Buscando diversión +18 [PRIVADO]

por **Kiara Ridrick** Jue Mar 08, 2012 7:33 pm

La estancia en Paris había comenzado hace apenas un par de semanas y hasta entonces le iba bien con mi esclava pero ella no podía darle lo que ahora estaba deseando… un buen hombre con un gran miembro que la penetrara sin piedad… Con ella esclava podía recibir embestidas gracias a sus juguetes de mármol pero no era lo mismo….

Hasta el día de hoy, bueno la noche de hoy había sobrevivido de la sangre de ella mas alguna que otra victima por la calle pero no todos los hombres y mujeres que raptaba no estaban preparados para recibir sus atenciones, unos latigazos y ya estaban desmayados…

Después de vestirse con la ayuda de su esclava para que le ciña bien el corset rojo y la falda la obliga a besarla.
-Esta noche no me esperes despierta-le dice acariciando el pelo de la muchacha
-Sí mi señora…-la chica apenas era capaz de mirarla a los ojos por lo que aprovechó para levantarle el rostro y tras obligarla a besarla comenzó a acariciar el cuerpo de la chica. Sus manos continuaron jugando y cuando el reloj dio la hora de salida la agarro y la llevo a su habitación donde la cerró con llave.

La muchacha era buena aunque apenas estaba aprendiendo y no quería asustarla dandole largas y fuertes sesiones por lo que extrañaba sentir los gritos de auxilio, las lagrimas de dolor y la sangre derramada.

Caminando por las calles encontró a varias parejas pero su mente estaba centrada en ir a un lugar y apenas les prestó atención. Varios minutos después encontró el local y tras entrar se sorprendió con la ostentosidad del mismo. Estatuas y cortinas en dorado y rojo, una zona de sofás donde los contratistas esperaban a ver que cortesano decidían y un lugar de barra donde estaban los últimos.

Con la bolsa de juegos en la espalda y cerrando la puerta con un portazo para ser bien vista comencé a caminar por ella, descartando algunas mujeres y hombres, unos demasiado débiles, otros demasiado borrachos y otros demasiado drogados. “¿Dónde están esos cortesanos fuertes y musculosos de los que hablan en las calles?

por **Alejandro Garay** Vie Mar 09, 2012 3:06 pm

La noche se presentaba muy caliente para Alejandro.
Sí, os preguntaréis, ¿Y cuándo no? Pero no siempre era él el que se sentía caliente antes de si quiera que comenzase la 'función'. Y esa vez sí lo sentía. A veces le ocurría. Por alguna extraña razón, al despertarse, algo en su cuerpo se despertaba y al final acababa agotado además de con sus expectativas completamente cumplidas. Tal vez solo era una especie de sexto sentido, como el que tenían las mujeres. Todo podía suceder con ese hombre, tan predecible que era algunas veces y, al mismo tiempo, tan impredecible en otras. Cuando esa tarde abrió los ojos, simplemente lo supo. Y cuando, después de asearse y arreglarse bien coqueto apareció en el burdel, sus ojos empezaron a buscar una buena presa con la que jugar aquella noche. Tenía ganas de una sola que fuese capaz de ayudarle a desahogarse todo lo que necesitaba su cuerpo, especialmente teniendo en cuenta los días que llevaba sin sexo. Cuatro. ¿Cuánto era el récord desde que se había unido a aquellos vicios de la noche? Una semana, como muy mucho. Definitivamente nunca pasaba tanto tiempo sin sexo. ¿Me habré vuelto ninfómano?. Rió al tener ese divertido pensamiento. ¿Cuándo no lo había sido? Siempre había disfrutado del sexo, aunque con su segunda esposa había aprendido a aborrecerlo. Con ella. Por otra parte las amantes que había conseguido, muy de vez en cuando, sí le habían dado placer. En definitiva, nunca había dejado de desear el acto sexual.

