajado cristal y sus ojos azules como el mismísimo Hielo del Norte clavados een la figura femenina de forma penetrante y, al mismo tiempo, educada. La observa acercarse una vez se percata de su presencia, esbozando un sutil amago de sonrisa que, si bien no dice nada, resulta cautivadora. Él, a su vez y sin decir nadamientras escucha las palabras de la joven, le dedica un rápido vistazo de arriba a abajo, uno que con su mirada parece alardear la indumentaria y que su mente interpreta de forma más bien distinta: Un cuerpo bonito, más dinero a sacar por su valiosa sangre.
Ignora deliberadamente el aturdimiento de ella al estar en su presencia, alzándose de la silla en un gesto comedido, dejando la copa de vino encima de la mesa y estirando una de sus atrayentemente frías manos, cogiendo la de la muchacha y llevándosela a los labios, ún único beso en el que sus ojos no se despegan de los de la joven, cediéndole después el asiento:
-Un placer volver a veros, mademoiselle... Se me antojó corto nuestro primer encuentro, aunque eso sí, intenso... ¿Cómo os encontráis? -Vuelve a sentarse, sin decir nada más o dar señales de encarrilar la conversación, en lo que sus habilidades comienzan a ponerse en práctica. De ojos a Prudence le está sirviendo una copa con movimientos excelenttes, tendiéndole después la carta...
Lo que la joven e inocente humana no sabe es que, mientras realiza todo eso, está penetrando een su mente, captando cualquier pensamiento útil que pueda aparecer... ¿Quién dijo que las cosas ganadas de forma justa supieran mejor...?
En vez de eso se fija en la femenina figura que acaba de entrar, ésa con la que ha quedado y ésa que, con suerte o sin ella, formará parte de su lista de mercancías, le pondrá un precio y la marcará como a ganado: Prudence. No necesita avisarla, ni siquiera se mueve del sitio, los dedos enlazados sobre el fino y trabajado cristal y sus ojos azules como el mismísimo Hielo del Norte clavados een la figura femenina de forma penetrante y, al mismo tiempo, educada. La observa acercarse una vez se percata de su presencia, esbozando un sutil amago de sonrisa que, si bien no dice nada, resulta cautivadora. Él, a su vez y sin decir nadamientras escucha las palabras de la joven, le dedica un rápido vistazo de arriba a abajo, uno que con su mirada parece alardear la indumentaria y que su mente interpreta de forma más bien distinta: Un cuerpo bonito, más dinero a sacar por su valiosa sangre.
Ignora deliberadamente el aturdimiento de ella al estar en su presencia, alzándose de la silla en un gesto comedido, dejando la copa de vino encima de la mesa y estirando una de sus atrayentemente frías manos, cogiendo la de la muchacha y llevándosela a los labios, ún único beso en el que sus ojos no se despegan de los de la joven, cediéndole después el asiento:
-Un placer volver a veros, mademoiselle... Se me antojó corto nuestro primer encuentro, aunque eso sí, intenso... ¿Cómo os encontráis? -Vuelve a sentarse, sin decir nada más o dar señales de encarrilar la conversación, en lo que sus habilidades comienzan a ponerse en práctica. De ojos a Prudence le está sirviendo una copa con movimientos excelenttes, tendiéndole después la carta...
Lo que la joven e inocente humana no sabe es que, mientras realiza todo eso, está penetrando een su mente, captando cualquier pensamiento útil que pueda aparecer... ¿Quién dijo que las cosas ganadas de forma justa supieran mejor...?
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Cuando se levanto y cogió mi mano para besarla mientras su mirada seguía fija en la mis ojos mi corazón había empezado a palpitar desembocadamente, como nunca lo había echo en presencia de un hombre, algo bastante inusual pero agradable y cuando se aparto casi pude sentir como me quedaba sin aire.
¿Tenia algo de malo en no querer tenerlo lejos? Me gustaba y me infundía mucho valor, seguridad y otros muchos sentimientos la cual descripción no me la se aun que el por su parte siempre tenia aquel aura oscura que le rodeaba y una mirada muy gélida que podría hasta helarte.
-Sabe usted señor Stroganoff que me esta aturdiendo?... -pregunte mientras me sentaba en la silla y tomaba de buen grado la carta para pensar lo que iba a pedir. No había terminado de hablar pero deje las palabras al aire hasta que decidí que una ensalada por esa noche estaba bien además yo nunca comió carne en la cena ya que mi estomago estaba acostumbrado siempre a algo muy ligero.
-Es una persona... hipnotizante -seguí y aun que quería seguirle diciendo adjetivos para toda su persona pare y levante la mirada hasta cruzarme con la suya, tenia preguntas y no me iba a ir sin respuestas así como así.
-No entiendo como usted de todas las damas bellas del baile me ha invitado justo a mi a una cena como esta. Creo que aun no ha oído los rumores que todas las señoras chismosas que sueltan de mi por ahí.
Soltaban tales barbaridades que hasta a mi llegaba a sorprenderme pero nunca las corregía y siempre las pasaba por alto ya que yo por lo menos no estaba desperdiciando lo que me quedaba de vida en nada como lo hacían ellas.
-¿No ha oído usted que soy la vulgar hija enferma de un conde Aleman y encima con fama de impura.?
Si quería espantarlo creo que lo estaba logrando pero si de verdad estaba cenando conmigo el se iba a quedar y si por lo contrario estaba cenando con la personificación de los chismorreos de las personas el se iba a ir y yo iba a estar mas aliviada la verdad.
¿Tenia algo de malo en no querer tenerlo lejos? Me gustaba y me infundía mucho valor, seguridad y otros muchos sentimientos la cual descripción no me la se aun que el por su parte siempre tenia aquel aura oscura que le rodeaba y una mirada muy gélida que podría hasta helarte.
-Sabe usted señor Stroganoff que me esta aturdiendo?... -pregunte mientras me sentaba en la silla y tomaba de buen grado la carta para pensar lo que iba a pedir. No había terminado de hablar pero deje las palabras al aire hasta que decidí que una ensalada por esa noche estaba bien además yo nunca comió carne en la cena ya que mi estomago estaba acostumbrado siempre a algo muy ligero.
-Es una persona... hipnotizante -seguí y aun que quería seguirle diciendo adjetivos para toda su persona pare y levante la mirada hasta cruzarme con la suya, tenia preguntas y no me iba a ir sin respuestas así como así.
