Twisted Circle

Las cosas simplemente habían mejorado aquel día, tras haberse deshecho de los inquisidores que estaban en la posada habia decidido que le permitiría al gato descansar de su presencia por algunas horas, que estirara las piernas, que viera a quien quisiera, pero ese tiempo ya habia llegado a su fin y era hora de reclamar lo que ahora consideraba que era suyo. El cazador, cuando la noche cayo, se alisto para ir en busca del gato, el cual estaba seguro estaba esperando su llegada, lo sabía, con felicidad o con miedo era algo que realmente no le tenía con demasiado pendiente.

Loki habia memorizado ya el aroma del cambiante, así que no tuvo ningún problema en, en cuanto salió de la posada, seguir el rastro de aroma que la bestia habia dejado a su paso tras la huida de aquel día. Sieg lo seguía desde algunos metros detrás con tranquilidad, las manos dentro de los bolsillos del viejo abrigo y la bufanda algo rota sobre su cuello y cayendo libremente por su espalda para ser agitada con el viento agradable que habia aquella noche. Loki como de costumbre causaba algo de temor entre la gente que los veía, semejante par no podía pasar demasiado desapercibido después de todo Sieg era jodidamente alto y Loki parecía más un oso o algo así que un perro.

A los pocos minutos de iniciar la búsqueda, el perro lo llevo hacia una zona comercial bastante transitada, llena de gente que iba y venía por las calles mirando pequeños negocios establecidos o ambulantes, actores en la calle que presentaban su show por un par de monedas, incluso creyó ver un traga fuego a unos pocos pasos de ahí, pero como de costumbre, nadie quería acercarse a ese par tan fiero que se abría paso entre la gente como si de la realeza se tratara, todo con tal de huir de ellos.

Ubico a su gato una vez que se hubo acercado al centro del lugar, sin embargo gracias a su amuleto, el cambiante aun no lo habia visto a el y eso era lo que deseaba. Lentamente, como si estuviera cazándolo una vez más, se acerco por sus espaldas, disfrutando de la vista de aquel cabello castaño ligeramente rizado que le daba la bienvenida y, justo cuando estuvo detrás de el, envolvió sus brazos en la delicada cintura y se acerco al oído del menor al agachar un poco la cabeza por la diferencia de alturas que habia entre ellos.

-te atrape-

Le susurro antes de que Loki se sentara a un lado de ellos y les mirara con curiosidad, dejando sus orejas en alto y sus ojitos amigables cuando se trataba de su amo recorrer el cuerpo de ambos hombres. Si los estaban viendo o no era algo que tampoco le importaba, el tacto áspero de su barba lentamente se acaricio con la fina y delicada piel del felino y al separarse un poco de él lo tomo con firmeza de la mano y lo jalo hacia él.

-vámonos-

No le paso inadvertida la forma en la que el menor suspiro con el suave tacto que produjo que sus mejillas se rozaran así como tampoco le paso inadvertido que dio un sobre salto cuando le abrazo, pero no habia problema con eso, le gustaba que de alguna forma el menor fuera así de sensible, si, así le gustaba. Cuando estaba dispuesto a irse aquel niño caprichoso se acerco a él y se coloco a su lado cerca de su oído para preguntarle con un susurro si se encontraba bien, acción que hizo que el cazador sonriera un poco, jamás se le habia dado bien sonreír de otra forma que no fuera con burla.

-por supuesto que estoy bien-

Respondió mientras se daba la vuelta para quedar frente a frente con el cambiante, podía ver la preocupación en sus ojos aquel gesto no era ninguna pantomima para fingir que le tenía preocupado o demostrar que tenia estima por él, era completamente sincero y eso le gustaba aun mas. Lo observo fijamente, se veía bien, no eran ropas totalmente elegantes pero le hacían ver hermoso, su mirada azulina le recorrió de arriba a abajo con calma y cuando llego a los ojos contrarios, encantadoramente rasgados, ladeo el rostro y alzo una mano que llevo hasta acariciar esa suave y perfecta mejilla.

