AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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I can't understand you (Priv. Évani)
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I can't understand you (Priv. Évani)
Lacé una manzana al aire volviéndola a tomar cuando la gravedad hizo efecto en ella. Estaba acostumbrando a caminar cualquier calle de París a cualquier hora; sin buscarlo, esta ciudad se había convertido en mi hogar y no se me hacía difícil adaptarme a ella, aunque sí me era un poco complicado mezclarme entre tanta gente, innumerables rostros de personas andantes al igual que yo, infinitas naturalezas allí reunidas en un mismo lugar. El mercado –Se ve que están frescas, deme cinco más de estas y también deme algunas naranjas- Cargaba con dos grandes bolsas de mercado, una mía por su puesto, y la otra era de un gran hombre al que hace poco había conocido. Amigo… No sabía sí esa era buena manera de llamarle, pero sin lugar a dudas era alguien que se merecía todos mis respetos.
Boris Tabone, el carismático inmigrante italiano. Él era el jardinero principal de una acaudalada familia que vivía en una mansión a las afueras de la ciudad, cada día el exponía su vida volviendo solo hasta su casa a altas horas de la noche y justo así fue como nos conocimos, en una noche en que ambos estuvimos en peligro, pero por fortuna, su valentía y mi entrenamiento estuvieron de nuestra parte para vencer a aquel vampiro que estuvo a punto de aniquilar a su familia. Malditas bestias… Suspiré profundo cruzando por esas calles por las que pocos se atrevían a caminar, más cuando la noche ya había caído y la oscuridad comenzaba a apoderarse de esos solitarios callejones. Boris no vivía muy lejos de allí, y si no estaba mal de tiempo podía estar en su casa justo para la hora en que él volviese.
Un fuerte grito se coló en mis oídos logrando erizar mi piel, sin dudarlo dejé caer ambas bolsas de víveres en el suelo y me lancé a correr en dirección a aquel sonido, que para mi desgracia provenía del mismo lugar al que yo pensaba ir. Tenía un mal presentimiento, por eso saqué mi arma y la alisté para cualquier cosa, pero luego de ver lo que en realidad pasaba no fui capaz de apretar el gatillo, frente a mí estaba Boris, moribundo y a merced de uno de esos asquerosos seres que por algún motivo desconocido se creía superior a nosotros. Ella le había tomado como su cena, como una simple cosa a la que podía usar y luego desechar sin más -¿Por qué?- Hablé más para mí mismo que para ella, observando el rostro de mi amigo para luego dirigir toda mi atención a la vampiro. Mis ojos estaban cargados de furia, y aunque mis manos temblaban un poco logré apuntar muy bien a su entrecejo con toda la disposición de dispararle –Infeliz… Él tenía familia- Tenía tanta rabia, que disparé al instante sin mucha suerte ya que solo logré dar a unos de sus brazos –¡Joder!-
Boris Tabone, el carismático inmigrante italiano. Él era el jardinero principal de una acaudalada familia que vivía en una mansión a las afueras de la ciudad, cada día el exponía su vida volviendo solo hasta su casa a altas horas de la noche y justo así fue como nos conocimos, en una noche en que ambos estuvimos en peligro, pero por fortuna, su valentía y mi entrenamiento estuvieron de nuestra parte para vencer a aquel vampiro que estuvo a punto de aniquilar a su familia. Malditas bestias… Suspiré profundo cruzando por esas calles por las que pocos se atrevían a caminar, más cuando la noche ya había caído y la oscuridad comenzaba a apoderarse de esos solitarios callejones. Boris no vivía muy lejos de allí, y si no estaba mal de tiempo podía estar en su casa justo para la hora en que él volviese.
Un fuerte grito se coló en mis oídos logrando erizar mi piel, sin dudarlo dejé caer ambas bolsas de víveres en el suelo y me lancé a correr en dirección a aquel sonido, que para mi desgracia provenía del mismo lugar al que yo pensaba ir. Tenía un mal presentimiento, por eso saqué mi arma y la alisté para cualquier cosa, pero luego de ver lo que en realidad pasaba no fui capaz de apretar el gatillo, frente a mí estaba Boris, moribundo y a merced de uno de esos asquerosos seres que por algún motivo desconocido se creía superior a nosotros. Ella le había tomado como su cena, como una simple cosa a la que podía usar y luego desechar sin más -¿Por qué?- Hablé más para mí mismo que para ella, observando el rostro de mi amigo para luego dirigir toda mi atención a la vampiro. Mis ojos estaban cargados de furia, y aunque mis manos temblaban un poco logré apuntar muy bien a su entrecejo con toda la disposición de dispararle –Infeliz… Él tenía familia- Tenía tanta rabia, que disparé al instante sin mucha suerte ya que solo logré dar a unos de sus brazos –¡Joder!-
Bastian Leroy- Cazador Clase Media
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Fecha de inscripción : 24/01/2013
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Re: I can't understand you (Priv. Évani)
Ahhh!!! Iba a terminar por volverme loca si continuaba así. Trataba de pensar en algo más, enfocarme en recuerdos, algo que no estuviera relacionado con lo que estaba sintiendo; pero nada podía quitarme de la mente esa necesidad acusiante de sangre que sentía crecer en mi interior. Cerré los ojos con fuerza, jadeando mientras luchaba contra mis instintos asesinos, Máximus me había adevertido de ello. No podía dejar de alimentarme de humanos por mucho que lo deseara, nada de lo que hiciera iba a poder contra mi nueva naturaleza. Y aquí estaba, aferrada a los barrotes que cubrían una de las ventanas de la mansión de mi mentor, intentando controlar las ganas de saltar sobre el primer humano y drenar hasta la última gota de sangre que tuviera en su cuerpo. Apoyé la frente contra uno de los barrotes, el sabor de la sangre, su aroma, la sensación revitalizadora que invadía mi cuerpo cuando la bebía, eso era lo único en lo que mi mente era capaz de pensar ahora. Dios! sentía que mi fuerza de voluntad se estaba esfumando conforme el sol se ocultaba en el horizonte, hubiera querido que el día durase más, la luz del astro era lo único que podía mantener bajo control esta locura; lo único más fuerte a las ansias de saciar mi sed era el instinto de supervivencia, el evitar exponerme al sol me contuvo hasta ahora. Mi razonamiento empezaba a bloquearse, la sed empezaba a dominarme, antes jamás había estado tan hambrienta y tendría que afrontar las consecuencias de haber tratado de vivir sin tener que dañar a alguien inocente. Bien, ahora solo iba a lamentar lo que sucedería a continuación.
