AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Una tarde que quiero pasarla bien, te espero con ansias para que alivies mi dolor [Privado]
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Una tarde que quiero pasarla bien, te espero con ansias para que alivies mi dolor [Privado]
Hora
Cinco de la tarde con treinta minutos.
Lugar
Campo
Clima
El cielo esta parcialmente nublado, con peligro que llueva (Todas aquella personas que quieran salir, salgan con un abrigo y un paraguas)
Cinco de la tarde con treinta minutos.
Lugar
Campo
Clima
El cielo esta parcialmente nublado, con peligro que llueva (Todas aquella personas que quieran salir, salgan con un abrigo y un paraguas)
Mis ojos estaba enfocados en aquel fuego de la chimenea, mis recuerdos estaba siendo revelados como una película, el terror de esos recuerdo me quemaban cada parte de mi cuerpo, cerré varas veces mis parpados este día no me estaba gustado, no me sentía del todo bien, no era el mismo, no era yo, el hiperactivos, feliz, risueño Herman, era una persona que hace tiempo no había visto. Apreté fuertemente mis puños sabiendo que estaba blancos de lo fuerte que he apretado en estos momentos, pero no quería sentirme asi, lo bueno esque mi madre no me ha visto asi, porque si no, me iba hacer muchas preguntas y no me apetecía responderle nada-Perdóname Madre, pero tendré que salir, no quiero que cuando regreses me encuentres en este estado, asi, una persona que no soy yo, espero ser el mismo cuando llegue a la casa, desprecio cuando me encuentro asi-Susurre al viento, parándome de aquella silla que en este preciso momento odio igual que esta maldita oficina que me siento ahogar, siento que me falta el aire, me siento como un una cara que nada cabe, que se siente apretado.
Cerré la puerta tras de mí cuando salí de aquella oficina, mire hacia ambos lados, no quería encontrarme con nadie del pasillo, no quiera responder preguntas, ni aclarar nada, no me sentía del todo bien, me troné mi cuello un poco cerrando mi ojo derecho, tome aire y me encamine hacia la salida del negocio de mi madre. Mientras caminaba por los largos y oscuros pasillos del negocio pasaba saliva, me quite el moño negro que traía, me desabroche los dos primero botones, subiendo el cuello hacia arriba, pasando nuevamente saliva, me sentía mas tranquilo de ese modo, me sentía al cincuenta porciento yo mismo -¿Qué rayos me pasa?-Me había preguntando, apretando mis labios, no sabía, no comprendía del porque, algo pasaba, algo pasaba de verdad para que me comportaba asi o ¿era algo más? Mi respiración empezó agitarse, mis piernas empezaron avanzar un poco más rápido hasta el punto de correr, corrí recio necesitaba aire, pensaba que en cualquier momento se me iba acabar, corría fuertemente esquivando una caja que se encontraba en mi camino, hasta que por fin mire aquella puerta, en cualquier momento iba a llegar hasta ella, la iba abrir y salir por fin. Cuando llegue, puse mi mano en la manilla, la gire y la abrí, sintiendo el aire golpear mi rostro, cerré inmediatamente mis ojos al sentir esa sensación que hace un par de horas no la había sentido, salí por completo, cerrando esa puerta y quedándome por un momento afuera sin hacer nada.
Tome varias veces aire, llenando mis pulmones de ellos, mire hacia los lados para comprobar que nadie me estaba viendo y eche caminata a cualquier lugar que no estuviera cerrado, ni con gente, no le apetecía estar en tanta multitud en este preciso momento, subí mi cabeza mirando el cielo nublado en cualquier momento iba a llover, deseaba que ya llovía que el cielo regara su alma para estar en paz. Seguía caminado sin un lugar fijo, no me importaba donde dirigirme solo quería tomar aire, aunque ya lo hice, pero mas área, y sobre todo no estar encerrado como un pájaros. Me adentre en las calles de parís, una ciudad muy hermosa, placentera, con muchos secretos, mire a las personas caminar por mi lado no estaba presentado mucho atención haciendo que chocara con algunas, solo quería caminar era lo único que me importaba en este momento.
No sabia que me estaba pasando, que esta ocurriendo conmigo, porque tenia este humor de perros, porque no tenia mi humo de siempre, que me caracterizaba conmigo, tantas preguntas sin respuesta-¿Por qué me esta ocurriendo esto?....este día no a sido uno de los mejores que he tenido…-]Me pare en medio de mi caminata, quedándome completamente callado, este día, se me había olvidado por completo este día…era el día que mi padre había muerto y lo de mi accidente, hoy se cumplía veinticuatro años de de la muerte de el, pase saliva varias veces, cerrando los ojos-Como pude olvidar esto, como pude dejar a mi madre con este dolor, pero yo no puedo ir con ella como estoy, no puedo, no puedo-Me repetía a mi mismo, abriendo los ojos y mirando a las personas que se me quedaban mirando, me sonrose y baje la mirada-Perdone- Susurre, no sabia porque perdía perdón aquellas personas, pero en este momento era lo que menos me interesaba, volví a caminar, pero ahora un poco más rápido, quería alejarme de todas las personas que se encontraban ahí y poder “gritar” aunque no gritare, pero este humor que ando cargando en estos momentos no me gustaba para nada, una sonrisa tonta apareció en mi rostro, la verdad no me gustaba sentirme así, pero en estos momentos solo tenia ganas de golpear algo, hasta tenia ganas e llorar…]-¡Valla! Que patético soy, soy un hombre patético cuando me comporto de este modo-suspire y continúe mi caminata.
Sentí como el viento golpeaba todo mi cuerpo, haciendo que me diera un escalofrió que recorrió desde mis pies hasta la ultimo mechón de mi pelo, abroche mi chamarra, el frio si que se hizo presente, suspire nuevamente y esa tonta sonrisa volvió aparecer en mi rostro - * Vamos Herman, no estés de ese modo, tu no eres ese chico que ahora esta en tu ser, se feliz, vive la vida como siempre lo has hecho * - Me di animo a mi mismo, había caminando mucho tiempo, mirando el lugar, ¿Dónde había ido a parar?, observe que me había alejado de la ciudad de parís -¿Me perdí?-Mire, observe, analice el lugar, por fin recordado que era este lugar -Ah no, ¿Cómo llegue a este lugar? Pero bueno, el campo me hará olvidar cosas y tranquilizarme un poco-Había llegado hasta el campo, solo cuatro veces había ingresado a este lugar y eso que tengo veinticuatro años de vida y viviendo en parís.
Observe el lugar nuevamente, mirando a lo lejos un árbol frondoso, grueso, alto y con sus hojas verdes, en encamine hacia aquel árbol que me había llamado la atención, cuando llegue me recargue en el tronco, deslizándome hasta llegar al suelo, me puse en la posición del indio, recargando mi cabeza también en el tronco-Por fin tengo un poco de paz, un poco de tranquilidad-Susurre, cerrando mis ojos y pensando en las cosas que me han pasado en este día.
