AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
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¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
Allí estaba en medio de una reunión con gente de estracto social considerable, vestidos coloridos y caros en volvían los cuerpos de la damas con edades varidas, los caballeros costosos y elegantes Smokins era su vestimementa aquella noche, yo como siempre el más notable de los notables por vestir sin elegancia, lucía mi típico atuendo de todos los días, un saco, chaleco, pantalones de vestir y el cabello alboratado, era más que notorio que estaba por debajo de los que ahora danzaban frente a mí cotejando, buscando o enamorando a su pareja.
<< Todo sea por la justicia >> me decía a mi mismo, pues en lo particular odio todo lo que significa la palabra "Sociable", prefería lo contrario, si... aquella que en su significado abarcaba la paz, la tranquilidad y el silencio, la soledad, eso para mi era diversión.
Orillado en un rincón del lujoso salón de baile del palacio, con la compañia de una pequeña mesita cubieta de un fino mantel aperlado y textura de satín que cargaba cientos de fins copas de cristal llenas de vino,aburrido tome una entre mis manos, daba más si faltaba una, al final de cuentas la mayoría de los caballeros además de estar podridos por la maldad y la riqueza, querían ser felices cadaverés regordetes dañados del riñon de tanto licor que podín disfrutar de sus continúas fiestas, es decir de sus continúas reuniones sociales y de negocios.
Serio y frivolo observaba a todos, cualquiera podría ser el muerte viviente que buscaba, en mi propia cara podría mofarse vuscando placer entre mortales, hasta que mi mirada halló algo más que un sospechoso, era una... mujer. Era un de esa bellas criaturas que a más de uno a palabras calladas enamoraba, para mi una mujer era un peligro y un enigma, inexplicable se me hacía el que pudieran concebir una nueva vida en la suya, que su instinto fuera aún más poderoso que el de nosotros ¿Como era eso posible?, ¡Simplemente una maravilla!.
La gente pasaba, y sin saberlo obtruía mi vista de ella, era una hermosa musa de cabellos dorados, una mirada inocente coloreada de azul cielo, mejillas rosadas, cuerpo de ninfa, poseedora de la timidez de una violeta que reflejaba a cada movimiento suyo.
Platicaba, solo eso veía, era facíl distraerme en su sutileza y en su propia personalidad que un por más analisís que hacía no lograba encontrar defecto alguno, salvo el de embelesarme de inmediato, ¿Embelesarme, amor?, en que estoy pensando, yo se bien que el amor y que la atracciónno son máas que estados emotivos y todo lo emocional resultaba opuesto a mi razón, pero mientras más pensaba en ello, mas me sumía en su presenciam en su imagen frente a mis ojos << No, eso no puede ser, la veo como sospechosa, ¡Si eso! una hermosa sospechosa que debía interrogar, su hermosura quizá sea del sádico ser que busco >>. pensaba, mientras tomando la iniciativa me acerqué a paso firme, un grupo de jovenes estaba a su alrededor ¡Y.. que me importa!, decido me puse frente de la dama rubia y callada -Compermiso caballeros- interrumpí su charla que por demás podía asegurar aturdía a la pobre muchacha -Disculpen queridos jovenes que interrumpa su armoniosa platica, pero por que no mejor van al jardín, dicen que una joven y hermosa duquesa esta en busca de un encantador pretendiente- les di un giño, confirmando que era verdad, esbocé una ligera sorisa en el rostro ladeandolo solo un poco -Me presento mademoiselle, mi nombre es Sherlock, Sherlock Holmes- incline la cabeza y bese delicadamente su mano, como si se tratará de un petálo de rosa, volviendome a ella con una franca sonrisa -Disculpe la intromisión en sus conquistas, pero desde aquella pared, me parecía que esos jovenes la aturdían, espero no haberme equivocado, y que yo no la este importunando tampoco- mire detenidamente a la orquesta, alistandose para tocar, sentía que era timida y algo desconfiada, asi que después de maquilar la idea unos instantes dije con respeto -¿Porque no bailamos esta pieza?-mire hacia la pista, que ya estaba con algunas parejas listas para la danza -Dicen... que el vals puede comprobar si dos seres pueden tenerse confianza mutuamente, podemos comprobar si no es mala idea haberle hablado en estos momentos- extendí la mano ofreciendosela -¿Me consedería esta pieza?- entre mi solo decía << Confianza, pero si tu no confías en nadie, educación solo cuando te conviene sale a luz, ¿Que suecede?, recuerda Sherlock es solo una sopechosa, así la viste ¿Cierto? >>
<< Todo sea por la justicia >> me decía a mi mismo, pues en lo particular odio todo lo que significa la palabra "Sociable", prefería lo contrario, si... aquella que en su significado abarcaba la paz, la tranquilidad y el silencio, la soledad, eso para mi era diversión.
Orillado en un rincón del lujoso salón de baile del palacio, con la compañia de una pequeña mesita cubieta de un fino mantel aperlado y textura de satín que cargaba cientos de fins copas de cristal llenas de vino,aburrido tome una entre mis manos, daba más si faltaba una, al final de cuentas la mayoría de los caballeros además de estar podridos por la maldad y la riqueza, querían ser felices cadaverés regordetes dañados del riñon de tanto licor que podín disfrutar de sus continúas fiestas, es decir de sus continúas reuniones sociales y de negocios.
Serio y frivolo observaba a todos, cualquiera podría ser el muerte viviente que buscaba, en mi propia cara podría mofarse vuscando placer entre mortales, hasta que mi mirada halló algo más que un sospechoso, era una... mujer. Era un de esa bellas criaturas que a más de uno a palabras calladas enamoraba, para mi una mujer era un peligro y un enigma, inexplicable se me hacía el que pudieran concebir una nueva vida en la suya, que su instinto fuera aún más poderoso que el de nosotros ¿Como era eso posible?, ¡Simplemente una maravilla!.
La gente pasaba, y sin saberlo obtruía mi vista de ella, era una hermosa musa de cabellos dorados, una mirada inocente coloreada de azul cielo, mejillas rosadas, cuerpo de ninfa, poseedora de la timidez de una violeta que reflejaba a cada movimiento suyo.
