Ansias de vida [Privado]

Sin música la vida sería un error.

- Casi muero!!!!-Se levanto gritando de entre las sabanas blancas, enrollada en una esponjosa masa de almohadas y tela, Lena Thompson peleaba por escapar de las garras del colchón, a su lado, parado con rostro impaciente se encontraba galería, quien observaba a su querida usuaria pelear contra algún enemigo invisible, Galería la había acompañado desde hacia ya varios años, era un hombre increíblemente apuesto, pero que arruinaba todo el encanto de la apariencia con su característico sentido del humor, además claro que un pequeño detalle lo ponía muy lejos de las damas de la corte que lo admiraban como “el acompañante misterioso” de la joven princesa, ese pequeño detalle era suficiente para que el solamente se dedicase a pasar su tiempo arreando a la joven de aquí para allá, Galería Marlon estaba muerto.

- De que hablas tu…-Movió la cabeza de un lado a otro intentando encontrar el rostro de la joven entre aquel barullo de blanco y plumas-Hey!! Hey!! Estate quieta mierda!!!-Exclamo haciendo que el cuerpo de la joven se quedase completamente inmóvil, Galería con sus desesperadas manos le saco las sabanas de encima casi tirándola a ella de la cama, ella se enderezo con el cabello hecho un espanta pájaros- Gírate que te estoy hablando jodida niña maleducada-Lena se giro quedándose sentada en la cama como una cachorra en espera de un hueso, Galería se aclaró la garganta tomando un libro que utilizaba apara anotar los pendientes del día del buro que se encontraba al lado de la cama, ellos tenia un tiempo que comenzaban a llevarse mejor aunque el fantasma seguía negándose a darle mas pistas sobre el paradero de su gemela o de los hombres que mataron a su familia, sin embargo estaba trabajando poco a poco en su convivencia-¿Y bien?¿Que es eso de que vas a morir y porque no estas lista para tu visita al conservatorio?-Después de un tiempo había descubierto que muchas de las explosiones en el carácter del hombre se debía a que si había algo que no podía soportar, era la gente informal

- ¿Eh?... ¿Acaso no acabas de ver? Me dormí toda enrollada y boca abajo ¡¡casi me ahogo!!-Galería rodo los ojos dándose a si mismo un golpecito en la cabeza con el libro que sostenía en su mano izquierda, luego se giro y gruño algo como “alístate” para después meterse [por primara vez por voluntad propia] en el muñeco que Lena había hecho para el. Luego de eso la joven corrió por toda la mansión ayudada por los pocos sirvientes que comenzaban a trabajar en la mansión, cada mañana la pesadez de la casa comenzaba a desaparecer y mas gente llegaba a trabajar al tiempo que Lena salía de su caparazón.

El viaje al conservatorio no fue largo, esperaba por lo menos poder ver a Axel de lejos, pero se imaginaba que ahora que era rey se habría reclutado en su palacio a disfrutar de los placeres de la vida, suspiro pensando que en realidad cuando los dos eran duques nunca hablaron demasiado pero suponía que ahora que ella ostentaba un titulo superior a él le interesaría mantener alguna especie de relación con ella y su primo Liam, Axel era así, sin embargo no era por eso por lo que se estaba paseando por el conservatorio ese día, así es, la razón no tenia nada que ver con el neerlandés, ella estaba buscando algo que hacia mucho no hacia, arte, sonrió bajando con el muñeco en brazos, ese parecía ser un buen día para encontrar.

Lena caminaba por las suntuosas escaleras del conservatorio, tan exquisitas como eran a veces era una lastima que las personas tuvieran que caminar sobre ellas, recordaba perfectamente la historia de estas, durante el cambio de reina en escocia hubo una revuelta cerca de uno de los mas hermosos museos de la ciudad, durante dicha revuelta el edificio fue destruido, solamente quedando esas escaleras, Axel seguramente pensó que era una lastima que se desperdiciaran de una manera tan lastimosa, de modo que las traslado en barco hasta la entrada de su conservatorio, todos se dieron cuanta de que era una buena decisión cuando estas fueron colocadas en la entrada, eran perfectas para la fachada del edificio.