Herman I. Kolben- Cazador Clase Alta
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Re: Una tarde que quiero pasarla bien, te espero con ansias para que alivies mi dolor [Privado]
Del diario de Andrews de Lesseps {antepasado de generación desconocida de Viola}
Hoy ha sido uno de esas noches si no sabes si estas dormido o despierto, aun cuando los días para mi son esquivos por mi condición vampírica las noches son mi día, donde la luna es la fiel acompañante, pero hoy no hubo luna el cielo solo estuvo con las majestuosas estrellas brillando en los cielos. Hoy… esta noche conocí a la mujer más bella en mis largos años saciándome de bellas mujeres hoy encontré a la Diosa de mis sueños, a la mujer con la que había soñado, con la que idee un mundo con tan solo verla sonreír. Arlett Venetton, menos que mi unos mil años podría decir, se y me lo han dicho que a pesar de tener 45 años aparentes me veo mucho más joven pero ella una flor de 17 años ha conquistado mi corazón, su aroma a frutos silvestres, su piel tan blanca y su cabellera tan roja aquello me deslumbro, me dejo sin palabras. Y me temo decir que la quiero a ella, amor a primera vista por primera vez en muchos años no tuve que ocupar mis encantos, mis poderes ella… Ella… es la mujer perfecta.
Su fiesta de cumpleaños habían muchos pretendientes y ella solo se fijo en ese viejo vampiro, la deje, jugué con ella, deje que bailara con los jóvenes que la iban a ver hasta que por fin y por arreglos del destino llego a mis brazos donde con una primera reverencia nos pudimos a danzar al ritmo de la música de fondo, ella como cual pluma se dejo guiar por mis pasos, entre la multitud la aleje del salón principal en completo silencio sin quitarle la vista de encima llegamos al jardín, un bello lugar para presentarnos, y declarar algo que había nacido tras unas simples miradas. Su piel tan suave, sus labios tan rojos, sus manos tan delicadas una flor en crecimiento la única flor de mi jardín Arlett. Las horas con ella pasaron volando y el amanecer anuncio su llegada y con ello mi despedida…
Ese mismo día desde el interior de mi gran mansión que estaba completamente a oscuras, le envié una carta a ella y a mis amigos los Venetton pidiendo la mano de ella… de mi futura esposa Arlett de Lesseps…
Trague saliva tras leer aquellas páginas del diario de Andrews, cada vez que leía encontraba pistas sobre de donde provenía mi apellido, quien había sido la primera y el ultimo de Lesseps de sangre pura, me aterre porque ya había leído sobre que no existía ningún de Lesseps pura sangre, sino mas bien todos éramos unos Venetton con… ahí era el problema ¿quien habría sido el padre biológico de los gemelos? Aquello me tenia al borde de la desesperación, por mas paginas que me había saltado no encontraba el nombre. Algo molesta cerré el diario y quede mirando hacia las afueras de la perfumería, el cielo estaba que se rompía a llover y yo ahí, pasando frio en la perfumería, no había entrado un alma ese día, así que tuve más tiempo para seguir leyendo, haciendo anotaciones, buscando recetas entre otras cosas. Mi chofer en días como estos siempre llegaba más temprano a recogerme, sabía que el comercio en invierno era lento pero no por eso mantendría la perfumería cerrada.
Mientras llegaba August, deje todo en orden, guarde el diario en mi bolso de mano y cerré el laboratorio. Ordene los pañuelos para las muestras y acomode los granos de café en una caja de madera especial para conservar el aroma de estos. Tome mi libreta de anotaciones, mañana recogerían un perfume a pedido y aun no lo terminaba así que al llegar a mi hogar procedería hacer mi trabajo, para que alcanzara a reposar el tiempo necesario para que el aroma perdurara. Me pare frente al espejo y pinte de rojo mis labios, me gustaba verme elegante a todas horas del día, una mujer sin vanidad no era una. Aquello lo había aprendido de las damas que visitaban mi perfumería, todas elegantes, bien vestidas y maquilladas, yo no me quedaría atrás, claro que no, la elegancia era un punto importante en la vida, más cuando la sociedad se valía de lo que veían antes de conocer en si a las personas. Mientras me arreglaba la cabellera un viento helado entro cuando la puerta se abrió haciendo sonar las campanillas que anunciaban la entrada de algún cliente. Pero era mi Chofer que con una amplia sonrisa me dejo – My Lady Viola, ¿esta lista? – gire en mi propio eje y sonriéndole asentí con la cabeza. – Hoy habrá una tormenta de lluvia – dije tan suave que el viento pareció llevarse mis palabras, con ayuda de August, subí al carruaje, la puerta se cerró y él se encargo de cerrar la perfumería con los candados correspondientes. Luego de eso, partimos con dirección a la mansión. La temperatura comenzaba a bajar gradualmente pasábamos por las calles parisinas, corrí una de las pequeñas cortinas para poder observar el paisaje, los días grises eran mis favoritos y quería disfrutar de la vista.
Minutos más tarde ya habíamos dejado atrás la ciudad ahora recorríamos el campo, tan extenso que parecía perderse en el horizonte, amaba el aroma de aquel lugar, una mezcla de lo silvestre con el mismo invierno centre mi sonrisa y mis ojos hacia aquel lugar que parecía silencioso, el carruaje comenzó a avanzar lento debido a las piedras del camino, aquello me daba más tiempo para aprovechar de aquel que se convertía en un paseo. En un abrir y cerrar de ojos en medio del campo una silueta parecía avanzar hacia un gran árbol, mi atención se fue hacia aquel que caminaba, a medida que nos acercábamos aquel andar mis ojos se abrieron totalmente y tragando saliva toque la campanilla para que el carruaje se detuviera, August con rapidez acudió hacia mi abriendo la puerta – ¿Sucede algo Madeimoselle? – estire mi mano para que me ayudara a bajar – Si, espérame August y abrígate por que luego nos caerá lluvia – le dije con una sonrisa y comencé a caminar en dirección al árbol, en completo silencio, levante un poco mi vestido para poder avanzar con más rapidez, tenía una corazonada de esas que no sabes si son buenas o malas, mientras caminaba no sabía cómo me presentaría… mi respiración poco a poco se agito a medida que mis pasos iban apresurados. Fue hasta que llegue cerca del árbol y del joven de rostro familiar Herman, dije para mí. Parecía estar en paz sentado en aquel lugar y me dio miedo asustarlo – Herman Kolben – pronuncie su nombre tan suave que solo pareció un susurro del viento que comenzaba azotar mis cabellos.
Hoy ha sido uno de esas noches si no sabes si estas dormido o despierto, aun cuando los días para mi son esquivos por mi condición vampírica las noches son mi día, donde la luna es la fiel acompañante, pero hoy no hubo luna el cielo solo estuvo con las majestuosas estrellas brillando en los cielos. Hoy… esta noche conocí a la mujer más bella en mis largos años saciándome de bellas mujeres hoy encontré a la Diosa de mis sueños, a la mujer con la que había soñado, con la que idee un mundo con tan solo verla sonreír. Arlett Venetton, menos que mi unos mil años podría decir, se y me lo han dicho que a pesar de tener 45 años aparentes me veo mucho más joven pero ella una flor de 17 años ha conquistado mi corazón, su aroma a frutos silvestres, su piel tan blanca y su cabellera tan roja aquello me deslumbro, me dejo sin palabras. Y me temo decir que la quiero a ella, amor a primera vista por primera vez en muchos años no tuve que ocupar mis encantos, mis poderes ella… Ella… es la mujer perfecta.