Platicaba, solo eso veía, era facíl distraerme en su sutileza y en su propia personalidad que un por más analisís que hacía no lograba encontrar defecto alguno, salvo el de embelesarme de inmediato, ¿Embelesarme, amor?, en que estoy pensando, yo se bien que el amor y que la atracciónno son máas que estados emotivos y todo lo emocional resultaba opuesto a mi razón, pero mientras más pensaba en ello, mas me sumía en su presenciam en su imagen frente a mis ojos << No, eso no puede ser, la veo como sospechosa, ¡Si eso! una hermosa sospechosa que debía interrogar, su hermosura quizá sea del sádico ser que busco >>. pensaba, mientras tomando la iniciativa me acerqué a paso firme, un grupo de jovenes estaba a su alrededor ¡Y.. que me importa!, decido me puse frente de la dama rubia y callada -Compermiso caballeros- interrumpí su charla que por demás podía asegurar aturdía a la pobre muchacha -Disculpen queridos jovenes que interrumpa su armoniosa platica, pero por que no mejor van al jardín, dicen que una joven y hermosa duquesa esta en busca de un encantador pretendiente- les di un giño, confirmando que era verdad, esbocé una ligera sorisa en el rostro ladeandolo solo un poco -Me presento mademoiselle, mi nombre es Sherlock, Sherlock Holmes- incline la cabeza y bese delicadamente su mano, como si se tratará de un petálo de rosa, volviendome a ella con una franca sonrisa -Disculpe la intromisión en sus conquistas, pero desde aquella pared, me parecía que esos jovenes la aturdían, espero no haberme equivocado, y que yo no la este importunando tampoco- mire detenidamente a la orquesta, alistandose para tocar, sentía que era timida y algo desconfiada, asi que después de maquilar la idea unos instantes dije con respeto -¿Porque no bailamos esta pieza?-mire hacia la pista, que ya estaba con algunas parejas listas para la danza -Dicen... que el vals puede comprobar si dos seres pueden tenerse confianza mutuamente, podemos comprobar si no es mala idea haberle hablado en estos momentos- extendí la mano ofreciendosela -¿Me consedería esta pieza?- entre mi solo decía << Confianza, pero si tu no confías en nadie, educación solo cuando te conviene sale a luz, ¿Que suecede?, recuerda Sherlock es solo una sopechosa, así la viste ¿Cierto? >>
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: ¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
Había ido a una reunión social, la verdad es que iba porque no iba a estar mi madre. La ultima vez que me había intentado imponer sus normas, nos habíamos acabado peleando y hacia unos días que no me hablaba con ella. Solo sabia como estaban papa y mama porque Leonard me lo decía, no sabia que haría yo sin mi hermano. Pero me apetecía ir a aquella reunión, aunque no tenia acompañante y siquiera conocía a nadie, pero era de clase alta y debía hacer las cosas que debía hacer. Por la tarde había estado leyendo tranquilamente en mi cuarto, en la mansión donde vivía con mis criados. Había estado alternando la lectura con la pintura y la música, mis tres pasiones. Pero poco después con ayuda de mi dama de compañía me había vestido con mi vestido morado, aquel que resaltaba mi piel y mi cuerpo. Y el sombrero que llevaba resaltaba mi cabello rubio, él cual había dejado suelto y las ondas caían divertidas por mis hombros y mi espalda. Unos guantes blancos hasta la muñeca arreglaban el atuendo, las mangas del vestido eran cortas y no se aguantaban en los hombros si no que caían por mis brazos hasta quedarse allí. Lo cual me hacia parecer mas estilizada que de costumbre.
Cuando termine de vestirme, salí de mi cuarto y mi cochero ya estaba esperándome. Me levante el vestido para poder entrar en el coche de caballos y sentí la puerta cerrarse tras de mi. Mis manos estaban entrelazadas la una con la otra, algo nerviosas como yo. Hasta que oí que habíamos llegado, fui ayudada por mi cochero para bajar, como tantas otras veces, del carruaje. Así después de despedirme de él y verle como se iba a hablar con los demás cocheros que aguardarían allí al regreso de sus superiores toda la noche,yo entre en el Palacio Royal uno de mis sitios favoritos de París. Mire a la gente pero no encontré a nadie conocido por desgracia. Sabia que mis tres mejores amigos no iban a estar allí porque eran de clase baja y media pero no me importaba, porque yo les quería así. Mire a todos con interés, intentando encontrar a alguien para hablar. Mi dulzura y inocencia se hacia ver con cada pequeño movimiento de mi cuerpo, hasta que finalmente encontré lo que buscaba. Unos viejos amigos, que nos conocíamos desde pequeños y que como yo habían acudido sin sus padres a esa reunión. Todos nos llevábamos algo mal con nuestros progenitores pero aun así entre nosotros, nos llevábamos bien. Así que con mis conocidos, nos pusimos a hablar de cosas banales, cosas que no tenían gran interés pero que a nosotros nos servia. Poco después ellos se tuvieron que marchar y me quede sola de nuevo, no tarde mucho en tener compañía pero era para mi una compañía non grata, un grupo de chicos de mas o menos mi edad se habían acercado y habían comenzado una charla que a mi estaba empezando a aturdirme y de la cual solo quería escapar.
Pero no tuve que pensar en nada, porque un hombre atractivo, en el que ya me había fijado al entrar se acerco a nosotros. Le mire bien no iba vestido con un esmoquin elegante pero eso no importaba su belleza hacia lo demás. Por primera vez en mucho tiempo me sonroje. Vi como me liberaba de aquellos... “pesados” de los que yo intentaba deshacerme. Sonreí a mi salvador, con timidez como siempre. Solo podía sonreír en aquellos momentos con timidez y inocencia, mi timidez estaba haciendo acto de presencia con él allí.
-No me inoportuna monsieur, en realidad se lo agradezco porque esos chicos me estaban aturdiendo y deseaba ser liberada de ellos. Así que se podría decir que usted ha sido mi salvador. Encantada de conocerle monsieur Holmes, mi nombre es Yunuete, Yunuete Caroline Rouge.
Dije con mi voz llena de inocencia y dulzura, para cuando me invito a bailar con él mis mejillas se sonrojaron con aquel dulce color rojo que denotaba sobre mi piel. Pero sonreí y coloque una de mis enguantadas manos sobre una de sus manos dispuesta a bailar mientras con la otra cogía mi vestido para poder caminar sin problemas hacia la pista de baile.
-Me encantaría bailar con usted.
Mi sonrisa no se borraba de mi rostro y avancemos hasta la pista de baile el uno al lado del otro, con mi sonrisa impresa en mi rostro y mis mejillas sonrosadas. Nos pusimos uno frente al otro y acogimos la postura perfecta para bailar el vals a la espera de que la música diera comienzo.
Cuando termine de vestirme, salí de mi cuarto y mi cochero ya estaba esperándome. Me levante el vestido para poder entrar en el coche de caballos y sentí la puerta cerrarse tras de mi. Mis manos estaban entrelazadas la una con la otra, algo nerviosas como yo. Hasta que oí que habíamos llegado, fui ayudada por mi cochero para bajar, como tantas otras veces, del carruaje. Así después de despedirme de él y verle como se iba a hablar con los demás cocheros que aguardarían allí al regreso de sus superiores toda la noche,yo entre en el Palacio Royal uno de mis sitios favoritos de París. Mire a la gente pero no encontré a nadie conocido por desgracia. Sabia que mis tres mejores amigos no iban a estar allí porque eran de clase baja y media pero no me importaba, porque yo les quería así. Mire a todos con interés, intentando encontrar a alguien para hablar. Mi dulzura y inocencia se hacia ver con cada pequeño movimiento de mi cuerpo, hasta que finalmente encontré lo que buscaba. Unos viejos amigos, que nos conocíamos desde pequeños y que como yo habían acudido sin sus padres a esa reunión. Todos nos llevábamos algo mal con nuestros progenitores pero aun así entre nosotros, nos llevábamos bien. Así que con mis conocidos, nos pusimos a hablar de cosas banales, cosas que no tenían gran interés pero que a nosotros nos servia. Poco después ellos se tuvieron que marchar y me quede sola de nuevo, no tarde mucho en tener compañía pero era para mi una compañía non grata, un grupo de chicos de mas o menos mi edad se habían acercado y habían comenzado una charla que a mi estaba empezando a aturdirme y de la cual solo quería escapar.
Pero no tuve que pensar en nada, porque un hombre atractivo, en el que ya me había fijado al entrar se acerco a nosotros. Le mire bien no iba vestido con un esmoquin elegante pero eso no importaba su belleza hacia lo demás. Por primera vez en mucho tiempo me sonroje. Vi como me liberaba de aquellos... “pesados” de los que yo intentaba deshacerme. Sonreí a mi salvador, con timidez como siempre. Solo podía sonreír en aquellos momentos con timidez y inocencia, mi timidez estaba haciendo acto de presencia con él allí.
