AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Horizon (Évani)
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Horizon (Évani)
Llevaba varios dias perdido. Si, sonaba estupido, pero no sabia que demonios le habia pasado. Le dolian aun las costillas, habia perdido al menos dos a cinco kilos. Y los raspones y moretones, aun no desaparecian. Habia pasado por su casa hacia no muchos dias, para regresar a la ciudad, y estar alli, lejos de Imre, lejos de su novio. Lejos de la razon que lo mantenia vivo.
Lejos de ese niño, que estaba y no. Se hacian daño al amarse, lo sabia, pero era egoísta, y queria a ese niño solo para el. Estaba aun malherido, y no queria ser un estorbo. Lo que era mas, no podria pararse por el teatro. Ya habia avisado… mas dicho las razones verdaderas. Le daba verguenza. Le daba todo y nada, por que no queria dar razones.
Lo unico malo, es que no le pagarian. Y eso significaba dinero menos. Llevo sus manos a los bolsillos. Sabia que los francos escaseaban. Necesitaba urgentemente, buscar un nuev empleo, aunque eso le consumiera mas energia. Y eso lo hiciera tener un peor aspecto, que terminara por preocupar al señorito de pelo plata. ¿Qué podia hace un hombre como el?
Se miro en los cristales sucios de aquellas casas. Mas de una persona le habia dicho que era guapo. ¿Podia hacer algo con eso? ¿aun teniendo la mejilla de un colo rojizo ligeramente ceruleo?
Prostituirse, era una buena opcion, le decia una vocecita. Pero el no podia faltarle a su novio… ¿O si?
Ojos que no ven…
Y entonces, se dio cuenta que en esas calles ya habia estado. Y corrio, por que le traian recuerdos amargos. Que quemaban cual aceite hirviendo su alma. No podia despegarse de ese sentimiento. Y no lo haria. Hablaba de faltarle, y quizas no lo hiciera de manera fisica, pero…
Pero, en que? Estaba seguro que “aquello”, lo seguiria, sin importar que cambiaran el cielo y la tierra de posiciones.
Estaba hambriento… ¿Y si volvia a ser aquella persona de su pasado? Era buen momento, para que aquel viejo Louis, saliera. Ese que no era la perita en dulce que todos creian. Aquel pequeño bribon con sonrisa traviesa, y mirada que te seduce y desnuda. Que te hechiza.
El chico gato de las rosas.
Se preparo para atacar. ¿Quién sera tu victima esta tarde, minino?
Lejos de ese niño, que estaba y no. Se hacian daño al amarse, lo sabia, pero era egoísta, y queria a ese niño solo para el. Estaba aun malherido, y no queria ser un estorbo. Lo que era mas, no podria pararse por el teatro. Ya habia avisado… mas dicho las razones verdaderas. Le daba verguenza. Le daba todo y nada, por que no queria dar razones.
Lo unico malo, es que no le pagarian. Y eso significaba dinero menos. Llevo sus manos a los bolsillos. Sabia que los francos escaseaban. Necesitaba urgentemente, buscar un nuev empleo, aunque eso le consumiera mas energia. Y eso lo hiciera tener un peor aspecto, que terminara por preocupar al señorito de pelo plata. ¿Qué podia hace un hombre como el?
Se miro en los cristales sucios de aquellas casas. Mas de una persona le habia dicho que era guapo. ¿Podia hacer algo con eso? ¿aun teniendo la mejilla de un colo rojizo ligeramente ceruleo?
Prostituirse, era una buena opcion, le decia una vocecita. Pero el no podia faltarle a su novio… ¿O si?
Ojos que no ven…
Y entonces, se dio cuenta que en esas calles ya habia estado. Y corrio, por que le traian recuerdos amargos. Que quemaban cual aceite hirviendo su alma. No podia despegarse de ese sentimiento. Y no lo haria. Hablaba de faltarle, y quizas no lo hiciera de manera fisica, pero…
…Porque todo el mundo vuelve al cielo algún día
Nunca necesitarás decir adiós
TRANSFÓRMATE…
Nunca necesitarás decir adiós
TRANSFÓRMATE…
Pero, en que? Estaba seguro que “aquello”, lo seguiria, sin importar que cambiaran el cielo y la tierra de posiciones.
Estaba hambriento… ¿Y si volvia a ser aquella persona de su pasado? Era buen momento, para que aquel viejo Louis, saliera. Ese que no era la perita en dulce que todos creian. Aquel pequeño bribon con sonrisa traviesa, y mirada que te seduce y desnuda. Que te hechiza.
El chico gato de las rosas.
Se preparo para atacar. ¿Quién sera tu victima esta tarde, minino?
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 20/01/2011
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Localización : In the 13Gate (?) Ok no, pero, posiblemente más cerca de lo que esperas
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Re: Horizon (Évani)
El día no terminó tan mal para mí, si bien las ventas habían sido decepcionantes, o mis expectativas muy altas tal vez, me alcanzaba para el día, no es que necesitara mucho para sobrevivir; en este tiempo había aprendido a conformarme con poco así que eso de ir en busca de lujos había quedado en un segundo plano; sacarlo de mi mente era otra historia, pues aún esperaba volver a mi viejo estilo de vida, con gente atendiendo cada capricho mío sin tener que preocuparme de si tendría para comer al día siguiente..Ahora bien, el cambio operado en mí en todo este tiempo no me dejaría ser aquella chiquilla inconsciente que fui alguna vez, ahora sabía lo que costaba conseguir las cosas, valoraba
cada detalle…
Apuré un poco el paso, la luz del sol iba perdiéndose poco a poco, dejando que el cielo tomara una tonalidad rojiza-naranja que me gustaba mucho. De ser otro el lugar, probablemente me detendría un momento solo para contemplar esa belleza que la naturaleza ofrecía a la vista de todos, y que muy pocos podían apreciar realmente, a veces ni siquiera yo misma lo notaba de tan ensimismada que andaba en mi propia vida y problemas; sonaba a excusa, claro…Levanté la mirada al cielo por unos segundos, uhmmm…como me gustaría estar en la tranquilidad del campo, o por lo menos en el minúsculo jardín que poseía…
Llegué al final de la calle e ingresé a la pequeña tienda donde cada semana compraba lo que necesitaba. Recogí mi cabello en un pequeño rodel sobre mi nuca, mientras esperaba que me atendieran. Me tocaba hacer compras, la minúscula despensa que poseía estaba casi vacía, además algo de verdura fresca me vendría a las mil maravillas, luego de pasarme varios días ingeniándomelas para cubrir todos mis gastos hoy me provocaba darme gusto, así que prepararía algo especial para cenar, comer sola ya no me era tan difícil como al principio.
Miré impaciente al tendero, que se estaba tomando mucho tiempo con la lista de una criada; no me gustaba esperar y de ser otra mi situación económica pues ya me habría ido de allí. Lástima, ese no era el caso, así que respirando profundo me dispuse a esperar mi turno; cuando este al fin llegó no me tardé mucho en obtener lo que quería. Entregué las monedas, y salí de allí. Aún quedaban unos pocos rayos de sol.
cada detalle…
Apuré un poco el paso, la luz del sol iba perdiéndose poco a poco, dejando que el cielo tomara una tonalidad rojiza-naranja que me gustaba mucho. De ser otro el lugar, probablemente me detendría un momento solo para contemplar esa belleza que la naturaleza ofrecía a la vista de todos, y que muy pocos podían apreciar realmente, a veces ni siquiera yo misma lo notaba de tan ensimismada que andaba en mi propia vida y problemas; sonaba a excusa, claro…Levanté la mirada al cielo por unos segundos, uhmmm…como me gustaría estar en la tranquilidad del campo, o por lo menos en el minúsculo jardín que poseía…
Llegué al final de la calle e ingresé a la pequeña tienda donde cada semana compraba lo que necesitaba. Recogí mi cabello en un pequeño rodel sobre mi nuca, mientras esperaba que me atendieran. Me tocaba hacer compras, la minúscula despensa que poseía estaba casi vacía, además algo de verdura fresca me vendría a las mil maravillas, luego de pasarme varios días ingeniándomelas para cubrir todos mis gastos hoy me provocaba darme gusto, así que prepararía algo especial para cenar, comer sola ya no me era tan difícil como al principio.
Miré impaciente al tendero, que se estaba tomando mucho tiempo con la lista de una criada; no me gustaba esperar y de ser otra mi situación económica pues ya me habría ido de allí. Lástima, ese no era el caso, así que respirando profundo me dispuse a esperar mi turno; cuando este al fin llegó no me tardé mucho en obtener lo que quería. Entregué las monedas, y salí de allí. Aún quedaban unos pocos rayos de sol.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: Horizon (Évani)
Si, una victima. Eso deseaba el joven minino avido de sentir la adrenalina en sus venas. Esa droga natural en su cuerpo, producto de una mala accion. Un robo. Lastimar a otro ser humano. Si, eso daba esa sensación. Y no importaba si por una vez, buscaba sentir algo como ello, nos es verdad? No podia irse por la vida solo aceptando la adrenalina que corria por sus venas cuando tenia sexo con el peliplata.
Un felino vive de otras cosas. El habia sobrevivido, no solo con sonrisas de niño bueno y modales exquisitos. Doble cara. ¿Cuál quieres ver tu?
El joven cambiaformas, acomodo sus ropas. La camisa de olanes. No habia nadie que la portara con esa singularidad, siendo sinceros, Louis era una mezcla perfecta. La fragilidad y pulcritud de sus movimientos, dulce, como la sangre de su madre le dictaba. Esas facciones afiladas, y las pupilas en forma de avellana. Y estas, de un color claro, seguramente, genes del padre que no conocio. ¿De el tambien venia ese porte gallardo?
