Mi destino ere tu [Privado]

por **Lust S. Zirkus** Jue Mar 08, 2012 11:47 pm

Estado del clima: El cielo se encuentra completamente abierto, sin ninguna nube de por medio. La Luna se encuentra en su fase última que es. Luna llena.

Mi ceño estaba fruncido un poco, me habían dado días libres, días para recupérame, solo por una simple cortadita que tenía en mi costado por culpa de unos de los inútiles de mi equipo que se equivoco de blanco y me dio a mí, pero por suerte mire, pero no alcance a esquivarlo por completo dándome en mi costado derecho. Mi hermano se volvió loco casi mata al que me hirió por suerte mi amada no se entero, pero cuando se entere espero que no me riñe como un crio, pero si lo hace de ella acepto eso y más cosas, pero ahorita me encontraba en mi casa, sentando en un placentero sillón, que nos había regalado una señora antes de irse de viaje, aunque yo no quería, era de ella, pero insistió tanto que no tuve más remedio que aceptarlo, aunque cuando me sentaba me sentía un poco raro, no sé, tal vez porque nunca había tenido un sillón como estos, porque era, tan cómodo decir verdad, cierro mis ojos, mi mente viajaba al pasado, donde apenas era un crio, donde está bien con mi hermano, mi madre vivía, era una familia perfecta, pero desde que mi abuelo había pisado nuestra casa, se hizo un infierno tanto para mí como mi familia, nunca se lo iba a perdón que por su culpa soy asi, soy de este modo por alejarme de mi familia-Maldito vegete de mierda….-Dije, en fin nadie estaba en mi casa, asi que podía hacer cualquier cosa que quisiera, una fiesta, meter mujer….pero como no soy asi, me pondré a leer una poesías, quería aprender a decir cosas hermosa, cosas tiernas, desde que la tengo a mi lado, Atenea, mi gitana hermosa, a la persona que verdaderamente me conoce, a la que no importa que sea una amargado, aunque con ella no soy, ella ha cambiado la forma de ver la vida, ahora tengo un motivo para seguir adelante y es ella-Atenea…-Susurre su nombre, parándome con cuidado, todavía me dolía aquella herida, apenas antier me la había hecho.

Llegue a donde se encontraban los libros, mire uno por uno, por su portada, aunque prácticamente todos me los había leído ya, me gusta mucho leer, pero ahora estaba buscando otra cosa, esperando de que encontrara un libro, un libro apasionado, un libro donde hable de amor. Pase un par de minutos buscando pero no hallaba uno, hasta que por fin y casi al final de estante encontré uno-Mmm…Este no me lo había leído-Susurre, tomándolo, viendo su portada, no era muy grato para a mí, pero decía algo de amor, asi que….asi que lo leeré y a ver qué saco de esto. Regrese a donde estaba sentando, me depositándome en aquel sillón de color crema, abrí el libro y lo empecé a ojear, casi no me gustaba estos tipos de libros, no sé, se me hacia un poco aburrido, pero ahora creo que si me servirá.

Situé mi vista en una pequeña poesía que me llamo la atención, cruce mis piernas, eleve el libro y empecé a leer el primero párrafo-Los dos estamos idos de la mente, desde que nos queremos, desde que nos amamos-Dije con voz fuerte, sonriendo ligeramente, después volví a leer el segundo párrafo-Estamos como locos de remate de tanto que nos vemos y nuestro amor nos damos-Mi sonrisa se quito, al leer el segundo párrafo eso me había agradado tanto, pero quien quita que pueda ser también lo que nos pasa a mí y a mi gitana-Pasamos días y noches siempre juntos gritando pero fuerte que nos queremos mucho la gente nos apunta con el dedo pero qué nos importa yo de eso nada escucho-La sonrisa que había tenido hace rato volvió a mi rostro, me gusto el tercer párrafo, aunque todavía no habías hecho nosotros…que tal si lo gritamos, me carcajeo un poco y termine de leer el último párrafo.

Cerré el libro y lo puse sobre mi muslo, cerrando mis ojos y recargándome por completo en aquel sillón, me gusto mucho esos párrafos, abrí los ojos mirando el techo ahora con esto me dieron ganas de visitar Atenea-Te extraño mucho Atenea, tengo muchas ganas de verte-Susurre, desviando mi mirada hacia la ventana, donde el sol estaba pegando, su cielo estaba limpio, ninguna nubes de por medio, pasando mi mano izquierda por aquel vendaje, deje el libro en la mesita de lado derecho, levantándome, iba a escribirle una carta, para que viniera a mi casa, no podía estar sin ella otro día mas, necesitaba verla no podría salir de casa, pero ella si puede venir, claro si esque no está ocupada. Me encamine hasta el despacho que compartía con mi hermano, mis pasos eran lentos, parecía una tortuga con este paso, bufe un poco. Pero en fin, llegue al susodicho despacho, abriendo las puertas, mirándolo, estaba completamente arreglando, claro, gracias a mí, porque cuando mi hermano lo utiliza uf, para que les cuento. Ingrese al despacho, yendo al escritorio, corro un poco la silla y me siento en ella, paso un poco de saliva me había cansado un poco, solo un poco, observe el escritorio, tenia lo necesario para escribir, hojas, una pluma y una tintero. Tomo la pluma y la hundo en la tinta, mirando que se moja un poco, y empezando a escribir sobre la hoja.

Es raro que mande este tipo de “notitas” pero por ser tu, mi gitana hermosa, te lo mandare, no sé cómo empezare ni tampoco sé como terminara, solo pido que le entiendas ¿De acuerdo?

Bueno, hace días que no nos vemos Atenea, por una cosa u otra ambos estamos ocupados, pero como a mí me dieron Vacaciones por ciertas cosas, que cuando vengas te contare, no te preocupes no es nada grave, según para mí no es grave. Espero que de verdad no estés ocupada, porque tengo muchas ganas de verte, de que estés entre mis brazos, hablar contigo, necesito que me consigues, que me digas cosas, no se simplemente estar a tu lado. Lo malo para mi, esque no puedo salir de casa por ordenes, cuando vengas sabrás del porque te lo digo. Bueno si no estás ocupada, te espero en mi casa, a las cuatro de la tarde. Espero que vengas cuanto antes, porque de verdad te extraño mi gitana hermosa, de acuerdo, ya no diré nada más, porque si no….sabrá dios cuando termine, solo para esto te mando esta pequeña nota.