-No me inoportuna monsieur, en realidad se lo agradezco porque esos chicos me estaban aturdiendo y deseaba ser liberada de ellos. Así que se podría decir que usted ha sido mi salvador. Encantada de conocerle monsieur Holmes, mi nombre es Yunuete, Yunuete Caroline Rouge.
Dije con mi voz llena de inocencia y dulzura, para cuando me invito a bailar con él mis mejillas se sonrojaron con aquel dulce color rojo que denotaba sobre mi piel. Pero sonreí y coloque una de mis enguantadas manos sobre una de sus manos dispuesta a bailar mientras con la otra cogía mi vestido para poder caminar sin problemas hacia la pista de baile.
-Me encantaría bailar con usted.
Mi sonrisa no se borraba de mi rostro y avancemos hasta la pista de baile el uno al lado del otro, con mi sonrisa impresa en mi rostro y mis mejillas sonrosadas. Nos pusimos uno frente al otro y acogimos la postura perfecta para bailar el vals a la espera de que la música diera comienzo.
- Vestido:
Invitado- Invitado
Re: ¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
Indiferente y sin verguenza podían describirme mejor en aquellos momentos, dos personas, aprentemente una pareja más se acercaba al centro de la pista, no sabía bien si nos miraban o no y so li hacían poco me importaban.
Un precioso y lujoso escenario iluminado del más fino color dorado, forrado en ciertos lugares de oro y plata, esculturas y piezas de arte nos aguardaba para observar inmoviles el baile de esta noche, se escuchaban nuestros pasos, mis zapatos bajos, sus exquisitos tacones, finalmente nos detuvimos unos pocos metros cerca del enorme candil de vidrio cortado que colgaba de techo, realize una reverencia, mis manos la tomaron delicadamente como si tratará de un fragíl petálo de rosa o ¿Una violeta?, si..., de hecho parecía una violeta, los colores en su vestido lo simulaban, satín y encaje envolvian su cuerpo como si este le estuviera acariciando, su cuerpo simulaba el tallo, los olanes, el decorado del vestido forman los petálos de la flor.
Sin darme cuenta la contemplaba, las miradas se encontraban -Es muy hermoso el vestido que lleva esta noche- negue con la cabeza -¿Esta hecho aquí en París o lo ha mandado hacer a Inglaterra, como las otras... respetables invitadas?- preguntaba y al mismo tiempo me mofaba de alguna mujeres no menos de cincuenta años de edad que presumían de sus elegantas vestidos al más puro estilo inglés -¿No cree que a una fiesta, es decir a una reunión social se viene a comvivir y a disfrutar y no a contonearse como pavoreal?- decía con una sonrisa en el rostro, hacía de todo menos verle a los ojos, aquella acción de hace unos momentos fue más que inapropiada, un competo error que podría malinterpretarse.
La orquesta alejada y colocada en un rincón, dando un pequeño golpeteo el director dio la señal para que musicos e instrumentos se uniesen en uno solo, los violines empezaron su agudo y dulce sonido, los presentes se movían lento, giros sencillos, pasos ligeros, pasos que después poco a poco y sin medida fueron acrecentadose con el paso de la melodía. en pocos instantes dabamos giros marcados pero elegantes, mismos que nos llevaron a ser la pareja del centro, como si fuesemos el sol que detenido se rodeaba del baile de los demás planetas -No le miro a los ojos, la sociedad dicta que así se debe bailar en piezas tan elegantes- reí ligeramente -Además de esta forma los dos podremos comprobar si nos llevaremos bien, en Londres, mi tierra se cree que si la pareja se entiende en el baile, significa que hay... ¿quimica?, si esa es la palabra- le guiñe el ojo, mirandole discretamente.
Después solo se escuchaban las notas traviesas saliendo de cada instrumento, daban color al ambiente, danzaban entre nosotros, sonidos y coloridos ropajes hacían de esta reunión una de alegría desbordante.
Ella sonreía, yo parecía tan serio cuando la pieza finalizó, enfurecidos venían los jovenes que había engañado unos instantes -Creo que tengo problemas-, le solte de la mano y adelantandome detuve su paso -Caballeros, se que quieren matarme por haberle quitado a la inocente polomita, decifró sus mentes, ¿Un duelo?, ¡oh esta epoca donde ha caído!- la arrogancía se notaba en mi voz -Porque no mejor van tras algunas polluelas, como esas que estan allí- señalaba a las que por alguna razón se habían quedado solteras, voltearon ofendidos -¡Por favor, no sean tontos! debireron calmar su apetito voraz de oro y riqueza que fuera facíl de alcanzar, aquí tenían joyas con esta dama o al menos eso pensaban hasta que yo aparecí, suerte que yo no ambiciono nada sino ya estarían en el infierno, tengan noción que el cielo nunca es facíl de ganar, ¡Urtar las riquezas del cielo, vaya tontería!- tome a la dama dejando a los jovenes contrariados -Ingenuos, de verdad que el cielo es dificil de ganar, aunque no me costo mucho trabajo poder entrar- dije mirandola, refiriendonos a nuestro encuentro -Me gustaría preguntarle ¿porque no se opuso a que le invitara al baile?, porque seguramente a notado bueno...- señale a todo nuestro alrededor que ahora estaba desbordante de risas y de contento -No soy de este circulo tan selecto- finalmente detuvios el paso en una mesa repleta de copas y banquetes -Estoy aquí por cuestiones de trabajo más que por diversión, quizá usted pueda enseñarme algunas cosas, le sonará extraño pero no suelo ser gente sociable y mucho menos de los que sabe manejarse en este tipo de eventos- tomé una copa, ofreciendole otra igual ambas desbordantes de vino -Seguiré trabajando pero una platica amena puede hacer de esta incomodidad más placentera, porque... no me habla un poco más sobre usted mademoiselle Rouge, debo aclararle soy un hombre deamasiado curioso espero eso no le sea molestía-
De esta manera empezaba a indigar en mi sospechosa, más sinceramente veía en ella inocencia, no culpabilidad, ni que entre su faz ocultara algo de gravedad, no... no debo fiarme las apariencias siempre engañan ¿Será en esta ocasión?
Un precioso y lujoso escenario iluminado del más fino color dorado, forrado en ciertos lugares de oro y plata, esculturas y piezas de arte nos aguardaba para observar inmoviles el baile de esta noche, se escuchaban nuestros pasos, mis zapatos bajos, sus exquisitos tacones, finalmente nos detuvimos unos pocos metros cerca del enorme candil de vidrio cortado que colgaba de techo, realize una reverencia, mis manos la tomaron delicadamente como si tratará de un fragíl petálo de rosa o ¿Una violeta?, si..., de hecho parecía una violeta, los colores en su vestido lo simulaban, satín y encaje envolvian su cuerpo como si este le estuviera acariciando, su cuerpo simulaba el tallo, los olanes, el decorado del vestido forman los petálos de la flor.
Sin darme cuenta la contemplaba, las miradas se encontraban -Es muy hermoso el vestido que lleva esta noche- negue con la cabeza -¿Esta hecho aquí en París o lo ha mandado hacer a Inglaterra, como las otras... respetables invitadas?- preguntaba y al mismo tiempo me mofaba de alguna mujeres no menos de cincuenta años de edad que presumían de sus elegantas vestidos al más puro estilo inglés -¿No cree que a una fiesta, es decir a una reunión social se viene a comvivir y a disfrutar y no a contonearse como pavoreal?- decía con una sonrisa en el rostro, hacía de todo menos verle a los ojos, aquella acción de hace unos momentos fue más que inapropiada, un competo error que podría malinterpretarse.