Los cabellos rebeldes se agitaban al viento, mientras sacaba partido a su propio fisico. Jérémie sabia que las personas lo encontraban guapo
No, no era pretencioso, pero lo sabia, por que se lo habia dicho en demasiadas ocasiones como para que fuera un vil mentira. Hombres y mujeres deseaban tenerlo, si, eso tambien lo sabia. Todos quedaban encantados con el de alguna forma. Se hacia amar.
¿Y odiar?
En Paris solo dos personas lo odiaban, una, le habia golpeado como un animal, un brujo italiano. La otra, le habia apuñalado en el pecho desnudo, una noche fresca, en medio de un lecho de amor. ¿Y el, que les habia hecho a esas dos personas? No estaba seguro. O no mas bien, no queria darse cuenta. Preferia ser victima, como todos, a ser victimario.
Ah, entonces, ¿Por qué estaba alli, recargado sobre la pared, los brazos al pecho, aguardando? Eso era otro tipo de ataque. Otro tipo de, maldad.
Y entonces, sus ruegos fueron escuchados. Una mujer, capto su atención. Ella iba en sus cosas, podia notarlo. ¿Cómo podia salir por las calles tan despreocupada, con la noche tan cerca? Sola… ¿tenia marido? ¿Hijos? No sabia nada, mas, sin embargo, avanzo en su dirección, sigiloso, como una sombra. Con descaro y sin detenerse a pensar que aquello era invadir el espacio personal ajeno, coloco una de sus manos sobre su hombro, y la otra sobre su cintura, pegandole a su cuerpo, acerco después su rostro a su cuello, y con la mano que sostenia el hombro, alzo apenas uno de sus largos dedos de pianista, para retirar un mechon que cai sobre su oreja.
-Dicen que el que busca, encuentra. Y te he hallado, joven dama…. No deberia ir tan despreocupada por la calle. No sabe que puede toparse…
Un felino vive de otras cosas. El habia sobrevivido, no solo con sonrisas de niño bueno y modales exquisitos. Doble cara. ¿Cuál quieres ver tu?
El joven cambiaformas, acomodo sus ropas. La camisa de olanes. No habia nadie que la portara con esa singularidad, siendo sinceros, Louis era una mezcla perfecta. La fragilidad y pulcritud de sus movimientos, dulce, como la sangre de su madre le dictaba. Esas facciones afiladas, y las pupilas en forma de avellana. Y estas, de un color claro, seguramente, genes del padre que no conocio. ¿De el tambien venia ese porte gallardo?
Los cabellos rebeldes se agitaban al viento, mientras sacaba partido a su propio fisico. Jérémie sabia que las personas lo encontraban guapo
No, no era pretencioso, pero lo sabia, por que se lo habia dicho en demasiadas ocasiones como para que fuera un vil mentira. Hombres y mujeres deseaban tenerlo, si, eso tambien lo sabia. Todos quedaban encantados con el de alguna forma. Se hacia amar.
¿Y odiar?
En Paris solo dos personas lo odiaban, una, le habia golpeado como un animal, un brujo italiano. La otra, le habia apuñalado en el pecho desnudo, una noche fresca, en medio de un lecho de amor. ¿Y el, que les habia hecho a esas dos personas? No estaba seguro. O no mas bien, no queria darse cuenta. Preferia ser victima, como todos, a ser victimario.
Ah, entonces, ¿Por qué estaba alli, recargado sobre la pared, los brazos al pecho, aguardando? Eso era otro tipo de ataque. Otro tipo de, maldad.
Y entonces, sus ruegos fueron escuchados. Una mujer, capto su atención. Ella iba en sus cosas, podia notarlo. ¿Cómo podia salir por las calles tan despreocupada, con la noche tan cerca? Sola… ¿tenia marido? ¿Hijos? No sabia nada, mas, sin embargo, avanzo en su dirección, sigiloso, como una sombra. Con descaro y sin detenerse a pensar que aquello era invadir el espacio personal ajeno, coloco una de sus manos sobre su hombro, y la otra sobre su cintura, pegandole a su cuerpo, acerco después su rostro a su cuello, y con la mano que sostenia el hombro, alzo apenas uno de sus largos dedos de pianista, para retirar un mechon que cai sobre su oreja.
-Dicen que el que busca, encuentra. Y te he hallado, joven dama…. No deberia ir tan despreocupada por la calle. No sabe que puede toparse…
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Horizon (Évani)
Pronto estaría en aquella que ahora consideraba mi casa, mi hogar, mi refugio, un lugar en el cual podía encontrar la tranquilidad después de un día pesado-Sonreí para mi misma recordando la primera vez que la ví, casi lo considereré un castigo, era tan pequeña sin nada de los lujos a los que estaba acostumbrada, nada de lo que yo tenía antes; por el contrario solo habían cosas muy básicas, cosas que ni en sueños me habría visto usando. En ese momento hasta deseé estar muerta, tamaña sandez solo se me ocurrió al pensar en las amistades y conocidos a quienes jamás invitaría allí.Era estúpida ahora lo sabía, en ese entonces me juraba el centro del universo y por eso al ser "exiliada" de ese mundo de galas y fiestas debido a mi condición social me deprimí. Claro que hoy en día no era así, apenas me importaba lo que hicieran o dijeran los demás, yo vivía mi vida y punto.
Si bien el vender joyas no era su trabajo soñado, le dejaba muchas satisfacciones y por ahora no podía quejarse de ello; lo único que le molestaba era tener que trabajar en el mercado sin embargo eso acabaría pronto, llevaba ahorrando hacía varios meses y pronto podría pagar un sitio decente, uno donde podía sentirse más a gusto.
Solía pasarme mucho tiemo meditando y reflexionando sobre mi pasado, no me sentía muy orgullosa de todo pero iba mejorando. Salí de la tienda, con todo lo que necesitaba. Ansiaba llegar a casa y descansar un rato, suspiré debía apresurarme pues la luz no me duraría mucho...un grito ahogado salió de mi garganta al sentir de pronto una mano en mi cintura y la otra en mi hombro. Mi cuerpo se tensó y por un momento me quedé paralizada. Ugh! Debería aprender a reaccionar en lugar de quedarme inmóvil.
Tardé unos segundos en moverme, para alejarme de él. Mi corazón latía como loco en mi pecho por la sorpresa y el susto-No es algo que deba preocuparle, caballero-Al menos mi voz no tembló y sonó más firme de lo que esperaba. Me deshice de su abrazo y dí un par de pasos alejándome sin apartar la mirada de él. Estaba lista para lanzarle lo que tenía en manos, patalear o gritar, lo que fuera que hiciera falta para defenderse. Levanté la barbilla mirándole desafiante por unos segundos antes de girarme apurando el paso para interponer la mayor distancia entre el sujeto y yo.
Si bien el vender joyas no era su trabajo soñado, le dejaba muchas satisfacciones y por ahora no podía quejarse de ello; lo único que le molestaba era tener que trabajar en el mercado sin embargo eso acabaría pronto, llevaba ahorrando hacía varios meses y pronto podría pagar un sitio decente, uno donde podía sentirse más a gusto.
Solía pasarme mucho tiemo meditando y reflexionando sobre mi pasado, no me sentía muy orgullosa de todo pero iba mejorando. Salí de la tienda, con todo lo que necesitaba. Ansiaba llegar a casa y descansar un rato, suspiré debía apresurarme pues la luz no me duraría mucho...un grito ahogado salió de mi garganta al sentir de pronto una mano en mi cintura y la otra en mi hombro. Mi cuerpo se tensó y por un momento me quedé paralizada. Ugh! Debería aprender a reaccionar en lugar de quedarme inmóvil.
Tardé unos segundos en moverme, para alejarme de él. Mi corazón latía como loco en mi pecho por la sorpresa y el susto-No es algo que deba preocuparle, caballero-Al menos mi voz no tembló y sonó más firme de lo que esperaba. Me deshice de su abrazo y dí un par de pasos alejándome sin apartar la mirada de él. Estaba lista para lanzarle lo que tenía en manos, patalear o gritar, lo que fuera que hiciera falta para defenderse. Levanté la barbilla mirándole desafiante por unos segundos antes de girarme apurando el paso para interponer la mayor distancia entre el sujeto y yo.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Re: Horizon (Évani)
Observa, atento. Apenas se permite parpadear, el felino tiene miedo de perder a su presa. Sus ojos pequeños, brillan, demostrando la inteligencia de aquel muchacho de tez pálida, aquel que viste bien, limpio, perfumado y peinado con naturaleza. Louis puede ser joven, bueno e inocente. Pero como le dijera días atrás a ese vampiro en los pantanos. Las sombras formaban parte de él, desde que vio la primera luz del mundo al nacer. El sabia de su naturaleza, del origen mítico y fantasioso de seres como él. No comprendia, aun asi, el porque eran perseguidos por esa panda de asesinos, al servicio de un Dios, que quizás en sus orígenes no planeaba ser tan sanguinario. Pero quien sabe, según las escrituras de esos libros, de ese pesado tomo en cuero que Thomas, como buen hombre ingles de fe, caballero noble, respetado, tenia. Iba a misa todos los domingos, y arrastraba a Louis, con él, cuando este fue a vivir a su casa. Ese libro encuadernado en negro, era una biblia y en ella estaba la palabra del señor- Eso siempre le decia aquel señor. Louis había leído algún par de páginas, o capítulos o como fuera que se llamaran esas especies de separaciones; por puro compromiso. Respetaba esas ideologías, pero le entristecía el hecho de que tantos inocentes murieran solo por ello.