-No entiendo como usted de todas las damas bellas del baile me ha invitado justo a mi a una cena como esta. Creo que aun no ha oído los rumores que todas las señoras chismosas que sueltan de mi por ahí.
Soltaban tales barbaridades que hasta a mi llegaba a sorprenderme pero nunca las corregía y siempre las pasaba por alto ya que yo por lo menos no estaba desperdiciando lo que me quedaba de vida en nada como lo hacían ellas.
-¿No ha oído usted que soy la vulgar hija enferma de un conde Aleman y encima con fama de impura.?
Si quería espantarlo creo que lo estaba logrando pero si de verdad estaba cenando conmigo el se iba a quedar y si por lo contrario estaba cenando con la personificación de los chismorreos de las personas el se iba a ir y yo iba a estar mas aliviada la verdad.
Invitado- Invitado
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Vaya, quizá esto fuese a resultar demasiado fácil... Sin embargo, Jared no parece percatarse del hipnotizante efecto que su misma persona genera en Prudence, manteniendo su mirada impasible, serena, y su rostro en ese amago de educada y cortés sonrisa. Un sujeto educado para las más altas esferas y que, en ocasiones, es capaz de moverse por las más bajas esferas de una decadente sociedad en busca de algo que le sea de utilidad. Sorprendente y agradable al mismo tiempo es la sinceridad de Prudence, que no se corta en calificarle de una forma que, realmente, se queda corta... Sin embargo le es más que suficiente para soltar una tenue carcajada, como cantada por una profunda y varonil voz que parece hecha para invitar a sonreír:
-Discúlpeme por aturdirla entonces, señorita Braviera... No era mi intención, en mi país tenemos por costumbre mirarnos fijamente como señal de respeto. -Miente y dice la verdad a la vez, puesto que si bien es cierto que es una señal de respeto, no siempre sucede... Ni tampoco se le imprime a la mirada esa serie de pequeños detalles que él le está dando. Mientras tanto, una gran parte de su concentración sigue desvíada en leer la mente de la inocente humana, repasando esa serie de pensamientos súbitos que acuden a la mente de Prudence. Los chismorreos, la atracción irremediable que siente hacia él, la exquisitez de los platos, las dudas... Todo lo recibe y todo lo interpreta, de la forma más ajustada para evitar que la cosa cante demasiado. Ante un par de palmadas capta la atención del camarero, pidiendo una ensalada, la especialidad del restaurante. Una vez hecho, y tras beber de nuevo de su copa, se decide a hablar:
-Gracias por el halago, supongo... Quizá la hipnosis no sea del todo fructífera en algunos casos, ¿no cree? De todas formas... -Realiza un suave ademán, apoyando ambos codos encima de la mesa y entrelazando los dedos de ambas manos, sus ojos de nuevo fijos en los de ella.- ... Si bien es cierto que se escuchan rumores sobre la promiscuidad de cierta noble alemana, como vos bien decíis, no soy quién para juzgar sin conocer, o en base a los conocimientos de otros... El subjetivismo y la envidia a veces resultan letales si no se saben soportar, mademoiselle... Por eso quizá os haya citado aquí... Para saber qué parte de cierto tiene esa historia, si deseáis contármelo.
Y es en esa última coletilla en la que su persuasión entra en juego, en la que parece invadir la mente del contrario e incitarla con voz melodiosa, dulce y comprensiva a que se abra y se lo cuente, a que, para él, no tenga secretos... De la fortaleza mental de la joven dependerá lo que le cuente o no, pero él ya lo ha hecho, le ha dado la llave....
El resto es cuestión de segundos.
-Discúlpeme por aturdirla entonces, señorita Braviera... No era mi intención, en mi país tenemos por costumbre mirarnos fijamente como señal de respeto. -Miente y dice la verdad a la vez, puesto que si bien es cierto que es una señal de respeto, no siempre sucede... Ni tampoco se le imprime a la mirada esa serie de pequeños detalles que él le está dando. Mientras tanto, una gran parte de su concentración sigue desvíada en leer la mente de la inocente humana, repasando esa serie de pensamientos súbitos que acuden a la mente de Prudence. Los chismorreos, la atracción irremediable que siente hacia él, la exquisitez de los platos, las dudas... Todo lo recibe y todo lo interpreta, de la forma más ajustada para evitar que la cosa cante demasiado. Ante un par de palmadas capta la atención del camarero, pidiendo una ensalada, la especialidad del restaurante. Una vez hecho, y tras beber de nuevo de su copa, se decide a hablar:
-Gracias por el halago, supongo... Quizá la hipnosis no sea del todo fructífera en algunos casos, ¿no cree? De todas formas... -Realiza un suave ademán, apoyando ambos codos encima de la mesa y entrelazando los dedos de ambas manos, sus ojos de nuevo fijos en los de ella.- ... Si bien es cierto que se escuchan rumores sobre la promiscuidad de cierta noble alemana, como vos bien decíis, no soy quién para juzgar sin conocer, o en base a los conocimientos de otros... El subjetivismo y la envidia a veces resultan letales si no se saben soportar, mademoiselle... Por eso quizá os haya citado aquí... Para saber qué parte de cierto tiene esa historia, si deseáis contármelo.
Y es en esa última coletilla en la que su persuasión entra en juego, en la que parece invadir la mente del contrario e incitarla con voz melodiosa, dulce y comprensiva a que se abra y se lo cuente, a que, para él, no tenga secretos... De la fortaleza mental de la joven dependerá lo que le cuente o no, pero él ya lo ha hecho, le ha dado la llave....
El resto es cuestión de segundos.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Me mordí el labio suavemente mientras sostenía la mirada del M. Jared Stroganoff y consideraba todas las desventaja de contarles, aun que por fuerzas desconocidas algo me impulsaba a hacerlo así que tome aire antes de coger también mi copa de vino y mojar los labios con el tan dulce sabor.
-No todo es cierto pero hay algunas cosas que si, que están muy mal dichas y muy exageradas pero si como por ejemplo... -suspire sonoramente llevando la mano hasta mi colgante y acariciándolo con cuidado- ... estoy enferma, una enfermedad que me esta devorando por dentro y contra la cual no puedo luchar. De echo muchas veces deseo hacerlo pero... me pregunto ¿quien seria capaz de luchar contra la muerte?
