AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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The way you look tonight | |Mirko Lautrec
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The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Golnar había elegido el vestido que más se acercaba al de una joven de clase media. Contó el dinero que tenía y sonrió. Quizá se podría comprar algunas ropas bonitas con él pero prefería ir al restaurante. ¿Por qué? Lo ignoraba por completo pero tenía ganas de sorprender a Mirko y de probar su comida. Lo cierto era que olía muy bien y era la típica comida que entraba por los ojos y eso solo te abría aún más el apetito.
Se despidió de Narcisse con un beso en la mejilla y un abrazo y salió de su casa. Iría al restaurante y podría volver a ver a Mirko. No sabía cuán caro era pero al menos podría pedir lo más barato de la carta. El día había amanecido con unas cuántas nubes recorriendo el cielo, solo esperaba que no lloviese en el tiempo que se encontrase andando por la calle. Su barriga ya rugía, necesitaba tomar ya su almuerzo. Se acordaba perfectamente de la dirección en la que estaba y siguió su camino hasta llegar a las puertas.
Cogió todo el aire que sus pulmones le permitieron y lo soltó de golpe. Llegó el momento. Había pasado un par de días desde el tropiezo que habían tenido y no había podido aguantar más para encontrarse de nuevo. Lo que peor llevaba era que era una dama sola en un restaurante. ¿Quién iba sola a un restaurante? Pocas damas lo hacían. Pero tenía que admitir que ella ya no era una dama, ella era una mujer y punto. No se tenía que preocupar por lo que pensaban los demás sobre lo que hacía o dejaba de hacer. Entró y un hombre la recibió con una sonrisa en el rostro. La guió a una mesa y, antes de que se fuese no tardó en preguntar.
─¿Se encuentra el señor Lautrec trabajando?─ el hombre la miró extrañado, parecía que pocas personas preguntaban por él, finalmente asintió y ella le sonrió mucho más tranquila. Al menos no había ido en vano ─ ¿Podría decirle que la señorita Golnar está aquí?─ el hombre volvió a asentir y se marchó. Ella, mientras, se sentó y ojeó la carta que tenía en frente.
Se despidió de Narcisse con un beso en la mejilla y un abrazo y salió de su casa. Iría al restaurante y podría volver a ver a Mirko. No sabía cuán caro era pero al menos podría pedir lo más barato de la carta. El día había amanecido con unas cuántas nubes recorriendo el cielo, solo esperaba que no lloviese en el tiempo que se encontrase andando por la calle. Su barriga ya rugía, necesitaba tomar ya su almuerzo. Se acordaba perfectamente de la dirección en la que estaba y siguió su camino hasta llegar a las puertas.
Cogió todo el aire que sus pulmones le permitieron y lo soltó de golpe. Llegó el momento. Había pasado un par de días desde el tropiezo que habían tenido y no había podido aguantar más para encontrarse de nuevo. Lo que peor llevaba era que era una dama sola en un restaurante. ¿Quién iba sola a un restaurante? Pocas damas lo hacían. Pero tenía que admitir que ella ya no era una dama, ella era una mujer y punto. No se tenía que preocupar por lo que pensaban los demás sobre lo que hacía o dejaba de hacer. Entró y un hombre la recibió con una sonrisa en el rostro. La guió a una mesa y, antes de que se fuese no tardó en preguntar.
─¿Se encuentra el señor Lautrec trabajando?─ el hombre la miró extrañado, parecía que pocas personas preguntaban por él, finalmente asintió y ella le sonrió mucho más tranquila. Al menos no había ido en vano ─ ¿Podría decirle que la señorita Golnar está aquí?─ el hombre volvió a asentir y se marchó. Ella, mientras, se sentó y ojeó la carta que tenía en frente.
Última edición por Golnar Richelieu el Jue Oct 01, 2015 9:52 am, editado 1 vez
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Pasaron unas semanas desde aquel encuentro inesperado en la plaza, Mirko había decidido no pensar en ello pues no tenía la certeza de que Golnar volviera a aparecer en su vida, aquella había sido una casualidad y nada más. Él era un hombre práctico que vivía el presente y no se la pasaba dándole vueltas a posibilidades sobre cosas que no estaba seguro. Se había dedicado a trabajar duramente para ganar su paga, especialmente porque tenía un proyecto en mente para el cual iba a necesitar más de 600 francos y eso para él era todo un dineral. A veces envidiaba a las personas de la clase alta que podían despilfarrar el dinero en cosas más superfluas mientras él tenía que matarse a diario entre calderas para conseguir un par de francos.
Viernes y como todos los vienes había madrugado temprano para preparar los desayunos de cientos de marineros que llegaban al puerto para irse de juerga el fin de semana, recientemente el restaurante había cogido buena fama entre el gremio pescador por lo que en las mañanas el restaurante parecía más un bar de mala muerte que un restaurante como tal, con tanto marinero dando rienda suelta a su extenso vocabulario de palabras inapropiadas.
El restaurante no era cinco estrellas ni era visitado por gente de la aristocracia, era más bien un restaurante de clase media-baja con un rústico decorado en madera que más bien parecía la cocina de una abuela. Las mesas tenían todas manteles a cuadros rojos y blancos, las paredes estaban decoradas con cuadros bastante feos y Mirko se cuestionaba si el gusto artístico del dueño estaba algo atrofiado pues había uno con unos pescados grises y verdes mirando directamente a tu alma, una vista no muy agradable para alguien que quería disfrutar de una cena. También había un tablero negro en la entrada donde a diario se escribía con tiza blanca el menú del día con los precios que variaban según el plato pero que en general podían ser pagados por el proletariado.
Hacía el medio día, la hora en la que más clientela llegaba, uno de los meseros, un muchacho flaco como un espaguéti y pálido como un fantasma se acercó a la cocina para informarle que nada más y nada menos Golnar había ido a buscarle. Mirko casi riega el caldo de pollo que estaba vertiendo en una olla con la sorpresa, pues no esperaba que la mujer tomara en serio lo había dicho y fuera a probar su comida. Se apresuró a pedirle la ayudante de la cocina que era una mujer bajita y algo pasada en kilos que continuara preparando la sopa y le cubriera por unos momentos. Ella aceptó de mala gana pues estaba ya bastante ocupada cortando cebollas.
Mirko salió de la cocina rápidamente aún con el delantal y un trapo blanco cubriéndole la cabeza para que no fueran a caer pelos accidentalmente a la comida, lucía ojeroso y algo demacrado pues no había dormido bien en las últimas noches. Golnar estaba sentada en una de las mesas, el mesero le había ofrecido el menú y Mirko sintió una mezcla extraña de sensaciones en el estómago.
- ¡Has venido después de todo! - Exclamó con voz jovial rompiendo la expresión seria que casi siempre mantenía – Hoy tenemos una sopa de pollo con verduras y también hay pescado asado, los marineros han traído un cargamento fresco en la mañana así que tenemos tilapia y Atún – Le ofreció y luego señaló en el menú – También estamos preparando pasta si no deseas pescado, viene con salsa boloñesa -
Viernes y como todos los vienes había madrugado temprano para preparar los desayunos de cientos de marineros que llegaban al puerto para irse de juerga el fin de semana, recientemente el restaurante había cogido buena fama entre el gremio pescador por lo que en las mañanas el restaurante parecía más un bar de mala muerte que un restaurante como tal, con tanto marinero dando rienda suelta a su extenso vocabulario de palabras inapropiadas.
El restaurante no era cinco estrellas ni era visitado por gente de la aristocracia, era más bien un restaurante de clase media-baja con un rústico decorado en madera que más bien parecía la cocina de una abuela. Las mesas tenían todas manteles a cuadros rojos y blancos, las paredes estaban decoradas con cuadros bastante feos y Mirko se cuestionaba si el gusto artístico del dueño estaba algo atrofiado pues había uno con unos pescados grises y verdes mirando directamente a tu alma, una vista no muy agradable para alguien que quería disfrutar de una cena. También había un tablero negro en la entrada donde a diario se escribía con tiza blanca el menú del día con los precios que variaban según el plato pero que en general podían ser pagados por el proletariado.
Hacía el medio día, la hora en la que más clientela llegaba, uno de los meseros, un muchacho flaco como un espaguéti y pálido como un fantasma se acercó a la cocina para informarle que nada más y nada menos Golnar había ido a buscarle. Mirko casi riega el caldo de pollo que estaba vertiendo en una olla con la sorpresa, pues no esperaba que la mujer tomara en serio lo había dicho y fuera a probar su comida. Se apresuró a pedirle la ayudante de la cocina que era una mujer bajita y algo pasada en kilos que continuara preparando la sopa y le cubriera por unos momentos. Ella aceptó de mala gana pues estaba ya bastante ocupada cortando cebollas.
Mirko salió de la cocina rápidamente aún con el delantal y un trapo blanco cubriéndole la cabeza para que no fueran a caer pelos accidentalmente a la comida, lucía ojeroso y algo demacrado pues no había dormido bien en las últimas noches. Golnar estaba sentada en una de las mesas, el mesero le había ofrecido el menú y Mirko sintió una mezcla extraña de sensaciones en el estómago.
- ¡Has venido después de todo! - Exclamó con voz jovial rompiendo la expresión seria que casi siempre mantenía – Hoy tenemos una sopa de pollo con verduras y también hay pescado asado, los marineros han traído un cargamento fresco en la mañana así que tenemos tilapia y Atún – Le ofreció y luego señaló en el menú – También estamos preparando pasta si no deseas pescado, viene con salsa boloñesa -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Vio marchar al hombre y decidió esperar. Repasó el lugar con su vista. No parecía un sitio de cinco estrellas pero ella al menos iba vestida para la ocasión. Se percató de que había muchos marineros. Estaba casi segura de que reconocía la cara de más de uno. Solo esperaba que ellos no se acordaran de aquella prostituta que les prestó su servicio por una noche. Por el día nunca era Spahir, el nombre que sus clientes conocían, sino Golnar. Suspiró y agachó la cabeza justo cuando un marinero se dedicaba a contemplar el lugar. No era el momento de que se les acercaran cuando estaba a punto de ver a Mirko.
