AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Cliente Frecuente [Privado Antoline, + 18]
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Cliente Frecuente [Privado Antoline, + 18]
Aquel día había sido particularmente bueno. No había dormido mucho, pero teniendo a una tigresa con piel de gatita encima mío cualquier despertar era glorioso. Y cómo no, me hallaba encendida por nuestra "ronda" de anoche y era momento de la revancha. Las sábanas volvieron a arrugarse una y otra vez y mis oídos volvieron a ser deleitados con sus gemidos; mi espalda con sus rasguños y mi femeneidad con sus caricias, explotando ambas en un éxtasis divino que nos dejó rendidas apenas a las diez de la mañana.
Luego de desayunar y almorzar juntas nos dirigimos al burdel al atardecer, que era cuando aumentaba la afluencia de público. Rápidamente fuimos escogidas por distintos afortunados, así que nos tocó separarnos, así como estuvimos MUY juntas hace horas atrás. Y tras dejarlo satisfecho (dejándome a mí bien pagada, claro está) me devolví al salón principal, acompañando a las jóvenes y no tan jóvenes que presentaban un show que recuerdo practicaban todas las mañanas con esmero. Sonreí orgullosa por ellas y me dirigí a la barra a por un trago, quemándoseme la garganta por lo ardiente del licor. Mientras saboreaba observé a mi alrededor y confirmé que había una gran afluencia, tanto que las cortesanas y cortesanos nos hacíamos pocos...aunque eso disparaba las ideas pervertidas de tríos y orgías con sus respectivos pagos, algunos estratosféricos.
Esa noche, no tuve que esperar demasiado a que requirieran de mi cuerpo. Una cara bien conocida para mí atravesó la puerta y así yo atravesé el salón, diciéndole a mi compañera que yo me encargaría de atenderle. Ella se fue así sin más y me quedé observando aquellos ojos que me eran tan familiares. Sonreí y hablé con esa voz coqueta que ya era natural por lo frecuente de su uso - Bienvenido, Monsieur Antoline.
Luego de desayunar y almorzar juntas nos dirigimos al burdel al atardecer, que era cuando aumentaba la afluencia de público. Rápidamente fuimos escogidas por distintos afortunados, así que nos tocó separarnos, así como estuvimos MUY juntas hace horas atrás. Y tras dejarlo satisfecho (dejándome a mí bien pagada, claro está) me devolví al salón principal, acompañando a las jóvenes y no tan jóvenes que presentaban un show que recuerdo practicaban todas las mañanas con esmero. Sonreí orgullosa por ellas y me dirigí a la barra a por un trago, quemándoseme la garganta por lo ardiente del licor. Mientras saboreaba observé a mi alrededor y confirmé que había una gran afluencia, tanto que las cortesanas y cortesanos nos hacíamos pocos...aunque eso disparaba las ideas pervertidas de tríos y orgías con sus respectivos pagos, algunos estratosféricos.
Esa noche, no tuve que esperar demasiado a que requirieran de mi cuerpo. Una cara bien conocida para mí atravesó la puerta y así yo atravesé el salón, diciéndole a mi compañera que yo me encargaría de atenderle. Ella se fue así sin más y me quedé observando aquellos ojos que me eran tan familiares. Sonreí y hablé con esa voz coqueta que ya era natural por lo frecuente de su uso - Bienvenido, Monsieur Antoline.
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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Re: Cliente Frecuente [Privado Antoline, + 18]
“Al tener a una mujer que le gusta al hombre, puede llegan hacer más que conversar”
Abroche los botones de mi camisa lentamente, mirando como entraban, vagamente desvié mi mirada hacia la cama, donde se encontraba una mujer rubia, con su piel blanca y en ella unas cuantas mordidas por mi, me la lleve a la cama solo por probar su sangre, solo por saciarme de aquella mujer que su sangre me volvía loco, como siempre, claro, si una sangre tan buena como la de esta mujer me llama la atención hago lo que sea necesario. Cerré los ojos al recordar el sabor que ella tenia, lamí mis labios varias veces para no caer en la tentación e hincar mis dientes en su blanco y delicioso cuello. Volví a lamer mis labios al recordar el exquisito sabor de aquella sangre, no la iba a beber toda, quería que se recuperar tuviera mas para volver a tomarla, no importaba si vendía mi cuerpo, aunque no era una cortesano, pero pro sangre puedo ser eso y mas. Le di el ultimo vista a ella, me acerque a la cama y le acaricie el rostro era tan hermosa, tan inocente que no merecía lo que le hice, me siento tan impotente por lo que hago, ella no tiene la culpa de nada, odio todavía tener esos sentimiento que antes tenia cuando era humano, me aleje de ella y salí por la ventana no sin antes verla por ultima vez, suspire y salte de la ventana cayendo a otro techo.