Como si se tratara de un ente diferente a mi, mi cuerpo se movió silencioso por la casa; sin siquiera preocuparme por llevar una capa que me cubriera dejé que mi sentido del olfato me guiara. Lo bueno de esta ciudad era que no había que andar mucho para poder cruzarse con alguien que iba distraido, aún sin adentrarse mucho en esta. Solo con un esfuerzo sobrehumano me contuve de lanzarme sobre el primero que encontré, pero tras observarle unos minutos decidí que sería él. Con la paciencia de un cazador acechando a su presa le seguí hasta lo que pareció ser su casa. Esperé hasta que hubo ingresado, sin que se percatara de mi presencia hasta que fuera demasiado tarde. Como si llevara años viviendo de esta forma, fué sencillo inmovilizar al hombre y morder a placer. Oh si! que bien se sentía la sangre ingresando a mi organismo. Bebí y bebí, casi ronroneando por la satisfacción de al fin haber encontrado aquello que me hacía tanto bien. No fué sino hasta que oí un sonido de pasos, que salí de esa especie de trance.
Horrorizada, ví como la vida se esfumaba del hombre que tenía en brazos. Cómo me dejé llevar así? Era un monstruo. Acababa de asesinar a alguien sin siquiera meditarlo. El remordimiento hizo rápida presa de mi. Cubrí la herida con una mano, como si con ello pudiera evitar que la vida se le escapara, la palidez mortal de su rostro solo indicaba que en unos segundos esta llegaría a su fin inevitablemente. No tuve tiempo para regañarme a mi misma por aquella atrocidad, cuando alguien irrumpió en la habitación de forma brusca. Me giré rápidamente, al ver el arma que traia consigo dejé el cuerpo inerte del hombre en el suelo con el mayor cuidado que pude en esas circunstancias. Por una fracción de segundo, deseé que acertara; era una manera fácil de manejar la culpabilidad por las muertes que llevaba en mi conciencia. Solo el rayo de dolor que traspasó mi brazo me hizo centrarme ahora.Un chillido escapó de mi garganta en ese instante. Sin siquiera meditarlo me lancé contra el hombre que acababa de dispararme; aún con el brazo malherido fuí capaz de arrebartarle el arma, lanzarla lejos y pegarle al sujeto un empujón para apartarle de mi camino, no pensaba llevar sobre mis hombros la vida de otro más, aunque en su caso justificaba su ataque hacia mi-Maldito imbécil!!-Grité, con una voz que tardé en reconocer como propia.-No se te ocurra intentar nada más!-Gracias la sangre bebida, ahora me encontraba más que apta para defenderme.
Como si se tratara de un ente diferente a mi, mi cuerpo se movió silencioso por la casa; sin siquiera preocuparme por llevar una capa que me cubriera dejé que mi sentido del olfato me guiara. Lo bueno de esta ciudad era que no había que andar mucho para poder cruzarse con alguien que iba distraido, aún sin adentrarse mucho en esta. Solo con un esfuerzo sobrehumano me contuve de lanzarme sobre el primero que encontré, pero tras observarle unos minutos decidí que sería él. Con la paciencia de un cazador acechando a su presa le seguí hasta lo que pareció ser su casa. Esperé hasta que hubo ingresado, sin que se percatara de mi presencia hasta que fuera demasiado tarde. Como si llevara años viviendo de esta forma, fué sencillo inmovilizar al hombre y morder a placer. Oh si! que bien se sentía la sangre ingresando a mi organismo. Bebí y bebí, casi ronroneando por la satisfacción de al fin haber encontrado aquello que me hacía tanto bien. No fué sino hasta que oí un sonido de pasos, que salí de esa especie de trance.
Horrorizada, ví como la vida se esfumaba del hombre que tenía en brazos. Cómo me dejé llevar así? Era un monstruo. Acababa de asesinar a alguien sin siquiera meditarlo. El remordimiento hizo rápida presa de mi. Cubrí la herida con una mano, como si con ello pudiera evitar que la vida se le escapara, la palidez mortal de su rostro solo indicaba que en unos segundos esta llegaría a su fin inevitablemente. No tuve tiempo para regañarme a mi misma por aquella atrocidad, cuando alguien irrumpió en la habitación de forma brusca. Me giré rápidamente, al ver el arma que traia consigo dejé el cuerpo inerte del hombre en el suelo con el mayor cuidado que pude en esas circunstancias. Por una fracción de segundo, deseé que acertara; era una manera fácil de manejar la culpabilidad por las muertes que llevaba en mi conciencia. Solo el rayo de dolor que traspasó mi brazo me hizo centrarme ahora.Un chillido escapó de mi garganta en ese instante. Sin siquiera meditarlo me lancé contra el hombre que acababa de dispararme; aún con el brazo malherido fuí capaz de arrebartarle el arma, lanzarla lejos y pegarle al sujeto un empujón para apartarle de mi camino, no pensaba llevar sobre mis hombros la vida de otro más, aunque en su caso justificaba su ataque hacia mi-Maldito imbécil!!-Grité, con una voz que tardé en reconocer como propia.-No se te ocurra intentar nada más!-Gracias la sangre bebida, ahora me encontraba más que apta para defenderme.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 912
Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: I can't understand you (Priv. Évani)
Tenía ganas de matarla, más ganas que a ningún otro vampiro que se hubiese cruzado en mi camino en el transcurso de mi vida...
Ella no era un trabajo más, lo que hervía en mi sangre cada que le miraba a los ojos iba más allá de aquella aberración que sentía hacia su raza, le odiaba, pero no simplemente por lo que era, sino también por lo que había hecho. Grité fuerte para desahogarme, poniéndome en píe muy lentamente, luego y casi por costumbre, llevé la mano hasta mi espalda tratando de tomar algo que allí no estaba. Mi ballesta. No había salido de casa preparado para un enfrentamiento, solo estaba dotado de las armas que usaba para defenderme, que en esta ocasión servían de poco, lo único de importancia que llevaba conmigo eran mi inteligencia, y mis ganas de perforarle su pecho, y con ambas me sentía más que bien servido.
