Indiferencia o misterio(LIBRE)

Menuda nochecita...menuda nochecita había tenido. No lo había pasado demasiado bien desde que estuvieron a punto de descubrirme. Había tenido que volver a conformarme con los malditos vagabundos, y eso me ponía de un humor de perros, incluso a pesar de que me había atiborrado de sangre aquella noche. Un par de vagabundos y un lacayo.
Pero seguía siendo sangre de parias. Aun así, podía decir que al menos estaba saciada aquella noche, así que decidí ir a entretenerme un rato al teatro. El espectáculo podría ser bastante interesante aquella noche.
Había muchos humanos por allí. Quizás hablase con alguno y me llevase algo un poco más interesante.
Cuando entré en el teatro y tuve este último pensamiento, me percaté de algo alarmante. ¿Se puede saber qué demonios me estaba pasando? ¿En qué me estaba convirtiendo?
Antes no era así, tan fría, tan calculadora y tan...¿oscura? Quizás fuese ésa la palabra.
No, no lo era. Yo era una persona más bien indiferente con la humanidad.
Puaj, ¿y acaso importaba eso? No, así que me colé entre los bastidores del teatro para hablar con alguien o simplemente para cotillear.
Daba igual que estuviera prohibido meterse por ahí. Necesitaba hacer varias preguntas.

Una noche tranquila parecía vivirse en el theatres des vampires, un magnifico sitio que estaba en boca de todos, humanos, brujos, cambiaformas, vampiros y otras cuantas especies secretas dentro de París.
Por alguna extraña razón, me había aburrido de la ópera de mi propio teatro, no encontraba ninguna victima de cual yo pudiera asesinar con sadico placer, pero como desde hace dos siglos mi propio ser me pedía a gritos arte, música y horror, entonces decidido dirigi mis misteriosos pasos hasta la entrada de aquel otro teatro den vampiros simulaban ser humanos, que a su vez simulaban ser vampiros.
La sala abarrotada y llena me recibio al penetrar sus antiguas puertas de madera que llevaban por decoración el más fino arte victoriano, más mi sorpresa pareció ser total cuando observe que todos aquellos asistentes a la función eran humanos y nada más que humanos, en un hermoso buffet fui a caer, en ese momento me hubiera gustado cometer una que otra fechoria, pero este vampiro fantasma ya era de otro teatro....
Quizas a los presentes no podría hacerles daño, pero que tal a un tramoyerista, jugar tras bambalinas era de mi más profundo agrado y todos los que allí trabajaban eran humanos de la más baja de las clases.
Mezclandome como siempre entre los rincones y la sombras de los muros logre entrar desapercibido tras el telón, aún no había nadie allí solo unas cuantas cuerdas pendiendo de unas maderas esperando ser utilizadas para abrir el telón, por su parte aquello actores vampiricos se alistaban preparandose para su papel, podia escuchar el ropaje deslizandose por los cuerpos muertos, los maquillajes cubriendo aquella piel de color marmól, y una que otra voz practicando sus lineas o su canto, mientras la orquesta afinaba todo elemento de su ejercito musical en lo más profundo del teatro.
Allí estaba prendido a un anguo candíl de oro con las velas apagadas, cuando mis infernales ojos rojos vieron pasar a una criatura que no pertenecía al grupo, ni siquiera al humano, por su movimientos podía asegurar se trataba de una vampiresa, la pregunta era ¿Buscaba a alguien o a algo?, parecía que ninguna de las dos opciones era la acertada, por unos instantes sin hacer el menor ruido me quede observando sus pasos, sus gestos los cuales me sugirieron que en realidad estaba allí buscando una charla o una nueva aventura, si bien mis propositos al llegar al teatro habían sido otros muy distinto, esta noche el ángel de muerte podría darse la oporunidad de conocer a una bella dama cuyas intensiones eran desconocidas para mi y las mías probablemente para ella támbien.