La orquesta alejada y colocada en un rincón, dando un pequeño golpeteo el director dio la señal para que musicos e instrumentos se uniesen en uno solo, los violines empezaron su agudo y dulce sonido, los presentes se movían lento, giros sencillos, pasos ligeros, pasos que después poco a poco y sin medida fueron acrecentadose con el paso de la melodía. en pocos instantes dabamos giros marcados pero elegantes, mismos que nos llevaron a ser la pareja del centro, como si fuesemos el sol que detenido se rodeaba del baile de los demás planetas -No le miro a los ojos, la sociedad dicta que así se debe bailar en piezas tan elegantes- reí ligeramente -Además de esta forma los dos podremos comprobar si nos llevaremos bien, en Londres, mi tierra se cree que si la pareja se entiende en el baile, significa que hay... ¿quimica?, si esa es la palabra- le guiñe el ojo, mirandole discretamente.
Después solo se escuchaban las notas traviesas saliendo de cada instrumento, daban color al ambiente, danzaban entre nosotros, sonidos y coloridos ropajes hacían de esta reunión una de alegría desbordante.
Ella sonreía, yo parecía tan serio cuando la pieza finalizó, enfurecidos venían los jovenes que había engañado unos instantes -Creo que tengo problemas-, le solte de la mano y adelantandome detuve su paso -Caballeros, se que quieren matarme por haberle quitado a la inocente polomita, decifró sus mentes, ¿Un duelo?, ¡oh esta epoca donde ha caído!- la arrogancía se notaba en mi voz -Porque no mejor van tras algunas polluelas, como esas que estan allí- señalaba a las que por alguna razón se habían quedado solteras, voltearon ofendidos -¡Por favor, no sean tontos! debireron calmar su apetito voraz de oro y riqueza que fuera facíl de alcanzar, aquí tenían joyas con esta dama o al menos eso pensaban hasta que yo aparecí, suerte que yo no ambiciono nada sino ya estarían en el infierno, tengan noción que el cielo nunca es facíl de ganar, ¡Urtar las riquezas del cielo, vaya tontería!- tome a la dama dejando a los jovenes contrariados -Ingenuos, de verdad que el cielo es dificil de ganar, aunque no me costo mucho trabajo poder entrar- dije mirandola, refiriendonos a nuestro encuentro -Me gustaría preguntarle ¿porque no se opuso a que le invitara al baile?, porque seguramente a notado bueno...- señale a todo nuestro alrededor que ahora estaba desbordante de risas y de contento -No soy de este circulo tan selecto- finalmente detuvios el paso en una mesa repleta de copas y banquetes -Estoy aquí por cuestiones de trabajo más que por diversión, quizá usted pueda enseñarme algunas cosas, le sonará extraño pero no suelo ser gente sociable y mucho menos de los que sabe manejarse en este tipo de eventos- tomé una copa, ofreciendole otra igual ambas desbordantes de vino -Seguiré trabajando pero una platica amena puede hacer de esta incomodidad más placentera, porque... no me habla un poco más sobre usted mademoiselle Rouge, debo aclararle soy un hombre deamasiado curioso espero eso no le sea molestía-
De esta manera empezaba a indigar en mi sospechosa, más sinceramente veía en ella inocencia, no culpabilidad, ni que entre su faz ocultara algo de gravedad, no... no debo fiarme las apariencias siempre engañan ¿Será en esta ocasión?
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: ¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
La verdad no me importaba si nos veían porque me gustaba estar con Sherlock, no sé porque pero algo de ese hombre me llamaba la atención ¿pero que estaba diciendo? Me gustaba todo de ese hombre, era la primera vez que sentía aquello desde hacía casi medio año. Pero me hacía sentir bien y feliz, cuando me cogió no pude evitar sonrojarme aunque de una manera casi imperceptible, me gustaba como me trataba como si fuese una linda y frágil flor que se fuese a romper con el más mínimo toque. Sonreía sin parar, su mirada clavada en la mía, parecían estar conectadas pero por primera vez aguantaba la mirada a un hombre que me gustaba sin sonrojarme o sin aparatar la vista con una sonrisa y un sonrojo. Negué suavemente cuando me pregunto sobre la procedencia del vestido.
-Pues mi vestido no es comprado Monsieur Holmes, es un regalo de mis criados hecho a mano por ellos mismos.
No pude evitar sonreír cuando se burlo de las demás. A mí me ponían enferma las mujeres que solo se contoneaban y no se comportaban como debía, sus ojos ahora me esquivaban y yo me preguntaba porque…
-La verdad es que pienso igual, las reuniones sociales no deben ser para contonearse si no para convivir con las demás personas y crear una atmosfera sencilla y casi familiar.
Me sonroje por sus palabras, química… pero sonreí ante su gesto. No deje de sonreír en ningún momento, nuestros pasos estaban sincronizados, perfectamente perfecto, como si hubiera estado ensayado pero no lo estaba. Pensaba que después de todo teníamos química y eso me gustaba más de lo que una mujer pensaría en una situación así. Admito que cuando acabemos de bailar y vi a los chicos acercarse me escondí rápidamente detrás de él, me asomaba un poco pero la verdad es que me daban miedo aquellos chicos, me sentía mejor allí, protegida por él. Me gustaba Sherlock, se había lanzado a protegerme sin necesidad de que viera mis reacciones ni nada. Me sentí feliz de irnos cuando me cogió la mano, le seguí con agilidad y me mordí el labio tras aquella pregunta. Sonreí con dulzura y tome entre mis manos la copa de vino.
-Exactamente por esto Monsieur Holmes, porque es diferente a todo esto. Me gusta lo diferente y sé que es usted alguien inteligente, que sabe mantener una conversación inteligente o tribal pero haciendo que la otra persona se sienta realmente cómoda como me siento yo ahora mismo. Y no sé si me equivoco pero yo he notado química cuando hemos bailado juntos. Aunque de mi vida Monsieur, no hay mucho que contar. Provengo de una familia adinerada de clase alta, mis padres nunca se han preocupado por mí y por mi hermano mayor, crecimos criados por nuestros criados y la verdad es que la relación con mi madre nunca fue buena.
-Pues mi vestido no es comprado Monsieur Holmes, es un regalo de mis criados hecho a mano por ellos mismos.
No pude evitar sonreír cuando se burlo de las demás. A mí me ponían enferma las mujeres que solo se contoneaban y no se comportaban como debía, sus ojos ahora me esquivaban y yo me preguntaba porque…
-La verdad es que pienso igual, las reuniones sociales no deben ser para contonearse si no para convivir con las demás personas y crear una atmosfera sencilla y casi familiar.
Me sonroje por sus palabras, química… pero sonreí ante su gesto. No deje de sonreír en ningún momento, nuestros pasos estaban sincronizados, perfectamente perfecto, como si hubiera estado ensayado pero no lo estaba. Pensaba que después de todo teníamos química y eso me gustaba más de lo que una mujer pensaría en una situación así. Admito que cuando acabemos de bailar y vi a los chicos acercarse me escondí rápidamente detrás de él, me asomaba un poco pero la verdad es que me daban miedo aquellos chicos, me sentía mejor allí, protegida por él. Me gustaba Sherlock, se había lanzado a protegerme sin necesidad de que viera mis reacciones ni nada. Me sentí feliz de irnos cuando me cogió la mano, le seguí con agilidad y me mordí el labio tras aquella pregunta. Sonreí con dulzura y tome entre mis manos la copa de vino.
-Exactamente por esto Monsieur Holmes, porque es diferente a todo esto. Me gusta lo diferente y sé que es usted alguien inteligente, que sabe mantener una conversación inteligente o tribal pero haciendo que la otra persona se sienta realmente cómoda como me siento yo ahora mismo. Y no sé si me equivoco pero yo he notado química cuando hemos bailado juntos. Aunque de mi vida Monsieur, no hay mucho que contar. Provengo de una familia adinerada de clase alta, mis padres nunca se han preocupado por mí y por mi hermano mayor, crecimos criados por nuestros criados y la verdad es que la relación con mi madre nunca fue buena.