Yo luchaba contra ella pero cada día ella me vencía dando un paso donde yo podría incluso retroceder tres y a pesar de que quería decir que era muy valiente, no lo era, tenia temor ante lo desconocido y no sabia lo que me esperaba en el otro lado pero al menos de una cosa estaba segura, de que iba a echar mucho de menos a mis personas queridas.
Frunciendo los labios hasta formar una pequeña muequita me dispuse a seguirle contando secretos de mi vida que nunca había contado a nadie y que interiormente no quería hacer pero exteriormente lo hacia.
-Soy atrevida también, terca y suelo decir las cosas a la cara a las personas, muchas veces me gusta insinuarme ante las personas, ver como los hombres me desean y no pueden conseguir nada pero... impura lo que se dice no lo soy. Sigo siendo tan pura como antes aun que intente vivir mi vida a lo grande, ante los focos... ante las miradas de los demás ¿Hay algo de mal en eso señor Stroganoff?
Le mire a ka espera de su respuesta mientras el camarero estaba llegando con la comida que había pedido. Una deliciosa ensalada que probé justo en el momento en el que la puso sobre la mesa y me deleite con su gran sabor.
-Tiene bastante buen sabor la ensalada -susurre algo tímida esta vez ofreciéndole un poco de ella- ¿Quiere un bocado?
-No todo es cierto pero hay algunas cosas que si, que están muy mal dichas y muy exageradas pero si como por ejemplo... -suspire sonoramente llevando la mano hasta mi colgante y acariciándolo con cuidado- ... estoy enferma, una enfermedad que me esta devorando por dentro y contra la cual no puedo luchar. De echo muchas veces deseo hacerlo pero... me pregunto ¿quien seria capaz de luchar contra la muerte?
Yo luchaba contra ella pero cada día ella me vencía dando un paso donde yo podría incluso retroceder tres y a pesar de que quería decir que era muy valiente, no lo era, tenia temor ante lo desconocido y no sabia lo que me esperaba en el otro lado pero al menos de una cosa estaba segura, de que iba a echar mucho de menos a mis personas queridas.
Frunciendo los labios hasta formar una pequeña muequita me dispuse a seguirle contando secretos de mi vida que nunca había contado a nadie y que interiormente no quería hacer pero exteriormente lo hacia.
-Soy atrevida también, terca y suelo decir las cosas a la cara a las personas, muchas veces me gusta insinuarme ante las personas, ver como los hombres me desean y no pueden conseguir nada pero... impura lo que se dice no lo soy. Sigo siendo tan pura como antes aun que intente vivir mi vida a lo grande, ante los focos... ante las miradas de los demás ¿Hay algo de mal en eso señor Stroganoff?
Le mire a ka espera de su respuesta mientras el camarero estaba llegando con la comida que había pedido. Una deliciosa ensalada que probé justo en el momento en el que la puso sobre la mesa y me deleite con su gran sabor.
-Tiene bastante buen sabor la ensalada -susurre algo tímida esta vez ofreciéndole un poco de ella- ¿Quiere un bocado?
Invitado- Invitado
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Lo consigue sin apenas dificultades, denotando en Prudence un enorme deseo de sentirse escuchada... Si supiese que realmente no la está escuchando, no al menos del todo, y que lo que está haciendo es coger diversas frases o fragmentos que le pueden servir para sus intereses... Ah, qué irónica es la vida, y en mitad de eesa dulce y caótica espiral de falsedades y mentiras él es el amo y señor, nadie más... Y, ahora mismo, Prudence se acaba de convertir en la mariposa atrapada en las redes de la araña, unas redes tan dulces que ni siquiera aletea para intentar escapar, más bien le ofrece un trozo de ensalada...
Y, en esa cucharada que él se lleva a los labios sin dejar de mirarla, acaba de devorar algo más intrínseco, más puro y mucho más personal de la joven humana: Su alma. Ya la tiene, y lo único que debe hacer ahora es darle la vía alternativa, el camino perfecto e ideal, al menos en lo que a sus beneficios se refiere... La desesperación de la joven hará el resto, lo tiene algo más que asumido a estas alturas. Por ello mismo, en perfecta actuación y sincronía, frunce el ceño, aunque el brillo hechizante y magnético de sus ojos no se borra ni un instante, como si, en efecto, tuviera una solución:
-Mis más sinceras disculpas, no creo poder comprender todo lo que habéis tenido que pasar... Los rumores son armas letales y venenosas, aunque peor es eso de la enfermedad... Contemplar cómo la muerte va acercándose sin remedio alguno es un plato que no le deseo ni al peor de mis enemigos. -Sumamente irónico teniendo en cuenta que él la ha visto, la ha sentido a su alrededor, aquella fatídica mañana de hace ya casi milenio y medio... Una tenue chispa oscura y sombría surca sus azulados ojos, pero desaparece tan rápido como ha aparecido, suspirando y llevándose otra porción de ensalada a los labios, masticando con educación, tragando y después hablando:
-Cada persona es como es, Prudence, y eso es algo que no se puede cambiar... No os estoy juzgando, pero... ¿Qué me diriáis si os confesase que tengo una solución a vuestra enfermedad, a ese hastío en el que os habéis sumido, a mi parecer...? ¿Qué diriaís si os confesase que puedo curaros o, en su defecto, daros una vida llena de sensaciones...?
Y, en esa cucharada que él se lleva a los labios sin dejar de mirarla, acaba de devorar algo más intrínseco, más puro y mucho más personal de la joven humana: Su alma. Ya la tiene, y lo único que debe hacer ahora es darle la vía alternativa, el camino perfecto e ideal, al menos en lo que a sus beneficios se refiere... La desesperación de la joven hará el resto, lo tiene algo más que asumido a estas alturas. Por ello mismo, en perfecta actuación y sincronía, frunce el ceño, aunque el brillo hechizante y magnético de sus ojos no se borra ni un instante, como si, en efecto, tuviera una solución:
-Mis más sinceras disculpas, no creo poder comprender todo lo que habéis tenido que pasar... Los rumores son armas letales y venenosas, aunque peor es eso de la enfermedad... Contemplar cómo la muerte va acercándose sin remedio alguno es un plato que no le deseo ni al peor de mis enemigos. -Sumamente irónico teniendo en cuenta que él la ha visto, la ha sentido a su alrededor, aquella fatídica mañana de hace ya casi milenio y medio... Una tenue chispa oscura y sombría surca sus azulados ojos, pero desaparece tan rápido como ha aparecido, suspirando y llevándose otra porción de ensalada a los labios, masticando con educación, tragando y después hablando:
-Cada persona es como es, Prudence, y eso es algo que no se puede cambiar... No os estoy juzgando, pero... ¿Qué me diriáis si os confesase que tengo una solución a vuestra enfermedad, a ese hastío en el que os habéis sumido, a mi parecer...? ¿Qué diriaís si os confesase que puedo curaros o, en su defecto, daros una vida llena de sensaciones...?