Más de una mujer con pensamiento liberal, era tomada por bruja y quemada viva en leña verde frente a las plazas, por mandato de la “noble y santísima Inquisición”. Matones, no había mas, y el peor de ellos, aquel al que llamaban Santo Padre, el Papa en turno. Esas cosas no le interesaban en lo más mínimo. Solo aparentaba, ser un buen “cristiano”, tanto para que su vida no corriera peligro, como para la del mismo Imre y su hija, Halima. Como fuera, toda esa sarta de moralidad, se esfumo en un rincón de su mente, porque de hacerlo, sabia que estaba obrando tan mal como ellos. Cualquiera que lo viera, pensaría que era demasiado afeminado, un maricón le habian llamado algunas veces. Sabia que por eso tambien podía terminar su cabeza separa de su cuello. Pero, a pesar de todo, seguía siendo un hombre, y como tal, tenia debilidades. Como ese aroma fresco, que se alzaba sobre los efluvios propios del ser humano. Siendo un cambiaformas, era capaz de recordar, deformar memorias olfativas. Como daguerrotipos, como pinturas. Solo que esas, si que las podía llevar consigo siempre que deseara. Esa chica, era plenamente humana. Joven, trabajadora, como su mismo rostro le decía. Tenía una belleza peculiar, era frágil, pero al mismo tiempo, se le antojaba una persona dura, con carácter. Y a Louis, el muchachito asustadizo, parecia tener debilidad por esas mujers. Las que podían… ¿dominarlo? ¡Qué gatito tan masoquista!
Le apego a su cuerpo, olfateando con descaro. Llenado sus pulmones de ese aroma, mientras su mano, sentía el vientre subir y bajar. Casi podía sentir un corazón que latia. Que cerca… su cuerpo del de ella. El miedo, oh si… y no la culpaba. Dejo que se soltase desea especie de abrazo. La voz decía una cosa, que Louis sabia que era una total mentira. El color se habia esfumado de su rostro. Parecía coger fuerzas, confianza seguridad. Los se mantuvo parado allí, con espalda bien recta, y una mano sobre su vientre, llevaba anillos de plata y piedras en color azul y rojo. Lo mismo en la otra que tenia apoyada sobre su mentón. Esta, a su vez, llevaba una par de cadenas.-No, a mi no, mi vida. Pero a ti si. Mirate. Puedes gritar, y nadie vendrá por ti. ¿Por qué no vienes y calientas a ese pobre actor, eh? Estoy perdido, ¡mirame! -si, el era un artista, actuaba en ese momento, como un hombre…totalmente diferente. Le miro con una mezcla de desdén, burla, y la clara advertencia, de que podía hacer muchas cosas… Solto una profunda carcajada, sin apartar su vista de ella.
Más de una mujer con pensamiento liberal, era tomada por bruja y quemada viva en leña verde frente a las plazas, por mandato de la “noble y santísima Inquisición”. Matones, no había mas, y el peor de ellos, aquel al que llamaban Santo Padre, el Papa en turno. Esas cosas no le interesaban en lo más mínimo. Solo aparentaba, ser un buen “cristiano”, tanto para que su vida no corriera peligro, como para la del mismo Imre y su hija, Halima. Como fuera, toda esa sarta de moralidad, se esfumo en un rincón de su mente, porque de hacerlo, sabia que estaba obrando tan mal como ellos. Cualquiera que lo viera, pensaría que era demasiado afeminado, un maricón le habian llamado algunas veces. Sabia que por eso tambien podía terminar su cabeza separa de su cuello. Pero, a pesar de todo, seguía siendo un hombre, y como tal, tenia debilidades. Como ese aroma fresco, que se alzaba sobre los efluvios propios del ser humano. Siendo un cambiaformas, era capaz de recordar, deformar memorias olfativas. Como daguerrotipos, como pinturas. Solo que esas, si que las podía llevar consigo siempre que deseara. Esa chica, era plenamente humana. Joven, trabajadora, como su mismo rostro le decía. Tenía una belleza peculiar, era frágil, pero al mismo tiempo, se le antojaba una persona dura, con carácter. Y a Louis, el muchachito asustadizo, parecia tener debilidad por esas mujers. Las que podían… ¿dominarlo? ¡Qué gatito tan masoquista!
Le apego a su cuerpo, olfateando con descaro. Llenado sus pulmones de ese aroma, mientras su mano, sentía el vientre subir y bajar. Casi podía sentir un corazón que latia. Que cerca… su cuerpo del de ella. El miedo, oh si… y no la culpaba. Dejo que se soltase desea especie de abrazo. La voz decía una cosa, que Louis sabia que era una total mentira. El color se habia esfumado de su rostro. Parecía coger fuerzas, confianza seguridad. Los se mantuvo parado allí, con espalda bien recta, y una mano sobre su vientre, llevaba anillos de plata y piedras en color azul y rojo. Lo mismo en la otra que tenia apoyada sobre su mentón. Esta, a su vez, llevaba una par de cadenas.-No, a mi no, mi vida. Pero a ti si. Mirate. Puedes gritar, y nadie vendrá por ti. ¿Por qué no vienes y calientas a ese pobre actor, eh? Estoy perdido, ¡mirame! -si, el era un artista, actuaba en ese momento, como un hombre…totalmente diferente. Le miro con una mezcla de desdén, burla, y la clara advertencia, de que podía hacer muchas cosas… Solto una profunda carcajada, sin apartar su vista de ella.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Horizon (Évani)
Mi corazón se había acelerado, mi respiración era irregular, el miedo era más que evidente solo rogaba que él sujeto no lo notara de lo contrario estaba perdida pues dudaba que él simplemente lo dejara pasar, por el contrario iba a aprovechar cualquier cosa que tuviera a su favor. ¿Cómo lo sabía? Simple, observé la determinación en su mirada, no se detendría hasta conseguir lo que sea que tuviera en mente, obviamente eso no sería bueno para mi; no...esa mirada no auguraba nada bueno para mi; lo más triste de todo eso era que muy pocas personas se preocuparían por lo que pudiera sucederme y ninguna de ellas estaba ni remotamente cerca de donde me encontraba, así que un grito de auxilio sería inútil. Dada mi condición, nadie se atrevería a ayudarme aunque me oyeran y eso sería aprovechado por el extraño.
Asi que..¿Qué rayos hacía para salir de esto? Como yo lo veía tenía dos opciones:Echar a correr como posesa mientras gritaba a todo pulmón pidiendo ayuda, no me gustaba mucho esta ide pues el vestido no era el atuendo ideal para emprender una carrera, por mucho que gritara dudaba que alguien hiciera oido a mi pedido además pronto terminaría sin aliento, en definitiva no podía llevar a cabo esta opción. La segunda era hacerle frente, no era del tipo fornido pero adivinaba que tras esa apariencia escondía mucha más fuerza de la que podía imaginar y lolgraría su propósito, cualquiera que este fuese; así pues no importaba la alternativa que escogiera, esta me llevaría al mismo descenlace.
Sus palabras me ayudaron a decidir. Ignoré el echo que los cabellos de mi nuca se erizaran por causa de su risa. Me volví con lentitud deliberada para hacerle frente, mientras intentaba componer en mi rostro una máscara de serenidad falsa, esperando que fuera suficiente para engañarle. Mis ojos le recorrieron de arriba a abajo, mis labios formaron una mueca de desprecio.-Verdad es lo que dice, nadie vendría a ayudarme-Le concedí con voz monótona, contradecirle era un absurdo-Pero creo que soy capaz de cuidar de mi misma-Aseguré, aunque en este momento sintiera lo contrario, claro que admitir mi debilidad ante él solo sería mi perdición.-Y si desea "calentarse", le recomiendo que se dirija al burdel, estoy segura que allí encontrará a alguien a su altura y quien le dé las indicaciones adecuadas para que deje de estar perdido-Agregué con desdén, manteniendo mi mirada fija en sus ojos con el cuerpo en tensión, lista para reaccionar a lo que sea que estuviera pensando hacer. Si esto se prolongaba más tiempo, pronto me vería envuelta entre las sombras de la noche parisina y no tendría escapatoria.
Asi que..¿Qué rayos hacía para salir de esto? Como yo lo veía tenía dos opciones:Echar a correr como posesa mientras gritaba a todo pulmón pidiendo ayuda, no me gustaba mucho esta ide pues el vestido no era el atuendo ideal para emprender una carrera, por mucho que gritara dudaba que alguien hiciera oido a mi pedido además pronto terminaría sin aliento, en definitiva no podía llevar a cabo esta opción. La segunda era hacerle frente, no era del tipo fornido pero adivinaba que tras esa apariencia escondía mucha más fuerza de la que podía imaginar y lolgraría su propósito, cualquiera que este fuese; así pues no importaba la alternativa que escogiera, esta me llevaría al mismo descenlace.
Sus palabras me ayudaron a decidir. Ignoré el echo que los cabellos de mi nuca se erizaran por causa de su risa. Me volví con lentitud deliberada para hacerle frente, mientras intentaba componer en mi rostro una máscara de serenidad falsa, esperando que fuera suficiente para engañarle. Mis ojos le recorrieron de arriba a abajo, mis labios formaron una mueca de desprecio.-Verdad es lo que dice, nadie vendría a ayudarme-Le concedí con voz monótona, contradecirle era un absurdo-Pero creo que soy capaz de cuidar de mi misma-Aseguré, aunque en este momento sintiera lo contrario, claro que admitir mi debilidad ante él solo sería mi perdición.-Y si desea "calentarse", le recomiendo que se dirija al burdel, estoy segura que allí encontrará a alguien a su altura y quien le dé las indicaciones adecuadas para que deje de estar perdido-Agregué con desdén, manteniendo mi mirada fija en sus ojos con el cuerpo en tensión, lista para reaccionar a lo que sea que estuviera pensando hacer. Si esto se prolongaba más tiempo, pronto me vería envuelta entre las sombras de la noche parisina y no tendría escapatoria.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Re: Horizon (Évani)
Louis se relamio los labios, con un tinte de pura paranoia, maldad. Deseo. Salvaje y silencioso deseo. Podia oler el miedo. Tenia una esencia especial. Se unia a los efluvios naturales del cuerpo de aquella mujer. Si, pero destacaba de manera brutal. Casi podia verlo. Le gustaba ese aroma. Si, vamos, nena, ten miedo del tigre albino. Ten miedo de extranjero. Ten miedo a su maldad pura, un angel con alma de demonio. Detona y rompe las mascaras, toma su mano y entrégate, sabes que lo deseas. Fúndete con el cuerpo de un felino… Vamos, sedúcelo.
