again & again[Privado]

por **Valentin Zukovski** Vie Abr 13, 2012 8:43 pm

El sol parecía muy alegre aquella mañana, estaba saliendo de aquel apartamento que le había servido de estancia aquel fin de semana que había estado en Italia esos días y ya era hora de ir a casa, había decidido irse por tren, casi nunca viajaba solo así que le parecía divertido intentar algo así. El viaje le pareció algo cansado, pero eso no lo quiso decir que lo hizo menos interesante, en el momento que el tren arranco pudo apreciar la hermosura del invierno que se asomaba por toda aquella región, era muy hermosa, aquella nieve que tanto gustaba, parecía una capa que había cubierto todo lo que sus ojos veían, le recordaba mucho a Rusia.

Extrañamente aquel recuerdo lo sintió algo nostálgico, ¿Por qué tenía que recordar cosas tristes? Eso no le gustaba, prefería las cosas lindas, las cosas cálidas, tal vez porque odiaba sentirse triste, el frio le traía tristeza, la calidez le traía alegría, él deseaba alegrías… no tristezas

¿Quién era aquel hombre que veía a lo lejos? No podría ser ¿o sí?, ante aquellos ojos negros que se movían de un lado a otro, buscaba alguna diferencia fundamental que le dijera que se había equivocado, pero no era así, mientras más cerca estaba, cada vez mas estaba seguro que era aquel conocido que dejo hace algunos años en Rusia, llegaba a parís después de un cansado viaje que le había tomado de sorpresa; había tenido que ir a Italia a resolver un asunto importante que se le había presentado. Su carruaje lo espera lejos del bullicio y alboroto de la estación de trenes. Aquella persona que reconoció entre las personas parecía que no le había visto aun, tal vez por haber tantas personas alrededor, sujeto su maleta hasta bajar del tres que comenzaba a detenerse, pronto vio a dos de sus sirvientes que venían hacia él para ayudarle con el equipaje, este sonrió dándoles las dos maletas que tenía en mano.

No era que lo ignoraba, simplemente prefería no encontrarse para así evitar las molestias de recordar un poco de su pasado. Suspiro largamente, mientras los chicos con su maleta se adelantaban mientras el tranquilamente paseaba por delante de la gente sin hacer mucho caso a quien se le ponía al frente, aquello hizo que con su torpeza acabara chocando con una anciana que paseaba con una cesta de frutas-Ah…. Madame… déjeme ayudarle- se apresuro a levantarla mientras con otras personas buscaban la fruta que se le había caído, pero mientras lo hacía noto que un mocoso se había llevado algunas frutas. –Oye!!- exclamo apresurándose para atraparlo, lo pudo sujetar antes de que se alejara del gentío –eso no es tuyo…- sin decir más nada se las quito para devolvérselas a la anciana, esta agradecida le dio una manzana.

Aquel alboroto había llamado mucho la atención, sus empleados ya iban a buscarlo al notar que había tardado tanto, pero el ya comenzaba a caminar hacia su carruaje que lo esperaba, pero pronto escucho una voz que lo hizo voltear, giro su cuerpo mirando a los ojos a aquella persona que trataba de ignorar –Hola Bjork…- saludo con una amplia y tierna sonrisa-¿Tu en parís?- comento sin ocultar su sorpresa

por **Björk** Sáb Abr 14, 2012 9:12 pm

No podría escuchar el sonido de los caballos trotar por los campos abiertos de la hermosa Rusia. No nunca más. Una nueva vida parecía empezar para mí como un mercante del chocolate y de una cadena de bancos multimillonaria. Solamente quería que nada pasara en el viaje de ida, había visto a muchas personas ir y venir, duques, condes, y más cargos altos de la nobleza por aquí y por allá. Desde Rusia, tierra de la esperanza y la gloria, hasta los rincones de la pasta, Roma. Un único tren que había durado como mucho, dos días y una noche a través de raíles de metal. Solamente el destino podría ser lo suficientemente caprichoso para hacerme tal ofensa para mis ojos. Saque el periódico que me lleve de la bella Rusia y me fije en un antiguo artículo de hace varias semanas;

"La «occidentalización» de Rusia continuó durante el reinado de Catalina. Un aumento en el número de libros y de periódicos también trajo adelante discusiones intelectuales y la crítica social propia de la Ilustración rusa. En 1790 Aleksandr Nikoláyevich Radíschev publicó su libro El Viaje de San Petersburgo a Moscú, un ataque feroz contra el sistema de servidumbre y contra la autocracia. Catalina, asustada ya por la Revolución francesa, hizo que Radíschev fuese arrestado enviándolo a Siberia. Radíschev ganó más adelante el reconocimiento de padre del radicalismo ruso.
Catalina terminó de desarrollar muchas de las políticas de Pedro el Grande y fijó las bases para la expansión imperial del siglo XIX. Hizo construir el Palacio Pávlovsk para su hijo Pablo, que es una de las Patrimonio Cultural de Rusia. Rusia se convirtió en un país capaz de competir a la vez que también rivalizar con sus vecinos europeos en las esferas militares, políticas, y diplomáticas. La élite de Rusia acabó por convertirse en el terreno cultural en una de las más cultas, tal y como sucedía en los países de la Europa Central y Occidental de la época......"

Acabe tirándolo por la ventana, me dejaba mal sabor de boca. No había nada interesante, ya nada pues ahora aquella persona volvía a estarse fija en mi mente-....Hum...-Gruñí en mi compartimento con una sola cama, y con mi propia compañía solitaria de después de hace mucho tiempo. La marca de mi brazo aun la tenia latente en mi memoria. Muchas cosas pasaron, malas pero aun esperaba a por las buenas.

Las buenas. ¿Qué era eso? Nada, lo desconocía. No había tenido buenos recuerdos nunca. Estaba solo. Siempre lo había estado. Aquella persona parecía haberme engañado bien, había jugado bien sus cartas sobre la mesa, llevándose las fichas de mi alma para quemarlas después en el hueco de la chimenea-Valentín Volkova...-Su nombre hasta sonaba como aquel libertino Cupido que enamoraba con sus flechas adictivas del amor. Oh, no señor, ya no mas para mi, nunca jamás volveré a pasar por lo mismo como un necio al que fui años atrás. Mi acento en aquel nombre latía en pasado, al saborearlo pensando en el futuro era aún desconocida y excitante a la vez aquella sensación de saber que pasaría cuando le viera frente a frente.