Su fiesta de cumpleaños habían muchos pretendientes y ella solo se fijo en ese viejo vampiro, la deje, jugué con ella, deje que bailara con los jóvenes que la iban a ver hasta que por fin y por arreglos del destino llego a mis brazos donde con una primera reverencia nos pudimos a danzar al ritmo de la música de fondo, ella como cual pluma se dejo guiar por mis pasos, entre la multitud la aleje del salón principal en completo silencio sin quitarle la vista de encima llegamos al jardín, un bello lugar para presentarnos, y declarar algo que había nacido tras unas simples miradas. Su piel tan suave, sus labios tan rojos, sus manos tan delicadas una flor en crecimiento la única flor de mi jardín Arlett. Las horas con ella pasaron volando y el amanecer anuncio su llegada y con ello mi despedida…
Ese mismo día desde el interior de mi gran mansión que estaba completamente a oscuras, le envié una carta a ella y a mis amigos los Venetton pidiendo la mano de ella… de mi futura esposa Arlett de Lesseps…
Trague saliva tras leer aquellas páginas del diario de Andrews, cada vez que leía encontraba pistas sobre de donde provenía mi apellido, quien había sido la primera y el ultimo de Lesseps de sangre pura, me aterre porque ya había leído sobre que no existía ningún de Lesseps pura sangre, sino mas bien todos éramos unos Venetton con… ahí era el problema ¿quien habría sido el padre biológico de los gemelos? Aquello me tenia al borde de la desesperación, por mas paginas que me había saltado no encontraba el nombre. Algo molesta cerré el diario y quede mirando hacia las afueras de la perfumería, el cielo estaba que se rompía a llover y yo ahí, pasando frio en la perfumería, no había entrado un alma ese día, así que tuve más tiempo para seguir leyendo, haciendo anotaciones, buscando recetas entre otras cosas. Mi chofer en días como estos siempre llegaba más temprano a recogerme, sabía que el comercio en invierno era lento pero no por eso mantendría la perfumería cerrada.
Mientras llegaba August, deje todo en orden, guarde el diario en mi bolso de mano y cerré el laboratorio. Ordene los pañuelos para las muestras y acomode los granos de café en una caja de madera especial para conservar el aroma de estos. Tome mi libreta de anotaciones, mañana recogerían un perfume a pedido y aun no lo terminaba así que al llegar a mi hogar procedería hacer mi trabajo, para que alcanzara a reposar el tiempo necesario para que el aroma perdurara. Me pare frente al espejo y pinte de rojo mis labios, me gustaba verme elegante a todas horas del día, una mujer sin vanidad no era una. Aquello lo había aprendido de las damas que visitaban mi perfumería, todas elegantes, bien vestidas y maquilladas, yo no me quedaría atrás, claro que no, la elegancia era un punto importante en la vida, más cuando la sociedad se valía de lo que veían antes de conocer en si a las personas. Mientras me arreglaba la cabellera un viento helado entro cuando la puerta se abrió haciendo sonar las campanillas que anunciaban la entrada de algún cliente. Pero era mi Chofer que con una amplia sonrisa me dejo – My Lady Viola, ¿esta lista? – gire en mi propio eje y sonriéndole asentí con la cabeza. – Hoy habrá una tormenta de lluvia – dije tan suave que el viento pareció llevarse mis palabras, con ayuda de August, subí al carruaje, la puerta se cerró y él se encargo de cerrar la perfumería con los candados correspondientes. Luego de eso, partimos con dirección a la mansión. La temperatura comenzaba a bajar gradualmente pasábamos por las calles parisinas, corrí una de las pequeñas cortinas para poder observar el paisaje, los días grises eran mis favoritos y quería disfrutar de la vista.
Minutos más tarde ya habíamos dejado atrás la ciudad ahora recorríamos el campo, tan extenso que parecía perderse en el horizonte, amaba el aroma de aquel lugar, una mezcla de lo silvestre con el mismo invierno centre mi sonrisa y mis ojos hacia aquel lugar que parecía silencioso, el carruaje comenzó a avanzar lento debido a las piedras del camino, aquello me daba más tiempo para aprovechar de aquel que se convertía en un paseo. En un abrir y cerrar de ojos en medio del campo una silueta parecía avanzar hacia un gran árbol, mi atención se fue hacia aquel que caminaba, a medida que nos acercábamos aquel andar mis ojos se abrieron totalmente y tragando saliva toque la campanilla para que el carruaje se detuviera, August con rapidez acudió hacia mi abriendo la puerta – ¿Sucede algo Madeimoselle? – estire mi mano para que me ayudara a bajar – Si, espérame August y abrígate por que luego nos caerá lluvia – le dije con una sonrisa y comencé a caminar en dirección al árbol, en completo silencio, levante un poco mi vestido para poder avanzar con más rapidez, tenía una corazonada de esas que no sabes si son buenas o malas, mientras caminaba no sabía cómo me presentaría… mi respiración poco a poco se agito a medida que mis pasos iban apresurados. Fue hasta que llegue cerca del árbol y del joven de rostro familiar Herman, dije para mí. Parecía estar en paz sentado en aquel lugar y me dio miedo asustarlo – Herman Kolben – pronuncie su nombre tan suave que solo pareció un susurro del viento que comenzaba azotar mis cabellos.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Re: Una tarde que quiero pasarla bien, te espero con ansias para que alivies mi dolor [Privado]
“Los recuerdos son tan doloroso, pero cuando te encuentras perdido, levanta tu cabeza y encontrar alguien a tu lado”
No sabía cuánto tiempo me encontraba en la misma posición, tampoco me importaba la verdad, solo quería estar en este maravilloso lugar, aunque mis ojos se mantenían completamente cerrados. El viento seguía meciendo mi cabello y también haciendo que mí cuerpo tuviera frio, exhale un poco de aire llegando hasta mis pulmones, abrí lenta y pausadamente mis ojos, mirando el hermoso paisaje que se me presentaba ante mí. Observando cómo se movían al compas de viento las hojas de los arboles, como deseo en este preciso momento ser una planta u hoja para que el lento me moviera a su antojo. Apreté mis manos un poco, suspire nuevamente, mi mirada estaba clavada en un cachorrito que corría por todo el campo, me empecé a reír por las cosas que él hacía con las flores, pero en ese momento, en esa hora, en ese instante un recuerdo llego a mi cabeza, uno que nunca pensé que iba a volver aparecer en mi cabeza, mis ojos seguían en ese cachorro que venía hacia mí, mientras mi mente se perdía en aquel recuerdo.
>> Me encontraba jugando con mi nuevo juguete, un balero que mi madre me había regalado, este día había sido mi cumpleaños, mi numero quince. Mi día estaba siendo perfecto. Me encontraba recargado en la puerta de mi casa, desvié mi mirada para poder observar que un grupo de jóvenes venia a donde yo me encontraba, yo seguía jugando tranquilamente, sin molestar a nadie, aunque yo no molesto a nadie, pensando que se iba a ir, que no me iba a tomar en cuenta como muchas veces, pero quedaron justo enfrente mío, ni me moleste en subir mi cabeza para verlo, solamente seguí jugando con el regalo que me había dado mi madre.
