Miedo y pasión de promedio [Privado]

por Invitado Miér Feb 01, 2012 9:15 pm

El invierno parisino podía sentirse por toda la ciudad, era hermoso como la nieve cubría todo a su paso, la gitana estaba en casa mirando a través del cristal de aquella ventana, se relacionaba con el clima a su alrededor, muchas veces aquello le recordaba a su infancia. Suspiro sin más remedio, tomo su chal morado y lo coloco sobre sus hombros, corriendo hacía fuera, ahora vivía en una modesta mansión, cuando estaba acostumbrada a admirar la naturaleza en su máxima expresión. Sin aviar salió, recorriendo con la mirada helada que le caracterizaba, la gente se mezclaba entre pieles, telas y más telas mientras ella solo llevaba un ligero vestido blanco que se contrastaba con su piel, busco en los al rededores, algo, una emoción.

Hacia tiempo que se sentía dormida, como anestesiada, ni siquiera el frío le calaba los huesos, buscaba emoción a esa noche que parecía casi perfecta, su costumbre era ir por el bosque a una vieja cabaña que se había convertido en su refugió la encontró cuando estuvo con aquel minino, podría alejarse lentamente, de todos, del bullicio de la ciudad y conectarse de una vez con su propia naturaleza.

Camino con trabajo por el sendero oscuro, sin impórtale las resonantes palabras que en su cabeza cruzaban, ‘no salir de noche, sola’, podría encontrarse con aquellos seres despiadados, bajo la mirada al recordar la violación de aquel vampiro, cuando solo iba a dejar flores a la tumba de su padre, pero salió de esos pensamientos cuando en medio de la oscuridad se encontró sumergida, con el tenue tinte de luz que la luna les proporcionaba.

Su temor comenzó a hacerse evidente cuando de la nada escucho el ruido fuerte del viento soplando las copas de los arboles, algunos grillos cantando a lo lejos y el sonido de unos pasos aproximarse, se quedo paralizada por el recuerdo que aquello le había dejado, su respiración parecía detenerse y sus piernas flaquear, aunque no era el momento de hacerlo, intento moverse, dándole la orden a sus piernas de hacerlo, pero apenas dio unos pasos en falsos cayo de espaldas sobre la nieve y hierba, sintiendo humedecer las telas…y mas aun el ruido entre los arboles.

Los sonidos de la noche pueden ser aterrantes, el miedo llega a invadir cuando menos uno se lo espera, pero en esa ocasión la gitana sentía el aura de alguien, aun era inexperta para distinguir lo bueno de lo malo, pensando que era un animal, algo indefenso a las criaturas que imaginaba…-¿Quién anda ahí? –susurro tratando de incorporarse.

por **Antonio Velázquez** Jue Feb 02, 2012 12:53 pm

Me gusto el bosque para meditar, me separa de todos los lugares llenos de bullicio que tiene la ciudad. Pero este bosque ya parece una extensión mas de ella. Aquí he encontrado a una indígena, una bruja, montones de gitanos y hasta varios vampiros. Como si fuera un lugar más transitado que las calles parisinas, eso me molesta ha sobre manera, me gusta la soledad que puede sentirse entre las ramas.

Mientras pienso comienzo a despojarme de algo de ropa. Los zapatos negros, el saco negro, la camisa roja. Saco mi espada de su funda falsa, donde aparece la verdadera, brillando bajo la tenue luna. Al sacar el arma puedo escuchar ese rechinido suave que me hipnotizar con su cantar.
La sacudo en el aire, este parece partirse con cada movimiento de ella, sufriendo una herida que lo hace huir, escuchando su grito en forma de soplido.

Salto lo suficientemente alto para llegar a las copas de los arboles, donde salto de otra, moviéndome lo mas sigilosamente posible. Siempre olvido que puede haber varios seres alrededor, prefiero concentrarme en mi liberación, me molesta estar siempre vestido, tan diferente a la brisa que se siente en mi pecho justo ahora.