No tardó en divisar al joven y, en cuanto lo vio, se levantó rápidamente de la silla. Un gesto de lo más ridículo y demasiado notorio. Había hecho un chirrido horrible al arrastrarla con su cuerpo y más de uno se había girado para mirarla. Cuando estuvo delante suya, se volvió a sentar, mientras se pasaba una mano por las mejillas; las notaba ardiendo. La alegría que trajo el joven le hizo sonreír y escuchó atenta todo lo que tenía aquel día en el menú.
─Creo que me decantaré por la sopa y el pescado─ dijo con una sonrisa, poniendo los codos sobre la mesa y posando su cabeza sobre sus manos─. No sabía otra forma de poder encontrarte.─ admitió al recordar la sorpresa que se había llevado al verla allí─¿Pero estás bien? Pareces algo cansado. ¿Llevas mucho trabajando?─ no se le habían escapado las ojeras que se marcaban en su rostro. Aún así no se veía nada mal, incluso con ese delantal y ese trapo que usaba como gorro─. Perdona, no quiero entretenerte cuando estás en horario laboral, pediré eso mientras y creo que podré esperarte hasta cuando salgas de trabajar. Aunque no sé a qué hora es...
No sabía por qué estaba hablando tanto y en ocasiones tan atropelladamente. Necesitaba relajarse, parecía que no había ido a un restaurante en años aunque lo cierto que así era pero ella nunca olvidaba las normas de protocolo. Quizá se sentía algo nerviosa al reconocer a algunos de sus clientes. Sí, posiblemente fuera eso.
No tardó en divisar al joven y, en cuanto lo vio, se levantó rápidamente de la silla. Un gesto de lo más ridículo y demasiado notorio. Había hecho un chirrido horrible al arrastrarla con su cuerpo y más de uno se había girado para mirarla. Cuando estuvo delante suya, se volvió a sentar, mientras se pasaba una mano por las mejillas; las notaba ardiendo. La alegría que trajo el joven le hizo sonreír y escuchó atenta todo lo que tenía aquel día en el menú.
─Creo que me decantaré por la sopa y el pescado─ dijo con una sonrisa, poniendo los codos sobre la mesa y posando su cabeza sobre sus manos─. No sabía otra forma de poder encontrarte.─ admitió al recordar la sorpresa que se había llevado al verla allí─¿Pero estás bien? Pareces algo cansado. ¿Llevas mucho trabajando?─ no se le habían escapado las ojeras que se marcaban en su rostro. Aún así no se veía nada mal, incluso con ese delantal y ese trapo que usaba como gorro─. Perdona, no quiero entretenerte cuando estás en horario laboral, pediré eso mientras y creo que podré esperarte hasta cuando salgas de trabajar. Aunque no sé a qué hora es...
No sabía por qué estaba hablando tanto y en ocasiones tan atropelladamente. Necesitaba relajarse, parecía que no había ido a un restaurante en años aunque lo cierto que así era pero ella nunca olvidaba las normas de protocolo. Quizá se sentía algo nerviosa al reconocer a algunos de sus clientes. Sí, posiblemente fuera eso.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Localización : En algún lugar del mundo
Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Golnar iba vestida de forma sencilla y a Mirko le gustó ese detalle, cuando era joven había visto los pomposos y complicados vestidos que usaba su madre y como su hermana menor se quejaba de que esos vestidos eran muy incómodos para jugar, por supuesto una mujer adulta ya no se tiraba al suelo a jugar con muñecas, pero Mirko imaginó que debía ser igualmente incómodo para otros menesteres. Golnar pidió la sopa y el pescado y Mirko se llevó una mano a la frente haciendo un gesto de soldado a capitán mientras sonreía.
-Anotado, el mejor pescado para la señorita inmediatamente – Exclamó, el mesero flaco que la había tendido alto soltó una risa mientras pasaba por un lado con unos platos hacía la cocina – Pues eres bien observadora, la verdad es que hemos tenido mucho trabajo en la mañana por que hoy es viernes – Le explicó, aunque evito mencionar que la verdadera razón de sus ojeras era que dormía poco, las preparaciones para su experimento le estaban costando muchas horas en vela, después de todo, robar un cadáver del cementerio no era una operación fácil.
-Los viernes llegan muchos marineros al puerto, por lo que debemos preparar muchos desayunos – Le explicó y una voz interrumpió sus palabras, era la ayudante de cocina que le gritaba desde el fondo del restaurante – Oh... lo siento, debo volver a la cocina, no tardaré con el pescado – Le prometió y regresó corriendo a la cocina, una vez allí se puso manos a la obra, habían otros 3 pedidos de clientes que habían llegado luego de Golnar, así que Mirko revisó las verduras que la asistente había picado y luego de darles el visto bueno las vertió en el caldo hirviendo. Se apresuró a colocar los pescados en una enorme sartén a fuego alto y espolvoreó un poco de pimienta molida y sal marina, la ayudante fue revolviéndo la sopa mientras tanto, Mirko volteó los pescados dejándo que estos se cocieran por ambos lados y al cabo de 10 minutos estuvieron listos. Sirvieron cuatro platos rápidamente y llamaron al mesero que tomó en una bandeja, Mirko se apresuró a tomar el cuarto antes de que el mesero lo cogiera pues quería llevarlo él mismo a la mesa.
Cuando volvió con el plato se encontró con que un marinero de casi dos metros de alto y con enormes brazos morenos por el sol se había acercado a la mesa donde estaba Golnar, él hombre le sonreía de manera pícara y Mirko frunció el ceño acercándose con el pedido.
-Me han dicho que follas muy bien – Estaba diciendo el hombre, llevaba el cabello rubio y ondulado recojído en una coleta y sus ojos eran azules como la alta mar, bastante atractivo pensó Mirko, de esos hombres que hacen suspirar a las mujeres fácilmente con su porte varonil – Y que lo chupas aún mejor – Agregó, Mirko empujó al hombre con el hombro suavemente colocando la bandeja con dos platos sobre la mesa frente a Golnar, el aroma del pescado se esparció por el aire deliciosamente.
- Me parece que la dama desea almorzar – Comentó Mirko con expresión hostil – Esta conversación deberá esperar -
-Anotado, el mejor pescado para la señorita inmediatamente – Exclamó, el mesero flaco que la había tendido alto soltó una risa mientras pasaba por un lado con unos platos hacía la cocina – Pues eres bien observadora, la verdad es que hemos tenido mucho trabajo en la mañana por que hoy es viernes – Le explicó, aunque evito mencionar que la verdadera razón de sus ojeras era que dormía poco, las preparaciones para su experimento le estaban costando muchas horas en vela, después de todo, robar un cadáver del cementerio no era una operación fácil.
-Los viernes llegan muchos marineros al puerto, por lo que debemos preparar muchos desayunos – Le explicó y una voz interrumpió sus palabras, era la ayudante de cocina que le gritaba desde el fondo del restaurante – Oh... lo siento, debo volver a la cocina, no tardaré con el pescado – Le prometió y regresó corriendo a la cocina, una vez allí se puso manos a la obra, habían otros 3 pedidos de clientes que habían llegado luego de Golnar, así que Mirko revisó las verduras que la asistente había picado y luego de darles el visto bueno las vertió en el caldo hirviendo. Se apresuró a colocar los pescados en una enorme sartén a fuego alto y espolvoreó un poco de pimienta molida y sal marina, la ayudante fue revolviéndo la sopa mientras tanto, Mirko volteó los pescados dejándo que estos se cocieran por ambos lados y al cabo de 10 minutos estuvieron listos. Sirvieron cuatro platos rápidamente y llamaron al mesero que tomó en una bandeja, Mirko se apresuró a tomar el cuarto antes de que el mesero lo cogiera pues quería llevarlo él mismo a la mesa.
Cuando volvió con el plato se encontró con que un marinero de casi dos metros de alto y con enormes brazos morenos por el sol se había acercado a la mesa donde estaba Golnar, él hombre le sonreía de manera pícara y Mirko frunció el ceño acercándose con el pedido.
-Me han dicho que follas muy bien – Estaba diciendo el hombre, llevaba el cabello rubio y ondulado recojído en una coleta y sus ojos eran azules como la alta mar, bastante atractivo pensó Mirko, de esos hombres que hacen suspirar a las mujeres fácilmente con su porte varonil – Y que lo chupas aún mejor – Agregó, Mirko empujó al hombre con el hombro suavemente colocando la bandeja con dos platos sobre la mesa frente a Golnar, el aroma del pescado se esparció por el aire deliciosamente.
- Me parece que la dama desea almorzar – Comentó Mirko con expresión hostil – Esta conversación deberá esperar -
Última edición por Mirko Lautrec el Vie Sep 25, 2015 4:35 am, editado 1 vez
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
No pudo evitar sonreír al ver el gesto y el comentario que él hizo. Era de agradecer que intentasen alegrarle el día de aquella manera. Por algo había ido allí. Tan absorta estaba en lo que Mirko le estaba diciendo que ni se fijó en los hombres que susurraban con sonrisas en sus rostros mientras la miraban descaradamente.
─Entiendo. Debe ser agotador, tantos pedidos─ escuchó entonces la voz que llamaba a Mirko y ella le sonrió─. No te preocupe, no me moveré de aquí.
