AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Piernas Peligrosas (Claire)
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Piernas Peligrosas (Claire)
La noche había caido lentamente en las calles de París, tomé un camino nuevo -para dejar la rutina-, estaba algo contrariada dado a un episodio banal que había vivido recientemente, -no me amargaré la existencia por eso-. En mi camino me tropiezo con un hombre ebrio, estaba actuando de manera ridícula, yo me alejé y seguí mi camino, estaba pasando por una taberna popular de la ciudad.
Me detuve en el burdel, pensé varias veces en entrar, sabía que sería un suicidio emocional -tengo que superarlo- pero sin embargo entré a ver el show de las bellas cortesanas. Me reciben como toda una reina, al principio un poco imcómoda, la mayoria de los clientes eran hombres, me senté en una mesa y vi todo su "Atto".
De repente, entra una hermosa cortesana -una de las mas hermosas que he visto en muchos años- con cabellos como la seda, ojos penetrantes, unos labios apetecibles y un cuerpo que puede asesinar a cualquiera. No quité la mirada en todo el "show", sencillamente estaba hipnotizada con ella.
Me acerqué a un hombre cualquiera y le pregunté
-¿Quien es ella?
-Claire Delacroix Mademoiselle, Hermosa... ¿No le parece? Me miro de reojo
-Su belleza me abruma, quiero conocerla
-Suerte con ello, pocas personas son afortunadas de tener un contacto "cercano" con ella, si usted me entiende. Voltea su cabeza y sigue mirando el show
Me deleité viendo sus piernas, su traje de cuero entallado y encajes -es extremadamente sexy- movia su cuerpo como felina, y sus labios... Una tentación completa.
Saqué una pluma y un pedazo de papel, .escribia una nota-, esperé a que se terminara su acto y me dirigí rápidamente donde el administrador del burdel, parecía un poco ocupado con la manada de clientes que querían ver a Madame Delacroix, me acerqué a el y le entregué la nota.
-Por favor, hágaselo llevar a Madame Claire Delacroix. Le dije de una manera dominante y le guiñé mi ojo
El hombre quedó estúpido y solo pudo decir que si.
Mientras esperaba en la mesa, si esa hermosa cortesana atendia mi llamado.
Off
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Cancion de fondo antes del show: In the end - Scott Matthew
En la nota: "Madame, usted ha logrado que mis mas escondidos deseos salgan a la luz, ¿Puede usted reunirse conmigo? Sara A. Su "jefe" le dirá donde estoy esperandola."
Me detuve en el burdel, pensé varias veces en entrar, sabía que sería un suicidio emocional -tengo que superarlo- pero sin embargo entré a ver el show de las bellas cortesanas. Me reciben como toda una reina, al principio un poco imcómoda, la mayoria de los clientes eran hombres, me senté en una mesa y vi todo su "Atto".
De repente, entra una hermosa cortesana -una de las mas hermosas que he visto en muchos años- con cabellos como la seda, ojos penetrantes, unos labios apetecibles y un cuerpo que puede asesinar a cualquiera. No quité la mirada en todo el "show", sencillamente estaba hipnotizada con ella.
Me acerqué a un hombre cualquiera y le pregunté
-¿Quien es ella?
-Claire Delacroix Mademoiselle, Hermosa... ¿No le parece? Me miro de reojo
-Su belleza me abruma, quiero conocerla
-Suerte con ello, pocas personas son afortunadas de tener un contacto "cercano" con ella, si usted me entiende. Voltea su cabeza y sigue mirando el show
Me deleité viendo sus piernas, su traje de cuero entallado y encajes -es extremadamente sexy- movia su cuerpo como felina, y sus labios... Una tentación completa.
Saqué una pluma y un pedazo de papel, .escribia una nota-, esperé a que se terminara su acto y me dirigí rápidamente donde el administrador del burdel, parecía un poco ocupado con la manada de clientes que querían ver a Madame Delacroix, me acerqué a el y le entregué la nota.
-Por favor, hágaselo llevar a Madame Claire Delacroix. Le dije de una manera dominante y le guiñé mi ojo
El hombre quedó estúpido y solo pudo decir que si.
Mientras esperaba en la mesa, si esa hermosa cortesana atendia mi llamado.
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Cancion de fondo antes del show: In the end - Scott Matthew
En la nota: "Madame, usted ha logrado que mis mas escondidos deseos salgan a la luz, ¿Puede usted reunirse conmigo? Sara A. Su "jefe" le dirá donde estoy esperandola."
Sara Ascarlani- Vampiro/Realeza
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Fecha de inscripción : 27/06/2010
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Había hecho tantas veces el mismo show, dos noches a la semana, el mismo baile, la misma canción, pero no siempre las mismas miradas en ella. El número de asistentes aumentaba todos los días, y el de los que al final le hacían propuestas también. Vivirás como una princesa, te llenaré de joyas y lujos, te sacaré de esta vida. Ese último era lo que más se repetía y ella, como la excelente actriz que era, los rechazaba cortésmente siempre dejando una puerta abierta para que volvieran a verla y lo intentaran una vez más. Ella no quería dejar esa vida, ella la amaba, tanto como a si misma. ¿Quién no lo haría con todas las ventajas que significaba? Era deseada, tenía más dinero que muchos de sus clientes, un poder inimaginable y la seguridad de que siempre que quisiera algo, lo obtendría.
Bailó y cantó con un ánimo falso, el mismo que ponía cuando estaba aburrida, pero los clientes del burdel nunca lo notaban, ellos sólo quedaban hipnotizados con su cuerpo y sus movimientos. Su sonrisa excitante era parte del sello que la caracterizaba, su fama la precedía y por lo mismo era que podía darse aquellos gustos. Entre el público se veían caras familiares, muchos obsesionados con ella, otros con su hermana y la mayoría, con la fantasía de tenerlas a ambas. Ellas sólo aparentaban ser jovencitas de 19 años, que jamás harían tal cosa, pero en realidad, ninguno había ofrecido la cantidad suficiente. Todo tenía su precio, generalmente bastante alto.
Esa noche, había un elemento que destacaba del resto cuando vio a la audiencia que aplaudía. Una mujer y si su instinto no le fallaba, no era humana, era algo más. Su debilidad. Fingió ignorarla mientras salía del escenario. ¿Qué haría una vampira sólo mirando el show? De seguro antes de que pudiera terminar de cambiarse de ropa, ya tendría muchas ofertas, aunque sólo esperaba la de ella. La curiosidad siempre era mayor y ella no estaba acostumbrada a quedarse con alguna duda. Su puerta sonó y la voz del administrador se escuchó al otro lado. –Dile que la veré en privado. – dijo antes de que él terminara de hablar. Sabía de quien venía el pedido. Cubierta apenas por un corsé y encaje en los lugares indicados, se dirigió a su otra habitación, esa que usaba con sus clientes, no la que protegía de las vistas ajenas, donde sólo un hombre había entrado.
Dejó que las ondas cayeran suaves por su espalda, pero ordenó su pelo de forma que el lado izquierdo de su cuello quedara despejado. Tentación segura. Daba la espalda a la puerta que estaba semi-abierta, las piernas cruzadas mientras esperaba sentada sobre la cama, una luz tenue cubría el lugar, era impersonal, pero finamente decorado. ¿Crees que se revolcaría sobre sábanas comunes? Sólo la seda y el algodón egipcio tocaban su piel cuando cumplía con su arte cada noche. –Adelante – habló antes de que alcanzara a golpear, el leve crujir de la madera había sido el aviso, era todo lo que necesitaba, ahora sería su cuerpo el que actuara y su mente la que planearía el siguiente paso.