Cuando salí de aquella habitación donde tuvo sexo con la mujer, volví a recordar quién soy yo ahora, Soy Antoline Santhiago Beethoven, El Barón de Escocia, ese título que no merecía, que no sé porque me lo dieron a mí, porque no era es mi tiempo, no es mi..Bha! ya no sé lo que es para mí, estoy muerto pero a la vez no porque sigo caminando, viendo aunque ya no funciona mi organismo, pero si me funciona otra cosa y espero es la más importante para mí. Arque una ceja, al notar mi camisa manchada del labial-Rayos-Maldije por lo bajo, pero no me apetecía llegar a mi casa y escuchar una regañada de mi madre, porque la adopte como mi madre, era igual que yo que mas puedo esperar, ella me cuida, me da alimento, pero quería llegar y me jalara mis orejas por estar con otra cuando hay alguien ya en mi vida y sobre todo por ser un Barón, una realiza que yo no pedí ser.
A unos cuantos pasos estaba el burdel…donde frecuentaba de vez en cuando, cuando estaba solo y no tenía ganas de “acosar” a una presa, venia aquí y pedía a la mejor. ¿Por qué no ir? Aparte tengo una buena amiga que de seguro se encontraba en este lugar, podríamos charlar un poco y…tal vez podría divertirme nuevamente-¿Por qué no hacer eso?-Me pregunte en voz baja yendo hacia aquel lugar, dejando pasar a uno hombre mayor, le hice una reverencia, hasta que pase yo, observado el lugar, cuando venia siempre estaba igual, sonreí ante mi vista, en una esquina estaba casi teniendo sexo, en otra manseándose mutuamente, en otras…en fin cada quien se divertían a su antojo. Camine un poco mas hasta ver alguien conocido para mí en la barra, en mi rostro ya tenía esa sonrisa de siempre, la escuche hablar cuando estuve cerca de mi-Bella Reika…-Le hice una reverencia tomando su mano, dándole un beso en esta-Bella como siempre…hermosa…-La acerque a mi cuerpo-Siempre verdad…-Toma su rostro con una de mis manos acercándola a mi rostro-Me alegro verte por estos rumbos…claro-Rodé los ojos-Trabajas aquí…-Me reí mordiéndole su labio inferior-Estarías para mi esta noche- La observe con una sonrisa en mi rostro.[/justify]
Última edición por Antoline S. Beethoven el Miér Jul 04, 2012 8:25 pm, editado 1 vez
Ahmet Arlovskaya- Vampiro Clase Alta
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Re: Cliente Frecuente [Privado Antoline, + 18]
Antoline Sebasthian Beethoven era su nombre completo. Me lo había dicho la primera vez que habíamos terminado en una cama juntos. Él estaba deseoso de una mujer que satisfaciera sus instintos y yo hacía rato que necesitaba un poco de "consuelo" a mi manera. Nuestros cuerpos congeniaron de una manera impresionante en aquella ocasión, y él quedó tan complacido que cada vez que entraba al burdel me buscaba sólo a mí. Justo como ahora..
- Adulador como siempre, Monsieur Antoline - dije coqueta, mostrándome como siempre lo hacía con él, fingiendo humildad ante sus gestos y palabras...aunque él ya sabía que eran simplemente gajes del oficio, a pesar de que en el fondo ya sentía un poco de afinidad con él. Me apegó a su cuerpo con la facilidad que le daban sus habilidades sobrenaturales y me miró con esa intensidad que sólo los inmortales como él podían expresar sólo con sus ojos mas no con su piel al ser fría; de todas formas yo sentía calidez en él, por algo me agradaba tanto atenderlo (además de la paga y el placer, claro...) - A mí también me alegra verle por aquí...pensé que ya me había cambiado...-bromeé y me relamí tras su mordida - Por supuesto que sí...eso no se pregunta, Monsieur...-murmuré en sus labios, casi a punto de besárselos pero me aguanté, encargándome de tentarlo para que en la cama se desatara como siempre lo hacía. - Estaría con usted...hasta que mi cuerpo desfalleciera...-le guiñé un ojo y me volteé para guiarlo a aquel lugar que él ya conocía tan bien, contorneando mis caderas durante todo el trayecto para hacerme desear un poco más, abriendo finalmente la puerta e invitándole a pasar como si fuera prácticamente la puerta de mi casa...aunque esa fuese en efecto mi segunda casa.- Sea bienvenido - dije con la puerta una vez cerrada, acercándome a él otra vez para darle un mordisco tentador en su barbilla - ¿En qué puedo...servirle hoy?...-dije lamiendo la zona después, dejando la boca entreabierta para exhalar una bocanada de aire caliente como si hubiera gemido.- Mi cuerpo está a su absoluta disposición...- me fui a su oído otra vez - Monsieur...-ronroneé con deseo. Sí, lo deseaba...¿y qué? ¿Que acaso una puta no puede tener los mismos deseos que un cliente?
