No te creas único

por **Rocamadour** Dom Feb 26, 2012 11:20 pm

La noche era tranquila, como no había tenido una en bastante tiempo, y como se sentía acorralado en su vida, salió a caminar.

Los bosques no eran la opción más segura (entre los cazadores y las otras criaturas que pudieran rondar como hacía él) ; pero ahí al menos no corría el riesgo de un encuentro que trastornara más su existencia.

¿Cuándo aprendería a actuar con sensatez? Tal vez nunca o tal vez hasta que alguien le diera un buen escarmiento; por que hasta el momento, lo único que había hecho era buscarse problemas; los amoríos, su poca voluntad para permanecer bien oculto de sus perseguidores y sus constantes descuidos, Rocamadour parecía más bien un loco suicida… y quizá en el fondo lo fuera.

El cielo estaba despejado y la luz del cuarto creciente bastaba para que sus ojos semianimales distinguieran con claridad cada árbol, cada roca del desdibujado sendero que seguía. Descubrió que allí el silencio era imposible, pues cada centímetro del lugar rezumaba vida. “Si pudiera ser siempre un lobo, no dudaría en adoptar como mi hogar un sitio así”. Se detuvo en un pequeño claro y se tendió boca arriba, sin más objetivo que sentirse parte de todo eso… pero al parecer la soledad era un lujo que la vida no estaba dispuesta a concederle.

Su olfato percibió una presencia, y no cualquier presencia… el aroma le resultaba tan familiar como el que quedaba –casi imperceptible- en sus propias ropas. Se levantó de un salto. El otro se encontraba peligrosamente cerca. Se puso en guardia, pero no se preparó para escapar. Aguardó, aguzó el oído. El crujido de hojas secas fue la señal inequívoca. -¿Quién anda ahí?- gritó sin precaución alguna – Sé lo que eres, no te ocultes de mí…

por **Cid Daniel Maru** Lun Feb 27, 2012 2:53 pm

Suspire cansado por segunda ves en el dia ya que estaba entrenando arduamente con fuerza y destreza con los arboles y con los maniquies que habia fabricado para dicha tarea.

Mire al cielo tras terminar de entrenar y dejar mi camisa transpiranda colgada en un arbol para que se secara- mhh despues la llevare al claro para lavarla- dije en voz baja para mi mismo, observe la grande y brillante luna creciente en el estrellado cielo y sonrei por ello dado que faltaban pocos dias para la luna llena y ni los cazadores ni nadie se acercaria al bosque por obvias razones.

Chasque la lengua al sentir a alguien rondar las cercanias del claro y era el lugar donde habia mas trampas, por lo que me acerque al lugar sigilosamente ocultandome tras unos arboles, olfatee el ambiente de nuevo y senti el aroma de un licano."tsk es suicida o que este hombre" pienso con enojo por la imprudencia de este y note que detras suyo habia una trampa de oso oculta y no lo dude ni un instante me aproxime a maxima velocidad y posicionando en su costado derecho y empujarlo al suelo para luego lanzar una de mis navajas al centro de la trampa y activarla, cerrandose en un ruido seco y fuerte , suelto un sonoro suspiro y levanto al joven- Tsk cachorro deberia tener cuidado en el bosque esta llena de trampas y mas esto zona- le reprendi de forma severa tras darle un leve golpe con la cabeza y gruñir levemente- Mhhh Cid pero digame Daniel señorito - le digo amenamente para luego sonreirle a este con alegria, dado que hacia mucho que no veia a uno de su raza y lo mas seguro que desearia que lo ayudara y yo estaba sumamente dispuesto a ayudarle.

por **Rocamadour** Vie Mar 02, 2012 11:35 pm

Las cosas sucedieron rápidamente y Rocamadour se halló aturdido frente al licántropo de juvenil aspecto que lo había apartado bruscamente de una trampa para osos. Esa era la clase de descuidos que no se podía permitir y sin embargo, una y otra vez, se equivocaba a cada momento porque su mente tendía a perderse en oscuras tribulaciones, alejándolo de la objetividad más elemental.

Se sacudió la ropa y se enderezó. Le había hecho gracia que lo llamara cachorro aunque no quiso demostrar demasiada afabilidad. – Gracias por eso – dijo secamente señalando la trampa cuando por fin terminó de reaccionar. – Pero no soy ningún cachorro… tú pareces más joven que yo, por cierto…- añadió ligeramente enfurruñado. Se llevó una mano al sitio donde Daniel lo había golpeado y extendió la otra para saludarlo – Yo soy Rocamadour, nada de señorito, ¿entiendes?- lo miró de arriba hacia abajo, constatando que se trataba de “uno como él” y no pudo reprimir su curiosidad. –Así que… no soy el único que sufre esta maldición- dijo expresando lo que creía sobre la licantropía y esperando que aquel chico supiera más que él al respecto.

por **Cid Daniel Maru** Miér Mar 07, 2012 5:26 pm

Le olfateo levemente y noto que no tenia mucho tiempo de que fue convertido- pues tu aroma dice lo contrario cachorro mhhh tienes eso de un o dos años de que fuiste convertido- le dije con seriedad a este y lo analice con mi mirada y no era del todo mal a la vista pero su descuidad personalidad daba mucho que desear.