-Hola Iván, me entere de que este día es tu cumpleaños-Escuche la voz de uno de ellos, no respondí, no tenía ganas de responderle, de gastar mis fuerzas de hablar con unos adaptados como ellos, moví un poco mi balero, no esperaba que ellos hablaran nuevamente o mejor dicho que el hablara-¿Qué pasa?, los ratones te mordieron la lengua o que-Tuve que elevar mi rostro, observa al joven, era de mi misma edad por desgracia-No, no me la comieron, solo que…no me apetece hablar con una persona como tu-Conteste, volviendo a bajar mi cabeza y mirando el balero que era mucho más interesante que estar viendo su rostro-Eres un imbécil Iván, no me hables con ese tonito-Estaba enojado, lo note por el tono de voz que uso, mire como de un manotazo me quitaba el balero, viendo como reboto un poco, me quede callado-Mira, te acabo tirar algo y no has hecho nada, se nota que no tienes un padre en casa, eres como una nena, aunque una mujer se defiende mejor que tu, mejor te voy a decir, un bastado hijo de perra-Con esas palabras hizo que mi ceño se frunciera, ¿Cómo atreve a decirme eso? El no sabe nada de mi vida, pero no dije nada-Mira, te comportas como una nenita, te acabo de ofender ni te defiendes, se nota de verdad que no tuviste una figura de un varón, tu madre es tan perra q….-No pudo continuar, porque mi puño quedo pasmada en su rostro-Te lo diré por única vez, nunca en tu perra vida vuelvas a insultar a mi madre, no tuve un padre, pero si una madre que me ama, no que me trata como una mierda como te trata la tuya-Mi voz se escuchaba un poco de miedo, pero no se metió con mi madre y nadie se mete con ella, mire su rostro, pero no esperaba lo que me iba hacer ese hombre, cerré fuertemente mis ojos al sentir algo penetrar mi costado, pero tuve que abrirlos, baje mi cabeza y observe que un cuchillo estaba incrustado en mi costado, lado derecho, cayendo al suelo, mire que se puso de cuclillas ante mí, pasando varias veces saliva-Hermancito, Hermancito, tu eres un bastado, un…un sin nadie, no sabes como un verdadero hombre se comporta, nunca será un hombre para una mujer, porque eres un completo imbécil, sobre todo un bastado-Fue lo último que escuche antes de perder la conciencia. <<
Pero el ruido de un carruaje hizo que me sacara de ese recuerdo, no sabía del porque ese recuerdo llego a mi cabeza, pero ya no importa, solo me limite a ver aquel carruaje, no sabía quién venia, tampoco me interesaba, de seguro era un ricachón. Baje mi mirada para observar que un par de ojos se me quedaba viendo ¿A qué momento llego este cachorrito a mi lado?, bueno eso no importa, lo tome con mis manos, acercándolo a mi cuerpo, cerré un poco los ojos al sentir aquella lamida que me daba, mientras yo le acariciaba el lomo del perrito, era de un color negro, con una mancha blanca en su ojo derecho, era lindo ese perro, le iba a quedar, no tenía nada que indicara que tenia dueño-Pequeño, te adoptare, será tu nuevo amo, te llamare Poosh, no sé porque se me ocurrió ese nombre, pero te llamara Poosh-Se me estaba acurrucando en mi regazo, mirando que se cerraba sus ojos, me la quede mirando, acariciando lentamente su lomo.
Iba a cerrar mis ojos, pero escuche unos pasos, viendo que Poosh levanto su rostro, yo hice lo mismo, pero fue lento, mirando un vestido que tapaba las piernas, sube mas, mirando una cadera ancha pero perfecta, mi mirada subí mas, pasando por su plano vientre, llegando a tus sus pechos, suspire un poco, elevando mas mi rostro, y mirando el rostro de aquella mujer, era ella, sonríe a no más poder-Viola De Lesseps-De mis labios salió su nombre, levantándome con todo y el perro, me acerque hacia ella, examinándola detalladamente ¿Hace cuanto no la miraba?, bueno no importa mucho-Viola, me da mucho gusto volverte a ver-Baje el cachorro, observando que se queda a mi lado-Extrañe a mi amiga, a la única amiga que tengo en parís-Dije, acercándome un poco ma-Es una gran sorpresa verte aquí-Sin pensarlo, encerré a Viola en un gran abrazo de oso y pongo mi cabeza en su hombro-Viola…-Volví a repetir, estreche su cuerpo al mi cuerpo, quedándome asi con ella.
Herman I. Kolben- Cazador Clase Alta
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Re: Una tarde que quiero pasarla bien, te espero con ansias para que alivies mi dolor [Privado]
Habían segundos que parecían horas, minutos que parecían días y horas que eran igual que semanas, no podría decir cuantos segundos estuve ahí parada mirando a Herman, ¿De cuándo lo conocía? ¿Cómo había llegado a quererlo tanto? Trague saliva ante mi propio pensamiento, era mi amigo pero no podía mentir que sentía que mi corazón latía con mas fuerzas cuando tan solo pensaba en él, no le diría, nunca le diría lo que pasaba por que no quería romper aquello que habíamos hecho como un pacto de amistad. Continué abrazándolo de la misma forma que él lo hacía, parecía necesitar de aquello y yo no sería quien para negárselo. Me dedique a sentirlo y cerré mis ojos con el contacto con su cuerpo. El cachorro que antes el tenia sobre su regazo comenzó a llorar de manera suave haciendo que obligadamente me alejara de él. – Es una sorpresa encontrarte en medio de la nada… y tan bien acompañado - sonreí dando un paso hacia atrás desviando su vista al pequeño cacharro que estaba a sus pies, sin más me puse de cuclillas y pase mis dedos por el cuello del pequeño animal, de mi posición alce la mirada – ¿Herman es tuyo?- no recordaba que él tuviera una mascota, pero en vista que el animal era aun un cachorro, supuse que se lo habrían regalado.
¿Pero? Yo no estaba ahí para hablar de aquel animalillo, no, sentía un extraño vacio en mi interior después de la última vez que había estado junto a Herman, tomando un delicioso te en mi casa, acompañada de tortas y pastelillos de diferentes sabores, infle mi pecho suspirando mientras continuaba proporcionándole caricias - ¿Cómo se llama? – me atreví a preguntar y tomándolo entre mis brazos me levante mirando hacia el carruaje que estaba metros mas allá, mi chofer en ningún momento había quitado los ojos de nosotros, era normal que sucediera eso, pero en ese momento me sentí una niña Kolben era el único que tenía esa capacidad de hacerme sentir así, el desde que lo había conocido siempre se mostro un tanto infantil, inmaduro y yo… pues ¿Habré madurado? ¿No lo sabía, como se medía la maduritez? En realidad ya ni siquiera eso me importaba. Di un paso hacia adelante con el cachorro en mis brazos – Te extrañe – fueron tan solo las palabras que salieron de mis labios, una parte de mi se sentía culpable por sentirse así y la otra tan solo me daba la libertad para poder expresarme de la mejor de las formas. Inclinándome un poco volví a dejar al cachorro en el suelo, volviendo a mi antigua posición no le quiete los ojos a Herman de encima.
Me sentía de muchas maneras culpables por sentir algo más por él que una simple amistad, pero no se lo diría, no era necesario estropear una amistad como la que llevábamos. Tenía preguntas en mi cabeza, con respuestas ilógicas, tenía tantas cosas que decir y todo desaparecía cuando el viento de los campos comenzó a inundarnos, era como si quisiera jugar con nosotros, con nuestros miedos y nuestras debilidades, no era tan tarde pero aun así el sol en el horizonte se escondía lentamente, el tiempo se detenía en esos segundos y mis cabellos rojizos comenzaron a mecerse de manera alocada, pude sonreír al ver todo desde mi perspectiva y en eso… si en un segundo el rostro de él apareció frente al mío y avance hasta poder ahora yo abrazarlo, quería sentirlo cerca, embriagarme en su aroma, cerré mis ojos apoyando mi cabeza en su hombro, esperando que el viento cesara y todo volviera a la normalidad, el sol ya no estaba los cielos eran cubiertos por nubes de un color gris muy oscuro en la lejanía los truenos y relámpagos iban y venían, el cielo se iluminada y como por arte de magia una tarde que parecía perfecta mostraba que simplemente era otra tarde de invierno, la lluvia se hizo presente en escasos segundos, fuerte y torrencial que a cualquiera espantaría, pero no a mí y tampoco a él. Me aleje de el ahora mas reconfortada, la lluvia de alguna manera purificaba mi alma, mi espíritu parecía saltar de alegría por lo que había ocurrido y mi sonrisa que perfecta quizás podría mostrarse tan solo como una sonrisa de verdad. Mire a mi amigo – El clima nos quiere separar – definitivamente mis palabras tenían un trasfondo, uno que no note hasta pensar en cada una de las palabras e intentar retractarme de ellas – Digo… no podemos estar bajo la lluvia sin mojarnos – extendí mis brazos – Amo las tormentas - tuve que gritar para que me escuchara ya que los truenos y relámpagos seguían con fuerzas por el bosque…
Avance hasta quedar bajo de aquel árbol y apoyando mi espalda en el tronco levante la mirada para ver curiosa a Herman junto al perro - ¿Qué hacías tan solitario? – por fin me atreví a preguntar, sabía que algo estaba ocultando tras su primer abrazo… tras ese silencio que no era incomodo, pero le entendía… me quede ahí en silencio… tomando mi cabellera entre mis manos para que estilara… mas ya no se podía hacer.