Estaba en desventaja, ella me había desarmado, pero no me estaba atacando, no cómo un vampiro normalmente lo hacía, ella solo había actuado en defensa propia, despojándome de aquello que podía hacerle daño pero sin dirigir ninguna verdadera agresión hacia mí, y eso no me agradaba, en lo absoluto, no quería recibir ningún tipo de consideración de seres como ella, si en mi destino estaba vivir por la compasión de un vampiro o morir por la imprudencia de atacarle sin estar preparado, pues escogería la segunda, sin dudarlo, sin pensarlo dos veces, por lo menos de esa manera tendría una muerte digna.
-Maldita zorra…- Hablé en lo que fuese un susurro, suficientemente audible para que ella lo escuchase y cargado de todo aquello que desde que le vi sujetando el cuerpo de mi amigo me estaba irritando. Estaba furioso, mi corazón no paraba de latir, era tan fuerte, tan estrepitoso, que apenas y podía controlarme, estaba perdiendo mi capacidad de autocontrol…. Pero no podía atacarle, no aún, no mientras mi arma estuviese lejos –Acabas de asesinar a mi amigo y ahora me pides que me quede quieto…- Sonreí de pura amargara, enfrentando mi mirada a la de ella. No le temía, no porque me sintiese más fuerte que ella, todo lo contrario, reconocía la agilidad y fuerza con que me había lanzado y desarmado; tampoco era exceso de confianza en mí mismo, no, nada de eso. No le temía por el simple motivo que no le temo a ninguna criatura viva o casi viva que camine en este mundo, porque no le temo a la muerte, aún en día, tengo la firma certeza de que ella me ha volado en su fatídica lista y posteriormente se ha olvidado de mí, o que solo juega conmigo, lo más probable, ya que he visto las puertas del otro mundo tantas y tantas veces que ya me he cansado de hacerlo, pero aún sigo aquí, sigo en píe, sigo a merced de este mundo lleno de aquello que tanto odio y que me han hecho desear estar muerto en más de una ocasión.
-El cinismo es algo intrínseco en su raza ¿verdad?- Miré de reojo el cuerpo de mi amigo y luego la miré a ella. Un ser frío, eso era lo que veían mis ojos, un ser despreciable, teñido de sangre que no debió haber sido derramada ¿Cómo podía permanecer tranquilo después de haber presenciado tal espectáculo? –Sé que voy a morir esta noche- Sonreí ladino y de la nada golpeé la ventana próxima a mí. Trozos de cristales se expatriaron rápidamente, dejando un pedazo de este sujeto débilmente a la ventana, cristal que empuñé fuerte con mi mano, con toda la predisposición de usarlo como arma –Pero no me iré de aquí sin antes sacarte los ojos…- un hilo de sangre recorrió mi mano, y gotas de esta misma comenzaron a caer una tras otra en el hoy más frío suelo. Era una idea absurda, era una acción sin sentido, pero ¿Cómo ignorar aquella violenta y sedienta voz de mi subconsciente? ¿Cómo darle paso a la razón cuando mi propio ser está clamando por venganza? -No me iré de aquí sin antes hacerte probar de aquel veneno que consume a quienes pierden algo que realmente aprecian-
Ella no era un trabajo más, lo que hervía en mi sangre cada que le miraba a los ojos iba más allá de aquella aberración que sentía hacia su raza, le odiaba, pero no simplemente por lo que era, sino también por lo que había hecho. Grité fuerte para desahogarme, poniéndome en píe muy lentamente, luego y casi por costumbre, llevé la mano hasta mi espalda tratando de tomar algo que allí no estaba. Mi ballesta. No había salido de casa preparado para un enfrentamiento, solo estaba dotado de las armas que usaba para defenderme, que en esta ocasión servían de poco, lo único de importancia que llevaba conmigo eran mi inteligencia, y mis ganas de perforarle su pecho, y con ambas me sentía más que bien servido.
Estaba en desventaja, ella me había desarmado, pero no me estaba atacando, no cómo un vampiro normalmente lo hacía, ella solo había actuado en defensa propia, despojándome de aquello que podía hacerle daño pero sin dirigir ninguna verdadera agresión hacia mí, y eso no me agradaba, en lo absoluto, no quería recibir ningún tipo de consideración de seres como ella, si en mi destino estaba vivir por la compasión de un vampiro o morir por la imprudencia de atacarle sin estar preparado, pues escogería la segunda, sin dudarlo, sin pensarlo dos veces, por lo menos de esa manera tendría una muerte digna.
-Maldita zorra…- Hablé en lo que fuese un susurro, suficientemente audible para que ella lo escuchase y cargado de todo aquello que desde que le vi sujetando el cuerpo de mi amigo me estaba irritando. Estaba furioso, mi corazón no paraba de latir, era tan fuerte, tan estrepitoso, que apenas y podía controlarme, estaba perdiendo mi capacidad de autocontrol…. Pero no podía atacarle, no aún, no mientras mi arma estuviese lejos –Acabas de asesinar a mi amigo y ahora me pides que me quede quieto…- Sonreí de pura amargara, enfrentando mi mirada a la de ella. No le temía, no porque me sintiese más fuerte que ella, todo lo contrario, reconocía la agilidad y fuerza con que me había lanzado y desarmado; tampoco era exceso de confianza en mí mismo, no, nada de eso. No le temía por el simple motivo que no le temo a ninguna criatura viva o casi viva que camine en este mundo, porque no le temo a la muerte, aún en día, tengo la firma certeza de que ella me ha volado en su fatídica lista y posteriormente se ha olvidado de mí, o que solo juega conmigo, lo más probable, ya que he visto las puertas del otro mundo tantas y tantas veces que ya me he cansado de hacerlo, pero aún sigo aquí, sigo en píe, sigo a merced de este mundo lleno de aquello que tanto odio y que me han hecho desear estar muerto en más de una ocasión.