-piensas que un par de inquisidores pueden hacerme algo a mi? deberías tener algo más de fe en mi-

No le iba a decir aun a donde iban por que quizá asustara un poco al cambiante y eso no era lo que deseaba, si tenemos que ser sinceros, no le deseaba nada malo al menor. Era curiosa la forma en cómo lo protegía de todo lo que estuviera a su alcance, como en tan poco tiempo de alguna forma el se habia ido encariñado del gatito herido que tenia detrás suyo, del cual tomaba la mano y jalaba hacia él para avanzar en una dirección diferente a la del hostal en el que aun estaba, después de todo los inquisidores habían ido y venido, ya no habia ningún problema.

-tengo que comprar algunas cosas y tú vas a acompañarme-

Indico sin pedir permiso, estaba avisándole y punto, algunas malas costumbres nunca cambiarían no es así? Loki al ver que su amo comenzaba a andar se unió a ellos, caminando al lado del cambiante con toda la tranquilidad del mundo, moviendo la cola de un lado a otro feliz porque habia hecho su trabajo bien y porque sabía que llegando a casa su amo le tendría un premio, en nada se parecía a aquel perro amenazante que habia estado a punto de matar a la criatura que ahora Sieg tenía sujeta de la mano al avanzar.

El lugar al que iban estaba lejos de ahí, alejado de cualquier gran concentración de personas en Paris, tendrían que ir a los barrios bajos, a un callejón bastante oscuro y en un aérea peligrosa, pero eso no lo tenía asustado en lo mas mínimo, después de todo podía defenderse perfectamente y defender también al mínimo que tenía a su lado, aquel que miraba de vez en cuando y se dejaba deleitar con su imagen, realmente hermoso en aquella ocasión, se preguntaba por qué.

Lo observaba fijamente, deseado que aceptara de manera más abierta sus caricias, después de todo no era muy asiduo a darlas y cuando quería darlas era por que en verdad deseaba demostrar de cierta forma su... cariño? le estaba tomando cariño a esa bestia? bueno, era una posibilidad, después de todo al principio habia sido solamente su apariencia la que habia llamado su atención, lo que le habia empujado a llevárselo con el solamente como un capricho, pero ahora era diferente, totalmente diferente. Después del episodio con los inquisidores se dio cuenta de que en realidad se preocupaba demasiado por el minino que llevaba de la mano, la idea de que se lo llevaran, la idea de que lo arrebataran de su lado y lo asesinaran le habia llenado de temor y enojo, no iba a permitir que sucediera eso con él, pero por qué? por que deseaba tanto el bienestar de el castaño?.

Su suave tartamudeo le hizo prestarle mayor atención, esa voz aterciopelada llena de... vergüenza seria? o quizá simplemente pena? no lo sabía, pero le daba un tinte diferente a esa voz que le agradaba bastante. Pero nuevamente volvió su vista hacia el frente del camino, después de todo no tenía tiempo para estar bobeando al ver el rostro de su nueva mascota... esa que no sentía como tal. De cualquier manera siguió avanzando, algunos pasos adelante del minino pero notando entre mirada y mirada sus mejillas llenas de color, pensaba, por su culpa. Esa posibilidad simplemente le hizo sonreír satisfecho por ser el causante de tales sensaciones en el menor.

Su pregunta le hizo voltear a verle directamente, la verdad es que si, iba a por armas y municiones ya que hacía tiempo que no conseguía pero no se lo iba a decir en ese lugar en el que aun habia demasiada gente a su alrededor, demasiada gente que podía escuchar su destino, así que con simpleza se dio media vuelta y se interpuso en el camino del menor, quedando frente a él para levantarle el mentón y observar sus ojos almendrados.