¿Pero? Yo no estaba ahí para hablar de aquel animalillo, no, sentía un extraño vacio en mi interior después de la última vez que había estado junto a Herman, tomando un delicioso te en mi casa, acompañada de tortas y pastelillos de diferentes sabores, infle mi pecho suspirando mientras continuaba proporcionándole caricias - ¿Cómo se llama? – me atreví a preguntar y tomándolo entre mis brazos me levante mirando hacia el carruaje que estaba metros mas allá, mi chofer en ningún momento había quitado los ojos de nosotros, era normal que sucediera eso, pero en ese momento me sentí una niña Kolben era el único que tenía esa capacidad de hacerme sentir así, el desde que lo había conocido siempre se mostro un tanto infantil, inmaduro y yo… pues ¿Habré madurado? ¿No lo sabía, como se medía la maduritez? En realidad ya ni siquiera eso me importaba. Di un paso hacia adelante con el cachorro en mis brazos – Te extrañe – fueron tan solo las palabras que salieron de mis labios, una parte de mi se sentía culpable por sentirse así y la otra tan solo me daba la libertad para poder expresarme de la mejor de las formas. Inclinándome un poco volví a dejar al cachorro en el suelo, volviendo a mi antigua posición no le quiete los ojos a Herman de encima.
Me sentía de muchas maneras culpables por sentir algo más por él que una simple amistad, pero no se lo diría, no era necesario estropear una amistad como la que llevábamos. Tenía preguntas en mi cabeza, con respuestas ilógicas, tenía tantas cosas que decir y todo desaparecía cuando el viento de los campos comenzó a inundarnos, era como si quisiera jugar con nosotros, con nuestros miedos y nuestras debilidades, no era tan tarde pero aun así el sol en el horizonte se escondía lentamente, el tiempo se detenía en esos segundos y mis cabellos rojizos comenzaron a mecerse de manera alocada, pude sonreír al ver todo desde mi perspectiva y en eso… si en un segundo el rostro de él apareció frente al mío y avance hasta poder ahora yo abrazarlo, quería sentirlo cerca, embriagarme en su aroma, cerré mis ojos apoyando mi cabeza en su hombro, esperando que el viento cesara y todo volviera a la normalidad, el sol ya no estaba los cielos eran cubiertos por nubes de un color gris muy oscuro en la lejanía los truenos y relámpagos iban y venían, el cielo se iluminada y como por arte de magia una tarde que parecía perfecta mostraba que simplemente era otra tarde de invierno, la lluvia se hizo presente en escasos segundos, fuerte y torrencial que a cualquiera espantaría, pero no a mí y tampoco a él. Me aleje de el ahora mas reconfortada, la lluvia de alguna manera purificaba mi alma, mi espíritu parecía saltar de alegría por lo que había ocurrido y mi sonrisa que perfecta quizás podría mostrarse tan solo como una sonrisa de verdad. Mire a mi amigo – El clima nos quiere separar – definitivamente mis palabras tenían un trasfondo, uno que no note hasta pensar en cada una de las palabras e intentar retractarme de ellas – Digo… no podemos estar bajo la lluvia sin mojarnos – extendí mis brazos – Amo las tormentas - tuve que gritar para que me escuchara ya que los truenos y relámpagos seguían con fuerzas por el bosque…
Avance hasta quedar bajo de aquel árbol y apoyando mi espalda en el tronco levante la mirada para ver curiosa a Herman junto al perro - ¿Qué hacías tan solitario? – por fin me atreví a preguntar, sabía que algo estaba ocultando tras su primer abrazo… tras ese silencio que no era incomodo, pero le entendía… me quede ahí en silencio… tomando mi cabellera entre mis manos para que estilara… mas ya no se podía hacer.
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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Fecha de inscripción : 17/06/2010
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Re: Una tarde que quiero pasarla bien, te espero con ansias para que alivies mi dolor [Privado]
“Un amor que se siente pero sin ser correspondido duele más….pero espera olvidarse pronto”
No sabía cuánto tiempo había pasado, pero cuando la tenía en mis brazos, no sabía exactamente lo que me pasaba, sentía que todo desaparecía, que solamente estábamos ella y y yo…mis palabras suena como si fuera algo más que amigos, pero no somos, somos simplemente amigos, amigos que se quieren como tal, amigos que cuando lo necesitan estarán ahí, aparte ella es mi única amiga, la amiga que nunca pensé tener de verdad, ella acepto como soy, mis locuras, mi todo, cuando estoy con ella me comporto tan “hombre” por asi decirlo, el niño que está en mi interior se queda guardado tan adentro y solamente deja salir el hombre que llevo dentro, es algo automático, cuando no estoy con ella soy como tal un niño que de verdad necesita crecer mentalmente, pero de eso no me interesa cuando estoy con Viola. Solo mencionar su nombre siento cosas en mi interior, no mentiré, siento un amor por ella, pero tengo que callar por el bien de nuestra amistad, no quiero perderla me conformo tan solo ser su amigo, estar con ella en las malas y en las buenas solo eso, no me importa ser su amigo, pero verla me basta y sobra, pero de todos modos ese amor se tiene que ir por el viene de ambos, aunque ella no lo sepa, porque me dañaría…me dañaría mucho y sin saberlo dañaría a Viola también porque tal vez me alejaría de ella poco a poco hasta el punto de no estar a su lado…si me alejo ¿Qué explicación le daría? Esta…”Perdóname Viola, pero no puedo estar contigo porque siento un gran amor por ti y me duele verte en brazos de otro” ¿Asi? eso sería cruel por mi parte, me doliera mas a mi por decirlo que decirle a ella, asi que me quedare callado como siempre lo estado, aquí con ella estando en sus brazos me basta, sentir su calor contra el mío me sobra. Cerré mis ojos para disfrutar más el momento, pero escuche la voz de ella, no me moleste en abrir mis ojos, sonríe por tales palabras, tampoco me moví de mi lugar ¿Para qué? Asi estaba perfectamente bien-Ya ves, es una gran sorpresa verme por estos rumos-Reí, siempre lo hacía con ella, siempre me saca una sonrisa sin que ella se lo propusiera. Quería seguir asi con ella pero oí el llanto del cachorro no era el único que lo había escuchado, Viola también por eso se había separado de mí, me quede parado mirando las acciones que hacia ella-Si, es mío, me encontré aquí estaba solo y pues…me lo quedare-Suspire y puse mis manos en mi nuca, observándola solamente.