-pues si aunque paresca joven le supero de edad señorito tengo 32 años aunque no lo crea mhhh hace 16 años que tengo la misma apariencia- digo con un suspiro lastimero y cruzando mis brazos en un gesto pensativo esperando saber el motivo de la llegada del licano menor a los bosques-y no soy el unico pero ahora que estamos en confianza que haces en este lugar peligroso y desolado yo no esperaba que uno de los mios viniera a estos lados y mas bello como usted- dije sin pudor al mayor sentandome en el suelo y viendolo ahora con suma curiosidad de la razon de su presencia en este lugar y tambien para conocer al primer de los suyos que se habia encontrado.

por **Rocamadour** Lun Mar 12, 2012 11:41 am

La observación de Daniel sobre el tiempo que había transcurrido desde su transformación lo sorprendió, por certera; pero que lo llamara bello le hizo muchísima gracia. -¡Vaya, me halagas, Daniel!- le dijo conteniendo una risa nerviosa y rascándose la punta de la nariz como señal inconciente de su turbación. Miraba perplejo al otro, sin poder dar crédito a lo que decía. ¿Treinta y dos años? Aquel aspecto de la “maldición” no parecía tan malo, sin embargo eso no era lo único que lo intrigaba. -¿Cómo puedes saber mi edad sólo por mi olor?- preguntó por fin- No lo entiendo… en realidad no entiendo muchas cosas. Sé que soy más fuerte, más rápido y mis sentidos son más agudos, pero a veces presiento que hay más y me da un poco de miedo no saber-. Se sentía extraño hablando de eso con un desconocido, por más amable que fuera, pero por alguna razón el falso adolescente le inspiraba confianza.

Se desperezó y pensó un poco antes de responder qué hacía allí. –En realidad creo que quería olvidarme de todo, dejar de pensar como hombre y ser libre un rato; pero no sabía que pudiera ser tan peligroso… creo que soy más tonto de lo que pensaba- admitió con una sonrisa más bien triste. Su vida cambiaba cada día de formas que él jamás hubiera imaginado y se sentía incapaz de manejarlo. Suspiró y miró de nuevo a Daniel. –Por suerte, te encontré a ti, ¿no crees? De no haber sido así, ahora sería una mala imitación de oso muerto, atorado en eso- añadió en un tono ligeramente cáustico. – ¿Y qué hay de ti? ¿Qué haces en un sitio tan peligroso? Tú mismo lo dijiste-.

por **Cid Daniel Maru** Sáb Mar 17, 2012 5:26 pm

Suspiro por la poca informacion que tenia el lobo menor sobre la maldicion que ambos compartiamos y mas aun me preocupe de su salud y su bienestar despues de todo el era solo un cachorro y seria su cachorro no lo dejaria abandonado en este peligroso y despiadado mundo, lo abrazo a mi como un padre a un hijo- Descuida cachorro yo te cuidare y te entrenare pero quita esa cara triste deseo verte con una sonrisa- le digo a este con sumo cariño y afecto mientras acaricio su rostro con mis dedos.

Sonrei de medio lado por la curiosidad de mi situacion y el porque de que vivia en lo profundo del bosque- Pues yo vivo aqui, donde nadie me molesta a excepcion de los cazadores que me persiguen sin razon y terminan muertos- le digo con suma tranquilidad dado que era cierto los de los cazadores y de los asesinatos. Lo sigo abrazando y lo reposo en mi pecho acariciando su cabello- Tu no eres tonto solo que esto es nuevo para ti a mi me costo mucho asimilarlo y no tuve ayuda como la que yo te voy a brindar si tu lo deseas- le digo esto ultimo con sonrisa y ofreciendole la mano como gesto de aceptar se mi alumno y a la vez de un camarada, un cachorro para mi.

por **Rocamadour** Lun Mar 26, 2012 12:10 pm

-Mu… muertos- dijo atragantándose, pero sin apartarse del abrazo. – Mon dieu, yo nunca he matado a nadie, o al menos eso creo, y no sé si sería capaz de hacerlo, aunque supongo que si se trata de sobrevivir, todo vale ¿no es cierto?-.