Bailó y cantó con un ánimo falso, el mismo que ponía cuando estaba aburrida, pero los clientes del burdel nunca lo notaban, ellos sólo quedaban hipnotizados con su cuerpo y sus movimientos. Su sonrisa excitante era parte del sello que la caracterizaba, su fama la precedía y por lo mismo era que podía darse aquellos gustos. Entre el público se veían caras familiares, muchos obsesionados con ella, otros con su hermana y la mayoría, con la fantasía de tenerlas a ambas. Ellas sólo aparentaban ser jovencitas de 19 años, que jamás harían tal cosa, pero en realidad, ninguno había ofrecido la cantidad suficiente. Todo tenía su precio, generalmente bastante alto.
Esa noche, había un elemento que destacaba del resto cuando vio a la audiencia que aplaudía. Una mujer y si su instinto no le fallaba, no era humana, era algo más. Su debilidad. Fingió ignorarla mientras salía del escenario. ¿Qué haría una vampira sólo mirando el show? De seguro antes de que pudiera terminar de cambiarse de ropa, ya tendría muchas ofertas, aunque sólo esperaba la de ella. La curiosidad siempre era mayor y ella no estaba acostumbrada a quedarse con alguna duda. Su puerta sonó y la voz del administrador se escuchó al otro lado. –Dile que la veré en privado. – dijo antes de que él terminara de hablar. Sabía de quien venía el pedido. Cubierta apenas por un corsé y encaje en los lugares indicados, se dirigió a su otra habitación, esa que usaba con sus clientes, no la que protegía de las vistas ajenas, donde sólo un hombre había entrado.
Dejó que las ondas cayeran suaves por su espalda, pero ordenó su pelo de forma que el lado izquierdo de su cuello quedara despejado. Tentación segura. Daba la espalda a la puerta que estaba semi-abierta, las piernas cruzadas mientras esperaba sentada sobre la cama, una luz tenue cubría el lugar, era impersonal, pero finamente decorado. ¿Crees que se revolcaría sobre sábanas comunes? Sólo la seda y el algodón egipcio tocaban su piel cuando cumplía con su arte cada noche. –Adelante – habló antes de que alcanzara a golpear, el leve crujir de la madera había sido el aviso, era todo lo que necesitaba, ahora sería su cuerpo el que actuara y su mente la que planearía el siguiente paso.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Mientras esperaba en la mesa por la respuesta de Madame Delacroix, veía a las otras bailarinas pero ninguna brillaba con ella, entre el tumulto de gente que había cerca su camerino, los hombres asediaban al administrador del burdel tratando de buscar una cita con dicha Madame. -Es muy cotizada, al parecer, pero claro, quien no querría un tiempo con ella-
El Director se acerca a mi mesa, un poco aturdido por el tumulto de gente, -Te está esperando- me dijo el señor, inmediatamente me levanté de la silla, tomé mi saco, pero primero me dirigí al baño, quería retocarme un poco antes de ver a tal hermosa mujer.
Saqué mi mascára, lapiz y labial, lo demás se lo dejé a mi encanto, mientras me dirijo a su camerino, dichos hombres estorbaban mi camino, pero pude evadirlos y entrar sigilosamente al "backstage"
Encontre una puerta de maderá, senti su olor, pretendia tocar la puerta pero ella se adelantó y pidio que siguiera -Al parecer sabe que soy yo quien la solicitó-
Abrí lentamente la puerta rústica y allí la encuentro, sentada al pie de su cama, con su cabellos que podían enredar a cualquier ser, esa piel perfecta y piernas peligrosas.
Me concentré en su cuello que tenía descubierto, una tentación que es casi imposible dejar atrás, cerré la puerta lentamente, dejé mi saco en una silla que estaba cerca de mi y me acerqué a ella
-Madame, antes que todo permítame decirle que es primera vez que vengo a este burdel y gracias a usted, consideraré volver. Por cierto, me llamo Sara Ascarlani, para servirle Madame Le dije mientras me colocaba delante de ella dominante mirandola fijamente a los ojos y le besaba su mano izquierda.
-Es usted muy hermosa, le dije, pero me imagino que está acostumbrada a todo tipo de elogios, así que me limitaré a decirselo de las maneras mas creativas posibles. Sonreí y mis colmillos se asomaron.
El Director se acerca a mi mesa, un poco aturdido por el tumulto de gente, -Te está esperando- me dijo el señor, inmediatamente me levanté de la silla, tomé mi saco, pero primero me dirigí al baño, quería retocarme un poco antes de ver a tal hermosa mujer.
Saqué mi mascára, lapiz y labial, lo demás se lo dejé a mi encanto, mientras me dirijo a su camerino, dichos hombres estorbaban mi camino, pero pude evadirlos y entrar sigilosamente al "backstage"
Encontre una puerta de maderá, senti su olor, pretendia tocar la puerta pero ella se adelantó y pidio que siguiera -Al parecer sabe que soy yo quien la solicitó-
Abrí lentamente la puerta rústica y allí la encuentro, sentada al pie de su cama, con su cabellos que podían enredar a cualquier ser, esa piel perfecta y piernas peligrosas.
Me concentré en su cuello que tenía descubierto, una tentación que es casi imposible dejar atrás, cerré la puerta lentamente, dejé mi saco en una silla que estaba cerca de mi y me acerqué a ella
-Madame, antes que todo permítame decirle que es primera vez que vengo a este burdel y gracias a usted, consideraré volver. Por cierto, me llamo Sara Ascarlani, para servirle Madame Le dije mientras me colocaba delante de ella dominante mirandola fijamente a los ojos y le besaba su mano izquierda.
-Es usted muy hermosa, le dije, pero me imagino que está acostumbrada a todo tipo de elogios, así que me limitaré a decirselo de las maneras mas creativas posibles. Sonreí y mis colmillos se asomaron.
Sara Ascarlani- Vampiro/Realeza
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
El calor de la satisfacción se adentró en su pecho, echando fuertes raíces que ni el más fuerte empellón podría derribar. La sonrisa del triunfo se plantó en su rostro, todo salía como ella quería, la gente, fuera del tipo que fuera, tenía muchas veces respuestas similares, eran después de todo, tan predecibles. Intentaban no serlo, pero en ese intento convertían en imposible su tarea, todos buscaban conseguir la meta, pero nadie llegaba a ella. Ladeó un poco su cuerpo para dejarle aún más a la vista su piel descubierta, ¿cuánto más resistiría la tentación? Se mojó el labio con la punta de la lengua, lento, muy lento, mientras la veía ponerse delante de ella. Había escuchado sus palabras y si, tenía razón, no era la primera en decírselas.
No le interesaba si era la primera, segunda o tercera vez que venía, le interesaba que quería y si estaba dispuesta a pagar, eso era todo. Pero le daría el gusto de que siguiera con rodeos, que creyera que la escuchaba atenta, que estaba pendiente de ella, que sus motivos no eran una curiosidad extrema o la búsqueda de un cambio en la rutina de esa noche. - ¿Debo sentirme halaga por ser el motivo de que tan distinguida señora visite nuevamente un lugar como este? – La miró a los ojos, directa, felina, como un depredador estudiando a su presa, sus labios seguían entreabiertos desafiándola a tomarlos con los suyos.
Su nombre era un detalle, de seguro mañana lo olvidaría, o tal vez en unas horas, veía tantas caras durante las noches, que era difícil recordar, a menos que se hicieran más frecuentes o tuvieran algún característica especial. - ¿Qué trae a una mujer como usted a buscar mi atención? ¿Es el placer que sabe puedo darle o quiere beber de la vena entre mis piernas? – Se acomodó para abrirlas un poco y tocar con uno de sus dedos el lugar del que hablaba, lo deslizó suavemente, esperando que su atención se fijara en el recorrido que hacía. Podía excitar a los hombres sin tocarlos, ahora intentaba hacer lo mismo con esta mujer, quería hacerla rogar por aceptarla en su cama, que sufriera y pidiera clemencia para saciar su sed, quería convertirse en lo que más deseara, al menos por esa noche.