- Whisky doble - Saludó a Christine, la tabernera del turno, sabiendo que ya empezaban a hacerse familiares y conocía sus gustos. Con el vaso en la mano caminó hacia una de las paredes, ligeramente alejada de todo el barullo que había en el centro del local, pero que al mismo tiempo le daba la visibilidad que quería para poder encontrar lo que buscaba. Dio un sorbo. Empezaba la noche.

por **Kiara Ridrick** Sáb Mar 10, 2012 8:36 am

Estaba empezando a ponerse de mal humor, no había ningún cortesano que estuviera a la altura de lo que deseaba e iba a tener que resignarse con tomar un par de los que estuvieran menos ebrios, tomando como consecuencias que su juego no fuera del todo como deseaba. Dudaba en si hubiera sido una buena idea el venir y comenzaba a mirar a los cortesanos que estuvieran mas o menos lucidos, fijándose en dos flacuchos con la mirada un poco ida.

Pero cuando su mirada se dirigió a la puerta y se fijo en el hombre que por allí entraba su boca se hizo agua, sus colmillos crecieron y se empezó a humedecer pensando en lo que podría hacerle. Lo siguió con la mirada, viendo como al entrar se dirigió a la barra y pidió una bebida. Su voz sonaba mayor pero sexy y estaba cada vez mas deseosa de hacerlo gemir y gritar su nombre.

La bebida era algo que no le gustaba para sus juguetes, estos se volvían lentos y los hacían mas vulnerables a sus juegos y su sangre se volvía de un sabor amargo. No esperó mucho a que bebiera y tras el primer trago que dio se acercó caminando lentamente con su contoneo de caderas hasta quedarse frente a el.

Cuando llegó a su altura observó como su pelo estaba un poco moteado en blanco, su barba de varios días le daba un toque aun más sexy y esos ojos que la miraban no podía evitar humedecerse aun más.

-Buenas noches señor-lo miró con su mejor sonrisa-¿Estáis disponible para mi hoy?

por **Alejandro Garay** Jue Mar 15, 2012 7:10 am

Aun estando en una de las esquinas, apartadas del centro, Alejandro podía notar varias miradas sobre él. Todo él. Y es que pocas veces pasaba desapercibido allá a dónde fuera porque si se destacaba por algo, a parte de su 'gran' personalidad, era su gran físico a sus cuarenta años de edad. ¿Quién lo pasaría por alto? Su inflado ego lo tenía demasiado claro e incluso él mismo se admiraba con discreción, claro que, cuando observaba a otra belleza no era de los que se creía el único en el mundo. Y en ese mismo momento había una de esas que acababa de entrar en el lugar. Una morenaza con curvas y poca ropa que dejara a la imaginación lo que había debajo. Sus ojos no pudieron evitar desviarse en su dirección, muy disimuladamente, la observó mientras era ella quien parecía estar buscando algo. O a alguien. Sonrió para si mismo dando un sorbo a la copa que tenía en su mano. ¿Por qué sonreía? Porque acababa de ver por el rabillo del ojo como la despampanante mujer caminaba cada vez más en su dirección y su alto ego le permitió adivinar hacia quién se estaba dirigiendo.

¿Estáis disponible para mi hoy?
Escuchar eso fue como música para los oídos del cortesano ¡Ah! Todavía no sabía cómo podía tener tanto éxito allí en París ni recordaba el si siempre lo había tenido o era eso de que con la edad mejoraba. Algunas mujeres se lo habían comentado. Cosa que él nunca se había planteado ¿Cuándo empezó a valorarse de verdad? Tal vez, nunca lo había echo. - ¿Qué podría querer una dama tan bella de alguien como yo? - Una pregunta retórica ya que ambos sabían lo que el uno quería del otro. Sin embargo, los juegos preliminares era algo que le gustaba practicar de vez en cuando. - Aunque, nadie a reclamado mi atención hasta el momento - Más concretamente, nadie había captado su atención por su parte ya que con solo una mirada había recibido más de dos indirectas. Pero para que el 'contrato' se hiciese válido, obviamente necesitaban la aprobación de ambas partes. En este caso, tenía bastante posibilidad de tener la suya.

por **Kiara Ridrick** Vie Mar 16, 2012 9:40 am

Sonríe al escuchar sus palabras e intenta que sus colmillos no sean visibles, intentando no asustar a su futuro “juguete”.-Sexo, placer…aunque no creo que seais capaz de complacerme, busco alguien dispuesto a todo-le dice con una sonrisa intentando tentarlo para que el mismo al final acabara ofreciéndose a sus mas oscuros deseos mientras uno de sus manos acariciaba el tórax del humano, notando la dureza del cuerpo bajo ella.