- Adulador como siempre, Monsieur Antoline - dije coqueta, mostrándome como siempre lo hacía con él, fingiendo humildad ante sus gestos y palabras...aunque él ya sabía que eran simplemente gajes del oficio, a pesar de que en el fondo ya sentía un poco de afinidad con él. Me apegó a su cuerpo con la facilidad que le daban sus habilidades sobrenaturales y me miró con esa intensidad que sólo los inmortales como él podían expresar sólo con sus ojos mas no con su piel al ser fría; de todas formas yo sentía calidez en él, por algo me agradaba tanto atenderlo (además de la paga y el placer, claro...) - A mí también me alegra verle por aquí...pensé que ya me había cambiado...-bromeé y me relamí tras su mordida - Por supuesto que sí...eso no se pregunta, Monsieur...-murmuré en sus labios, casi a punto de besárselos pero me aguanté, encargándome de tentarlo para que en la cama se desatara como siempre lo hacía. - Estaría con usted...hasta que mi cuerpo desfalleciera...-le guiñé un ojo y me volteé para guiarlo a aquel lugar que él ya conocía tan bien, contorneando mis caderas durante todo el trayecto para hacerme desear un poco más, abriendo finalmente la puerta e invitándole a pasar como si fuera prácticamente la puerta de mi casa...aunque esa fuese en efecto mi segunda casa.- Sea bienvenido - dije con la puerta una vez cerrada, acercándome a él otra vez para darle un mordisco tentador en su barbilla - ¿En qué puedo...servirle hoy?...-dije lamiendo la zona después, dejando la boca entreabierta para exhalar una bocanada de aire caliente como si hubiera gemido.- Mi cuerpo está a su absoluta disposición...- me fui a su oído otra vez - Monsieur...-ronroneé con deseo. Sí, lo deseaba...¿y qué? ¿Que acaso una puta no puede tener los mismos deseos que un cliente?
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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Re: Cliente Frecuente [Privado Antoline, + 18]
¿Qué estoy haciendo en este lugar? Este lugar es un burdel, el burdel donde viene hombres, mujeres a gozar del placer, oler el sexo….algunas personas viene a sentirse querido, “amado” por alguien ya sea hombre o mujer, pero viene a disgustar de una noche de sexo. Me vuelvo a preguntar ¿Qué hago aquí? No es lógico lo que vengo, vengo a buscar compañía por una sola noche, soy un hombre que necesita distraerse pero…ahí muchas cosas para distarse pero necesito tener un poco de diversión intima o mejor dicho quiero tener sexo. Antes, hace un par de meses atrás venia cada noche, algunas veces no tenia sexo solamente tomaba unas copas, con compañía de mujeres hermosas, otras esta con una mujer la que sea la que se me pusieran enfrente, me moviera su cadera estaba como una perra en celo atrás de ella, es ridículo comprarme con una perra pero es la verdad, estaba atrás de ella, mi cara siempre se notaba lujuriosa, con muchas ganas de tener sexo pero después…las cosas han cambiado ya…las cosas ya no son las mismas me ha pasado tantas cosas que…me han hecho cambiar. El gran Antoline ¿Lo han cambiado? ¡JA! Si, lo han cambiado un poco, ahora tiene alguien en su vida…una sobrina que debe de cuidar proteger, ahora es de la corte de Italia, es alguien, lo reconocen por todas partes, por eso ya no se mete tanto por esta zona…este día solo quería olvidarse por un momento quien era y volver ser aquel hombre Vampiro que viene y se divierte, hoy dejara de pensar, dejara de pensar en su presente.
Ahora vengo y lo primero que veo, cuando ingreso a lugar es aquella cortesana que aparte de ser con la cortesana que me acuesto que tengo momentos íntimos es mi amiga Reika Roux, ella ha sido mi amiga desde que la conozco, a ella nunca la he tratado como una cortesana en sí, siempre le digo que para mí, es todo menos una cortesana ¿Por qué? Porque asi lo siento yo, asi siento y con eso no suelo mentir es una mujer y la tengo que respetar como tal, si ella está aquí ella tendrá sus razones, yo no le diré “Eres una perra y las perras sirven solamente para dar placer” no, siempre le digo que conmigo sea ella misma sea sincera será la mujer que tiene ser no la cortesana, no la mujer que yo pago para estar con ella unas cuantas horas. Sé que estas palabras no es propio de mi, las personas que me conocen dicen que soy un patán, un salvaje que solo sirve para joder la vida y tiene razón, yo no me doblare por nada ni por nadie, seré el mismo Antoline, pero con una verdadera amiga como lo es Reika seré “amable” y compasivo pero si me llega a fallar seré su peor enemigo y me olvidare algún día que ella fue mi amiga pero… ¿Para qué pensar eso? No ha pasado nada asi que…
Reika, una mujer sumamente hermosa, como lo he dicho, desde que la vi me llamo la atención, primero la mire como una mujer simple, para que decir la verdad, aquí todas las que están las miro iguales, unas cortesanas que venden su cuerpo. Pero con el tiempo empecé a conocer a Reika, mucho, la invitaba a salir de noche cuando su ronda terminaba a veces muy tarde unas cuantas veces podría estar con ella, al principio solo quería sexo, sexo, sexo, pero después las ganas de estar con ella como una mujer se me estaba quitando la verdad porque la empezaba a mirar como una amiga. Pero ahorita no se siento algo de soledad y quiero pasar tranquilo sin problemas. Una sonrisa apareció en mi rostro cuando escuche la voz de ella, seguía recargado en aquella barra, observándola-Ya sabes que soy así con usted Reika…-Mencione, observaba sus movimientos, que las palabras que ella decía eran vacías, sin ningún sentimiento de por medio. Tampoco me molestaba porque sabía perfectamente que era por su trabajo que tenía que ser asi con cualquier cliente que se le paraba enfrente de ella. Mis ojos se encontraba fijamente en su rostro, mis labios estaban estirado formando una sonrisa, pero esa sonrisa se alargo mas cuando sentí como el pequeño cuerpo de la mujer se apegaba a mi cuerpo la rodee con una mano su cintura y ladee mi rostro un poco para mirar el suyo, de mi garganta salió una risa por aquellas palabras-Si no te abras dando cuenta ya no vengo con frecuencia a este lugar….querida Reika-Eleve una ceja, sin dejar de mirarla.
