Siempre hay un camino que recorrer…pero, quisiera hacerlo con alguien que valga la pena [Privado]

por **Zachary/Zouleth Bourque** Sáb Abr 07, 2012 7:55 pm

“Los sonidos de un reloj se parecen a los sonidos del corazón”

Tic-tac-tic-tac….El gran reloj de mi casa estaba sonando, las horas se pasaban como la humedad, cuando menos lo espere ya era de noche, donde yo podría salir, donde yo era yo, donde nadie sabía de mi, recorría las calles con tan maestría, aunque si, los años se me venían encima, nunca pensé lo que iba a pasarme, en cuestión de minutos me convertí en esto, en un ser de la oscuridad, un ser que solamente puede salir de noche a las calles, en cualquier lado, nunca pedí esto ¿O sí? No, simplemente quería vivir mi vida “dramática” como todas las personas, pero no, tuvieron que estropear mi vida y hacerme esto, lo que soy…un vampiro.

El reloj seguía con su típico Tic-tac…ese sonido sencillamente me tranquilizaba, recorrí el pasillo lentamente, sin arrastrar mis pies, como el caballero educado que soy que por años me han indicado que sea, aunque este solo. Llegue al borde de la escaleras, me quede por un momento, observando, los recuerdos de mi corto matrimonio me golpearon en mi cabeza como si se tratara de una película, las escenas pasaron rápidamente, pero menee la cabeza hacia los lados para borrar esos recuerdas, ya había pasado y los recuerdos se quedan en el pasado no en el presente ni mucho menos en el futuro. Tome el barandal, y empecé a bajar, mi mano se deslizaba, mis pies tocaba las escaleras, hasta que llegue a la planta baja, mirando la casa sola, vacías, simplemente estaban los muebles… ¿Sirvientes? No, no tenia, no he tenido tiempo de contratar a nadie ¿Por qué? Porque la verdad no pensaba quedarme, pensaba irme largarme de este lugar y nunca volver, porque lo único que me trago fue aquel matrimonio pero como me había divorcia en poco tiempo nunca pensé quedarme pero ahora…ahora me interesa este lugar ¿La razón? Es porque me adapte a ese lugar rápidamente, tengo casa, y por poco un lugar de trabajo ¿Qué más puedo pedir? Nada el destino me lo dirá, estaba en medio del pasillo, observando mi casa….me sonaba tan raro mi casa, porque no me sentía como tal, creo que venderé esta casa y me comprare una más pequeña, si asi lo hare, para que me sirve tanta casa si solamente soy yo, me di media vuelta y comencé a caminar hacia la sala.

Entre a la sala, mirando tres sillones, una mesa en el centro con un florero, eleve mi rostro mirando que enfrente de mí hay una chimenea arriba hay un cuadro de un hermoso semental negro….que ese semental era mío, era mi cabello. Di un paso hacia enfrente sentándome en uno de los sillones, pensando lo que iba hacer en mi vida, en este tiempo…en todo-Que vida llevo, debería de regresar a Estados Unidos, nadie me retiene en este lugar, pero me he acoplado tan bien, por eso estoy en quedarme aquí o irme a mi casa-Había hablando en voz alta, no importaba nadie me escuchaba, estaba solo, completamente solo, sin nadie, no conozco a nadie….me la pasaba atrás de ella como perro faldero, por no será asi, no volveré estar atrás de una mujer…-Mejor cállate Angelito, porque tal vez no puedes promete eso-Me reí un poco, levantándome nuevamente y caminándome hasta la puerta iba a salir, era de noche ya y de seguro habrá pocas personas en las calles.

Me había cambiado antes de bajar las escaleras con algo sencillo, un pantalón negro, con mis botas cafés, mi chaleco que hacia juego con mi chaqueta que era de color negra y mi camisa de color verde oscura, asi era mi vestimenta del día de hoy. Puse mi mano en la perilla de la puerta, la gire, escuchando el sonido de esta al abrirse, el reloj empezó a sonar, empezó a sonar una, dos, tres…hasta sonar doce veces, eran las doce de la noche, era media noche y yo iba a salir, no creo que nadie estuviera a estas horas por la calle, si alguna sabe que son peligrosas, que son tan peligrosas que ya no llegarían al día siguiente. La abrí por completo, mirando la calle vacía, la briza golpear mi rostro, haciendo que moviera un poco de mi cabello, Salí al exterior, cerrando la puerta tras mi espalda, mirando hacia ambos lados, no sabía dónde ir, no sabía donde mis pies quería ir, cerré los ojos di media vuelta y empecé a caminar, para abrirlos y observar que había agarrado el lado derecho.