-El cinismo es algo intrínseco en su raza ¿verdad?- Miré de reojo el cuerpo de mi amigo y luego la miré a ella. Un ser frío, eso era lo que veían mis ojos, un ser despreciable, teñido de sangre que no debió haber sido derramada ¿Cómo podía permanecer tranquilo después de haber presenciado tal espectáculo? –Sé que voy a morir esta noche- Sonreí ladino y de la nada golpeé la ventana próxima a mí. Trozos de cristales se expatriaron rápidamente, dejando un pedazo de este sujeto débilmente a la ventana, cristal que empuñé fuerte con mi mano, con toda la predisposición de usarlo como arma –Pero no me iré de aquí sin antes sacarte los ojos…- un hilo de sangre recorrió mi mano, y gotas de esta misma comenzaron a caer una tras otra en el hoy más frío suelo. Era una idea absurda, era una acción sin sentido, pero ¿Cómo ignorar aquella violenta y sedienta voz de mi subconsciente? ¿Cómo darle paso a la razón cuando mi propio ser está clamando por venganza? -No me iré de aquí sin antes hacerte probar de aquel veneno que consume a quienes pierden algo que realmente aprecian-
Bastian Leroy- Cazador Clase Media
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Fecha de inscripción : 24/01/2013
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Re: I can't understand you (Priv. Évani)
Tenía sentimientos encontrados en ese momento. Por un lado estaba la angustia de terminar con la vida de un hombre inocente, alguien que no tenía la culpa de mis deciciones y que en definitiva no tenía que pagar por mis errores; la decepción de mi misma por haber dejado que mis instintos me cegaran, incluso miedo porque no sabía hasta que punto iban a controlarme estos. Me asustaba saber que pudiera llegar a ser tan irracional que fuera a lastimar a alguien que conocía y apreciaba, eso me hundiría seguro. Por otro lado estaba la pena que sentía por el humano que intentaba infructuosamente en atacarme. Yo conocía mi fuerza y en anteriores ocasiones tuve la oportunidad de probar mi límites en comparación con la fuerza de los humanos; comprendía su furia, el dolor por su pérdida y hasta cierto punto por el remordimiento por mi egoista acto, deseaba que lograra lo que fuera que planeaba para hacerme daño. Además de todo eso, estaba la molestia por la herida que logró causarme con el arma, sin esperar a que yo diera una explicación; si bien estaba muy conciente de lo imperdonable de mi acto, el que me tratara como a una bestia cualquiera hería mi ego.
Luchaba contra mi misma en un intento de reprimir mis instintos asesinos, no quería hacerle daño pero el hombre no me lo ponía fácil. No tenía como explicarle que era tan nueva en esto que no sabía en que momento iba a estallar y lanzarme sobre él. No sería dificil el romperle el cuello y puede que hasta bebiera su sangre. Le escuché en silencio, apretando los dientes hasta que sentí dolorida la mandíbula, tensando el cuerpo al ver como la sangre se escurría por su mano, llamándome, invitándome a beberla. ¿Realmente era tan tonto como para pensar que con un trozo de vidrio iba a hacerme daño? Podía oir con total su corazón latir desaforadamente en su pecho, como un canto de sirena que intentaba hacerme caer bajo su hechizo. Solo ver el dolor en sus ojos, hizo que me contuviera. No quería lastimarle, en verdad que no.
Tragué con dificultad, el aroma de su sangre era demasiado atrayente como para ignorarlo. Lo único que se me ocurría era enfocarme en responder a sus palabras. Necesitaba aferrarame a cualquier otra excusa para no terminar lanzándome sobre él- No seas estúpido-Espeté con una ligera nota de desprecio,pues él estaba conciente de su desventaja en esa situación y aún así persistia en querer intentar algo que podría conllevarle a su muerte, no había otra manera de calificarle más que como un grandísimo tonto que se dejaba cegar por sus sentimientos-Te dirigirás a una muerte segura en vano....y realmente sería una lástima-Hablé con los dientes apretados. Su sangre cada vez me atraia más, no estaba segura de poder resistir mucho tiempo en un espacio pequeño con el sujeto, y menos cuando mi sed solo fué apaciguada y no saciada por completo. Tentadoramente dí un paso hacia la salida analizando sus reacciones, si iba a salir tendría que hacerlo realmente rápido, porque el momento que dudara él lo aprovecharía sin pensarlo dos veces. Y yo ya me sentía bastante mal como para terminar con la vida de alguien que podía ser tan leal.
Luchaba contra mi misma en un intento de reprimir mis instintos asesinos, no quería hacerle daño pero el hombre no me lo ponía fácil. No tenía como explicarle que era tan nueva en esto que no sabía en que momento iba a estallar y lanzarme sobre él. No sería dificil el romperle el cuello y puede que hasta bebiera su sangre. Le escuché en silencio, apretando los dientes hasta que sentí dolorida la mandíbula, tensando el cuerpo al ver como la sangre se escurría por su mano, llamándome, invitándome a beberla. ¿Realmente era tan tonto como para pensar que con un trozo de vidrio iba a hacerme daño? Podía oir con total su corazón latir desaforadamente en su pecho, como un canto de sirena que intentaba hacerme caer bajo su hechizo. Solo ver el dolor en sus ojos, hizo que me contuviera. No quería lastimarle, en verdad que no.
Tragué con dificultad, el aroma de su sangre era demasiado atrayente como para ignorarlo. Lo único que se me ocurría era enfocarme en responder a sus palabras. Necesitaba aferrarame a cualquier otra excusa para no terminar lanzándome sobre él- No seas estúpido-Espeté con una ligera nota de desprecio,pues él estaba conciente de su desventaja en esa situación y aún así persistia en querer intentar algo que podría conllevarle a su muerte, no había otra manera de calificarle más que como un grandísimo tonto que se dejaba cegar por sus sentimientos-Te dirigirás a una muerte segura en vano....y realmente sería una lástima-Hablé con los dientes apretados. Su sangre cada vez me atraia más, no estaba segura de poder resistir mucho tiempo en un espacio pequeño con el sujeto, y menos cuando mi sed solo fué apaciguada y no saciada por completo. Tentadoramente dí un paso hacia la salida analizando sus reacciones, si iba a salir tendría que hacerlo realmente rápido, porque el momento que dudara él lo aprovecharía sin pensarlo dos veces. Y yo ya me sentía bastante mal como para terminar con la vida de alguien que podía ser tan leal.