-un cascabel? será que más bien eres tu el que desea uno? si es así, yo te lo conseguiré-

Suavemente delineo la línea del cuello del menor, imaginando como se vería colgando de este un hermoso cascabel desde una tira de terciopelo, si, sin duda alguna le conseguiría un adorno así, pero de momento tenían que seguir avanzando o se haría mas tarde y no quería andar por esos rumbos a tan altas horas de la noche. Apretó la mano del cambia formas que traía sujeta y apuro el paso.

Atrás quedaron las calles cálidas y llenas de gente, poco a poco se veían cada vez menos personas, cada vez personas más oscuras, con apariencia peligrosa, personas a las que simplemente no deseabas acercarte, pero conforme mas iban acercándose a esos callejones y calles oscuras y peligrosas Sieg mantenía aun más cerca al minino, hasta que al dar la vuelta en un callejón bastante tétrico le abrazo por la cintura y lo mantuvo pegado a él mientras andaban, con la vista al frente y la mano libre dentro del bolsillo de su abrigo en donde tenía su revólver. Sin embargo nadie se acerco a ellos, mezcla por el temor que les inspiraba Loki mezcla por que Siegfried también se veía bastante amenazador.

Llegaron a una vieja casa de aspecto sucio y descuidado al final del callejón y tras detenerse frente a la puerta miro de reojo al minino.

-transfórmate en gato-

Le ordeno mientras lo observaba a los ojos.

Alzo levemente una ceja cuando el minino trato de protestar por la orden que le acababa de dar, y aunque su gesto demostraba algo de diversión dejaba en claro que su orden estaba dada y que el felino tendría que seguirla si no quería enfrentarse a las consecuencias. Afortunadamente el menor habia resultado de alguna manera muy obediente y ahora mismo se desnudaba, aunque por culpa de la sombra del edificio no pudo ver nada. Se encontró a si mismo deseando que la luz alcanzara aquella piel pero no dijo nada al respecto, simplemente espero hasta que el minino salió de entre las sombras y se detuvo frente a ellos.

Sonrió levemente y camino hasta aquel rincón en el que el menor habia dejado su ropa para recogerla y mientras él hacia esto y la guardaba, Loki se acerco al cambia formas y comenzó a olfatearlo bien cerca, pegando su nariz al cuerpecito del gato y al final dándole un lengüetazo en la cabeza cosa que le arranco una carcajada a Sieg antes de acercarse nuevamente a ellos y agacharse para tomar en brazos al minino.

-parece que te ha tomado cariño-

Le dijo con suavidad mientras lo acunaba en sus brazos y avanzaba con él hacia aquella pequeña casucha que dentro albergaba nada más y nada menos que un enorme arsenal de armas listas para comprarse aunque Sieg no era muy escandaloso cuando de armas se trataba, de momento el venia a abastecerse de flechas y balas solamente por lo que todo el movimiento fue rápido, pago en efectivo, recibió la mercancía y se fue de ahí, pero sin soltar en ningún momento al gato hasta que estuvieron algunos metros lejos de la casa y se permitió acariciar el lomo del minino lentamente, mimándolo.

-esta no es la mejor clase de gente...-le murmuro con suavidad mientras iban avanzando por las calles, aun sin soltarlo, aun sin permitirle transformarse en su apariencia humana nuevamente- y no iba a permitir que te vieran...-

No iba a decir más, no iba a especificar que no quería que lo vieran por su hermosa belleza, por ese físico que dejaba sin aliento cuando lo mirabas por la delicadeza de su naturaleza, cualquiera lo querría tan solo para romperlo, la gente era así, el en cambio sentía el deber de, de cierta forma, protegerlo. Lentamente sus dedos acariciaron las delicadas orejas conforme se iba acercando al hostal donde aun residía, después de caminar un buen tiempo con el menor en sus brazos.