Ya el día había llegado enseguida. Ahora no sabría qué hacer en París, sin ninguna pista, aunque alguna sí que la tenía. No supe que en Italia, en la capital, se había subido una persona a la cual yo ya pensé que mi corazón la había olvidado. Pardiez, bendito Zar de todas las rusias, que me pegasen un tiro si mis ojos no habían visto a la misma persona que...No. No podía ser.

Más cierto cuando el tren ya llegaba a la estación, salía cogiendo mi equipaje, el poco que llevaba y me acercaba a la salida para ser acorralado con mucha más gente impaciente por salir. Tardaba ¿Qué prisa tenia? De todos modos esperaba ya por mucho tiempo. Mire a mi reloj de muñeca y en cuanto mire hacia delante pude entrever la silueta de alguien familiar, de alguien que se me hacía bastante conocido. Mis ojos podrían no reconocerle, solamente mi corazón parecía si hacerlo. Basta. Basta.

“...No....”

“....Arriésgate, Equivócate, Ríe y sigue buscando....”

-¿Valentín?...-Grite lo mucho que me permitían mis pulmones, hacia la persona que había seguido con cierta prisa hasta la salida, hasta la plaza central de la inmensa estación de ferrocarriles. Si la persona se paraba, Jesús, que alguien me pegase un tiro, pero si no lo era, esa persona seguiría su camino.

Se paró.

Se quedo quieto en aquel sitio, cerca de una losa en rombo gris al igual que yo lo hice cuando le vi pararse. Seguramente era otro Valentín y me habría confundido, pero en cuanto se giro para quedarse frente a frente, solo pude quedarme en silencio.

-He venido en este tren....-Obviamente, me había visto y aquella risa nerviosa lo demostraba, su temperatura corporal estaba alterada. Era obvio que seguía igual de cobarde de cuando me dejo plantado-Conde ¿eh?-Termine por suministrarle una pizca de sarcasmo a la situación que parecía decaer en el aburrimiento. Solo esperaba que no dijera ninguna tontería.

por **Valentin Zukovski** Dom Abr 22, 2012 2:07 am

Aquellos ojos que se ponían al frente de los suyos, que se atrevían a mirarlo abiertamente, le obligan a bajar la mirada, podía escuchar el sonido de sus sirvientes llamándole, dándole una oportunidad para escapar de un saludo formal, dándole la oportunidad de solamente huir de aquel lugar y hacer como si nada hubiera sucedido. Pero algo no estaba en sus planes, sus piernas no daban hacia el lugar correcto, parecía que estaba aferrado en ese lugar con dos pilas de concreto y hierro que lo obligaban a quedarse justo en donde estaba, como un niño mirando sus lustres zapatos esperando ser regañado por su mayor.

Levanto la mirada, aquella negra mirada llena de una cálida amabilidad, su rostro se ladeo un poco como no entendiendo la última frase “Conde…” si eso era, el conde de Rusia, alguien importante, tan importante que siempre estaba ocupado, hasta en esos días de suma tranquilidad para otros-Ahh…- murmuro bajando levemente la mirada-Pero yo no soy el único el que ha conseguido meritos o me equivoco…- levanto su mirada. Se veía más confiado, como con armas para contraatacar aquellas palabras llenas de sarcasmo. Aun así no le revelaría todo lo que sabía.

¿Cómo sería si se enterara que el había estado al pendiente de sus pasos? Vergonzoso, esa era la única palabra que se le ocurría, pero en realidad, era lo que hizo por cierto tiempo cuando la guerra azoto Rusia y se entero que uno de los reclutados era Bjork. Una inquietud se apodero de su misma alma, dejándolo indefenso por varios días hasta que resolvió tratar de buscar noticias de él, las noticias no fueron muy alentadoras, había sido herido en batalla y se recuperaba en un hospital. Valentín giro su cuerpo, aquellos recuerdos le habían dado la valentía para poder alejarse de el, como siempre lo hacía.

Tal vez dirían que su personalidad no era razón para historias triste, pero a decir verdad eso era lo único que podía crear o mejor dicho, destruir, con simples palabras, que eran más filosas que los cuchillos destruía todo a su paso… era su maldición. Así como lo había dejado aquella vez en Rusia, así como le había dado la espalda a sus heridas, ahora le daba la espalda a un fantasma que asechaba nuevamente -Creí que habías muerto…- dijo con una voz cortante, sincera y hasta no parecía la de el.

Volvió a mirar de reojo a aquel hombre mientras escuchaba a lo lejos la vocecita de una de sus empleadas que le llamaba ya casi como una madre impaciente, aquello le provoco risa, haciendo que de sus labios saliera un dulce risilla casi tan dulce que la miel le envidiaría. Giro su cuerpo volviendo a ver al hombre que tenia al frente –Y bueno?- le miro con cierta seriedad-Se quedara en ese lugar toda la tarde o aceptara el aventón hasta la cuidad?- pregunto siguiendo su camino como si nada hubiera pasado. La dama cuando lo vio moverse desapareció del lugar, caminando hasta el lujoso carro de pequeño motor.

Beliath Vol Vrastricht… de verdad lo creía muerto, cuando escucho sobres las noticias de las heridas le habían asegurado que habían sido horrorosas y que era muy poco probable que sobreviviera, asi que su mente no lucho por mantenerlo vivo… según él estaba muerto…

por **Björk** Vie Abr 27, 2012 4:23 pm

No había cambiado nada en todo este tiempo.

No parecía entender aquello de deseaba estar con él, a solas y que me explicara todo con palabras sinceras y justas para entender la confusión que aun tenía en mi interior. Así que era cierto. Prisa y retiro eran sus prioridades al instante, como querer salir de la vista de un fantasma, de una visión o ilusión, pero yo era real. No quería repetirme, ni querer estar más parado en ese lugar, como un pasmarote y sin hacer nada.

No quería contestarle, las palabras ya no eran mis sirvientes. No ahora.
-Creo que aun estoy muerto para ti....-Ya no me callaría mas. Dios me había dado boca para hablar y la usaría para ello-... ¿Me equivoco? – No quise indagar más en la pregunta o hacerla más larga que pudiera confundir, solo que así me sentía ahora. Muerto ante sus ojos, no parecía ser el mismo chico sonriente que conocí en aquella mascarada en el que ya había olvidado. Menudo lugar para conocerse dos personas que, de todas maneras la esencia de aquella noche estaba perdida en la nada. Oculta bajo sombras extendidas para ir borrando u ocultando días felices.

