En mi morada descansarás [Summer J. Abadie]

Era hora de que diera la bienvenida a su primera adquisición, una vampira fogosa para su gusto, pero asesina como para él, la chica tenía esa chispa de goce por lo oscuro y lo bajo que al Arcángel le resultaba interesante, por eso mismo le había escogido, tenía un gran potencial que deseaba explotar al máximo como nunca antes, quizá descubrir su esencia interior, dejarle experimentar lo que un verdadero Nosferatu experimenta al disfrutar en plenitud de sus ventajas inmortales, esperaba que la mujer estuviera lista y dispuesta para esto, pero que aceptará ese trato macabro era la perfecta señal para dejar que todo fluyera en sí, la casaba estaba preparada a medias en a lo que comodidad se refería, todos los cuartos poseían camas nuevas y se encontraban limpias, en si lo único descuidado de dentro de la mansión era la cocina, por motivos obvios, nunca se usaba, quizá en un futuro las vampiras de Morte deberían encargarse de la decoración interior, ya que la exterior no debía ser cambiada, ni un mínimo detalle, así era realmente perfecta.

Confiado de haberle dado bien las indicaciones de como llegar en su carta bajó al gran portón principal a esperarle, más la vampira demoro un poco más de lo esperado, así que decidió recorrer las lápidas cercanas a la mansión, conocía los nombres, los diseños, pero simplemente distraían su mente, tan góticas, tan llamativas, tan excéntricas, tan sucias y antiguas. Sin duda alguna, imposible concebir que un simple humano que podía llamar muertos estuviera en control de tan preciado lugar, por eso mismo se lo arrebato, y no so lo eso, le castigo con el fin de su existencia, y volvió su fosa tan solo parte de la decoración trasera del lugar, mansión Morte, de esa forma le bautizo una vez la hizo suya. Levantó la vista al sentir ya la presencia a unos metros, se adelantó hacia los árboles que capturaban el camino de tierra seca que llevaba a la entrada de lugar, apoyó el cuerpo en el derecho y su visión clavó en el horizonte esperando divisar a la vampira que había estado esperando ya desde hace unos minutos.

Y así fue, los casquillos de un caballo se escuchaban y también ruedas girar, la vampira llegaba, se levantó de su apoyo y se acercó ante el vehículo, abrió la puerta desde fuera dejando ver así a su ahora acompañante mortuoria, le ayudo a bajar, en cuanto los pies de la vampira tocaron el piso le hizo avanzar hasta entre los árboles, giro el rostro y con una señal de sus dedos la carroza dio marcha atrás y desapareció entre la oscuridad de la noche, su sonrisa torcida de siempre se mostró de par en par Bienvenida a la mansión Morte, donde los muertos andamos y los vivos yacen enterrados o maniatados - susurró dejando escapar una risa gutural al compás de los cuervos que despegaban de entre los árboles que les rodeaban.

Se quedó observando y escuchando a la mujer tras unos segundos se dio cuenta de su fallo - Entiendo, espéreme un momento - desapareció de su delante, para quedar delante de la carroza, hizo un movimiento con el dedo y a sí el móvil dio marcha atrás hasta volver a la entrada de la vieja Mansión, el conductor lucia nervioso pero ignoro eso, no lo mataría - Puede sacar sus cosas entonces o mejor - abrió ambas puertas y tras una mirada al conductor este se bajo y llevo las maletas con cuidado hacia dentro de la casa, el portón principal se encontraba abierto, una vez todas quedaron en el segundo piso una ultima orden mando a alejarse al humano que no había mostrado signo de vitalidad en todo el trayecto que fue dominado por el Arcángel - Veamos, le enseñare donde se pierde la evidencia - susurró el Arcángel al oído de su Possesion - Para ser exactos, es donde se entierran los restos de los humanos que no "aguanten" los juegos, creo que se entiende perfectamente - le sonrió con perversión mientras avanzaba hasta el lugar con ella a un lado y a su misma altura - Acá no tenemos sirvientes humanos, no durarían...Mucho tiempo, a sí que el juguete que quede estropeado, aquí debe quedar enterrado - giro tomando su cintura para que haga lo mismo - Volvamos dentro de la casa, hay mucho más que aún no se contó - volvieron ambos hasta entrar dentro de ella.

Se encontraban ya en el salón principal de la entrada, la vista del vampiro se clavo inquisidora en la salida al patio trasero - Allí descansa algún ser, y un secreto que hace caer a cualquiera - menciono con sus orbes en dirección derecha, avanzo nuevamente tomando su cintura hasta llegar frente a una lápida con una gran cruz - Puede ser que aquí descanse un viejo Druida - sonrió torcido para luego seguir avanzando con ella de la misma forma, hasta el fondo le soltó para que siguiera avanzando y justo antes de que cayera sujetó su hombro - Fije bien, donde pisa, observe cada centímetro, la muerte es una trampa en si misma- retrocedió sin soltarla y con total tranquilidad silencio ingreso de nuevo a la mansión con la vampira, le llevo hasta las escaleras y en cuanto subieron allí se encontraban las maletas, tomo una y tras lanzarle una mirada comenzó a hablar - Elija una habitación en la cual desee descansar y guardar lo que es suyo,todas son libres menos la del medio, ya que es la mía, puede darse la libertad entre todas las demás sin embargo, espero que alguna sea de su gusto, todas tienen algo diferente, que la monotonía en la inmortalidad nos lleva al fracaso - En cuanto la mujer se detuvo en lo que parecía su elección definitiva, se acerco con la única maleta que tomo e ingreso al lugar con esta dejándola sobre una larga mesa - Espero que entonces este espacio este a su medida señorita, oficialmente mi Possesion, queda sellado su trato, usted es mía y sus deseos míos, he de intentar satisfacerlos como si fueran míos a la medida que mi propia esencia me lo permita -