Mis ojos no le quitaban la mirada de Viola, siempre me gustaba verla, admirarla, viéndola detalladamente, simplemente me encantaba estar a su lado, recuerdo la última vez que estuve con ella, es como si hubiera sido ayer. Di un paso hacia atrás, dejando de verla, parecía que se iba a desaparecer, es lo que menos quería, no quería sentirme solo nuevamente, con ella me sentía yendo ¿Por qué? Pues porque me siento tan bien a su lado, tan completo, pero se que cuando se valla me sentir nuevamente vacio que algo me pasa, ¿Es un error sentí esto por ella? No lo sé de verdad, pero ahorita no quiero pensar en eso, solo quiero estar aquí, sonriendo, hablando con ella, solo eso. Mordí mi labio inferior riéndome solo, después escuche lo que me dijo y me reí mas -El nombre del perrito es un poco extraño, un poco anormal, te juro que fue lo único que se me ocurrió de verdad-Dije, antes de decirle el nombre del cachorro -No se me había ocurrido nada de nada, después se me vino a la mente ese nombre, ni sé que significa-Empecé hablar pero no le había dicho el nombre -Esta bien, te lo diré…-Eleve mi rostro hacia el cielo, observando lo nublando que estaba -Este…Poosh-Sin siquiera mirarla, le dije, esperando algo de ella. Cuando no recibí algo de ella, me atreví a bajar mi mirada, lo primero que mire fue cuando Viola agarro al cachorro entre sus brazos, me gusto ver cómo le gustaba mi perro, sonríe mas, pero esa sonrisa desaprecio cuando escuche esas dos palabras pronunciar “Te extraño” esas palabras me golpearon mi corazón, me descontrole, nunca pensé escucharla decirle eso, en un momento me había quedado sin palabras sin decirle nada-Me extraño…-Repetía esas palabras en mi cabeza, queriendo que se quedaran hay clavadas como tal, volví a sonreír, mientras mi mirada seguía fija en el cachorro, me acerque un poco a ella, viendo como dejaba al perro en el suelo, mis labios estaba sellados, pero cuando estuve un poco mas cercas de la mujer pude hablar -No mentiré, me sorprendieron esas palabras de verdad, no sé si me lo habías dicho antes, o no las escuche yo, yo también te extrañe Viola, no sabes cuánto, mucho-Calle por un momento, observándola solamente. Apreté mis manos y mordí mi lengua para no decirle más cosas, no decir que la extrañaba porque la necesitaba, si, la necesitaba como tal, pero ella ya tiene una vida por hacer y yo también, solo somos amigos, solo eso y unos amigos no siente esto lo que siento por ella. Mordí más fuerte mi lengua y voltee a ver a otro lado.
No quería estar muy cercas de ella, porque haría una estupidez si eso estaba más cercas, esa mujer hacia que haga cosas que ni yo mismo se, es como un imán que me atrae más a ella, que es mi obsesión, si eso es para mí aparte la mujer que amo, que mi corazón late cada vez más fuerte, pero este como había dicho necesito sacarlo de mi corazón, de mi alma, deja de pensar en ella como la mujer de mis sueños, solo dejar la amistad de por medio, solo eso. Por esa amistad que ella siente por mí, luchare con todo para yo verla como me ve… ¿Cómo amiga? Algún día podre verla como una amiga, verla como una hermana, será difícil la verdad, pero tengo que hacerlo ¿O no? ¿Qué? Esto es más fuerte…no yo tengo que ser el fuerte para verla con ojos de amiga no con ojos de mujer. Es tonto lo que estoy pensando de verdad, pero no puedo ahora más que nunca pienso en eso, mi cabeza no deja de pensar en ella en cada momento. Aprieto mis puños me estaba doliendo al cabeza por pensar en esto, ya la tenía aquí ¿Qué mas quiero? Como si mi preguntaba se hubiera respondido sentí el cuerpo de Viola junto con el mío sus brazos alrededor de mi espalda, su cabeza en mi hombro, mis manos…automáticamente se posicionaron en la cintura ajena, atrayéndola, cerrando mis ojos, oliendo un poco su aroma que no cambiaba en nada que me gustaba, una sonrisa boba apareció en mi rostro, tenerla asi era mi sueño, me había olvidado de todo lo que estaba pensando solamente estaba ella conmigo en mis brazos, su cuerpo junto con el mío -Viola, tantas cosas que te tengo que decir, pero no me salen o esque no te las quiero decir por el miedo de perderte, que te alejes de mi, mejor callado me quedo, siendo simplemente tu amigo-Pensé, besando su frente -Viola….-Susurre su nombre nuevamente, como me gusta decir su nombre, era…diferente, raro…único, su nombre era único como ella lo es. Escuche a lo lejos los truenos que producía el cielo, pero no me importo, solo que realmente me importaba era estar con ella aquí, asi…Cerré mis ojos por un momento pero los abrí al sentir la lluvia caer a nuestros cuerpos, y observando que se alejaba de mi, mi corazón se partió un poco, porque ella se alejaba de mi, de mis brazos. Eleve mi rostro, bañándome de la lluvia, puse mis manos sobre mi rostro para quitarme el agua, pero no podía, me mojaba mas con la lluvia, sonríe, me sentía raro estando bajo la lluvia de verdad, eran las pocas veces que estaba y ahora no estaba solo si no con Viola, sonreí por lo que había dicho primero -si, el clima nos quiere ver separados-Susurre y clave mi mirada en la de la mujer -Eso sí, no podemos estar bajo la lluvia todo el tiempo, pero ¿Y qué? No importa, una vez que estemos no pasara nada-Suspire no me moví de mi lugar por ningún momento. La lluvia se hacía más intensa mediante pasaba los minutos, solo escuchaba como la lluvia azotaba contra nuestro cuerpo, sonríe cuando escuche o trate de escucha las palabras de Viola, me acerca a ella un poco solamente -¡Yo también amo la lluvia, aunque es raro que este entre ella!-De igual manera le grite, sonriendo por lo que estaba pasando entre nosotros, parecíamos niños pequeños bajo la lluvia, aunque yo siempre lo soy. Me puse de rodillas observando como el perro estaba bajo el árbol, cerré los ojos, no note cado Viola se había ido, hasta que escuche su voz my alejada, eso hizo que abriera los ojos y la observe recargada en el tronco del árbol, me incorpore y avance hasta donde estaba, sonríe al verla asi, se miraba más hermosa mojada en ese estado -Bueno, estaba estresado, no sabía qué hacer, me sentía tan encerrado en mi propio mundo que me tuve que ir de la oficina de mi madre para no explotar, para no decirle cosas hiriente…asi que no haya un lugar donde irme pero pensé aquí…y ya sabes estoy aquí-Voltee mi rostro hacia otro lado -Solo quería estar aquí, solo…sin personas, llegaste tu y me alegraste la vida-Fue automático lo que dije-Solo contigo me siento calmado, me siento…bien-Cerré los ojos por un momento -Viola, solo contigo me siento completo-Le había dicho.