La deje libre, retirándome un poco de aquel cuerpo que hace tiempo lo había tenido muchas veces, sonríe un poco, solo un poco por aquellas palabras, no sabía lo que me pasaba esa noche pero necesitaba olvidarme un poco de todos mis problemas y concentrarme en una sola cosa, ella, Reika-Esas palabras me han gustado-Quise sonreír abiertamente, como solía ser cuando estaba con ella, pero sinceramente las palabras de Reika me afectaron un poco, esperando el que rinda en la cama ahora sea yo. Comencé a seguirla, mirando el camino que conocía perfectamente, entrando en aquella habitación-Gracias por darme esta bienvenida Reika-Ingrese al lugar, mire la habitación, no había cambiado para nada, mire la cama y me senté en ella, entrelazando mis dedos y mirando la pared solamente. Sin espera, la mire enfrente mío, mordiéndome mi barbilla, mis ojos se clavaron en los de ella, mis labios estaba sellados, queriendo decir algo pero no podía, estaba como pegados, como cocidos, fruncí levemente mi ceño, eleve mi mano derecha poniéndola en su rostro y alejándola-No tan rápido Reika…no quiero que sea como siempre-Hasta yo mismo me estaba sorprendiendo con esas palabras que salieron de mis labios y sobre todo al ver como la alejaba de mi cuerpo.
¿Qué está pasando conmigo?
¿Por qué no puedo sentir placer por ella?
¿Por qué no soy el mismo?
¿Por qué?
Tantas preguntas en mi cabeza y sin respuesta-Reika….-Fue lo único que salió de mis labios, volteándome para no mirarla, no tenía el valor de mirarla por la forma tan estúpida que me estoy comportando.
Ahora vengo y lo primero que veo, cuando ingreso a lugar es aquella cortesana que aparte de ser con la cortesana que me acuesto que tengo momentos íntimos es mi amiga Reika Roux, ella ha sido mi amiga desde que la conozco, a ella nunca la he tratado como una cortesana en sí, siempre le digo que para mí, es todo menos una cortesana ¿Por qué? Porque asi lo siento yo, asi siento y con eso no suelo mentir es una mujer y la tengo que respetar como tal, si ella está aquí ella tendrá sus razones, yo no le diré “Eres una perra y las perras sirven solamente para dar placer” no, siempre le digo que conmigo sea ella misma sea sincera será la mujer que tiene ser no la cortesana, no la mujer que yo pago para estar con ella unas cuantas horas. Sé que estas palabras no es propio de mi, las personas que me conocen dicen que soy un patán, un salvaje que solo sirve para joder la vida y tiene razón, yo no me doblare por nada ni por nadie, seré el mismo Antoline, pero con una verdadera amiga como lo es Reika seré “amable” y compasivo pero si me llega a fallar seré su peor enemigo y me olvidare algún día que ella fue mi amiga pero… ¿Para qué pensar eso? No ha pasado nada asi que…
Reika, una mujer sumamente hermosa, como lo he dicho, desde que la vi me llamo la atención, primero la mire como una mujer simple, para que decir la verdad, aquí todas las que están las miro iguales, unas cortesanas que venden su cuerpo. Pero con el tiempo empecé a conocer a Reika, mucho, la invitaba a salir de noche cuando su ronda terminaba a veces muy tarde unas cuantas veces podría estar con ella, al principio solo quería sexo, sexo, sexo, pero después las ganas de estar con ella como una mujer se me estaba quitando la verdad porque la empezaba a mirar como una amiga. Pero ahorita no se siento algo de soledad y quiero pasar tranquilo sin problemas. Una sonrisa apareció en mi rostro cuando escuche la voz de ella, seguía recargado en aquella barra, observándola-Ya sabes que soy así con usted Reika…-Mencione, observaba sus movimientos, que las palabras que ella decía eran vacías, sin ningún sentimiento de por medio. Tampoco me molestaba porque sabía perfectamente que era por su trabajo que tenía que ser asi con cualquier cliente que se le paraba enfrente de ella. Mis ojos se encontraba fijamente en su rostro, mis labios estaban estirado formando una sonrisa, pero esa sonrisa se alargo mas cuando sentí como el pequeño cuerpo de la mujer se apegaba a mi cuerpo la rodee con una mano su cintura y ladee mi rostro un poco para mirar el suyo, de mi garganta salió una risa por aquellas palabras-Si no te abras dando cuenta ya no vengo con frecuencia a este lugar….querida Reika-Eleve una ceja, sin dejar de mirarla.