-....-¿Me estaría vacilando? para que subiera a su carrucha de oro y de barro a dos ruedas y tirando de unos caballos que a saber en el estado de la salud de los animales. Yo me iría por mi lado, igual que lo hizo Valentín-... ¿Ahora recoges las mierdas que plantaste hace...cuanto tiempo?, ¿Cuatro años? ¿Cuatro años y algunos meses? –Iba a pedir respuestas y si tenía que pedirlas allí, lo haría. Mi mirada hacia su espalda era un gesto con el ceño fruncido – ¿Por fin te enseñaron a dar la espalda a la gente que parece ser inferior que tú? – Era obvio que en mi mirada no había más que dolor y resentimiento, bien pues era porque él mismo quiso dejarme en este estado.

Le haría sentir a través de los poros de su piel el odio que le tenía, en realidad no era odio, era más bien una mezcla de dolor y aguante, tensando la mandíbula para después con mi bastón comenzar a moverlo de lado a lado, como si fuera un péndulo en el aire queriendo hipnotizar a Valentín. En realidad, no era brujo, no necesitaba de esas artimañas para saber que no me quería ver ni en pintura – Solo me iré entonces, gracias por el ofrecimiento, pero iré por mi propio pie...o debo decir...”Hasta mas ver...Beliath, la próxima vez uno de los dos no será igual que el otro”. . . –Mi sombrero lo quite de mi cabeza para echar mi pelo hacia atrás, mirar a Valentín-...Solo te diré que uno de los dos ha cambiado...-Era obvio que se estaba refiriendo a el mismo, a aquel cambio que sufrió estando en la guerra, le enseñaría su marca que le dejo la guerra, pero no en este lugar.

Mis pasos comenzaron a ser sonoros hacia la salida, con maleta en mano, yo me dirigía por el costado de Valentín pasando de él como si fuera un fantasma del pasado, casi rozando parte de su brazo a los gritos de sus sirvientes de fondo. Seguramente le daría igual, seguramente ahora se habría librado un peso de encima, de mi, seguramente me tenia olvidado, pero yo nunca pude olvidarle. Aun estaba enamorado de él.

por **Valentin Zukovski** Miér Mayo 23, 2012 11:01 am

No respondió.
Se quedo parado en aquel lugar mirándolo a los ojos mientras Bjork parecía que buscaba algo de dignidad en su interior, no le quiso mirar, apenas se mordía los labios mientras las palabras de aquel hombre se le clavaban en la espalda, frunció el ceño sintiendo como el cuesto del otro se movía, apenas desvió la mirada hasta donde estaba el otro, dejo salir una leve sonrisa inclinando su cabeza en forma de despedida. Nunca había sido una persona que le gustara rogar, si no deseaba su ayuda no importaría, el había sido educado, eso era lo único que importaba ¿no?

El llamado de sus sirvientes le hizo que diera unos pasos hacia adelante, caminaba detrás de Bjork mientras el movía aquel bastón y mantenía su mirada en alto, detrás de él se veía a Valentín, sonrió, de cierta forma le alegraba que hubiera salido vivo de todo obstáculo que se le había puesto, aun asi parecía tener rencor hacia el joven ruso, bueno, contra eso no se podría hacer nada, por unos segundos deseo que estuvieran otra vez en aquella fiesta en la que se habían conocido, de alguna forma era los recuerdos más lindos que podrían llegar a su cabeza, lamentándolo mucho luego de eso, habría más tristezas que alegrías.

Suspiro.
Era mejo dejar todo como estaba en ese momento, caminaría tranquilamente hasta donde estaban sus empleados casi a punto de perder el control, al parecer debía apurarse por alguna pequeña fiesta que daría algún conocido o algún ministro, aun no estaba seguro de quien era de que se trataba, lo más probable era que se enteraría cuando se montara al carruaje. Las maletas estaban ya en aquel móvil, luego el se monto encontrándose con uno de sus mayordomos que le explicaba donde debían ir.

-Ahg…- suspiro mientras asentía-pero deseo ir a mis aposentos a arreglarme- sugirió Valentín siendo negado, con la escusa de ya ir tarde. No se podría hacer nada, pero a lo mejor eso era lo que necesitaba para distraer su mente un rato, un poco de sociedad. En su mente paso aquellos recuerdos de las primeras fiestas a las que fue, sus hermanos de desenvolvían muy bien, aunque el tenia problemas para poder sociabilizar, parecía que era un chico tímido, pero lo único que sentía era un poco de miedo a lo nuevo y desconocido, luego se acostumbraría y sería mucho mejor que sus hermanos.

por **Björk** Miér Mayo 23, 2012 2:55 pm

Ahora pretendía ablandarme con esa cara de perro.

Queriendo algo del pasado obtenía oscuridad del futuro. Se iba a ir sin decir apenas ninguna palabra, nada de que me dijera que parase mis pies, le vi a lo lejos montarse en el carruaje, bien todo se había terminado. Era duro de creer, cuando menos te lo esperas las personas a las quemas quieren más tardan en darte la puñalada por detrás. Bien engañado había estado todo el tiempo ¿Me fui por ello a la guerra? No, no fue por eso.

Solamente con ello supe que al menos me distraería de todo lo que tenía que ver con Valentín, con una persona que había jugado con mi confianza, pero ¿Por qué alguien me mando a salvarlo de aquellas bestias que empezaron a meterse con él y desde entonces ahora sufría yo las acusaciones? A veces me gustaría saber de dónde vengo. Si del infierno, del cielo o del mismo fracaso de algún científico loco. Mis padres, muertos a los diez años, y no supe de más familia que pudiera tener por el mundo. Solo, en un internado por un viejo verde que después me vendió a una familia adinerada.

Me gustaría tener un pasado, presente y un futuro junto con personas a las que ¿Qué? Solo caminaba ahora, me choque contra algo acolchado, no supe que era. Alce mi mirada y lo siguiente donde me vi fue en el suelo, con sangre en mi nariz-¡BELIATH! ¡Tu familia nos debe dinero!-Soltó alguien con una voz ronca, mire hacia el cielo y vi a un hombre mayor, con capa y sombrero negro, a su lado dos personas forzudas con el rostro sonriente. Seguramente para pegarme de nuevo. Solo que no sabía de que estaba hablando aquel hombre.