Louis la miraba con una expresión que nadie prodria creersela. ¿Era el mismo gatito que comia galletas y pastelillos, con una chica perfumista? Era el mismo, que paseaba su hija de la mano, cumpliendo sus caprichos, con una sola mirada de esta? Adoraba a Aly, y por eso no soportaba esos pucheritos que le partían el corazón. Solto una risotada. Ni el mismo, sabia como pasaba de ser el hombre mas bueno, el perfecto amigo y mascota, a un criminal en potencia. ¿Era la sangre de los demonios que lo hacian gruñir y maullar por las noches de Luna Nueva?
Le miraba aquella con unas seguridad fingida, lo barria, como si fueran iguales. Y lo eran, ante los dioses, y el mismo corazon del chico japones. Mas no entre el mundo de hombres. Alli, ella podia ser tomada por la puta que se ofrecio, a ese pobre hombre que cuidaba solo de su hija. Si ese hombre que trabajaba como animal, entregado siempre con una sonrisa, y aun tenia tiempo para contar cuentos y preparar galletas. ¿Dónde estaba la madre de la niña? No la tenia.
Lo cierto, es que si alguien, en especial, la inquisición, le hallaba, tenia varios “delitos” a cuestas. Uno, era un cambiaformas, dos, era lo que dicen un putito anormal, le gustaba…. Si, en otras palabras menos… Era homosexual, si, y tenia una pareja que no solo era un chico precioso, tambien era un ser de la noche, un vampiro. Y para rematar, como cerecita en el pastel, estaba la misma Halima. La niña tenia poderes. Louis los olia. El felino rio de nuevo con ganas -¿Cree me tragare eso? Hahaha, por favor, si se supiera cuidar, no habria venido por este camino. Te has ofrecido ante mi, mujer. Vamos, acabemos con esto rapido. Sabes que me deseas… quizas sea bueno, y te deje probar… me.-
Tono arrogante, mientras los brazos se cruzaban sobre el pecho.-¿Para que ir al burel si estas tu? Y quizas, no este tan perdido. -Le miro de una manera, que podria decirse: “desnudar con la mirada”. Avanzo haciendo el amago de tocarle. -¿Tienes miedo, eh? Hahaha, tonta. Vamos, no alarguemos mas esto. ¿vienes conmigo o no?
Louis la miraba con una expresión que nadie prodria creersela. ¿Era el mismo gatito que comia galletas y pastelillos, con una chica perfumista? Era el mismo, que paseaba su hija de la mano, cumpliendo sus caprichos, con una sola mirada de esta? Adoraba a Aly, y por eso no soportaba esos pucheritos que le partían el corazón. Solto una risotada. Ni el mismo, sabia como pasaba de ser el hombre mas bueno, el perfecto amigo y mascota, a un criminal en potencia. ¿Era la sangre de los demonios que lo hacian gruñir y maullar por las noches de Luna Nueva?
Le miraba aquella con unas seguridad fingida, lo barria, como si fueran iguales. Y lo eran, ante los dioses, y el mismo corazon del chico japones. Mas no entre el mundo de hombres. Alli, ella podia ser tomada por la puta que se ofrecio, a ese pobre hombre que cuidaba solo de su hija. Si ese hombre que trabajaba como animal, entregado siempre con una sonrisa, y aun tenia tiempo para contar cuentos y preparar galletas. ¿Dónde estaba la madre de la niña? No la tenia.
Lo cierto, es que si alguien, en especial, la inquisición, le hallaba, tenia varios “delitos” a cuestas. Uno, era un cambiaformas, dos, era lo que dicen un putito anormal, le gustaba…. Si, en otras palabras menos… Era homosexual, si, y tenia una pareja que no solo era un chico precioso, tambien era un ser de la noche, un vampiro. Y para rematar, como cerecita en el pastel, estaba la misma Halima. La niña tenia poderes. Louis los olia. El felino rio de nuevo con ganas -¿Cree me tragare eso? Hahaha, por favor, si se supiera cuidar, no habria venido por este camino. Te has ofrecido ante mi, mujer. Vamos, acabemos con esto rapido. Sabes que me deseas… quizas sea bueno, y te deje probar… me.-
Tono arrogante, mientras los brazos se cruzaban sobre el pecho.-¿Para que ir al burel si estas tu? Y quizas, no este tan perdido. -Le miro de una manera, que podria decirse: “desnudar con la mirada”. Avanzo haciendo el amago de tocarle. -¿Tienes miedo, eh? Hahaha, tonta. Vamos, no alarguemos mas esto. ¿vienes conmigo o no?
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Horizon (Évani)
No pude evitar el ligero estremecimiento que recorrió mi cuerpo ante su risa. No tenía ninguna duda de que no amenazaba en vano. Tonta! Tonta! Tonta! me reprendía constantemente, enojada conmigo misma por no haber tomado las precauciones necesarias, limitarme a andar a horas inadecuadas y por lugares seguros no era algo de lo que solía preocuparme; tenía puesta la cabeza en otras cosas como para pensar en eso; así estar metida en problemas era culpa mía y de nadie más.
A pesar del miedo que sentía, me las arreglé para sostener su mirada, con una confianza y firmeza que solo eran externas, por dentro estaba al borde de la histeria, rogando porque alguien más apareciera en mi rescate. Claro, eso no iba a suceder, los rescates de damiselas en apuros por principes de brillante armadura en sus corceles blancos solo eran historias, pura ficción. No tenia a quien aferrarme en ese momento, ningún nombre que gritar, nadie a quien le dedicara un pensamiento en este momento. Si, era patético; pero a estas alturas de mi vida ya me había amoldado a la soledad lo suficiente como para que no me afectara, por el contrario, echaba de menos la calma y el silencio cuando me encontraba trabajando.
La mirada de ese hombre me heló la sangre ¿Podía haber alguien con tanta maldad en su alma? La respuesta era simple y clara, si existia. De manera inconciente apreté las manos, necesitaba pensar rápido en lo que iba a hacer, si tan solo encontrara una debilidad de ese hombre de la que pudiera hacer uso para defenderme, pensé con desesperación al ver que se acercaba nuevamente a mi. Mis instintos me instaban a echarme a correr, mi lado razonable me contenía, aún en medio de este conflicto interno tuve una idea. No era un plan maestro pero al menos me daría tiempo para intentar huir.
Una risa sarcástica con un ligero timbre de histeria escapó de mis labios antes de que pudiera evitarlo, conciente de que lo peor que podía hacer en ese momento era provocarle-Crees que te deseo?-Rodé los ojos, meneando las cabeza suavemente-Debes haber equivocado tu medicación, de otra manera te darías cuenta que lo único que me provocas es repulsión-Repliqué con toda la firmeza de la que era capaz, al menos mi voz no tembló, eso era bueno. Su mirada estuvo a punto de quebrarme y solo con fuerza de voluntad pude mantener esa máscara de serenidad que aparentaba, sin embargo cuando se acercó a mi retrocedí inconcientemente; el instinto de conservación era más fuerte que cualquier otra cosa que pasara por mi mente-No te atrevas a tocarme-Hablé con los dientes apretados-Y no voy contigo a ningún lado-Levanté la barbilla, era tonto retarle lo sabía, pero demostrar el pánico que sentía sería peor.
A pesar del miedo que sentía, me las arreglé para sostener su mirada, con una confianza y firmeza que solo eran externas, por dentro estaba al borde de la histeria, rogando porque alguien más apareciera en mi rescate. Claro, eso no iba a suceder, los rescates de damiselas en apuros por principes de brillante armadura en sus corceles blancos solo eran historias, pura ficción. No tenia a quien aferrarme en ese momento, ningún nombre que gritar, nadie a quien le dedicara un pensamiento en este momento. Si, era patético; pero a estas alturas de mi vida ya me había amoldado a la soledad lo suficiente como para que no me afectara, por el contrario, echaba de menos la calma y el silencio cuando me encontraba trabajando.
La mirada de ese hombre me heló la sangre ¿Podía haber alguien con tanta maldad en su alma? La respuesta era simple y clara, si existia. De manera inconciente apreté las manos, necesitaba pensar rápido en lo que iba a hacer, si tan solo encontrara una debilidad de ese hombre de la que pudiera hacer uso para defenderme, pensé con desesperación al ver que se acercaba nuevamente a mi. Mis instintos me instaban a echarme a correr, mi lado razonable me contenía, aún en medio de este conflicto interno tuve una idea. No era un plan maestro pero al menos me daría tiempo para intentar huir.
Una risa sarcástica con un ligero timbre de histeria escapó de mis labios antes de que pudiera evitarlo, conciente de que lo peor que podía hacer en ese momento era provocarle-Crees que te deseo?-Rodé los ojos, meneando las cabeza suavemente-Debes haber equivocado tu medicación, de otra manera te darías cuenta que lo único que me provocas es repulsión-Repliqué con toda la firmeza de la que era capaz, al menos mi voz no tembló, eso era bueno. Su mirada estuvo a punto de quebrarme y solo con fuerza de voluntad pude mantener esa máscara de serenidad que aparentaba, sin embargo cuando se acercó a mi retrocedí inconcientemente; el instinto de conservación era más fuerte que cualquier otra cosa que pasara por mi mente-No te atrevas a tocarme-Hablé con los dientes apretados-Y no voy contigo a ningún lado-Levanté la barbilla, era tonto retarle lo sabía, pero demostrar el pánico que sentía sería peor.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Re: Horizon (Évani)
Soledad, odio, celos, inseguridad, inexpresión,
floreciendo en la nada misma, pensando en esto,
mas que en cualquier otra cosa… Un muro invisible.
floreciendo en la nada misma, pensando en esto,
mas que en cualquier otra cosa… Un muro invisible.