Con el tacto miles de imágenes le vinieron a la mente y sabía que ese iba a ser un hombre muy interesante en su vida, pues si todo saldría bien lo frecuentaría mas seguido para así poder desatar sus pasiones.

Esas palabras del cortesano hicieron que se tensara un poco pues era el único que parecía estar lo suficientemente lucido y fuerte como para aguantar sus juegos. ¿Qué no había reclamado su atención? Eso lo dudaba pues ella siempre al fin y al cabo siempre acababa llamando la atención de todos los que andaban a su alrededor y sutilmente influyó en el humano para que se sintiera mas atraído por ella y comenzara a excitarse, haciendo que una sonrisa socarrona se colocara en sus labios.

-Bueno señor, ¿tan seguro estáis de que no he reclamado su atención? Le puedo asegurar que no soy como todas las mujeres simples y sosas con las que ha estado…-le dijo manteniéndose frente a el mientras seguía mirando sus ojos.

por **Alejandro Garay** Dom Mar 18, 2012 7:00 am

¿Alejandro no ser capaz de complacerla?
Eso sí era un buen chiste, que casi le hizo soltar una carcajada. Carcajada que se guardó solo para no resaltar el buen ego que tenía; aunque ¿Cómo no tenerlo? A su edad no recordaba haber fallado en la cama ni una sola vez. Sin exagerar. Sabía que llegaría el momento en el que no daría más de si pero, independientemente de que no le gustaba pensar en eso, él en su fuero interior se sentía todavía como un jovenzuelo y sabía que todavía le quedaba mucho por dar. Estaba echo un roble tanto física como mentalmente y por ello le encantaba demostrar su jovialidad allá a dónde fuera o con quien fuera.

Notó la mano ajena sobre su pecho incluso antes de que se posara encima, o eso habría jurado. Una mano de dedos largos y finos, con uñas ligeramente largas, perfectamente pintadas y cuidadas. Impecables. Las suyas, por otra parte, eran unas manos más grandes y ásperas de uñas para nada cuidadas. Nunca había sido un hombre que se cuidase en exceso las manos debido a los trabajos de campo que había realizado desde jovencito. Sonrió, sintiendo como un ligero calor empezaba a recorrer su cuerpo. Desde la punta de sus extremidades hasta el centro de su cuerpo; sobretodo en el centro de su cuerpo. "Rápido efecto el de Whisky". Pensó automáticamente, ya que no se había tomado otra cosa que pudiese hacerle un efecto de esas cualidades y tan rápido. Inclinó hacia delante su cuerpo, justo en el momento que ella dejó la pregunta en el aire, posiblemente esperando que él la contestara. Colocó su mano libre sobre la que ella le había puesto en su pecho y, al mismo tiempo que la atraía hacia él, aterrizó con sus labios en el oído ajeno. - Para empezar, llámame Alejandro - Le dio un pequeño y nada sutil mordisco en esa sensible zona - Y continuando...¿Qué es eso que te diferencia de las mujeres con las que he estado? - Rió, tentándola. Le había asegurado ser muy diferente de las 'simples y sosas mujeres con las que había estado' -Citado texturalmente.- por lo que sus motivos tendría que tener. Y él ya estaba milagrosamente empalmado.

por **Kiara Ridrick** Sáb Mar 31, 2012 2:51 pm

Kiara sonrió al notar que él se podría haber ofendido al mencionar que podría no satisfacerla, hoy en día era difícil que los humanos aguantaran todos sus juegos pero ese hombre, por su constitución, su mirada y luego al ver sus grandes manos le dieron una pequeña esperanza. Aun veía como cargaba el vaso de whisky y con un rapido movimiento se lo saco de las manos dejándolo en una mesa cercana.