No le interesaba si era la primera, segunda o tercera vez que venía, le interesaba que quería y si estaba dispuesta a pagar, eso era todo. Pero le daría el gusto de que siguiera con rodeos, que creyera que la escuchaba atenta, que estaba pendiente de ella, que sus motivos no eran una curiosidad extrema o la búsqueda de un cambio en la rutina de esa noche. - ¿Debo sentirme halaga por ser el motivo de que tan distinguida señora visite nuevamente un lugar como este? – La miró a los ojos, directa, felina, como un depredador estudiando a su presa, sus labios seguían entreabiertos desafiándola a tomarlos con los suyos.
Su nombre era un detalle, de seguro mañana lo olvidaría, o tal vez en unas horas, veía tantas caras durante las noches, que era difícil recordar, a menos que se hicieran más frecuentes o tuvieran algún característica especial. - ¿Qué trae a una mujer como usted a buscar mi atención? ¿Es el placer que sabe puedo darle o quiere beber de la vena entre mis piernas? – Se acomodó para abrirlas un poco y tocar con uno de sus dedos el lugar del que hablaba, lo deslizó suavemente, esperando que su atención se fijara en el recorrido que hacía. Podía excitar a los hombres sin tocarlos, ahora intentaba hacer lo mismo con esta mujer, quería hacerla rogar por aceptarla en su cama, que sufriera y pidiera clemencia para saciar su sed, quería convertirse en lo que más deseara, al menos por esa noche.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Claire actuaba sin rodeos, directa al grano, poderosa y confiada de si misma, captaba mucho mi atención, el movimiento de sus labios me poseían pero no quería que se diera cuenta, no quiero ser otra cliente más que se entrego a los cinco minutos de verla, pero era cas imposible no dejarse llevar por sus sensuales movimientos felinos.
-La que se debe sentir halagada es mi persona Madame Claire. El dinero es lo de menos. Solté mi cabello y mis rizos largos bajaron por mi espalda, deje el broche en una mesa.
-Quiero saber si de verdad es usted lo suficientemente buena para saciar mis deseos Sonrisa ladeada, Si sus movimientos en el escenario son tan buenos como en los de la cama, o mas bien, en todas partes, si usted me logra entender. Me mordía los labios acercandome mas a ella y provocarla un poco más.
Pero Claire estaba dispuesta a que yo cayera ante sus garras muy fácilmente, abrio un poco sus piernas mostrandome lugares exquisitos, mis glándulas salibales se activaron, tragué lentamente y me acerque hacia ella.... dominante como siempre.... coloqué mis manos sobre la cama y olía su clavicula... pasando por el cuello mi mano izquierda toca su pierna y va subiendo lentamente... llego a su oreja, respirandole suavemente, quedo frente con frente la miré fijamente y le pasé mi lengua por su labio superior
-Usted es una tentación Madame, pero tendrá que hacer algo mas impresionante para poder hastiarme de ti. le mordí los labios suavemente y la miré con mucha picardía.
No soy como sus otros clientes, me gustaba coquetear y juguetear, esta mujer me tenia en sus garras, pero me gusta jugar con fuego, y ella.... ella era un infierno en cuerpo de mujer.
-La que se debe sentir halagada es mi persona Madame Claire. El dinero es lo de menos. Solté mi cabello y mis rizos largos bajaron por mi espalda, deje el broche en una mesa.
-Quiero saber si de verdad es usted lo suficientemente buena para saciar mis deseos Sonrisa ladeada, Si sus movimientos en el escenario son tan buenos como en los de la cama, o mas bien, en todas partes, si usted me logra entender. Me mordía los labios acercandome mas a ella y provocarla un poco más.
Pero Claire estaba dispuesta a que yo cayera ante sus garras muy fácilmente, abrio un poco sus piernas mostrandome lugares exquisitos, mis glándulas salibales se activaron, tragué lentamente y me acerque hacia ella.... dominante como siempre.... coloqué mis manos sobre la cama y olía su clavicula... pasando por el cuello mi mano izquierda toca su pierna y va subiendo lentamente... llego a su oreja, respirandole suavemente, quedo frente con frente la miré fijamente y le pasé mi lengua por su labio superior
-Usted es una tentación Madame, pero tendrá que hacer algo mas impresionante para poder hastiarme de ti. le mordí los labios suavemente y la miré con mucha picardía.
No soy como sus otros clientes, me gustaba coquetear y juguetear, esta mujer me tenia en sus garras, pero me gusta jugar con fuego, y ella.... ella era un infierno en cuerpo de mujer.
Sara Ascarlani- Vampiro/Realeza
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
¿Quién pensaría que una vampira de quizás muchísimos años pudiera ser tan ingenua? La dejó actuar, moverse a su antojo, que disfrutara observándola, deseándola, imaginando que cosas podrían hacer juntas, que pensara las mil ideas para conseguir lo que deseaba. Arqueó un poco su espalda para pegarse más a ella, así tendría más acceso a su cuerpo y en especial a su cuello, que parecía llamarle tanto la atención. Evitó bostezar, no se vería bien si lo hiciera, en cambio, puso una expresión sensual en su cara, de alguna forma salía natural en ella, como si hubiese nacido para hacer este trabajo, quizás así era, por algo su hermana se había dedicado a lo mismo.
Cerró sus piernas dejando la mano de aquella mujer atrapada entre ellas, la miró a los ojos, desafiante, bloqueando alguna posibilidad de que descubriera sus ocultas intenciones. - ¿Es acaso mi deber demostrar algo a quien busca poderosamente captar mi atención? – Sintió su lengua en su labio, entrecerró los ojos para que creyera que disfrutaba con eso. Se movió hacia adelante para que la mano atrapada quedara más cerca del lugar donde estaría en unos minutos más. No sería a la primera mujer que haría gritar al alcanzar el éxtasis máximo, de alguna forma llamaba la atención de las vampiras, la buscaban, pero sólo había accedido a atender a muy pocas, sus favoritos seguían siendo esos fríos hombres de dientes afilados, que rozaban su piel punzándola pero sin dejar marcas, logrando que sintiera cosas distintas, cosas que hasta podrían excitarla.
Una tentación, pero una tentación en la que pedía caer. ¿Ella tener que tratar de impresionarla? ¿Acaso la tomaba por una principiante? Soltó una pequeña risa cuando ella liberó su labio, ya le había permitido mucho, ahora le mostraría una leve cuota de lo que realmente era, pero sólo una pequeña, no era necesario más. – Mi intención nunca ha sido que usted se hastíe de mi, menos creo tener que impresionarla. ¿No fue su propio interés el que la llevó a enviarme esa nota? – Puso sus manos a los costados de la cama, no había más contacto con ella que la mano que seguía entre sus piernas, la liberó. Ahora era la vampira quien debía hacer el próximo movimiento. Vamos a dejar que crea que tiene el control.
Cerró sus piernas dejando la mano de aquella mujer atrapada entre ellas, la miró a los ojos, desafiante, bloqueando alguna posibilidad de que descubriera sus ocultas intenciones. - ¿Es acaso mi deber demostrar algo a quien busca poderosamente captar mi atención? – Sintió su lengua en su labio, entrecerró los ojos para que creyera que disfrutaba con eso. Se movió hacia adelante para que la mano atrapada quedara más cerca del lugar donde estaría en unos minutos más. No sería a la primera mujer que haría gritar al alcanzar el éxtasis máximo, de alguna forma llamaba la atención de las vampiras, la buscaban, pero sólo había accedido a atender a muy pocas, sus favoritos seguían siendo esos fríos hombres de dientes afilados, que rozaban su piel punzándola pero sin dejar marcas, logrando que sintiera cosas distintas, cosas que hasta podrían excitarla.