-No quiero que nadie tan bajo te mire si quiera-

Murmuro ya más para sí mismo mientras tocaba suavemente la puerta pero nadie dentro del hostal respondió, sonrió levemente, ya era demasiado tarde por la noche como para que la pobre mujer que atendía el lugar siguiera despierta así que saco el par de llaves que le habia dado cuando le dijo que quizá volvería hasta entrada la noche y abrió el lugar. Cerró detrás de él y soltó con suavidad al gato mientras subía las escaleras rumbo a la habitación, estirándose en el camino y bostezando, realmente estaba cansado.

Miro al minino subir las escaleras hasta la habitación que sabia estaba ocupado el cazador y este no pudo evitar sonreír un poco sin embargo le observo con curiosidad cuando se metió bajo la cama a transformarse, suponía que era por la privacidad sin embargo no dejaba de parecerle algo curioso, quizá se habia dado cuenta de las miradas de Sieg, que si bien no eran sucias, tampoco eran simplemente las que le daría a cualquier otra persona.

Dejo las llaves sobre la mesa y luego se sentó sobre una de las sillas que estaban en la mesa frente a la cama y se quedo observando al menor, aun bajo la cama y haciendo preguntas con esa voz tímida y temblorosa.

-la verdad? si, lo creo. Después de todo fui yo aquel que casi te mata hace algunas horas, no es así?- Murmuro mientras avanzaba por la habitación y buscaba alguna camisa suya decente para darle al castaño ya que estaba seguro la ropa que traía puesta hace un momento no era para nada cómoda a la hora de dormir. Encontró un suéter en buen estado, oscuro como toda su ropa, de un color azul marino casi negro que haría resaltar la pálida piel del menor. Lo tomo entre sus manos y confirmando que estuviera limpio avanzo por la habitación y se lo paso al menor agachándose por el borde de la cama y buscando con sus ojos azules al menor.

-sal ya de ahí, está bastante frio-

Le murmuro con su voz grave y acento irlandés antes de ponerse de pie y revolverse el cabello rubio cenizo con algo de molestia, pensando que ya era hora de darle un corte, si, lo cortaría dentro de poco, quizá mañana si no tenía nada que hacer. Pensando en esto no volteo a ver al menor, sabía que estaba siendo demasiado pudoroso pero quizá eso le gustaba de él, así que le dejo cambiarse y salir de bajo la cama con tranquilidad.

-Dormirás con eso, en la mañana te doy tu ropa-

Ordeno mientras el mismo se quitaba el abrigo negro y la gastada camisa blanca, quedándose nuevamente solamente en el pantalón. Se acerco al borde de la cama y se sentó asegurándose de que el minino ya no estuviera abajo y continuo a quitarse las botas, observando de reojo al menor.

-Como va tu pierna- Murmuro tras señalarle el muslo con un movimiento del mentón, dejando sus botas a un lado de la cama y abriendo las sabanas de esta, tanta cobija aseguraba un lecho tibio, pero solamente si sus cuerpos lo calentaban primero y sabia que esa noche terminarían como la anterior, abrazados, pero con una ligera variante…

Lo miro de reojo cuando estuvo listo, si, odia alcanzar a apreciar en la delicada piel de su muslo que la herida ya iba mucho mejor y que aunque dejaría una cicatriz esta no sería demasiado grande. Después de tantos años estando solo y trabajando en lo que trabajaba, Sieg aprendió a curarse bastante bien sin necesidad de acudir a médicos ni mucho menos. Observo la forma en la que le quedaba su prenda al menor, tan suelta y grande, parecía aun mas un niño con eso puesto, y la idea de lo débil que era asomo por su cabeza, habia que hacer algo al respecto, mañana comenzarían a trabajar en eso.