Le vio alejarse y se dedicó un poco a contemplar el lugar. No era el mejor que había estado pero tampoco el peor. Además, si la comida que preparaba Mirko estaba tan buena como imaginaba, el lugar era lo de menos. Casi sin darse cuenta sus ojos se posaron sobre el marinero rubio que se iba acercando poco a poco a su mesa. Se tensó y rápidamente miró hacia otra parte. Él dio un leve golpe sobre la mesa para llamar su atención y ella no tuvo más remedio que enfrentarse a él. No le sonaba de antes.
─Mi amigo tiene buena memoria y te ha reconocido─ no sabía dónde podía meterse para librarse de ese tipo, ella no estaba de servicio a aquellas horas. Debía entenderlo─. Me han dicho que follas muy bien─ no le podía estar pasando aquello y menos cuando había decidido visitar a Mirko. ¿Qué pensaría él si viera semejante escena? Lo peor de todo fue que la estaba viendo, se estaba acercando a ellos y seguro que estaba escuchando todo lo que él le decía─.Y que la chupas aún mejor─ tenía la vista gacha, imposible levantarla y enfrentarse al hombre pero tenía que hacerlo. Debía decirle que no estaba de servicio, cualquier cosa con tal de librarse de él...
Pero Mirko parecía que había aparecido justo en el momento justo ya que él empujó levemente al hombre y le dedicó unas palabras algo hostiles. Golnar conocía a los tipos como ese, odiaban el no, odiaban el en otro momento. Querían las cosas cuando las deseaba y si tenía ganas de una mujer, la buscaría hasta encontrarla.
─La dama hará lo que se le pida─ respondió, intentando parecer aún más alto de lo que era para así lograr intimidar más a Mirko─ ¿Quién te crees que eres para meterte donde no te llaman, flacucho?
Ese hombre se estaba pasando. No le importaba que la molestasen a ella pero a alguien que no tenía nada que ver... Eso era totalmente diferente. Se levantó casi de un salto, logrando que el hombre se girase para verla.
─Perdone, se ha debido de equivocar. Y si fuera la persona que busca, creo que también merezco una pizca de respeto─ le dijo, cansada de que siempre la buscasen cuando no era sus horas habituales de trabajo─. Si no le importa, me gustaría pasar una...
A penas pudo terminar la oración pues el hombre la agarró de la muñeca y apretó lo más fuerte que pudo. Golnar reprimió un chillido, no debía verse débil. Ese hombre era de temperamento fuerte y se enfadaba con mucha facilidad. No era la primera vez que le pasaba, y estaba segura que no sería la última.
─No tienes derecho ninguno a decidir, puta─ Golnar iba a responder pero una bofetada cruzó su mejilla izquierda. El hombre la liberó de su agarre y ella se llevó rápidamente la mano al sitio dañado. No podía hablar, tenía un nudo en la garganta y estaba a punto de llorar. No iba a permitir que la vieran tan vulnerable. El hombre se giró hacia Mirko y lo miró desafiante─. Y será mejor que tú te quedes callado si no quieres acabar peor que ella.
─Entiendo. Debe ser agotador, tantos pedidos─ escuchó entonces la voz que llamaba a Mirko y ella le sonrió─. No te preocupe, no me moveré de aquí.
Le vio alejarse y se dedicó un poco a contemplar el lugar. No era el mejor que había estado pero tampoco el peor. Además, si la comida que preparaba Mirko estaba tan buena como imaginaba, el lugar era lo de menos. Casi sin darse cuenta sus ojos se posaron sobre el marinero rubio que se iba acercando poco a poco a su mesa. Se tensó y rápidamente miró hacia otra parte. Él dio un leve golpe sobre la mesa para llamar su atención y ella no tuvo más remedio que enfrentarse a él. No le sonaba de antes.
─Mi amigo tiene buena memoria y te ha reconocido─ no sabía dónde podía meterse para librarse de ese tipo, ella no estaba de servicio a aquellas horas. Debía entenderlo─. Me han dicho que follas muy bien─ no le podía estar pasando aquello y menos cuando había decidido visitar a Mirko. ¿Qué pensaría él si viera semejante escena? Lo peor de todo fue que la estaba viendo, se estaba acercando a ellos y seguro que estaba escuchando todo lo que él le decía─.Y que la chupas aún mejor─ tenía la vista gacha, imposible levantarla y enfrentarse al hombre pero tenía que hacerlo. Debía decirle que no estaba de servicio, cualquier cosa con tal de librarse de él...
Pero Mirko parecía que había aparecido justo en el momento justo ya que él empujó levemente al hombre y le dedicó unas palabras algo hostiles. Golnar conocía a los tipos como ese, odiaban el no, odiaban el en otro momento. Querían las cosas cuando las deseaba y si tenía ganas de una mujer, la buscaría hasta encontrarla.
─La dama hará lo que se le pida─ respondió, intentando parecer aún más alto de lo que era para así lograr intimidar más a Mirko─ ¿Quién te crees que eres para meterte donde no te llaman, flacucho?
Ese hombre se estaba pasando. No le importaba que la molestasen a ella pero a alguien que no tenía nada que ver... Eso era totalmente diferente. Se levantó casi de un salto, logrando que el hombre se girase para verla.
─Perdone, se ha debido de equivocar. Y si fuera la persona que busca, creo que también merezco una pizca de respeto─ le dijo, cansada de que siempre la buscasen cuando no era sus horas habituales de trabajo─. Si no le importa, me gustaría pasar una...
A penas pudo terminar la oración pues el hombre la agarró de la muñeca y apretó lo más fuerte que pudo. Golnar reprimió un chillido, no debía verse débil. Ese hombre era de temperamento fuerte y se enfadaba con mucha facilidad. No era la primera vez que le pasaba, y estaba segura que no sería la última.
─No tienes derecho ninguno a decidir, puta─ Golnar iba a responder pero una bofetada cruzó su mejilla izquierda. El hombre la liberó de su agarre y ella se llevó rápidamente la mano al sitio dañado. No podía hablar, tenía un nudo en la garganta y estaba a punto de llorar. No iba a permitir que la vieran tan vulnerable. El hombre se giró hacia Mirko y lo miró desafiante─. Y será mejor que tú te quedes callado si no quieres acabar peor que ella.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Localización : En algún lugar del mundo
Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Mirko nunca se había preocupado por su físico como la mayoría de hombres, ser delgado y para nada atlético no era algo que le molestara de si mismo, además siempre fue pésimo en todos los deportes y el último en completar los entrenamientos de la escuela militar a la cual su padre le había en-listado cuando era apenas un adolescente, pero descubrió que en momentos como esos deseaba tener músculos desarrollados y una actitud para acompañarlos. Esperaba que el hombre entendiera que el sitio no era el adecuado y que como había mencionado Golnar merecía respeto así se dedicara a la prostitución. Pero como esperaba el hombre resultó tener dos centímetros de materia gris en esa cabeza tan grande suya e ignoró por completo las palabras de ella.
La bofetada tomó a Mirko por sorpresa, se quedó estático y sin reaccionar por unos momentos y no precisamente porque tuviese miedo a la amenaza que había soltado al final hacía su persona, sino por la rabia que de repente erupcionó en su interior como una especie de volcán que había estado dormido durante mucho tiempo. La cara se le fue colocando roja y la mirada gélida como un tempano de hielo.
Escorias como esa sólo servían para una cosa: Como cadáver en su mesa de experimentos.
Sin pensarlo dos veces tomó la sopa que había traído para Golnar y se la tiró a la cara al marinero, la sopa por supuesto le quemó la piel y el hombre gritó de dolor atrayendo las miradas de los demás comensales, por unos instantes pareció derrotado, pero cuando el dolor inicial pasó, el marinero arremetió contra Mirko con un puño directo a su cara. Él impacto fue acompañado de un agudo dolor y por unos momentos el mundo se oscureció y estrellas titilaron a su alrededor pues había perdido el conocimiento, cayó al suelo con un fuerte golpe y entre abrió los ojos intentando recuperarse.
- MALDITO BASTARDO ¡TE VOY A MATAR! - Gritó el rubio enfurecido lanzándose contra él en el suelo, Mirko parpadeó atontado y lo único que pudo ver fue al enorme hombre sobre él lanzando nuevos puños.
- ¡Suficiente Brandon! - Gritó un segundo hombre, otro marinero que estaba en la mesa cerca a la ventana e intentó contenerlo agarrándolo por la espalda, otros dos marineros se unieron a la escena logrando detener los golpes del rubio. Cuando lo lograron quitar de encima de Mirko, este tenía la cara toda cubierta de sangre.
La bofetada tomó a Mirko por sorpresa, se quedó estático y sin reaccionar por unos momentos y no precisamente porque tuviese miedo a la amenaza que había soltado al final hacía su persona, sino por la rabia que de repente erupcionó en su interior como una especie de volcán que había estado dormido durante mucho tiempo. La cara se le fue colocando roja y la mirada gélida como un tempano de hielo.
Escorias como esa sólo servían para una cosa: Como cadáver en su mesa de experimentos.
Sin pensarlo dos veces tomó la sopa que había traído para Golnar y se la tiró a la cara al marinero, la sopa por supuesto le quemó la piel y el hombre gritó de dolor atrayendo las miradas de los demás comensales, por unos instantes pareció derrotado, pero cuando el dolor inicial pasó, el marinero arremetió contra Mirko con un puño directo a su cara. Él impacto fue acompañado de un agudo dolor y por unos momentos el mundo se oscureció y estrellas titilaron a su alrededor pues había perdido el conocimiento, cayó al suelo con un fuerte golpe y entre abrió los ojos intentando recuperarse.
- MALDITO BASTARDO ¡TE VOY A MATAR! - Gritó el rubio enfurecido lanzándose contra él en el suelo, Mirko parpadeó atontado y lo único que pudo ver fue al enorme hombre sobre él lanzando nuevos puños.