Una tentación, pero una tentación en la que pedía caer. ¿Ella tener que tratar de impresionarla? ¿Acaso la tomaba por una principiante? Soltó una pequeña risa cuando ella liberó su labio, ya le había permitido mucho, ahora le mostraría una leve cuota de lo que realmente era, pero sólo una pequeña, no era necesario más. – Mi intención nunca ha sido que usted se hastíe de mi, menos creo tener que impresionarla. ¿No fue su propio interés el que la llevó a enviarme esa nota? – Puso sus manos a los costados de la cama, no había más contacto con ella que la mano que seguía entre sus piernas, la liberó. Ahora era la vampira quien debía hacer el próximo movimiento. Vamos a dejar que crea que tiene el control.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Mi plan estaba quedando perfecto, la bella cortesana en mis...¿manos?
Ella se arqueaba con una estética impresionante, no dejaba la elegancia, me acercaba su hermoso y largo cuello a mi boca, respiraba profundamente, no queria matarla desangrada, moria por beberla, despacio, saboreando poco a poco esa sangre exquisita.... Pero seguía concentrada en quererla provocar, haciendome la dominante de todo ese juego sensual.
Yo sé que quiere que la haga mía, bueno... hipotéticamente hablando, pensé que todo estaba bien, hasta que ella abrio la boca nuevamente y me di cuenta que estaba en su juego.
Senti que sus piernas se cerraron presionando mi mano, la miré fijamente sonreir cuando le mordía su labio.
-Creo que la subestimé Madame Claire
Y diciendo esto, ella coloca sus manos en el costado de aquella cama con sábanas de seda, dejandome ligeramente "atrapada" entre sus piernas -Bonito lugar para atraparse-
Quite mi mano izquierda lentamente de sus piernas y lo acomodé para traerla hácia mi y la tomé de la cintura, levantandola de la cama y dejandola con sus piernas en mi cintura. La arrincone a la pared, le besaba el cuello, -no como una desesperada- apasionadamente subi a sus labios y los besaba como si quisiera comerlos, mis manos subian por su diminuto corsé que la arropaba, bajaba por su cuello, ella se arqueaba, caminé y la tendí a la cama.
Datos Extras
Vestimenta de Sara:
Falda Negra a la cintura, camisa de seda blanco manga larga, botas de cuero negras puntudas, medias veladas negras (hasta la entrepierna) Saco de botones negro.
Ella se arqueaba con una estética impresionante, no dejaba la elegancia, me acercaba su hermoso y largo cuello a mi boca, respiraba profundamente, no queria matarla desangrada, moria por beberla, despacio, saboreando poco a poco esa sangre exquisita.... Pero seguía concentrada en quererla provocar, haciendome la dominante de todo ese juego sensual.
Yo sé que quiere que la haga mía, bueno... hipotéticamente hablando, pensé que todo estaba bien, hasta que ella abrio la boca nuevamente y me di cuenta que estaba en su juego.
Senti que sus piernas se cerraron presionando mi mano, la miré fijamente sonreir cuando le mordía su labio.
-Creo que la subestimé Madame Claire
Y diciendo esto, ella coloca sus manos en el costado de aquella cama con sábanas de seda, dejandome ligeramente "atrapada" entre sus piernas -Bonito lugar para atraparse-
Quite mi mano izquierda lentamente de sus piernas y lo acomodé para traerla hácia mi y la tomé de la cintura, levantandola de la cama y dejandola con sus piernas en mi cintura. La arrincone a la pared, le besaba el cuello, -no como una desesperada- apasionadamente subi a sus labios y los besaba como si quisiera comerlos, mis manos subian por su diminuto corsé que la arropaba, bajaba por su cuello, ella se arqueaba, caminé y la tendí a la cama.
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Sara Ascarlani- Vampiro/Realeza
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Se dejó llevar, como una pluma flotando en el viento. Dio un pequeño gemido que quizás ella esperaba que diera al sentir que la apoyaba contra la pared. Devolvió el beso por cortesía, fingiendo poner pasión al hacerlo. Nadie jamás se había quejado de sus habilidades, nadie, ni al principio cuando era apenas una inexperta. Pasó la mano entre su cabello, siguiendo la rutina de respuesta que los clientes adoraban, esa donde ella se suponía gozaba y suplicaba por tenerlos también, como si fueran los primeros en hacer eso, los primeros en pedirlo, los primeros en todo. ¿Cuál era el gusto de hombres y mujeres por pretender que esa cortesana especialista en lo que hacía era una virgen de 19 años?
Cuando sintió la suave seda de la cama en su espalda, sonrió, el brillo malicioso en sus ojos llegaba de nuevo, era el momento de dejar las cosas en claro. Levantó una pierna con la que la hizo separarse un poco, puso su pie en el pecho de la vampira para que la mirara a los ojos pero sin poder tocarla, la distancia era suficiente. – Aquellos hermosos colmillos no tocaran mi cuello ni ninguna zona visible de mi cuerpo, saciar su sed se paga aparte de saciar sus deseos de placer y si está dispuesta a pagar, no olvidará jamás esta noche. – Se movió rápidamente abriendo sus piernas y dejándola ver lo que ahí había, era una invitación, ¿Podría rechazarla?
Apenas con un dedo rozó su mejilla, luego sacó levemente su lengua y lo lamió, como saboreando su piel sin hacerlo directamente, sabía a nada, pero ella no lo sabía. La idea era hipnotizarla, tirar el anzuelo y esperar que lo pescara, no rápidamente, las cosas fáciles le aburrían, le cansaban pronto. ¿Podría jugar un poco más con esta mujer o finalmente se daría vuelta su propia estrategia haciéndola caer? Por la boca muere el pez, por la seducción podría morir esta cortesana, no, no lo haría, ¿o si?
Cuando sintió la suave seda de la cama en su espalda, sonrió, el brillo malicioso en sus ojos llegaba de nuevo, era el momento de dejar las cosas en claro. Levantó una pierna con la que la hizo separarse un poco, puso su pie en el pecho de la vampira para que la mirara a los ojos pero sin poder tocarla, la distancia era suficiente. – Aquellos hermosos colmillos no tocaran mi cuello ni ninguna zona visible de mi cuerpo, saciar su sed se paga aparte de saciar sus deseos de placer y si está dispuesta a pagar, no olvidará jamás esta noche. – Se movió rápidamente abriendo sus piernas y dejándola ver lo que ahí había, era una invitación, ¿Podría rechazarla?
Apenas con un dedo rozó su mejilla, luego sacó levemente su lengua y lo lamió, como saboreando su piel sin hacerlo directamente, sabía a nada, pero ella no lo sabía. La idea era hipnotizarla, tirar el anzuelo y esperar que lo pescara, no rápidamente, las cosas fáciles le aburrían, le cansaban pronto. ¿Podría jugar un poco más con esta mujer o finalmente se daría vuelta su propia estrategia haciéndola caer? Por la boca muere el pez, por la seducción podría morir esta cortesana, no, no lo haría, ¿o si?
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Era sorprendente como Claire segúia jugando conmigo, pero me tenía muy entretenida, en la cama ella colocó su pie en mi pecho para que no me acercáse.
– Aquellos hermosos colmillos no tocaran mi cuello ni ninguna zona visible de mi cuerpo, saciar su sed se paga aparte de saciar sus deseos de placer y si está dispuesta a pagar, no olvidará jamás esta noche. – Me dijo con descaro y abrio sus piernas de nuevo tentándome como nunca antes.
El dinero era lo de menos a este punto, quería sentirla dentro de mi a como de lugar.