Su tacto se sentía calido contra su mano y las palabras contra su oído hizo que su cuerpo se estremeciera, aumentando los temblores de placer el mordisco en su oído. “Si el hombre pensara en los mordiscos que le daré luego…entonces si que será él quien tiemble de placer”

-Alejandro…curioso nombre para un cortesano-le dice lamiendo la mejilla del humano y haciendo rozar sus colmillos con la mandibula de este.-Mi nombre es Kiara, puedes llamarme así o ama…te lo dejo a tu elección querido.- Le dijo alejando de nuevo su rostro del suyo mientras comenzaba a reir. Concentró su poder en hacer que la erección del humano se volviera mas erecta, su miembro mas duro y así que su deseo por ella aumentara

A su mente volvieron a venir las formas en las que quería disfrutar de él, su sangre, su miembro erecto entre sus piernas…-Soy una mujer exigente, placer, dolor y sangre… es lo que os ofrezco. Puede ser que a lo mejor algunas cosas las noteis muy extremas pero cualquiera que este conmigo como minimo le garantizo un orgasmo-le dice riendo y guiñandole el ojo a medida que le daba un pequeño mordisco en la mandibula, sin clavar sus colmillos que solo deseaban ahora mismo perforar la piel y saciar su sed.

por **Alejandro Garay** Sáb Abr 14, 2012 1:01 pm

Esa mujer era extraña...
Extraña, sensual & a Alejandro le estaba poniendo cada vez más cachondo sin saber el motivo. Tenía unas buenas curvas, llevaba una ropa sugerente y era deseable, sí ¿Pero tanto como para estar así de excitado? Lo cierto es que no. Más él, que tenía un auto control bastante fuerte y no estaba acostumbrado a dejar ver su excitación a la primera de cambio. Tal vez fuese el alcohol... Lo cierto es que no podía bajar la inflamación sin estimulación. La mujer, Kiara había dicho que se llamaba, se había presentado entonces justo en el momento oportuno. No pensaba negarse a una buena noche de sexo con alguien como ella, aún sin excitarse de buenas a primeras, más ya que se le presentaba la situación...

Sonrió, ante su pícara sugerencia de que la llamase Ama. ¿Se pensaba que iba a conseguir su sumisión de buenas a primeras? Era un prostituto que vendía su cuerpo, pero no tenía porque obedecer sin poner interesante el juego. Se excitó, aún más, cuando la mujer mordió suavemente su mandíbula. Ahí fue cuando notó unos colmillos especialmente puntiagudos y, aunque no se había parado a mirarlos con atención, empezó a olerse lo que podría estar ocurriendo. - ¿Puedes prometer un orgasmo dices? - Rió, en un tono ligeramente burlón. Se inclinó hacia delante y rodeó con uno de sus brazos la cintura ajena, volviendo a pegarla contra su cuerpo. Hizo énfasis en su entrepierna, que quedaba sobre el vientre ajeno. Aproximádamente. - Pensé que era yo el que tenía que prometer el mínimo de un orgasmo, Kiara - Pronunció con especial deleite su nombre, en una caricia provocativa. La mano libre fue a parar al rostro femenino. Con el dedo índice, empezó a acariciar su mejilla hasta aterrizar en la comisura de su labio inferior. - ¿Nos vamos? - Tenía una ligera idea de lo que era ella y cómo se relacionaba con su repentina excitación, además de esa sinceridad y esos gustos tan... extravagantes. Por así definirlos. Más no pensaba revelarlo, por el momento.

por **Kiara Ridrick** Jue Abr 26, 2012 8:29 pm

Kiara sonrió pues algo le decía que el hombre estaba entendiendo por donde iba a acabar la noche, sonriendo aun mas al notar como la abrazaba haciendo que mostrara sus afilados colmillos. Si el hombre supiera que podría hacerlo llegar con un pensamiento… Una idea perversa le llegó a la mente y siguió enviando excitación al caballero para que cuando estuvieron con los cuerpos juntos el miembro de Alejandro no pudiera aguantar y terminara dentro de su propio pantalón. No pude evitar reirme a la vez que le daba un nuevo pequeño mordisco en su mandíbula.-Alguien esta demasiado ansioso...

