Pura diversión [Mar / Posible +18]

*Bufó cuando la madame del burdel le entregó otro contrato, ella trabajaba en un burdel bueno en varios sobre todo porque debido a eso podía enriquecerse de una manera tan rápida que en un abrir y cerrar los ojos tenia la billetera llena de francos y de billetes con los que darse todos los lujos que una mujer pudiera desear, de nuevo venia a la cabeza ese estado de "las mujeres solo sirven para gastar dinero" era cierto por su parte ella tenia dinero lo ahorraba pero tambien lo gastaba segun quisiera en vestidos que servian para su trabajo, productos sexuales como vibradores utiles lubricantes { que usaba siempre para los que solo querian meterla } muchas de esas tiendas eran clausuradas porque en Paria en esa época todo aquel que fuera un descarado integral no merecía la pena; Sonrisa juguetona mientras aquella mujer miraba los senos mojados de la cortesana, sudor por sexo pues habia sido interrumpida cuando queria darse un baño* Discutamos el contrato ma belle mademoiselle *Su francés parecía vago como si su lengua se durmiese a la hora de hablarlo despues de todo era una extranjera pero no era tonta, las mujeres con acento podían ser más reclamadas que las que eran meras francesas.

Como respuesta la mujer asintió sentandose al lado de la cortesana, la tentación pudo con ambas dominar a la mujer era cuestión de segundos con algunos movimientos de sus senos, su piel contra su piel, los gemidos abundantes parecían vergonzosamente salir con unos decibelios más pues ella no solo se empleaba con hombres sino también con las mujeres "para ser madame ha tenido poco aguante" pensó con cierta exasperación, los cabellos rojos de mar hacian sus tirabuzones desordenados por el rostro cuando aquel segundo orgasmo de la otra mujer manchó sus muslos no pudo sino sonreir de medio labio, ella se quedo satisfecha pero mar no, asi que fue hacia la ducha con aquel calor que el sexo le dejaba, le gustaba sentir como toda su piel se quemaba con el sudor que salía por todos los poros indescifrablemente consiguiendo ser un enigma que complementaba el momento.

Cuando salió de la ducha un nuevo vestido estaba en la cama, cortesia de la madame seguramente asi que no lo rechazo al menos hoy habia conseguido alejarle la idea de hacerle fija en aquel sitio, tenia un contrato de que iba y venia cuando quisiera cogia el dinero claro que dandole un porcentaje pequeño a la madame para poder seguir viniendo a aquel sitio, el encaprichamiento de aquella mujer le habia estado acosando desde el momento que habian tenido su primer encuentro sexual como si quisiera que perteneciese a ese lugar cuando la respuesta claramente era un no desde primeras. Con aquel vestido nuevo que tenia un escote en V bastante pronunciado salió del burdel con la mirada de muchos hombres puestos en ella, era un vestido de color blanco algo puro para alguien tan impura, dejaba sus brazos escondidos en mangas de seda, caia por sus rodillas siendo algo inusualmente largo para ella, pero que sujetaba sus caderas y su figura realzandola de una forma sensual, los pliegues de la falda parecian cambiar a cada movimiento de sus piernas, dejaba su espalda al desnudo hasta la cintura pues tenia un pequeño cinturón dorado que realzaba sus senos.

Increible, sencillamente increible lo que sacaba cuando una persona se encaprichaba de ella, tomó su bolso y unos tacones de punta fina de color rojo pasión igual que el carmin que manchaba sus labios o el color de sus cabellos, realzaban la palidez de su piel; Mar fue a donde siempre se marchaba a la taberna, le apetecia beber un trago siempre que acababa con decepcion aquella noche, ultimamente no habia nadie que le hubiera hecho gemir más de lo normal solo unos pocos lo habian logrado y siempre los recordaba con cierto agrado, su aspecto de una "señora de alta clase" parecia pasado por alto, los senos sin ningún sosten se marcaban con cierto desprecio ante la tela, que con el constante roce parecía ejercer una presion sobre los pezones que los mantenia endurecidos, se sentó cerca de la barra ignorando las miradas furtivas* Ya sabes lo que ponerme ricura *Sacó un cigarrillo colocandolo en sus labios y encendiendolo, el camarero asintió algo azorado corriendo para traerle primero una jarra de la mejor cerveza después pediria algo mas concentrado en alcohol, nunca le entraba sueño solo un profundo adormecimiento*

*A la cortesana nunca le habían importado que en su cama hubiera hombres o mujeres, sinceramente pensaba que el placer a veces era mayor con una mujer o que otras veces era en concreto al revés, pero no se podía quejar no había probado muchas mujeres bajo su cuerpo o encima de este como para formularse una respuesta rápida, aquella mujer se acercó a ella, desprendía un aroma extraño que reconocía de algunas ocasiones, un aroma de perfume y peligro, misterio con algo de sensualidad así como discreción al principio. Aunque no lo reconociese abiertamente esa mujer le había llamado la atención desde que había entrado porque no era como todas las remilgadas que había visto asi que cuando ambas miradas se encontraron ¿Porqué no iba a responder de la misma manera? fundiéndose con aquella mirada descubrió que ambas parecían querer lo mismo, deseaban ese encuentro aunque solo durase unas horas sería suficiente para determinar que pasaría, escondió su sonrisa en la jarra de cerveza que tenía al lado mientras ladeaba el rostro encontrandose más de cerca con aquella dama.

Sin duda hermosa, Mar muchas veces presumía de su físico porque de ese medio era del que vivía pero cuando vio a esa mujer estar a su lado sabía que aún tenía mucho que aprender, era más hermosa de lo que imaginaba* Pero ahora no estoy sola ¿verdad? *Comentó con un tono juguetón dejando su asiento más cerca del de esa mujer, cruzó las piernas desprendiendose de ese adormecimiento que antes había sentido ya que ahora parecía como si fuera algo del pasado { concretamente de hace unos minutos } dando un sorbo a su cerveza alzó la mano* Hoy invito yo, dele a mi compañera lo que ella pida *El dinero era y no era un problema, era cuando los clientes escaseaban pero no lo era cuando encontraba a alguien que le llamaba la atención, no solo los hombres invitaban, a veces cuando a Mar le gustaba alguien fuese del sexo que fuese invitaba ella*

Creo que ahora tienes que decir "¿Qué hace una mujer como tu, en un sitio como este?" *Comentó sin afan de herir, sino porque era una de las frases que más solían decirse, primero se decía la que había comentado su compañera para después dejar fluir aquesta que ahora había dicho, mas que diciendolo en tono de ofensa lo decía divertida, de eso formaba parte la seducción ¿no? de conocerse sin apenas conocerse, de rozar primeros encuentros de caracter o de tono de voz, si te acercabas a una mujer y con esa frase respondía friamente no daban ganas de "conocerla" pero cuando alguien respondía con fluidez o sonriendo era una invitación, una abierta invitación a que se conociesen para que después lo que tuviera que surgir, surgiese aun cuando la sonrisa de Mar siempre sensual como entretenida indicaba que le daría paso a todo lo que quisiera, desde las caricias, los toques, las conversaciones ¿Se estaba dejando llevar demasiado? fuera cual fuera la respuesta no le importaba en lo absoluto pues el ser humano se debía dejar llevar, era algo que no tenia que dudar hacer porque a lo mejor si se fuese a su casa sin haber dado paso a más con esa desconocida podría surgir algo parecido al arrepentimiento* Mi nombre es Mar Santini ¿El tuyo?