Invitado- Invitado
Re: ¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
Ese vestido... tan seductor y elegante tenía un toque distinto, ¿Comprado? si pude haberlo dicho, pero quién decía si no era para comprobar mis teorias con respecto a la dama
-Siempre... el toque de las manos sencillas y humildes hacen del ropaje más valioso que el que es hecho con seda y comprado con oro- decía mientras le miraba, no podía separ sus ojos de los suyos... el mundo, ¡Vamos! mi propio entorno era como decir, diferente.
Prefería evitar ahora el contacto, podía terminar todo del lado del sentimentalismo si seguía viendo el mundo en su sonrisa y el cielo en su orbes -¿Sencillez?, aquí lo unico sencillo es el pavo y los platillos que estan en la mesa, sin olvidarnos de usted que rn estos momentos deja de lado la clase de oro y baila con un simple hombre de la clase de plata- quería saber que decía sobre aquellos que la impulsaba a entablar un charla conmigo, mi mente comenzaba a trabajar, ideas e intuisiones venian a mi mente, pero ninguna logró ser la respuesta, la visión de una delincuente o enemiga ocultando a una vampiresa, suspiré al ver todas las cartas blancas en vez de rojas con dibujos de muerte.
¿Diferente y comodidad? -Inteligente puedo creercelo- dije con una sonrisa de lado a lado -pero... comodidad y diferencia, vaya que que podría jurar que es un ahalago que, nadie me brinda a menudo- me alboroté más el cabello -Yo... tengo un amigo en Londres, Watson es mi único amigo... de hecho el único que soporta "las comodidades y diferencias" de mi compañía- asentí con la cabeza -El dice que soy algo desordenado, insolente e insopartable en ocasiones, espero que no se refiera a eso como el atractivo de mi persona-.
Levanté la ceja ligeramente cuando meciono esa palabrita que para mi es magica en cualquier relación que trasciende de una bella amistad -Y creo que fue la misma química la que le dicto esconderse tras de mí cuando llegaron los niños bonitos, perfumados y consentidos, normalmente prefiero estar a solas sin nadie alrededor, no hay nada en el mundo de afuera que me interese, hasta que esta noche me dicto la quimica que usted puede ser un tesoro que llame mi atención a la vida, es como si pudiese ver el cielo en su mirada y la felicidad en su sonrisa, veo un mundo diferente que me interesa en usted- simplemente correspodía a los comentarios, en esta época es un tanto impertinente quedarte callado ante las palabras de una mujer, era más facil responderle para que no marchará aún tenía preguntas por realizar, una madeja que desenrrededar.
-Lo lamento- dije en relación con su bello retrato familiar, quitandole la copa y volviendola a poner en la mesa, tomandole su mano entre las mías, las contemplaba brindandole respetuosas caricias, con este gesto simulado sabría más sobre ella y lo que hacía -Aunque.. si yo fuera el padre de una hermosa mujer, me preocuparía el doble sabiendo que en mi tierra hay ciertas... arpias- gire mi cabeza hacia los jovenes desconsolados y molestos -Además para un padre, una madre, el orgullo se alimenta cuando sus hijos toman lecciones y son buenos en lo que hacen, como usted que en su caso ha tomado clases de violín y de piano, sabe bordar y aún lo sigue haciendo para su tranquilidad, para mi eso sería una hija ejemplar- reí sutilmente -pocos saben equitación, a muy pocos les gusta y más raro es que a una dama le facinen cosas como esas, eso es otro don por el que cualquier caballero y no nada más su padre se sentiría afortunado de tener un rubí de diferente color, de una enorme belleza- finalmente solté sus manos y le miré a los ojos -Se muchas cosas de la gente con solo verlas, mi intuisión debe ser aguda pues mi trabajo lo requiere, pero aun entre amigos no puedo evitar descubrir los gustos del otro ¿raro no le parece?- le devolví la copa -¿Como es que puede ser tan... diferente, quizás la influencia de sus criados?, como es que ha crecido siendo la más bella y diferente flor parisina, ¿que más es lo que ocultas tras esa inocencia que me hace sentir tan comodamente feliz?-
-Siempre... el toque de las manos sencillas y humildes hacen del ropaje más valioso que el que es hecho con seda y comprado con oro- decía mientras le miraba, no podía separ sus ojos de los suyos... el mundo, ¡Vamos! mi propio entorno era como decir, diferente.
Prefería evitar ahora el contacto, podía terminar todo del lado del sentimentalismo si seguía viendo el mundo en su sonrisa y el cielo en su orbes -¿Sencillez?, aquí lo unico sencillo es el pavo y los platillos que estan en la mesa, sin olvidarnos de usted que rn estos momentos deja de lado la clase de oro y baila con un simple hombre de la clase de plata- quería saber que decía sobre aquellos que la impulsaba a entablar un charla conmigo, mi mente comenzaba a trabajar, ideas e intuisiones venian a mi mente, pero ninguna logró ser la respuesta, la visión de una delincuente o enemiga ocultando a una vampiresa, suspiré al ver todas las cartas blancas en vez de rojas con dibujos de muerte.
¿Diferente y comodidad? -Inteligente puedo creercelo- dije con una sonrisa de lado a lado -pero... comodidad y diferencia, vaya que que podría jurar que es un ahalago que, nadie me brinda a menudo- me alboroté más el cabello -Yo... tengo un amigo en Londres, Watson es mi único amigo... de hecho el único que soporta "las comodidades y diferencias" de mi compañía- asentí con la cabeza -El dice que soy algo desordenado, insolente e insopartable en ocasiones, espero que no se refiera a eso como el atractivo de mi persona-.
Levanté la ceja ligeramente cuando meciono esa palabrita que para mi es magica en cualquier relación que trasciende de una bella amistad -Y creo que fue la misma química la que le dicto esconderse tras de mí cuando llegaron los niños bonitos, perfumados y consentidos, normalmente prefiero estar a solas sin nadie alrededor, no hay nada en el mundo de afuera que me interese, hasta que esta noche me dicto la quimica que usted puede ser un tesoro que llame mi atención a la vida, es como si pudiese ver el cielo en su mirada y la felicidad en su sonrisa, veo un mundo diferente que me interesa en usted- simplemente correspodía a los comentarios, en esta época es un tanto impertinente quedarte callado ante las palabras de una mujer, era más facil responderle para que no marchará aún tenía preguntas por realizar, una madeja que desenrrededar.
