Negocio de caninos [Rurik]

por **Antonio Velázquez** Vie Feb 03, 2012 10:34 am

Sacudo la espada al aire, la sangre se dispara contra la pared haciendo un sonido húmedo y viscoso contra el material del callejón. El hombre a mis pies agoniza tratando de musitar algunas ultimas palabras, seguramente amenazas contra su asesino.

Mi brazo derecha gotea del liquido rojo que todos los seres abrazamos con nuestra piel y del cual los vampiros de alimentan. La herida se cerro rápidamente, gracias a que no soy humano, pero la el saco negro y la camisa celeste están rasgadas por la bala que atravesó mi brazo hace unas horas.

Horas de pelea incesante contra un inquisidor, o cazador, la verdad es que los veo iguales. Sólo espero que encuentre la paz.

-Eres mi enemigo y encuentro honor en tus actos, pero nuestras ideologías son distintas y no podemos coexistir en un mismo espacio. Deseo que el Dios en el que creas te juzgue con justicia por tus actos.
Al terminar de hablar, le atravieso el cuello con mi espada, acabando con su agonía.

Espero que se vaya de este mundo sabiendo que mis palabras fueron sinceras. Odios a los humanos como el, pero defienden sus sueños y a sus seres amados, tienen el honor de luchas por lo que creen. Pero también lo lucho por eso y mi espada me acompaña.

Me inclino a su cadáver, de su gabardina saco una caja de cerillos. Enciendo varios en forma sucesiva, arrojándolos hacia el hombre muerto, viendo como las llamas se acrecientan y van cubriendo el cuerpo poco a poco. Hasta que las chispas y fuego comienzan a consumirlo. Pronto es una mancha negra en el suelo, un cuerpo oscuro y con aroma a infierno. Seguramente los policías dirán que murió quemado, no harán caso a las heridas de espada, las ignoraran, porque saben del asesino que se mueve por la ciudad y le temen, como debe de ser.

Desaparezco en el laberinto de callejones, pronto llegan a una que reconozco de mis antiguos andares. Antes de establecerme en la ciudad, viajaba mucho y como es natural, llegue aquí.

Tuve un socio en esos años, un cambia formas, un sujeto callado, no hablaba mucho, un ruso, creo.

-Rurik. Me pregunto si andarás por la ciudad aun.