La deje libre, retirándome un poco de aquel cuerpo que hace tiempo lo había tenido muchas veces, sonríe un poco, solo un poco por aquellas palabras, no sabía lo que me pasaba esa noche pero necesitaba olvidarme un poco de todos mis problemas y concentrarme en una sola cosa, ella, Reika-Esas palabras me han gustado-Quise sonreír abiertamente, como solía ser cuando estaba con ella, pero sinceramente las palabras de Reika me afectaron un poco, esperando el que rinda en la cama ahora sea yo. Comencé a seguirla, mirando el camino que conocía perfectamente, entrando en aquella habitación-Gracias por darme esta bienvenida Reika-Ingrese al lugar, mire la habitación, no había cambiado para nada, mire la cama y me senté en ella, entrelazando mis dedos y mirando la pared solamente. Sin espera, la mire enfrente mío, mordiéndome mi barbilla, mis ojos se clavaron en los de ella, mis labios estaba sellados, queriendo decir algo pero no podía, estaba como pegados, como cocidos, fruncí levemente mi ceño, eleve mi mano derecha poniéndola en su rostro y alejándola-No tan rápido Reika…no quiero que sea como siempre-Hasta yo mismo me estaba sorprendiendo con esas palabras que salieron de mis labios y sobre todo al ver como la alejaba de mi cuerpo.
¿Qué está pasando conmigo?
¿Por qué no puedo sentir placer por ella?
¿Por qué no soy el mismo?
¿Por qué?
Tantas preguntas en mi cabeza y sin respuesta-Reika….-Fue lo único que salió de mis labios, volteándome para no mirarla, no tenía el valor de mirarla por la forma tan estúpida que me estoy comportando.
Ahmet Arlovskaya- Vampiro Clase Alta
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Re: Cliente Frecuente [Privado Antoline, + 18]
Nadie es absolutamente honesto. Creoq ue es imposible ser sincero en todo lo que se dice cuando ya se tiene un tramo recorrido de la vida. (Sí, tengo 21 años recién, pero eso no me quita credibilidad, con mayor razón con todo lo que he vivido...aunque no los culpo, la mayoría no me conoce) y se van armando situaciones o sucesos que no quieres que todos sepan. Si mis padres estuvieran vivos habrían puesto el grito en el cielo, aunque si estuvieran vivos creo que no estaría trabajando en lo que trabajo. De hecho, éste ha de ser uno de los oficios que más secretos involucra, tanto para los clientes que conviven con el estigma de requerir a alguien desconocido o no tanto para satisfacerse o sentirse bien, como para nosotros, considerando que algunos están aquí como parte de una doble vida que si era descubierta liberaría tempestades eternas, las que se hacían aún peores mientras más alta fuera la posición social. ¿Se imaginan el escándalo que se formaría si descubrieran que un miembro de la realeza se mete en estos "antros de la perdición" como le llamaban? Digno de una novela.
Antoline esperó a que se cerrarse la puerta para hacerme ver que las cosas no iban bien para él, aparentemente, y yo esperé aquel mismo instante para "ser yo" en plenitud, cambiando esa atención robotizada por una espontánea cuando se sentó en la cama. Busqué animarlo, pero esas manos que en otras oportunidades ya estaban quitándome el corsé apartaron mi rostro. Supuse de inmediato que era algo grave. "No quiero que esto sea como siempre", me dijo y acrecentó mi preocupación. ¡Más encima me había dado la espalda! Mis neuronas no me ayudaban, hasta que fue el corazón el que me dio una mano y la otra para abrazar a aquel vampiro...no, a aquel amigo mío que parecía estar en problemas. Mi pecho contra su espalda, mi cabeza contra su hombroo, y mi voz chocando contra su finísima chaqueta - Puedes contar conmigo, Antoline. Cuéntame qué te inquieta, por favor. Tus secretos se irán conmigo en mi tumba - Y él lo sabía. Nuestra confianza era fuerte, igual que nuestro lazo. Sólo esperaba que él creyera lo mismo que yo y se atreviera a dar el paso. Y si no, ¿qué importaba? Seguiría estando para él, no sólo como una cortesana que lo desea, sino también como una amiga que lo quiere y aprecia.
Antoline esperó a que se cerrarse la puerta para hacerme ver que las cosas no iban bien para él, aparentemente, y yo esperé aquel mismo instante para "ser yo" en plenitud, cambiando esa atención robotizada por una espontánea cuando se sentó en la cama. Busqué animarlo, pero esas manos que en otras oportunidades ya estaban quitándome el corsé apartaron mi rostro. Supuse de inmediato que era algo grave. "No quiero que esto sea como siempre", me dijo y acrecentó mi preocupación. ¡Más encima me había dado la espalda! Mis neuronas no me ayudaban, hasta que fue el corazón el que me dio una mano y la otra para abrazar a aquel vampiro...no, a aquel amigo mío que parecía estar en problemas. Mi pecho contra su espalda, mi cabeza contra su hombroo, y mi voz chocando contra su finísima chaqueta - Puedes contar conmigo, Antoline. Cuéntame qué te inquieta, por favor. Tus secretos se irán conmigo en mi tumba - Y él lo sabía. Nuestra confianza era fuerte, igual que nuestro lazo. Sólo esperaba que él creyera lo mismo que yo y se atreviera a dar el paso. Y si no, ¿qué importaba? Seguiría estando para él, no sólo como una cortesana que lo desea, sino también como una amiga que lo quiere y aprecia.