Suspiro avanzando con el muñeco en brazos pensando en musarañas al andar, su vida era como una especie de ciclo eterno en donde se levantaba con ganas de vivir algunos días mientras que otros no lograba salir de alguna especie de estupor que por razones desconocidas la invadía repentinamente, en ese momento estaba en la conocida transición, lo sabia porque el día anterior estaba muy desganada mientras que este despertó con mas energía de la normal, los próximos meses seguramente se encontraría con un estado de animo imparable hasta que las reservas de energía se le acabaran, entonces volvería estar desanimada.

Ese día sin embargo se encontraba en el limbo, mas de un lado que del otro pero en el limbo al fin y al cabo, había pensado en llamar a Is para que salieran a pasear pero con su ascenso a la corona seguramente se encontraba terriblemente ocupado, además de que con todos los asuntos de la boda las cosas estaban un poco agitadas a su alrededor, Antiette y Souhard estaban de caza, Jean se encontraba desaparecido y Liam se había ido a algún lado con alguna chica guapa, probablemente no lo vería en meses, de modo que salir a pasear sola era su única alternativa para entretenerse un rato.

- ¿Escuchaste eso?-dijo el fantasma en un susurro desde su recipiente, una primera nota hechizo a la bruja, quien al igual que su padre era amante de las cosas hermosas, comenzó a andar haciendo sonar sus pasos por el pasillo con una delicadeza máxima, pues no deseaba interrumpir el sonido de la música, a sus alrededores no había mucha gente que digamos, los salones estaban casi vacíos, así que no fue difícil llegar al lugar donde la enigmática dama ciega maniobraba el piano, se quedo quieta un momento hasta que termino de tocar entonces hablo- Eso fue maravilloso!- Expreso sin aplaudir pues sus manos se encontraban ocupadas sosteniendo a Galería.

Ella al igual que su padre era amante de la belleza, todo aquello que tuviese belleza llamaba su atención, sin importar la manera en que se manifestase. Su padre fue un famoso comerciante de arte por allá en la época en la que vivió en países bajos, todos aquellos que tenían que ver con este mercado conocían su nombre porque podía conseguir cualquier cosa por un buen precio, incluso su propia galería poseía los artículos mas raros, a pesar de que se supone que siendo un miembro de la realeza el trabajar significaba precisamente nada, el hombre se dedico a gastar ese tiempo que se supone debería haber gastado en la corte haciendo negocios y amasando una colección envidiable, colección que la joven bruja suponía, era la que lo había llevado a su trágica muerte.

Ahora ella misma miraba el mundo con ojos parecidos a los de su padre, con esa pericia propia de los Thompson y con ese aire incansable que busca los campos elíseos, siempre soñando con encontrarlo en cada pieza hermosa que ve o escucha, por ello tiende a reparar en cualquier cosa que llame su atención de ese modo, como por ejemplo las escaleras de la entrada del conservatorio o la hermosa pieza que la dama estaba tocando, cualquiera de los dos podía resultar tan deslumbrante para la joven como para que ella caminara son rechistar hacia ellos, podría decirse que era una razón estúpida para acercarse a las personas pero eran razones suficientes para Lena y con eso le bastaba.

- A mi me parece que a sido una pieza única- Afirmo con su dulce voz de golondrina, suave y refinada- ¡Oh! Lo es, yo hice el diseño lo encargue al mejor artesano de la ciudad, es una hermosa pieza, aunque el precio resulto algo elevado me a servido de mucho-Afirmo con una sonrisa tonta en sus labios, la verdad era esa ya que galería se negaba a entrar en cualquier cosa que según sus gustos resultase poco refinada o vulgar.

- Un placer, y no se preocupe, no es ninguna molestia, mi nombre es Lena Thompson-Contesto con aire jovial haciendo una pequeña reverencia ante ella, a la joven le agradaba todo el mundo, sin embargo hacer una reverencia ante el resto le resultaba curioso pues casi siempre se sentía mas bajita de lo que ya era, aunque por algún motivo ninguna molestia surgía ahora, probablemente debido a que se encontraba en el principio de un buen ciclo.