Iba a hablar, pero el golpe del pie de los forzudos en mi estomago, hicieron que me entrase arcadas y comenzar a toser un poco de sangre-¡BASTA!-Soltó el hombre de cabellos grises. Se agacho hasta estar a mi altura y cogerme de los pelos y tirar de ellos hacia atrás-Te dejare vivir ahora...-Me soltó con brusquedad ¿Por qué no me mato? No servía dejarme vivo-Agh...-Comencé a toser nuevamente sobre el suelo de barro que había manchado mis ropas. Esto si que me importaba.

Con el brazo sobre mi bazo, me arrodille en el suelo, apoyándome con la otra mano, mirando hacia abajo, tosiendo otra vez. Había estado en una guerra, esto era nada si me ponía a comparar hechos. De todos modos, ahora veía a la gente a mi alrededor, una mujer de avanzada edad, me cogió del hombro para ayudarme a caminar hacia lo que era una pequeña casa cerca de la estación del ferrocarril. Era increíble la fuerza de la anciana, como me había agarrado sin esfuerzos. Era obvio que éramos de la misma calaña, que me habría olido. Intente zafarme de su dulce ayuda pero tan solo me dejo sentado en un pequeño taburete de madera, en el exterior, dejándome abatido.

No me esperaba este trato del destino. Yo tan solo y dolido. Parpadee notando mis ojos húmedos, con mi dedo índice lo lleve a mis ojos para quitarme ¿Una lagrima? ¿Estaba llorando? No me extrañaría después de todo. Mire hacia atrás, por el camino donde las calesas circulaban. Había tantas....que no distinguía la de Valentín. Llego el suspiro del encogimiento para volver mi mirada hacia el suelo, encogiéndome en aquel sitio mientras me abrigaba mas y me limpiaba la sangre de la boca. ¿Por qué no me mato simplemente?

por **Valentin Zukovski** Vie Mayo 25, 2012 9:54 am

El carruaje se detuvo de pronto, Valentín buscaba algo entre los que estaba cerca de él, no tenía un pequeño maletín que no les había dado a sus empleados porque era fácil de llevar, en ese maletín había algunas cosas personales, un libro para leer, algunas anotaciones sobre los viajes que hacía en un pequeño cuaderno marrón y algunas golosinas. Suspiro lentamente, no quería perder aquel libro, aun no lo había terminado de leer. Había obligado al carruaje a devolverse, los sirvientes parecían decepcionados, no podrían llegar a tiempo.

-No importa, de todos modos no deseaba ir- le sonrió a su asistente que le miraba con mala cara, pero pronto se le paso la cuestión. Valentín tenía razón, no podían forzarlo y tampoco saturarlo de trabajo. El asistente de Valentín le notaba como se quedaba en silencio mirando hacia el horizonte en donde algunos árboles se alzaban ante sus ojos, tal vez sin ninguna cosa especial para los demás, pero para Valentín parecía que aquel horizonte cobraba vida mágicamente.

El viento danzaba junto con los arboles, en una melodiosa armonía que solamente ellos podrían tener, los envidiaba tanto, ellos podrían ser de alguna forma libres de toda adura que el mundo material tenia, ellos no se preocupaban, ellos solamente respiraban para mantenerse vivos. ¿Por qué no podrían ser asi? Seria todo tan fácil.

......A veces creo que te olvido y mira si no es cruel el destino, que el corazón se empeña en recordar. Por la noche suelo despertar y aunque no recuerde mi sueño, sé que en él habías de estar......

Suspiro.
¿Por qué demonios debía recordarlo? Porque era el momento, porque no se había enfrentado a un fantasma, se había enfrentado a una persona de carne y huesos, el cual respiraba y hablaba. Valentín pudo ver aquel dolor en sus ojos, no pudo soportarlo por mucho tiempo, odiaba que la gente se sintiera mal por él, era algo que no soportaba, pero ya todo estaba terminado, ya había partido a algún lugar de parís y si tenía suerte no lo volvería a ver y si lo hacía cortésmente y todo quedaría en ese lugar, como lo anterior quedo en aquel lugar.

Había llegado a la estación, busco su maletín cerca de los puestos los cuales normalmente se utilizan para dejar cosas extraviadas, uno de los encargados explico que los objetos extraviados se iban a la casa de una anciana que los tenía hasta que eran reclamados o totalmente olvidados. El ruso dio las gracias y se aproximo a la casa, la cual fue abierta por una anciana como lo habían dicho.

-Disculpe se me ha perdido mi maletín- le explico sin pasar del umbral de la puerta-¿podría saber ha conseguido lo que se me perdió hace tiempo?- pregunto con una dulce sonrisa. Alboroto su cabello con las yemas de sus dedos mientras esperaba alguna reacción de la anciana.

por **Björk** Dom Jul 01, 2012 9:08 am

Estaba tan mal, que parecia haber escuchado la voz de Valentin en el aire a lo lejos. Intenté levantarme, pero mis fuerzas recayeron y caí al suelo haciendo un sonido seco y sordo aunque en mi interior estuviera quieto, dolorido y amenazado por lo que había pasado hace poco-¿valentín?-Susurre algo dolorido, en un tono demasiado bajo que nadie podria escuchar. Miraba alrededor, habia madera rotas, tierra y campo. Había un maletin elegante, de piel marron oscura. Crei haberla visto, entonces vi a la anciana que volvía a sentarme sobre el taburete de madera en el que me habia puesto antes. No miraba mas que al suelo por mera pereza y con miedo de lo que me podria encontrar.

El cieloo estaba nublado en parte, mi cuerpo herido temblaba a causa del frio y de las defensas que caian cada vez mas. El abrigo en parte estaba manchado de barro de las botas que me pegaron en el bazo. La sangre de mi boca, no paraba de salir hasta que la mujer anciana me dio un auguento para parar la sangre que salia de ella. Gemí un poco de dolor, miré a mi izquierda viendo una figura conocida. Era él, era Valentín que me estaría mirando seguramente, pero no le miré ni por un instante sabiendo lo que hizo tiempo atrás.

Al parecer, la anciana mujer me había visto que no miraba al invitado, a la tercera persona que estaría esperando su maletín. Me cogio del mentón e hizo que la mirase fijamente a los ojos. No sonreía, la miraba, miraba a aquellas arrugas que se dibujaban en aquel antiguo rostro, en aquellos ojos marrones y en ese pelo gris plata que después de varios segundos, me solto la barbilla con bastante suavidad. Se dirigio hacia la maleta que haba apartada entre tantos desperdicios y la cogio para ponersela en la espalda. Parecía que iba a entregarsela a Valentín, pero simplemente lo que hizo fue tirarlo al pozo que había unos metros mas allá de Valentín.