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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Re: Cliente Frecuente [Privado Antoline, + 18]
Para un hombre no complacer a una mujer es su muerte, un hombre que se cree galán, corteja cualquier mujer, que se cree que puede derribar el mundo entero y no sentirse completamente hombre es como si estuviera muerto, asi me sentía yo en este momento, que no valía como hombre, que era lo suficiente hombre para sentir placer por una mujer que ella…que esa mujer siempre me había llamado la atención, no estoy diciendo que ya no me atrae pero hay algo que me impide estar con ella o con cualquier mujer -Siento un vacio…-Pensé, mirando a otro lado, no tenía la cara de verla, ella, Reika, la cortesana con quien me acostaba, siempre la pedía para que ella me complaciera, ella sabia como me gustaba hacer esto, pero hoy, no puedo, no puedo…Mi plan no era esto, mi plan era disfrutar, gozar a lo grande dejarla sin aliento y pidiendo más hasta que el sol tocara venta ay me dijera que me tenía que ir pero no, estoy aquí sentando con mis manos empuñadas, con mi quijada apretada, mis ojos viendo la pared simplemente como si esa cosa fuera lo más interesante del planeta -Lo siento Reika, no pretendía arruinar la noche…-Voltee a verla de reojo, se miraba tan hermosa, tan atrayente pero para mí…era esa amiga que estaba mirando, que salía con ella en las noches, cuando tenía libre, platicábamos miles de cosas, nunca pensé que la miraría asi una noche como esta.
-Te parezco un niño que está a punto de llorar ¿Verdad?, pero me siento impotente en este momento, como pudo pasar eso, yo no…-Calle por un momento si seguía hablando no se lo pasaría, mejor me quedo callado, lamentándome por no ser lo suficiente hombre para complacerla. Cuando me iba a levantar sentí los brazos de ella rodearme, mirando que se aferraban a mi pecho, su cabeza en mi hombro, me quede quito, en paz por así decirlo, me sentía como un niño que lo estaba abrazando su madre -Reika…yo…-Escuche lo que me decía, mirándola de reojo con una pequeña sonrisa en mi rostro -Me han pasado muchas cosas, pero nunca pensé…como te lo dicho. Que me pasara esto-Arquee una ceja indicándole que me sentía un poco mejor-Yo, tengo problemas, claro todo mudo tiene problemas, sería raro que no tuvieran eso si…-Pase mi mano por mi frente no sabía que decir -Reika no se cómo explicarte lo que me está pasando es un poco dificl para mi abrir mis sentimientos ya lo sabes tú…-Si, ella me conocía perfectamente o eso creía. Quite los brazos de ella, parándome y volteándome a verla -Mira Reika, sabes que no soy asi ¿Verdad?....bueno no sé lo que me pasa, siento que estoy fallando, no como hombre, si no algo me impide estar contigo, aparte que tengo la corte, mis problemas, mis negocios todo se me junta, a eso vine a pasarla bien pero cuando te vi, cuando estaba en la cama cuando…en fin no pude, de verdad no pude-Tape mi rostro con mis manos y di varios pasos hacia atrás hasta que la pared topo con mi espalda -Lo siento…-Me di vuelta, dándole nuevamente la espalda me sentía mal, si muy mal -Reika-Mencione su nombre volteando un poco mi rostro -No quiero que nadie se entere de lo que paso…-Fruncí mi ceño, quitándome una de mis manos del rostro.
-Te parezco un niño que está a punto de llorar ¿Verdad?, pero me siento impotente en este momento, como pudo pasar eso, yo no…-Calle por un momento si seguía hablando no se lo pasaría, mejor me quedo callado, lamentándome por no ser lo suficiente hombre para complacerla. Cuando me iba a levantar sentí los brazos de ella rodearme, mirando que se aferraban a mi pecho, su cabeza en mi hombro, me quede quito, en paz por así decirlo, me sentía como un niño que lo estaba abrazando su madre -Reika…yo…-Escuche lo que me decía, mirándola de reojo con una pequeña sonrisa en mi rostro -Me han pasado muchas cosas, pero nunca pensé…como te lo dicho. Que me pasara esto-Arquee una ceja indicándole que me sentía un poco mejor-Yo, tengo problemas, claro todo mudo tiene problemas, sería raro que no tuvieran eso si…-Pase mi mano por mi frente no sabía que decir -Reika no se cómo explicarte lo que me está pasando es un poco dificl para mi abrir mis sentimientos ya lo sabes tú…-Si, ella me conocía perfectamente o eso creía. Quite los brazos de ella, parándome y volteándome a verla -Mira Reika, sabes que no soy asi ¿Verdad?....bueno no sé lo que me pasa, siento que estoy fallando, no como hombre, si no algo me impide estar contigo, aparte que tengo la corte, mis problemas, mis negocios todo se me junta, a eso vine a pasarla bien pero cuando te vi, cuando estaba en la cama cuando…en fin no pude, de verdad no pude-Tape mi rostro con mis manos y di varios pasos hacia atrás hasta que la pared topo con mi espalda -Lo siento…-Me di vuelta, dándole nuevamente la espalda me sentía mal, si muy mal -Reika-Mencione su nombre volteando un poco mi rostro -No quiero que nadie se entere de lo que paso…-Fruncí mi ceño, quitándome una de mis manos del rostro.