-Lo lamento- dije en relación con su bello retrato familiar, quitandole la copa y volviendola a poner en la mesa, tomandole su mano entre las mías, las contemplaba brindandole respetuosas caricias, con este gesto simulado sabría más sobre ella y lo que hacía -Aunque.. si yo fuera el padre de una hermosa mujer, me preocuparía el doble sabiendo que en mi tierra hay ciertas... arpias- gire mi cabeza hacia los jovenes desconsolados y molestos -Además para un padre, una madre, el orgullo se alimenta cuando sus hijos toman lecciones y son buenos en lo que hacen, como usted que en su caso ha tomado clases de violín y de piano, sabe bordar y aún lo sigue haciendo para su tranquilidad, para mi eso sería una hija ejemplar- reí sutilmente -pocos saben equitación, a muy pocos les gusta y más raro es que a una dama le facinen cosas como esas, eso es otro don por el que cualquier caballero y no nada más su padre se sentiría afortunado de tener un rubí de diferente color, de una enorme belleza- finalmente solté sus manos y le miré a los ojos -Se muchas cosas de la gente con solo verlas, mi intuisión debe ser aguda pues mi trabajo lo requiere, pero aun entre amigos no puedo evitar descubrir los gustos del otro ¿raro no le parece?- le devolví la copa -¿Como es que puede ser tan... diferente, quizás la influencia de sus criados?, como es que ha crecido siendo la más bella y diferente flor parisina, ¿que más es lo que ocultas tras esa inocencia que me hace sentir tan comodamente feliz?-
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
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Re: ¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
Sonreí con ternura cuando hablo, yo siempre había pensado que los mejores vestido era los que se hacían con amor y mis criados lo habían hecho con ese amor, porque para mí ellos no eran criados, eran personas como yo… eran amigos. Pero ellos siempre insistían en que me debían la vida y siempre estarían a mi lado. Sonreí con dulzura apartando un poco el pelo de mis ojos, para mirarle a los suyos escuchando lo que decía y cuando dijo que dejaba de lado mi clase alta para bailar con él negué con la cabeza. Yo no era como las demás personas yo no me dejaba guiar por los cánones, si a mí me gustaba una persona la conocía fuera de la clase social que fuera. Porque yo a diferencia de la mayoría de la gente de clase alta, no miraba la clase social si no, la persona en sí y con Sherlock me había gustado hacerlo porque me sentía muy bien a su lado.
-Monsieur Holmes, yo siempre he creído que las clases sociales no son más que una barrera más que nos ponemos nosotros mismos. Jamás he creído en ellas, yo solo conozco a las personas sin fijarme en su clase social y me ha gustado conocerle a usted.
Dije sin dejar de sonreír, le mire con curiosidad y escuche todas y cada una de sus palabras, cuando se alboroto el cabello no pude evitar el sonrojarme levemente porque a mí me parecía un hombre atractivo y con el pelo alborotado me parecía aun más atractivo. Sus palabras sobre mí, él y nuestra química hicieron que me sonrojara de nuevo, me gusto mucho lo que me dijo porque la verdad es que de él me gustaba escucharlo. Sonreí con dulzura y con un leve sonrojo en mis mejillas. Después me cogió las manos y me sonroje un poco mas pero deje que las acariciara, me sentía bien y cómoda allí con él. Cuando me las solté me puse unos mechones de cabello detrás de mi oreja porque me decía las cosas que yo siempre había querido escuchar de mis padres.
-Mis padres nunca me han dicho eso, ni mi querido hermano, ni yo nos sentimos amados por nuestros padres. Para mí la única familia que vale la pena es mi hermano mayor Leonard. Nunca me he sentido amada por mis padres, creen que no soy como ellos pero ellos no son los mejores del mundo… son demasiado creídos… no son como yo… no quiero ser como ellos… yo no soy una mala persona… no soy como ellos…
Dije con casi ganas de llorar, porque no me gustaba que la gente se pensara que yo era como mis padres, porque no lo era, era totalmente diferente a ellos. Cogí la copa que me daba de nuevo y bebí un poco, la verdad es que necesitaba evitar que mis lágrimas bajaran por mis mejillas, lo conseguí a medias. Después le mire a él.
-Desde pequeños, tanto mi hermano como yo nos dimos cuenta que nuestros padres no se interesaban por nosotros, ellos solo nos veían como una fuente de ingresos cuando creciéramos. Mi madre quiso prometerme con un conde pero me negué, yo elijo mi vida. No me gustan los compromisos, si alguna vez me caso quiero que sea por amor. A pesar de ser de clase alta soy muy sencilla, pero parece que nadie me entienda.
Baje la vista algo dolida porque parecía que nadie me entendía cuando explicaba lo que yo pensaba, él único que me entendía era mi hermano, le mire a los ojos.
-Monsieur Holmes, yo siempre he creído que las clases sociales no son más que una barrera más que nos ponemos nosotros mismos. Jamás he creído en ellas, yo solo conozco a las personas sin fijarme en su clase social y me ha gustado conocerle a usted.
Dije sin dejar de sonreír, le mire con curiosidad y escuche todas y cada una de sus palabras, cuando se alboroto el cabello no pude evitar el sonrojarme levemente porque a mí me parecía un hombre atractivo y con el pelo alborotado me parecía aun más atractivo. Sus palabras sobre mí, él y nuestra química hicieron que me sonrojara de nuevo, me gusto mucho lo que me dijo porque la verdad es que de él me gustaba escucharlo. Sonreí con dulzura y con un leve sonrojo en mis mejillas. Después me cogió las manos y me sonroje un poco mas pero deje que las acariciara, me sentía bien y cómoda allí con él. Cuando me las solté me puse unos mechones de cabello detrás de mi oreja porque me decía las cosas que yo siempre había querido escuchar de mis padres.
-Mis padres nunca me han dicho eso, ni mi querido hermano, ni yo nos sentimos amados por nuestros padres. Para mí la única familia que vale la pena es mi hermano mayor Leonard. Nunca me he sentido amada por mis padres, creen que no soy como ellos pero ellos no son los mejores del mundo… son demasiado creídos… no son como yo… no quiero ser como ellos… yo no soy una mala persona… no soy como ellos…
Dije con casi ganas de llorar, porque no me gustaba que la gente se pensara que yo era como mis padres, porque no lo era, era totalmente diferente a ellos. Cogí la copa que me daba de nuevo y bebí un poco, la verdad es que necesitaba evitar que mis lágrimas bajaran por mis mejillas, lo conseguí a medias. Después le mire a él.
-Desde pequeños, tanto mi hermano como yo nos dimos cuenta que nuestros padres no se interesaban por nosotros, ellos solo nos veían como una fuente de ingresos cuando creciéramos. Mi madre quiso prometerme con un conde pero me negué, yo elijo mi vida. No me gustan los compromisos, si alguna vez me caso quiero que sea por amor. A pesar de ser de clase alta soy muy sencilla, pero parece que nadie me entienda.
Baje la vista algo dolida porque parecía que nadie me entendía cuando explicaba lo que yo pensaba, él único que me entendía era mi hermano, le mire a los ojos.
Invitado- Invitado
Re: ¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
La historia de muchas damas de las clases más altas, abnegada por los padres y utilizada para fuentes de negocios ¿Será por eso que estas acaudaladas jovenes sueñan con un mundo donde todo sea deslindado del poder y el interes?, no era tan mala pregunta después de todo.
Por lo menos no estaba sola y tenía un hermano mayor que le hacia compañia en la tragedia y el rechazo, en la soledad y en el llanto que se notaba tenía años contenido en un corazón que no podía pertenecer al de una sospechosa aliada de mi vampiresa fantasma, me miraba a los ojos más yo no hacia ninguna clase de gesto, no es que no sintiese simplemente la clase alta no era la única, también ciertas familias de las clases más desprotegidas careciamos de amor "familiar".