Persecuciones, asesinatos, transformaciones, poderes sobrehumanos… Eran demasiadas cosas y él había tenido que asimilarlas solo. Las primeras veces que la luna ejerció su influjo sobre él, creyó que se trataba de una pesadilla y que en cualquier momento despertaría en la mansión familiar y todo estaría en orden; pero luego descubrió que eso no sucedería.

Ahora por lo menos tendría a alguien con quien compartir ese secreto sin sentirse “un imbécil que cree en esos cuentos de hadas”. Sin embargo, no creía correcto fiarse tan fácilmente de un extraño que le ofrecía ayuda como si lo conociera de toda la vida. Se separó suavemente de Daniel y lo miró directamente a los ojos. –No tienes idea de cuán agradecido me siento por tu ofrecimiento, pero quisiera saber el porqué- bajó la mirada un instante y luego volvió a clavar sus ojos castaños en los de su compañero. –No es mi intención ofenderte, pero es natural sentir cierta desconfianza… creo-. No sabía muy bien cómo seguir explicando y lo ponía nervioso la palabra “asesinatos”, que no dejaba de sonar como una alarma en su cabeza. –Lo que en realidad quiero decir… emhh… preguntar… es… qué quieres a cambio de tu ayuda-. Por fin pudo soltarlo y no había sido tan grave. Liberó el aire que había ido acumulando mientras hablaba. Jamás antes había tartamudeado de esa manera, pero eso era porque nunca había hecho frente a una situación similar. – Por favor, no tomes lo tomes a mal. Es sólo que parece demasiado bueno para ser verdad- dijo, colocando su mano sobre el hombro de Daniel, con gesto constreñido aunque esforzándose por sonreír.

por **Cid Daniel Maru** Jue Abr 05, 2012 2:54 am

Sonrei de medio lado por el gesto leve de desconfianza de cachorro y no era para menos dado que en esa situacion yo hubiera reaccionado igual o peor de lo que hacia este, pero en ningun momento le quite la mirada de ensima, la timidez que este me hacia sentir algo feliz y tambien ternura, le acaricie y revolvi el cabello de manera juguetona y solta una risa traviesa.

Ladee el rostro cuando este pregunto que pediria a cambio si yo lo ayudaba y una sonrisa traviesa surco mi rostro, tome su menton y le mire a los ojos- no pido mucho solo tener tu cuerpo- le dije sensualmente al oido y besar su cuello para luego soltar una leve risa y sentarme en el suelo para contener una fuerte carcajada por lo que seria un rostro sonrojado y shokeado -Descuida yo jamas te pediria eso solo era broma ademas eres muy joven e inexperto para ese tema en particular- le dije sin pudor tras pararme de nuevo y sacudir mis ropas pero algo estaba molestando y era mi camisa asi que me la saque y la colgue en un arbol cercano a mi posicion ante la atenta mirada del lobo menor para que viera no solo mis tatuajes sino tambien las multiples cicatrices de balas, puñaladas y flechas que atravesaron mi tersa piel- Descuida no me molesta que desconfies de mi yo tambien haria lo mismo en tu situacion- le dije amenamente tras dar un fuerte suspiro y ponerme frente a el en posicion de batalla- Bien tu entrenamiento empieza ahora

por **Rocamadour** Vie Abr 13, 2012 12:14 am

Se sobresaltó al escucharlo, al sentir el contacto de sus labios en el cuello, su aliento tibio… pero enseguida se tranquilizó, cuando Daniel comenzó a reírse y confesó que era una broma. Se relajó y rió a su vez. –Casi logras que me lo crea- respondió- y quién sabe, tal vez ni siquiera fuera a negarme. No soy tan joven ni tan inexperto como crees- concluyó en tono de broma y le guiñó un ojo a su nuevo compañero.

Le agradó esa personalidad cálida y abierta, por lo que pensó que no tardaría en llegar a encariñarse con él. “Sí, será algo bueno”, se dijo en silencio.

Lo observó detenidamente justo después de que se quitó la camisa. Su cuerpo tenía numerosas marcas que en vez de afearlo le daban un aspecto mucho más viril y comprendió que los peligros que le había descrito eran reales. Él estaba intacto. Se consideró afortunado por ello, pero ¿hasta cuándo sería de aquel modo? -¿Entrenamiento? ¿Ahora? ¿Qué clase de entrenamiento?- sus preguntas tenían cierto tono de protesta (no había ido al bosque en busca de entrenamiento, lo que quiera que significara eso), pero sólo duró unos instantes; pensó que aprender a defenderse no le vendría nada mal y se dispuso a aceptar lo que le estaba ofreciendo Daniel.

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