Cuando termino, me he alejado lo suficiente de mis cosas como para preocuparme, regreso corriendo justo hacia ellas. Lo suficientemente cerca para captar un aroma fresco, alguna mujer. Esta vez prefiero ignorarla, no huele a plata o a madera, no puede ser un cazador, además, no tengo ganas de matar a ninguno hoy, es mi noche libre.

Oculto mi arma de nuevo, me pongo los zapatos, la camisa y el saco las dejo abiertas.

Cerca de aquí hay un lago, ahí podre descansar, aun y con el frio de invierno, se dice que el agua del lugar se mantiene caliente todo el año, como los baños saunas de mi tierra, aquellos nacidos de las faldas de los volcanes.

Al caminar escucho el ruido de alguien cayendo y el mismo aroma, seguramente la chica, que ahora confirmo que lo es, se cayó a la nieve o algo parecido.

La veo de frente, no le digo nada, le extiendo la mano para que se pueda levantar. En cuanto la levante me puedo ir a disfrutar de ese baño caliente.

por Invitado Vie Feb 03, 2012 6:16 pm

Asustada y un poco temerosa por su vida la gitana comenzaba a sentir los pasos de la muerte, la oscuridad parecía invadirle, todo se nublaba de sobre manera ante su temor más grande, ser tomada por alguien, ser asesinada y no salir con vida, era cobarde, la muerte le aterraba, tener un juicio con ella, verle en su momento, no eso no podría soportarlo, el hecho es que era irónico, muchas veces deseando morir e incluso pensando en arrebatarse la vida, pero ahora, este nuevo descubrimiento le llevo más allá.

Apretó los ojos cerrándoles de sobremanera casi rezando al cielo porque aquello tomara un rumbo distinto, porque nadie le viera, que no le pasara nada, en cambio fue la mirada de un hombre la que encontró cruzando con sus orbes azul cielo, pestañeo un par de veces, mirando lo primaveral que parecía, casi sin vestir, enseñando parte de su trabajado torso, aun mejor, siendo amable al mostrarle la mano.

Había algo que Yude no se explicaba, era el quedar totalmente anonadada con aquella persona, le cogió de la mano para ayudarse a levantar, sentía un sofocante calor al tomarlo, su respiración se calmo, bajo un poco la mirada con la sangre maquillando sus mejillas en un carmín gracioso, no pudo evitar recórrele con la mirada, la gran altura que poseía cubría su cuerpo como una sombra mágica.

Las facciones varoniles que llamaban su atención, ¿Qué estaba pasando con ella al mirarle y al estar pensando todo aquello?, era como si se encontrara sumida en un embrujo. –Muchas gracias –Musito avergonzada por la manera en la que se había encontrado, sin dejar de reflejarse en la mirada del hombre, en su mente solo se hacia a la idea de poder contemplar sus cabellos, sus rasgos que parecía un tanto salvajes.

Y de pronto el cielo parecía despejarse, el firmamento se veía más claro, permitiendo un poco de paso entre la oscuridad…- Disculpe, me podría decir donde se encuentra el camino más cerca a la ciudad –Desvió la mirada como si aquello fuera un pecado, pero no eran más que palabras tintadas de atracción.

por **Antonio Velázquez** Jue Feb 23, 2012 12:06 pm

Es una joven, de seguro no llega a los veintitantos, la edad que yo aparento, aunque ya no se cual es mi verdadera edad. Dormí siglos, tantos que el mundo que conocía se perdió, cambio y callo en pedazos. Si contara mis años de ausencia, posiblemente superaría los 200 años, aun cuando mi cuerpo a vivido una vida de 60, solamente.

Es una humana, por lo que se moriría de frio en este invierno tan helado ¿Acaso está loca? Apenas lleva suficiente ropa para pasar unas horas fuera entre esta nieve.

-Haz de venir de una tierra muy helada, donde el frio es algo de todos los días, o haz de tener una idea muy particular de la moda de invierno

Le hablo con algo de frialdad, la realidad es que sólo estaba pensando en mi baño de aguas termales, no estoy acostumbrado a encontrarme con alguien en este bosque, al menos no un humano al que no debo matar. Hay muchas tumbas clandestinas de cazadores e inquisidores que yo he cavado al lado de las de mis hermanos de raza.