-Donde he escuchado eso antes- vi hacia el techo mientras analizaba su arquitectura, prefería no mirarle puesto que las lágrimas parecían salir de su rostro -Yo también tengo un hermano mayor, nos llevamos bien, haciendonos solidarios mutuamente, creo que por ese lado puedo comprenderle- puse mi mano en la barbilla -También le entiendo la incomprensión que la gente puede tener con el projimo- seguía sin verle dirigiendo mi mirada a todos los puntos visibles menos a donde ella se encontraba -Como le he comentado solo tengo un amigo que me comprenda, amigo que en estos momentos debe de estar haciendo un baile tan grande como este porque no estoy haciendole la vida imposible en Londres- sonreí -No soy el mejor compañero de cuarto, tengo mis defectos- le guiñe el ojo -siempre me la paso deduciendo al de a lado, como lo hecho con usted y su mano, impertinente soy a veces y pues en la mayoría de las ocasiones genero ciertas... molestias- entrecerraba los ojos y me encogia de hombros -Pero... ¿sabe como es que he logrado sobrellevar la indiferencia y la incomprensión de la gente?- señale con mi mano a todos los que se encontraban dentro del gran salón -Vealos bien a todos, ninguno hace lo mismo que esta haciendo otro en este momento, nadie toma asiento como la dama de la esquina, ninguna dama porta el mismo hermoso vestido que usted, nadie viste o se arrregla como yo, ninguno de los caballeros aqui presentes tienen esas formas tan... ortodoxas de pensar como las mías- me acerque a su oido y le susurré -¿a que me refiero con todo esto?, a que todos ante los ojos del igual somos diferentes e incomprensiblemente ajenos a sus costumbres cotidianas, usted es diferente y es incomprendida como yo o como el que está enfrente, al final de cuentas ¿Quién es comprendido en este mundo?, eso es lo que me consuela- me separé de su oido y le vi a los ojos, ea inocente mirada que pocas veces es contemplada en una mujer.
-A mí tampoco me gustan los compromisos, por mi trabajo y mi forma de ser dudo que alguna dama llegue a fijarse en mi con ojos de amor- la unica que me vió así o algo por el estilo fue Irene, pero era una criminal mundialmente conocida, muy lista pero no es para mí, -por lo menos lo único que me consuela es que hay... mujeres en el mundo que todavía piensan casarse por amor- le sonreí amenamente - y... que hay de tus actividades de equitación, probablemente semajante acto de... valentía al enfrentarte y subirte en esas bestias debe atraer algún pretendiente igual que los que tenías hace un rato, ¿Hay alguno?- solo preguntaba por simple curiosidad, la palabra bestias hacia los caballos bueno no tengo nada en contra de ellos mientras este treinta metros alejados de mí, no es que tenga miedo, es que son de poco fiar, tome la copa y volví a ver hacia otro extremo.
Por lo menos no estaba sola y tenía un hermano mayor que le hacia compañia en la tragedia y el rechazo, en la soledad y en el llanto que se notaba tenía años contenido en un corazón que no podía pertenecer al de una sospechosa aliada de mi vampiresa fantasma, me miraba a los ojos más yo no hacia ninguna clase de gesto, no es que no sintiese simplemente la clase alta no era la única, también ciertas familias de las clases más desprotegidas careciamos de amor "familiar".
-Donde he escuchado eso antes- vi hacia el techo mientras analizaba su arquitectura, prefería no mirarle puesto que las lágrimas parecían salir de su rostro -Yo también tengo un hermano mayor, nos llevamos bien, haciendonos solidarios mutuamente, creo que por ese lado puedo comprenderle- puse mi mano en la barbilla -También le entiendo la incomprensión que la gente puede tener con el projimo- seguía sin verle dirigiendo mi mirada a todos los puntos visibles menos a donde ella se encontraba -Como le he comentado solo tengo un amigo que me comprenda, amigo que en estos momentos debe de estar haciendo un baile tan grande como este porque no estoy haciendole la vida imposible en Londres- sonreí -No soy el mejor compañero de cuarto, tengo mis defectos- le guiñe el ojo -siempre me la paso deduciendo al de a lado, como lo hecho con usted y su mano, impertinente soy a veces y pues en la mayoría de las ocasiones genero ciertas... molestias- entrecerraba los ojos y me encogia de hombros -Pero... ¿sabe como es que he logrado sobrellevar la indiferencia y la incomprensión de la gente?- señale con mi mano a todos los que se encontraban dentro del gran salón -Vealos bien a todos, ninguno hace lo mismo que esta haciendo otro en este momento, nadie toma asiento como la dama de la esquina, ninguna dama porta el mismo hermoso vestido que usted, nadie viste o se arrregla como yo, ninguno de los caballeros aqui presentes tienen esas formas tan... ortodoxas de pensar como las mías- me acerque a su oido y le susurré -¿a que me refiero con todo esto?, a que todos ante los ojos del igual somos diferentes e incomprensiblemente ajenos a sus costumbres cotidianas, usted es diferente y es incomprendida como yo o como el que está enfrente, al final de cuentas ¿Quién es comprendido en este mundo?, eso es lo que me consuela- me separé de su oido y le vi a los ojos, ea inocente mirada que pocas veces es contemplada en una mujer.
-A mí tampoco me gustan los compromisos, por mi trabajo y mi forma de ser dudo que alguna dama llegue a fijarse en mi con ojos de amor- la unica que me vió así o algo por el estilo fue Irene, pero era una criminal mundialmente conocida, muy lista pero no es para mí, -por lo menos lo único que me consuela es que hay... mujeres en el mundo que todavía piensan casarse por amor- le sonreí amenamente - y... que hay de tus actividades de equitación, probablemente semajante acto de... valentía al enfrentarte y subirte en esas bestias debe atraer algún pretendiente igual que los que tenías hace un rato, ¿Hay alguno?- solo preguntaba por simple curiosidad, la palabra bestias hacia los caballos bueno no tengo nada en contra de ellos mientras este treinta metros alejados de mí, no es que tenga miedo, es que son de poco fiar, tome la copa y volví a ver hacia otro extremo.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: ¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
Si echaba la vista atrás se podía ver que Leonard había estado a mi lado en todo momento, apoyándome en todo… para mí era la mejor persona que podía tener en mi vida. Le miraba y ya se me estaban yendo las ganas de llorar, las estaba desterrando poco a poco, pero le escuchaba sin dejar de mirarle aunque él parecía querer evitar mi mirada. Sonreía por alguna de sus palabras y cuando me guiñaba el ojo, le escuchaba con atención. Me interesaba todo lo que él decía, cuando se acerco a mi oído para susurrarme en este sentí como mis mejillas se teñían de rojo pero a mí me gustaba. Mi mirada se poso en sus ojos, mis ojos solo desprendían dulzura y inocencia, pero él tenía razón. Sus palabras me hacían pensar y mucho, sabía bien lo que decía yo me acerque solo un poco a él como queriendo hacer que mis palabras fuesen más personales entre él y yo.
-Tiene razón, pero ¿sabe? Me gusta que sea diferente, me gusta que usted no piense como los demás. Porque eso es lo que me gusta de las personas que tengan diferentes puntos de vista y que no se dirijan hacia el mismo punto que todos los demás como un rebaño de ovejas.
Vale, quizás no era una de las mejores comparaciones que había hecho en mi vida pero es que era verdad a veces la gente parecían ovejas todas yendo hacia un mismo punto yo era una de las que iban a contracorriente. No me gustaba seguir a los demás pero cuando digo que ninguna chica le podía ver con ojos de amor negué, porque a mí me gustaba, era apuesto y no descartaba en un futuro… el enamorarme de él.
-No diga eso, muchas mujeres podrían enamorarse de usted.
Dije con una sonrisa como dando a entender que yo me incluía entre ellas. Si parecía que entre ambos había años de edad, pero no me importaba… eso nunca había sido un obstáculo para nada pero me centre en él. La equitación… otra cosa que me había hecho ganarme bronca de mis padres.
-La verdad es que desde pequeña me gusto, algunos caballos son peligrosos pero los míos son muy dóciles. Pero parece que eso hace que los hombres se alejen de mi aunque todos los que se acercan a mi sean como los chicos de antes. A veces creo que nadie puede querer a una chica como yo.