-bien, sanara bastante rápido así que ya no te preocupes por ella- Le murmuro mientras lo observaba en la cama y tomaba las mantas, cubriéndole suavemente antes de él acostarse a su lado con las manos detrás de la cabeza y la vista al techo. Loki soltó un suave bostezo y se hecho en el tapete de siempre, mirando con curiosidad a los dos hombres. La pregunta tomo algo desprevenido a Sieg quien volteo suavemente su rostro y se quedo observando en silencio a aquella criatura, tan hermosa...

-Naci y crecí en Irlanda, me fui cuando tenía 18...hace diez años- Murmuro pensando en cómo pasaba el tiempo, aunque seguramente el gato estaría pensando en que aquel hombre se veía demasiado viejo como para tener solo 28 años, parecía cerca de los 40 con tanta arruga, pero, si por otro lado mirabas su cuerpo, tenía sentido que tan solo tuviera 28 años con aquel cuerpo tan fuerte y hábil, pero cubierto de la cabeza a los pies de cicatrices.

Pensó en la venganza que lo habia llevado a recorrer el mundo, en los lugares en donde habia estado buscando a aquel vampiro, en todo lo que habia pasado y las criaturas que habia asesinado, cerro suavemente los ojos y estiro una mano hacia el menor, acariciando su mejilla lentamente con los nudillos.

-eh estado en muchos lados... incluso del nuevo mundo...- Susurro recordando sus viajes que lo habían llevado a lugares extraordinarios, sonrió levemente- eh visto lugares maravillosos... y lugares que preferiría no haber visto también- acepto antes de parar con las caricias y descansar su mano al lado del rostro del felino. -Pero ya es hora de dormir, mañana te despertare temprano, hay algo que debemos hacer.

Y dicho esto el cazador se recostó en su costado y estiro sus fuertes brazos hacia el menor, jalándolo hacia el para abrazarlo tal como amanecieron la noche anterior, el ambiente estaba realmente frio, quizá por la mañana nevara un poco, así que cerrando los ojos simplemente se comenzó a quedar dormido con el minino en brazos. Sabía que iban a amanecer de esa manera de todos modos, y no es como si realmente le incomodara tenerlo cerca, todo lo contrario.

Apretó aquel delicado cuerpo entre sus brazos mientras escuchaba su suave voz apenas audible contra la firmeza de su pecho. Se habia quedado pensando en que era cierto, si Loki lo hubiera atrapado primero, antes de que el cazador pudiera darle ordenes o que siquiera se diera cuenta de que era una criatura, seguramente...no, era cien por ciento seguro, Loki lo habría despedazado y no se habría molestado en comerse sus partes, lo miro de reojo viendo como el perro estaba ya tan tranquilo al lado de ambos, como sabia que ya se habia encariñado con el minino que tenía entre sus manos, sonrió levemente, peinando el cabello castaño con un suave movimiento de su mano.

-Quieres uno?- susurro con voz ronca, queda y suave- pero si Loki ya te quiere...no lo vez? apenas lo miras y ya te mueve el rabo- Miro de reojo a su amigo que alzo la cabeza y la ladeo suavemente, moviendo el rabo cuando alcanzo a ver apenas al cambiante. Sieg sabía que era difícil que el animal se mostrara así de tranquilo y de amigable con alguien, por eso estaba seguro de que el periodo en el que odiaba al minino por ser un minino habia finalizado ya.

Suspiro y se volvió a acomodar, dándole la espalda a Loki al estar de costado pero estando frente al minino, abrazándolo contra su cuerpo para protegerlo del frio de afuera que mantenía los cristales de la ventana empañados por el calor de la habitación y de sus cuerpos juntos. Bajo la mirada y observando al gato se dijo a si mismo que no podía simplemente seguir dándole vueltas al asunto. Lo abrazo con fuerza nuevamente y tras acariciar con cariño su nuca sonrió.