La veo por un momento y me llega su aroma. Es particular, no puedo saber si es bruja o gitana, una simple humana, tampoco de que clase. El frio a de haberme distraído.

-El camino más cercano es al este, encontraras Saint-Martin.

Camino a un lado de ella y puedo ver, no muy lejos, el pequeño lago, de apenas unos metros, expirando vapor calientes, esperando que entre el. Mi conciencia me llama y volteo hacia la muchacha.

-¿No deberías de ir sola por el bosque no crees?

Le hablo pero sigo caminado, colocando mi ropa en mi brazo, para comenzar a desnudarme para el agua.

off: Perdon por tardar!

por Invitado Dom Feb 26, 2012 5:39 pm

Por una extraña razón sentía calor, demasiado calor y el corazón acelerarse tanto, eso solo le había pasado algunas veces y con cierta persona, pero ahora esto era nuevo, como si la sangre se atrajera mutuamente o algo parecido. Suspiro y tomo aire viendo sus movimientos de pronto desvío la mirada al panorama – Creo que el invierno es mi naturaleza – murmuro con ese hilillo de voz suave.

Poco a poco comenzó a sentir de nuevo que se conectaba con el aire helado y suspiro agradecida de no sentirse tan sola en esos días mucho menos de sentir el peso de la soledad y solo dedico una mirada en la dirección indicada, aunque por el nombre ella no sabía muy bien de que le hablaban – Entonces supongo, debo seguir por ahí…-no estaba ni segura de lo que decía todo le confundía en ese momento.

Y entonces cuando se dispuso a voltea y agradecer dichas palabras se encontró con la mayor sorpresa de su vida, el hombre estaba desnudo, ¡denudo ante ella!, sus mejillas se sonrojaron, quizá ese sonrojo viajo hasta sus orejas, no dejo de mirarlo, solo por la impresión y de pronto de le dio la espalda, trato de llevarse las manos al rostro – Y usted no debería andar desnudándose así porque si – tomo aire, incapaz de dar un paso la imagen le había paralizado.

No te preocupes ^^

por **Antonio Velázquez** Miér Abr 11, 2012 10:59 am

No puedo evitar sonreír ante su sorpresa.

-Disculpa-digo olvidando las formalidades- en mi tierra la desnudes no es algo de lo que el mundo se avergüenza, de donde yo vengo, o venia, solíamos estar frescos durante los días y no nos cubríamos el cuerpo. No como aquí, donde la vergüenza de verse desnudos es solamente suplantada por la sensualidad que puede a ver en encontrarse con un gran escote.

Tal vez n oes buena idea dejar a esta chiquilla sola, después de todo, es una humana y aunque no tengo nada en su favor, no sería agradable dejar que algo le pase, ya sea en manos de alguien como yo o de algún humano con sed sexual incontrolable.

-Creo que sería bueno que me acompañes, no sería una buena persona si te dejara sola.

La realidad es que ni siquiera son una persona y mucho menos buena. Tal vez el simple aroma de la chica es atrayente o me vuelvo débil ante los humanos.

-No sé de dónde vienes exactamente, pero este bosque no es seguro, a ninguna hora del día. Ahora que es invierno y la niebla puede que te haga perder algo de lo visual en una tarde donde el sol habría de brillar con intensidad.

Suspiro con algo de ira, no debería de ayudar a nadie y menos a una humana que esta aquí por su propia voluntad. Camino hacia ese pequeño oasis de agua caliente que deja salir vapor de sus aguas. Un pequeño paraíso para alguien que sus heridas van más allá de su piel.

-No si prefieres quedarte o retirarte, pero como te digo el bosque n oes seguro y yo ya he cumplido con mi parte-le digo, tratando de recuperar el aire de rudeza que no debí perder.

La miro una última vez antes de entrar al agua y darle la espalda, tratando de escuchar sus pasos alejarse o por lo menos quedarse cerca y no la pierda de vista.

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