Era un cerdo, un ruin y desgraciado sujeto, que no debería llamarse hombre ni bestia, si no algo mucho más inmundo. Debería estar odiándose a si mismo. ¿Por qué no lo hacia? Sabia que dentro de su cuerpo, en lo mas blanco y noble de su alma, era un buen hombre, LO ERA! Y esa parte de si, era la que gritaba hasta quedarse sin voz, por que no siguiera comportándose como un completo idiota. Que dejara en paz a la bella señorita, que se tirara de rodillas, y bajara la cabeza. Que rogara un perdón, que si se le negaba estaría en total derecho. Y si este llegaba, ofrecerse como una especie de guardaespaldas. Y eso, en el mejor de los casos. Eso, era pensar demasiado ingenuo. No todas las cosas se compensan con una sonrisa de idiota niño bueno.
Así, que acallo esa vocecilla, molesta, que zumbaba en sus oídos. No lo hagas. Era lo que repetía una y otra vez. Pero no podia frenarse, habia comenzando aquello de esa manera, y… debia seguir. No importaba a donde le llevara. Estaba ciego, y mas que nunca, el deseo animal estaba dominando. Las ganas de ver… oler… muerte. Si, dolor, agonía, llanto y odio. Queria ser odiado, necesitaba saber que era eso. Ya lo habia olvidado. Necesitaba, tambien, el calor de un cuerpo. Su novio era un vampiro, y… por mucho que lo intentara y lo quisiera… No es lo mismo un cuerpo con un corazón que late, a uno en el que el corazón se detuvo hace tantos años.
La mujer cederia, tarde o temprano, terminaria por quebrarse. No lo creia, estaba seguro de ello. Por mucho que riera de aquella manera. El cambiaformas, cruzo los brazos sobre su pecho, y solto una carcajada jocosa. -¿Asi que ahora me llamas loco? ¿Te repugno? ¿Estas segura? Mirame bien, mujer. Soy deseado por muchas como tu. Hombres incluso.-Sonrio de medio lado, satisfecho consigo mismo. No le estaba mintiendo. Ella parecia empezar a tomar algo de valor. Se atrevia a mirarlo con determinante gesto. El solo rio de nuevo.Acercandose otro poco, mientras ella le decia que no la tocara.-- Soy hermoso, y lo sé. Jamás habías visto la perfección, hasta antes de verme, esta noche. ¿No te parezco el más bello de los ángeles de ese Dios que ahora te ha dejado sola? Vamos, ven conmigo…-
El rubio, solto un poco mas los botones de la camisa que traia puesta. Se veia realmente apuesto, para que negarlo. Meloso, parpadeo un par de veces, dejando al descubierto, parte de su hombro, blanco, limpio, sin marcas. -Vamos, sabes que necesitas el amor de un hombre. ¿o piensas llegar al cielo…?-sonrio con malicia de nuevo. -¿Cuál es tu nombre, criatura? Vamos, ven conmigo, o piensas quedarte en este callejón? Te aseguro que no todos los demonios tienen la hermosa apariencia que yo poseo. - Extendio su mano una vez mas.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Horizon (Évani)
Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza
del cielo se abre como una boca de muerto.
Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en medio de la tierra infinita!
Mi plan se perfilaba con mejor claridad en mi mente conforme pasaban los minutos, podía imaginar con claridad la manera en como debía actuar y las posibles reacciones de mi atacante, pero de la misma manera en que consideraba mis movimientos me daba cuenta que mi capacidad de éxito era mínima pues por como se veia el sujeto yo me encontraba en tremenda desventaja en cuanto a fuerza física y adivinaba que tenía mejor conocimiento de como sería su ataque que yo del modo más efectivo de defenderme, aún así tenía que intentarlo, no podía dejarme vencer sin siquiera haber tratado de luchar. Ya lo hice antes, en circunstancias distintas pero con un resultado exitoso la poca esperanza que albergaba por lograr mi cometido debía de darme las fuerzas necesarias para defenderme.
A sus palabras atinó a verle con fijeza, como si estuviera evaluándolo de manera crítica. Quizás de haberlo conocido en otras circunstancias, con otro comportamiento hubiera apreciado con mayor objetividad su apariencia, ahora lo veía con los ojos de la víctima en que la convirtió y solo podía ver a un ser desagrable. Esta suerte de conversación la ayudaba a relajarse, y pensar con claridad. Sabía que el miedo solo inhibiría sus reacciones haciéndola más lenta y torpe opr ello debía evitar entregarse al pánico, solo cuando se sientiera a salvo podía dejarse llevar por la histeria y debía pelear para que ese momento llegara a concretarse. Hizo un gesto de desdeño en dirección al tipo-Me dá la impresión de que todas esas palabras las dices para intentar convencerte de que en realidad eres eso, pero sabes realmente que eres tan desagradable que nadie aparte de ti puede ver esa hermosura de la que hablas. Puede que hasta llegara a sentir compasión por ti, pero ni eso me inspiras...
Seguí con la mirada sus movimientos, mi cuerpo estaba tenso listo para lo que sea que estuviera maquinando en su mente sin apartarse ni un poco, mis posibilidades de causarle daño y escapar eran más grandes mientras permaneciera más cerca de él. Lentamente llevé la mano hacia el pequeño costurero que llevaba conmigo, era mi única oportunidad de huir y salir de esto sin daño.-Demonio-Sonreí con ironía sin apartar la mirada de sus ojos-Has encontrado la palabra exacta para describir a un ser como tu.Y la verdad es que no creo que exista alguien más vil-Le miró de manera significativa. Aquella porción de piel que había descubierto llamaba su atención. Ese sería su blanco, queria causarle el daño suficiente para alejarse nada grave, solo necesitaba tiempo. Sentía el frio metal de la pequeña tijera que tenia en la mano, más nerviosa a cada minuto. Recé porque esto terminara de una buena vez y rápidamente clavé el improvisada arma en su hombro. En cuanto ví la sangre brotar sentí un nudo en el estómago, y sin esperar a ver su reacción salí pitando de allí. Tenía que correr aunque sintiera que mis piernas no eran más que gelatina y las lágrimas nublaban mi visión.
del cielo se abre como una boca de muerto.
Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en medio de la tierra infinita!
Mi plan se perfilaba con mejor claridad en mi mente conforme pasaban los minutos, podía imaginar con claridad la manera en como debía actuar y las posibles reacciones de mi atacante, pero de la misma manera en que consideraba mis movimientos me daba cuenta que mi capacidad de éxito era mínima pues por como se veia el sujeto yo me encontraba en tremenda desventaja en cuanto a fuerza física y adivinaba que tenía mejor conocimiento de como sería su ataque que yo del modo más efectivo de defenderme, aún así tenía que intentarlo, no podía dejarme vencer sin siquiera haber tratado de luchar. Ya lo hice antes, en circunstancias distintas pero con un resultado exitoso la poca esperanza que albergaba por lograr mi cometido debía de darme las fuerzas necesarias para defenderme.
A sus palabras atinó a verle con fijeza, como si estuviera evaluándolo de manera crítica. Quizás de haberlo conocido en otras circunstancias, con otro comportamiento hubiera apreciado con mayor objetividad su apariencia, ahora lo veía con los ojos de la víctima en que la convirtió y solo podía ver a un ser desagrable. Esta suerte de conversación la ayudaba a relajarse, y pensar con claridad. Sabía que el miedo solo inhibiría sus reacciones haciéndola más lenta y torpe opr ello debía evitar entregarse al pánico, solo cuando se sientiera a salvo podía dejarse llevar por la histeria y debía pelear para que ese momento llegara a concretarse. Hizo un gesto de desdeño en dirección al tipo-Me dá la impresión de que todas esas palabras las dices para intentar convencerte de que en realidad eres eso, pero sabes realmente que eres tan desagradable que nadie aparte de ti puede ver esa hermosura de la que hablas. Puede que hasta llegara a sentir compasión por ti, pero ni eso me inspiras...
Seguí con la mirada sus movimientos, mi cuerpo estaba tenso listo para lo que sea que estuviera maquinando en su mente sin apartarse ni un poco, mis posibilidades de causarle daño y escapar eran más grandes mientras permaneciera más cerca de él. Lentamente llevé la mano hacia el pequeño costurero que llevaba conmigo, era mi única oportunidad de huir y salir de esto sin daño.-Demonio-Sonreí con ironía sin apartar la mirada de sus ojos-Has encontrado la palabra exacta para describir a un ser como tu.Y la verdad es que no creo que exista alguien más vil-Le miró de manera significativa. Aquella porción de piel que había descubierto llamaba su atención. Ese sería su blanco, queria causarle el daño suficiente para alejarse nada grave, solo necesitaba tiempo. Sentía el frio metal de la pequeña tijera que tenia en la mano, más nerviosa a cada minuto. Recé porque esto terminara de una buena vez y rápidamente clavé el improvisada arma en su hombro. En cuanto ví la sangre brotar sentí un nudo en el estómago, y sin esperar a ver su reacción salí pitando de allí. Tenía que correr aunque sintiera que mis piernas no eran más que gelatina y las lágrimas nublaban mi visión.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Re: Horizon (Évani)
Había algo en esa mujer que le atraía de manera peculiar. No era la mujer mas bella de toda Francia, ni la que vistiera mejor, pero tenia un toque que le daba ese “no se qué” que sin duda, encendían un deseo irracional en el joven cambiaformas. Quizás en verdad, no era hombre de una sola cama… Quizás su espíritu vivaz, precisaba diferentes emociones, aromas y bocadillos. Y el quería ese. Siempre te sabe mejor lo que te ha costado obtener. Estaba seguro que valia la pena. Sonrio. Podía mirarlo feo, el sabia que estaba totalmente acobardada. Rio de nuevo entrecerrando sus ojos, era un gesto propio y que le suavizaba el gesto. -Eres tan graciosa mujer, en serio que si. Yo jamas he necesitado que sientan lastima por mi. -Una pequeña pausa, mientras su mirada se perdia un momento. ¿Compasión? Curiosa palabra… El… nunca habia sentido que era eso. Ni cuando quedo solo en mundo. Cuando todos en el pueblo sabian que el niño de cabellos dorados y pupilas en las que se veia el color de la traición a la raza de su madre, Ayaka, estaba totalmente abandonado. Nadie le tendio una mano. Lo miraron con lastima, no compasión. Ni cariño. Solo asco. El niño era un bastardo. Louis paso saliva y suspiro, antes de proseguir. -Lo digo por que se perfectamente lo que soy, querida. No soy desagradable. Te sorprenderias, mujer, en verdad. Y si no la ves, es por que has quedado deslumbrada, yo que se… o eres tonta, simplemente. -susurro con tono mordaz.