- ¡Suficiente Brandon! - Gritó un segundo hombre, otro marinero que estaba en la mesa cerca a la ventana e intentó contenerlo agarrándolo por la espalda, otros dos marineros se unieron a la escena logrando detener los golpes del rubio. Cuando lo lograron quitar de encima de Mirko, este tenía la cara toda cubierta de sangre.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Golnar se giró justo a tiempo para ver cómo Mirko le echaba la sopa encima a aquel hombre. Se sintió mejor al ver que le había hecho algo de daño pero era consciente de que aquello no se quedaría allí. Había enfadado a aquel tipo y lo que vendría a continuación no sería demasiado bueno ni para Mirko ni para ella.
Así fue, a penas tuvo tiempo de reaccionar pero cuando comprendió lo que estaba pasando intentó detener al hombre. Quiso alejarle de Mirko pero era demasiado fuerte para ella. Por suerte, los otros marineros- que parecían ser sus amigos- detuvieron todo aquel desafortunado encuentro.
─Más os vale marchaos de aquí ya─ le dijo Golnar a los marineros─ O vuestro amigo va a tener más de un problema con las autoridades.
No sabía si aquello funcionaría pero no perdía nada por intentarlo. El hombre se liberó del agarre de sus amigos y se colocó mejor la camiseta que llevaba puesta. En su mirada solo había odio, desdén. Ese hombre se creía superior a ella pero se equivocaba, no había sido ella quien había pegado a alguien cuando no se lo merecía.
─Nos veremos en la calle, muñeca, y ahí si que no habrá nadie que te salve─ le dijo cogiéndole de la barbilla y soltándosela para marcharse de allí con sus compañeros.
Golnar quería llorar pero tenía algo más importante en ese momento. Se arrodilló junto a Mirko y puso su cabeza sobre sus piernas. Pidió que alguien le trajese un trapo y no tardaron en ello. Todos estaban en un estado de shock y parecía que no saldrían en un rato.
─¿Estás bien? Lo siento. Lo siento mucho─ dijo de manera nerviosa mientras limpiaba cuidadosamente la cara de Mirko. No pudo evitarlo y dejó que las lágrimas recorriesen por fin sus mejillas, ¿por qué tenían que tratarla de esa manera? ¿Por qué siempre dañaban a los que no tenían la culpa? La gente a veces era injusta y estúpida, no veían que tras esa fachada de prostituta había una mujer con sentimientos─. Si no hubiese venido... no hubiera pasado nada─ parecía que solo daba problemas a los sitios que iba.
Así fue, a penas tuvo tiempo de reaccionar pero cuando comprendió lo que estaba pasando intentó detener al hombre. Quiso alejarle de Mirko pero era demasiado fuerte para ella. Por suerte, los otros marineros- que parecían ser sus amigos- detuvieron todo aquel desafortunado encuentro.
─Más os vale marchaos de aquí ya─ le dijo Golnar a los marineros─ O vuestro amigo va a tener más de un problema con las autoridades.
No sabía si aquello funcionaría pero no perdía nada por intentarlo. El hombre se liberó del agarre de sus amigos y se colocó mejor la camiseta que llevaba puesta. En su mirada solo había odio, desdén. Ese hombre se creía superior a ella pero se equivocaba, no había sido ella quien había pegado a alguien cuando no se lo merecía.
─Nos veremos en la calle, muñeca, y ahí si que no habrá nadie que te salve─ le dijo cogiéndole de la barbilla y soltándosela para marcharse de allí con sus compañeros.
Golnar quería llorar pero tenía algo más importante en ese momento. Se arrodilló junto a Mirko y puso su cabeza sobre sus piernas. Pidió que alguien le trajese un trapo y no tardaron en ello. Todos estaban en un estado de shock y parecía que no saldrían en un rato.
─¿Estás bien? Lo siento. Lo siento mucho─ dijo de manera nerviosa mientras limpiaba cuidadosamente la cara de Mirko. No pudo evitarlo y dejó que las lágrimas recorriesen por fin sus mejillas, ¿por qué tenían que tratarla de esa manera? ¿Por qué siempre dañaban a los que no tenían la culpa? La gente a veces era injusta y estúpida, no veían que tras esa fachada de prostituta había una mujer con sentimientos─. Si no hubiese venido... no hubiera pasado nada─ parecía que solo daba problemas a los sitios que iba.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Entre el dolor iba y venida en punzadas y apenas si escuchaba las voces de las personas a su alrededor en medio de la oscuridad, aquella era la primera vez que le golpeaban así pues él no era del tipo de hombre que se mete en peleas con facilidad, si lo viera su padre ahora ¿Qué pensaría? Se preguntó, seguro que se alegraría, no por qué le hubieran golpeado sino por el hecho de que al menos se había enfrentado a otro hombre. Su padre siempre decía que un hombre debía defender las cosas importantes, la patria, en el caso de su padre que era parte del ejercito naval y el honor, en este caso el honor de Golnar.
¿Pero tenía honor una prostituta?
Mirko entre abrió los ojos saliendo del aturdimiento y lo primero que vio fue el rostro compungido y lleno de preocupación de Golnar, le limpiaba con un pañuelo y a su lado el mesero y la asistente de cocina se habían arrodillado también, Mirko se imaginó el show que habría montado y se imaginaba que todo el mundo se había quedado mirando su mediocre derrota.
- No tienes que disculparte - Dijo al fin Mirko sentándose con gran esfuerzo un fuerte dolor le taladraba la cabeza - Hombres como ese hay en todas partes - Agregó, se llevó el dorso de la mano a la boca y notó que la tenía reventada ¿Le habría tumbado algún diente? Mirko se apresuró a tocarse la quijada con ambas manos y a pasar la lengua por entre las encías en busca de algún diente flojo. La asistente de la cocina había traído un pedazo de hielo y se lo estaba colocando en la frente.
- El almuerzo se ha aruinado - Exclamó de repente pensando en el pescado y en la sopa que ya no podría tomar. Con algo de esfuerzo se puso de pie, los comensales volvían a sus platos al ver que las cosas volvían a la normalidad y el restaurante se sumió en el bullicio de tenedores y cuchillos sobre porcelana.
- Tómate tu tiempo, yo puedo reemplazarte con lo que hace falta - Exclamó la asisténte guiándolo hasta la mesa donde previamente estaba sentada Golnar, el pescado seguía sobre la mesa junto con un cuenco con agua. Mirko se sentó y sostuvo el hielo sobre su frente dándole las gracias a la mujer, que inmediatamente regresó a la cocina.
- Bueno... al menos podremos hablar - Comentó Mirko con una media sonrisa, el tipo le había golpeado cerca a el ojo derecho que estaba comenzando a ponerse morado.
¿Pero tenía honor una prostituta?
Mirko entre abrió los ojos saliendo del aturdimiento y lo primero que vio fue el rostro compungido y lleno de preocupación de Golnar, le limpiaba con un pañuelo y a su lado el mesero y la asistente de cocina se habían arrodillado también, Mirko se imaginó el show que habría montado y se imaginaba que todo el mundo se había quedado mirando su mediocre derrota.
- No tienes que disculparte - Dijo al fin Mirko sentándose con gran esfuerzo un fuerte dolor le taladraba la cabeza - Hombres como ese hay en todas partes - Agregó, se llevó el dorso de la mano a la boca y notó que la tenía reventada ¿Le habría tumbado algún diente? Mirko se apresuró a tocarse la quijada con ambas manos y a pasar la lengua por entre las encías en busca de algún diente flojo. La asistente de la cocina había traído un pedazo de hielo y se lo estaba colocando en la frente.
- El almuerzo se ha aruinado - Exclamó de repente pensando en el pescado y en la sopa que ya no podría tomar. Con algo de esfuerzo se puso de pie, los comensales volvían a sus platos al ver que las cosas volvían a la normalidad y el restaurante se sumió en el bullicio de tenedores y cuchillos sobre porcelana.
- Tómate tu tiempo, yo puedo reemplazarte con lo que hace falta - Exclamó la asisténte guiándolo hasta la mesa donde previamente estaba sentada Golnar, el pescado seguía sobre la mesa junto con un cuenco con agua. Mirko se sentó y sostuvo el hielo sobre su frente dándole las gracias a la mujer, que inmediatamente regresó a la cocina.
- Bueno... al menos podremos hablar - Comentó Mirko con una media sonrisa, el tipo le había golpeado cerca a el ojo derecho que estaba comenzando a ponerse morado.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Estaba preocupada por el joven. ¿Cómo se atrevía alguien a golpearle? Solo de pensarlo la sangre le hervía. Quizá si se hubiera quedado al margen y dejar que ella misma se encargase... todo hubiera sido diferente. Se dijo a sí misma que incluso se hubiera ido con aquel hombre con tal de que Mirko no hubiese sufrido ningún daño. Ayudar a la gente a veces salía caro.
Él dijo que no se tenía que disculpar pero ella no lo veía de esa manera. Ella había atraído a aquel marinero a su mesa. Ya lo hacía de manera inconsciente. Odiaba que ya solo la tratasen como un mero objeto, como algo que pagabas por él y podías llevarte a casa por un par de horas. Empezaba a odiar que la tratasen como una prostituta a todas horas del día. Pero eso era lo que había elegido y no podía dar marcha atrás, necesitaba el dinero.
Le ayudó a levantarse. Se fijó en que el almuerzo se había estropeado. Ni siquiera ella había pensado en algo así. Tuvo que sonreír. Había recibido una paliza y en lo que pensaba era en la comida. Cocinero debía de ser. La mujer que se había arrodillado a su lado le aseguró que ella podía reemplazarle durante el tiempo que hiciera falta. Golnar se sintió horrible, había hecho que el restaurante se quedase sin el cocinero principal en esa jornada de trabajo.