Le mantuve las manos en la cama haciendo un poco de fuerza, la besaba apasionadamente y bajé a su cuello, tanta era la tentación que no pude evitar pasar mis colmillos sobre el y le hice una pequeña cortada.
Salió una pequeña gota de sangre que lami con muchisimo deseo, casi enloqueciendome por su sangre, su olor, lo espeso y rojo que era.
La miré y mis ojos ya se habian convertido en escarlata, ya había probado sangre, poco me controlaria a partir de este momento.
-¿Sabe usted que está en peligro ahora Claire? ¿No se siente amenazada por alguien que la puede matar en... segundos? Lamia su cuello y bajaba lentamente, le quitaba su corsé para poder tener accesibilidad a sus pechos.
– Aquellos hermosos colmillos no tocaran mi cuello ni ninguna zona visible de mi cuerpo, saciar su sed se paga aparte de saciar sus deseos de placer y si está dispuesta a pagar, no olvidará jamás esta noche. – Me dijo con descaro y abrio sus piernas de nuevo tentándome como nunca antes.
El dinero era lo de menos a este punto, quería sentirla dentro de mi a como de lugar.
Le mantuve las manos en la cama haciendo un poco de fuerza, la besaba apasionadamente y bajé a su cuello, tanta era la tentación que no pude evitar pasar mis colmillos sobre el y le hice una pequeña cortada.
Salió una pequeña gota de sangre que lami con muchisimo deseo, casi enloqueciendome por su sangre, su olor, lo espeso y rojo que era.
La miré y mis ojos ya se habian convertido en escarlata, ya había probado sangre, poco me controlaria a partir de este momento.
-¿Sabe usted que está en peligro ahora Claire? ¿No se siente amenazada por alguien que la puede matar en... segundos? Lamia su cuello y bajaba lentamente, le quitaba su corsé para poder tener accesibilidad a sus pechos.
Sara Ascarlani- Vampiro/Realeza
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Paciencia, no tenía, pero debía recurrir a veces. Este era un caso. ¿Cuál era la fascinación de la gente por no escuchar lo que los otros les decían? Era quizás el mal de la época, la incomunicación. ¿O era error de ella por nublar sus sentidos con la provocación? No merecía eso, definitivamente no. Su cara tomó un leve color carmesí cuando sintió como su piel se rasgaba al contacto con los dientes de aquella porfiada vampira. ¿Qué parte de ‘aquellos hermosos colmillos no tocarán mi cuello’ no había entendido? Bueno quizás para ella el cuello era otra parte del cuerpo. Ilusa, ahora había perdido todo el terreno ganado.
La miró directo a los ojos, enfurecida, cegada por la ira, eso le costaría caro y esta vez si que no se refería a dinero. Se controló para no gritarle una lluvia de insultos en la cara, ¡cuantas ganas tenía de hacerlo! Apretó la mandíbula haciendo casi rechinar los dientes. – Pensé que los términos habían quedado claros, si quiere conservar los colmillos en su lugar, evite acercarse nuevamente a mi cuello. Si no respeta lo que le digo, en dos segundos un grupo de hombres, no sólo humanos, la sacará de aquí en un par de minutos. – suspiró intentando calmarse, su voz había salido afilada, no dio importancia a que tuviera sus manos fijas, el poder seguía teniéndolo ella, en este caso, no era una cosa física.
Intentó prestar atención a sus preguntas, pero generalmente cuando se enojaba, su mente se ponía en blanco y las reacciones eran más viscerales. Resopló burdamente en su cara, molesta y algo hastiada de lo que decía. – Si me hubiesen dado oro por cada vez que un vampiro me dice lo que usted acaba de preguntarme, sería la mujer más rica de Francia. – dijo burlonamente, sin mover su cuerpo siquiera, esperando que hiciera lo que deseara, por la mala no obtendría el mismo placer que por buenas maneras. – Pero respondo a sus preguntas, se que estoy en peligro y no me siento amenazada, puedo salir a la calle a mediodía y me puede matar un loco obsesivo, puedo comer algo que desconozco sus ingredientes y morir de intoxicación, la muerte siempre nos ronda y no viviré mi vida con miedo por eso.-
La miró directo a los ojos, enfurecida, cegada por la ira, eso le costaría caro y esta vez si que no se refería a dinero. Se controló para no gritarle una lluvia de insultos en la cara, ¡cuantas ganas tenía de hacerlo! Apretó la mandíbula haciendo casi rechinar los dientes. – Pensé que los términos habían quedado claros, si quiere conservar los colmillos en su lugar, evite acercarse nuevamente a mi cuello. Si no respeta lo que le digo, en dos segundos un grupo de hombres, no sólo humanos, la sacará de aquí en un par de minutos. – suspiró intentando calmarse, su voz había salido afilada, no dio importancia a que tuviera sus manos fijas, el poder seguía teniéndolo ella, en este caso, no era una cosa física.
Intentó prestar atención a sus preguntas, pero generalmente cuando se enojaba, su mente se ponía en blanco y las reacciones eran más viscerales. Resopló burdamente en su cara, molesta y algo hastiada de lo que decía. – Si me hubiesen dado oro por cada vez que un vampiro me dice lo que usted acaba de preguntarme, sería la mujer más rica de Francia. – dijo burlonamente, sin mover su cuerpo siquiera, esperando que hiciera lo que deseara, por la mala no obtendría el mismo placer que por buenas maneras. – Pero respondo a sus preguntas, se que estoy en peligro y no me siento amenazada, puedo salir a la calle a mediodía y me puede matar un loco obsesivo, puedo comer algo que desconozco sus ingredientes y morir de intoxicación, la muerte siempre nos ronda y no viviré mi vida con miedo por eso.-
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
El rosar mis colmillos sobre su cuello pensando que eso era lo que ella quería se volvio mi soga al cuello, Claire cambio su cara de placer por una cara de ira incontrolable, me sorprende que me haya hablado de "buena manera"
Temí por un momento que ella colapsara pero ya lo que pasó paso. Titubeando intenté disculparme por lo sucedido.
-Disculpeme, perdí el control de las cosas, no quise herirla. Solté sus manos y mis ojos retornaron a su verde natrual. Hace mucho tiempo no muerdo a nadie. Suelo perder el control.
No pude evitar sentirme culpable pero no me arrepentía de haber probado una gota de su sangre, mis sentimientos humanos me trorturaban por dentro sintiendo culpa pero mantenía la calma, no encontré mas opción que pensar en retirarme.
-Madame Delacroix no será necesario que use sus... hombres para hacerme retirar, una mujer como yo sabe cuando se equivoca y esta no es la excepción. Le comentaba mientras me levantaba de su cama de seda y veia como otra gota de sangre brotaba de su cuello.
Sus ojos tornaron rojo escarlata de nuevo, pero los cerró, se volteó y empezó a arreglarse para poderse marchar.
Temí por un momento que ella colapsara pero ya lo que pasó paso. Titubeando intenté disculparme por lo sucedido.
-Disculpeme, perdí el control de las cosas, no quise herirla. Solté sus manos y mis ojos retornaron a su verde natrual. Hace mucho tiempo no muerdo a nadie. Suelo perder el control.
No pude evitar sentirme culpable pero no me arrepentía de haber probado una gota de su sangre, mis sentimientos humanos me trorturaban por dentro sintiendo culpa pero mantenía la calma, no encontré mas opción que pensar en retirarme.
-Madame Delacroix no será necesario que use sus... hombres para hacerme retirar, una mujer como yo sabe cuando se equivoca y esta no es la excepción. Le comentaba mientras me levantaba de su cama de seda y veia como otra gota de sangre brotaba de su cuello.
Sus ojos tornaron rojo escarlata de nuevo, pero los cerró, se volteó y empezó a arreglarse para poderse marchar.