Simplemente me quede perplejo de lo que había hecho.
Santa madre santa, Tierra rusa que me vio nacer y crecer.
Ahora el cielo estaba oscuro y parecía anunciar tormenta.

por **Valentin Zukovski** Sáb Jul 21, 2012 3:57 pm

La mujer había sacado aquello que Valentín buscaba, una sonrisa apareció, pero luego desconcierto se dibujo en su rostro. ¿Qué demonios hacia? Se pregunto mientras veía que se alejaba con su maletín, pronto vio como se acerco a un lugar de la casa y lo arrojo por un hueco. -¿Qué le pasa?- grito saltando, para tratar de que no cayera, pero ya era muy tarde –pero… pero…- giro su rostro para ver a la mujer que estaba seria. Aquella mujer estaba loca, esa vieja se le habían oxidado y retorcido algunos tornillos. No se había percatado de que había alguien más en ese lugar, giro su rostro para ver a Bjork con algunas heridas. Se preocupo instantáneamente, se acerco rápidamente hacia el mirándolo con sus ojos algo tristes.

-¡Idiota!- grito entrecerrando sus ojos al momento de la exclamación –No valoras tu vida…- bufo mirándolo con dolor –pareciera que…- le miro para luego desviar la mirada –aquí hay pura gente loca y retorcida… creo que este lugar te queda bien- concluyo después de darle una mirada al lugar.

Se quedo mirando a Bjork por unos segundos. Odiaba sentir una presión en su pecho cada vez que lo miraba, tal vez por esa razón siempre la desviaba. No se había puesto a pensar que era lo que sentía Bjork al verlo, de todos modos y a final de cuentas el que lo dejo fue él, el que lo hecho de la mansión cuando buscaba una oportunidad fue el mismo Valentín… entonces ¿Por qué sentía dolor? Era inexplicable, tal vez por las últimas palabras que le había dicho el ruso. Aunque no parecía aquellas palabras habían dolido, más de lo que parecía, habían dolido mucho…

Valentin egoísta, individualista, orgulloso, no podía quedarse quieto sin vengarse de aquel hombre que lo había hecho sentir de aquella manera, le miro con el ceño fruncido mientras cruzaba sus brazos. Sus miradas quedaron cruzadas por algunos segundos, no se decían nada, apenas solo se miraban. Suspiro vencido –De verdad no se qué es lo que buscas a estas alturas…- dijo. ¿Por qué no mejor olvidarlo todo? Bjork lo estaba obligando a seguir viviendo con aquel pasado que había dejado ya atrás. –Las promesas son mentiras, la vida nos olvida… ¿Por qué no olvidas y listo?- pregunto mirándole. –No me digas que has olvidado, en tus ojos se pueden ver cada esencia del pasado- entrecerró sus ojos. No deseaba verlo, mirándolo demostraría que él tampoco había desechado nada de aquellos sentimientos que Bjork le producía. Deseaba que lo odiara ¿era mucho pedir…? Ya no podían tener un final feliz… nunca lo habían podido tener.

Se podían escuchar los relámpagos anunciar la tormenta que se aproximaba, aunque en realidad, Valentín había vivido toda su vida con una tormenta en el, pero Bjork apenas pensaba en el. Los dos eran unos malditos egoístas que lo único que pensaban era en el sufrimiento personal, no pensaban por un segundo en lo que para el otro pudo ser… no se imaginaban los pensamientos, las locuras, las lagrimas y tristezas que por separado estuvieron sintiendo y pensando al ver que una relación que se pintaba de colores y de amores, se volvió tétrica y marchita…

por **Björk** Jue Ago 02, 2012 7:02 am

Quien podría tener un cuidado en sus palabras, podría ser Valentín. Me hería, baje la mirada para no mirarle. Era cierto, aun lo amaba y mi intento de olvidarle había sido nulo. No había nada más que me apartara de él, bueno, si un cargo de realeza que me pillo por sorpresa, un alejamiento a la fuerza, el no supo, no sabía cuánto me había reservado por el tantos tiempos en soledad tan solo para volver a estar a su lado.

Bien que sus preguntas, sus quejas que en ese momento me decía, me dolían dentro de mi alma, pero sin hacerle caso, solamente me levante como pude de aquel taburete en el que estaba sentado, me acerque hasta el pozo con varios pasos torpes en los que conseguí deshacerme de la manta que me había puesto la anciana, estaba con la camisa y no con el chaleco y la chaqueta, bien estarían a buen recaudo mas solo lo deje pasar, y comencé a meterme, agarrándome de la cuerda que estaba en buen estado, comencé a meterme en el pozo, más bien era ancho, no soportaba los lugares estrechos o más bien los evitaba.

Comencé a bajar con cierta lentitud sujetándome de la cuerda que parecía o en mi opinión estaba en buen estado. En cierto modo, el maletín parecía haberse quedado enganchado a mitad del pozo, pues no me dificulto mucho la tarea y con mis habilidades que pude adquirir en la guerra, me agarre de la cuerda para darme la vuelta boca abajo y poder coger de inmediato el maletín de Valentín. En cuanto lo tuve en las manos pude oler el olor de su esencia, de aquel perfume barato y del papel de algunos libros que seguramente serian su lectura.

Con cuidado fui levantando mi cuerpo lentamente para volver boca arriba, procurando que la sangre bajara de inmediato, pudiendo volver a sujetarme en la cuerda que cuando mire hacia arriba, pude ver a la anciana, sonreí pues pensé que iba a ayudarme, pero para mi sorpresa aquella mujer vil y cruel corto la cuerda, comenzaba a cortarla. Negaba, movía la cabeza para que no la cortase de cuajo, pero al parecer no parecía estar bien, cortó la cuerda haciendo que cayera en las profundidades del pozo.