Mis pies caminaban pasaban por la banqueta de las calles de parís, observando el lugar los diversos puestos, unas cuantas personas andar de aquí para acá, en especial a los hombres, ellos estaban ebrios, con una cortesana a su lado, algunas pensando “Que horrible es esto” “Viejo asquerosos” era algunos de los pensamientos de aquellas mujeres que venden su cuerpo por…ellas sabrán del por qué. Me corrí hacia un lado, al observar que una mujer…una mujer que no era de esas, estaba siendo forzada por un señor, tome al hombre de su chaqueta y lo avente-Vete….-Susurre, mirando que me hacía caso, después mis ojos se enfocaron en los del hombre-No has aprendido a respetar a las mujeres-Le dije, observando que se levantaba y sacaba una navaja-Niñato estúpido-Escuche que me decía, mirando que corría hacia a mí y trataba de clavarme esa arma puntiaguda en una parte de mi cuerpo, pero fui más rápido que el, se la quite y lo pegue a la pared-A mí nadie me llama niñato estúpido-Hice a un lado su cabeza-Porque me las cobro-Sin decir nada mas, clave mis colmillo en la su cuello, mordiéndolo, succionando su sangre, hasta el punto de dejarlo caer, muerto, con el dorso de mi mano me limpio el rastro de sangre y continúe con mi caminata.

Yo mataba a las personas que hacían daño, como esa, y dejaba vivas a las personas que solamente eran mi juguete….solo eso. No sabía dónde iba a ir, tampoco me importaba, no planeaba tomar sangre, tampoco planeaba esto, pero se dio y tuve que hacerlo, ahora mi cuerpo se siente fuerte, con energías, hace un par de días no había tomado sangre pero se dio la oportunidad y era joven…una deliciosa sangre para mi paladar. Mire para ambos lados y cerré los ojos. No iba a llegar a ningún lado asi, tengo que enfocarme en un lugar determinando, para poder descansar…me iré a una zona… a esa zona abandonada nunca he ido… -Bueno ya tengo un lugar-Pensé, caminando hacia la dirección de aquel lugar, me quedaba justo por donde venia.

Me arte de estar caminando, haci que emprendí una corrí hasta el lugar, llegue en un par de minutos, observando el lugar…no pensé que fuera asi, cosas desechas, cosas…sin sentido, escombros por aquí, por allá, hasta el punto de ver a unos cantos muertos, me tape mi nariz el olor a cadáver me mataba y eso que yo era uno pero con vida.

-Que horrible lugar-Dije, quedándome en un árbol, estaba viejo, su tronco esta ms que viejo, sus ramas caídas, las hojas…no había hojas, todo de ahí estaba desgastado…de repente escuche un rudo, pisadas y un aroma…un aroma que me llamo la atención.

por **Summer J. Abadie** Dom Abr 08, 2012 8:01 pm

Bajé las grandes escalinatas de mi nueva mansión, dejando un suspiro atrás. Nunca tendría que haber tomado decisiones tan repentinas como las de hacía unas semanas atrás. Está bien, sí, el encuentro con aquella inquisidora me había puesto los pelos de punta. Además tenía mi sangre, quién sabe, quizás pudiera localizarme con ella, por algo la había tomado. Aunque más allá de eso, creo que lo que me había impulsado a aceptar aquella oferta del tenebroso vampiro había sido que me sentía sola, muy sola.

Y aquí estaba, más sola que antes. Porque ahora sentía el rechazo, y el rechazo más que sentirse vacío, dolía. Quizás debería tener sirvientes, al menos llenaban la casa, aunque me quitaban las típicas ocupaciones del día; decorar, ordenar, limpiar, coser, bordar, incluso cocinar. Todo aquello que me servía de distracción durante el día, protegida por las gruesas cortinas de mi mansión.

Tomé mi abrigo y salí de ese lugar, donde las paredes solo devolvían el eco de mis tacones sobre las frías baldosas. Poca gente se encontraba en las calles esa noche, pero como era una noche calurosa, "poca" era una muchedumbre comparada a lo vacío que solían estar esas callejuelas antiguas. Aún no me acotumbraba al paisaje afuera de casa, pero era cuestión de días. Al menos podía decir que tenía un genial sentido de orientación, y conocía París como la palma de mi mano, tras haber vivido toda mi vida allí.

Me dirigí hacia las afueras, unas zonas abandonadas donde recordaba haber vagado poco después de haber sido transformada; poco después de haber estado toda mugrienta, vestida con ropa desgarrada y vieja y racionada con porciones de pan cortados milimétricamente.

Sentada junto a un viejo árbol en silencio, recordando el cementerio en el que había vivido hacia tan poco con Raphael y Jennifer, se me pasaron las horas. Había salido a las nueve, pero ya debía ser más tarde, quizás medianoche o más. Ya sería hora de levantarme y dar vueltas por otros lados. De seguro parecía una estatua allí inmóvil, como tallada en piedra, con mi piel blanca brillando bajo la luz de la luna llena.

Alcé la vista al sentir ruido a mi lado y vi a un hombre, un vampiro, acercarse sin verme. La alta vegetación cubría bastante de mi cuerpo e inmóvil en la oscuridad sería difícil que me viera. Sin embargo ya estaba a unos pasos de mi y mi instinto, que solía avisarme del peligro, no me decía nada. No me sentía para nada alterada.

-Buenas noches.- murmuré con una sonrisita segura, esperando ver la reacción del señor.

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