Sara Ascarlani- Vampiro/Realeza
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Ella sólo quería seguir jugando, ¿por qué arruinaba la diversión cuando apenas comenzaba? La serenidad volvía a ella y no era fácil, pero lo hacía sólo por el gusto a tener el poder en sus manos, si alguien intentaba arrebatárselo, simplemente todo se iba al carajo. No se sentía cómoda escuchando disculpas, en aquellos casos prefería salir y dejar a la otra persona hablando solo, pero ahora no podía hacerlo, estaba en su territorio, aún podía dominar sin perder, con dos movimientos haría que volviera, quería entretenerse aquella noche y la impulsividad de nadie se lo iba a impedir, la cortesana caprichosa quería algo, la cortesana lo obtenía.
Observó a Sara sentarse en la cama para comenzar a ordenar su ropa, necesitaba actuar rápido para no perder su atención, su cabeza ágil ya sabía que hacer desde mucho antes que la vampira terminara de pronunciar aquellas palabras. Saltó al regazo de aquella mujer, sentándose de piernas abiertas, una a cada lado de sus caderas, con el dedo limpió la gota de sangre que caía de su cuello y lo puso en sus labios, tentándola directamente a que probara, nuevamente, aquel sabor que anhelaba. La miró a los ojos, en segundos cambiarían de color por el hambre abierta, esa había sido su idea desde el comienzo, que rogara por dejarla enterrar sus colmillos en su piel, pero bajo sus términos, de otra forma, imposible.
Con la mano libre desató rápidamente los broches delanteros de su corsé, lo arrojó al piso sin preocuparse de nada más. Los pechos firmes, suaves, tersos y proporcionados quedaron libres, a su total disposición. Recién quitó el dedo de su boca, sólo para buscar el acceso a lo que había debajo de su falda. Metiendo la mano, se hizo espacio entre aquella blanca camisa y las medias bajo el otro pedazo de tela que la cubría hasta la cintura, al encontrar el borde de su ropa interior se detuvo, saboreó sus labios como si lo que le esperara a continuación fuera su plato favorito.- ¿Está de acuerdo con seguir mis términos o prefiere la incertidumbre de nunca conocer mi toque? Porque puedo detenerme ahora mismo…- se sentó un poco más adelante, rozando sus labios con los de ella y con su dedo entrando al terreno que se escondía más abajo, llegando justo al límite donde ambos pliegues comenzaban a separarse, - o puedo continuar y hacerla conocer el paraíso del que nunca será parte.-
Observó a Sara sentarse en la cama para comenzar a ordenar su ropa, necesitaba actuar rápido para no perder su atención, su cabeza ágil ya sabía que hacer desde mucho antes que la vampira terminara de pronunciar aquellas palabras. Saltó al regazo de aquella mujer, sentándose de piernas abiertas, una a cada lado de sus caderas, con el dedo limpió la gota de sangre que caía de su cuello y lo puso en sus labios, tentándola directamente a que probara, nuevamente, aquel sabor que anhelaba. La miró a los ojos, en segundos cambiarían de color por el hambre abierta, esa había sido su idea desde el comienzo, que rogara por dejarla enterrar sus colmillos en su piel, pero bajo sus términos, de otra forma, imposible.
Con la mano libre desató rápidamente los broches delanteros de su corsé, lo arrojó al piso sin preocuparse de nada más. Los pechos firmes, suaves, tersos y proporcionados quedaron libres, a su total disposición. Recién quitó el dedo de su boca, sólo para buscar el acceso a lo que había debajo de su falda. Metiendo la mano, se hizo espacio entre aquella blanca camisa y las medias bajo el otro pedazo de tela que la cubría hasta la cintura, al encontrar el borde de su ropa interior se detuvo, saboreó sus labios como si lo que le esperara a continuación fuera su plato favorito.- ¿Está de acuerdo con seguir mis términos o prefiere la incertidumbre de nunca conocer mi toque? Porque puedo detenerme ahora mismo…- se sentó un poco más adelante, rozando sus labios con los de ella y con su dedo entrando al terreno que se escondía más abajo, llegando justo al límite donde ambos pliegues comenzaban a separarse, - o puedo continuar y hacerla conocer el paraíso del que nunca será parte.-
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Estaba temblando un poco tratando de controlarme por la presión que tenia en esos momentos. Claire, tan deseable derramando gotas de sangre, seria un manjar perfecto, una tentación que simplemente no podia dejar saltar asi porque si, pero tenía que irme.
De repente ella se levanta y se sienta en mis piernas, dejandome libre todo su cuerpo si lo deseara, y al poco tiempo ella se va quitando el corsé que era lo único que tapaba a mis mas profundos deseos, mostrandome sus perfectos y suaves pechos indefensos ante mi.
Siento como se acerca a mi poco a poco, se quita la sangre de su cuello y la coloca en mis labios, el descontrol vuelve a mi de nuevo, me besa y baja su mano lentamente por mi falda. Me levanto con ella encima mio le correspondo el beso apasionadamente, llevada completamente del descontrol, mis ojos escarlata solo están en funcion de poseerla de muchas maneras posible.
Me inclino un poco para besarle el cuello y bajando por sus pechos, tan dulces y tersos.
Ella se arquea y se mueve dejandome vía libre para poder bajar a su abdomen.... Me saco la camisa y trato de desabotonarla. No paro de besarla y lamerla.
De repente ella se levanta y se sienta en mis piernas, dejandome libre todo su cuerpo si lo deseara, y al poco tiempo ella se va quitando el corsé que era lo único que tapaba a mis mas profundos deseos, mostrandome sus perfectos y suaves pechos indefensos ante mi.
Siento como se acerca a mi poco a poco, se quita la sangre de su cuello y la coloca en mis labios, el descontrol vuelve a mi de nuevo, me besa y baja su mano lentamente por mi falda. Me levanto con ella encima mio le correspondo el beso apasionadamente, llevada completamente del descontrol, mis ojos escarlata solo están en funcion de poseerla de muchas maneras posible.
Me inclino un poco para besarle el cuello y bajando por sus pechos, tan dulces y tersos.
Ella se arquea y se mueve dejandome vía libre para poder bajar a su abdomen.... Me saco la camisa y trato de desabotonarla. No paro de besarla y lamerla.
Sara Ascarlani- Vampiro/Realeza
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Su piel ardía como brasas de un fuego recién encendido, cada toque helado de aquella vampira sólo lo avivaba más y más. Era eso o el conocimiento de la satisfacción de conseguir lo deseado, con apenas una gota de esfuerzo, llenándole el ego de sentimientos que en otros lucirían pérfidos, en ella sólo como un reforzamiento de su personalidad agria y con matices oscuros, incluso más que los se suponían eran los verdaderos seres de la noche. Devolvía cada uno de sus besos dándole la intensidad de alguien que creía serían los últimos de su vida, desesperados por conseguir un poco más. Un poco de presión aquí y otro toque allá, nada más eso bastaba para hacerle pensar todo eso, que ella realmente sentía lo que sus labios decían y lo que su cuerpo mostraba.
Quitó la mano de entre las piernas de su clienta para aferrarse a ella mientras la levantaba y la depositaba en la cama de la cual se había alejado antes, la blusa fuera, de a poco ambas iban quedando con menos ropa, dejando que su pieles se encontraran fundiéndose como una sola en incesantes estremecimientos. Le cortó el paso a su cuello para tentarla más a tomar de donde ella le indicaba, enganchó su cara entre sus dedos para que la mirara a los ojos y la guió hasta la vena entre sus piernas, esa no dejaría marcas y tendría el mismo fin, ahora jugaban en su terreno y bajo sus reglas como debió ser siempre, quería sentir sus colmillos ahí, cerca de donde esperaban estuvieran pronto sus labios, dándole un tipo distinto de beso, el que sin dudarlo ella le devolvería más tarde, como tenía que ser, la clienta era la vampira, no al revés.