PD: Vente con cuidado, no quiero que te pase nada, pero por si cualquier cosa que pasa, el que te entregara la carta estará acompañándote hasta mi casa, no quiero que te pase nada de verdad, si te llegara a pasar algo nunca me lo perdonaría, eres lo que más amo, ahora sí, te espero.

Zirkus Souta Lust.

Dejo la pluma a un lado de la hoja, volviéndola a leer varias veces, cuando quede muy satisfecho por la nota, la empecé a doblar lentamente, mirando como las letras desapreciaran cuando la doblaba, cuando la termine de doblar le puse el seño de mi familia, una “Z” me levante con cuidado para no lastimarme, aunque la herida ya estaba cerrada pero según mi medico necesitaba reposo todavía, bha!, pero eso era las indicaciones de él, pues asi serán, mientras caminaba hacia la puerta, empecé a recordar que asi no era yo, era más serio, más estricto con mis cosas, más reservado, pero desde que la conocí, a ella, Mi gitana, mi vida había mejorado, ahora era una persona diferente, ahora sonreía más seguido, pero solamente si estaba Atenea, porque todavía no se le facilitaba sonreír con las demás personas.

Estaba caminando por el pasillo de mi casa hasta llegar a la puerta, aunque mis pasos todavía eran lentos, eso me molestaba, porque ya quería que cuanto antes Atenea recibiera esta carta, llegue a la puerta y la abrí, mirando uno de los hombres que cuidaban el lugar-Tenga, esta carta llévasela la Señorita Tsartsarnioli-Observe como la toma, mirándome y asintiendo con su cabeza-También, quiero pedirte que la esperes, porque la traeras a la casa, no quiero que le pase nada, cuidala, si no...tu cabeza lo pagara-Mire como el guardia volvía a sentir, cerré nuevamente la puerta y me encamine hacia mi cuarto para poder ponerme una vestimenta mas adecuada, no la pijama.[/justify]

por **Atenea Tsartsarnioli** Sáb Mar 17, 2012 5:48 pm

Y las cartas que me envías…
Y las catas que recibo…
Y las cartas escritas con el corazón
Son el legado de un amor…
Pero hay cartas que te dañan…
Hacedme sufrir con tus palabras y recibirás una respuesta extraña.

De mi mano derecha colgaba una hilacha, un hijo del vestido que llevaba puesto, lo corte de un tirón y tome la regadera para rociar mis rosales y las hortensias de color violeta, mis plantas se veían tan hermosas y radiantes como el día, respire con profundidad llenándome del particular aroma de aquellas – Hoy les cantare una nueva canción – dice animada limpiando la tierra, y poniendo más agua – Están tan bellas que son la envidia de cualquier jardín – acostumbraba hablar mucho con las plantas tenía fe que ellas me escuchaban y siempre estaban radiantes porque yo les daba ese cariño que ellas necesitaban, deje a un lado la regadera y les acaricie los pétalos con suavidad para no dañarlas, y lentamente ayudada del viento que comenzaba a soplar comencé a mover mi cuerpo un baile hice un giro y varios saltos, moviéndome de un lado a otro, con los ojos cerrados les di un espectáculo privado a mis amigas las flores que se movían a su propio ritmo.

Tarde bastante en hacer aquella danza, y cuando termine me tire al suelo, sobre mis almohadones de telas traídos de la india, empecé a pensar en las cosas que tenía que hacer, y reí en complicidad por que tenía mi día libre, no había que ir a ningún jardín y hoy no habían funciones en el circo. Quizás iría a bailar o a ver la fortuna de las damas en la plaza necesitaba unas telas para fabricar un nuevo vestido, para un próximo encuentro con Lust. Hacia unos días que no lo veía y quería sentir sus brazos rodeando mi cuerpo. Cerré mis ojos y eche a volar mi imaginación del primer día que lo había conocido, yo bailaba en la plaza al ritmo de mis cascabeles y él me observaba con toda esa seriedad, cuando había terminado y todos me aplaudieron y me dieron sus monedas él se quedo ahí, sin decir nada… comenzamos hablar… y luego el beso… - Que beso – dije ensimismada en mis pensamientos cuando escucho que alguien llama a las afueras de mi carreta.

De un salto salí para ver quién era, me entrego una carta y me emocione al ver el cello de la familia de mi Lust, la abrí con cuidado y comencé a leer muy lentamente, sabía leer pero no del todo bien, leí con cuidado cada letra juntándola para pronunciar en mi cabeza las palabras, mis ojos a medida que leían aquella se fueron abriendo a más no poder, quede completamente helada y mire al caballero – Espéreme aquí – le digo con algo de preocupación en mis palabras, corrí hacia adentro y me cambie de ropa no iba a ir así toda llena de tierra, me puse un vestido color Calipso con destellos azules en un abrir y cerrar de ojos puse algunos ungüentos en mi bolso y mis cartas y runas… no podía salir sin ellas. Salí y cerré las cortinas de mi hogar. Podía saber muchas cosas e ignorar la mitad de lo que hablaba la gente pero mis instintos como gitana eran lo mejor, algo dentro me decía que a Lust, a mi Lust le había ocurrido algo y si necesitaba de mi ahí estaría – Vamos – le dije al caballero y comencé a caminar con bastante rapidez, me urgía saber que le había pasado. Era una necesidad a esas alturas.

El camino se me hizo eterno desde el área de los gitanos hasta las residencias de la gente acomodada, no pronuncie palabra alguna y hasta me sentí incomoda sintiendo los pasos de aquel tipo detrás mío, pero no hice nada, camine, camine y camine hasta llegar a la mansión Zirkus, poseía un inmenso jardín que me encantaba, pero hoy no venia por el jardín, corrí hasta la puerta y toque la aldaba con fuerzas, para que me salieran abrir, no salió nadie y sentí como mi interior se retorcía el caballero que me había hecho compañía llego y abrió la puerta haciéndome pasar, lo mire extrañada y me fui directo a la sala - ¿Lust? – Dije preguntando luego grite – ¡YA ESTOY AQUÍ! – no tenía miedo ni vergüenza, quería verlo besarlo y cuidar de él.