─Lo siento─volvió a repetir cuando se sentó a su lado─. No deberías haberte metido en esto, podía haberlo manejado sola...─ dijo casi en un susurro─. Nadie se había preocupado por mi antes. Normalmente, pasan de largo cuando ven algo así. Incluso aseguran que me lo merezco─ permaneció unos segundos en silencio. No era el momento de sumirse en sus penas─¿Cómo puedo recompensar tu valerosa acción?─ tenía que haber algo en que pudiera ayudarle, agradecerle de alguna manera su intervención.
Él dijo que no se tenía que disculpar pero ella no lo veía de esa manera. Ella había atraído a aquel marinero a su mesa. Ya lo hacía de manera inconsciente. Odiaba que ya solo la tratasen como un mero objeto, como algo que pagabas por él y podías llevarte a casa por un par de horas. Empezaba a odiar que la tratasen como una prostituta a todas horas del día. Pero eso era lo que había elegido y no podía dar marcha atrás, necesitaba el dinero.
Le ayudó a levantarse. Se fijó en que el almuerzo se había estropeado. Ni siquiera ella había pensado en algo así. Tuvo que sonreír. Había recibido una paliza y en lo que pensaba era en la comida. Cocinero debía de ser. La mujer que se había arrodillado a su lado le aseguró que ella podía reemplazarle durante el tiempo que hiciera falta. Golnar se sintió horrible, había hecho que el restaurante se quedase sin el cocinero principal en esa jornada de trabajo.
─Lo siento─volvió a repetir cuando se sentó a su lado─. No deberías haberte metido en esto, podía haberlo manejado sola...─ dijo casi en un susurro─. Nadie se había preocupado por mi antes. Normalmente, pasan de largo cuando ven algo así. Incluso aseguran que me lo merezco─ permaneció unos segundos en silencio. No era el momento de sumirse en sus penas─¿Cómo puedo recompensar tu valerosa acción?─ tenía que haber algo en que pudiera ayudarle, agradecerle de alguna manera su intervención.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Una vez sentados en la mesa Mirko pareció procesar lo ocurrido, un hombre había insultado y golpeado a una mujer y él se había dejado llevar por el enojo tirándole la sopa encima a ese hombre. La gravedad de los hechos de repente le sobrecogió ¿Y si el jefe se molestaba por haber agredido a un cliente? ¿Le daría mala reputación al restaurante aquel incidente? Mirko llevaba trabajando dos años consecutivos en ese lugar y nunca había presenciado una pelea en el recinto. Se colocó el hielo sobre le ojo inchado con nerviosismo, esperaba que aquello no tuviera mayores consecuencias.
- ¿Cómo iba a quedarme sin hacer nada? - Le preguntó meneando la cabeza - Ningún hombre debería tratar así a una mujer, sin importar el tipo de trabajo al que se dedique - Agregó, a él le habían enseñado a comportarse como un caballero desde muy pequeño - Además, detesto a las personas ignorantes como él... somos seres humanos con miles de años de evolución a nuestras espaldas, tenemos el libre albedrio y la inteligencia para poder resolver conflictos de manera civilizada ¿Y todavía esta escoria se atreve a golpear a una mujer? - Comentó indignado, dentro de las cosas que más detestaba en el mundo era la gente que no usaba la cabeza y actuaba siempre por instinto.
- ¿Recompensarme? Oh no, no es necesario - Le respondió alejándo el hielo la piel por unos momentos y envolviéndolo con el trapo, era demasiado frío - Mis tácticas de pelea con la olla de caldo caliente no son muy varoniles que digamos - Comentó intentando hacer una broma para subirle el ánimo a Golnar - Se que se está poniendo frío, pero ¿No vas a probar el pescado? Espero sea de tu agrado - Comentó, no quería que se desperdiciara el resto de la comida y seguro que ella seguía teniendo hambre.
- ¿Cómo iba a quedarme sin hacer nada? - Le preguntó meneando la cabeza - Ningún hombre debería tratar así a una mujer, sin importar el tipo de trabajo al que se dedique - Agregó, a él le habían enseñado a comportarse como un caballero desde muy pequeño - Además, detesto a las personas ignorantes como él... somos seres humanos con miles de años de evolución a nuestras espaldas, tenemos el libre albedrio y la inteligencia para poder resolver conflictos de manera civilizada ¿Y todavía esta escoria se atreve a golpear a una mujer? - Comentó indignado, dentro de las cosas que más detestaba en el mundo era la gente que no usaba la cabeza y actuaba siempre por instinto.
- ¿Recompensarme? Oh no, no es necesario - Le respondió alejándo el hielo la piel por unos momentos y envolviéndolo con el trapo, era demasiado frío - Mis tácticas de pelea con la olla de caldo caliente no son muy varoniles que digamos - Comentó intentando hacer una broma para subirle el ánimo a Golnar - Se que se está poniendo frío, pero ¿No vas a probar el pescado? Espero sea de tu agrado - Comentó, no quería que se desperdiciara el resto de la comida y seguro que ella seguía teniendo hambre.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Mentiría si dijese que no le gustaba la manera de hablar de Mirko. Hacía que todo sonara tan sencillo, tan racional... Era una de las ventajas que tenía. Él no juzgaba a la gente por lo que hacía. Él creía en la inteligencia y se olvidaba del instinto y de los sentimientos. Pero, ¿a caso no había sido sus sentidos de alarmas lo que habían logrado que le tirase la sopa al hombre? Eso no lo había dicho su lado sensato, estaba totalmente segura.
─No es el primero, ni será el último─ no sabía si con aquellas palabras le daba a entender que más de uno le había puesto la mano encima y no solo para buscar placer si no para dejarle una marca bastante dolorosa en alguna parte de su cuerpo. No era el primero que se enfadaba con ella.
Miró el plato mientras sonreía. Era cierto, había ido allí a comer. Además, desde que vio lo que almorzó aquel día, quería probar la comida de Mirko. Así que se acercó el plato y cortó un poco de pescado para llevárselo a la boca. Dejó que se viera su expresión de felicidad. Hacía tiempo que no probaba un pescado como aquel. Estaba delicioso y no iba a tardar mucho en felicitar al cocinero.
─Está buenísimo─ afirmó mientras cortaba otro trozo─Una pena que la sopa se haya echado a perder─ bromeó para eliminar de una vez por todas la tensión que se acumulaba en sus hombros─. No me he olvidado de mi promesa, por cierto─ le dijo sin mirarle directamente a los ojos─. Con respecto a tus tácticas de seducción. Con lo que has hecho hoy, creo que te mereces aún más que te ayude─ le mostró media sonrisa. Ella no se olvidaba de lo que prometía y si había ido allí no solo era para comer y para verle sino para recordarle que habían hecho una especie de pacto.
─No es el primero, ni será el último─ no sabía si con aquellas palabras le daba a entender que más de uno le había puesto la mano encima y no solo para buscar placer si no para dejarle una marca bastante dolorosa en alguna parte de su cuerpo. No era el primero que se enfadaba con ella.
Miró el plato mientras sonreía. Era cierto, había ido allí a comer. Además, desde que vio lo que almorzó aquel día, quería probar la comida de Mirko. Así que se acercó el plato y cortó un poco de pescado para llevárselo a la boca. Dejó que se viera su expresión de felicidad. Hacía tiempo que no probaba un pescado como aquel. Estaba delicioso y no iba a tardar mucho en felicitar al cocinero.
─Está buenísimo─ afirmó mientras cortaba otro trozo─Una pena que la sopa se haya echado a perder─ bromeó para eliminar de una vez por todas la tensión que se acumulaba en sus hombros─. No me he olvidado de mi promesa, por cierto─ le dijo sin mirarle directamente a los ojos─. Con respecto a tus tácticas de seducción. Con lo que has hecho hoy, creo que te mereces aún más que te ayude─ le mostró media sonrisa. Ella no se olvidaba de lo que prometía y si había ido allí no solo era para comer y para verle sino para recordarle que habían hecho una especie de pacto.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
No estaba seguro de si como se sentía Golnar sobre su actual trabajo, a veces le parecía que no le daba importancia, otras veces daba la impresión de que hablaba sobre ello con tristeza, Mirko no se sentía en confianza aún para preguntarle sobre eso, le parecía algo muy personal, pues imaginaba que para una mujer tener que dedicarse a ese oficio debía resultar difícil. Sin embargo no descartaba la posibilidad de que lo disfrutara, después de todo Mirko conocía pocas mujeres así que le resultaba difícil entender las intenciones de ella.
El dolor comenzaba a menguar gracias al hielo, aunque la piel se le estaba hinchando y debía lucir como una especie de fenómeno digno de circo, sonrió ampliamente cuando ella dijo que el pescado estaba delicioso y notó que sus palabras eran sinceras gracias a los gestos de su cara. No sabía porqué pero le daba cierta satisfación saber que le agradaba lo que había cocinado.
- Se siente bien cocinar para alguien - Dijo distraído en sus pensamientos - Saber que alguien disfruta de lo que cocinas... - Agregó y desvió la mirada hacía la ventana, aquel era un extraño sentimiento sin duda. ¿Se sentirían así las esposas que cocinan para sus maridos que regresan luego de trabajar? ¿Que diablos estaba pensando?. Sacudió la cabeza y se concentró en lo que ella decía.
Tácticas de seducción. Mirko lo había olvidado por completo y tardó unos minutos en reaccionar.
- ¡Ah!... cierto, no creí que te lo hubieses tomado en serio - Comentó y volvió a colocarse el hielo que estaba envuelto en el trapo sobre el ojo hinchado, el mesero flacucho había limpiado la sopa que había quedado en el suelo luego del incidente y el restaurante se había sumido en la habitual rutina - ¿Y como puedes ayudarme al respecto? - Le preguntó con inocencia haciéndo una mueca de dolor cuando el hielo le quemó la piel.