- Spoiler:
- Mil disculpas por la tardanza, mi musa huyó y hasta ahora encuentro inspiración para escribirte D: la ataré para que no vuelva a escapar
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
- Mensajes : 912
Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: I can't understand you (Priv. Évani)
Era un estúpido, lo sabía. Por algo arriesgaba mi vida trabajando en el que podría conocerse como uno de los trabajos más letales de la época, pero es que, había nacido para eso, y me gustaba. La herida en mi mano era lo suficientemente profunda como para que botara sangre de ella, pero no lo suficiente para invalidarla, además solo era mi mano izquierda, menos de un 5% de mis habilidades se veían comprometidas en tan descabellada acción, ahora, el verdadero problema era la reacción de ella. Si antes estaba furioso ahora lo estaba aún más, quería ver a la bestia, a ese ser sediento de sangre que pierde cualquier uso de raciocino al sentir la fragancia de aquel líquido escarlata por el que se mantenían vivos. Ella me estaba haciendo arder por dentro, pronto allí el que perdería los estribos sería yo, cuando lo que buscaba era justamente todo lo contrario…
-¿No te gusta el olor?- Pregunté con voz baja y tentadora, elevando un poco mi mano para que el hilo de sangre recorriese ahora mi antebrazo. Quería que se acercase a mí, pero no como lo era en ese momento, la quería cerca y cegada ante el más intrínseco de sus deseos, quería que se distrajese un poco, que perdiese hasta el más mínimo rastro de consciencia y así poder actuar sin que ella estuviera prevenida de mis ataques. Pero la bendita vampira me hacía todo imposible… -¿Una lástima?- Pregunté curioso mientras elevaba una ceja, pero luego reí de manera sarcástica e irónica, cargando en aquella risa toda la rabia y frustración del momento. “Lástima”, es que no había escogido una mejor palabra para tocarme aún más el orgullo -Estás herida… la sangre que acabas de consumir no alcanzará para saciar tu sed y a la vez curar tus heridas. Necesitas más de esto- Señalé mi mano herida mientras mantenía un sonriente gesto. Pero luego solté un fuerte suspiro dejando car el trozo de vidrio y junto a él más gotas de sangre. Ella me desconcertaba, tenía todo para salir victoriosa de allí, pero se limitaba a mantenerse al margen, me evitaba y evitaba mi clarísimo llamado de atención. La sangre ya debía tenerla loca, pero ella solo reaccionaba dando un paso atrás…
-Tenía planeado sacarte los ojos antes de que me mataras- Hablé con total naturalidad tomando parte de la cortina, que estaba allí cerca y con ésta envolví torpemente mi mano conteniendo el sangrado –Pero veo que no tienes interés en hacerlo…- La miré directo a los ojos, buscando en ella a esa bestia a quien debía dar caza, pero no la encontraba, no estaba allí, ¿Qué clase de vampiro se muestra preocupado ante una situación tan ventajosa como en la que ella se encontraba? No todos los vampiros son iguales… Unos son más perversos que otros, y ella claramente no sería la excepción. –¿Por qué no me has atacado? ¿Acaso me estás subestimando?- No aparté mi mirada en ningún momento, no estaba en la mejor posición para provocarla, pero teóricamente yo ya me daba por muerto -Aunque no lo parezca soy bastante rápido y ya estoy calmado, das un paso en falso y te aseguro que aunque no tenga el arma en mis manos la alcanzaré y luego te mataré. Te juro que se sentirá jodidamente bien hacerlo, aunque me tengas lástima-
-¿No te gusta el olor?- Pregunté con voz baja y tentadora, elevando un poco mi mano para que el hilo de sangre recorriese ahora mi antebrazo. Quería que se acercase a mí, pero no como lo era en ese momento, la quería cerca y cegada ante el más intrínseco de sus deseos, quería que se distrajese un poco, que perdiese hasta el más mínimo rastro de consciencia y así poder actuar sin que ella estuviera prevenida de mis ataques. Pero la bendita vampira me hacía todo imposible… -¿Una lástima?- Pregunté curioso mientras elevaba una ceja, pero luego reí de manera sarcástica e irónica, cargando en aquella risa toda la rabia y frustración del momento. “Lástima”, es que no había escogido una mejor palabra para tocarme aún más el orgullo -Estás herida… la sangre que acabas de consumir no alcanzará para saciar tu sed y a la vez curar tus heridas. Necesitas más de esto- Señalé mi mano herida mientras mantenía un sonriente gesto. Pero luego solté un fuerte suspiro dejando car el trozo de vidrio y junto a él más gotas de sangre. Ella me desconcertaba, tenía todo para salir victoriosa de allí, pero se limitaba a mantenerse al margen, me evitaba y evitaba mi clarísimo llamado de atención. La sangre ya debía tenerla loca, pero ella solo reaccionaba dando un paso atrás…
-Tenía planeado sacarte los ojos antes de que me mataras- Hablé con total naturalidad tomando parte de la cortina, que estaba allí cerca y con ésta envolví torpemente mi mano conteniendo el sangrado –Pero veo que no tienes interés en hacerlo…- La miré directo a los ojos, buscando en ella a esa bestia a quien debía dar caza, pero no la encontraba, no estaba allí, ¿Qué clase de vampiro se muestra preocupado ante una situación tan ventajosa como en la que ella se encontraba? No todos los vampiros son iguales… Unos son más perversos que otros, y ella claramente no sería la excepción. –¿Por qué no me has atacado? ¿Acaso me estás subestimando?- No aparté mi mirada en ningún momento, no estaba en la mejor posición para provocarla, pero teóricamente yo ya me daba por muerto -Aunque no lo parezca soy bastante rápido y ya estoy calmado, das un paso en falso y te aseguro que aunque no tenga el arma en mis manos la alcanzaré y luego te mataré. Te juro que se sentirá jodidamente bien hacerlo, aunque me tengas lástima-
Bastian Leroy- Cazador Clase Media
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Re: I can't understand you (Priv. Évani)
Uhmmm si, ese olor dulce y embriagador de la sangre me llamaba a gritos. Mi autocontrol era demasiado débil aún, en breve ya no sería capaz de razonar, solo actuar por instinto y ese instinto acabaría con los dos. Succionar su vida se me haría tan fácil que luego la repugnacia por mi misma sería demasiado fuerte; me odiaría por hacerlo, pero no podría controlarlo y menos si él me retaba de manera tan abierta; sin siquiera darme tiempo a calmar mis ya alterados nervios. Ja! si, estaba nerviosa; la cacería me ponía así. Sobre todo por el miedo de perderme a mi misma bajo los fuertes deseos que ahora gobernaban mi mente y mis actos. Estaba consciente de que el hombre trataba de instarme a actuar, y así tener la justificación necesaria para atacarme; pero creo que no sabía lo cerca que estaba de perder el control. Contuve la respiración en cuanto recordé que no me era necesario para vivir, solo para intentar recordarme que yo no mataba por gusto, así que debía hacer oidos sordos de sus palabras y no permitir que las mismas me alterasen; claro que existía el inconveniente de que pensaría que era débil y me atacaría. Necesitaba dejarle claro su desventajosa posición para que su sentido de supervivencia superara al odio que podía ver en sus ojos.