Sostenía su mirada, mientras sus dedos se topaban con las lazadas de la camisa. ¿No se rendia? En verdad era una tonta. Solo tenia que dejarse ir y dejar que el animal se satisficiera, solo eso. Chasqueo la lengua y le miro casi con fingida indignación. -Da gracias que te topaste conmigo. Yo no soy ni remotamente una mala persona. Solo… te deseo ¿es eso malo? Una mirada inocente, que nadie le creeria. Parpadeo, mirandole ahora con seduccion- era un actor, sabia pasar del llanto a la risa en un momento. Lamio su labio inferior. Y en menos de lo que pudo notar, un destello plateado en su campo de vision, seguido por un dolor agudo e intenso, sombro su hombro, cerca de su pecho. El aire se fue de sus pulmones, llevando su mano en un gesto natural a la zona. Frio. Metal. Miro sus dedos de pianista manchados en carmesí. Sus piernas fallaron y cayo de rodillas. Esa mano temblaba. Si, jamas se habia molestado tanto como en ese momento, por que no era el mismo Louis esa noche. Actuaba en el la sangre de los demonios que lo hacian un cambiaformas.
Gruño, temblando, aun con el objeto dentro. Su mirada se helo, y apreto la mandibula. Tenia que sacarlo. Eso hizo. Jadeo al hacerlo. Le dolia y palpiba la herida escociendo. Trono su cuello, girandose. -Eres una zorra…-Escupio, apretando la tijera en su mano derecha, con fuerza. Sus nudllos se blanquearon, y olisqueo el aire, corriendo, apretando su mano libre contra la herida. Su camisa se empapaba con el liquido que salia de esta. El sudor helado comenzaba a perlar su frente. Fue herido siendo humano, no en plena transformación. Se curaria rapido, si, pero no por eso era de hule. El aroma de la dama, era mas intenso, mientras seguia corriendo. El cambiaformas, le dio pesquisa. Jalo el hombro de la chica, hasta hacerla caer. Usando toda la fuerza de esa mano. Y pronto, se coloco delante e ella. De pie. La mirada habia cambiado por completo. -No te escaparas ahora, maldita perra. Eso no te lo perdonare. Mancillas el cuerpo de un dios. Lo pagaras. - llevo su mano ensangrentada a sus labios y lamio el dorso del de algunos dedos. Saboreando su propia sangre, mientras media sonrisa sadica se presentaba en sus labios.
Sostenía su mirada, mientras sus dedos se topaban con las lazadas de la camisa. ¿No se rendia? En verdad era una tonta. Solo tenia que dejarse ir y dejar que el animal se satisficiera, solo eso. Chasqueo la lengua y le miro casi con fingida indignación. -Da gracias que te topaste conmigo. Yo no soy ni remotamente una mala persona. Solo… te deseo ¿es eso malo? Una mirada inocente, que nadie le creeria. Parpadeo, mirandole ahora con seduccion- era un actor, sabia pasar del llanto a la risa en un momento. Lamio su labio inferior. Y en menos de lo que pudo notar, un destello plateado en su campo de vision, seguido por un dolor agudo e intenso, sombro su hombro, cerca de su pecho. El aire se fue de sus pulmones, llevando su mano en un gesto natural a la zona. Frio. Metal. Miro sus dedos de pianista manchados en carmesí. Sus piernas fallaron y cayo de rodillas. Esa mano temblaba. Si, jamas se habia molestado tanto como en ese momento, por que no era el mismo Louis esa noche. Actuaba en el la sangre de los demonios que lo hacian un cambiaformas.
Gruño, temblando, aun con el objeto dentro. Su mirada se helo, y apreto la mandibula. Tenia que sacarlo. Eso hizo. Jadeo al hacerlo. Le dolia y palpiba la herida escociendo. Trono su cuello, girandose. -Eres una zorra…-Escupio, apretando la tijera en su mano derecha, con fuerza. Sus nudllos se blanquearon, y olisqueo el aire, corriendo, apretando su mano libre contra la herida. Su camisa se empapaba con el liquido que salia de esta. El sudor helado comenzaba a perlar su frente. Fue herido siendo humano, no en plena transformación. Se curaria rapido, si, pero no por eso era de hule. El aroma de la dama, era mas intenso, mientras seguia corriendo. El cambiaformas, le dio pesquisa. Jalo el hombro de la chica, hasta hacerla caer. Usando toda la fuerza de esa mano. Y pronto, se coloco delante e ella. De pie. La mirada habia cambiado por completo. -No te escaparas ahora, maldita perra. Eso no te lo perdonare. Mancillas el cuerpo de un dios. Lo pagaras. - llevo su mano ensangrentada a sus labios y lamio el dorso del de algunos dedos. Saboreando su propia sangre, mientras media sonrisa sadica se presentaba en sus labios.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Horizon (Évani)
Las palabras que el muchacho habló carecían de sentido para mi, un ser que se jactaba de bondad cuando sus actos eran todo lo contrario no podía calificarse de otra cosa que no fuera como el hipócrita más grande del mundo. ¿Cómo podía ser capaz de hablar de si mismo como si fuera alguien digno del más mínimo aprecio? Nadie en su sano juicio podría llegar a pensar que un ser tan despreciable fuera objeto de cariño y menos aún de obtenerlo de él. Mala persona? Un calificativo demasiado suave para él, por sus palabras era sencillo adivinar que sus intenciones distaban mucho de ser consideradas buenas, y mucho menos loables. Estaba transtornado, no había otra explicación. Ahora bien, tampoco era capaz de imaginar que era lo que le había sucedido para convertirlo en ese monstruo. Quizás pecaba de inocente al creer que en un momento él no fué ese denigrante ser, fiel a mis ideas siempre creía que las personas eran buenas-nada inteligente, pero inevitable-hasta que me decepcionaban. Ugh! pero con el dizque angel que estaba frente a mi, los pensamientos bondadosos que pudiera dedicarle eran apenas un suave murmullo, cuando mi mente gritaba lo contrario.
Mi pecho dolía, mis pensamientos eran incoherentes. Lo único que era capaz de pensar era que debía alejarme de él, lo más rápido que pudiera si quería seguir viva. Porque no había punto medio, no iba a permitir que mancillara mi cuerpo sin tratar de impedirlo, y si era necesario moriría en el proceso. Eso sería lo único que podía hacer. Por varios minutos corrí sin fijarme el rumbo, jadeando, rogando poder encontra con un ser caritativo que me ofreciera su ayuda en estos momentos. Pero en definitiva no iba a ocurrir, las calles estaban desiertas, solo se oía el ladrido de algún perro a lo lejos pero ni rastro de seres humanos, parecía que el destino se hubiera ensañdo conmigo para enseñarme de la manera más cruel posible que la oscuridad nunca traia nada bueno. Y no había manera de evitarlo. ¿Gritar? Ya se me había ocurrio, pero alguien vendría en mi auxilio? No, lo más probable es que echaran seguro a sus puertas y ventanas para evitar que el mosntruo que me asediaba pudiera lastimarlos a ellos también.
Un tirón en mi hombro me hizo trastabillar y caí al suelo, solo atiné a poner las manos para no estamparme el rostro en el suelo, mientras un grito ahogado salía de mi garganta. Como pude me giré en el suelo, apoyándome en los codos me arrastré lejos de él. Si antes sus palabras me habían intimidado ahora me aterrorizaban. Su furibunda expresión deformaba su rostro hasta convertirlo en una máscara de odio que solo vaticinaba un final muy doloroso para mi. -Un dios?-Repetí, mi voz cobró un tono histérico a causa de la desesperación- Eso es lo que tu retorcida mente cree, a los ojos de los demás solo eres escoria y sería mejor si empiezas a aceptarlo-Escupí con desprecio. Retrocedí en el suelo un poco más hasta que cupe palpar una pared tras de mi. Rogué porque mis piernas no me fallaran, y tras unos minutos de esfuerzo pude ponerme de pie, jadeando. Podía verle cernirse obre mi de manera amenazadora; jamás antes de ahora me sentí tan impotente, tan débil, y ser conciente de eso solo contribuia a que las fuerzas me faltaran. Dios! que alguien me ayude!, imploré mentalmente sin despegar la mirada de él.
Mi pecho dolía, mis pensamientos eran incoherentes. Lo único que era capaz de pensar era que debía alejarme de él, lo más rápido que pudiera si quería seguir viva. Porque no había punto medio, no iba a permitir que mancillara mi cuerpo sin tratar de impedirlo, y si era necesario moriría en el proceso. Eso sería lo único que podía hacer. Por varios minutos corrí sin fijarme el rumbo, jadeando, rogando poder encontra con un ser caritativo que me ofreciera su ayuda en estos momentos. Pero en definitiva no iba a ocurrir, las calles estaban desiertas, solo se oía el ladrido de algún perro a lo lejos pero ni rastro de seres humanos, parecía que el destino se hubiera ensañdo conmigo para enseñarme de la manera más cruel posible que la oscuridad nunca traia nada bueno. Y no había manera de evitarlo. ¿Gritar? Ya se me había ocurrio, pero alguien vendría en mi auxilio? No, lo más probable es que echaran seguro a sus puertas y ventanas para evitar que el mosntruo que me asediaba pudiera lastimarlos a ellos también.
