Winter sonata [Évani]

por **Asagi Dunkelheit** Miér Mar 07, 2012 9:46 pm

Los rencuentros son como los sueños, tan enigmáticos y misteriosos, y aquella vez fue uno bueno que culmino no solo en desgracias, sino emociones únicas, aquel sopor donde el cuerpo se une al humanidad es único, caminando tristemente por el suelo helado. Ah, el invierno termina, tan rápido, tan drástico y no es lo mismo que ayer, todo alrededor esta cambiando menos yo, de nueva cuenta con las manos heladas dentro de los bolsillos del abrigo, buscando las palabras correctas.

Las copas de los arboles han quedado desnudas, una a una, sin ninguna hoja, pronto todo volverá a florecer menos ese corazón que me mantenía con vida, tampoco vendrá el amor que conocí, con el que me emocione como un simple humano, que desgraciado se vuelve el tiempo, las personas no son lo mismo tampoco y el olor de café junto a las losetas humedad parisinas son tan desgarradoras a mis sentidos, recuerdo cada encuentro cada rostro, pero es solo eso, son recuerdos, la humanidad muere, se transforma avanza mientras nos quedamos inmersos en la oscuridad y soledad.

Y estos pasos no me llevan a nada, a ningún sitio, mi canto grita por dentro, necesito un nuevo lugar, volver a empezar, extraño los comienzos las sonatas de piano, aquella sonata de invierno, aquellos lugares frescos donde se desata la máxima inspiración, sonrío, no queda más. Ese restauran donde los encuentros se convertían en remolinos de emociones ha dejado de existir, aquel sentimiento a nuevo también, no hay frustración ni coraje, la muerte ya no me sabe a nada, incluso la tristeza de una novia que hace tiempo fue dejada en el altar se ha borrado de mis recuerdos.

Entro sin las ganas tan aferradas a mi muerto cuerpo y pidió el piano prestado, acomodo el abrigo lentamente para pasar los dedos sobre las teclas y traviesamente uno tiene el peso de ese sentimiento de inercia, las miradas están sobre mi rostro, uno que ya es incapaz de mostrar algo y la melodía comienza a sonar lenta y sensual sobre aquel ameno sitio, cierro los ojos sin prestar atención.

Humanos, solo son eso, estúpidos y tontos humanos que no me sirven más que para alimento y cada sentimiento frustrado es una imagen clara en la melodía, desgarradora, con ese vacío y ese hueco y me levanto después de una muestra, no hay nada que me emocione, ni siquiera el olor a café me hace un cosquilleo, y vislumbro un rostro familiar, ¿Acaso estoy alucinando con los fantasmas del pasado? Aquella chica… Me quedo viendo sus orbes fijamente dudando en acercarme, dudando a cada segundo, de pie frente a su mesa… -¿Évani? –Mis labios titubean, ¿Hay esperanza en este mundo de emociones muertas?

por **Évani Rivoire** Jue Mar 08, 2012 1:39 pm

Otra vez hacía un frio que apenas soportaba, no importaba cuanto me cubriera de alguna manera la temperatura lograba filtrarse hasta calarme los huesos. Deseaba fervientemente que terminara esta época del año pronto, no me había resfriado pero estaba segura que de seguir así cogería uno y me pasaría días en cama; la sola idea de la inactividad me disgustaba puesto que ya estaba muy acostumbrada a estar ocupada, si bien mi negocio no podía calificarse de muy próspero no podía quejarme de falta de clientes, y me sentía al menos útil además era gratificante que hubiera gente que apreciara mi trabajo. Así que estar en cama, reposando por culpa de un resfrío no me sonaba a buena idea; sin contar que incomodar a Angel debido a ello no me parecía bien.

Continuaba sin hacerme a la idea de que era una mujer casada ahora, solo la alianza de mi mano me recordaba aquella pequeña e intima ceremonia en la que nos comprometimos. Aún ahora me preguntaba si había hecho lo correcto al mantener la promesa de mi padre, hubiera sido más sensato e inteligente pedirle más tiempo, aunque de todas maneras no podía prolongar mucho eso y Angel estaba ansioso por que se realizara la ceremonia lo más pronto posible, recién ahora estaba dudando de sus intenciones , pero ¿Qué podría obtener una persona como él de alguien como yo? Mis bienes estaban perdidos hacía mucho y aún si los tuviera, su familia era bastante más adinerada que la mía, así que no podía existir un interés económico. Al preguntarle sobre los motivos que le llevaban a cumplir con esa promesa me respondió que me amaba ¿Eso era posible? No estaba segura, solo le ví en una ocasión cuando aún era muy chica apenas si le recordaba con claridad, pero la sinceridad con que hablaba me dejó sin argumentos para refutar sus palabras...

Un olorcillo familiar me alejó de aquellos pensamientos, y con una pequeña sonrisa me dirigí hasta ese café que solía frecuentar sobre todo en esta última temporada. Maldiciendo el frio del exterior ingresé al local, que me recibió con un cáido abrazo. Busqué con la mirada una mesa que podía ocupar, encontrando una desocupada al fondo del lugar. Avancé lentamente hasta allá, quitándome la bufanda y los guantes, no eran necesarios y por ahora solo contribuirian a incomodarme innecesariamente. La melodía que sonaba en ese momento se me antojaba muy familiar ¿Dónde la oí antes? Por mucho que me esforzaba no lograba recordarlo. Cuando iba a levantar la mirada para buscar a aquella persona que tocaba tan bellas melodías, la mesera se acercó reclamando mi atención. Ordené mi bebida olvidando de momento mi propósito anterior.