por **Lust S. Zirkus** Sáb Mar 17, 2012 7:29 pm

Estaba enfrente de mi closet con sus puertas abiertas, tenía mucha ropa que ponerme pero no se cual sería la adecuada para verla, hace días que no sabía de ella, y mi pecho se encogía cada vez que no podía saber de ella, no podía ir a sus funciones no…con el lecho que no podía verla. La necesita como el aire….sin ella no podía seguir con mi camino…como he dicho ella ha sido un pilar tan fuerte en mi vida que si no la tuviera no sabría ya nada, ella era mi brújula…mi todo. Me quede pensando en ella, sonrió como un tonto…claro esto locamente enamorado de ella, ha sido la mujer que ha robado mi corazón plenamente ella supo cómo cuidarlo y sobre todo como quererlo sin dañarme sin dañarnos a ninguno de los dos, esto es lo que me gusta de nuestra relación que somos plenamente sinceros y nos amamos mutuamente. Di un paso lento hacia el closet, sacando una camisa verde oscura, la avente sobre la cama, después tome un pantalón negro y de igual manera la avente para la cama, calcetines, cerré con cuidado el closet dirigiéndome hasta la cama, me senté y cerré mis ojos al sentir una punzada en mi costado-Por un entrenamiento tengo este dolor-Meneé la cabeza un poco recostándome y cerrando por completo los ojos, recordando como la conocí, cuando nos dimos nuestro primero beso...-Desde ese momento me sentí atraído por ella…todo de ella-Susurre sonrojándome y mordiendo mi labio inferior al recordarlo claramente como si hubiera sido ayer.

Abro mis ojos, no quería seguir recordando porque sabía que me iba a tardar mucho, asi que…asi que me pongo en marcha, me levanto despacio, tranquilo, para no lastimarme, cuando estoy de pie completamente miro mi camisa, la tomo y me la empieza a poner lentamente….como batallaba cuando me tenía que cambiar por eso siempre tenía el pantalón de la pijama y mi torso estaba desnudo para no batallar tanto, pero era ella…Atenea todo lo vale. Me vuelvo a sentar en mi cómoda cama, me quito mi pantalón de la pijama con un poco de dificultad porque si me agachaba me dolía, se los quito, aunque tarde un poco más en hacerlo, pero lo que cuenta esque me lo quite solo, lo deje caer al suelo y tomo el otro pantalón, suspire un poco porque esto si que me dolerá, con mucho trabajo me agache aguantándome el dolor y las ganas de gritar, lo puso tarde mas porque mi respiración se estaba agitada pero pude me levante y me lo sube como pude-Rayos! Ya quiero aliviarme del todo de esto-Dije, mirándome en el espejo, con mi pantalón y camisa desabrochada. Empecé abrocharme la camisa, observando mi rostro, mi barba crecida, fruncí el ceño porque asi me parecía a él…a mi hermano Angst y eso era lo único que no quería aunque seamos gemelos ambos somos completamente diferente-Me tengo que afeitar-Susurre, terminando de abrochar mi camisa dejando los dos primero botones desabrochados, después me faje mi camisa y abroche mi pantalón, me daba pereza ponerme mi cinturón, me volví a sentar en la cama y me puso mis botas como pude, cuando me estaba arreglando llego mi hermano.

Fruncí el ceño por una razón venia a mi habitación, observe su rostro, con esa sonrisa cinca que el tenia siempre hacia mi persona-¿Va a venir esa humana?-Me pregunto, ¿A el que le importaba?...me levante y me puso enfrente de él, mirándolo sin ninguna expresión en mi cara-Si…Atenea…como se llama., va a venir…espero que estés encerrado en tu cuarto Angst…no quiero que le hagas nada….vete a encerrar….porque no te quiero ver cerca de ella-Lo empuje un poco-Déjame pasar…-Mire que se movía, me había olvidado lo que iba hacer, pero la verdad ya no importaba. Empecé a caminar por el pasillo, arreglándome bien mi ropa…baje las escaleras lentamente mirando que mi nana estaba ahí, sonríe un poco-Mi niño Lust-Me dijo, siempre me decía asi, era como mi segunda madre ella, me cuidaba, me atendía aunque a veces eso no me gustaba ella estaba aquí solo para abrir la puerta, pero como es una señora mayor no podemos pelear con ella-Mírate Mi niño, estas hecho un galán…¿Qué? La señorita Tsartsarnioli vendrá a casa verdad, por eso se alisto para ella-Me sonroje por lo que me decía, llegando hasta ella y dándole un abrazo a mi nana-Ya sabes para quien me arreglo Nana..Solo por ella lo hago, sabes cómo soy nana, solo ella ha sabido cómo tratarme, me tiene paciencia, nadie aparte de mi madre y usted me han tendió aquella paciencia-Le da un sonoro beso en la mejilla-Cuando venga le dices que ando en la sala, esperándola-Le guñe un ojo y se encamina a la sala, sentándose en su cómodo sillón dándole la espalda a todos…paso su mano por su rostro notando que todavía seguía aquella bárbala-Bueno da igual ya-

-Ya quiero que estés aquí Atenea, quiero verte…-Pienso, agarrando mi libreta y empezando a poner unas cuantas cosas. Una hora después, escucho unos golpes en la puerta, sin hacer ningún movimiento, mi nana lo iba hacer. Escuche como sus pasos se acercaban, lentos, pausados, como si esto se tratara de una película de suspenso, sonreí por aquellos pensamientos, alzando un poco mi ceja y cruzando mis piernas, mientras mi mano seguía apuntando más cosas…eran acerca de la inquisición. Una sonrisa enrome apareció en mi rostro…al escuchar por fin aquella voz…esa voz que me hacia derretirme a cada segundo…una simple palabra que ella menciono y sobre todo fue mi nombre, me quería levantar, quería brincar e ir a su lado para abrazarla, para tenerla por fin en mis brazos pero necesitaba esperar, ya estaba aquí un poco más que nos afectaría ambos. Volví a oírla, no podía esperar mas, me levante de mi sillón y me voltee, ahí parada estaba ella, Atenea, con una enorme sonrisa me acerque a ella con paso lento-Atenea…-Susurre su nombre cuando llegue tome su rostro-Mi hermosa gitana…-Cerré mis ojos y lo primero que hice fue darle un tierno beso en sus deliciosos labios.

por **Atenea Tsartsarnioli** Miér Abr 18, 2012 12:53 pm

Llegas a ser parte de mis gestos,
causa de mis sonrisas,
motivo de mis silencios…
no es solo mirarte, tocarte, o besarte,
es que hablarte, escucharte o pensarte,
motiva el sentido de mis verdades...
Emociones compartidas,
que iluminan nuestras vidas…
que es verdad, que no es un cuento,
que te llevo muy adentro
pues no sólo son pasiones,
también son sentimientos,
Sentimientos encontrados, que gritan extasiados,
que dos almas gemelas se han enamorado.

