Expiación [Tom Stark]

Lily intenta no llevar en su mente algún tipo de parámetro que le permita determinar cuanto tiempo ha estado caminando, prefiero hacerse la desentendida y sólo avanzar durante la noche para encontrar un refugio que la proteja del sol durante el día. Es capaz de hacerle el quite a los eventuales peligros que pueda encontrar en su trayecto de vuelta a Paris. ¿Por qué había declinado el ofrecimiento de ese carruaje? No tenía una respuesta clara ni tampoco al hecho de no usar los restos de poder político que quedaban en ella para pedir por un transporte propio y especialmente acondicionado, de algún modo el hacer todo de la forma tradicional le otorgaba una satisfacción que hace tiempo no sentía. ¿Lo habría sentido alguna vez? No podía recordar alguna ocasión en la que estuviera tan expuesta y vulnerable como lo estaba ahora o con su vida dependiendo sólo de si misma, sin nadie obligado a protegerla, ni siquiera como humana había tenido que luchar para conseguir algo, apenas necesita estirar un poco su mano para que todo le fuera entregado. Los pies no le lastiman ni siente frío, ni siquiera el viento le molesta porque aunque parezca algo cliché o quizás trillado va empapándose de cada uno de los detalles que la rodea, como si sus sentidos un poco más desarrollados no fueran suficientes para captar cada cosa a su alrededor. Algo en ella sigue atento pese a que parece caminar a paso relajado, con un bolso colgando de un hombro y el borde inferior del vestido manchado de barro, ¿alguna vez pensaría su costurera que esa tela tan cara terminaría de ese modo? Si Lily fuera otra persona sonreiría ante ese recuerdo o quizás si fuera una persona podría sentir algo, pero ni una gota de calidez se acerca a su corazón, en ella parece sólo habitar la lujuria como sentimiento, si es que eso puede llamarse de ese modo.

Sus barreras siguen altas y eso la hace preguntarse que tan irresponsable ha sido, pendiente de sentir a alguien más pero sin preocuparse si puede ser detectada, sabe que es un error que le costará caro, especialmente ahora que puede sentir una presencia cerca de ella, alguien que tiene claro es uno de los suyos, de otro modo ya la habría atacado abiertamente. Quizás estos animales no son tan idiotas como para venir sin una estrategia. La otra opción posible sería adelantarse y utilizar a su favor el factor sorpresa, ¿tenía realmente ganas de pelear justo después de haber caminado quizás cuanto? La verdad es que lo único que deseaba era el cuello sabroso de algún hombre, de preferencia un campesino con músculos formados por el trabajo y un constante tono dorado que pudiera recordarle al sol que hace tanto no veía, eso y quizás pasar el resto de la noche con él aprovechándose de su debilidad o tal vez teniendo que usar sus poderes para que no recordara algo que ella también pronto olvidaría. El terreno es algo inestable pero ninguno de los dos produce mayor ruido al moverse, ni siquiera se escucha el crujir de alguna rama soportando el peso de ellos, casi como si flotaran, justo como la raza superior que son o que al menos ella es. ¿Debería gritar esperando obtener alguna respuesta? Lily se detiene manteniéndose en silencio, eso parece un baile sólo que no es capaz de determinar con absoluta certeza donde se encuentra su acompañante, menos aún poder seguir sus pasos o lograr una sincronización bajo un ritmo que se va creando en su mente. Sus dedos se dirigen a la pequeña daga atada a su cintura, ventajas de ser mujer y tener que lidiar con kilos de tela sobre si misma, espera quizás ansiosa, como si de un momento a otro la idea de luchar fuera haciéndose cada vez más atractiva, incluso al punto de arriesgar su no vida sólo para terminar con lo que parece una crisis de aburrimiento crónico.