Mis ojos no le quitaban la mirada de Viola, siempre me gustaba verla, admirarla, viéndola detalladamente, simplemente me encantaba estar a su lado, recuerdo la última vez que estuve con ella, es como si hubiera sido ayer. Di un paso hacia atrás, dejando de verla, parecía que se iba a desaparecer, es lo que menos quería, no quería sentirme solo nuevamente, con ella me sentía yendo ¿Por qué? Pues porque me siento tan bien a su lado, tan completo, pero se que cuando se valla me sentir nuevamente vacio que algo me pasa, ¿Es un error sentí esto por ella? No lo sé de verdad, pero ahorita no quiero pensar en eso, solo quiero estar aquí, sonriendo, hablando con ella, solo eso. Mordí mi labio inferior riéndome solo, después escuche lo que me dijo y me reí mas -El nombre del perrito es un poco extraño, un poco anormal, te juro que fue lo único que se me ocurrió de verdad-Dije, antes de decirle el nombre del cachorro -No se me había ocurrido nada de nada, después se me vino a la mente ese nombre, ni sé que significa-Empecé hablar pero no le había dicho el nombre -Esta bien, te lo diré…-Eleve mi rostro hacia el cielo, observando lo nublando que estaba -Este…Poosh-Sin siquiera mirarla, le dije, esperando algo de ella. Cuando no recibí algo de ella, me atreví a bajar mi mirada, lo primero que mire fue cuando Viola agarro al cachorro entre sus brazos, me gusto ver cómo le gustaba mi perro, sonríe mas, pero esa sonrisa desaprecio cuando escuche esas dos palabras pronunciar “Te extraño” esas palabras me golpearon mi corazón, me descontrole, nunca pensé escucharla decirle eso, en un momento me había quedado sin palabras sin decirle nada-Me extraño…-Repetía esas palabras en mi cabeza, queriendo que se quedaran hay clavadas como tal, volví a sonreír, mientras mi mirada seguía fija en el cachorro, me acerque un poco a ella, viendo como dejaba al perro en el suelo, mis labios estaba sellados, pero cuando estuve un poco mas cercas de la mujer pude hablar -No mentiré, me sorprendieron esas palabras de verdad, no sé si me lo habías dicho antes, o no las escuche yo, yo también te extrañe Viola, no sabes cuánto, mucho-Calle por un momento, observándola solamente. Apreté mis manos y mordí mi lengua para no decirle más cosas, no decir que la extrañaba porque la necesitaba, si, la necesitaba como tal, pero ella ya tiene una vida por hacer y yo también, solo somos amigos, solo eso y unos amigos no siente esto lo que siento por ella. Mordí más fuerte mi lengua y voltee a ver a otro lado.
No quería estar muy cercas de ella, porque haría una estupidez si eso estaba más cercas, esa mujer hacia que haga cosas que ni yo mismo se, es como un imán que me atrae más a ella, que es mi obsesión, si eso es para mí aparte la mujer que amo, que mi corazón late cada vez más fuerte, pero este como había dicho necesito sacarlo de mi corazón, de mi alma, deja de pensar en ella como la mujer de mis sueños, solo dejar la amistad de por medio, solo eso. Por esa amistad que ella siente por mí, luchare con todo para yo verla como me ve… ¿Cómo amiga? Algún día podre verla como una amiga, verla como una hermana, será difícil la verdad, pero tengo que hacerlo ¿O no? ¿Qué? Esto es más fuerte…no yo tengo que ser el fuerte para verla con ojos de amiga no con ojos de mujer. Es tonto lo que estoy pensando de verdad, pero no puedo ahora más que nunca pienso en eso, mi cabeza no deja de pensar en ella en cada momento. Aprieto mis puños me estaba doliendo al cabeza por pensar en esto, ya la tenía aquí ¿Qué mas quiero? Como si mi preguntaba se hubiera respondido sentí el cuerpo de Viola junto con el mío sus brazos alrededor de mi espalda, su cabeza en mi hombro, mis manos…automáticamente se posicionaron en la cintura ajena, atrayéndola, cerrando mis ojos, oliendo un poco su aroma que no cambiaba en nada que me gustaba, una sonrisa boba apareció en mi rostro, tenerla asi era mi sueño, me había olvidado de todo lo que estaba pensando solamente estaba ella conmigo en mis brazos, su cuerpo junto con el mío -Viola, tantas cosas que te tengo que decir, pero no me salen o esque no te las quiero decir por el miedo de perderte, que te alejes de mi, mejor callado me quedo, siendo simplemente tu amigo-Pensé, besando su frente -Viola….-Susurre su nombre nuevamente, como me gusta decir su nombre, era…diferente, raro…único, su nombre era único como ella lo es. Escuche a lo lejos los truenos que producía el cielo, pero no me importo, solo que realmente me importaba era estar con ella aquí, asi…Cerré mis ojos por un momento pero los abrí al sentir la lluvia caer a nuestros cuerpos, y observando que se alejaba de mi, mi corazón se partió un poco, porque ella se alejaba de mi, de mis brazos. Eleve mi rostro, bañándome de la lluvia, puse mis manos sobre mi rostro para quitarme el agua, pero no podía, me mojaba mas con la lluvia, sonríe, me sentía raro estando bajo la lluvia de verdad, eran las pocas veces que estaba y ahora no estaba solo si no con Viola, sonreí por lo que había dicho primero -si, el clima nos quiere ver separados-Susurre y clave mi mirada en la de la mujer -Eso sí, no podemos estar bajo la lluvia todo el tiempo, pero ¿Y qué? No importa, una vez que estemos no pasara nada-Suspire no me moví de mi lugar por ningún momento. La lluvia se hacía más intensa mediante pasaba los minutos, solo escuchaba como la lluvia azotaba contra nuestro cuerpo, sonríe cuando escuche o trate de escucha las palabras de Viola, me acerca a ella un poco solamente -¡Yo también amo la lluvia, aunque es raro que este entre ella!-De igual manera le grite, sonriendo por lo que estaba pasando entre nosotros, parecíamos niños pequeños bajo la lluvia, aunque yo siempre lo soy. Me puse de rodillas observando como el perro estaba bajo el árbol, cerré los ojos, no note cado Viola se había ido, hasta que escuche su voz my alejada, eso hizo que abriera los ojos y la observe recargada en el tronco del árbol, me incorpore y avance hasta donde estaba, sonríe al verla asi, se miraba más hermosa mojada en ese estado -Bueno, estaba estresado, no sabía qué hacer, me sentía tan encerrado en mi propio mundo que me tuve que ir de la oficina de mi madre para no explotar, para no decirle cosas hiriente…asi que no haya un lugar donde irme pero pensé aquí…y ya sabes estoy aquí-Voltee mi rostro hacia otro lado -Solo quería estar aquí, solo…sin personas, llegaste tu y me alegraste la vida-Fue automático lo que dije-Solo contigo me siento calmado, me siento…bien-Cerré los ojos por un momento -Viola, solo contigo me siento completo-Le había dicho.
Herman I. Kolben- Cazador Clase Alta
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Re: Una tarde que quiero pasarla bien, te espero con ansias para que alivies mi dolor [Privado]
Había una extraña unión en nuestra amistad, desde el momento que nos habíamos conocidos había sido diferente, el, recordé muy bien cuando lo vi parecía un niño en un cuerpo de grande, en realidad así era Herman, y yo ahí toda una dama sentada ordenando algunas recetas para que me habían pedido, frustrada por no poder hacer la réplica del perfume de mi padre, sonríe para mi mientras mis ojos se iban de un lado para otro, cualquiera que me conocía a simple vista sabían que era una dama de buen vivir, apasionada por su trabajo, amante de la vida y fanática de los aromas dulces. Pocos y entre ellos Herman sabían cómo era yo en realidad, una persona que disfrutaba de su libertad, que era recatada cuando tenía que serlo que hablaba siempre que podía, que pocas veces me quedaba callada y que si tenía que demostrar lo que sentía llegaba y lo hacía. Extraño era mi comportamiento con él, porque el simple hecho de estar ahí mojándome era algo que no lo haría en público, no era por temor al que dirán sino que tenía ese sentimiento de siempre querer estar sola para disfrutar de situaciones tan simples como una bella tormenta que nos acompañaba con truenos y relámpagos que hacían d una melodía tétrica pero siempre podía ser peor.