Y todo desapareció cuando escuche la voz de mi amado, pude sentir como mi aura vibro de manera alegre, cambio de colores al segundo que supe que él estaba bien, solo con oír su voz logre mantener esa calma que había buscado en el camino a esta mansión. Me basto un segundo para ver su bello y perfecto rostro junto al mío susurrando mi nombre que con tanta gracia sonaba en sus labios el suspiro que parecía porvenir de mi propia alma salió de mis labios mientras su boca se juntaba con la mía para un beso, un beso tierno apasionado, mis brazos tomaron prisionero el cuello de mi amado mientras mi corazón palpitaba exaltado en mi pecho por la emoción de tenerlo así de cerca. Nuestros labios tan solo se alejaron el tiempo que nuestro aire falto, pero en realidad no me aguante, no podía y mientras inspiraba volví a besarlo sin apuro, con la misma delicadeza, con la misma lentitud, con la misma pasión que me caracterizaba cuando se trataba de él, mi amado, mi amante, mi pareja, mi amigo, mi todo.

Ahora si podía decir que ya estaba completamente feliz, me aleje de el tan solo los labios y mirando directo a sus ojos sonreí – Lust, mi amor… - salió tan suave que las palabras parecieron acariciar el rostro de mi tan amado, - Apenas leí la carta me vine… Quiero que me digas que paso, he traído conmigo algunos ungüentos… no quiero que te pase nada, no podría vivir sin ti, sin verte por el resto de mi vida – me apresure en decir mientras mi mano derecha acariciaba la nuca de el de manera suave, lenta y pausada. Di un paso hacia atrás sin quietarle la vista de encima, me dedique a observar su aura, se veía tan elegante y yo con un simple vestido floreado, mire el lugar detenidamente, no me gustaban ese tipo de mansiones que se veían tan apagadas, supuse que era por el hermano de Lust, era Vampiro y la luz le afectaría de mala manera.

Esta tu hermano en casa ¿cierto? – los gitanos entre muchas cosas teníamos un sentido que muy pocos conocían, y sí, yo sentía esa extraña sensación, no era una mala energía son más bien… me quede ahí pensando observando una de las cortinas que cubría los rayos del bello día que había afuera, a pesar de estar en invierno hoy era uno de esos días lindos de admirar… levante mi vista pensando en lo que sentía no estaba ligado con mi amado su hermano tenía una energía fuerte que llenaba cada rincón de aquel lugar, en un segundo me sentí como un insecto ahí y sople sin siquiera notar que Lust estaba ahí – Me gustaría conocerlo – Era atrevido decir aquello pero sería un gran paso en nuestra relación, el no debía temer de que yo me enamorara de su gemelo, por que tan solo von ver el aura radiante y viva de mi amor me bastaba para sentir la energía para vivir y seguir con esto que tanto me gustaba.

En silencio me acerque a Lust y deposite un beso corto en sus labios – Necesito saber que sucedió – le dije de manera tierna sentándome en un sofá sin permiso tan solo esperando todo lo que tuviera que contarme, el tiempo era corto o largo… en realidad ya ni eso me importaba hoy me quedaría con él lo había decidido camino hacia acá, no nos habíamos visto en días y hoy seria especial, para él y para mi… por que veríamos el amanecer juntos, aun cuando él se niegue yo lo cuidare, se que algo le aqueja yo seré esa medicina que le hace falta…

por **Lust S. Zirkus** Vie Abr 20, 2012 9:09 am

“Una persona que es lo bastante seria, puede llegar ser las mas risueña si lo concen de verdad y sobre todo si el amor llega a el…que esa persona se vuelva la mas importante en su vida y haga todo por ella…”

Mis labios estaban fundidos con los de mi amada, me aferre a su cintura, no quería que este momento se acabara, me gustaba sentirme que entraba a un nuevo mundo cuando la etnia asi de cercas o solamente mirándola como solía hacerlo cada vez que venía a mi casa, o yo iba a su carreta o simplemente salir juntos. Mis labios se movían lentamente, pero sentía que mis pulmones ya no tenían el aire que necesitaba, me separe solo unos cuantos centímetros de ella, cada vez que la miraba se me olvidaba cualquier cosa, hasta el enfado que tuve con mi hermano Angst se me había ido tan solo ver su rostro, no puedo creer de la magnitud que ella tiene en mi que tan solo que me diga “aja” podría hacer que se me bajara cualquier enojo que tenia adentro de mi ser, era un hombre reservado, de pocas palabras, que solamente demostraría algo con acciones no con palabras, ella me conoció asi, me acepta como soy y eso me encanta de ella, que aunque no hable mucho mis acciones demuestren todo lo que siento por ella. La primera vez que la vi, mis ojos no dejaron de verla y eso hace ya seis meses, seis meses que estamos juntos que desde que la vi no he dejado de pensar en ella, cuando me aceptó fui el hombre más feliz del mundo, fue la primera vez que me sentí completo, entero, realizados, encontré a una mujer hermosa, de buen corazón y sobre todo que me acepta como soy-Atenea…-Susurre su nombre muy cerca de sus labios, no esperaba que ella me besara pero correspondí ese beso como siempre, con amor, pasión y todo lo que cargara mi cuerpo y mi corazón. Tuve que sepárame, me estaba comenzando a doler la herida pero no dije nada, no quería que ella se preocupara por mí, no me gustaba verla asi, porque parecía que mi corazón me lo estaban aplastando tan fuerte que dolía, pero no se…Atenea siempre me decía que algo me ocurre no puedo mentirle no a ella ¿Por qué? Porque ella aprendido a conocerme ya no podría mentirle diciéndole que estoy bien pero en realidad no es y ella me descubre en mi “mentira” para que mi hermosa gitana no se preocupe por mí.