El dolor comenzaba a menguar gracias al hielo, aunque la piel se le estaba hinchando y debía lucir como una especie de fenómeno digno de circo, sonrió ampliamente cuando ella dijo que el pescado estaba delicioso y notó que sus palabras eran sinceras gracias a los gestos de su cara. No sabía porqué pero le daba cierta satisfación saber que le agradaba lo que había cocinado.
- Se siente bien cocinar para alguien - Dijo distraído en sus pensamientos - Saber que alguien disfruta de lo que cocinas... - Agregó y desvió la mirada hacía la ventana, aquel era un extraño sentimiento sin duda. ¿Se sentirían así las esposas que cocinan para sus maridos que regresan luego de trabajar? ¿Que diablos estaba pensando?. Sacudió la cabeza y se concentró en lo que ella decía.
Tácticas de seducción. Mirko lo había olvidado por completo y tardó unos minutos en reaccionar.
- ¡Ah!... cierto, no creí que te lo hubieses tomado en serio - Comentó y volvió a colocarse el hielo que estaba envuelto en el trapo sobre el ojo hinchado, el mesero flacucho había limpiado la sopa que había quedado en el suelo luego del incidente y el restaurante se había sumido en la habitual rutina - ¿Y como puedes ayudarme al respecto? - Le preguntó con inocencia haciéndo una mueca de dolor cuando el hielo le quemó la piel.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Le sonrió al oírle decir que daba gusto cocinar para otros. Lo cierto era que parecía que se lo decía más a sí mismo que a ella. Aún así no quiso irrumpir esos pensamientos que habían cruzado su mente. Era un hombre que parecía tan inocente... No sabía cómo ninguna chica se había fijado en él aún.
Se había olvidado de la promesa que ella le había hecho. Claro que se lo había tomado tan enserio. Y le ayudaría si eso lograba que sintiera lo que todo ser humano debe sentir al menos una vez en la vida, o al menos intentar sacar el lado más instintivo de Mirko. Seguro que había tenido algún pensamiento sucio con alguna dama... No, no veía a Mirko de esa manera. Seguía viéndolo inocente.
─Bueno─ dijo cortando otro trozo de pescado─, podemos empezar poco a poco. Primero algo fácil, algunos trucos y luego, podemos irnos a algún baile e intentar algo allí. Con mi ayuda, aunque dudo que sea tan buena en ello, podrás encandilar a una dama como Dios manda─ le dijo sonriendo─¿Qué te parece? Si lo deseas, podemos practicar ahora un poco antes de empezar con lo difícil─ hizo una pausa, pensando unos segundos─. Imagínate que soy una chica que ha llamado tu atención, ¿qué sería lo primero que me dirías cuando te acercases a mi?─ le puso aquella prueba para ver cómo reaccionaba y ver también qué había que arreglar para que las damas se fijasen en él.
Se había olvidado de la promesa que ella le había hecho. Claro que se lo había tomado tan enserio. Y le ayudaría si eso lograba que sintiera lo que todo ser humano debe sentir al menos una vez en la vida, o al menos intentar sacar el lado más instintivo de Mirko. Seguro que había tenido algún pensamiento sucio con alguna dama... No, no veía a Mirko de esa manera. Seguía viéndolo inocente.
─Bueno─ dijo cortando otro trozo de pescado─, podemos empezar poco a poco. Primero algo fácil, algunos trucos y luego, podemos irnos a algún baile e intentar algo allí. Con mi ayuda, aunque dudo que sea tan buena en ello, podrás encandilar a una dama como Dios manda─ le dijo sonriendo─¿Qué te parece? Si lo deseas, podemos practicar ahora un poco antes de empezar con lo difícil─ hizo una pausa, pensando unos segundos─. Imagínate que soy una chica que ha llamado tu atención, ¿qué sería lo primero que me dirías cuando te acercases a mi?─ le puso aquella prueba para ver cómo reaccionaba y ver también qué había que arreglar para que las damas se fijasen en él.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Así que realmente ella estaba hablando en serio. Iba a ayudarle a ¿Convertirse en un seductor? Mirko reprimió una risita más por el dolor que tenía en la cara que por cualquier otra cosa, no se imaginaba así mismo conquistando mujeres, es más si Golnar no le hubiera abordado y se hubiera interesado en acompañarle a almorzar días atrás probablemente nunca se habrían conocido porque él nunca se acercaba a una mujer desconocida y comenzaba a hablarle así no más. Su circulo de amistades se reducía a... bueno, a cero, llevaba 5 años viviendo en París desde que se había matriculado en la universidad y sólo se hablaba con profesores y científicos veteranos, con los cuales por supuesto sólo hablaba de sus investigaciones y proyectos, él no tenía tiempo para hablar de cosas superficiales como las tendencias de la moda o los últimos chismes de la realeza.
Pero Golnar parecía bastante interesada en ayudarle a salir de su capullo y descubrir los placeres del mundo, a Mirko le pareció que sería una buena oportunidad para aprender y sobre todo experimentar cosas que antes no había vivido.
La pregunta sobre le diría a una dama que le llamara la atención lo dejó frío, se quedó completamente en blanco pues ese era un escenario que no le ocurría con frecuencia, volvió a colocarse el hielo esta vez sobre el cachete izquierdo cerca a los labios, la quijada le dolía más que el resto de la cabeza y esperaba que el marinero no le hubiera roto ningún hueso.
- La verdad... es que probablemente la ignoraría por completo – Aceptó con sinceridad – Aunque probablemente me escondería en algún sitio para espiarla en la distancia – Continuó consciente de que ese comportamiento podría parecer digno de un depravado sexual – La observaría por un tiempo sin decirle nada y esperaría a que eventualmente la atracción se me pasara, porqué siempre se pasa eventualmente, una atracción inicial no dura para siempre, así que me digo a mi mismo, mejor espero con paciencia y una vez no me interese me puedo concentrar en mi trabajo -
Pero Golnar parecía bastante interesada en ayudarle a salir de su capullo y descubrir los placeres del mundo, a Mirko le pareció que sería una buena oportunidad para aprender y sobre todo experimentar cosas que antes no había vivido.
La pregunta sobre le diría a una dama que le llamara la atención lo dejó frío, se quedó completamente en blanco pues ese era un escenario que no le ocurría con frecuencia, volvió a colocarse el hielo esta vez sobre el cachete izquierdo cerca a los labios, la quijada le dolía más que el resto de la cabeza y esperaba que el marinero no le hubiera roto ningún hueso.
- La verdad... es que probablemente la ignoraría por completo – Aceptó con sinceridad – Aunque probablemente me escondería en algún sitio para espiarla en la distancia – Continuó consciente de que ese comportamiento podría parecer digno de un depravado sexual – La observaría por un tiempo sin decirle nada y esperaría a que eventualmente la atracción se me pasara, porqué siempre se pasa eventualmente, una atracción inicial no dura para siempre, así que me digo a mi mismo, mejor espero con paciencia y una vez no me interese me puedo concentrar en mi trabajo -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
La respuesta que el le dio casi hace que se atragante. ¿Enserio? ¿No hacía otra cosa que esconderse a que se le pasara la atracción? No sabía de qué se extrañaba. En su anterior encuentro, le había dicho que él no se dejaba guiar por los sentimientos, que no quería sentirlos. ¿Por qué alguien decía eso? Ella estaba deseando sentirlo y sin embargo parecía como si no hubiera alguien ahí fuera lo suficientemente bueno para ella.
─¿Y si no se te pasa?─ le dijo una vez que él había callado. Claro, su trabajo era lo más importante. ¿El de cocina? No, investigaciones. Descubrir lo que le rodeaba con matemáticas, eso le había dicho él o algo parecido─¿Y si cada vez que la ves, cada vez que observas sus movimientos te va atrayendo más? Cuando sientes unas enormes ganas de saber su nombre, de oír su voz, de oler su aroma. ¿Y si no eres capaz de concentrarte en tu trabajo? ¿Qué haces entonces?
Podía que el amor a primera vista no existiera pero ella estaba casi segura de que alguien se podía enamorar solo con ver los gestos de otra persona, con solo ver cómo trataba a los demás. Eso te decía mucho más que un par de palabras bonitas. Él tenía que sentirlo. Si no era eso, al menos una atracción hacia la persona que le hiciera saber más sobre ella. ¿Qué hacía, cuáles eran sus orígenes, qué planeaba para un futuro? ¿Por qué él parecía no querer preocuparse por la gente que le rodeaba? La parte social era tan importante como las investigaciones. Nadie quiere estar solo para toda una vida...
─¿Y si no se te pasa?─ le dijo una vez que él había callado. Claro, su trabajo era lo más importante. ¿El de cocina? No, investigaciones. Descubrir lo que le rodeaba con matemáticas, eso le había dicho él o algo parecido─¿Y si cada vez que la ves, cada vez que observas sus movimientos te va atrayendo más? Cuando sientes unas enormes ganas de saber su nombre, de oír su voz, de oler su aroma. ¿Y si no eres capaz de concentrarte en tu trabajo? ¿Qué haces entonces?
Podía que el amor a primera vista no existiera pero ella estaba casi segura de que alguien se podía enamorar solo con ver los gestos de otra persona, con solo ver cómo trataba a los demás. Eso te decía mucho más que un par de palabras bonitas. Él tenía que sentirlo. Si no era eso, al menos una atracción hacia la persona que le hiciera saber más sobre ella. ¿Qué hacía, cuáles eran sus orígenes, qué planeaba para un futuro? ¿Por qué él parecía no querer preocuparse por la gente que le rodeaba? La parte social era tan importante como las investigaciones. Nadie quiere estar solo para toda una vida...