Ahmet Arlovskaya- Vampiro Clase Alta
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Si había algo que me causaba impotencia era no poder ayudar a alguien que tiene mi aprecio y cariño, y el ver a Antoline así, tan deprimido, tan distinto a como solía ser siempre…tan galante, tan brusco y a la vez cuidadoso en la cama, y tan caritativo como demostraba en sus pagas que superaban con creces lo que yo esperaba recibir…me tenía desconcertada. Apenas había atinado a abrazarle, a darle un poco de calor humano y no sólo sexual, esperando que ello aunque mínimo fuera de utilidad. Me sonrió y yo hice lo mismo de vuelta, dándole el tiempo y el silencio necesario para que se expresara, para que dijera lo que tenía que decir por muy difícil que le resultase. Asentí cuando me pidió respuestas implícitas y me quedé sentada cuando él se incorporó, realmente me daba pena verlo así, y lo peor era que no sabía como ayudarlo, cómo hacer que mejorase al ser problemas que en su mayoría yo no podía participar ni mucho menos intervenir a su favor, a nuestro favor.
Se dio la vuelta y se quedó quieto como los niños que eran castigados en las escuelas, indefensos esperando el regaño o el golpe con la regla o puño, pero yo no iba a hacer eso precisamente. Me incorporé lentamente y volví a abrazarlo, era lo único que podía hacer de momento. ¿De qué más podía ser capaz alguien que lo mejor que sabía hacer era abrirse de piernas? – No tienes que pedirme perdón de ninguna manera, Antoline. – Era lo primero que tenía que decirle, como mínimo – Nadie se enterará de lo nuestro, mis promesas se van a la tumba conmigo. Y no sólo de lo nuestro, todo lo que quieras decirme está a salvo conmigo: tus problemas, tus indecisiones, tu color de calzoncillos – Sabía que eso haría reír o al menos sonreír al vampiro, para empezar poco a poco con el cambio de su humor – Incluso el hecho de que no seas bueno expresando lo que sientes. Dime lo que sea, y mis labios se sellarán. – Le moví para voltearlo y dejarlo con la espalda a la pared y le cogí esas manos frías, cubriéndolas con las mías y así mirarle a los ojos – No sé exactamente qué está pasando por esa cabecita tuya, pero lo que sea que estés pensando hacer, yo estaré a tu lado apoyándote, a menos que sea algo que vaya contra tu salud. – Reí y apreté un poco el agarre de nuestras manos – Cualquier decisión que tomes estará bien para mí, con tal de que estés feliz.
Se dio la vuelta y se quedó quieto como los niños que eran castigados en las escuelas, indefensos esperando el regaño o el golpe con la regla o puño, pero yo no iba a hacer eso precisamente. Me incorporé lentamente y volví a abrazarlo, era lo único que podía hacer de momento. ¿De qué más podía ser capaz alguien que lo mejor que sabía hacer era abrirse de piernas? – No tienes que pedirme perdón de ninguna manera, Antoline. – Era lo primero que tenía que decirle, como mínimo – Nadie se enterará de lo nuestro, mis promesas se van a la tumba conmigo. Y no sólo de lo nuestro, todo lo que quieras decirme está a salvo conmigo: tus problemas, tus indecisiones, tu color de calzoncillos – Sabía que eso haría reír o al menos sonreír al vampiro, para empezar poco a poco con el cambio de su humor – Incluso el hecho de que no seas bueno expresando lo que sientes. Dime lo que sea, y mis labios se sellarán. – Le moví para voltearlo y dejarlo con la espalda a la pared y le cogí esas manos frías, cubriéndolas con las mías y así mirarle a los ojos – No sé exactamente qué está pasando por esa cabecita tuya, pero lo que sea que estés pensando hacer, yo estaré a tu lado apoyándote, a menos que sea algo que vaya contra tu salud. – Reí y apreté un poco el agarre de nuestras manos – Cualquier decisión que tomes estará bien para mí, con tal de que estés feliz.
Reika Roux- Vampiro Clase Alta
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No me gusta sentirme así de débil, sentía que estaba exponiendo algo más y eso no me apetecía, pero con Reika era lo contrario, era mi amiga…¿De verdad ella era mi amiga? Tampoco dejaré que sepa mucho de mis sentimientos pero en este momento creo que baje la guardia, y destroce aquel caparazón que me hice…pero espero reconstruirlo para que esto no volviera a pasar ni con ella ni con nadie -Porque me pasa esto…porque-Razono un poco, no era en mi ponerme asi la verdad, pero hoy, estando aquí con ella, sintiéndome tan mal, venía a divertirme como había dicho, pasar la noche con una buena compañía, no me importaría que solamente estuviera bebiendo conmigo, dándome una charla…pero se dio la oportunidad de estar con Reika en una de las habitación y me comporto como un hombre sin ganas de estar con una mujer y la verdad que así me pasa en estos momentos, no me siento atraído por ella, no siento ese deseo que surge de mi cada vez que la veo hoy…hoy no era yo. Mi mano seguía en una parte de mi rostro, tapando la mitad y la otra era con la que miraba a la mujer enfrente mío, me estaba dando ánimos pero yo, yo no sentía “ese cariño” solo quería salir, correr y perderme por el bosque para que no me encontraran nadie…nadie, estar solo pensar, razonar del porque mi comportamiento tan raro que tengo esta noche.