Pero cuando me separe ella también lo hice, hasta creo que pensamos lo mismo, pero eso no importa. Mis brazos seguían en su cintura sin querer alejarme de su lado, porque sentía un vacio, un dolor agudo al o tenerla, pero ya estaba en mi casa, ya estaba aquí conmigo, escuche las palabras que me decía inmediatamente apareció una sonrisa en mis labios-Atenea, mi hermosa gitana-Sube una de mis manos para poder tocar el rostro ajeno, pase mis dedos delicadamente en ese rostro que parecía tan frágil, que podría romperse en mil pedazos, negué un poco con la cabeza al pensar en eso, pero esa sonrisa que tenia en mi rostro no desaparecía por nada del mundo, me quede en la misma posición cuando mire que se separo de mi, quería que le contara todo, primero le tengo que contar el principio, pero…como comenzar, de mis labios no salían todavía nada, solo me dedique a ver lo que hacia ella, esta mansión se miraba tan oscura, tan fría, que a veces pienso que no le gusta Atenea, pero no puedo hacer nada, porque mi hermano es un Vampiro y como es uno de ellos no puedo exponerse a los rayos del sol, pero no le iba a preguntar eso, pero con ella aquí parece que la casa cobra vida y eso me gusta, me gusta que esta casa con su presencia se alegre como yo lo estoy haciendo.

Di un paso hacia atrás cruzando mis brazos, encogí mis hombros-Si, mi hermano se encuentra en casa, como siempre Atenea, como las veces que vienes, el se encuentra aquí, pero no sale, porque yo se lo pido-Termine decir para voltear un poco mi rostro a la derecha, no me gustaba hablar de mi hermano con ella, no quería que lo conocerlo ¿Temor? No sé si era temor o no se, pero la verdad no me gustaría que un día me dijera que lo quiere conocer, pero como si ella misma me hubiera leído la mente, cerré los ojos al escuchar esas palabras-¿Qué?...-Mi vista se dirijo hacia ella, observándola, mirando su rostro, me pedía que le presentara mi hermano-Atenea pero….-No pude continuar porque escuche la voz de mi hermano y su carajada, mire que entraba a la sala, con vista en alto como si se tratara de un rey importante, apreté un poco mis manos al ver que se acercaba a mi pareja-Valla, valla-Lo escuche decir, frunciendo el ceño-Lust, tienes un buen gusto pero-La miro de arriba abajo-Te hubieras conseguido alguien…-Mi ceño se estaba frunciendo mas-Mejor…-Termino de decir para dar una reverencia hacia Atenea-Mi nombre es Angst Jacob Zirkus….como puedes verme gitana, gemelo de tu queridísimo Lust-La sonrisa de mi hermano se alargo acercándose más a ella-Aunque sea una mujercita de la calle, tienes un porte bien…sobre todo-¿La estaba oliendo? ¿Mi hermano la estaba oliendo? Pero…un gruñido salió de mi boca, notando como se me quedaba mirando-Sangre…tiene una deliciosa sangre-No pude soportar mas aunque, camine hasta donde ellos se encontraban y me puse entre ellos, Atenea atrás de mi y mirando fijamente de ella-Aléjate de ella, tu ya tienes alguien ¿no? Vete con ella, aléjate de mi pareja-lo avente lejos de nosotros-Lust, te rebelaste, pero no puedes hacerme nada y mas con esa herida que tiene… ¿Ya te conto Atenea? Que mi hermano fue lastimado…no pudo esquivarlo y mira el debilucho de mi hermano…-Se empezó a reír-Pero no te preocupes Atenea….un día será como yo….de eso, me encargo yo, ese corazón que esta latiendo será apagado…será frio…como yo-Dicho esas palabras él se empezó alejar de nosotros-Nos vemos-Apreté mis manos y voltee a mirar Atenea-Yo…discúlpame, por eso no quiero que lo trates es una maldito que no respeta a nadie, ni al mismo se respeta-Me aleje y me senté en el sillón donde yo me encontraba, cerrando los ojos.

Suspire y voltee me la quede mirando cuando abrí mis ojos-Ya sabes lo que me paso, fu solamente un accidente, fue eso….uno de mis compañeros se equivoco de blanco y me dio a mí, pero no fue de importancia-De mis labios apareció una sonrisa-Ven, no vuelvas a pediré que quieres ver a mi hermano, porque te siga ofendiendo asi…no se preocupa si eres mujer, si eres una infante, el está dolido por ser eso, nunca quiso ser un Vampiro, pero no importa, lo que realmente importa esque tu estés conmigo, que estés a mi lado siempre-No pude soportar más, me levante y acorte la distancia entre nuestros cuerpo y la abraza-Te amo Atenea-Susurre besando su frente y mirándola la pared solamente. Tome su rostro y acaricia en mis dedos-Me alegra que estés aquí-Sonrió y beso su nariz-Te amo ¿Ya te lo dije?-Sonrió.

por **Atenea Tsartsarnioli** Miér Jul 04, 2012 6:41 pm

¡Oh, ternura divina siempre en llamas!
¡Oh buen amor, paciente, generoso!
Llegas a mí, brindándome reposo;
No me impones tu afán, porque me amas.

¡Oh ternura divina! De tus ramas
presiento el florecer maravilloso.
Tú quieres que yo sea fruto hermoso,
cosecha de tu huerto. Me reclamas.

Escucho conmovida la voz tuya.
Me llega triste; no le doy consuelo;
rechazo su dolor y su agonía.

Perdóname, Señor. Cuando destruya
las ansias que me clavan en el suelo,
entonces iré a Ti sin rebeldía.

La verdad de la vida era es, que cuando estabas parada frente a la persona que revolucionaba tu universo todo cambiaba de manera increíble, mi cuerpo vibraba de una manera especial, mi corazón estaba agitado, mis pensamientos cambiaban a la orden de cada segundo, eso, solo lo podía provocar el Lust, la persona que se había encargado de entregarme amor tal como yo lo hacía con él. Nunca había amado, no sabía si esto en realidad era amor, pero era lo más cercano, nadie te enseña amar, uno simplemente lo hace, pero mi corazón y mi mente me decían que era aquello ese sentimiento del que muchos hablaban pero pocos entendían del todo. Escuchar mi nombre salir de sus labios era un verdadero cantico. Me encantaba escuchar mi nombre, me causaba una sensación de sentirme amada por él. Realmente no se cuanto tiempo estuvimos ahí contemplándonos, besándonos, queriéndonos, estaba vivo eso era lo primordial en ese momento, lo amaba más que a mi propia vida, si, en realidad lo amaba.