-AAAGG!!-Mis ropas se quedaron empapadas a no más poder por el agua congelante del pozo, me quede con el maletín en la mano, mirando hacia arriba, mi rostro se entristecía cada vez más, me quede en un rincón, mirando hacia el exterior del pozo, un cielo gris, vi como algo que comenzaba a tapar el pozo, después escuche gritos, habían como tres personas y aquella tapa del pozo se alejo dejando el pozo al descubierto. No lo diría jamás, pero no me gustaba estar ahí-....¡Ayuda! ¡Por...favor! ¡VALENTÍN! ¡AYUDA!-Pedía ayuda a Valentín, el único ser confiable en esta tierra para mi, necesitaba salir de aquí, podría volverme loco, pero mire que aun tenía en maletín en mis manos, me puse a olerlo, a aferrarlo contra mi pecho, aludiendo las sombras de la calma que debería de mantener.

por **Valentin Zukovski** Dom Ago 12, 2012 12:39 pm

Lo odiaba intensamente, lo odiaba, pero debía aceptar que como lo odiaba lo amaba con intensidad, aquellos sentimientos escondidos en aquella careta de falsa sonrisa comenzaban a desvanecerse… era casi imposible que aquel joven ruso se viera afectado con algo. Siempre tan sociable, tan amable y querido… nunca hubiera imaginado que aquel día se sentiría como otra persona diferente. Deseaba preguntarle el porqué se había rendido tan fácilmente, la razón de que hubiera decidido alejarse de aquella forma… si hubiera insistido él un poco más, tal vez el, tal vez… no… estaba completamente seguro que se hubiera lanzado a sus brazos luego de unos cuantos intentos. Pero se había quedado esperando en vano. Bjork se había ido a la guerra y el estaba esperando su regreso.

¿Qué sucedió luego? Eso se lo reserva para él, no deseaba recordar aquellas noches amargas cuando se despertaba a mitad de la noche teniendo alguna pesadilla en donde su amado terminaba muerto por una bala perdida… tantas noches sin dormir, tantos días esperándolo… ¿Por qué? Deseaba gritar, pero parecía que no era el momento para hacerlo.

Se alejaba… se iba… -eso es lo único que sabes hacer huir- replico lleno de ira, una ira que muy pocas personas podrían ver. Sus ojos estaban brillosos, ni siquiera se dio vuelta para ver hacia donde había cogido, no, deseaba ver a donde se iba, porque sentía que si lo hacía podría correr detrás de él y llorarle para que lo perdonara y volver a pedirle al menos en esos segundos un beso para poder revivir todo lo perdido.

Patético. Se sentía totalmente patético…!era patético!. Un estruendo lo hizo voltear… la vieja del demonio cortaba una cuerda… noto que Borjk ya no estaba… miro a la mujer y comenzó a correr hacia ella pero era muy tarde, la cuerda había sido cortada y con apenas una bofetada lo saco hacia el otro lado de la habitación. Si que era fuerte… era imposible que fuera tan fuerte. Había caído en unos barrotes vacio, se levantaba mientras miraba como la mujer tapaba el pozo… -no le hagas eso…- dijo mientras se levantaba –se morirá de depresión… déjalo…!- volvió a decir como una orden… escuchaba los gritos de Bjork desde donde estaba. -BJORK- grito preocupado –no pienses en nada… cierra los ojos no… no estás en un lugar tan estrecho… cierra los ojos te sacare en un segundo- dijo no muy confiado de sus palabras, pero al menos tenia las intenciones.

Se preguntaba como lo haría, miro a la mujer con una rabia descomunal, la anciana le sonreía de forma desquiciada… -ahh… lindo conde- susurro la anciana mostrando –ahora podre divertirme contigo sin tener ninguna interrupción…- su voz parecía apagada, su voz era ronca, estaba loca, eso se notaba. Había robado el maletín de Valentín solo par que el viniera hasta donde ella estaba, pero se equivoco de persona cuando sintió el olor de Bjork que había estado recientemente con él y un poco de su olor se había pegado a él sin ni siquiera tocarlo, tal vez por el viento que en ese momento había comenzaba a soplar. Pero ahora el estaba ahí y nadie le podría ayudar.

-¿Qué quieres?- pregunto Valentín mientras encontraba un chuchillo oxidado con cual defenderse. Lo empuño como un arma, al menos era un decente espadachín pero nunca se había enfrentado con un sobrenatural, su ceño estaba fruncido, esperaba que Bjork no estuviera pensando en donde estaba, bueno al menos no oía sus gritos. La mujer le miro y sonrió. No le contesto solamente se le abalanzo con sus manos que parecían más garras dispuesta a tocarlo para quitarle toda la vida, pero por suerte el conde era hábil y antes de ser atrapado se había alejado del punto, aprovecho para con el chuchillo oxidado darle una estocada en la parte lateral del cuerpo, la vieja bramo de dolor para luego gruñir y verlo lleno de odio. Valentín visualizo una soga que podría utilizar para salvar a Bjork. Corrió hacia ella mientras la vieja parecía aturdida por el dolor.

Aquellos segundos le dio chance para sujetar la cuerda y sujetarla de un lugar resistente, dejo su arma en el suelo mientras buscaba retirar la tapa del pozo-Bjork!- grito jadeante, con pocas fuerzas…- te dije que te sacaría de aquí- dijo sonriendo ampliamente mientras dejaba entrar algunos rayos del sol ladeo su cabeza sonriendo ampliamente –Te lo prome…- antes de poder decir algo la mujer lo había sujetado del cuello, apenas había podido mover la mitad de lo que obstruida el pozo y no le había lanzado a cuerda. La vieja lo alejaba del pozo prácticamente arrastrándolo por los cabellos. –Ahg…- se quejo mientras buscaba alejarse de ella, pero el cuchillo estaba muy lejos, lo único que encontró fue una piedra con la que le golpeo la mano varias veces hasta el punto de hacer que le soltara. Prácticamente gateo hasta sujetar aquella cuerda vieja y lanzársela por el pozo… tocio un poco mientras veía como la mujer chillaba por su mano destrozada por la piedra pero que comenzaba a regenerarse.

Valentín se apoyo en el pozo mientras tocia un poco por culpa de la falta de aire que había sufrido hace poco, la mujer le veía con infinito desprecio, una sonrisa se asomo a en sus labios agrietados mientras sujetaba con su otra mano buena el cuchillo que Valentín había utilizado… parecía que iba a morir… bueno al menos había cumplido la promesa de sacar a Bjork de sacarlo de aquel pozo. Entrecerró sus ojos dispuesto a aceptar su derrota, ya sus fuerzas se habían ido.

por **Björk** Lun Sep 17, 2012 2:49 pm

Cuando estas mal, lo estas y punto.
Cuando estas...cuando sientes que estas a punto de morir...
no te pones a pensar en que hay a tu alrededor.

