La caza es siempre una forma de guerra [Emil's relations]

La primera cara de Emil es la de la frialdad, parece poder observarlo todo con ese par de orbes verdes, y de hecho esa es su intención, lograr captar un panorama general ante cualquier situación que se enfrenta para así darle la mejor solución, es rápido de mente, pues según él mismo, en la batalla no hay tiempo para pausas. No olvida quién es, su origen, el renombre de su familia, y por lo mismo, siempre es educado y correcto, quizá demasiado rígido consigo mismo, reflejándolo a la hora de desenvolverse. Muy estricto para un hombre de su edad, pero hasta ahora eso ha desempeñado un papel importante en su labor como cazador.

Es escrupuloso, sopesa todas las posibilidades antes de tomar una decisión, es estricto consigo mismo y a veces con las personas que lo rodean, por eso es tachado de un hombre duro. Con esa forma tan meticulosa de pensar y razonar, desde luego, siempre verá lo que convenga a sus intereses, incluso haciendo alianzas con esos seres que ha jurado exterminar, no hay que confundirnos, su odio por los vampiros y licántropos es de carácter perpetuo, arraigado en su educación, pero si tiene que unir fuerzas con uno para exterminar un mal mayor, lo hará. Siempre inclinará su balanza a lo que considera que a la larga le traerá un mayor beneficio.

Ha sido criado con una fuerte carga religiosa, todas sus armas han sido bendecidas por el Patriarca de la Iglesia Ortodoxa del vecino del norte, Rusia, pero eso no obliga a Emil a seguir al pie de la letra esta enseñanza, se encomienda a Dios cada vez que sale a cazar, más como costumbre que como convicción, en realidad odia las hipocresías del clero, maldice incluso el nombre de Dios cuando lo amerita, no se alinea a lo que dictan los altos mandos de la iglesia, ni de la suya la Ortodoxa, mucho menos de la Católica. Trabaja bajo sus propias reglas, su misión es clara, y la lleva a cabo bajo su nombre, bajo el apellido Wenkoff, de nadie más.

Esto también trae a colación su aparente desobediencia ante cualquier alto mando, Emil sabe a quién escuchar y hacerle caso, la cuestión es que muy pocos valen la pena para ser escuchados y hacerles caso, su padre y entrenador es una de esas pocas personas, con él se cuadra, por eso aceptó sin chistar casarse con la hija de los Noev, sabiendo que su progenitor jamás haría algo que lo perjudicaría a la larga, ¿amor?, ese concepto no importaba en ese juego, pues si esto ayudaba a los intereses familiares y personales, aceptaba el reto y el lugar.

Con el tiempo, sin embargo, ha aprendido a respetar y querer a Treszka, su mujer, quizá hasta haya comenzado a amarla, y lo que es verdad es que siempre la protegerá aunque sepa que ella es tan hábil como un hombre a la hora de realizar esa profesión para la que ambos han sido entrenados.

Su educación, estricta y dura, le inculcó un profundo odio por los seres sobrenaturales, escoria, basura, lastres para la sociedad, y no descansará hasta exterminarlos a todos, empezando por los que aquejan a su país, aunque normalmente avoca sus esfuerzos a amenazas que considera mayores, los grandes nombres escritos con sangre en la región, esos son su presa. Si estás en la mira de Emil es porque de verdad eres un vampiro o licántropo poderoso.

Emil es orgulloso de su linaje familiar y de su país, defiende con todo lo que tiene a los que quiere, aunque no se los diga con palabras, esa es su forma de demostrarlo.