Y cuando menos lo esperas todo pareció congelarse en la habitación en la que estábamos y como si de un espejo andante se tratase apareció, pase saliva por mi garganta, el aura de aquel hombre era totalmente lo contrario a la de mi Lust, era oscura, vibrante con matices rojizos que querían destacar pero eran opacados por el negro de una ira escondida, ese sentimiento que tenia Angst era realmente aterrador, pero… siempre había un pero los destellos en los extremos mostraba que como todos tenía una debilidad la cual ocultaba, no abrí mi boca simplemente le quede mirando, ¿miedo? Claro que no, no era ni el primer, ni el último vampiro con el que me toparía, trabajaba para varios de su clase y ya estaba acostumbrada a sus amenazas, de algunos, y a su especial forma de oler mi esencia natural. – Ya veo porque siempre los gemelos son tan diferentes entre sí – no hablaba en lo físico claramente, no me quedaría callada todo el tiempo además estaba Lust, y muy dentro de mi sabia que el vampiro no me haría nada, estaba su hermano y por mucho que no se llevaban se respetaban. – Claro que en pocos días estará bien, porque yo me encargare de cuidarlo, Un gusto en conocerte Angst – hable con un perfecto tono, ninguna de sus palabras me habían hecho un daño, yo solo tomaba lo necesario para estar en completo equilibrio y las malas intenciones conmigo simplemente rebotaban. Cuando se fue me cruce de brazos y fui abordada por mi amado, lo bese, jamás le negaría un beso a menos que me diera una crisis o algo parecido. – El no me ofende, me ofende más que tu no creas que yo puedo sobrellevar una situación así – gire en mis talones para ver aquella sala donde estábamos - Te cuidare yo, así que nos iremos a la carreta al anochecer – me gire para ver su rostro – Necesitas de mis medicinas para apurar el tiempo de sanación, y necesitamos un tiempo los dos juntos – sonreí, quería estar con él, más que nada en el mundo, y ya lo había decidido, se iría conmigo con o sin su consentimiento.

Volví a estar frente a él y le hice que tomara asiento – revisar la herida, los Inquisidores ocupan muchos químicos y puede que la herida se infecte más rápido – dije mirando de re ojo, era muy terca y no me quedaría de brazos cruzados estaba herido y necesitaba de mi.

por **Lust S. Zirkus** Sáb Jul 28, 2012 3:18 pm

Cuando amas alguien es más fuerte que cualquier cosa
puedes enfrentar al mismo diablo por esa persona y saldrás victorioso
por una sencilla razón, por una sencilla palabra que todo se afronta,
amor, esa palabra que algunas personas la aborrecen solo porque lo han dañado,
pero si se ama de verdad no lo dañara.

Pensé que con la llegada de Angst iba a estropear el momento de estar con ella, pero Atenea supo muy bien manejarlo es una mujer increíble, no le tuvo termo por el o eso hizo creer, pero si algo hubiera pasado yo mismo la hubiera defendido, porque nadie la lastimaría, antes pasan sobre mi antes de que tan siquiera le toque un mechón de su cabello-Te encontré Atenea, encontré esa mujer que hizo que amarar, contigo son tan diferente como las demás personas, tu supiste conocerme, aceptar como soy, nadie te arrebatara de mis manos mientras vea, sienta que me amas como yo te amo-Hable adentro de mi, ignorando cualquier comentario que Angst todavía estuviera diciendo. Lo escuchaba mientras subía las escaleras pero mi mirada simplemente estaba en el rostro de Atenea.

El amor es tan raro, nunca pensé sentir tanto amor por la mujer que está enfrente de mí. Nunca pensé que iba a enamorarme pensaba que eso era una pérdida de tiempo, que me iba a distraer de mis deberes que tenía como inquisidor. Mi madre siempre decía “Cuando una persona se enamora es lo mas maravilloso del mundo, siente que flotas, que estas en otro universo, un día ustedes dos se enamoraran y sabrán por sí mismo como se siente, solo que tomar el amor enserio no como un juego porque alguno de los dos pueden salir dañados ya sea uno mismo o la persona que está junto a ustedes” Recordé las palabras de mi madre pero eso es poco, cuando conocí Atenea, era una mujer mas, una mujer que no importaba. Pasaba de lado siempre cuando se cruzaba en mi camino, aunque parís era grande nos encontrábamos a menudo desde que la mire una vez en la calle haciendo su trabajo de gitana. Esa gitana me estaba llamando mucha la atención, ni su nombre sabia, pero empecé a investigar, su nombre todo de ella, hasta que supe Atenea Tsartsarnioli, ese era su nombre, un excelente nombre para esa mujer. Cada vez iba más al circo o donde ella estuviera, parecía un acosador. La miraba, me estaba empezando a gustar de verdad y era tan raro en mi sentir este sentimiento por una mujer, pensando que nunca sentiría lo que surgía en mí por ella. Un día me atreví hablar con ella, lo recuerdo como si hubiera sido ayer y no hace seis meses…

Me encontraba caminando por las calles de parís, había salido de la inquisición un poco más temprano. Este día, nuevamente iría a verla, a ella, a la mujer que sin decirme ninguna palabra a echo que siente algo nuevo, algo intenso que cuando la veo mi corazón salta de felicidad, bombea rápidamente como si hubiera corrido mucho kilómetros, hasta siento que se va a salir de su lugar. Mis manos empiezan sudar, mi respiración se agita cada paso que doy, cada vez que veo que me acerco al lugar donde ella está trabajando, una sonrisa nunca antes vista en mi rostro aprese.

Entiendo que no puedo suplicarle una vez más
Pero nada se detiene
Solo vivo para ti
Dame solo un beso que me alcance hasta morir
Como un vicio que me duele
Quiero mirarte a los ojos

Estaba con la cabeza boca abajo, me sentía muy nervioso de verdad, demasiado diría yo-Vamos Lust, se fuerte, ahora es el gran día, el día que le vas a pedir que salga contigo, si te rechaza ni modo, sigue adelante, incite…te fe-Susurre, mirando de reojo que algunas personas se me quedaban viendo como si estuviera loco. No me interesa en este momento si me tachan de loco, lo único que me importaba es ir hasta donde ella estaba, esperar a que terminara su trabajo y detenerla por unos cuantos minutos para hablar, así es mi plan.