-Asagi!!!-Exclamé al reconocer inmediatamente aquella voz y recordar de pronto dónde oí esa melodía antes. Me puse de pié sin demora para abrazarle, tan contenta estaba de verle frente mío que no me detuve a pensar como sería tomado mi arranque de efusividad por él-Cómo has estado?-Pregunté con sincero interés apartándome un poco para examinarle con la mirada, sin encontrar cambio aparente.

por **Asagi Dunkelheit** Vie Mar 09, 2012 5:26 am

De verdad, era ella, aquellos recuerdos, aquella vez que nos encontramos casualmente ya hará mucho tiempo y sin embargo veo grandes cambios, captando más allá de lo que mi vista puede, le abrace correspondiendo a ello con entusiasmo, parecía que aquella vez nos había dejado una gran marca en el corazón, era increíble pero juraba sentir hasta su calor recorriéndome lentamente la piel, como derritiendo los témpanos de hielo que se habían formado en su ausencia, le mire de pies a cabeza cuando se separo y no deje de admirarme, parecía toda una mujer, tan bien hecha y con un semblante mucho más diferente – Vamos a sentarnos –fue lo primero que dije al ser un caballero y esperar a que ella lo hiciera para colocarme justo al asiento frente a ella.

No sabía que decir y no tarde en notar la sortija en sus dedos, vaya que todo había cambiado y esos sentimientos de inquietud crecían en mí, le mire fijamente, yo también llevaba aquello en los dedos, otra sortija que representaba un compromiso ante un dios que no conocía y que me cerró las benditas puertas de su reino. El ambiente frío y cálido, como el olor de café me transportó a esa noche eterna y mágica donde ambos fuimos testigos de un enlace y ahora estábamos enlazados por las cuerdas rojas del destino.

-No sé ni que decirte, es una alegría intensa la que siento al vislumbrarte en este sitió – Musite viendo a la camarera que llevaba tiempo esperando para que solo le ordenara una miserable taza de café ya que no podía comer otra cosa, le sonreí y me dispuse a contestar como cualquiera lo haría en esa situación – Pues han pasado muchas cosas –debo añadir que mi postura cambio, lentamente me transporto a ese ser serio que solía proyectarse – Pero veo que a ti también, a juzgar por la sortija en tu mano –musite curioso por saber, que era aquello, ¿De verdad estaba ya casada?, hubiera indagado en sus recuerdos, ver el marco de su sonrisa al recibir dicho regalo, como olvidar aquello si también soy victima del amor, de una representación seria de dicho sentimiento.

Me deje llevar por todo aquello Évani, como un humano, como un gran y tonto humano, decidí dar ese paso que ambos como conocidos presenciamos hace bastante tiempo atrás, justo ahora una melodía de invierno nos trae a este lugar ¿Qué cosas vas a contarme… Eso lo dejo entre los gestos amables que vislumbro ahora junto a la felicidad que reflejas la cual quiero ir descifrando poco a poco – Cuéntame un poco de ese tiempo en el que nos distanciamos… - ladee el rostro observando la taza humear haciendo que el olor penetrara hasta lo más profundo.

por **Évani Rivoire** Miér Mar 14, 2012 11:02 pm

Asenti con una amplia sonrisa en mi rostro, sin apartar mucho la mirada de mi amigo...bueno era cierto que solo nos vimos una vez y que no fué una situación muy grata para mi; pero la manera en que transformó lo que iba a ser una velada por demás muy engorrosa para mi, en algo que no iba a olvidar pronto por lo grato del recuerdo hizo que le tuviera un aprecio único. Siempre tendría presente el momento en que dedicándome esa canción que interpretó en el piano me hizo sentir muy especial, olvidando las miradas maleducadas que las otras personas me dirigian. Aquella fué la primera -y hasta ahora la única- vez que entraba en una fiesta sin ser invitada, sin embargo la empatía entre nosotros se dió de manera casi instantánea o al menos así lo sentí yo, por lo que en este momento me encontraba más que feliz por volverle a ver después de tanto tiempo.

Tomé asiento, sin dejar de sonreir por sus palabras. De alguna manera Asagi, siempre conseguía hacerme sentir bien con unas pocas palabras. Si, tenía mucha suerte de poder contarle entre mis amigos.-También me alegra mucho verte de nuevo...la verdad creí que no lo volvería a hacer...-Admití arrugando la nariz ligeramente. Pero bueno, ese pensamiento no era muy extraño en mi dado a que muchos de mis amigos del pasado, con quienes compartí largas temporadas me habían dejado ¿Por qué sería distinto con él? solo compartimos una breve velada, no tenía porque esperar mucho más...aunque me alegraba haberme equivocado.

Miré el aro en mi mano y volví a sentirme confusa, sin saber si debía confiarle mis dudas, tras ver el sincero interés en su mirada le sonreí. Seguro sus palabras me ayudarían a verlo de otra manera, y si no...al menos lo hablaría con alguien y dejaría de sentir esa opresión en mi pecho por no expresar mis dudas a nadie-A ver...por donde empiezo-Murmuré casi para mi misma-Uhmm...bien, sigo trabajando en el mercado aúnque ya he logrado ahorrar lo suficiente para pagar el alquiler de un local en el centro de la ciudad. Me reecontré con viejos amigos....pero creo lo más relevante es que me casé, gracias a una promesa que mi padre hizo hace muchos años atrás...-Hice una mueca mirándo de nuevo el anillo en mi mano-No he hecho nada interesante la verdad...-Levanté la mirada hacia él, le había hecho un muy breve resumen de lo que me pasó en este tiempo.-Y tu?...imagino que has realizado muchas más atractivas actividades en este tiempo-Le pregunté sonriendo.

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