Los gemidos nacían naturalmente como una incitación genuina, le tomó una de las manos para ponerla en su pecho, quería que acariciara la punta que se elevaba erecta con el descenso de la temperatura, si no sabía, ella le enseñaría, después de esta noche saldría del burdel como una alumna aventajada, - Hazlo, justo ahí, donde ves como late, te quiero ahí… - era el permiso que estaba otorgándole, para que bebiera, se alimentara, probara lo que corría furioso bajo su piel, dándole la vida que muchos envidiaban y otros quizás habían pensando en arrebatarle, sólo para sentir que no era injusto que ella si gozara de aquel regalo, entregándola cada noche sin temor al mejor postor, tal vez desperdiciándola cuando los rechazaba, aprovechándola cuando les decía que si.
Quitó la mano de entre las piernas de su clienta para aferrarse a ella mientras la levantaba y la depositaba en la cama de la cual se había alejado antes, la blusa fuera, de a poco ambas iban quedando con menos ropa, dejando que su pieles se encontraran fundiéndose como una sola en incesantes estremecimientos. Le cortó el paso a su cuello para tentarla más a tomar de donde ella le indicaba, enganchó su cara entre sus dedos para que la mirara a los ojos y la guió hasta la vena entre sus piernas, esa no dejaría marcas y tendría el mismo fin, ahora jugaban en su terreno y bajo sus reglas como debió ser siempre, quería sentir sus colmillos ahí, cerca de donde esperaban estuvieran pronto sus labios, dándole un tipo distinto de beso, el que sin dudarlo ella le devolvería más tarde, como tenía que ser, la clienta era la vampira, no al revés.
Los gemidos nacían naturalmente como una incitación genuina, le tomó una de las manos para ponerla en su pecho, quería que acariciara la punta que se elevaba erecta con el descenso de la temperatura, si no sabía, ella le enseñaría, después de esta noche saldría del burdel como una alumna aventajada, - Hazlo, justo ahí, donde ves como late, te quiero ahí… - era el permiso que estaba otorgándole, para que bebiera, se alimentara, probara lo que corría furioso bajo su piel, dándole la vida que muchos envidiaban y otros quizás habían pensando en arrebatarle, sólo para sentir que no era injusto que ella si gozara de aquel regalo, entregándola cada noche sin temor al mejor postor, tal vez desperdiciándola cuando los rechazaba, aprovechándola cuando les decía que si.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
El cuarto destilaba una temperatura infernal, dándole contraste a mi fría piel que poco a poco se iba calentando, las manos de la cortesana era la brújula que guiaba mi camino a su lugar místico donde dividían sus pétalos y su sexo quedaba a mi poder.
Las prendas quedaron en el piso alfombrado de particular habitación, dejándo mi piel pálida ante su presencia, sus besos apasionados tentaba mi ser y lo elevaba a un mar de sensaciones, liberando así mis instintos más primarios. sus gemidos hacían mi cuerpo vibrar y explotar de sensaciones, gemía de vuelta creando una melodia sexual.
Las miradas intensas de aquella cortesana me hipnotizaron, estaba en su hechizo, tomó mi rostro y me guó con su dedo a un lugar exótico, bajé lentamente por sus labios, colocando los mios en su cuello y pecho como huellas ardientes, pellizcándo con mis dientes frontales su erección deliciosa queriendo estimularla un poco más, mientras mis manos acariciaban sus bellas piernas y seguía desendiendo, encontrando las maravillas de su cuerpo, era inevitable analizarla, admirarla, y al mismo tiempo desearla.
Finalmente, me concentro en la exquisitez de sus sabores y olores naturales, explorando su sexo con tal delicadesa, pero con ansias de aclamar su clímax. Con movimientos circulares y diversos me mantenía en ella, consumiendola, llenandome de fluidos, la mujer se arquea y gime como nunca, causando mas sed en mi organismo
Las prendas quedaron en el piso alfombrado de particular habitación, dejándo mi piel pálida ante su presencia, sus besos apasionados tentaba mi ser y lo elevaba a un mar de sensaciones, liberando así mis instintos más primarios. sus gemidos hacían mi cuerpo vibrar y explotar de sensaciones, gemía de vuelta creando una melodia sexual.
Las miradas intensas de aquella cortesana me hipnotizaron, estaba en su hechizo, tomó mi rostro y me guó con su dedo a un lugar exótico, bajé lentamente por sus labios, colocando los mios en su cuello y pecho como huellas ardientes, pellizcándo con mis dientes frontales su erección deliciosa queriendo estimularla un poco más, mientras mis manos acariciaban sus bellas piernas y seguía desendiendo, encontrando las maravillas de su cuerpo, era inevitable analizarla, admirarla, y al mismo tiempo desearla.
Finalmente, me concentro en la exquisitez de sus sabores y olores naturales, explorando su sexo con tal delicadesa, pero con ansias de aclamar su clímax. Con movimientos circulares y diversos me mantenía en ella, consumiendola, llenandome de fluidos, la mujer se arquea y gime como nunca, causando mas sed en mi organismo
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Aspiró profundamente, dejando que el aire llenara sus pulmones, impregnando todo con ese extraño aroma que tenía el deseo. Una mezcla que variaba dependiendo de quien proviniera, ella conocía muchas variedades, algunas más espesas, otras más suaves, unas intensas como especies que se utilizan en la cocina, otras apenas imperceptibles como una brisa en pleno verano. Sara era una contradicción cautivante, su piel parecía oler como el sol, ese que estaba prohibido para los de su clase.
Finalmente soltó la respiración que parecía haber aguantado horas cuando sólo había sido un par de segundos, era un jadeo al ritmo de los movimientos que realizaba más abajo. -Bien hecho… lo haces bien… - parecía dar indicaciones, como si ella fuera la clienta que pidió una cita con esa mujer que bailaba para todos. – Eso… un poco más, oh… bien… - continuaba, como deslizándose entre los brazos de la vampira, contorneándose con cada oleada de sensaciones que provenían de aquella lengua de temperatura baja.
Otro tipo de sensación comenzaba a llenarla, era algo así como una urgencia de algo, como si su cuerpo se lo pidiera, abrió los ojos de par en par y miró hacia abajo, al cabello suelto que se movía entre sus piernas. Lamió sus labios para humedecerlos un poco, no había notado lo secos que estaban hasta ese minuto, alzó la cabeza y con la mano le pidió que parara. –Muérdeme Sara, hazlo ahí mismo, quiero que disfrutes lo que yo disfruto.- mentía, descaradamente, pero hace mucho no estaba con una mujer y quizás esta seria una buena oportunidad para hacerlo.
Sonrió un instante para luego morderse el labio en una mezcla de ansiedad, impaciencia y duda, ¿por qué motivo ella aceptaría todo lo que le proponía? Los roles seguían cambiados y a ninguna de las dos parecía molestarle, al revés, era lo que más excitaba a esa hermosa vampira, instintivamente le acarició la mejilla, sin duda le permitiría que regresara, el asunto se ponía más interesante y era definitivamente un cambio en su rutina, plagada con tantos hombres cada noche.
Finalmente soltó la respiración que parecía haber aguantado horas cuando sólo había sido un par de segundos, era un jadeo al ritmo de los movimientos que realizaba más abajo. -Bien hecho… lo haces bien… - parecía dar indicaciones, como si ella fuera la clienta que pidió una cita con esa mujer que bailaba para todos. – Eso… un poco más, oh… bien… - continuaba, como deslizándose entre los brazos de la vampira, contorneándose con cada oleada de sensaciones que provenían de aquella lengua de temperatura baja.