Baje deslizandome despacio por la corata cadena que sostenía a aquel candil, ella daba la espalda hacia mi dirección, observando que mi rostro estuviera bien cubierto de aquel lado espantoso reflejado en un espejo algo polvoriento, dije en un tono sutil con aquella pincelada de misterio en mi voz, caracteristica mía -Bonne nuit mademoiselle- realice una reverencia al tiempo que ella se giraba para ver quien osaba en dirigirle la palabra -¿Buscaba a alguien o puedo ayudarle en algo?- pregunte en cuanto ella comenzo a observarme de pies a cabeza, mi vestimenta era llamativa lo sé, llevaba un frac oscuro con una larga gabardina, manos enguantadas en piel del mismo color de frac, sombrero y un trozo de considerable tamaño en rostro cubiendo la mayor parte de este -Oh, lamento la vestimenta es... para mi papel en la obra de esta noche- claro que mentía a medias pues esta noche tambien actuaría como protagonista de la muerte de algun tramoyero, ella por su parte con esos labios carnosos pintados de color carmesí intentaban sonreirme o decirme alguna palabra, alguna pregunta, decidi adelantarme entonces a las preguntas más obvias -¿Qué por que estoy aquí?- rei ligeramente -pues verá estaba ensayando mis lineas en mi camerino, cuando me adentre tanto en el papel que comence a caminar sin darme cuenta que ya había recorrido más de medio pasillo, al levantar la vista y percatarme de lo sucedido, lo unico que vi al frente fue a usted y su mirada curiosa, la cual me hizo suponer que quizá necesitaba ayuda- me veia fijamente con mirada cristalina y curiosa -Bueno aún la función no empieza que tal si...- heche un ligero vistazo por el lugar -Que tal si caminanos un poco, eso me tranquilizara a pesar de ser un vampiro suelo presionarme para interpretar bien mi papel, algo de conversación no le cae mal a nadie antes de actuar en el duro papel de la muerte, además puedo enseñarle algunas cosas tras las bambalinas del famoso theatres des vampires- acomode mi manga para ofrecerle con respeto mi brazo que ya se encontraba doblado esperando lo tomase -Por cierto mi nombre es Erick, Erick Destler, ¿cual es el suyo mademoiselle?- Empezar por el nombre era solo el comienzo de una conversación con propositos misteriosos para los dos vampiros ahenos a aquel teatro, escenario de nuestro casual encuentro..

No tardé en encontrar algo interesante en aquel lugar. O más bien a alguien. Escuché de pronto cómo alguien me hablaba y me giré casi instintivamente, pero con curiosidad, para comprobar quién era.
¿Era otro vampiro? Sin duda. Pero no lo sabía por haberle visto bien precisamente, pues llevaba puesta una máscara que le tapaba gran parte de la cara. Seguramente estaría vestido para alguna de las actuaciones.
No. Lo supe por sus gestos y sobre todo por su voz. Y su forma de hablar. Los que ya llevamos un tiempo danzando por el mundo de la oscuridad sabemos cómo distinguirnos los unos de los otros perfectamente.
Pero ahora que lo pensaba bien... le miré de arriba abajo fijamente, con el ojo crítico que estaba desarrollando con el tiempo.
Y entonces decidí que aquel ser era un vampiro elegante. Elegante. Simplemente éso, por lo menos lo suficiente como para querer molestarme en hablar con él y comprobar si podía amenizarme un poquito la noche.
Se confirmaron mis sospechas cuando comenzó a hablar, como si se estuviese adelantando a mis pensamientos. Le escuché con curiosidad y con elegancia, preguntándome algunas cosas, y deseando quizás poder leerle la mente también.
Pero también me pregunté en qué clase de obra actuaría. Sería muy interesante verla, sin duda alguna.
Sonreí delicadamente y dije:
-Bueno, ayuda no buscaba precisamente, lo que buscaba era buscar algunas respuestas que pudiesen amenizar un poco la noche... a veces la vida en París puede volverse un poco tediosa cuando una tiene que andar ocultándose...-dije reprimiento la tentáción de hacer una mueva al recordar mis últimas cazas-luego volví a echarle un repaso a su vestimenta y dije-Es la primera vez que acudo a este teatro, he oído hablar mucho de él, pero no dudo que sus obras serán bastante interesantes, los rumores no cuentan más que cosas buenas de este teatro.
Ayuda...¿necesitaría ayuda? Quizás sí o quizás no. Me hallaba sin duda ante un caballero. No pude evitar preguntarme a qué época pertenecería. Parecía muy cercano a aquella en la que me había criado yo.
Percatarme de aquello me hizo ponerme de buen humor, lo cual se notó en la encantadora sonrisa que se me escapó.
Cogí con cuidado el brazo que me ofrecían y dije:
-Será todo un placer. Siempre he querido comprobar si los rumores que he oído son ciertos o no.-Yo nunca me había fiado mucho de los rumores que había oído por ahí, pues sabía por experiencia que no me podía fiar mucho de ellos, muchas veces eran infundados o exagerados, tanto por humanos como por otras criaturas que aún no habían sido capaces de desprenderse de esa capacidad para la exageración-Por cierto, es un placer conocerle, mi nombre es Beatrix. Beatrix Delaga.
Luego hice un comentario acerca de algo que me pareció bastante curioso.