Baje mi cabeza un poco, ahora el piso era lo más entretenido que tenía en este momento ¿Por qué?, tenía muchas preguntas en mi cabeza y sin ninguna respuesta. Mi oído capto los movimientos de ella, que se acercaba hasta mí, sentí su calor cuando me abrazo y…solamente nos quedamos así, sin decir más, no tenía intenciones de hablar aunque mi especialidad de hoy es abrir mi boca y de ella sale sin fin de palabras que no resultan. No sé cuanto paso hasta que Reika hablo, la mira de reojo con una pequeña, disimulada sonrisa -Sabes que es raro en mi pedir perdón, disculparme por algo así pero hoy me siento indefenso, como un niño perdido, asustado hasta con miedo-Me confesé ante ella, apretando mis manos solamente. Calle nuevamente, al notar como los labios de Reika se mueven, iba a volver hablar, escuchándola atentamente y riéndome por lo ultimo -Se que llevamos tiempo conociéndolo y es raro que te diga lo que realmente siento, lo que realmente soy y mis problemas, pero no me siento a gusto mostrándole mis sentimientos a las demás personas aunque sean muy cercanas a mí y tu ya debería de saberlo, pero esta noche está pasando algo diferente en mi…espero que solamente sea esta noche y no todas-Reí un poco -Espero, como tú has dicho de lo que has oído esta noche, lo que te dicho no salga de tu boca, esa boca que muchas veces he probado-Sonreí un poco más, noto que le daba la vuelta y le pegaba a la pared, el no quiso intervenir, simplemente me dejo como un títere, mirando sus manos cubiertas por las manos de la mujer, sonreí por ese gesto que pocas personas lo hacían y sobre todo que dejara que lo hicieran -Pasan muchas cosas por mi cabeza Reika, tampoco te las contare, pero las que salgan pues salieron y no hay vuelta atrás, ¿Mi Salud?-Pregunto un poco confundido -Reika, amo mi “vida” claro si esto se le puede llamar vida, no hare nada contra mi salud…que solo una estaca, el sol o la lumbre me matarían y no pretendo ser tan tonto para hacer algo asi….-Declare, entrelazando mis dedos con los de ella, y subiendo las manos- Sabes, encontré alguien…encontré a una mujer sumamente interesante…y es raro cuando digo que encontré una mujer interesante-rei y bajo ambas manos -Pero no se…soy muy raro para esas cosas-Cambie el tema, estando con una mujer que siempre me acostaba con ella, ahora hablando de ..¿Esto? Si que esta noche estoy completamente raro, si, muy raro
Baje mi cabeza un poco, ahora el piso era lo más entretenido que tenía en este momento ¿Por qué?, tenía muchas preguntas en mi cabeza y sin ninguna respuesta. Mi oído capto los movimientos de ella, que se acercaba hasta mí, sentí su calor cuando me abrazo y…solamente nos quedamos así, sin decir más, no tenía intenciones de hablar aunque mi especialidad de hoy es abrir mi boca y de ella sale sin fin de palabras que no resultan. No sé cuanto paso hasta que Reika hablo, la mira de reojo con una pequeña, disimulada sonrisa -Sabes que es raro en mi pedir perdón, disculparme por algo así pero hoy me siento indefenso, como un niño perdido, asustado hasta con miedo-Me confesé ante ella, apretando mis manos solamente. Calle nuevamente, al notar como los labios de Reika se mueven, iba a volver hablar, escuchándola atentamente y riéndome por lo ultimo -Se que llevamos tiempo conociéndolo y es raro que te diga lo que realmente siento, lo que realmente soy y mis problemas, pero no me siento a gusto mostrándole mis sentimientos a las demás personas aunque sean muy cercanas a mí y tu ya debería de saberlo, pero esta noche está pasando algo diferente en mi…espero que solamente sea esta noche y no todas-Reí un poco -Espero, como tú has dicho de lo que has oído esta noche, lo que te dicho no salga de tu boca, esa boca que muchas veces he probado-Sonreí un poco más, noto que le daba la vuelta y le pegaba a la pared, el no quiso intervenir, simplemente me dejo como un títere, mirando sus manos cubiertas por las manos de la mujer, sonreí por ese gesto que pocas personas lo hacían y sobre todo que dejara que lo hicieran -Pasan muchas cosas por mi cabeza Reika, tampoco te las contare, pero las que salgan pues salieron y no hay vuelta atrás, ¿Mi Salud?-Pregunto un poco confundido -Reika, amo mi “vida” claro si esto se le puede llamar vida, no hare nada contra mi salud…que solo una estaca, el sol o la lumbre me matarían y no pretendo ser tan tonto para hacer algo asi….-Declare, entrelazando mis dedos con los de ella, y subiendo las manos- Sabes, encontré alguien…encontré a una mujer sumamente interesante…y es raro cuando digo que encontré una mujer interesante-rei y bajo ambas manos -Pero no se…soy muy raro para esas cosas-Cambie el tema, estando con una mujer que siempre me acostaba con ella, ahora hablando de ..¿Esto? Si que esta noche estoy completamente raro, si, muy raro
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