-Tiene razón, pero ¿sabe? Me gusta que sea diferente, me gusta que usted no piense como los demás. Porque eso es lo que me gusta de las personas que tengan diferentes puntos de vista y que no se dirijan hacia el mismo punto que todos los demás como un rebaño de ovejas.
Vale, quizás no era una de las mejores comparaciones que había hecho en mi vida pero es que era verdad a veces la gente parecían ovejas todas yendo hacia un mismo punto yo era una de las que iban a contracorriente. No me gustaba seguir a los demás pero cuando digo que ninguna chica le podía ver con ojos de amor negué, porque a mí me gustaba, era apuesto y no descartaba en un futuro… el enamorarme de él.
-No diga eso, muchas mujeres podrían enamorarse de usted.
Dije con una sonrisa como dando a entender que yo me incluía entre ellas. Si parecía que entre ambos había años de edad, pero no me importaba… eso nunca había sido un obstáculo para nada pero me centre en él. La equitación… otra cosa que me había hecho ganarme bronca de mis padres.
-La verdad es que desde pequeña me gusto, algunos caballos son peligrosos pero los míos son muy dóciles. Pero parece que eso hace que los hombres se alejen de mi aunque todos los que se acercan a mi sean como los chicos de antes. A veces creo que nadie puede querer a una chica como yo.
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Re: ¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
Sonrei levemente y asentí con la cabeza gustoso.... esta mujer era diferente, hacia que por un leve momento tomarrá cierto interés por lo que pasará fuera del cuarto de hotel, hacía que tomará cierta atención en el mundo exterior sin que hubiese un caso de por medio - Eso a mí también me disgusta y me desespera- conteste después de beber de la copa -La gente no piensa, los intereses, la conveniencia y el dinero siempre hace al individuo ignorante y tonto, ¿Tanto les puede costar pensar por segundos, como gente civilizada?, es lo que siempre me pregunto pero.... es más que obvio que usted no es una oveja en el rebaño quiza sea por eso este esta noche conversando con usted- me fije en la copa inspeccionando cada detalle, no se que demonios esperaba encontrar allí, un escape... si probablemente un escape, encariñarse con una persona no fuciona, si bien yo logro divorciarme de mis sentimientos, las mujeres suelen desarmarme de vez en cuando, suspire y volvi a dejar la copa en su sitio.
-¿Enamorarse de mí?- pregunte al oirle hablar -Mademoiselle se necesitaría de una persona que entendiera mis cambios de humor y mis impertinencias, mi trabajo hace que de vez en cuando tenga.... como decirlo costubres extrañas- era verdad, ni Watson ni la Sra. Houdson aguantaban mis impertinencias, sería casi un logro que una mujer pudiera tolerarme.
-Tontos- drigi mi mirada a ella -Los "caballeros" son tontos, de acuerdo los caballos no son el mejor amigo del hombre y menos de hombres como yo... eso que importa- tome un respiro, volvía a hablar aceleradamente, tome aliento y hable calmadamente -el punto de esto es que para mí una flor que crece en la adversidad suele ser la más bella todas, deslumbra y muchas veces enamora, esa flor llamará la atención de las manos bondadosas que sepan valorarle por su diferencia y no por la belleza, no desespere mademoiselle alguién llegará a su debido tiempo, siempre hay alguien que nos espera en algún rincón de esta Tierra- le sonreí francamente, no sabía porque exactamente seguía hablando con ella pero algo había alli, alguién que se había fijado en la diferencia.
-¿Enamorarse de mí?- pregunte al oirle hablar -Mademoiselle se necesitaría de una persona que entendiera mis cambios de humor y mis impertinencias, mi trabajo hace que de vez en cuando tenga.... como decirlo costubres extrañas- era verdad, ni Watson ni la Sra. Houdson aguantaban mis impertinencias, sería casi un logro que una mujer pudiera tolerarme.
-Tontos- drigi mi mirada a ella -Los "caballeros" son tontos, de acuerdo los caballos no son el mejor amigo del hombre y menos de hombres como yo... eso que importa- tome un respiro, volvía a hablar aceleradamente, tome aliento y hable calmadamente -el punto de esto es que para mí una flor que crece en la adversidad suele ser la más bella todas, deslumbra y muchas veces enamora, esa flor llamará la atención de las manos bondadosas que sepan valorarle por su diferencia y no por la belleza, no desespere mademoiselle alguién llegará a su debido tiempo, siempre hay alguien que nos espera en algún rincón de esta Tierra- le sonreí francamente, no sabía porque exactamente seguía hablando con ella pero algo había alli, alguién que se había fijado en la diferencia.
Sherlock Holmes- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 06/12/2011
Re: ¿La sospecha, puede convertirse en amor? ( Yunuete C. Rouge)
Sherlock era diferente a todos los hombres que había conocido en mi vida, no era igual a los demás. No era de clase alta pero no me importaba, él me llamaba la atención y lo encontraba muy atractivo tanto que mis mejillas se sonrojaban en ocasiones. Mi copa estaba entre mis manos y me sorprendí cuando vi que él pensaba igual que yo, jamás había encontrado alguien que compartía mi visión de ver la vida. Todas las personas que había encontrado a lo largo de mi vida tenían los pensamientos tan cerrados como una caja fuerte con doble seguridad y cerrojo. Mis mejillas se sonrojaban con las cosas que me decía porque algunas cosas la verdad es que no me lo habían dicho nunca.
-No acepto lo que piensan los demás, no pienso que nos debamos regir por normas que nos impiden a las mujeres hacer cosas llamadas “de hombres” o que nos tengamos que regir por el dinero. Aunque me da la sensación de que usted es como yo.
Sonreí mirándole con dulzura. Le escuche con atención decirme que era imposible que una mujer se enamorara de él. ¿Imposible? Lo imposible no existía, siempre había alguien en el mundo que se enamoraba de alguien. Nadie estaba destinado a estar solo, aunque yo lo pensaba de mi misma, pero siempre había alguien que se enamoraba de una persona. Pero no pude decir nada porque me respondió a lo último que yo había dicho. La verdad es que mis mejillas se volvieron a colorear cuando le escuche, la verdad es que me estaba piropeando sutilmente y eso me hacia sonrojar. Sonreí sonrojada cuando le escuche acabar de hablar, me gustaba estar allí con él.
-Muchas gracias por lo que dice Monsieur, pero me gustaría decirle que usted también encontrara a esa persona especial… Nadie está destinado a estar solo Monsieur Holmes, encontrara a esa persona especial ya lo verá.
-No acepto lo que piensan los demás, no pienso que nos debamos regir por normas que nos impiden a las mujeres hacer cosas llamadas “de hombres” o que nos tengamos que regir por el dinero. Aunque me da la sensación de que usted es como yo.
Sonreí mirándole con dulzura. Le escuche con atención decirme que era imposible que una mujer se enamorara de él. ¿Imposible? Lo imposible no existía, siempre había alguien en el mundo que se enamoraba de alguien. Nadie estaba destinado a estar solo, aunque yo lo pensaba de mi misma, pero siempre había alguien que se enamoraba de una persona. Pero no pude decir nada porque me respondió a lo último que yo había dicho. La verdad es que mis mejillas se volvieron a colorear cuando le escuche, la verdad es que me estaba piropeando sutilmente y eso me hacia sonrojar. Sonreí sonrojada cuando le escuche acabar de hablar, me gustaba estar allí con él.
-Muchas gracias por lo que dice Monsieur, pero me gustaría decirle que usted también encontrara a esa persona especial… Nadie está destinado a estar solo Monsieur Holmes, encontrara a esa persona especial ya lo verá.
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