No te das cuenta de nada que de la persona que te amenaza con un arma blanca y que te amenaza cada vez mas y mas, podía sentir el miedo de Valentín crecer a cada minuto que me quedaba sin hacer nada. Tenía la maleta entre mis manos y la lance hacia fuera del pozo, gracias que tenia buena puntería y quedo fuera del pozo, para después tomar la cuerda que me paso Valentín y pasarla por la viga que podría hacerme de sujeción, trepe con la cuerda, con rapidez tal y como me enseñaron en la guerra para después pasar por encima de Valentín y con una mirada enfurecida mirar a aquella asquerosa mujer mayor, me di la vuelta para observar a Valentín-...¿estás bien...?-Observe que estaba algo agitado, lo abrace contra mi pecho, con fuerza para después apartarlo del pozo y ponerme cara a cara la anciana que si me hubiera tardado más, me hubiera clavado la navaja oxidada.

Me aparte y conmigo a Valentín, con cuidado de no caer, pues le tome de la mano para llevarlo conmigo hacia donde estaba la maleta-....Valentín...Ya nos veremos...debes irte al carruaje-Cogí la maleta con prisa y enseguida se la puse a Valentín contra su pecho, le acaricie su mejilla lentamente mientras observaba sus ojos-...No me dejes de mirar la luna...-Sonreí en cuanto le dije aquello, no quería hacerle entender nada, solo que-...-No dije nada, el tiempo se nos echaba de encima, roce mi pulgar por la suavidad de sus labios, mirándolos y después mirando a Valentín, Oh dios cuanto deseaba besarlo en sus labios, hacerle mío finalmente aunque tendríamos que arreglar nuestras diferencias todavía.

¡AL DIABLO!

Pude llegar a notar de nuevo sus labios contra los míos, pausadamente besándolos mientras le rodeaba la cintura con ambos brazos, atrayéndolo hacia mí mismo en contra de las manifestaciones inquietas de Valentín, lo siento, tenía que hacerlo, podría ser el peor momento pero si no era una traición contra mi corazón, no esperaba, me lo privaron aquel día....aquella noche en la que...lo apartaron de mi-Valentín....Una vez nos separaron y no pude darte aquello que te pertenece-trague saliva-....pero con el tiempo mi amor hacia ti se ha avivado aun mas con el pase del tiempo, TE AMO Valentín...-Solté sin prejuicios-...Te amo desde la punta de los pies hasta la punta de mis pelos....pero ahor...-Me di la vuelta a tiempo al ver que la mujer anciana se abalanzaba hacia nosotros, la cogí con una llave de karate y la tire al pozo.

Me quede mirando hacia dentro del pozo, ahí estaba la mujer y a mi lado veía a Valentín-....Un problema menos...-Me quede mirando y en cuanto parecía verle mirar hacia mí, me sonroje como la primera vez que le vi y desvié la mirada....con una leve sonrisa que mi rostro apenas podía esconder. ¿Quién daría ahora el siguiente paso? Yo ya lo di.

Ahora me tocaría esperar...¿quizás? o ¿no?

por **Valentin Zukovski** Dom Oct 07, 2012 3:51 pm

Era como una luz que brillaba en la densa oscuridad que los rodeaban en ese momento, apenas pudo sentir cuando Bjork salió saltando hacia la anciana, se quedo por unos momentos sin saber qué hacer, el estaba en ese lugar, podía verlo con mucha claridad, pero parecía prácticamente un sueño del cual pronto, muy pronto despertaría… pero la voz de Bjork lo despertó, no de aquel sueño, lo salvo de su mente llevándolo a la realidad, aquella realidad que no era un sueño, era el presente. –Ah..?- se quedo por unos momentos sin saber que hacer o decir, sintió el cálido pecho del ruso cerca de su rostro, quería abrazarlo y ponerse a llorar en ese momento, pero rápidamente el mismo lo alejo de su pecho para poner. Parecía un muñeco de trapo siendo jalado, pero sabiendo la gravedad del peligro busco mantener el paso apresurado que el otro imponía, algo así imposible, pero buscaba hacerlo. Sujeto la maleta que le pegaba en el pecho… -¿te vas a quedar…?- pregunto agitado, pero no pudo seguir hablando la caricia de Bjork hizo que quedara prácticamente mudo. Sus mejillas comenzaron a incendiarse cada vez más ante las caricias de su antiguo amante, no sabía que decir, solamente bajo la mirada, pareciéndose un animalillo indefenso ante un depredador mayor.

No se dio cuenta cuando paso, pero sus labios estaban junto a los de Bjork, unos labios que ya conocía, que ya había sentido hace mucho tiempo y que de forma sincera extrañaba, se sintió un poco incomodo al sentir como era atraído hacia su cuerpo, busco mantenerse alejado con sus manos presionando el pecho de Bjork, pero este lo abrazaba sin tener nada que hacer. Pronto había ganado y sus labios comenzaban a moverse a la par de los de él, comenzando un movimiento armónico y casi perfecto. ¿De dónde sacaba aquellas palabras? ¿Acaso era un escritor que enamoraba con sus palabras? Pero sabía que lo decía de lo más profundo de su corazón. Pronto se deshizo de aquella mujer tirándola al pozo, Valentín se acerco aferrándose a la camisa de él mientras miraba hacia el fondo del pozo –Estará bien dejarla haya abajo?- pregunto mirándole de reojo notando como se sonrojaba. Aquellas expresiones siempre le gustaban mucho, ver en un rostro tan fuerte, timidez y todos aquellos que tal vez una persona como el no debía tener ya en estos tiempos.

-Ah…- bajo la mirada notando que este esperaba alguna reacción por parte de Valentín. Comenzaba a sentir una leve presión en su pecho, estaba feliz de volverlo a ver y que estuviera bien –Bjork…- se soltó de su manga aun con la mirada baja –debo disculparme soy una persona malvada, horrible, que solamente te ha hecho daño, no merezco tus sentimientos – dijo mientras poco a poco alzaba su mirada. Por unos segundos recordó todo lo que habían vivido cuando todo aquel capitulo que los separo aun no se había escrito, algunas lagrimas salieron de sus ojos, busco limpiárselos rápido, pero era muy tarde, ya comenzaban a salir a brotes.