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Estaba a punto de alzarle la voz y decirle unas cuantas cosas pero decidí que el enfado que estaba creciendo en mi en ese momento era por culpa de la impotencia que sentía, no sabia que hacer y sus palabras finales me habían dejado aturdida... y si... pero no, nadie podía curarme y menos en la ultima fase de la enfermedad, había sido demasiado tarde hacia dos años y era muchisimo mas tarde en aquel mismo momento.
-Entonces le diría que estáis loco Jared -me atreví a llamarlo por su nombre mientras tomaba otro bocadito de la rica ensalada. Lo mastique muy lento y cuando acabe pose mis ojos azules en los suyos para seguir hablando- ¿Cree usted que tiene oportunidades de curar a una moribunda? o al menos darle sensaciones insospechables. Por mucho que me esfuerce en vivir una vida plena las sensaciones de las que usted habla siempre se corrompen por la cólera y la desesperación y en cuanto curarme, ningún medico ha podido hasta ahora, ¿como podría hacerlo usted?
Sentí mis ojos muy cristalinos por las lágrimas que pugnaban por salir pero aguante, incluso la mirada del hombre que tenia delante como toda una chica valiente. Yo nunca lloraba ante las personas desconocidas y el no iba a ser una cosa distinta a las demás solo por infundirme confianza.
Ni siquiera la confianza se merecía la humillación de una noble y yo a pesar de todos mis defectos era una y de muy poderosos parientes.
Cogiendo otra vez la copa de vino no me importo que algunas personas de clase alta del restaurante posaran su mirada en mi y volví a mojar mis labios. Casi podía oír los cuchicheos del próximo día. "Oh a que no sabes, me he encontrado a la hija del conde Braviera bebiendo y acompañada de un joven en el restaurante que solemos ir todos"
Maldito todo, podían hacerlo, podían cuchillear pero ella y su padre nunca se dejarían intimidar, la vida para ella era muy corta y ya lo bastante difícil era saber que todos se iban a morir tarde o temprano pero saber casi la fecha exacta era un infierno.
Un año como mucho... un maldito año.
-Entonces le diría que estáis loco Jared -me atreví a llamarlo por su nombre mientras tomaba otro bocadito de la rica ensalada. Lo mastique muy lento y cuando acabe pose mis ojos azules en los suyos para seguir hablando- ¿Cree usted que tiene oportunidades de curar a una moribunda? o al menos darle sensaciones insospechables. Por mucho que me esfuerce en vivir una vida plena las sensaciones de las que usted habla siempre se corrompen por la cólera y la desesperación y en cuanto curarme, ningún medico ha podido hasta ahora, ¿como podría hacerlo usted?
Sentí mis ojos muy cristalinos por las lágrimas que pugnaban por salir pero aguante, incluso la mirada del hombre que tenia delante como toda una chica valiente. Yo nunca lloraba ante las personas desconocidas y el no iba a ser una cosa distinta a las demás solo por infundirme confianza.
Ni siquiera la confianza se merecía la humillación de una noble y yo a pesar de todos mis defectos era una y de muy poderosos parientes.
Cogiendo otra vez la copa de vino no me importo que algunas personas de clase alta del restaurante posaran su mirada en mi y volví a mojar mis labios. Casi podía oír los cuchicheos del próximo día. "Oh a que no sabes, me he encontrado a la hija del conde Braviera bebiendo y acompañada de un joven en el restaurante que solemos ir todos"
Maldito todo, podían hacerlo, podían cuchillear pero ella y su padre nunca se dejarían intimidar, la vida para ella era muy corta y ya lo bastante difícil era saber que todos se iban a morir tarde o temprano pero saber casi la fecha exacta era un infierno.
Un año como mucho... un maldito año.
Invitado- Invitado
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
No puede evitar que una seca, escueta y perfecta carcajada escape de sus labios ante la primera respuesta de Prudence. Sus ojos, azules como el mismísimo hielo, siguen fijos en los de la joven e inocente humana, observando las expresiones, las sensaciones que éstos y su mente le delatan aunque ella parezca decir cosas totalmente opuestas... Un entretenimiento sumamente divertido y cruel en el que él parece regodearse. La perspectiva de una muerte cercana, el pánico a la misma, suponían los perfectos alicientes para engrosar su lista de trabajadoras...
Y es que, en mitad de la desesperación, una persona era capaz de aferrarse a un clavo ardiendo, o firmar un pacto con su misma sangre sin saber siquiera las consecuencias. Sin embargo no parece percatarse de nada de eso cuando se lleva las copa a los labios y la degusta con suma suavidad, exhalando un tenue suspiro después, de satisfacción. Las miradas de unos y otros se posan en ambos, siendo consciente de las ideas que le están recorriendo a Prudence de forma tan intensa y venenosa. Por ello mismo saca un par de billetes, dando por zanjada la cena, levantándose con un elegante movimiento. Bordea la mesa despacio, de forma cautivadora, hechizante... Lo ideal para desviar la atención de las hormigas hacia su cuerpo y hacia sus obscenas imaginaciones, permitiéndole, así, susurrarle al oído a Prudence con total tranquilidad:
-No lo creo, Prudence, os equivocáis... Las tengo. Ahora bien, la pelota, mademoiselle, está en vuestro tejado... -No dirá nada más, pero ya de antemano conoce el resultado, y por ello mismo es por lo que da media vuelta y se encamina hacia la salida, tomando el primer callejón a mano derecha, en el que no se mueve ni un alma. Ladea el cuerpo y termina apoyado en la pared, una pierna flexionada, la planta sobre los mugrientos ladrillos y sus brazos cruzados sobre el pecho...
En cambio, sus ojos, siguen fijos en la boca del callejón, por donde, y si no le fallan sus habilidades, Prudence no tardará en aparecer.