-te llevare a que conozcas lugares hermosos...Irlanda es bello pero eh visto lugares aun mas especiales... te llevare a la playa, algún día... para que mientras la arena tibia bajo tus pies...y el aroma del mar contra tu rostro…la brisa despeinándote... te encantara- Cerro los ojos cansado, sobre todo porque sabía que era lo que le iba a esperar mañana, así que agachándose un poco beso con ternura la frente del menor y luego dejo que de su cuerpo se alejara toda la tensión con un profundo suspiro, quedando relajado y suelto en la cama.

-tú te pondrás gordito...-

Susurro apenas audible antes de soltar una suave risa y ladear el rostro para quedar con el mentón apoyado en la frente del menor, respirando el perfume de su cabello mientras se arrullaba con la suave respiración de su... qué?, que era él?... no era un hecho que le gustara pensar abiertamente. Negó un poco y apoyo sus manos en la espalda contraria, diciéndose que era mejor dormir antes de cuestionarse ese tipo de cosas.

-mejor vamos a dormir ya... mañana... será un día especial-

Y dicho esto dio por finalizada la conversación, a pesar de que sus dedos de forma leve y casi mustia, acariciaban la cintura desnuda del menor por el borde del suéter, ya que este se habia levantado y ahora apenas y cubría el pecho del gato. El rubio no dijo nada y no bajo sus manos, se contento con acariciar esa suave cintura.

El cazador tardo un poco más en dormirse, sintiendo la suavidad de aquel cuerpo bajo sus dedos, con la mirada perdida en la ventana al lado de la cama dejaba que fueran las sensaciones las que hablaran. La sensación de tener al minino hecho ovillo contra su cuerpo, aferrado a su abrazo de esa manera tan suelta cuando momentos antes se habia mostrado por completo tenso cuando comenzó a acariciar su cintura, pero era un caprichoso y a pesar de sentir esta tensión el no aflojo el abrazo. Simplemente cerró los ojos cuando las suaves risas del menor comenzaron a adormilarle.

No soñó con nada, como de costumbre, su mente estaba demasiado ocupada pensando en lo que se suponía que iba a hacer con el menor entre sus brazos. No era más que un vil secuestrador en esos momentos, no tenía la menor excusa para mantener al gato a su lado pero aun así tampoco iba a dejarlo ir, la sola idea de que se fuera en esos momentos lo frustraba e inconscientemente, lo hacía abrazarlo con más posesividad contra él. Quizá simplemente se habia enamorado de él, de su ternura y de su belleza, de la forma amable en la que lo miraba, de su inocencia y la manera en la que parecía un niño atrapado en un cuerpo mayor del que debería.

Pero esa posibilidad era simplemente trillada. El no podía estarse enamorando de una bestia así, de un animal simplemente, que adoptaba la forma de un humano como aberración de la naturaleza, un peligro, un ser que debía ser eliminado y que aun así, mantenía firme contra su cuerpo enorme a diferencia del delicado que mantenía sujeto. Con sus labios descansando cerca de los contrarios, compartiendo el aliento en cada respiración por la cercanía que tenían en esa mañana nevada.

Toda la noche una ventisca habia hecho que Paris se cubriera de un manto blanco y helado, los ricos sacaban los abrigos de piel y los pobres simplemente se apretujaban entre ellos para darse calor o se dejaban ir por las cálidas manos de la muerte tendidos sobre el congelado suelo. Pero ellos estaban bien, estaban juntos bajo gruesas mantas, abrazados como si sus cuerpos estuvieran unidos, Sieg con las manos cubriendo la espalda del menor y las piernas entrelazadas con aquellas otras un poco más delgadas y delicadas.

El despertó primero, pero estaba tan frio fuera del lecho que no se movió un centímetro, simplemente se quedo mirando al minino, mudando una de sus manos para acariciar su mejilla con ternura, ambos cubiertos con las mantas hasta casi la frente, ocultándose de la luz y del clima, Sieg no pudo más y aprovechando la inconsciencia del menor elimino la casi nula distancia entre ellos y cubrió esos delicados y finos labios con los propios en un beso tenue.