Un tirón en mi hombro me hizo trastabillar y caí al suelo, solo atiné a poner las manos para no estamparme el rostro en el suelo, mientras un grito ahogado salía de mi garganta. Como pude me giré en el suelo, apoyándome en los codos me arrastré lejos de él. Si antes sus palabras me habían intimidado ahora me aterrorizaban. Su furibunda expresión deformaba su rostro hasta convertirlo en una máscara de odio que solo vaticinaba un final muy doloroso para mi. -Un dios?-Repetí, mi voz cobró un tono histérico a causa de la desesperación- Eso es lo que tu retorcida mente cree, a los ojos de los demás solo eres escoria y sería mejor si empiezas a aceptarlo-Escupí con desprecio. Retrocedí en el suelo un poco más hasta que cupe palpar una pared tras de mi. Rogué porque mis piernas no me fallaran, y tras unos minutos de esfuerzo pude ponerme de pie, jadeando. Podía verle cernirse obre mi de manera amenazadora; jamás antes de ahora me sentí tan impotente, tan débil, y ser conciente de eso solo contribuia a que las fuerzas me faltaran. Dios! que alguien me ayude!, imploré mentalmente sin despegar la mirada de él.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Re: Horizon (Évani)
La miro, como si su caida hubiera sucedido a una velocidad imposible, lento, muy lento. Apreciando el vuelo del bajo del vestido, de sus cabellos morenos. La forma en que la cintura se doblaba, la espalda baja, y los brazos delgados, intentaban detener la fuerza del impacto. Un delicioso sonido el de los huesos al azotar. Amortiguado por el uso del vestido. Ligero y facil de romper con aquella tijera que lo habia herido a el. Relajo la expresión luego de escuchar sus palabras, solto otra carcajada demencial, para quedar solo después en el vestigio de una sonrisa sarcastica, como ese tono que tenia igualmente tintes mordaces. -No es lo que pienso. Es lo que es. ¿Qué no ves la perfeccion que hay en mi ser? ¿No ves lo dorado oscuro de mis cabellos? ¿el color del cielo en mi mirada? Velo, es lo que hay, eres una pecadora y no tienes derecho, pero, solo por lo que puedes… significar para mi, te perdonare… o no lo se. No me agrada tu tono. No me ha gustado que marcaras mi piel. No soy escoria y te repito, que te sorprenderia, cuantas personas pueden confirmarte que soy un buen tipo
La mujer siguió moviendose, hasta terminar de acorralarse en aquel jugar. Solitario, y peligroso, como cualquier otro callejón en esas zonas de la capital francesa. Tenia miedo y mucho mas que minutos atrás, cuando su cuerpo estaba limpio, y no le escurria la sangre por el brazo. No le dio importancia, de momento, demasiado ocupado y enceguecido por esa naturaleza desconocida en el. Ya ni siquiera figuraba Aly en su mente. Solo la sed de sangre humana, sin llegar a ser el un vampiro. Solo la sed de cegar una vida. De alimentar con el alma de la doncella ¿virgen? El circulo helado al final del infierno. Se quedo quieto, soltando una risa mas, al verla alli, aun demostrando algo de valor en la mirada. En efecto, esa mujer le atraia por esa muestra de carácter. Un detalle curioso. -¿te confieso algo? Yo en tu lugar, ya estuviera llorando como un niño- - dijo con tono calmo, ajeno al monstruo en el que se habia convertido en los ultimos minutos. En su mirada incluso se atisbo el verdadero ser que era, una que se colaba hasta la sonrisa casi apenada de si mismo.
Se quedo mirando un punto en la pared, antes de soltar un suspiro, y dejar que la maldad retornara a el. Su cuerpo temblo. ¿Era eso, o el dolor en el hombro? ¿tenia plata acaso esa miserable tijera? Corto la distancia, colocando la mano que sostenia aquel objeto, cerca del rostro de la chica, cerca, para que pudiera notar que su cuello, tambien podia ser traspasado sin miramientos como lo habia hecho a su piel. La otra, danzo en el aire, acercándose hasta tocar su frente con la punta de su nariz. - Te hare arrepentirte… lo veras…- en un movimiento agil, tiro lejos, al fondo del callejón, lejos del alcance de la mujer, el objeto punzo-cortante, y con sus manos, apreso las muñecas ajenas, mientras sus labios se posaban sobre su cuello y daba un beso alli, para después, deslizar la punta de su lengua, hasta llegar a su mejilla.-¿Gemiras mi nombre, dulcemente, o tendre que obligarte? - expreso con burla, respirando su aroma, apretando las muñecas de la chica, doblando sus brazos para dominarle. Siguió su camino de besos y lamidas por su cuello, mientras pegaba su cadera a la ajena de manera por demas descarada.
No sabia si era efecto de la adrenalina, o que, pero comenzaba a sentirse ligeramente extraño.
La mujer siguió moviendose, hasta terminar de acorralarse en aquel jugar. Solitario, y peligroso, como cualquier otro callejón en esas zonas de la capital francesa. Tenia miedo y mucho mas que minutos atrás, cuando su cuerpo estaba limpio, y no le escurria la sangre por el brazo. No le dio importancia, de momento, demasiado ocupado y enceguecido por esa naturaleza desconocida en el. Ya ni siquiera figuraba Aly en su mente. Solo la sed de sangre humana, sin llegar a ser el un vampiro. Solo la sed de cegar una vida. De alimentar con el alma de la doncella ¿virgen? El circulo helado al final del infierno. Se quedo quieto, soltando una risa mas, al verla alli, aun demostrando algo de valor en la mirada. En efecto, esa mujer le atraia por esa muestra de carácter. Un detalle curioso. -¿te confieso algo? Yo en tu lugar, ya estuviera llorando como un niño- - dijo con tono calmo, ajeno al monstruo en el que se habia convertido en los ultimos minutos. En su mirada incluso se atisbo el verdadero ser que era, una que se colaba hasta la sonrisa casi apenada de si mismo.
Se quedo mirando un punto en la pared, antes de soltar un suspiro, y dejar que la maldad retornara a el. Su cuerpo temblo. ¿Era eso, o el dolor en el hombro? ¿tenia plata acaso esa miserable tijera? Corto la distancia, colocando la mano que sostenia aquel objeto, cerca del rostro de la chica, cerca, para que pudiera notar que su cuello, tambien podia ser traspasado sin miramientos como lo habia hecho a su piel. La otra, danzo en el aire, acercándose hasta tocar su frente con la punta de su nariz. - Te hare arrepentirte… lo veras…- en un movimiento agil, tiro lejos, al fondo del callejón, lejos del alcance de la mujer, el objeto punzo-cortante, y con sus manos, apreso las muñecas ajenas, mientras sus labios se posaban sobre su cuello y daba un beso alli, para después, deslizar la punta de su lengua, hasta llegar a su mejilla.-¿Gemiras mi nombre, dulcemente, o tendre que obligarte? - expreso con burla, respirando su aroma, apretando las muñecas de la chica, doblando sus brazos para dominarle. Siguió su camino de besos y lamidas por su cuello, mientras pegaba su cadera a la ajena de manera por demas descarada.
No sabia si era efecto de la adrenalina, o que, pero comenzaba a sentirse ligeramente extraño.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 20/01/2011
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Localización : In the 13Gate (?) Ok no, pero, posiblemente más cerca de lo que esperas
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Re: Horizon (Évani)
Podía sentir su mirada fija en mí, quitándome toda posibilidad de intentar algo más en contra suya; aunque las ideas de usar lo que fuera en mi defensa ya se habían terminado. Ahora solo podía pensar en el dolor, en el daño que él iba a provocarme en venganza de la herida que le hube causado. Podía imaginar que estaba maquinando algo lento y tortuoso, pero por mucho que me hiciera, no iba a suplicar. No, eso no lo haría aún si de eso dependía mi vida. Ya en el pasado me habían llamado cabeza dura, terca, testaruda...esos adjetivos no podía negarlos en lo absoluto, se ajustaban a la perfección a mi forma de ser; también me habían dicho que esas actitudes serían su perdición...quizás este era el momento en que eso se haría realidad...
A pesar que los pensamientos pesimistas se estaban apoderando de su mente, no pudo evitar sonreir con burla ante sus palabras ¿Realmente se creía toda esa basura? No me había cruzado con alguien tan egocéntrico en el pasado, pero si tenía en cuenta como se llevaba conduciendo este sujeto, más que al ego toda esta actuacion podía adjudicársele a su locura, solo así podía entender que hablara así de si mismo.-Demente-Murmuré meneando la cabeza ligeramente-Puedes continuar con esta suerte de monólogo sobre tu "perfección"-Hice una mueca de desprecio-Pero no vá a cambiar mi perspectiva de ti, para mi siempre vas a ser un mostruo que necesita probarse a sí mismo que puede ser considerado atractivo, lástima...si hubieras seguido mi consejo y buscado a una mujerzuela en el burdel sería más posible que llegues a oir eso de buena gana, por mi parte no veo la necesidad de mentir, solo para que tu miserable autoestima mejore-Respondí sin preocuparme más en si mi voz era lo suficientemente firme, me daba lo mismo que creyera que había vencido.