Luna
No me abandones más
Que tiendo a recuperarme
En la cuna de tus cráteres
Silencio
Se abre la tierra
Y se alzan los mares
Al compas del volcán

Ahora, en este momento me sentía como si mis piernas temblaran, era la primera vez que invitaba a una mujer a salir conmigo, estaba más cercas de ella, mirando la multitud de gente que estaba alrededor de ella-Ya estás aquí Lust, Vamos..-Pensé, haciendo a un lado a las personas, algunas se quejaban y otras solo se hacía a un lado, no iba a parar hasta estar enfrente para que me mirara como siempre hacia, llegaba y entraba como la humedad. Había llegado al frente mirando aquella cabellera rojiza, el rostro de la gitana con una hermosa sonrisa, inmediatamente mis mejillas se calentaron y la sonrisa que tenia se hizo más grande, verla asi, ahí, enfrente mío me sentía completo, sentía que nada existía solo ella.

Y cuando te me acercas
Se acelera mi motor
Me das fiebre
Me hago fuego y me vuelvo a consumir

Las personas que se suponían que estaban a mi lado, atrás alrededor de ella se habían esfumado, solo era ella y yo, mirándola, mirando lo que hacía, sus movimientos, el tiempo paro, mi corazón se acelero, no podía dejar de verla, no podía apartar mi mirada de ella, no se cuanto tiempo pase mirándola pero Salí de mi sueños al escuchar ruidos, aplausos, la función había terminando, sin esperar más le di los míos, mirando que sonreí y me volteaba a ver, nuestros ojos se juntaron por unos segundos, los segundos más largos-Atenea…-Mis labios se movieron y lo único que salió, lo único que susurre fue su nombre. La gente se estaba yendo, el espectáculo había finalizado, rápidamente, sin esperar más me acerque a ella antes de que se fuera-Señorita Tsartsarnioli, espere…-Casi corrí cuando se detuvo, suspire antes de llegar con ella-Necesito hablar con usted-

Dame solo un beso que me alcance
hasta morir como un vicio que me duele
Quiero mirarte a los ojos

Salí de mis recuerdos al escuchar la voz de Atenea, arqueando mi ceja derecha al escuchar lo que ella decía, suspire un poco, pasando un dedo por mi ceja frente-No es eso Atenea…yo se que eres capaz de todo, que te mantienes fija en cualquier circunstancias, pero no quiero que él, te ofenda por ningún momento, Atenea, el no se detendría por nada del mundo, te atacaría ya sea física o psicológicamente…pero no quiero pelear por mi hermano, te extrañado y…quiero estar contigo-Mi semblante cambio rápidamente a uno contento, iba a pasar mi mano por su mejilla pero note que se dio vuelta y deje caer mi mano a mi costado-¿Te gusta la casa?...sé que es un poco...un poco oscura pero ambos sabemos de la razón-Di un paso hacia ella, estire mis brazos pero los detuve al ver que se giraba nuevamente hacia mi-¿¿Qué??...-había escuchado bien, iba a ir a su carreta-Atenea, aquí…-Suspire nuevamente sabia que le dijera sin fin de palabras ella iba a ganar-De acuerdo…más tarde nos vamos a tu carreta para que me cuides aunque aquí también puedes hacerlo pero como tu gustes. Atenea, ¿No confías en los medicamentos que me dan?-Pregunte dando un paso hacia atrás para poder sentarme el sillón, estar parado me molestaba un poco, pero no me sentía será un maleducada yo sentarme y ella parada-Estabien, tu cúrame, mi vida está en tus manos-Me reí un poco, escuchando lo ultimo ¿Tiempo a solas?...lo que dice ella tiene razón hace tiempo que no estábamos muy solos que digamos, ella venia a mi casa estaba la señora que arregla aquí o mi hermano-Deseo que ya sea de noche para estar a solas contigo…-Susurre, sonrojándome por lo que dicho rara mente digo esas palabras porque no estoy acostumbrado a decirlas pero con ella, con ella me salen hasta con ganas, me volví a reír por lo que pensaba y me queda mirando Atenea

Tenía muchas ganas de que nuevamente estuviera en mis brazos asi que me acerque a ella estando mas cercas de ella pero sin decir nada me sentí por “ordenes” de ella, estaba en lo cierto no confiaba en los medicamentos que me daban-Esta bien, tu eres la sabes-Sonríe acercándome un poco más a ella, tomando su mano derecha y llevándola a mis labios-Tengo fe en tu, como he dicho, mi vida la tienes tu…-Susurre lo ultimo para darle un casto beso en dorso de su mano-Te amo, y todo lo que tú me hagas será por mi bien-Hice que esa misma mano la situé en mi mejilla, sintiendo su tacto su piel en la mía-¿Cómo puede estar tanto tiempo separado de ti?...Y si empezamos a ir a donde me quieres llevar, camino un poco lento o quieres que nos lleve el carruaje o…-Sabia que lo último que diré no le gustara ni lo aceptara pero no me quita nada-A caballo….-Sonríe mas, como un niño pequeño que deseaba que le dejaran hacer algo nuevo para él.

por **Atenea Tsartsarnioli** Jue Oct 11, 2012 6:07 pm

Caminemos juntos tomados de las manos
por caminos inimaginables,
marchemos por veredas llenas de luz
por senderos ancho y llenos de flores.

Vivamos en un mundo mágico lleno de amor
donde solo los sueños se hagan realidad,
y que nuestras almas se encuentren
en un paraíso suspendido, en un universo de dos.

Soñemos, Vivamos, Caminemos, Naveguemos
en un mar de flores. Caminemos unidos de las manos bajo un cielo de cristal.
Con enormes estrellas en forma de diamantes
y una luna llena de luz solo para dos,
sin misterios, sin recuerdos y sin nostalgias.

No era necesario saber lo que él pensaba, el gemelo de mi amado era una persona diferente, que no era buena, tenia malas intensiones pero todo eso era debido a su condición vampírica lo tenía claro, sabia de alguna forma que si fuera tan humano como mi Luz seria casi en adorable como él. Me quede pensando en los gemelos cambia formas que habían robado mi corazón hace mucho tiempo atrás y sonreí ante mi propio pensamiento, gemelos… siempre lo mismo, Azucena me dijo que mi vida siempre estaría donde dos hombre estuvieran y al parecer tenía bastante razón. Me gire en mis talones mirando al hombre que me amaba tanto como yo a él, le solté una sonrisa por lo que decía y asentí con la cabeza al mismo tiempo.

