The way you look tonight {Owen}

por **Gwendoline F. Bourgeois** Miér Abr 18, 2012 10:00 am

Aún no sabía cómo había aguantado 16 años la vida que llevaba en casa y, sobre todo, no sabía cómo había podido vivir en aquel lugar. Con lo feliz que era ahora lejos de ellos, viviendo en la peor, según ellos, parte de la ciudad, pero que, para mí, era la mejor de la ciudad, sin duda alguna. Allí podía hacer lo qué quisiera, cuándo quisiera y cómo quisiera. Nadie se preocupaba por mí, de si andaba con éste o con el otro. Bueno... Sí que había gente que se preocupaba por mí, obvio; pero no llegaban a agobiarme con preguntas ni nada, algo que agradecería eternamente. Además, ellos mismos sabían que si lo hacían era peor y que me pondría a la defensiva.

Por eso, por las nulas explicaciones que le tenía que dar a la gente, a la tarde - noche salí de mi casa, aún sin saber si volvería a casa temprano o lo haría más tarde... En caso de volver esa noche. No me gustaba eso de salir y saber exactamente a la hora a la que iba a volver. Cuando salí por la puerta de la entrada, pude comprobar que ya estaba comenzando a oscurecer. La mayoría de la gente ya comenzaba a ir hacia sus respectivos hogares..., eso en caso de tenerlos; pues, tristemente, había muchas personas que ni siquiera tenían hogar. Si había de ser sincera, me gustaría poder a acoger a alguno de ellos, pero me era imposible, principalmente, porque ni siquiera era mía la casa en la que estaba viviendo.

Intentando alejar esos malos pensamientos de mi mente, comencé a caminar por las calles de la ciudad, esquivando a algunas personas y saludando a otras. Al cabo de unos minutos caminando sin rumbo fijo, llegué a la parte más alejada de la ciudad. Un rato después de haber estado caminando por ésta, me encontré en la parte abandonada de la ciudad. Suspiré, mientras me cruzaba de brazos y le echaba un vistazo a aquel lugar. No me gustaba mucho ese sitio..., más que nada porque emitía, para mi gusta, demasiada tristeza. Aún así, me acerqué a un árbol que había al lado de una casa abandonada y me impulsé de manera que me senté en la rama más baja de dicho árbol.