Su confesión me sorprendió, pero al mismo tiempo me infundió el valor que necesitaba para no derrumbarme en ese momento. Valor con el que pude ser capaz de sostener su mirada, y contener un pequeño grito cuando él acercó las tijeras a mi rostro; por mi mente pasó la idea de que me dejaría un corte en este así que no pude ocultar un suspiro de alivio cuando en lugar de ello la arrojó a lo lejos. Apreté los labios y forjeceé para liberar mis manos. Lo que estaba haciendo lejos de parecer una caricia grata, la sentía como el peor insulto, una humillación. Mi cuerpo se tensó, mientras un escalosfrío recorria mi espina dorsal, la sensación era lo más desagradable que hasta ahora había experimentado; prefería mil veces que me golpeara podía soportar el dolor, pero lo que hacía era demasiado-Sigue soñando con eso, que no vá a ocurrir-Dije volviendo el rostro, si bien tenía sujetas mi manos, yo no estaba dispuesta a que continuara con esos tocamientos, así que me retorcí tratando de alejarme de él, o al menos dificultarle lo que hacía. Tenía que pensar rápido si quería escapar antes de que esto llegara a más...
A pesar que los pensamientos pesimistas se estaban apoderando de su mente, no pudo evitar sonreir con burla ante sus palabras ¿Realmente se creía toda esa basura? No me había cruzado con alguien tan egocéntrico en el pasado, pero si tenía en cuenta como se llevaba conduciendo este sujeto, más que al ego toda esta actuacion podía adjudicársele a su locura, solo así podía entender que hablara así de si mismo.-Demente-Murmuré meneando la cabeza ligeramente-Puedes continuar con esta suerte de monólogo sobre tu "perfección"-Hice una mueca de desprecio-Pero no vá a cambiar mi perspectiva de ti, para mi siempre vas a ser un mostruo que necesita probarse a sí mismo que puede ser considerado atractivo, lástima...si hubieras seguido mi consejo y buscado a una mujerzuela en el burdel sería más posible que llegues a oir eso de buena gana, por mi parte no veo la necesidad de mentir, solo para que tu miserable autoestima mejore-Respondí sin preocuparme más en si mi voz era lo suficientemente firme, me daba lo mismo que creyera que había vencido.
Su confesión me sorprendió, pero al mismo tiempo me infundió el valor que necesitaba para no derrumbarme en ese momento. Valor con el que pude ser capaz de sostener su mirada, y contener un pequeño grito cuando él acercó las tijeras a mi rostro; por mi mente pasó la idea de que me dejaría un corte en este así que no pude ocultar un suspiro de alivio cuando en lugar de ello la arrojó a lo lejos. Apreté los labios y forjeceé para liberar mis manos. Lo que estaba haciendo lejos de parecer una caricia grata, la sentía como el peor insulto, una humillación. Mi cuerpo se tensó, mientras un escalosfrío recorria mi espina dorsal, la sensación era lo más desagradable que hasta ahora había experimentado; prefería mil veces que me golpeara podía soportar el dolor, pero lo que hacía era demasiado-Sigue soñando con eso, que no vá a ocurrir-Dije volviendo el rostro, si bien tenía sujetas mi manos, yo no estaba dispuesta a que continuara con esos tocamientos, así que me retorcí tratando de alejarme de él, o al menos dificultarle lo que hacía. Tenía que pensar rápido si quería escapar antes de que esto llegara a más...
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 912
Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: Horizon (Évani)
Eso fue una bofetada para el cambiaformas. Era un debate entre hacer lo prohibido que le arrastraba la naturaleza de su ser. El no habia pedido nacer como un hombre con ese tipo de “peculiaridades”, verdad? Solo era una victima de un pecado que a saber quien cometeria. Para el su madre lo era todo, ese dulce recuerdo que era solo de el, y que lo confortaba aun en momentos realmente malos. Entonces… ¿la culpa seria del padre? Louis no sentia emociones fuertes por ese hombre, cuya familia podria estar viviendo alli, en el Paris que habia convertido en su hogar con su novio y su hija. El no tenia relación alguna con esas personas. Como fuera, la mujer que tenia apresada, no tenia nada de culpa, solo su poca capacidad para mantener la boca cerrada. A cada palabra que decia, solo alimentaba el odio, y el orgullo en el minino. DESEABA hacer suya a esa mujer, por puro capricho, solo placer y nada mas. No mas lagrimas en la cama. No mas dolor. No mas culpabilidad. Ciertas eran sus palabras, tal vez deberia buscar una cortesana… Pero no podia hacerlo, por que al retozar con una, irremediablemente, se acordaria de Arianne. Esa mujer, que hacia meses no veia, la misma que al parecer se habia ido para siempre de la ciudad y de su vida; aun le dolia en el pecho.
Por eso, tenia que ser esa chica. Por ello, y por que tenia que dejarle en claro, que no debio haberle herido de aquella manera. Le escocia, pero no hizo ni una sola mueca de sentir ese dolor punzante de manera insistente. Uno que se unia al hecho que, efectivamente, la mujer habia dado en el clavo, de alguna manera; por que, si bien el neko era un chico bastante sentimental –cursi-, ingenuo y buena persona, era lo mismo vanidoso e inseguro. Siempre se sentia insatisfecho y temeroso, por su apariencia, por no ser lo suficientemente lindo, como para recibir un amor fisico. Era lo que solia decirle a ella… aunque Imre dijera que era guapo y asi… Dudaba. Por eso, tenia que callarla. ¿Matarle? No era necesario. Solo llevarse su dignidad… su inocencia.
La delicada forma femenina, se retorcia debajo de su cuerpo, negandose a recibir esas caricias profanas que el cambiane le proporcionaba. El inocente minino estaba guardado en algún abismo junto a toda su moral, y estaba, alli, actuando como un verdadero idiota. Reia un tanto, de burla claro esta, al ver que la chica ponia toda su fuerza en intentar zafarse. El no era muy alto, ni siquiera tenia un cuerpo exageradamente fibroso, era mas bien incluso demasiado ¿afeminado? No sabia como expresarlo, pero seguro que le sorprendia, ver como un tipo como el, podia tener tanta fuerza. Porque, claro, no era un humano normal, pero eso ella no lo sabia. -Sera mejor si te relajas… ¿sere el primero en tu… vida, verdad?- -susurro, suave, casi con cariño, contra su oido, mientras la mano que sujetaba sus muñecas, permanecia manteniendo fuerte el agarre, y la otra comenzaba a bajar por la linea del costado de aquel vestido. Poco después, se atrevio a moverla sobre sus pechos, acariciando por encima de la tela, mientras ahogaba un pequeño jadeo, sin dejar de besar la curvatura de su cuello. -Hace mucho, que no estoy con una mujer…-le confeso, y es que, si bien tenia vida sexual activa con el vampiro, no era lo mismo. Llevo una mano a su propio cinto, el cual con dificultad, logro zafar, y deslizarlo fuera del pantalón que portaba aquella noche. Se medio incorporo, sonriendole un momento, atándole las muñecas con este, asi, tendria las dos manos libres. Una de sus manos, fue hasta su vientre, deseando rasgar toda esa tela, dejar ver toda la piel suave, expuesta. La otra acaricio su mejilla con ternura. -Prometo, ser cuidadoso…-Un tono acaramelado, como si aquello no fuera a ser forzado. ¿Era verdad, entonces, aquello que la mujer decia? ¿Estaba loco?
Por eso, tenia que ser esa chica. Por ello, y por que tenia que dejarle en claro, que no debio haberle herido de aquella manera. Le escocia, pero no hizo ni una sola mueca de sentir ese dolor punzante de manera insistente. Uno que se unia al hecho que, efectivamente, la mujer habia dado en el clavo, de alguna manera; por que, si bien el neko era un chico bastante sentimental –cursi-, ingenuo y buena persona, era lo mismo vanidoso e inseguro. Siempre se sentia insatisfecho y temeroso, por su apariencia, por no ser lo suficientemente lindo, como para recibir un amor fisico. Era lo que solia decirle a ella… aunque Imre dijera que era guapo y asi… Dudaba. Por eso, tenia que callarla. ¿Matarle? No era necesario. Solo llevarse su dignidad… su inocencia.
La delicada forma femenina, se retorcia debajo de su cuerpo, negandose a recibir esas caricias profanas que el cambiane le proporcionaba. El inocente minino estaba guardado en algún abismo junto a toda su moral, y estaba, alli, actuando como un verdadero idiota. Reia un tanto, de burla claro esta, al ver que la chica ponia toda su fuerza en intentar zafarse. El no era muy alto, ni siquiera tenia un cuerpo exageradamente fibroso, era mas bien incluso demasiado ¿afeminado? No sabia como expresarlo, pero seguro que le sorprendia, ver como un tipo como el, podia tener tanta fuerza. Porque, claro, no era un humano normal, pero eso ella no lo sabia. -Sera mejor si te relajas… ¿sere el primero en tu… vida, verdad?- -susurro, suave, casi con cariño, contra su oido, mientras la mano que sujetaba sus muñecas, permanecia manteniendo fuerte el agarre, y la otra comenzaba a bajar por la linea del costado de aquel vestido. Poco después, se atrevio a moverla sobre sus pechos, acariciando por encima de la tela, mientras ahogaba un pequeño jadeo, sin dejar de besar la curvatura de su cuello. -Hace mucho, que no estoy con una mujer…-le confeso, y es que, si bien tenia vida sexual activa con el vampiro, no era lo mismo. Llevo una mano a su propio cinto, el cual con dificultad, logro zafar, y deslizarlo fuera del pantalón que portaba aquella noche. Se medio incorporo, sonriendole un momento, atándole las muñecas con este, asi, tendria las dos manos libres. Una de sus manos, fue hasta su vientre, deseando rasgar toda esa tela, dejar ver toda la piel suave, expuesta. La otra acaricio su mejilla con ternura. -Prometo, ser cuidadoso…-Un tono acaramelado, como si aquello no fuera a ser forzado. ¿Era verdad, entonces, aquello que la mujer decia? ¿Estaba loco?
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