No confió en que te estén cuidando bien, ¿Quién mejor que yo para hacer ese trabajo? Además tu mismo sabes que estaríamos mas cómodos en mi carreta nadie nos molestara y solo estaremos tu y yo – en realidad solo quería estar junto a él, pero debido a su herida lo cuidaría era el pretexto perfecto para pasar unos días juntos los dos, sin miedo de que su hermano aparezca o de que nos interrumpan. – Si tienes que avisar a la inquisición manda una carta que te irás unos días para una mejor recuperación, quiero que te desconectes de todo y seas solo para mí – sí, eso quería aunque no estuviéramos acostumbrados algún día viviríamos juntos bajo el mismo techo y era una forma de adelantarnos a eso, empezar a saber más del otro, estaba aburrida de verlo por periodos así que tenía que pensar de esa manera.

Tú quieres que tu herida empeore ¿cierto? – lo quede mirando como una niña malcriada y me acerque a él para besarle tiernamente – Descansa un momento que yo, reuniré las cosas que necesito para que nos dirijamos a mi carreta y nos iremos en un carruaje por que llevare algunas cosas de mas, almohadas, colchas, algo de comida y ropa para ti – le ayude para que tomara asiento y me quede ahí mirándolo directo a los ojos – te amo tanto – susurre y le bese la frente – no me extrañes vuelvo enseguida.

Me fui a su habitación a buscar almohadas, algunas colchas para que no pase frio ropa para que pudiera cambiarse algunos utensilios y diversas cosas, las puse en una maleta como pude ya que era todo muy voluptuoso. Luego me fui a la cocina y en una cesta de camping puse pan, carne, frutas y verduras. Me abre demorado a lo menos media hora cuando volví a donde estaba Luz lo vi ahí dormido, de seguro las medicinas le causaban ese efecto, con cuidado me acerque a él y acaricie su cabeza con cuidado… - Mi amor… tienes fiebre – susurre bien bajito para que se despertara…

por **Lust S. Zirkus** Jue Nov 29, 2012 12:48 pm

Nunca pensé que esto pasaría, tener alguien a mi lado, una prometida, nunca me imagine esto, no sabia que era el amor, o estar con alguien así como estoy con Atenea, esa mujer gitana robo mi corazón, robo todos mis sentidos que van hacia ella, mis pensamientos, mi vida había sido una ruleta, perdía, ganaba, nunca me importa enamórame, tenia muchos problemas, claro, como todas las personas lo tiene, pero yo tenia una carga mas…mi hermano Angst, que el decía que me iba a convertir en un Vampiro, igual que el, no le creo que me haga daño el me quiere pero a su modo, el no quiere que vivía el mismo sufrimiento que el pero, siempre me amenaza. Antes, cuando me decía no importaba si era Vampiro o no, no tenia a nadie, solo a mi hermano pero de repente…llego Atenea, hizo que mi camino se iluminara, ahora ella me sostiene de la mano para no caer, para no flaquear en cosas simples y enfrentar a mi hermano, no dejarme dominar por el, antes era un títere, que me manejaba a su antojo pero ahora no, tengo una razón para no dejarme manejar y esa razón se llama Atenea, me ha hecho fuerte, me ha hecho decido, menos “amargado” sonrió con mas facilidad, mi timidez poco a poco se ha ido gracias a ella y mientras que este conmigo la hare sumamente feliz.

Apoye una de mis manos en mi cintura, haciendo muecas en mi cara, y rodee un poco los ojos-Me están cuidando bien, hasta Angst esta pendiente….-Y esa misma mano que se encontraba en mi cintura subió hasta posarse en mi cabellera donde desordene un poco, de mis labios salió un suspiro, con Atenea no podía pelear, ella ganaría y siempre me deja sin palabras-Amor, se que tu sabes de remedios y estas cosas-Sonreí un poco y cuando termino de decir lo ultimo entrecerré un poco los ojos, me gustaba la idea de pasara con ella solos, hasta me agradaba, ya no tenia mas palabras por decirle-Como te dije, vamos a tu carreta-Termine de decir-Se que solo seremos tu y yo…solos en tu carreta sin nadie de por medio, y quiero pasarla contigo y me gusta que tu me cuides-Dije, caminando un poco hacia el sofá, mi otra mano estaba ubicada en la herida que a ratos me dolía, alce mi ceja al escuchar sobre la inquisición-Ellos saben que estoy incapacitado, perdí un mes o mejor dicho ellos me dieron un mes para recuperarme…pero no iba a estar un mes encerrado en mi casa, cuando me sienta mejor y no me duela iré…-sabia que esto no le gustaría nada a ella, pero tenia que decirle-Aunque le mandaré una carta para decirle mi nueva ubicación por si algo pasa…-Termine de decir, esperando que no me regañara del todo, a veces Atenea era como mi madre en ves de ser mi prometida aunque esa faceta de ella me gustaba, ante esos pensamientos me reí un poco volteando a verla de reojo.

…En que estaba pensando cuando le dije que quería ir en caballo, si no podía caminar mucho tiempo menos podría subirme al caballo, me regañe a mi mismo, Atenea se iba a molestar por lo que dije, esperando su…regaño o simplemente que me dijera….eso, eso mismo que estoy escuchando-Perdón, no me acordaba…de mi…herida…-Suspira-Lo que quiero es sanarme y volver a la inquisición o salir tan siquiera porque estar encerrado en casa me volveré loco, no he podido ir a verte al circo…-Calle, al mirar que se acercaba a mi, cerré los ojos al sentir sus labios sobre los míos, me gustaba mucho sus besos como ella también, abrí mis ojos al escuchar decir…tantas…cosas para…unos cuantos días..vaya mujer precavida, asentí cuando dijo que descansara la verdad que quería descansar y dormir un rato, camine hasta el sofá con ayuda de Atenea, donde me recosté, sonriendo mas-Yo también te amo Atenea, muchos…-Cerré los ojos y asentí un poco por lo que me decía y sin esperar me quede dormido.

No supe cuanto tiempo me dormí, pero una dulce voz angelical me despertó, abriendo lentamente mis ojos, mire un poco borroso, volviendo a cerrarlos y poniendo un de mis manos en mi rostro tallando míos ojos, volviendo abrirlo y enfocar por fin mi mirada en el rostro de Atenea-¿Fiebre?..-Me tente mi frente notando un poco caliente-No importa… ¿Ya es hora de irnos?-Susurre sentándome con cuidado, despacio hasta estar completamente sentando, tome la mano de Atenea y le di un beso en esta-Gracias por estar conmigo en estos momentos, Ahora a irnos…-Me levante y me la quede mirando-Oh mejor ve pidiendo que preparen el carruaje o eso también ya lo tienes arreglado?-Me reí un poco, besando su frente.

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