-¿El duro papel de la muerte?-sonreí de lado, me hacía gracia esa idea, y sabía perfectamente el por qué.-Toda nuestra gente interpreta ese papel cada día, le guste o no. Somos de alguna forma los recaderos de la muerte. Y si no disfrutásemos con ello...¡hasta me atrevería a decir que somos sus siervos!

Para aquella dama, la ayuda parecía no ser el objeto de su busqueda, más bien creo suponer que buscaba una noche fuera de la rutina a la que ella estaba acostumbrada y me había narrado, una noche en que lo unico que necesitaba era escuchar respuestas, pero... ¿respuestas a que tipo de situaciones?, la duda latente en mis pensamientos se borró con las siguientes palabras de aquella dama quién parecía ser amable y delicada, confesaba ser su primera vez asistiendo a este teatro y como todos en esta gran región había escuchado las maravillas que en sus obras se mostraban, finalmente tomando mi brazo se presento y de a poco comenzamos a caminar.
Pasamos el largo e iluminado pasillo, donde observamos en los camerinos la fina decoración que ostentaban sus interiores, algunas puertas estaban abiertas, otras cerradas, escuchando algunas lineas declamadas por labios frios e inmortales, unos pasos más adelante dije podría decir en un tono burlón tras los rumores de los que ella hablaba -Supongo que en este teatro no abundan los fantasmas como en el teatro de París donde todos rumoran está maldito- negué con la cabeza -¿Usted no creerá que hay un fantasma maligno como lo dice la gente cierto?- suspire profundamente -En fin, que leyendas no han de inventar los humanos para mantener su fama
Gustoso, rei suavente al escuchar su comentario, aquella ocurrencia mía no había sido más que una forma que su sonrisa habia encontrado como escape -Debo admitir usted tiene la razón, somos los ángeles exterminadores que portamos bajo nuestras alas a la muerte, a esa señora que no discrimina, que tiene nuevas ocurrencias para el descenlace de una historia de vida, más sin embargo creo que algunos sobrepasan los limites de la muerte, con sadismo y placer matan por matar, sin beber sangre ni vida, solo por diversión y venganza- caminaba con la mirada fija al frente, observando el camino y la angosta entrada que nos deparaba a los siguientes camerinos pertenecientes a los músicos y bailarinas -Es el papel que debo representar cada noche en obras distintas, de tramas diferentes- yo solo entendía mis propias indirectas, desde mi transformación ese personaje de personalidad tan retorcida era mío, matando a personas distinatas, de vidas complejas y diversas, esa era mi fución eterna que noche a noche presentaba.
Mirandola fijamente mientras caminabamos, volvio a la cabeza aquel motivo por que esta noche esta tras bambalinas, en unteatro que comenzaba a conocer, el otro pasillo ya estaba frente a nosotros, lo sabíamos, las notas de los violines, violonchelos escapaban como niños travieso que nos daban la bienvenida a su hogar mientras que sus padres los estrictos tambores y trompetas les ordenaban silencio, opacando con su sonido fuerte y grave el lenguje que sus hijos hablaban -Bienvenida sea usted, esta es otra parte del teatro, la que yo suelo llamar el reino de los sentimientos, porque es precisamente aquí donde las torturas que las almas de todos los vampiros que aquí tocan sus finos instrumentos poseen, donde se expresan sin palabras, donde todas las lagrimas y la soledad se transforman en el más melancolico y bello de los sonidos, el arte y la música es el motor de mi corazón formado de metal y de granito y para muchos de ellos también lo es- comenzamos a avanzar entre el mar de sonidos a nuestro alrededor, donde en algunos rincones, la tempestad era inerpretada y en otras la calma yacia en las cuerdas -Es hermoso ¿No le parece?, la mayoría de las veces me deleito en este sitio donde todo es un extraño y nuevo mundo, donde yo encuentro las repuestas más complicadas a mis pensamientos mas confunsos- detuve el paso exclamando -¡Quizás entonces la haya triaido al sitio adecuado!, ¿Buscaba rspuestas no es así?, quizás en este pequeño rincón de notas danzantes encuentra las respuestas a sus dudas con la ayuda de esto humilde actor-guarde silencio escuchando los violines, despues mi mirada bajo hasta ella y con tierna y amable voz pregunte de forma educada y discreta esparando no importunar -Bajo este misterioso camino y estos acordes que no parecen tener principio ni fin, me atrevo a preguntarle ¿Cuales son sus dudas, quizas de alguna manera le ayude a dar una respuesta?- continue el paso con ella prendida de mi brazo, probablemente no confiaría en mi puesto que apenas nos conociamos, pero se cual fuere su respuesta este condenado espectro estaba aprendiendo de ella, asi es estaba aprendiendo ha tener por lo menos una noche un poco de compañia... por los cielos-