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
¿Y si no se le pasaba? Mirko ya había pensado en eso y le atemorizaba imaginarse un escenario en el que eso pasara. ¿Que haría entonces? Estaría siempre contemplándola en las sombras deseando conocerla sin atreverse tan siquiera a hablarle ¿Por le resto de su vida?. Mirko tragó saliva y desvió la mirada hacía un lado, el mesero ya había limpiado la sopa por lo que el restaurante lucía tal cual como antes, como si nada hubiese ocurrido, algunos comensales se habían ido luego de almorzar por lo que el restaurante quedaba cada vez más silencioso.
-Francamente... no lo se- Dijo al fin, porque era cierto y no tenía necesidad de mentirle a Golnar – Si algo así pasara no se que haría pues soy consciente de que los humanos sienten amor y que ese amor puede llevar a cometer locuras y se también que cuando se siente amor es difícil controlarse – Comentó, todo aquello no lo sabía por experiencia propios por supuesto.
-Me han atraído personas sólo por el físico – Continuó diciendo luego de una pausa – Después de todo soy un hombre común con necesidades fisiológicas – Agregó y hablar de ese tema le comenzó a dar vergüenza, pero gracias a su cara magullada no era posible notar un sonrojo en su semblante – Sin embargo, sin conocer la personalidad de la persona en cuestión es difícil llegar a sentir el amor – Analizó con expresión seria – Por consiguiente, si no me doy la oportunidad de conocer a esa persona y de sentirme atraído por una personalidad, no tendré la oportunidad de sentir ese amor – Mirko parecía más analizando un problema de física que un sentimiento como tal, pero así era él, tenía que buscarle la lógica a todo lo que le rodeaba.
- ¿Crees que sea posible vivir sin amar? Es decir, sin amar a otra persona, porque el amor tiene muchas formas, yo puedo decir sin pensarlo dos veces que amo a mi gato ¿Te conté que tengo un gato? Si lo llegas a conocer a algún día, seguro que te enamoras de él, es el gato más adorable y cariñoso que existe – Le explicó con una sonrisa aunque las mejillas le dolieron al estirar la piel con el gesto.
-Francamente... no lo se- Dijo al fin, porque era cierto y no tenía necesidad de mentirle a Golnar – Si algo así pasara no se que haría pues soy consciente de que los humanos sienten amor y que ese amor puede llevar a cometer locuras y se también que cuando se siente amor es difícil controlarse – Comentó, todo aquello no lo sabía por experiencia propios por supuesto.
-Me han atraído personas sólo por el físico – Continuó diciendo luego de una pausa – Después de todo soy un hombre común con necesidades fisiológicas – Agregó y hablar de ese tema le comenzó a dar vergüenza, pero gracias a su cara magullada no era posible notar un sonrojo en su semblante – Sin embargo, sin conocer la personalidad de la persona en cuestión es difícil llegar a sentir el amor – Analizó con expresión seria – Por consiguiente, si no me doy la oportunidad de conocer a esa persona y de sentirme atraído por una personalidad, no tendré la oportunidad de sentir ese amor – Mirko parecía más analizando un problema de física que un sentimiento como tal, pero así era él, tenía que buscarle la lógica a todo lo que le rodeaba.
- ¿Crees que sea posible vivir sin amar? Es decir, sin amar a otra persona, porque el amor tiene muchas formas, yo puedo decir sin pensarlo dos veces que amo a mi gato ¿Te conté que tengo un gato? Si lo llegas a conocer a algún día, seguro que te enamoras de él, es el gato más adorable y cariñoso que existe – Le explicó con una sonrisa aunque las mejillas le dolieron al estirar la piel con el gesto.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Parece que sus palabras le habían hecho reflexionar pero también había logrado que ella misma pensara en lo que había dicho. ¿Por qué ese empeño? Las personas debían vivir su vida como les apetecía. Entonces, no sabía por qué estaba hablando con Mirko, intentando hacerle ver lo que ella siempre veía pero nunca sentía. Intentando que comprendiese por qué tenía que darle una oportunidad al amor. Enamorarse era el sentimiento más bonito que podía existir, bonito y a la vez doloroso.
Era imposible que no te atrajese alguien por el físico. Claro que si una persona ni se fijaba en las personas que tenía a su alrededor era poco probable que sintieran esa atracción. Pero Mirko parecía haberla sentido. Eso era bueno, eso era que no estaba del todo cerrado al la posibilidad de amar.
La pregunta que le hizo la pilló por sorpresa. ¿Se podía vivir sin amar? No, esa era la respuesta más clara que podía existir. ¿Se podía vivir sin amar a una persona? Podía haber dudas... Dejó de pensar unos segundos en eso al escuchar lo del gato. Sonrió, ella no había tenido nunca una mascota pero debía ser bonito tener a un animal como compañía.
─o sabía que tenías un gato. Pero me imaginaba que te gustaban los animales, le diste de comer a ese pobre perro─ respondió haciendo memoria. Se preguntaba ahora qué había sido de ese animal que pedía comida y atención─. Con respecto a tu pregunta, creo que es imposible vivir sin amar. No importa cómo ni cuándo pero acabas cayendo en sus redes. Da igual la clase de amor: un amigo, una familia, una pareja... o un gato─ dijo con una sonrisa─. Si al pensar en esa persona hace que sonrías de esa manera, aunque incluso te duela hacerlo, es que sientes algo más que una simple empatía
Se levantó de la mesa y le miró. Tenían que empezar cuanto antes o él podía retractarse en su decisión. Aunque si eso ocurría, ella dejaría de insistir en el tema.
─¿Cuándo sales de trabajar?─ preguntó, era consciente de que le estaba quitando tiempo de jornada y podía salir perjudicado...más de lo que ya estaba─. Cuando acabes, podemos empezar, aunque solo sea un par de clases de qué decir al acercarse a una dama.
Era imposible que no te atrajese alguien por el físico. Claro que si una persona ni se fijaba en las personas que tenía a su alrededor era poco probable que sintieran esa atracción. Pero Mirko parecía haberla sentido. Eso era bueno, eso era que no estaba del todo cerrado al la posibilidad de amar.
La pregunta que le hizo la pilló por sorpresa. ¿Se podía vivir sin amar? No, esa era la respuesta más clara que podía existir. ¿Se podía vivir sin amar a una persona? Podía haber dudas... Dejó de pensar unos segundos en eso al escuchar lo del gato. Sonrió, ella no había tenido nunca una mascota pero debía ser bonito tener a un animal como compañía.
─o sabía que tenías un gato. Pero me imaginaba que te gustaban los animales, le diste de comer a ese pobre perro─ respondió haciendo memoria. Se preguntaba ahora qué había sido de ese animal que pedía comida y atención─. Con respecto a tu pregunta, creo que es imposible vivir sin amar. No importa cómo ni cuándo pero acabas cayendo en sus redes. Da igual la clase de amor: un amigo, una familia, una pareja... o un gato─ dijo con una sonrisa─. Si al pensar en esa persona hace que sonrías de esa manera, aunque incluso te duela hacerlo, es que sientes algo más que una simple empatía
Se levantó de la mesa y le miró. Tenían que empezar cuanto antes o él podía retractarse en su decisión. Aunque si eso ocurría, ella dejaría de insistir en el tema.
─¿Cuándo sales de trabajar?─ preguntó, era consciente de que le estaba quitando tiempo de jornada y podía salir perjudicado...más de lo que ya estaba─. Cuando acabes, podemos empezar, aunque solo sea un par de clases de qué decir al acercarse a una dama.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Lo que decía Golnar tenía sentido, era imposible evitar sentirse apegado a las personas o inclusive a los objetos inanimados, había gente que sentía amor por cosas como una casa o un barco o como Mirko, por un gato. Entonces se preguntó por quien sentiría amor Golnar ¿Su familia? ¿Habría un hombre en su vida? Ya le había dicho anteriormente que no tenía esposo, pero no significaba que no estuviera enamorada de alguien.
- Creo que... no he sentido eso que dices entonces, lo de la sonrisa - Comentó, notó que el dolor en la cara se le estaba pasando, pero creía conveniente pasar por el hospital y conseguir algún analgésico. Entonces ella le había hablado de verse luego del trabajo, Mirko vaciló, luego del trabajo en el restaurante siempre se iba para su casa para seguir con sus lecturas y estudios, era una rutina que tenía ya casi 6 años.
¿Y si probaba algo diferente esta vez?
Se cuestionó, sería la primera vez que rompiera esa armonía en la que había sumido su vida y para ser franco pensar en ello le ponía algo nervioso.
- Está... bien - Murmuró al fin, no se sentía incómodo con el hecho de que Golnar quisiera darle clases, de hecho era un gesto muy comedido de parte de ella querer ayudarle, la verdad le ponía nervioso experimentar cosas nuevas - Espero no ser muy mal estudiante... salgo a las 8 de la noche, el restaurante no cierra sino hasta que se termina la cena - Le explicó y notó que ella ya casi terminaba el pescado - Es mucho tiempo para que me espere así que... ¿Le parece si la busco en otro lugar? Dígame en donde nos podemos ver y allí estaré -
- Creo que... no he sentido eso que dices entonces, lo de la sonrisa - Comentó, notó que el dolor en la cara se le estaba pasando, pero creía conveniente pasar por el hospital y conseguir algún analgésico. Entonces ella le había hablado de verse luego del trabajo, Mirko vaciló, luego del trabajo en el restaurante siempre se iba para su casa para seguir con sus lecturas y estudios, era una rutina que tenía ya casi 6 años.
¿Y si probaba algo diferente esta vez?