Otro tipo de sensación comenzaba a llenarla, era algo así como una urgencia de algo, como si su cuerpo se lo pidiera, abrió los ojos de par en par y miró hacia abajo, al cabello suelto que se movía entre sus piernas. Lamió sus labios para humedecerlos un poco, no había notado lo secos que estaban hasta ese minuto, alzó la cabeza y con la mano le pidió que parara. –Muérdeme Sara, hazlo ahí mismo, quiero que disfrutes lo que yo disfruto.- mentía, descaradamente, pero hace mucho no estaba con una mujer y quizás esta seria una buena oportunidad para hacerlo.
Sonrió un instante para luego morderse el labio en una mezcla de ansiedad, impaciencia y duda, ¿por qué motivo ella aceptaría todo lo que le proponía? Los roles seguían cambiados y a ninguna de las dos parecía molestarle, al revés, era lo que más excitaba a esa hermosa vampira, instintivamente le acarició la mejilla, sin duda le permitiría que regresara, el asunto se ponía más interesante y era definitivamente un cambio en su rutina, plagada con tantos hombres cada noche.
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Terriblemente exitada. Era la única definición “mística” que podía deducir en ese momento crucial mientras Claire se movía como olas ahogando a Sara poco a poco, jugando con aquella lengua escurridiza queriendo adueñarse de cada ligamento de piel que cubria a la hermosa cortesana. Pero Sara al mismo tiempo sentía dentro de su cuerpo miles de sensaciones, incluso de angustia, desespero por hundirse en ella en ese mismo instante. Los segundos pasaban como horas mientras ella seguía jugando con aquella perla carnosa, dura como una piedra, rosada y sensible ante sus labios. Las indicaciones de Claire la exitaban aun más, tiene el deseo reprimido de que la sometan, la dominen… Ella solo seguía lo que ella le mandaba.
De repente tras una petición de Claire, la gélida y blanquesina piel de Sara sentía hervir, al parecer algo que ella hubiese querido hacer hace mucho tiempo pero no lo lograba, la sensación de poseerla totalmente, beber su… Sangre. Sara no paraba en ningún instante, incluso dudó hacerlo, la mala experiencia que vivió hace poco la dejó un poco a la defensiva, siente que la suave mano de Claire roza su mejilla, ella levanta la mirada y no esconde el rostro de cualquier vampiro poseído por su instinto, relamió sus labios lentamente disfrutando de sus sabores, reposando sus dedos en los dulces duraznos de la cortesana, acariciándolos como si fuesen el mas fino de los algodones. Solo le tomó varios segundos decidir si lo haría o no, abrió un poco más su boca sacando lentamente sus filosos molares y los pasea suavemente por todo el contorno de los labios que no emiten sonido, adentrándose un poco más en la cortesana, esperando solo un pequeño gemido para consumirla totalmente. Quizás esté haciendo el peor de los errores, pero en estos momentos la lógica no existe en su cuerpo.
De repente tras una petición de Claire, la gélida y blanquesina piel de Sara sentía hervir, al parecer algo que ella hubiese querido hacer hace mucho tiempo pero no lo lograba, la sensación de poseerla totalmente, beber su… Sangre. Sara no paraba en ningún instante, incluso dudó hacerlo, la mala experiencia que vivió hace poco la dejó un poco a la defensiva, siente que la suave mano de Claire roza su mejilla, ella levanta la mirada y no esconde el rostro de cualquier vampiro poseído por su instinto, relamió sus labios lentamente disfrutando de sus sabores, reposando sus dedos en los dulces duraznos de la cortesana, acariciándolos como si fuesen el mas fino de los algodones. Solo le tomó varios segundos decidir si lo haría o no, abrió un poco más su boca sacando lentamente sus filosos molares y los pasea suavemente por todo el contorno de los labios que no emiten sonido, adentrándose un poco más en la cortesana, esperando solo un pequeño gemido para consumirla totalmente. Quizás esté haciendo el peor de los errores, pero en estos momentos la lógica no existe en su cuerpo.
Sara Ascarlani- Vampiro/Realeza
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Re: Piernas Peligrosas (Claire)
Quizás sería una confesión, quizás sólo contarle un secreto, pero ¿para qué? Si no era necesario que ella lo supiera, no tenía que saber todo lo que ocultaba, mucho menos que recién al sentir el roce de sus colmillos contra su piel, su cuerpo había comenzado a experimentar sensaciones nuevas, pero no diferentes. ¡Qué ganas de que con todos los clientes pudiera pasar lo mismo! Que aunque fuera por segundos le hicieran sentir algo que no fuera aburrimiento y ganas de castrarlos para que no vuelvan nunca más.
Muchas veces a esos mismos los rechazaba inventando precios que sabia serían inaccesibles para ellos, hasta podrían darle pena cuando su cara cambiaba la expresión de esperanza por una de decepción, pero no, ellos se lo merecían, por hacerla perder su más que valioso tiempo. Sara parecía estar en el selecto grupo de los que tendrían la oportunidad de verla de nuevo, lograr conseguir una segunda sesión de lo mismo que hacían ahora, aunque quizás con variaciones, juegos o posiciones nuevas, lo que la clienta quisiera, aunque fuera la cortesana la que mandara.
Volvió su atención a la vampira que parecía esperar una autorización para hacer lo que ella misma le había pedido, iba a resoplar cansada de esa actitud tan sumisa, pero prefirió evitarlo, simplemente jadeó como la mejor actriz que era y abrió más sus piernas si es que eso era posible. Esperaba que eso fuera suficiente para que entendiera el mensaje, quería sentir más, que sus fuerzas comenzaran a flaquear en lo más parecido al orgasmo que lograría conseguir esa noche.
Miró al techo y notó algo que no le gustaba, pediría que lo cambiaran apenas saliera de la habitación. Tenía que trabajar ahí todas las noches, lo mínimo era estar en un lugar de su agrado, - Vamos Sara… hazlo… - dijo poniendo su atención en su clienta. No quería que pensara que fue mal atendida o algo así, pero estaba segura que volvería y que aceptaría condiciones, pagar más, rechazos. Porque el placer que estaba recibiendo nadie más podría dárselo, sólo ella era capaz, ella, que era la mejor cortesana del mejor burdel de Paris.
Muchas veces a esos mismos los rechazaba inventando precios que sabia serían inaccesibles para ellos, hasta podrían darle pena cuando su cara cambiaba la expresión de esperanza por una de decepción, pero no, ellos se lo merecían, por hacerla perder su más que valioso tiempo. Sara parecía estar en el selecto grupo de los que tendrían la oportunidad de verla de nuevo, lograr conseguir una segunda sesión de lo mismo que hacían ahora, aunque quizás con variaciones, juegos o posiciones nuevas, lo que la clienta quisiera, aunque fuera la cortesana la que mandara.
Volvió su atención a la vampira que parecía esperar una autorización para hacer lo que ella misma le había pedido, iba a resoplar cansada de esa actitud tan sumisa, pero prefirió evitarlo, simplemente jadeó como la mejor actriz que era y abrió más sus piernas si es que eso era posible. Esperaba que eso fuera suficiente para que entendiera el mensaje, quería sentir más, que sus fuerzas comenzaran a flaquear en lo más parecido al orgasmo que lograría conseguir esa noche.
Miró al techo y notó algo que no le gustaba, pediría que lo cambiaran apenas saliera de la habitación. Tenía que trabajar ahí todas las noches, lo mínimo era estar en un lugar de su agrado, - Vamos Sara… hazlo… - dijo poniendo su atención en su clienta. No quería que pensara que fue mal atendida o algo así, pero estaba segura que volvería y que aceptaría condiciones, pagar más, rechazos. Porque el placer que estaba recibiendo nadie más podría dárselo, sólo ella era capaz, ella, que era la mejor cortesana del mejor burdel de Paris.
Claire Quartermane- Realeza Francesa
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