La manera en que la sangre caia, me hipnotizó por un momento y mis entrañas clamaron con fervor el ingerir ese dulce líquido; cerré los ojos recordándome una y otra vez que yo no era un monstruo, no era un animal a la que pudiera engatuzar tan fácil.-No sabes de lo que hablas humano-Tuve que respirar para hablar lo que hizo que el olor me llegara de nuevo. Dí un paso hacia atrás clavando las manos en la encimera de la sencilla chimenea de la estancia, haciendo una mueca de dolor por la herida que tenía. Igenoré lo mejor que pude eso, sosteniéndome, como si ello fuera mi ancla hacia la cordura.-...y obviamente tampoco sabes lo que haces.-Gruñí molesta, por su intento absurdo de manipularme. Bueno, más bien molesta por sentirme tan débil en ese momento.
La descripción de lo que haría conmigo en cuanto tuviera la oportunidad, hizo que un gruñido involuntario escapara de mi pecho; sorprendiéndome a mi misma. El enojo se fortalecía a la par que lo escuchaba. Ya había dejado en claro que pensaba que yo era una bestia regida por instintos asesinos. Respiré profundo sin darme cuenta para serenarme y nuevamente el olor de la sangre me desconcentró. Qué fácil sería para él sacarme de mis casillas si seguía exponiendo su herida frente a mi, pensé.-Temo que el perder los ojos no está entre mis planes, así que será en otra oportunidad-Dije con más desenfado del que pretendía.-Tranquilo que sé a que atenerme con sujetos como tu; suicidas que creen que le hacen un favor a la humanidad cuando solo ponen en evidencia sus temores a algo que no conocen o entienden; temor a algo superior a ellos.-Mis manos permanecían sujetas a la encimera, aferrándome a la sensatez.-Por lo mismo no te subestimo; sé que no amenazas en vano y que en cuanto tengas la oportunidad vas a hacerme el mayor daño posible. Lo que no termino de entender es la razón por la que aún no lo has hecho. Está claro que no tengo intenciones de atacarte, pero si tengo que defenderme no me va a quedar alternativa que matarte-Ladeé un poco el rostro. La punzada de dolor por el disparo recibido, me hizo pensar nuevamente en huir; pero ni en broma iba a darle la espalda a este tipo.-Así que...¿Qué es lo que harás?
La manera en que la sangre caia, me hipnotizó por un momento y mis entrañas clamaron con fervor el ingerir ese dulce líquido; cerré los ojos recordándome una y otra vez que yo no era un monstruo, no era un animal a la que pudiera engatuzar tan fácil.-No sabes de lo que hablas humano-Tuve que respirar para hablar lo que hizo que el olor me llegara de nuevo. Dí un paso hacia atrás clavando las manos en la encimera de la sencilla chimenea de la estancia, haciendo una mueca de dolor por la herida que tenía. Igenoré lo mejor que pude eso, sosteniéndome, como si ello fuera mi ancla hacia la cordura.-...y obviamente tampoco sabes lo que haces.-Gruñí molesta, por su intento absurdo de manipularme. Bueno, más bien molesta por sentirme tan débil en ese momento.
La descripción de lo que haría conmigo en cuanto tuviera la oportunidad, hizo que un gruñido involuntario escapara de mi pecho; sorprendiéndome a mi misma. El enojo se fortalecía a la par que lo escuchaba. Ya había dejado en claro que pensaba que yo era una bestia regida por instintos asesinos. Respiré profundo sin darme cuenta para serenarme y nuevamente el olor de la sangre me desconcentró. Qué fácil sería para él sacarme de mis casillas si seguía exponiendo su herida frente a mi, pensé.-Temo que el perder los ojos no está entre mis planes, así que será en otra oportunidad-Dije con más desenfado del que pretendía.-Tranquilo que sé a que atenerme con sujetos como tu; suicidas que creen que le hacen un favor a la humanidad cuando solo ponen en evidencia sus temores a algo que no conocen o entienden; temor a algo superior a ellos.-Mis manos permanecían sujetas a la encimera, aferrándome a la sensatez.-Por lo mismo no te subestimo; sé que no amenazas en vano y que en cuanto tengas la oportunidad vas a hacerme el mayor daño posible. Lo que no termino de entender es la razón por la que aún no lo has hecho. Está claro que no tengo intenciones de atacarte, pero si tengo que defenderme no me va a quedar alternativa que matarte-Ladeé un poco el rostro. La punzada de dolor por el disparo recibido, me hizo pensar nuevamente en huir; pero ni en broma iba a darle la espalda a este tipo.-Así que...¿Qué es lo que harás?
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 29/03/2011
Re: I can't understand you (Priv. Évani)
Humano… esa era la manera que ella usaba para definirme, al igual que yo la describía a ella solo como una simple bestia, de esas que se cazan en los bosques solo para darle una mayor tranquilidad al entorno, para preserva la vida de seres más importantes. Éramos diferentes, totalmente diferentes, dos fuertes presencias que chocaban en aquella pequeña habitación, al comienzo y si no caía en la equivocación, podía asegurar que ambos estábamos agitados, excitados, enajenados de la totalidad de la situación que teníamos enfrente. Pero ahora, varios minutos después, ya no estábamos en un juego de emociones esporádicas, ambos sabíamos lo que hacíamos y estábamos conscientes de ello.
-Sé lo que hago…- Apreté aquella improvisada “venda” que había puesto en mi mano, quejándome un poco del dolor al hacerlo. Dolía, y mucho, era un “humano” como bien decía ella, mi cuerpo no era tan fuerte ni resistente y tampoco tenía capacidades sobrehumanas para recuperarse, pero para haber sido una decisión tomada en un momento de ansiedad y frustración no había sido tan grave… -Y sé de lo que hablo. Tú no eres diferente a los otros, aunque actúes de manera extraña- Esto último lo dije mirándole directamente a los ojos. No podía dejar de hacerlo, un descuido podría salirme bastante caro y también, y más probablemente, le daría la oportunidad a la vampira de escapar de allí, porque eso quería ella, alejarse… Estaba cansado de verla retroceder, me desconcertaba cada vez que ella actuaba en contra de su naturaleza ¿Qué pretendía con ello?