Se cuestionó, sería la primera vez que rompiera esa armonía en la que había sumido su vida y para ser franco pensar en ello le ponía algo nervioso.
- Está... bien - Murmuró al fin, no se sentía incómodo con el hecho de que Golnar quisiera darle clases, de hecho era un gesto muy comedido de parte de ella querer ayudarle, la verdad le ponía nervioso experimentar cosas nuevas - Espero no ser muy mal estudiante... salgo a las 8 de la noche, el restaurante no cierra sino hasta que se termina la cena - Le explicó y notó que ella ya casi terminaba el pescado - Es mucho tiempo para que me espere así que... ¿Le parece si la busco en otro lugar? Dígame en donde nos podemos ver y allí estaré -
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 11/09/2015
Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Le sonrió de manera dulce mientras él hablaba. Le hubiese gustado decir que ella tampoco lo había sentido pero se lo guardó para sí. Quizá en otra ocasión se lo contaría.
Parecía que vacilaba al responder a su pregunta. ¿Se atrevería? Supuso que sería complicado. Mirko debía de ser de esas personas que tenían una rutina diaria y que no salía de ahí bajo ningún pretexto. Temió por unos segundos que se negara a ello. No entendía por qué tanta insistencia por su parte. Las personas eran libre, ella no debía ser la profesora de nadie y mucho menos cuando ni siquiera había experimentado el sentimiento que tanto admiraba. Pero el caso era que así estaba ocurriendo. Ella seguía insistiendo y no pararía hasta que él aceptase.
Casi se le escapa una risa al escuchar que aceptaba pero pudo recomponerse justo a tiempo. Salía bastante tarde del trabajo pero aquellas horas eran la mejor. En las calles más concurridas podían encontrar jóvenes dispuestas a ser cortejadas.
─¿Qué te parece si nos encontramos en esta misma calle de restaurantes justo después que termines de trabajar?─ le preguntó con una sonrisa en el rostro. Aquella noche no trabajaría, eso lo tenía claro. Podría permitírselo─. Te esperaré por ahí. Solo tienes que buscarme─ se levantó y cogió pequeño bolso donde guardaba los francos. Sacó los necesarios para pagar la comida y le mostró una sonrisa─. Nos vemos, pues.─ a penas le dio tiempo para que él se despidiera.
A las ocho, estaba en la calle cerca del restaurante en el que trabajaba Mirko. Llevaba un simple vestido que bien podía hacerla pasar por una joven de clase media. Solo esperaba verle pronto. No importaba lo que tuviera que esperar. Aquella iba a ser la primera clase. Antes de enfrentarlo con una mujer cualquiera, tendría que hablar con ella como si fueran dos desconocidos e intentar conquistarla. Aunque eso él lo ignoraba por completo pero la sorpresa era un factor bueno y fundamental. Había bastante bullicio en la calle por lo que tendría que esforzarse un poco para encontrarla y so ella lo veía antes, no podría que hacer otra cosa más que acercarse.
Parecía que vacilaba al responder a su pregunta. ¿Se atrevería? Supuso que sería complicado. Mirko debía de ser de esas personas que tenían una rutina diaria y que no salía de ahí bajo ningún pretexto. Temió por unos segundos que se negara a ello. No entendía por qué tanta insistencia por su parte. Las personas eran libre, ella no debía ser la profesora de nadie y mucho menos cuando ni siquiera había experimentado el sentimiento que tanto admiraba. Pero el caso era que así estaba ocurriendo. Ella seguía insistiendo y no pararía hasta que él aceptase.
Casi se le escapa una risa al escuchar que aceptaba pero pudo recomponerse justo a tiempo. Salía bastante tarde del trabajo pero aquellas horas eran la mejor. En las calles más concurridas podían encontrar jóvenes dispuestas a ser cortejadas.
─¿Qué te parece si nos encontramos en esta misma calle de restaurantes justo después que termines de trabajar?─ le preguntó con una sonrisa en el rostro. Aquella noche no trabajaría, eso lo tenía claro. Podría permitírselo─. Te esperaré por ahí. Solo tienes que buscarme─ se levantó y cogió pequeño bolso donde guardaba los francos. Sacó los necesarios para pagar la comida y le mostró una sonrisa─. Nos vemos, pues.─ a penas le dio tiempo para que él se despidiera.
A las ocho, estaba en la calle cerca del restaurante en el que trabajaba Mirko. Llevaba un simple vestido que bien podía hacerla pasar por una joven de clase media. Solo esperaba verle pronto. No importaba lo que tuviera que esperar. Aquella iba a ser la primera clase. Antes de enfrentarlo con una mujer cualquiera, tendría que hablar con ella como si fueran dos desconocidos e intentar conquistarla. Aunque eso él lo ignoraba por completo pero la sorpresa era un factor bueno y fundamental. Había bastante bullicio en la calle por lo que tendría que esforzarse un poco para encontrarla y so ella lo veía antes, no podría que hacer otra cosa más que acercarse.
Golnar Richelieu- Prostituta Clase Baja
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Fecha de inscripción : 10/09/2015
Localización : En algún lugar del mundo
Re: The way you look tonight | |Mirko Lautrec
Golnar escogió la misma calle de restaurantes por lo que Mirko no tendría que caminar mucho, sin embargo luego de que ella se fue, sintió el estómago revuelto como si se hubiera comido algo en mal estado, la asistente le vió demasiado pálido y le dijo que sería mejor si regresaba a casa, ella podría hablar con el jefe sobre lo sucedido y encargarse de preparar la cena. A Mirko no le gustó la idea, la asistente de cocina era una mujer trabajadora y honesta, pero no tenía muy buena habilidad en la cocina, a Mirko le parecía que las comidas le quedaban demasiado saladas o demasiado simples, él siempre estaba corrigiendo detalles en las preparaciones que ella hacía. Le preocupó que ella se encargara sola de la cena ¿Y si cometía un error en alguna preparación? ¿Y si los clientes se quejaban y no volvían?. Mirko no se sentía tranquilo dejándola sola, pero por otro lado no se estaba sintiendo del todo bien, el dolor de cabeza iba y venida en oleadas y esa extraña sensación en el estómago no se iba.
Al cabo de una hora decidió que era más sabio ir al hospital primero, si seguía enfermo no podría trabajar al día siguiente y si que tendría problemas con el jefe por faltar dos días. Así pues que se dirigió al hospital, no tenía mucho dinero pues la paga aún no se había efectuado, sin embargo era amigo de varios doctores que había conocido en la Universidad, por lo que no le costó conseguir analgésicos para el dolor de cabeza y un poco de alcohol para sus heridas. Pensaba regresar a casa para cambiarse, había dejado el delantal y el gorro en el restaurante pero le daba la impresión de que su ropa aún olía a pescado, sin embargo no tenía tiempo para ir y regresar, su casa quedaba al sur de París.
Se lavó la cara en uno de los baños del Hospital y se limpió las heridas, la piel del ojo seguía hinchada y había tomado un color oscuro pero ya no había sangre y las heridas de la boca y nariz habían cerrado.
Mirko, eres un desastre. ¿Que habrá pensado la señorita Golnar de tu incompetente estado físico? Al menos hubieras podido darle un buen puño en la cara a ese marinero, pero no, mirate, estás hecho un desastre.
Con ese pensamiento en mente, regresó a la hora acordada a la calle de restaurantes, iba cubierto con un gabán negro pues el frío amenazaba con calarle los huesos ¡Y eso que apenas comenzaba el invierno!, a pesar de ello la calle estaba concurrida y muchas parejas caminaban por las calles. Se paró en una esquina y comenzó a buscar a Golnar con la mirada, tardó unos minutos en ubicarla en medio de la muchedumbre. Se acercó caminando rápido y le saludó con una inclinación del cuerpo cortés.
- Buenas noches Madame Riechelieu - Exclamó fingiendo una voz aduladora - ¿te eh hecho esperar demasiado? - Agregó ya en su tono normal.
Al cabo de una hora decidió que era más sabio ir al hospital primero, si seguía enfermo no podría trabajar al día siguiente y si que tendría problemas con el jefe por faltar dos días. Así pues que se dirigió al hospital, no tenía mucho dinero pues la paga aún no se había efectuado, sin embargo era amigo de varios doctores que había conocido en la Universidad, por lo que no le costó conseguir analgésicos para el dolor de cabeza y un poco de alcohol para sus heridas. Pensaba regresar a casa para cambiarse, había dejado el delantal y el gorro en el restaurante pero le daba la impresión de que su ropa aún olía a pescado, sin embargo no tenía tiempo para ir y regresar, su casa quedaba al sur de París.
Se lavó la cara en uno de los baños del Hospital y se limpió las heridas, la piel del ojo seguía hinchada y había tomado un color oscuro pero ya no había sangre y las heridas de la boca y nariz habían cerrado.
Mirko, eres un desastre. ¿Que habrá pensado la señorita Golnar de tu incompetente estado físico? Al menos hubieras podido darle un buen puño en la cara a ese marinero, pero no, mirate, estás hecho un desastre.
Con ese pensamiento en mente, regresó a la hora acordada a la calle de restaurantes, iba cubierto con un gabán negro pues el frío amenazaba con calarle los huesos ¡Y eso que apenas comenzaba el invierno!, a pesar de ello la calle estaba concurrida y muchas parejas caminaban por las calles. Se paró en una esquina y comenzó a buscar a Golnar con la mirada, tardó unos minutos en ubicarla en medio de la muchedumbre. Se acercó caminando rápido y le saludó con una inclinación del cuerpo cortés.
- Buenas noches Madame Riechelieu - Exclamó fingiendo una voz aduladora - ¿te eh hecho esperar demasiado? - Agregó ya en su tono normal.
Mirko Lautrec- Humano Clase Media
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