Y es que, en mitad de la desesperación, una persona era capaz de aferrarse a un clavo ardiendo, o firmar un pacto con su misma sangre sin saber siquiera las consecuencias. Sin embargo no parece percatarse de nada de eso cuando se lleva las copa a los labios y la degusta con suma suavidad, exhalando un tenue suspiro después, de satisfacción. Las miradas de unos y otros se posan en ambos, siendo consciente de las ideas que le están recorriendo a Prudence de forma tan intensa y venenosa. Por ello mismo saca un par de billetes, dando por zanjada la cena, levantándose con un elegante movimiento. Bordea la mesa despacio, de forma cautivadora, hechizante... Lo ideal para desviar la atención de las hormigas hacia su cuerpo y hacia sus obscenas imaginaciones, permitiéndole, así, susurrarle al oído a Prudence con total tranquilidad:
-No lo creo, Prudence, os equivocáis... Las tengo. Ahora bien, la pelota, mademoiselle, está en vuestro tejado... -No dirá nada más, pero ya de antemano conoce el resultado, y por ello mismo es por lo que da media vuelta y se encamina hacia la salida, tomando el primer callejón a mano derecha, en el que no se mueve ni un alma. Ladea el cuerpo y termina apoyado en la pared, una pierna flexionada, la planta sobre los mugrientos ladrillos y sus brazos cruzados sobre el pecho...
En cambio, sus ojos, siguen fijos en la boca del callejón, por donde, y si no le fallan sus habilidades, Prudence no tardará en aparecer.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Prudence le miro cuando se iba. Vio la elegancia con la que caminaba mientras ella estaba al borde del llanto y de la desaparición. El buscaba algo, le había atraído hacia allí con alguna intención.
Que tonta había sido... pero nadie le iba a reprochar si seguía cometiendo errores. E iba a cometer una muy grave en aquel mismo momento.
Que dios la perdonara pero ella quería vivir y sentir no morir en plena flor de su vida. Estaba decidida y por ello tenia que saber antes que podría hacer Jared por ella y lo mas importante de todo quería saber que pedía el a cambio por el favor.
Levantandose decidida no espero a que viniesen a por ella y le ofreciesen la ayuda los empleados del Restaurante, ya estaba bien de tantas cosas, ellos ya tenían su dinero ya que Jared había dejado de sobra para sus cosas también y ahora tendrían que dejar de molestarla.
-Señorita...
El muchacho con el que había hablado antes la paro poniéndose delante de la puerta para poder llamar su atención pero ella no quería ligar ahora con hombres, no quería que la mirasen, era lo ultimo que le apetecía aquella noche.
-No puedo hablar... -dio un paso para apartarlo y el se aparto cuando iba a salir se dio cuenta que no sabia exactamente donde había ido Jared y quería encontrarlo.
-Pero... sabe usted acaso donde ha ido el hombre con el que estaba cenando, hacia que dirección?
El muchacho asintió saliendo aquella vez en silencio y cuando estuvieron los dos ya fuera le señalo un callejón.
-Por ahí fue por donde el señor ha entrado, me figuro que seguirá ahí.
Y así era, cuando Prudence se acerco hacia el callejón vio su sombra y su mirada fija ahí. Por el amor de los dioses el parecía un animal a punto de atacar a su presa en ese momento.
-¿Como puedes hacerlo y que me pedirás a cambio?
El sabia de lo que ella estaba hablando y esperando su respuesta se acerco y se apoyo en la pared a su lado, temerosa y ansiosa al mismo tiempo por la respuesta.
Que tonta había sido... pero nadie le iba a reprochar si seguía cometiendo errores. E iba a cometer una muy grave en aquel mismo momento.
Que dios la perdonara pero ella quería vivir y sentir no morir en plena flor de su vida. Estaba decidida y por ello tenia que saber antes que podría hacer Jared por ella y lo mas importante de todo quería saber que pedía el a cambio por el favor.
Levantandose decidida no espero a que viniesen a por ella y le ofreciesen la ayuda los empleados del Restaurante, ya estaba bien de tantas cosas, ellos ya tenían su dinero ya que Jared había dejado de sobra para sus cosas también y ahora tendrían que dejar de molestarla.
-Señorita...
El muchacho con el que había hablado antes la paro poniéndose delante de la puerta para poder llamar su atención pero ella no quería ligar ahora con hombres, no quería que la mirasen, era lo ultimo que le apetecía aquella noche.
-No puedo hablar... -dio un paso para apartarlo y el se aparto cuando iba a salir se dio cuenta que no sabia exactamente donde había ido Jared y quería encontrarlo.
-Pero... sabe usted acaso donde ha ido el hombre con el que estaba cenando, hacia que dirección?
El muchacho asintió saliendo aquella vez en silencio y cuando estuvieron los dos ya fuera le señalo un callejón.
-Por ahí fue por donde el señor ha entrado, me figuro que seguirá ahí.
Y así era, cuando Prudence se acerco hacia el callejón vio su sombra y su mirada fija ahí. Por el amor de los dioses el parecía un animal a punto de atacar a su presa en ese momento.
-¿Como puedes hacerlo y que me pedirás a cambio?
El sabia de lo que ella estaba hablando y esperando su respuesta se acerco y se apoyo en la pared a su lado, temerosa y ansiosa al mismo tiempo por la respuesta.
Invitado- Invitado
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Las cosas suceden como tienen que suceder y, una vez más, es él quién rige el destino de otra persona, quién controla los hilos y los enreda conforme a sus deseos u obsesiones... Ah, cuán satisfactorio era hacerlo, ver como nada fallaba en sus planes y sentir como tenía más cerca a una de sus muñecas... Nunca llegó a imaginar que se arremolinase tal concentración de desesperación en la capital francesa, pero no iba a ser él quién se quejase cuando le iba bien para el negocio.
No parece regodearse lo más mínimo conforme ella se acerca, viendo duda en sus pasos, miedo, deseo, desesperación... La pregunta de Prudence termina por reflejarlo del todo y él, en respuesta, alza el rostro hacia el cielo, dejando que los segundos entre ambos transcurran, un silencio que a él le encanta y que a ella le alimentará el deseo y las ganas de conocer hasta tal punto que se pueda creer cualquier cosa...