-Te conozco y conozco a los de tu clase, me he topado con muchos, pero tienes razón en algo, nunca podré comprenderte, ni podré comprenderlos…- Hablé con la confianza obtenida solo a través de la experiencia, para mí, ella no era más que una criatura que se alimentaba cegando vidas humanas, una criatura que creía que su poder y fuerza justificaba sus acciones. Toda mi vida la pasé tras sujetos como ella, todos a primera vista diferentes los uno de los otros, pero con una sola cosa en común, y es esta la más importante. Su egoísmo, ¿De qué otra manera podría llamarse el hecho de que se pierdan tantas y tantas vidas solo para que ellos pudiesen mantenerse en píe? ¿Su permanencia en este mundo valía tanto?
Forcé una sonrisa cuando escuché lo de “suicida” avanzando en dirección a ella los mismos pasos que esta retrocedía -¿Me dice suicida alguien que no está vivo del todo? Creo que debería considerar eso como una ofensa- Hablé con marcado sarcasmo y recelo, era evidente el desprecio que sentía a los de su raza, pero al tiempo me daba cuanta que había algo en que ella que era diferente, que simple y llanamente no encajaba con el estereotipo general, aunque claro, esto no mejoraba ni un poquito mi concepto sobre ella. Una vez más la vampiro tenía toda la razón, yo tampoco me había esforzado por volverle a atacar, y utilizar la excusa de estar esperando a que ella lo hiciese primero sería un descaro de mi parte –No soy un suicida. Simplemente no le temo a la muerte, es más, creo que debí haber muerto hace un par de años- Volví a curvar mis labios destinando para ella mi mirada más intensa mientras dejaba caer ambos brazos al lado y lado de mi cuerpo –No tengo los elementos necesarios para asesinarte en estos precisos momentos- Confesé soltando un largo y aburrido suspiro –Lo único que podría hacer es generarte un dolor diez veces más intenso que el que ahora estás sintiendo. Pero a la larga sobrevivirás y matarás más personas de las que tenías en el menú para esta noche-
La miré con incredibilidad, confiándome en el hecho de que ella no me atacaría, sino ya lo hubiese hecho… sería lo más lógico ¿No? –Antes de que huyas… ¿Puedo hacerte una pregunta?- Le cuestioné mientras ladeaba mi rostro, mantenido una prudente distancia entre mi persona y quien podría ser mi verdugo -¿Te sentiste un poco más viva cuando disparé a tu cuerpo? Mira que el dolor es una característica bastante humana-
-Sé lo que hago…- Apreté aquella improvisada “venda” que había puesto en mi mano, quejándome un poco del dolor al hacerlo. Dolía, y mucho, era un “humano” como bien decía ella, mi cuerpo no era tan fuerte ni resistente y tampoco tenía capacidades sobrehumanas para recuperarse, pero para haber sido una decisión tomada en un momento de ansiedad y frustración no había sido tan grave… -Y sé de lo que hablo. Tú no eres diferente a los otros, aunque actúes de manera extraña- Esto último lo dije mirándole directamente a los ojos. No podía dejar de hacerlo, un descuido podría salirme bastante caro y también, y más probablemente, le daría la oportunidad a la vampira de escapar de allí, porque eso quería ella, alejarse… Estaba cansado de verla retroceder, me desconcertaba cada vez que ella actuaba en contra de su naturaleza ¿Qué pretendía con ello?
-Te conozco y conozco a los de tu clase, me he topado con muchos, pero tienes razón en algo, nunca podré comprenderte, ni podré comprenderlos…- Hablé con la confianza obtenida solo a través de la experiencia, para mí, ella no era más que una criatura que se alimentaba cegando vidas humanas, una criatura que creía que su poder y fuerza justificaba sus acciones. Toda mi vida la pasé tras sujetos como ella, todos a primera vista diferentes los uno de los otros, pero con una sola cosa en común, y es esta la más importante. Su egoísmo, ¿De qué otra manera podría llamarse el hecho de que se pierdan tantas y tantas vidas solo para que ellos pudiesen mantenerse en píe? ¿Su permanencia en este mundo valía tanto?
Forcé una sonrisa cuando escuché lo de “suicida” avanzando en dirección a ella los mismos pasos que esta retrocedía -¿Me dice suicida alguien que no está vivo del todo? Creo que debería considerar eso como una ofensa- Hablé con marcado sarcasmo y recelo, era evidente el desprecio que sentía a los de su raza, pero al tiempo me daba cuanta que había algo en que ella que era diferente, que simple y llanamente no encajaba con el estereotipo general, aunque claro, esto no mejoraba ni un poquito mi concepto sobre ella. Una vez más la vampiro tenía toda la razón, yo tampoco me había esforzado por volverle a atacar, y utilizar la excusa de estar esperando a que ella lo hiciese primero sería un descaro de mi parte –No soy un suicida. Simplemente no le temo a la muerte, es más, creo que debí haber muerto hace un par de años- Volví a curvar mis labios destinando para ella mi mirada más intensa mientras dejaba caer ambos brazos al lado y lado de mi cuerpo –No tengo los elementos necesarios para asesinarte en estos precisos momentos- Confesé soltando un largo y aburrido suspiro –Lo único que podría hacer es generarte un dolor diez veces más intenso que el que ahora estás sintiendo. Pero a la larga sobrevivirás y matarás más personas de las que tenías en el menú para esta noche-
La miré con incredibilidad, confiándome en el hecho de que ella no me atacaría, sino ya lo hubiese hecho… sería lo más lógico ¿No? –Antes de que huyas… ¿Puedo hacerte una pregunta?- Le cuestioné mientras ladeaba mi rostro, mantenido una prudente distancia entre mi persona y quien podría ser mi verdugo -¿Te sentiste un poco más viva cuando disparé a tu cuerpo? Mira que el dolor es una característica bastante humana-
Bastian Leroy- Cazador Clase Media
- Mensajes : 39
Fecha de inscripción : 24/01/2013
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Re: I can't understand you (Priv. Évani)
Era curioso como aquellos prejuicios que albergué en algún momento ahora me alcanzaban. Claro, estos no fueron ni por asomo hacia seres sobrenaturales ya que de su existencia sabía desde hacía muy poco; pero siempre juzgué a las personas "diferentes". Si, ya sabía yo que en algún momento eso se iba a volver en mi contra, y de la peor manera tal cual sucedía ahora. Ahora, era yo la "diferente" ese ser al que pocos se acercarían de conocer su verdadera naturaleza; ese ser que tendría que ser desterrado de cualquier círculo social, ese a quien nadie debería incluso dirigir la mirada. Ironías de la vida. Cosas que sin embargo la lastimaban, por mucho que tratara de ignorarlas. Le hacía daño porque ahora más que nunca quería encajar, formar parte de algo que se le negó cuando era "humana", algo que le fue arrebatado injustamente; pero por lo visto sus deseos y la realidad eran incompatibles. Prueba de ello era el hombre que frente a ella la trataba como si fuera una paria. No, para él era solo un monstruo, una aberración de la naturaleza, alguien a quien se debía eliminar sin contemplaciones. Si estaba viva ahora fue solo por los rápidos reflejos que ahora poseía, no por la bondad que alguien pudiera mostrar hacia mí.
