Dudas peligrosas

por **Leonora Alighieri** Dom Oct 21, 2012 6:57 pm

Leonora descansaba en el sillon al tiempo que leia una novela romantica, las cosas que alli sucedian te hacian creer que la vida no era tan mala... Pero para ser honestos su vida no habia sido tan mala desde que escapo con Amelie... luego el joven Niall la encontro y bien, el resto era obvio , ahora ella vivia en la comodidad de la casa de la bondadosa srta. Charlotte, quien nunca la trataba menos por su historia.

Historia que justo esa tarde no debia repetir, su "fortuna sucia" como ella misma la llamaba, era suficiente para mantenerla a flote durante un rato.
Sacudiendo su cabeza alejo esos pensamientos para sustituirlos con las fantasias con vampiros de las que era presa ultimamente,sabia que era estupido y que quizas no fuese real pero ¿que debia de hacer al respecto?.

Queria hablarlo con la señorita Charlotte, seguramente ella sabria que hacer, por eso esa tarde habia decidido esperar en la casa al tiempo que deseaba que hubiera un espacio libre en la agenda de la señora de la casa

-Oh mi Dios, espero que aparezca pronto-

Murmuro para si misma

por **Lotty Blancquart** Miér Oct 24, 2012 1:05 pm

Siempre me he preguntado por que el ser humano esta tan lleno de prejuicios, juzgamos, condenamos, y justiciamos personas sin tener en cuenta las causas que las llevaron a elegir el tipo de vida que tienen, si algo he aprendido a lo largo de este tiempo, es a saber escuchar los problemas de los demás, antes de quejarnos de los propios, y aunque sea difícil de verdad lo intento
.
Esa noche regresaba de otro día en el que los papeles llenan tu escritorio, donde la mano te duele de tanto firmar, donde tiene que tratar con gente sosa, pretenciosa y abusadora. Donde por más que estés en un cargo te discriminen por el solo hecho de ser mujer…Por dios, que ridiculez. Si las mujeres sabemos ser mas organizadas e incluso mas inteligentes que los propios hombres, mas cuando sabemos utilizar lo que la naturaleza nos ha obsequiado. Claro esta obtenemos lo queremos si solos usamos con inteligencia. Además estaban los rumores de que al joven senadora albergaba cualquieras en su casa. La verdad lo que pensaran los demás le tenía sin cuidado. Su comportamiento y su reputación habían sido intachables hasta ahora, ni siquiera en los tiempos donde se dedico a la cacería hubo rumores o comentarios respecto a su seriedad. Y la verdad ni quien se atreviera, pues la mujer tenía su carácter, y hacia larde a él en situaciones donde los demás le prejuzgaban sin motivos, alegando con argumentos difíciles de refutar. Lo que le hacía quedar a ella como la justa vencedora, y al otro como un cochino zapato.

Llego a su casa y sonrió, después de ser solo ella y su leal amiga y empleada ahora tenía otros habitantes que a la hora de la cena hacían el tiempo muy entretenido, su prima Ehlena había dejado los asuntos imperiales como miembro del corte del sacro imperio y había decidió pasar una temporada en su casa. Ella tenía un comportamiento algo peculiar, pero prefería no preguntar, pues todos somos dueños de nuestro silencio, y esclavos de nuestras palabras, y tenemos derecho a tener nuestra intimidad. Aunque de cierto modo a veces preocupaba. Leonora había llegado a su vida…era de esas pocas mujeres que la lograban conmover, parecía frágil, tenía su historia como todos, pero también tenía algo que le hacía sentir ternura y cariño por esa mujer…cosas sumadas a la vida que esta llevaba hicieron que la acogiera en su hogar, pese a las habladurías, incluso su madre se había enterado, pero Charlotte era una mujer independiente, ya no tenía que pedir cuantas de lo que hacía, sin embrago siempre escuchaba los concejos e su pare. y este a sabiendas del carácter de su hija y su personalidad, no le vio nada de malo a que esta protegiera a otra persona, a un si esta se dedicara a vender su cuerpo como profesión. La empleada le había dicho que Leonora le esperaba en la sala, esta entrego su maletín y le mando avisar con la misma que le esperaba en el estudio. Ella se sentó en su silla de cuero detrás del escritorio. Se froto sus ojos por el cansancio y espero. Al instante los tímidos golpes que ya conocían resonaron.

-Adelante- dijo con voz tranquila…-Buenas noches querida Leonora, - le dijo desde el sillón, estaba muy cansada para levantarse – como estuvo tu día?..- espero que esta contestara y se recargo en el sofá – bien.. me dijeron que necesitabas hablar conmigo, siéntate por favor y cométame – le dijo indicándole la silla frente a ella.

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