Como ahora:
-¿Qué... sabéis del mundo, Prudence...? Y no os pregunto del mundo tal y como es, si no de esa parte oculta, entre las sombras, que se suele mencionar en los cuentos para niños... -Su rostro va ladeándose hasta terminar por clavar sus ojos en los de ella, con cada palabra, con cada movimiento, para crear una nueva atmósfera o burbuja que los aisla de todo lo que les rodea.- ¿Qué me diriáis si os confieso que esos cuentos... No son tan solo cuentos? -Deja que digiera la pregunta, que la reflexione... Pero él no se detiene y, en cuestión de dos segundos, se ha colocado enfrente de ella, una de sus frías manos alzándola por el mentón. El acelerado corazón de la joven es como música para sus oídos, tan rítmico y a la vez único...
Encantador:
-La vida eterna, placeres que ni siquiera sois capaz de imaginar... La mezcla entre dolor y placer, Prudence, ¿la habéis conocido...? Bien hecho puede superar a cualquier orgasmo sin dificultad alguna y sin siquiera haberos tocado... ¿Qué me deciís, mademoiselle...? ¿Queréis probar?
No da señal alguna de su identidad o de lo que es, pero la sinceridad de sus palabras es abrumadora, tanto que cueta mucho no creerle... Y el tacto de las yemas de sus dedos sobre la yugular de la joven no debe ayudarla demasiado a centrar la cabeza, así como la cercanía del apuesto y atractivo vampiro.
No parece regodearse lo más mínimo conforme ella se acerca, viendo duda en sus pasos, miedo, deseo, desesperación... La pregunta de Prudence termina por reflejarlo del todo y él, en respuesta, alza el rostro hacia el cielo, dejando que los segundos entre ambos transcurran, un silencio que a él le encanta y que a ella le alimentará el deseo y las ganas de conocer hasta tal punto que se pueda creer cualquier cosa...
Como ahora:
-¿Qué... sabéis del mundo, Prudence...? Y no os pregunto del mundo tal y como es, si no de esa parte oculta, entre las sombras, que se suele mencionar en los cuentos para niños... -Su rostro va ladeándose hasta terminar por clavar sus ojos en los de ella, con cada palabra, con cada movimiento, para crear una nueva atmósfera o burbuja que los aisla de todo lo que les rodea.- ¿Qué me diriáis si os confieso que esos cuentos... No son tan solo cuentos? -Deja que digiera la pregunta, que la reflexione... Pero él no se detiene y, en cuestión de dos segundos, se ha colocado enfrente de ella, una de sus frías manos alzándola por el mentón. El acelerado corazón de la joven es como música para sus oídos, tan rítmico y a la vez único...
Encantador:
-La vida eterna, placeres que ni siquiera sois capaz de imaginar... La mezcla entre dolor y placer, Prudence, ¿la habéis conocido...? Bien hecho puede superar a cualquier orgasmo sin dificultad alguna y sin siquiera haberos tocado... ¿Qué me deciís, mademoiselle...? ¿Queréis probar?
No da señal alguna de su identidad o de lo que es, pero la sinceridad de sus palabras es abrumadora, tanto que cueta mucho no creerle... Y el tacto de las yemas de sus dedos sobre la yugular de la joven no debe ayudarla demasiado a centrar la cabeza, así como la cercanía del apuesto y atractivo vampiro.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Le miro el rostro en cada momento, incluso cuando el silencio entre ellos se hizo visible y el deseo y las ansias de Prudence la estaban matando por dentro.
Quería saber que tenia en mente aquel hombre aun que fuese incluso una tontería pero se forzó a portarse como una niña buena y a esperar a que el hablase.
Cuando lo hizo con la mirada fija en sus ojos apenas fue consciente de que cosas pasaban alrededor de ellos.
Pero pudo ver con claridad como el se movía hasta quedar enfrente de ella, dispuesto a aturdirla con su peculiar encanto, algo que muy pocos hombres poseían y para ella el era el único al que había conocido hasta ese momento así.
Suspirando se dejo llevar incluso por sus palabras y contesto con sinceridad ante todas ellas.
-Y me pregunta usted a mi si yo creo o no en esas cosas cuando estoy casi un paso de la muerte sin fe en las cosas lógicas. La ciencia y el mundo me jugaron tantas malas pasadas que debo reconocerle Jared que ya no se ni en que creer.
Mis ojos se quedaron fijos en los suyos, hipnotizados y cuando sus dedos rozaron mi piel me perdí, escuche sus siguientes palabras vagamente y aun que el miedo en un cierto momento se apodero de mi cuerpo por lo que podía llegar a hacerme me deje llevar y asentí con la cabeza antes de empezar otra vez a hablar esta vez con mas pausas entre mis palabras.
-Solo he conocido el dolor Jared, nunca tuve el placer de conocer tantas sensaciones juntas de las que me habláis, son tan desconocidas para mi... pero que mujer en todo su juicio no ha soñado con algo así? ... y si con ellas estáis intentando embrujarme ya podéis dejar el esfuerzo de lado, no puedo y tampoco deseo negarme a nada de lo que quiera asi que mi gran respuesta es un si, quiero probar todo aquello.
Trague en seco sin saber lo que el iba a hacer, esperando ver cuales eran sus siguientes movimientos.
Quería saber que tenia en mente aquel hombre aun que fuese incluso una tontería pero se forzó a portarse como una niña buena y a esperar a que el hablase.
Cuando lo hizo con la mirada fija en sus ojos apenas fue consciente de que cosas pasaban alrededor de ellos.
Pero pudo ver con claridad como el se movía hasta quedar enfrente de ella, dispuesto a aturdirla con su peculiar encanto, algo que muy pocos hombres poseían y para ella el era el único al que había conocido hasta ese momento así.
Suspirando se dejo llevar incluso por sus palabras y contesto con sinceridad ante todas ellas.
-Y me pregunta usted a mi si yo creo o no en esas cosas cuando estoy casi un paso de la muerte sin fe en las cosas lógicas. La ciencia y el mundo me jugaron tantas malas pasadas que debo reconocerle Jared que ya no se ni en que creer.
Mis ojos se quedaron fijos en los suyos, hipnotizados y cuando sus dedos rozaron mi piel me perdí, escuche sus siguientes palabras vagamente y aun que el miedo en un cierto momento se apodero de mi cuerpo por lo que podía llegar a hacerme me deje llevar y asentí con la cabeza antes de empezar otra vez a hablar esta vez con mas pausas entre mis palabras.