Alcé una ceja escéptica ante su comentario. Claro, recordaba aún lo que era dejarse llevar por sentimientos. El extraño actuó por impulso, y eso le llevó a fallar, de otra manera mi herida podría haber resultado fatal. Ladeé ligeramente el rostro mientras me preguntaba a cuantos de los que eran como yo habría dado fin. Por la seguridad que expresaban sus palabras me imaginaba que muchos más de lo que yo quería saber.-¿Así? ¿Y qué es lo que te hace pensar que no soy diferente?-Tenía que admitir que sus palabras me habían picado la curiosidad, y olvidaba de momento el apetito que aún sentía y claro...el dolor supurante de la herida; este último lo ignoraba a propósito...-No nos comprendes y sin embargo me clasificas dentro de un grupo que obviamente odias; ¿Cómo es posible eso? creo que resulta un poco contradictorio el emitir un juicio sobre algo que no se comprende realmente.-Me encogí de hombros, e intenté comprender su lógica. Claro que en el fondo sabía a lo que hacía referencia; pero ganar tiempo y aprovechar un descuido para irme de allí eran mi prioridad ahora, antes de cometer un asesinato más, del que me arrepentiría bastante.
La manera en que hablaba de asesinar a alguien, hacia que se me erizara la piel. Vale, yo había matado es verdad; pero nunca con premeditación, jamás planeé un ataque a alguien a quien consideraba indefenso. Sus ideas me asqueaban, yo no consideraba el quitar la vida tan fríamente, si bien mis instintos me arrastraban a hacerlo yo no encontraba el menor placer en acabar con alguien ¿Y yo era el monstruo? -No seas estúpido-Espeté empezando a sentirme cansada de la situación.-¿En verdad crees que lograrás eso sin un arma? Pobre iluso...-Mientras mi apariencia era indeferente, por dentro empezaba a sentirme desesperada. Él había tenido razón, estaba sedienta, demasiado aún después de haber bebido del otro humano; pero me negaba a rendirme a mis instintos frente a él.
-¿Qué te hace pensar que el dolor es lo único que puedo experimentar?-Ladeé el rostro contemplándole por un instante. Finalmente solté mi agarre haciendo una mueca de dolor, esto se había prolongado lo suficiente y yo estaba deseosa de irme de allí-Apártate de una buena vez-Indiqué con firmeza, si no me dejaba otra alternativa iba a manipularlo cual títere; detestaba hacer uso de ese tipo de habilidades mentales, pero no me dejaba otra alternativa y realmente no queria hacerle daño. A pesar de sus ideas retrógradas, no creía que mereciera la muerte y menos por mis manos.-Definitivamente tengo cosas más interesantes que hacer que mantener esta absurda charla...y no, antes de que preguntes, no voy a ir a asesinar a gente por docenas. Lejos de lo que puedas creer, algunos de nosotros, atendemos a varios negocios en la ciudad.-La verdad es que quería llegar a casa, sentirme segura para poder sanar pronto.
Alcé una ceja escéptica ante su comentario. Claro, recordaba aún lo que era dejarse llevar por sentimientos. El extraño actuó por impulso, y eso le llevó a fallar, de otra manera mi herida podría haber resultado fatal. Ladeé ligeramente el rostro mientras me preguntaba a cuantos de los que eran como yo habría dado fin. Por la seguridad que expresaban sus palabras me imaginaba que muchos más de lo que yo quería saber.-¿Así? ¿Y qué es lo que te hace pensar que no soy diferente?-Tenía que admitir que sus palabras me habían picado la curiosidad, y olvidaba de momento el apetito que aún sentía y claro...el dolor supurante de la herida; este último lo ignoraba a propósito...-No nos comprendes y sin embargo me clasificas dentro de un grupo que obviamente odias; ¿Cómo es posible eso? creo que resulta un poco contradictorio el emitir un juicio sobre algo que no se comprende realmente.-Me encogí de hombros, e intenté comprender su lógica. Claro que en el fondo sabía a lo que hacía referencia; pero ganar tiempo y aprovechar un descuido para irme de allí eran mi prioridad ahora, antes de cometer un asesinato más, del que me arrepentiría bastante.
La manera en que hablaba de asesinar a alguien, hacia que se me erizara la piel. Vale, yo había matado es verdad; pero nunca con premeditación, jamás planeé un ataque a alguien a quien consideraba indefenso. Sus ideas me asqueaban, yo no consideraba el quitar la vida tan fríamente, si bien mis instintos me arrastraban a hacerlo yo no encontraba el menor placer en acabar con alguien ¿Y yo era el monstruo? -No seas estúpido-Espeté empezando a sentirme cansada de la situación.-¿En verdad crees que lograrás eso sin un arma? Pobre iluso...-Mientras mi apariencia era indeferente, por dentro empezaba a sentirme desesperada. Él había tenido razón, estaba sedienta, demasiado aún después de haber bebido del otro humano; pero me negaba a rendirme a mis instintos frente a él.
-¿Qué te hace pensar que el dolor es lo único que puedo experimentar?-Ladeé el rostro contemplándole por un instante. Finalmente solté mi agarre haciendo una mueca de dolor, esto se había prolongado lo suficiente y yo estaba deseosa de irme de allí-Apártate de una buena vez-Indiqué con firmeza, si no me dejaba otra alternativa iba a manipularlo cual títere; detestaba hacer uso de ese tipo de habilidades mentales, pero no me dejaba otra alternativa y realmente no queria hacerle daño. A pesar de sus ideas retrógradas, no creía que mereciera la muerte y menos por mis manos.-Definitivamente tengo cosas más interesantes que hacer que mantener esta absurda charla...y no, antes de que preguntes, no voy a ir a asesinar a gente por docenas. Lejos de lo que puedas creer, algunos de nosotros, atendemos a varios negocios en la ciudad.-La verdad es que quería llegar a casa, sentirme segura para poder sanar pronto.
Évani Rivoire- Vampiro Clase Media
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