Escuche atenta el nombre del cachorro y simplemente me largue a reír – Ese no es un nombre de mucha ley para un cachorro – mi voz salió mezclada entre sonrisas no paraba, en realidad la lluvia me ponía de tan buen humor que parecía ser un pecado disfrutar como lo hacía yo de ella. Mi cuerpo había quedado completamente mojado, una de mis manos se poso en mi cabellera rojiza para estrujar lentamente los cabellos que empapados estaban, mi espalda descansaba en el tronco del árbol que medianamente nos cubría de la lluvia torrencial. Suspire ahogadamente observando en complicidad los movimientos un tanto bruscos de Herman, una parte de mi lo quería demasiado y la otra… en realidad no podía hablar por ese otro lado, y era complicado pensar en aquel hombre como otra forma, nada con él era simple, y aunque cualquiera podría decir lo contrario al conocerlo sabrían a lo que me refería, claro en mi mente, el de alguna forma me cohibía pero aunque quisiera no podía, era mi amigo ¿o no?
Para salir de aquellos momentos siempre es bueno estar con algún amigo y mira la suerte tuya en que te encontrara camino a mi mansión – dije sonriendo a medias, mirando pero no observando del todo, en realidad me estaba comportando como una niña malcriada y no como la mujer que en realidad era. – A veces la soledad nos juega una mala pasada y no digo que sea malo estar por momentos solos, pero cuando uno se siente así… es mejor com… - me quede en silencio con su última frase, no me esperaba eso definitivamente me había tomado por sorpresa – compartir – logro escapare aquella palabra de mis labios y quede en silencio intentando analizar con cuidado aquella frase “Viola, Solo contigo me siento completo” trague saliva, la sentí pasar por mi garganta lentamente, infle mis pulmones con una bocanada de aire, mis manos nerviosas jugaban con un mechón de mis cabellos y mi corazón acelerado por la impresión parecía que se escaparía en ese mismo segundo de mi pecho. Fue en ese momento que me auto pregunte ¿Qué me completa a mi? Aunque siempre desviaba aquella pregunta quizás ese era el momento de respondérmela, y con el dolor de mi corazón la respuesta la tenía el anillo que en ese momento colgaba de mi cuello, con un sello real, con un sello legendario que solo me traía el amargo recuerdo de una maravillosa noche que había terminado llegando el amanecer, donde no hizo falta cerrar una puerta sino abrir una ventana para llenarme de mi complemento, aquel hombre que me había dejado y amado en una noche… el sí, aquel hombre de piel fría como mármol era lo que me completaba… cerré mis ojos, más bien los apreté y deje caer mis brazos a cada lado de mi cuerpo. Con el mismo impulso que llevaba di un paso, tan solo una pequeña distancia nos separaba, seguía con los mismos nervios, no podía ser esto, claro que no, me sentía culpable de que el sintiera eso por mí, yo no merecía ese cariño… ¿Por qué? Porque yo ya no era la mujer pura que la alguna vez conoció sino más bien otro había hurgado en mi interior.
Lo quede mirando directo a los ojos, esos cristales que el tenia, tan puros, ingenuos, tan llenos de vida que me encantaba observar, tenía que decir algo – Herman – su nombre salió casi en un halito de mis labios y abrí mi boca para decir lo necesario pero fue en vano, no habían palabras en mi interior, un trueno callo a unos metros de nosotros bastante lejos pero lo suficientemente fuerte como para que mi cuerpo reaccionara al instante y de un salto por el susto mi talle quedo pegado al de él, un movimiento involuntario pero a la vez de alerta, mis orbes abiertas a más no poder y mis labios muy cerca de los ajenos, no me aleje sino mas bien cerré los ojos y suspire llenándome de aquel aroma tan suave que el poseía y poniéndome en puntillas de pies acerque mis labios a su oído – Yo te quiero – solo eso podía decir…
Escuche atenta el nombre del cachorro y simplemente me largue a reír – Ese no es un nombre de mucha ley para un cachorro – mi voz salió mezclada entre sonrisas no paraba, en realidad la lluvia me ponía de tan buen humor que parecía ser un pecado disfrutar como lo hacía yo de ella. Mi cuerpo había quedado completamente mojado, una de mis manos se poso en mi cabellera rojiza para estrujar lentamente los cabellos que empapados estaban, mi espalda descansaba en el tronco del árbol que medianamente nos cubría de la lluvia torrencial. Suspire ahogadamente observando en complicidad los movimientos un tanto bruscos de Herman, una parte de mi lo quería demasiado y la otra… en realidad no podía hablar por ese otro lado, y era complicado pensar en aquel hombre como otra forma, nada con él era simple, y aunque cualquiera podría decir lo contrario al conocerlo sabrían a lo que me refería, claro en mi mente, el de alguna forma me cohibía pero aunque quisiera no podía, era mi amigo ¿o no?
Para salir de aquellos momentos siempre es bueno estar con algún amigo y mira la suerte tuya en que te encontrara camino a mi mansión – dije sonriendo a medias, mirando pero no observando del todo, en realidad me estaba comportando como una niña malcriada y no como la mujer que en realidad era. – A veces la soledad nos juega una mala pasada y no digo que sea malo estar por momentos solos, pero cuando uno se siente así… es mejor com… - me quede en silencio con su última frase, no me esperaba eso definitivamente me había tomado por sorpresa – compartir – logro escapare aquella palabra de mis labios y quede en silencio intentando analizar con cuidado aquella frase “Viola, Solo contigo me siento completo” trague saliva, la sentí pasar por mi garganta lentamente, infle mis pulmones con una bocanada de aire, mis manos nerviosas jugaban con un mechón de mis cabellos y mi corazón acelerado por la impresión parecía que se escaparía en ese mismo segundo de mi pecho. Fue en ese momento que me auto pregunte ¿Qué me completa a mi? Aunque siempre desviaba aquella pregunta quizás ese era el momento de respondérmela, y con el dolor de mi corazón la respuesta la tenía el anillo que en ese momento colgaba de mi cuello, con un sello real, con un sello legendario que solo me traía el amargo recuerdo de una maravillosa noche que había terminado llegando el amanecer, donde no hizo falta cerrar una puerta sino abrir una ventana para llenarme de mi complemento, aquel hombre que me había dejado y amado en una noche… el sí, aquel hombre de piel fría como mármol era lo que me completaba… cerré mis ojos, más bien los apreté y deje caer mis brazos a cada lado de mi cuerpo. Con el mismo impulso que llevaba di un paso, tan solo una pequeña distancia nos separaba, seguía con los mismos nervios, no podía ser esto, claro que no, me sentía culpable de que el sintiera eso por mí, yo no merecía ese cariño… ¿Por qué? Porque yo ya no era la mujer pura que la alguna vez conoció sino más bien otro había hurgado en mi interior.
Lo quede mirando directo a los ojos, esos cristales que el tenia, tan puros, ingenuos, tan llenos de vida que me encantaba observar, tenía que decir algo – Herman – su nombre salió casi en un halito de mis labios y abrí mi boca para decir lo necesario pero fue en vano, no habían palabras en mi interior, un trueno callo a unos metros de nosotros bastante lejos pero lo suficientemente fuerte como para que mi cuerpo reaccionara al instante y de un salto por el susto mi talle quedo pegado al de él, un movimiento involuntario pero a la vez de alerta, mis orbes abiertas a más no poder y mis labios muy cerca de los ajenos, no me aleje sino mas bien cerré los ojos y suspire llenándome de aquel aroma tan suave que el poseía y poniéndome en puntillas de pies acerque mis labios a su oído – Yo te quiero – solo eso podía decir…
Viola de Lesseps- Humano Clase Alta
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