-Solo he conocido el dolor Jared, nunca tuve el placer de conocer tantas sensaciones juntas de las que me habláis, son tan desconocidas para mi... pero que mujer en todo su juicio no ha soñado con algo así? ... y si con ellas estáis intentando embrujarme ya podéis dejar el esfuerzo de lado, no puedo y tampoco deseo negarme a nada de lo que quiera asi que mi gran respuesta es un si, quiero probar todo aquello.
Trague en seco sin saber lo que el iba a hacer, esperando ver cuales eran sus siguientes movimientos.
Invitado- Invitado
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Insultantemente fácil, ese sería el término perfecto para describir el cortejo que acaba de realizar. No hay otro, ha sido ver, charlar, ofrecer y Prudence, sin dudarlo, sin siquiera saber en lo que se está metiendo, ha aceptado esa mano que sale de la nada, invitándola a sumergirse en la eterna e impenetrable oscuridad.
Si supiese que lo más probable es que no cumpla nada de lo que acaba de decir, que no le de la vida eterna y que muera cuando tenga que morir, si no antes... Sería sumamente divertido ver su expresión si se lo confesase, pero le entretiene más ver el atisbo de esperanza que surca la mirada de la joven humana. Los latidos del corazón de Prudence han aumentado sin que ésta se haya dado apenas cuenta, invitándole a degustar por primera vez esa sangre, una parte por placer y la otra por mero profesionalismo, si no la prueba no sabe donde calificarla...
Y así lo hace, acercándose centímetro a centímetro, segundo a segundo, hacia la yugular de la joven, aaprtando los dedos y dejando que sean sus labios los que sigan la estela de la palpitante vena:
-No os arrepentiréis de vuestra decisión, mademoiselle... Siempre cumplo con mi palabra. Sin embargo, tengo que deciros dos cosas: Los vampiros existen... Y uno de ellos, soy yo. -No le da tiempo a digerir la información, a que sea capaz de entender la magnitud de la confesión, antes de que sus colmillos se hinquen con suma pericia en el cuello de Prudence. Realiza el gesto con tanta solutra, tanta experiencia, que la mezcla entre dolor y placer va a partes iguales, quizá un poco más de lo segundo. Ambas incisiones comienzan a manar sangre, absorbiéndolas Jared con rapidez y empapándose de esa esencia dulce e intacta, ese cálido rojo que por sus venas ya no corre. Su cuerpo se pega al de ella, un mero movimiento que enmascara un proceso terrible en un mero flirtreo entre un hombre y una mujer, cerrando los ojos, bebiendo durante unos pocos segundos antes de separarse.
Ojos brillantes y labios sumamente rojizos es lo que su rostro deja ver cuando se planta delante de ella de nuevo, sin haber borrado siquiera la sonrisa:
-No mentiáis, sois virgen... Ahora, Prudence, ven conmigo... Deja que te ayude a conocer ese otro lado, ese mundo de oscuridad, sombras, risas y jadeos... No te arrepentirás. -Parece prometer...
Aunque poco importaría que lo hiciese, ya ha firmado el pacto, y ahora, Prudence, le guste o no...
Tiene amo.
Si supiese que lo más probable es que no cumpla nada de lo que acaba de decir, que no le de la vida eterna y que muera cuando tenga que morir, si no antes... Sería sumamente divertido ver su expresión si se lo confesase, pero le entretiene más ver el atisbo de esperanza que surca la mirada de la joven humana. Los latidos del corazón de Prudence han aumentado sin que ésta se haya dado apenas cuenta, invitándole a degustar por primera vez esa sangre, una parte por placer y la otra por mero profesionalismo, si no la prueba no sabe donde calificarla...
Y así lo hace, acercándose centímetro a centímetro, segundo a segundo, hacia la yugular de la joven, aaprtando los dedos y dejando que sean sus labios los que sigan la estela de la palpitante vena:
-No os arrepentiréis de vuestra decisión, mademoiselle... Siempre cumplo con mi palabra. Sin embargo, tengo que deciros dos cosas: Los vampiros existen... Y uno de ellos, soy yo. -No le da tiempo a digerir la información, a que sea capaz de entender la magnitud de la confesión, antes de que sus colmillos se hinquen con suma pericia en el cuello de Prudence. Realiza el gesto con tanta solutra, tanta experiencia, que la mezcla entre dolor y placer va a partes iguales, quizá un poco más de lo segundo. Ambas incisiones comienzan a manar sangre, absorbiéndolas Jared con rapidez y empapándose de esa esencia dulce e intacta, ese cálido rojo que por sus venas ya no corre. Su cuerpo se pega al de ella, un mero movimiento que enmascara un proceso terrible en un mero flirtreo entre un hombre y una mujer, cerrando los ojos, bebiendo durante unos pocos segundos antes de separarse.
Ojos brillantes y labios sumamente rojizos es lo que su rostro deja ver cuando se planta delante de ella de nuevo, sin haber borrado siquiera la sonrisa:
-No mentiáis, sois virgen... Ahora, Prudence, ven conmigo... Deja que te ayude a conocer ese otro lado, ese mundo de oscuridad, sombras, risas y jadeos... No te arrepentirás. -Parece prometer...
Aunque poco importaría que lo hiciese, ya ha firmado el pacto, y ahora, Prudence, le guste o no...
Tiene amo.
Última edición por Jared Stroganoff el Jue Jul 15, 2010 7:09 am, editado 1 vez
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Cuando sentí el pinchazo de sus colmillos contra mi piel sentí también el dolor, breve pero lo sentí y me estremecí entre sus brazos desesperada por soltarme, era mas la impresión que cualquier otra cosa pero cuando yo misma me acostumbre a la idea me quede quieta esperando, oyendo como tragaba mi sangre con tanta ansia que hasta me sentí halagada. Le gustaba, mi sabor le gustaba lo podía saber por el modo en el que su cuerpo se moldeaba al mio, y yo para no ser menos me moldee a el también invitándole a que siguiese, que tomase todo o que necesitaba aun que la cabeza poco a poco me iba dando vueltas.
El bebió lo justo pero cuanto me soltó al tener yo un cuerpo débil de por si y con tanta sangre perdida me maree y tuve que cogerle el brazo para apoyarme.
Mis piernas flaquearon durante un breve segundo pero no tarde mucho en tomar el control sombre todo mi cuerpo.
Cuando lo hice levante la mirada y lo mire a los ojos, vi que brillaban mas que la vez en la que habíamos estado cenando y sonriendo por el triunfo de mi sangre me puse de puntillas y le susurre al oído.