Su cuerpo se abalanzo al de él, escondiendo su rostro en aquel pecho que siempre le había proporcionado calor y seguridad –Bjork… yo siempre te he amado… no ha vuelto a haber alguien después de ti- dijo escondiendo sus ojos lagrimosos en aquella camisa-Me odio por hacerte tanto daño… no merezco tu perdón… ni mucho menos tu amor-

por **Björk** Jue Oct 25, 2012 3:45 pm

-Cállate...-susurro con suavidad mientras tomaba el mentón de Valentin y acercaba sus labios a los propios ofreciendo un beso suave y lento a Valentin. Le sujetaba por la cintura lentamente, apegándolo contra mi cuerpo y finalmente sintiendo una vez más después de tanto tiempo su espíritu cerca del mío. Esto era lo mejor que me había pasado, esperaba que ahora no me separase de Valentin. No, ahora que al menos lo había recuperado, el destino no me separase de él.

-Te propongo que huyamos y que viviéramos juntos....-Dije tras terminar esa muestra de afecto que me había vuelto a unir a él-...pero entiendo que tengas cosas que hacer...Bueno...yo me alojo en una modesta mansión dentro de los bosques...-le iba diciendo poco a poco. Lo abrazaba como si fuera el último día del mundo, contra mi cuerpo y mi pecho.

Enseguida pude escuchar los gritos de la mujer desde el pozo, preferí ignorarla y coger el maletín de Valentín-...Vamos...seguro que te están esperando...-Tome la mano de Valentin en mi mano libre y comencé a andar con el procurando que aun estuviera a mi lado. Le iba vigilando poco a poco, procurando que seguía a mi lado para después suspirar y parar a poca distancia del supuesto carruaje que esperaba a Valentin.

De nuevo esa inquietud, me gire para ver a Valentin y sonreírle-...No tengo que perdonarte pues nunca puedo odiarte...-en un tono en el que el solamente pudiera escucharme le susurre en el oído aquellas palabras, su mirada, le limpie una lagrima que recorría su mejilla-...Se fuerte...te...te...-trague saliva pues me resultaba difícil, aunque mi corazón no le resultase tan difícil-...Te amo con toda mi alma...-Le miro a la cara y sonreí-...¿Te veo mañana? –Le propuse con una sonrisa.

por **Valentin Zukovski** Miér Nov 07, 2012 10:31 pm

Sus labios fueron sellados, gracias a dios que lo había hecho porque si no hubiera seguido hablando estupideces que en ese momento no tenían coherencia alguna. Sentía el calor de su cuerpo, la firmeza de sus brazos al momento de que le sujetaba de la cintura, apegándolo, amándolo cada vez más de forma intensa y extremada. Los ojos de Valentín se encontraban entrecerrados dejándose llevar con aquel beso, se podía sentir un poco de húmedas en sus mejillas, en donde unas pequeñas lagrimas habían salido de él. Cuando este comenzó a hablar, había quedado mudo, tal vez si se lo hubiera propuesto, el decir que en ese momento salieran y olvidaran todo, tal vez hubiera aceptado, pero volviendo a la realidad, se hubiera arrepentido más rápido de lo que hubiera aceptado, pero por las otras palabras hicieron que Valentín comenzaba a sentir que amaba cada vez más a Bjork, solamente ver sus ojos fijos en los de él, le daba un gran regocijo que comenzaba a ser pintado en sus mejillas con pequeños tintes de rosado en mi pálida piel

Se aferraba a él, sujetaba su camisa mirándolo hacia arriba con cierto regocijo, aunque a la vez al momento de pensar como había sido su reconciliación comenzaba a sentir vergüenza, asi que bajo un poco su mirada solo para así poder sentir su nariz cerca del cuello de este y poder oler el perfume natural de aquel hombre que podría volverlo loco solamente con una mirada. –Está bien- susurro sujetando su mano fuertemente para luego dejar salir una risilla mientras miraba hacia atrás al notar los gritos de la mujer. Caminaron un rato hasta llegar a un lugar seguro, dejo salir un suspiro de alivio cuando estuvo en un lugar conocido.

El sol pego a en su rostro y sintió como estaba tan liberado, pero al mismo tiempo estaba atado a la mano de Bjork, pero así lo prefería, estar cerca de él, atado, no lo volvería a dejar, no importaba lo que sucediera de ahora en adelante el siempre estaría junto a su amado, apoyándolo al 200%. Miro el carruaje que estaba muy cerca de ellos, sus empleados parecían algo preocupados, pero aun no lo habían visto, todo estaba muy tranquilo, los pájaros parecían más alegres ¿o era su imaginación? Miro hacia los lados mientras Bjork le hablaba, pero en realidad no le interesaba que alguien los viera, tal vez era simplemente vergüenza de sentir que él nunca lo había olvidado igual que el. Sus palabras eran como agua caliente que quemaban su piel, su mente y corazón-…- no sabía que decir, estaba totalmente sonrojado, se sentía como aquellas chiquillas principiantes en el amor.

No le pregunten de donde tomo valor para alzar la mirada y quedarse por unos segundos hipnotizado con aquellos ojos tan hermosos que tenia Bjork, porque simplemente les dirá que no tiene la puta idea de donde los saco, pero además de eso obtuvo suficiente como para abrir sus labios y lentamente susurrar un –Te Amo, Bjork- y sonreír ampliamente –Estaré encantado de tener una cita contigo, no importa dónde, que día o a qué hora- dijo mostrándose cada vez más tranquilo al pasar del tiempo –estaré encantado de estar contigo- dejo salir una risilla un poco nerviosa –aunque siento que me estoy comportando en una jovencita- confeso entre risas mientras miraba el carruaje. Volvió a centrarse en aquel hombre que solamente estaba en su corazón-Debo irme… me mataran si llego tarde- le sujeto con sus dos manos el rostro y lo acerco lo suficiente como para darle un pequeño beso en los labios y retirarse corriendo.

Se detuvo a mitad de camino dando la vuelva para ver a Bjork –Gracias por la ayuda- grito alzando su mano para luego agitarla en el aire… iba a voltearse pero antes de hacerlo recordó algo muy importante- oh por cierto… NUNCA MAS TE VOLVERE A DAR LA ESPALDA NI TE VOLVERE A DECIR UN “ADIOS”- grito a todo pulmón mientras se daba media vuelva para poder llegar en definitiva a su carruaje y montarse para poder irse, esperando que llegara alguna nota a su mansión donde la hora y lugar de su cita estuvieran pautadas.

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