Sabía que no le habría gustado al chico la sensación y lo que había pasado pero tenía que dejar las cosas claras en cuanto a quien dominaba a quién. Cuando sintió el dedo en la comisura lo hizo introducirlo en la boca para darle un leve rasguño con sus colmillos y lamer la sangre que de ahí salía para poder ver si era de buena calidad.-Excelente calidad… vámonos entonces…

Tomé con una de mis manos la bolsa que había dejado caer, la colgué en un hombro y con la otra mano le di una rápida caricia al ahora ya flácido miembro del hombre pero debido a la continua excitación que seguía mandando pronto estaría recuperado…

por **Alejandro Garay** Miér Mayo 23, 2012 12:11 pm

"Alguien está demasiado ansioso..."
¡Sí, claro! Bien sabía ella que no era -Completamente.- cosa suya. Alejandro no era un hombre impotente ni que necesitara ayuda para excitarse, pero tampoco era de los que se ponían duros con solo una mirada. No siempre. Alguna vez le había pasado, con mujeres excesivamente 'calientes', que lograban hasta traspasar esa sensación. Ese no era el caso. La mujer estaba tremenda, para que negarlo, y sus prendas no cubrían lo que debería. Alejandro podía ver parte de sus excelentes curvas. Aún así, no era de las que empalmaban ipso facto. Con una o dos caricias.. posiblemente. Sin esa 'ayuda' extra que le había dado y que él supuso, no habría conseguido calentarlo y enfriarlo con esa extremada rapidez. Para cuando ella dejó de fijar sus ojos en él, su miembro dejó de estar erecto. Esto no debe ser bueno, pensó mientras caminaba a su lado en dirección a alguna de las habitaciones.

Pasó por alto el comentario que hizo sobre algo que tenía que ver con él y que era de "buena calidad". Cada vez estaba más seguro de qué era la mujer. Y eso no le impedía sentirse atraído por ella, estaba seguro de que para excitarlo tan rápidamente sí había utilizado su ¿Poder? -No estaba seguro de cómo llamarlo.- pero en cuanto a la atracción no le hacía falta ningún tipo de hechizo. Se planteó unos segundos a dónde llevarla, ella caminaba delante aún sin saber a dónde tenía que ir. Enseguida, se colocó en su puesto. - Iremos a mi habitación, madame - Le mostró una sutil sonrisa pícara mientras, sin darle importancia, agarraba su mano más próxima descuidadamente. Su propia habitación sería lo mejor si aquella 'sesión' iba a ser tan dura como sus palabras habían prometido. No querrían ningún tipo de interrupción; aunque a veces habían resultado en extremo divertidas. Para Alejandro.

Escaleras arriba, prácticamente al fondo, llegaron a su destino. Inmediatamente la soltó en el interior y procuró cerrar la puerta. Entonces vio, de reojo, que se había dejado la cama sin hacer y que -Por ende.- tampoco había cambiado las sábanas. - Creo que olvidé limpiarla - Murmuró más para sí, ignorando a la mujer. Rascó su nuca, pensativo. ¿Qué hacer? Le daba pereza ponerse a cambiar las sábanas y, por otra parte, a la clienta podría disgustarle estar sobre sábanas sucias. Aunque, a lo mejor, la cama no sería el sitio más concurrido aquella noche.

por **Kiara Ridrick** Miér Mayo 30, 2012 5:26 pm

Sonrió perversamente cuando sintió la calida mano tomar la suya, sabía que el chico estaba ahora mas que interesado y en parte agradeció que la guiara aunque su intención era bajar a la zona de los juegos mas picantes pero no estaría mal jugar en un dormitorio y hacer una apuesta mental en cuanto tardaba en destrozarlo.

Se dejó llevar hasta la habitación, subiendo por las escaleras y entrando para verla toda desordenada. No es que Kiara fuera de las chicas obsesionadas con la limpieza pero le gustaba estar en un lugar ordenado por lo que lo miró y asintió.-Será mejor que recojas un poco antes, me gusta tener las cosas ordenadas antes de jugar…-le dijo mostrandole su bolsa de juegos y sentandose en un sillón al lado de la chimenea mientras observaba divertida al hombre. Para “ayudarlo” comenzó a mandarle olas de placer y deseo mientras tomaba una copa de vino que encontró entre el desorden.

En su mente comenzaron a pasar mil imágenes de las posibilidades que tenia la habitación, la cama con dosel parecía un buen lugar para atarlo y luego azotarlo. La alfombra de delante de la chimenea parecia mullida y comoda y la copa de la que acababa de beber, ah esa copa contendría mas tarde la mejor de las bebidas.

-¿Traes aquí a muchas mujeres a tu dormitorio?-preguntó mientras aprovechaba y le daba una cachetada en su trasero aprovechando que se había acercado a ella.

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