-Ha sido la mejor sensacion que he tenido en mis largos 22 años, gracias Jared.
Ahora de alguna forma sabia que el me quería a mi por mi sangre y en vez de disgustarme aquel pensamiento me agrado. Se sentía muy bien aun que por otra parte también sabia que estaba atada a el, y sentí en ese momento cuando lo realice que me faltaba el aire pero me negué a que mi rebeldía hiciese otra jugada de las suyas.
Estaba bien y además sin el no iba a sobrevivir mas de la cuenta, se podría decir que era mi única oportunidad y no iba a desperdiciarla así como así.
Asentí cuando me dijo que me iba a enseñar la oscuridad y todos sus placeres pero una duda se implanto en mi cabeza y volví a levantar la cabeza para mirar lo a los ojos.
-Te serviré solo a ti de alimento o a... alguien mas.
Tal vez el tenia otros queridos a los cuales quería alimentar y no me importaba pero quería saberlo.
El bebió lo justo pero cuanto me soltó al tener yo un cuerpo débil de por si y con tanta sangre perdida me maree y tuve que cogerle el brazo para apoyarme.
Mis piernas flaquearon durante un breve segundo pero no tarde mucho en tomar el control sombre todo mi cuerpo.
Cuando lo hice levante la mirada y lo mire a los ojos, vi que brillaban mas que la vez en la que habíamos estado cenando y sonriendo por el triunfo de mi sangre me puse de puntillas y le susurre al oído.
-Ha sido la mejor sensacion que he tenido en mis largos 22 años, gracias Jared.
Ahora de alguna forma sabia que el me quería a mi por mi sangre y en vez de disgustarme aquel pensamiento me agrado. Se sentía muy bien aun que por otra parte también sabia que estaba atada a el, y sentí en ese momento cuando lo realice que me faltaba el aire pero me negué a que mi rebeldía hiciese otra jugada de las suyas.
Estaba bien y además sin el no iba a sobrevivir mas de la cuenta, se podría decir que era mi única oportunidad y no iba a desperdiciarla así como así.
Asentí cuando me dijo que me iba a enseñar la oscuridad y todos sus placeres pero una duda se implanto en mi cabeza y volví a levantar la cabeza para mirar lo a los ojos.
-Te serviré solo a ti de alimento o a... alguien mas.
Tal vez el tenia otros queridos a los cuales quería alimentar y no me importaba pero quería saberlo.
Invitado- Invitado
Re: Sin duda alguna, exquisito... [Prudence]
Ha resultado quizá demasiado fácil, pero no va a ser él quién le ponga impedimentos a la facilidad para la obtención de muñecas, a la predisposición de algunas a ser esclavizadas con tal de una vida mejor... Prudence es una de ellas, una de esas con las cuales no tiene que esmerarse demasiado pero, eso sí, con un sabor excelente.
Por ello mismo sonríe ante sus palabras, se esperaba una respuesta muy similar, y es que un mordisco bien dado era una experiencia única, siendo capaz de camuflar lo horroroso del acto entre cortinas de placer y morbo sin parangón. Como especie de confirmación de que, en efecto, sabe muy bien, pasa su lengua de nueov por los dos orificiones, recogiendo el pequeño rastro de sangre que queda, ascendiendo con la misma hasta el lóbulo de su oreja y depositando un suave mordisco, dándole una pequeña parte de lo que va a poder "disfrutar" en su local.
Así, cuando escucha su pregunta se separa, mirándola fijamente con una calma que ralla, lo inhumano porque, en efecto, lo es:
-Todo dependerá de cuánto estén dispuestos a pagar por vos, Prudence... El servicio no es gratuito, y vos recibiréis una parte de ese dinero, soy un hombre justo. Por lo que es probable que sirváis de alimento a otros vampiros o vampiresas, que me lo sirváis a mí, quién sabe... No tendría gracia si os lo confirmo ahora mismo, las sorpesas es mejor recibirlas así justamente, por sorpresa.
Susurra, reforzando un hechizo ya de por sí potente, atrayéndola de forma casi irremediable, separándose finalmente de ella y realizando una reverencia, servicial, cortés y elegante, el cuerpo ligeramente inclinado:
-Ahora, venid conmigo... -Y, sin más, echa a andar en dirección a la salida del callejón, teniendo el perfecto conocimiento de que Prudence le seguirá sin remisión.
Por ello mismo sonríe ante sus palabras, se esperaba una respuesta muy similar, y es que un mordisco bien dado era una experiencia única, siendo capaz de camuflar lo horroroso del acto entre cortinas de placer y morbo sin parangón. Como especie de confirmación de que, en efecto, sabe muy bien, pasa su lengua de nueov por los dos orificiones, recogiendo el pequeño rastro de sangre que queda, ascendiendo con la misma hasta el lóbulo de su oreja y depositando un suave mordisco, dándole una pequeña parte de lo que va a poder "disfrutar" en su local.
Así, cuando escucha su pregunta se separa, mirándola fijamente con una calma que ralla, lo inhumano porque, en efecto, lo es:
-Todo dependerá de cuánto estén dispuestos a pagar por vos, Prudence... El servicio no es gratuito, y vos recibiréis una parte de ese dinero, soy un hombre justo. Por lo que es probable que sirváis de alimento a otros vampiros o vampiresas, que me lo sirváis a mí, quién sabe... No tendría gracia si os lo confirmo ahora mismo, las sorpesas es mejor recibirlas así justamente, por sorpresa.
Susurra, reforzando un hechizo ya de por sí potente, atrayéndola de forma casi irremediable, separándose finalmente de ella y realizando una reverencia, servicial, cortés y elegante, el cuerpo ligeramente inclinado:
-Ahora, venid conmigo... -Y, sin más, echa a andar en dirección a la salida del callejón, teniendo el perfecto conocimiento de que Prudence le seguirá sin remisión.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Temas similares
» Alguna vez has bailado con el demonio a la luz de la luna?
» Fuiste alguna vez lo más importante (privado)
» Dejame que te cuente lo que alguna vez fui / privado
» {#} Si, alguna vez amé. Si, algún día después de amar; amé... {#}
» Esperando alguna renovación. | Reservado. ACTIVO
» Fuiste alguna vez lo más importante (privado)
» Dejame que te cuente lo que alguna vez fui / privado
» {#} Si, alguna vez amé. Si, algún día después de amar; amé... {#}
» Esperando alguna renovación. | Reservado. ACTIVO
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour