AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
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Ankhiara - Cannette
Jared Stroganoff
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La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Una de las cosas que más le gustaba era organizar una pequeña fiesta "privada" una vez al mes. Bajaba los precios, realizaba ofertas asequibles y no solía faltar nadie que no estuviera dispuesto a pasar un buen rato y, de paso, cenar...
Y hoy, Viernes noche, era una de esas noches especiales. Se había vestido de gala para la ocasión, un elegante traje negro adornado con un sombrero a juego. En la primera planta, como de costumbre, habían algunos humanos bebiendo y fumando, atendidos por sus camareras... Era en la segunda planta donde se organizaba el susodicho evento.
Todo había sido preparado para la ocasión. Destinadas en un habitáculo al margen tenía a tres de sus muñecas, una de cada clase o clasificación, sirviendo como reservorios para las copas de sangre. El resto se encargaban de repartir dichas copas o de servir de alimento si algún vampiro o vampiresa estaba dispuesto a pagar por algo más privado. Las pequeñas estancias rodeadas de cortinas de seda se encontraban en perfectas condiciones, así como los reservados, preparados para cualquier tipo de fantasía por parte de sus invitados.
Claro quedaba por las marcas en los tobillos de sus chicas, las cuales quedaban a la vista puesto que las obligaba a ir descalzas y con ropajes algo más cómodos y ligeros, enseñando más porciones de piel, que se trataban de muñecas y que, en efecto, se podía pujar por ellas, algo que muchos de sus clientes habituales ya sabían pero que no venía mal recordar a los nuevos. Él, mientras tanto, agita suavemente una copa de vino, sentado en uno de los sofás de tela blanca como la nieve, observando el ir y venir de la gente, las succciones, los jadeos de alguna de sus chicas siendo mordida, las conversaciones que se van dando a su alrededor...
La fiesta acaba de comenzar y Jared, por consiguiente, sonríe.
Aclaraciones: Este rol es para todos los vampiros que quieran asistir, así como para mis muñecas de sangre. Sois libres de rolear entre vosotros como os plazca (uno contrata a una muñeca, o charla con otro vampiro y entre los dos pagan una, o únicamente charláis y bebéis copas... Como queráis). En todo caso, si contratáis un servicio, pagaréis cuando os marchéis, y no, Jared no es tan idiota como para dejaros ir sin pagar, tiene un estricto control sobre los negocios de sus chicas.
En el caso de requerir servicios sexuales tenéis los reservados, aunque eso lo haréis en un tema aparte abierto en esta mismo subforo. Advertiros de que, si la muñeca es virgen, tendréis que consultarlo OnRol con Jared y OffRol con la user (primero con la user, si os da el visto bueno se llega a un acuerdo OnRol). Sed, sobretodo, consecuentes. Un vampiro de clase media no podrá permitirise desvirgar a una muñeca de clase alta o exclusiva, pero sí podría perfectamente alimentarse de una de clase media-alta virgen sin problemas.
Dicho esto, podéis divertiros... Y disfrutad de la cena.
Y hoy, Viernes noche, era una de esas noches especiales. Se había vestido de gala para la ocasión, un elegante traje negro adornado con un sombrero a juego. En la primera planta, como de costumbre, habían algunos humanos bebiendo y fumando, atendidos por sus camareras... Era en la segunda planta donde se organizaba el susodicho evento.
Todo había sido preparado para la ocasión. Destinadas en un habitáculo al margen tenía a tres de sus muñecas, una de cada clase o clasificación, sirviendo como reservorios para las copas de sangre. El resto se encargaban de repartir dichas copas o de servir de alimento si algún vampiro o vampiresa estaba dispuesto a pagar por algo más privado. Las pequeñas estancias rodeadas de cortinas de seda se encontraban en perfectas condiciones, así como los reservados, preparados para cualquier tipo de fantasía por parte de sus invitados.
Claro quedaba por las marcas en los tobillos de sus chicas, las cuales quedaban a la vista puesto que las obligaba a ir descalzas y con ropajes algo más cómodos y ligeros, enseñando más porciones de piel, que se trataban de muñecas y que, en efecto, se podía pujar por ellas, algo que muchos de sus clientes habituales ya sabían pero que no venía mal recordar a los nuevos. Él, mientras tanto, agita suavemente una copa de vino, sentado en uno de los sofás de tela blanca como la nieve, observando el ir y venir de la gente, las succciones, los jadeos de alguna de sus chicas siendo mordida, las conversaciones que se van dando a su alrededor...
La fiesta acaba de comenzar y Jared, por consiguiente, sonríe.
Aclaraciones: Este rol es para todos los vampiros que quieran asistir, así como para mis muñecas de sangre. Sois libres de rolear entre vosotros como os plazca (uno contrata a una muñeca, o charla con otro vampiro y entre los dos pagan una, o únicamente charláis y bebéis copas... Como queráis). En todo caso, si contratáis un servicio, pagaréis cuando os marchéis, y no, Jared no es tan idiota como para dejaros ir sin pagar, tiene un estricto control sobre los negocios de sus chicas.
En el caso de requerir servicios sexuales tenéis los reservados, aunque eso lo haréis en un tema aparte abierto en esta mismo subforo. Advertiros de que, si la muñeca es virgen, tendréis que consultarlo OnRol con Jared y OffRol con la user (primero con la user, si os da el visto bueno se llega a un acuerdo OnRol). Sed, sobretodo, consecuentes. Un vampiro de clase media no podrá permitirise desvirgar a una muñeca de clase alta o exclusiva, pero sí podría perfectamente alimentarse de una de clase media-alta virgen sin problemas.
Dicho esto, podéis divertiros... Y disfrutad de la cena.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
En la mañana había recibido una hermoso sobre negro con una sutil cinta roja que daba paso a unas letras escritas en tinte blanco la cual me invitaba a concurrir a un evento social por supuesto que iría pues no quería ser mal educado ademas así conocería a muchos vampiros de la clase alta que esperaba con agrado ver allí ademas estaba seguro que Aimee iría ella es de las fiestas de ese tipo.Cuando el sol decidió ocultarse en el manto de la noche me vestí con un traje especial que había encargado para esa noche terminando por bajar las escaleras mirando a mis sirvientes abrirme la puerta notando el carruaje de elegantes caballos que esperaban para marcharnos.
Cuando al fin logre subir estos comenzaron a cabalgar rápidamente a nuestro destino, mire mis pálidas manos mientras observaba los vagabundos o gitanos que limpiaban las calles pero no los miraba a ellos si no mas bien pensaba en muchas cosas que me encantaría hacer con ellos como matarlos de la manera mas cruel que existiera pero salí de mis pensamientos cuando un destello de luz producido por un rayo me saco de mis pensamientos.
Respire profundo mientras carraspeaba la garganta dándome cuenta que había respirado hacia tantos años que no hacia tal cosa que me sentía raro en hacerlo pero en fin la noche parecía que seria agitada por lo que pediría que vengan por mi no tenia intenciones de mojarme ya que un muerto mojado era la peor peste que pudiera existir.
-Mas rápido Albert mas rápido has correr a los cabellos de la muerte...sabes como detesto que no me complazcan..la lentitud es para los humanos y tu me no lo eres..pégales mas..quiero llegar a tiempo como se me fue citado..
Susurre tan bajo que parecía como si mis labios no se movieran era mas que obvio que solo un vampiro podía escucharme así que después de un largo andar llegamos a "La-Fee-Verte", descendí del carruaje elegantemente como siempre llamando la atención de muchos en el lugar pero aun así no les preste ni un poco de atención solo mire a mi viejo amigo Albert que esperaba ordenes mientras se marchaba una sola mirada era mas que necesario para decirle que es lo que quería.
Frene delante de la puerta entrando despacio para toparme con miles de muñecas que se acercaban a mi pero hice un amagan con las manos de que no me apetecían pues yo ya tenia a mi muñeca vampírica la cosa era esperarla.
-Lord Jared, muy buenas noches.Agradezco su grata invitación.
Cuando al fin logre subir estos comenzaron a cabalgar rápidamente a nuestro destino, mire mis pálidas manos mientras observaba los vagabundos o gitanos que limpiaban las calles pero no los miraba a ellos si no mas bien pensaba en muchas cosas que me encantaría hacer con ellos como matarlos de la manera mas cruel que existiera pero salí de mis pensamientos cuando un destello de luz producido por un rayo me saco de mis pensamientos.
Respire profundo mientras carraspeaba la garganta dándome cuenta que había respirado hacia tantos años que no hacia tal cosa que me sentía raro en hacerlo pero en fin la noche parecía que seria agitada por lo que pediría que vengan por mi no tenia intenciones de mojarme ya que un muerto mojado era la peor peste que pudiera existir.
-Mas rápido Albert mas rápido has correr a los cabellos de la muerte...sabes como detesto que no me complazcan..la lentitud es para los humanos y tu me no lo eres..pégales mas..quiero llegar a tiempo como se me fue citado..
Susurre tan bajo que parecía como si mis labios no se movieran era mas que obvio que solo un vampiro podía escucharme así que después de un largo andar llegamos a "La-Fee-Verte", descendí del carruaje elegantemente como siempre llamando la atención de muchos en el lugar pero aun así no les preste ni un poco de atención solo mire a mi viejo amigo Albert que esperaba ordenes mientras se marchaba una sola mirada era mas que necesario para decirle que es lo que quería.
Frene delante de la puerta entrando despacio para toparme con miles de muñecas que se acercaban a mi pero hice un amagan con las manos de que no me apetecían pues yo ya tenia a mi muñeca vampírica la cosa era esperarla.
-Lord Jared, muy buenas noches.Agradezco su grata invitación.
Invitado- Invitado
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
" Beber la sangre de tu cuerpo será el motivo para besar tu cuello"
La caída de la noche solo anunciaba una vez más la salida de aquellos seres que como ellas han sido clasificados en lo que los humanos no comprenden. Cada una se disputa mentalmente como es que terminará la noche con su nuevo amanecer mortífero para algunos. Cannette se peina gracilmente su cabellera peliroja, mirandose al espejo enmarcado con la más fina de las indumentarias. Su atavío descanzaba en una silla, al rincón de la habitación en la que se encontraban ella y su hermana Ankhiara, un vestido rojo vino con bordados en negro, extravagantes olanes a la altura del pecho para resaltar presisamente esa área del cuerpo femenino, el corsé con su dramático cruce por el frente y esas cintas en color negro. Su blanquecina piel facilmente puede ser resaltada de toda aquella vestimenta ¿zapatos? No, su amo se los impide además de que no están acostumbradas a utilizarlos. Observa detenidamente el traje que tiene que portar como disfras esta noche, arroja un suspiro de cansancio y fastidio por encontrar la problematica en aquella acción que les llevo hasta este lugar.
Por su lado Ankhiara tararea una melodía bastante extraña, sombría. En su cuerpo descanza un vestido exactamente igual al de su hermana, su cabello ya se encuentra acomodado en el lugar apropiado para la ocasión. No esta feliz, no esta contenta pero sabe lo que vino a hacer, esta conciente de los sucesos, es irreverencialmente indiferente a lo que pudiese ocurrir a lo largo de aquella "fiesta" puede sentir la conmosión en los latidos del corazón de Cannette pero prefiere ignorarlos, acaricia con delicadeza sus piernas mientras se muerde ligeramente el labio inferior. No tienen nada que pensar después de imaginar el sangriento final para su historia en el día de los vampiros. Sonríe con un obscuro humor. Espera que nadie pose su atención en ambas.
- Te dije que esto sería una mala idea - Musita Cannette con refunfuño, esta molesta, el tono de su voz y esa arruga de su nariz lo expresan muy bien. Toma el vestido con enfado para comenzar a cubrirse con el. Introduce primero las manos después la cabeza y lo baja por su pecho y torso - Anda ayúdame con esto - Señala con un dedo el cruce del corsé. Resopla los labios, un hábito de muy mal visto, arquea su cuerpo para coger del piso la cinta que se le cayo una vez tomado el vestido que ahora le hace lucir hermosa, apetecible y por demás antojable para cualquier deseo vanal generado en perfidas mentes ya sean humanos, vampiros, hombres ó mujeres.
- Descuida, no permitiré que te lastimen - Una caricia es depositada en la mejilla de Cannette justo después que Ankhiara le dijera aquello, la mente de la chiquilla no permitirá en ningún momento que dañen lo que más ama. No mientras su magia pueda impedirlo además Mosieur Stroganoff tampoco dejará que hieran al par de chicas - ¡Apresurate! - Exige a su hermana ayudandole con lo que pidió. Una vez que ambas estan preparadas para salir a la luz, traspasan el humbral de la puerta, observando atentamente la conglomeración de vampiros y "Muñecas" que se encuentran en este sitio. Ambas suspiran al mismo tiempo, se toman de la mano, se regalan miradas de compasión, sonrisas de complicidad y mensajes que solo ellas pueden entender. Perciben la presencia de su amo descanzando en uno de los sillones de tela perfectamente blanca, bebiendo, observando su obra...
Por su lado Ankhiara tararea una melodía bastante extraña, sombría. En su cuerpo descanza un vestido exactamente igual al de su hermana, su cabello ya se encuentra acomodado en el lugar apropiado para la ocasión. No esta feliz, no esta contenta pero sabe lo que vino a hacer, esta conciente de los sucesos, es irreverencialmente indiferente a lo que pudiese ocurrir a lo largo de aquella "fiesta" puede sentir la conmosión en los latidos del corazón de Cannette pero prefiere ignorarlos, acaricia con delicadeza sus piernas mientras se muerde ligeramente el labio inferior. No tienen nada que pensar después de imaginar el sangriento final para su historia en el día de los vampiros. Sonríe con un obscuro humor. Espera que nadie pose su atención en ambas.
- Te dije que esto sería una mala idea - Musita Cannette con refunfuño, esta molesta, el tono de su voz y esa arruga de su nariz lo expresan muy bien. Toma el vestido con enfado para comenzar a cubrirse con el. Introduce primero las manos después la cabeza y lo baja por su pecho y torso - Anda ayúdame con esto - Señala con un dedo el cruce del corsé. Resopla los labios, un hábito de muy mal visto, arquea su cuerpo para coger del piso la cinta que se le cayo una vez tomado el vestido que ahora le hace lucir hermosa, apetecible y por demás antojable para cualquier deseo vanal generado en perfidas mentes ya sean humanos, vampiros, hombres ó mujeres.
- Descuida, no permitiré que te lastimen - Una caricia es depositada en la mejilla de Cannette justo después que Ankhiara le dijera aquello, la mente de la chiquilla no permitirá en ningún momento que dañen lo que más ama. No mientras su magia pueda impedirlo además Mosieur Stroganoff tampoco dejará que hieran al par de chicas - ¡Apresurate! - Exige a su hermana ayudandole con lo que pidió. Una vez que ambas estan preparadas para salir a la luz, traspasan el humbral de la puerta, observando atentamente la conglomeración de vampiros y "Muñecas" que se encuentran en este sitio. Ambas suspiran al mismo tiempo, se toman de la mano, se regalan miradas de compasión, sonrisas de complicidad y mensajes que solo ellas pueden entender. Perciben la presencia de su amo descanzando en uno de los sillones de tela perfectamente blanca, bebiendo, observando su obra...
Ankhiara - Cannette- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 03/07/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Tome aire antes de mirarme otra vez al espejo mientras una de las otras muñecas de Jared tiraba de los hilos del corset para ajustarlo bien a mi figura.
De casa aquella noche me había marchado con un precioso vestido verde pálido y modesto para que los sirvientes no sospechasen nada pero en una de las maletillas que llevaba conmigo tenia un vestido mas atrevido negro de color y que iba mostrando mas por las zonas por donde Jared dijo que a los vampiros le encantaban morder.
Suspirando cuando la chica acabo tuve que adaptar un pose aun mas recto para que el aire pasase por mis pulmones con regularidad. Me volví a mirar al demonioso chisme y vi ahí lo que nunca había visto en mi hasta aquel momento. Una mujer totalmente distinta. Mi ojos aquella noche brillaban a un azul mas intenso y lleno de esperanzas. Mi cuerpo mostraba mas curvas de las que creia que tenia y mis fracciones estaban mucho mas relajadas.
Mi pelo andaba recogido en un pequeño moño no muy apretado pero que recogía todo menos unos cuantos mechones de delante y unas preciosas piedras negras brillaban a mis orejas y un collar del mismo color en mi cuello. Habían sido un regalo que iba genial con el vestido y que aquella noche iba a estrenar.
Agradeciendole a la chica que estaba la pobre un poco llena de cortes me marche de la habitación en la que estábamos y me encamine hacia la entrada principal de donde tenia lugar la pequeña fiesta.
Tome aire antes de entrar y cuando vi cuanta gente había tuve la iniciativa de echar a correr fuera pero a paso decidido eche a andar entre las muñecas y los vampiros y me acerque a la barra ofreciéndoles la ayuda para llevar las copas de sangre.
-Esta copa a aquellos vampiros -dijo la chica señalandome unos vampiros que estaban en fondo. Accedí a llevar la copa y después de entregársela volví a echar a andar entre la gente mirando de un lado a otro como era y sobre todo lo que vi me encanto. Parecía todo muy ajeno a mi y muchas veces me preguntaba por que Jared me había elegido como una de ellas pero eso no lo iba a saber si no me ponía a trabajar ya... o al menos intentar trabajar por que no tenia ni idea de lo que tenia que hacer en aquel preciso momento de la noche.
De casa aquella noche me había marchado con un precioso vestido verde pálido y modesto para que los sirvientes no sospechasen nada pero en una de las maletillas que llevaba conmigo tenia un vestido mas atrevido negro de color y que iba mostrando mas por las zonas por donde Jared dijo que a los vampiros le encantaban morder.
Suspirando cuando la chica acabo tuve que adaptar un pose aun mas recto para que el aire pasase por mis pulmones con regularidad. Me volví a mirar al demonioso chisme y vi ahí lo que nunca había visto en mi hasta aquel momento. Una mujer totalmente distinta. Mi ojos aquella noche brillaban a un azul mas intenso y lleno de esperanzas. Mi cuerpo mostraba mas curvas de las que creia que tenia y mis fracciones estaban mucho mas relajadas.
Mi pelo andaba recogido en un pequeño moño no muy apretado pero que recogía todo menos unos cuantos mechones de delante y unas preciosas piedras negras brillaban a mis orejas y un collar del mismo color en mi cuello. Habían sido un regalo que iba genial con el vestido y que aquella noche iba a estrenar.
Agradeciendole a la chica que estaba la pobre un poco llena de cortes me marche de la habitación en la que estábamos y me encamine hacia la entrada principal de donde tenia lugar la pequeña fiesta.
Tome aire antes de entrar y cuando vi cuanta gente había tuve la iniciativa de echar a correr fuera pero a paso decidido eche a andar entre las muñecas y los vampiros y me acerque a la barra ofreciéndoles la ayuda para llevar las copas de sangre.
-Esta copa a aquellos vampiros -dijo la chica señalandome unos vampiros que estaban en fondo. Accedí a llevar la copa y después de entregársela volví a echar a andar entre la gente mirando de un lado a otro como era y sobre todo lo que vi me encanto. Parecía todo muy ajeno a mi y muchas veces me preguntaba por que Jared me había elegido como una de ellas pero eso no lo iba a saber si no me ponía a trabajar ya... o al menos intentar trabajar por que no tenia ni idea de lo que tenia que hacer en aquel preciso momento de la noche.
Invitado- Invitado
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Fascinación. No había otra palabra para definirlo ni tampoco más pensamientos que hubieran surcado la mente de Lilith en el último tiempo. Quería sumergirse en un mundo que no conocía, que le parecía intrigante, misterioso, más allá de todo lo que hubiera creído posible, y aún así ahí estaba; preparándose para servir aquella noche, más nerviosa que nunca y con un brillante vestido rojo brillante que dejaba su cuello totalmente descubierto, haciendo que su piel luciera más pálida que nunca, como si de la misma porcelana de una muñeca se tratase. Porque eso era ahora, una muñeca, estaba allí esa noche para servir de alimento si fuese necesario, y además para atender a todos aquellos vampiros que asistían a esa fiesta. Había hablado con Jared, y ciertamente la idea de que le colocaran precio le apestaba, mas finalmente había aceptado porque estaba aburrida de la ridícula vida que llevaba. Ahora estaba descalza y con un tatuaje en el tobillo que vagamente le resultaba familiar, pero no sabía exactamente de donde ni por qué. Todas las muñecas lo llevaban, y de vez en cuando dedicaba tiempo a observarlo totalmente absorta.
Sin embargo se encontraba perdida, ya que nunca antes había servido en ese lugar como más que para entregar las copas de sangre que eran tan comunes. Sabía que no cualquier vampiro podía ''pagar por ella'', y por lo tanto aún no habían bebido de su sangre. Se estremeció un momento, mirándose al espejo acomodando cada detalle del cabello rubio, tomados en un moño que dejaba varios bucles caer por su espalda, y le daba a su rostro de facciones finas una apariencia casi angelical. Suspiró finalmente, estando lista y se quedó quieta durante unos segundos, colocando atención en escuchar los sonidos que venían de aquel lugar. La segunda planta estaba repleta de risas confiadas y la casi tangible sensación de nerviosismo de otras muñecas.
Y ahora…. Lilith no sabía qué hacer, todo era nuevo. Clavó su vista azul en una de las muchachas que servía unas copas de color escarlata, y se acercó a la barra, donde otra muñeca le dijo que se colocara a trabajar rápido. Tomó unas copas que se dispuso a llevar hasta unos vampiros, mientras olía con curiosidad el embriagante aroma de la sangre. Siempre había captado su atención aquel fluido que otorgaba la vida, pero la idea de que hubiera quienes lo usaran como su alimento simplemente le deslumbraban.
Después, los vampiros le agradecieron con un ligero tono pícaro. Más le valía acostumbrarse.
Sin embargo se encontraba perdida, ya que nunca antes había servido en ese lugar como más que para entregar las copas de sangre que eran tan comunes. Sabía que no cualquier vampiro podía ''pagar por ella'', y por lo tanto aún no habían bebido de su sangre. Se estremeció un momento, mirándose al espejo acomodando cada detalle del cabello rubio, tomados en un moño que dejaba varios bucles caer por su espalda, y le daba a su rostro de facciones finas una apariencia casi angelical. Suspiró finalmente, estando lista y se quedó quieta durante unos segundos, colocando atención en escuchar los sonidos que venían de aquel lugar. La segunda planta estaba repleta de risas confiadas y la casi tangible sensación de nerviosismo de otras muñecas.
Y ahora…. Lilith no sabía qué hacer, todo era nuevo. Clavó su vista azul en una de las muchachas que servía unas copas de color escarlata, y se acercó a la barra, donde otra muñeca le dijo que se colocara a trabajar rápido. Tomó unas copas que se dispuso a llevar hasta unos vampiros, mientras olía con curiosidad el embriagante aroma de la sangre. Siempre había captado su atención aquel fluido que otorgaba la vida, pero la idea de que hubiera quienes lo usaran como su alimento simplemente le deslumbraban.
Después, los vampiros le agradecieron con un ligero tono pícaro. Más le valía acostumbrarse.
Invitado- Invitado
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Briza llegó a su otro trabajó del cual disfrutaba mucho por su tendencia hacia los vampiros. Era una de las muñecas de sangre mas grande que las demás pero a ella eso no le daba importancia ya que Jared la había seleccionado como una de las chicas de clase media. Esto le daba algo de reputación ante las demás chicas, entonces decidió entrar al bar.
Cuando entró todos se le quedaron viendo y eso le agradaba a ella. Caminó hasta la barra y se puso ta trabajar también. Había clientes que atender y las copas eran llebadas por cada una de nosotras. Briza sonreía a todos pero después dejo de sonreí por no llamar tanto la atención aunque ella les servía con amablilidad y educación a los clientes. Luego se quedo un rato sentada en la barra aunque sabía que los ojos de Jared estarían puestos en ella.
Briza sabía que esa noche era especial para todos nosotras pero solo habia que esperar.
Cuando entró todos se le quedaron viendo y eso le agradaba a ella. Caminó hasta la barra y se puso ta trabajar también. Había clientes que atender y las copas eran llebadas por cada una de nosotras. Briza sonreía a todos pero después dejo de sonreí por no llamar tanto la atención aunque ella les servía con amablilidad y educación a los clientes. Luego se quedo un rato sentada en la barra aunque sabía que los ojos de Jared estarían puestos en ella.
Briza sabía que esa noche era especial para todos nosotras pero solo habia que esperar.
Brisa Grinfid- Humano Clase Alta
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 05/06/2010
Localización : Paris
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
La noche se cernía sobre la ciudad, como un corsé a la piel de una mujer, o como un amante dejándose llevar por un arrebato de pasión. Y es que era exactamente eso.
La noche parisina era como un amante para mí, desde hacía ya unos años. Exactamente no sabría decir cuantos, pues para mí el tiempo mismo no es algo importante. Ventajas o inconvenientes de poseer en mis manos la eternidad.
Envuelta por el abrazo de la ciudad, que regalaba sus caricias, y con un ligero vestido negro que cubría mi pálido y frío cuerpo, me dirigí a la fiesta del señor Stroganoff.
El viento de París acariciaba mii cabello y jugaba con mi piel, mientras yo esperaba a que mi caruaje llegara. Yo no era demasiado paciente, no me gustaba que me hicieran esperar. Por fin escuché el trotar de los caballos y mi sonrisa se ensanchó. En el carruaje, pintadas con un color dorado, se entrelazaban una E y una B. Letras que bien podrían parecer las iniciales de mi nombre, pero que realmente eran las de su dueña. Elisabeth Bathory. Subí al vehículo y le pedí al conductor que fuera lo más rápido posible, no quería lelgar tarde, no era de buena educación y ante todo yo era una persona que cuidaba los modales al detalle.
Cuando paró y me indicaron que ya habíamos llegado al lugar que indicaba la invitación sonreí de lado. Bajé apoyándome en la mano de mi sirviente y me dirigí al lugar exacto. Las fiestas del caballero eran de sobras conocidas y, aunque yo me había criado rodeada de estos actos de sociedad, tenía que reconocer que los que él organizaban eran muy sugerentes, a la vez que deliciosos.
Entré en la estancia, mirando con cierta curiosidad el lugar y tomando una copa que una de las muchachas me tendió.
Observé la sangre que tenía el cristal y me la llevé a los labios, no sin antes dejar que mi olfato se viera seducido por su aroma. Saboreé ese delicioso elixir, que inundaba mi paladar y jugaba con mi lengua mientras notaba como mis colmillos crecían lentamente. Pasé mi lengua por mis dientes y mis labios, que ahora estaban teñidos de un rojo oscuro, por la sangre que había bebido.
Caminé de forma lenta por la sala, hasta llegar ante el anfitrión.
-Una deliciosa fiesta, señor Stroganoff-le dije depositando mis labios sobre su fría mejilla-Siempre es un placer verle, y muchas gracias por invitarme.
La noche parisina era como un amante para mí, desde hacía ya unos años. Exactamente no sabría decir cuantos, pues para mí el tiempo mismo no es algo importante. Ventajas o inconvenientes de poseer en mis manos la eternidad.
Envuelta por el abrazo de la ciudad, que regalaba sus caricias, y con un ligero vestido negro que cubría mi pálido y frío cuerpo, me dirigí a la fiesta del señor Stroganoff.
El viento de París acariciaba mii cabello y jugaba con mi piel, mientras yo esperaba a que mi caruaje llegara. Yo no era demasiado paciente, no me gustaba que me hicieran esperar. Por fin escuché el trotar de los caballos y mi sonrisa se ensanchó. En el carruaje, pintadas con un color dorado, se entrelazaban una E y una B. Letras que bien podrían parecer las iniciales de mi nombre, pero que realmente eran las de su dueña. Elisabeth Bathory. Subí al vehículo y le pedí al conductor que fuera lo más rápido posible, no quería lelgar tarde, no era de buena educación y ante todo yo era una persona que cuidaba los modales al detalle.
Cuando paró y me indicaron que ya habíamos llegado al lugar que indicaba la invitación sonreí de lado. Bajé apoyándome en la mano de mi sirviente y me dirigí al lugar exacto. Las fiestas del caballero eran de sobras conocidas y, aunque yo me había criado rodeada de estos actos de sociedad, tenía que reconocer que los que él organizaban eran muy sugerentes, a la vez que deliciosos.
Entré en la estancia, mirando con cierta curiosidad el lugar y tomando una copa que una de las muchachas me tendió.
Observé la sangre que tenía el cristal y me la llevé a los labios, no sin antes dejar que mi olfato se viera seducido por su aroma. Saboreé ese delicioso elixir, que inundaba mi paladar y jugaba con mi lengua mientras notaba como mis colmillos crecían lentamente. Pasé mi lengua por mis dientes y mis labios, que ahora estaban teñidos de un rojo oscuro, por la sangre que había bebido.
Caminé de forma lenta por la sala, hasta llegar ante el anfitrión.
-Una deliciosa fiesta, señor Stroganoff-le dije depositando mis labios sobre su fría mejilla-Siempre es un placer verle, y muchas gracias por invitarme.
Elysee Bathory- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 55
Fecha de inscripción : 05/07/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Había dejado durmiendo a su dulce madre, soñando plácidamente con su esposo fallecido. Audrey estaba nerviosa y se notaba bastante. Se arregló su rubio cabello, maquilló por primera vez sus bellos ojos con una cosa pegajosa y azul, incrementando esa tonalidad de ensueño.
Y salió, presurosa y con el corazón a mil. Su vestido era de un color morado intenso que le daba una apariencia jugetona y a la vez elegante. Se sentía bien así, se sentía bella. Llegó por su propio pie, cuidando cada detalle de su apariencia. No era rica ni de la realeza aunque su imagen gritara que sí, muchos le habían dicho que era una pérdida.
Fiesta, si fiesta! Era lo que ella pensó al entrar. Inhaló 4 veces, se llenó de valor y comenzó a repartir sonrisas a todos lados. Sus infantiles rasgos y su actitud eran lo más atractivo de ella, agarró unas copas y se las dió a unos clientes quienes la miraron extasiados y con curiosidad.
Audrey pensaba en disfrutar la velada y asi lo haría.
Y salió, presurosa y con el corazón a mil. Su vestido era de un color morado intenso que le daba una apariencia jugetona y a la vez elegante. Se sentía bien así, se sentía bella. Llegó por su propio pie, cuidando cada detalle de su apariencia. No era rica ni de la realeza aunque su imagen gritara que sí, muchos le habían dicho que era una pérdida.
Fiesta, si fiesta! Era lo que ella pensó al entrar. Inhaló 4 veces, se llenó de valor y comenzó a repartir sonrisas a todos lados. Sus infantiles rasgos y su actitud eran lo más atractivo de ella, agarró unas copas y se las dió a unos clientes quienes la miraron extasiados y con curiosidad.
Audrey pensaba en disfrutar la velada y asi lo haría.
Audrey Murchois- Humano Clase Media
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Fecha de inscripción : 12/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Más público continúa apareciendo en su local, en una constante pero continua sangría de aforo. Unos vienen habiendo sido invitados, otros ya han estado en algún evento de este mismo tipo y ya saben de qué va la cosa y otros, en cambio, son absolutamente nuevos, caras que él no conoce ni tiene demasiado interés en conocer, no al menos más allá del dinero que puedan desembolsar. Sus ojos van desviándose por sus distintas muñecas, unos bienes tan preciados, tan valiosos, que trata con todo mimo y lujo de detalle,s procurando que no les falte de nada...
Siempre existían excepciones, claro está, pero la mayoría acataban voluntariamente hacer lo que están haciendo. Un vampiro conocido hace acto de presencia, y cualquiera diría que suelta feromonas al ver como se acercan unas pocas muñecas bastante inexpertas. Les dedica una mirada gélida e iracunda, no son ellas quienes se ofrecen de forma tan directa, eso es propio de las putas, aquí se clamaba por la elegancia y la sutilidad, dejando que el cliente elija. Sin embargo sonríe, bendita hipocresía, y le estrecha la mano a Alan, clavando sus penetrantes ojos en los de él:
-Un placer volver a veros, Alan... Espero que disfrutéis de lo que os he preparado, la mayoría hoy están de oferta. -Suena tentador, quizá demasiado, al susurrar esas palabras, dejándole de forma indirecta la decisión de elegir alguna o únicamente pasar el rato. No tarda demasiado en levantarse del sofá y dirigirse a la barra, apoyando sendos codos sobre la misma y volteando su cuerpo en dirección a las escaleras, teniendo así controlados tanto a los que entran como a los que salen.
No parece haberse percatado de la presencia de Elysse a escasos metros... ¿O quizá sí? Una incógnita que se quedará sin respuesta, como tantas otras muchas en su vida... No por ello pierde la educación y se deja besar la mejilla, respondiendo, a su vez, con un beso en el dorso de la mano. No puede evitar dedicarle un vistazo a los rojizos labios de la vampiresa, asintiendo como mera formalidad a sus palabras:
-El placer siempre es mío, mademoiselle... No me olvido de invitar a ninguno de mis hermanos, y menos cuando son tan bellas como vos. -La mezcla de cordialidad y a la vez sinceridad resulta curiosa, aunque no por ello deja de ser un mero comentario. Mira una última vez a su alrededor, aprovechando para soltarl la fría mano de Elysse, antes de clavar de nuevo sus ojos en los de ella.- La noche hierve de actividad, ¿os habéis dado cuenta...? Da gusto ver tanto movimiento, es bueno para el negocio... Hablando de él, ¿Ya habéis cenado y veniís a visitarme, o bien buscáis algo... Especial para cenar?
Siempre existían excepciones, claro está, pero la mayoría acataban voluntariamente hacer lo que están haciendo. Un vampiro conocido hace acto de presencia, y cualquiera diría que suelta feromonas al ver como se acercan unas pocas muñecas bastante inexpertas. Les dedica una mirada gélida e iracunda, no son ellas quienes se ofrecen de forma tan directa, eso es propio de las putas, aquí se clamaba por la elegancia y la sutilidad, dejando que el cliente elija. Sin embargo sonríe, bendita hipocresía, y le estrecha la mano a Alan, clavando sus penetrantes ojos en los de él:
-Un placer volver a veros, Alan... Espero que disfrutéis de lo que os he preparado, la mayoría hoy están de oferta. -Suena tentador, quizá demasiado, al susurrar esas palabras, dejándole de forma indirecta la decisión de elegir alguna o únicamente pasar el rato. No tarda demasiado en levantarse del sofá y dirigirse a la barra, apoyando sendos codos sobre la misma y volteando su cuerpo en dirección a las escaleras, teniendo así controlados tanto a los que entran como a los que salen.
No parece haberse percatado de la presencia de Elysse a escasos metros... ¿O quizá sí? Una incógnita que se quedará sin respuesta, como tantas otras muchas en su vida... No por ello pierde la educación y se deja besar la mejilla, respondiendo, a su vez, con un beso en el dorso de la mano. No puede evitar dedicarle un vistazo a los rojizos labios de la vampiresa, asintiendo como mera formalidad a sus palabras:
-El placer siempre es mío, mademoiselle... No me olvido de invitar a ninguno de mis hermanos, y menos cuando son tan bellas como vos. -La mezcla de cordialidad y a la vez sinceridad resulta curiosa, aunque no por ello deja de ser un mero comentario. Mira una última vez a su alrededor, aprovechando para soltarl la fría mano de Elysse, antes de clavar de nuevo sus ojos en los de ella.- La noche hierve de actividad, ¿os habéis dado cuenta...? Da gusto ver tanto movimiento, es bueno para el negocio... Hablando de él, ¿Ya habéis cenado y veniís a visitarme, o bien buscáis algo... Especial para cenar?
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
"¿Alguna vez has bailado con el demonio bajo la luz de la pálida luna"
Se sienten ligeramente incomodas al observar tan de cerca a los vampiros que rondan libremente por allí. No obstante reconocen que es su trabajo, su deber atenderlos mientras ellos beben de las copas la sangre que más les apetece. Es mejor que se encuentren en esa fría velada que sueltos por las calles de París asesinando cuan indigente se encuentren en su camino. Cannette no esta bastante convencida del trabajo que tiene que realizar, se queda estática, congelada ante tal circo. Un aquelarre perfectamente bien planeado donde se combina la depravación, esa lujuria vampírica, la sed, orgasmos, decadencia, todo bellamente exitante. La noche pinta para ser amargamente hermosa, llena de visitantes, dolor, jadeos y tintes de sangre. ¿Quién en su corta vida puede imaginar ser el alimento de algún vampiro?
- Vamos, nos están vigilando... - Un jalón en su mano por parte de Ankhiara hace caminar hacia la barra a Cannette, finge una sonrisa cálida en sus labios, pero a través de sus ojos se puede apreciar el temor, ese mismo pavor que tiene un pequeño niño a la obscuridad por que sabe que allí dentro se encuentran sus más aterradoras pesadillas. Coge una bandeja con copas encima, copas llenas de sangre, las cola a su vista examinandolas una a una, aún no comprende por que hay seres que se alimentan de aquel tipo de líquido tan usual, tan sobreestimado. Hace una mueca de disgusto para después dirigirse a una mesa donde descanzan los amos de la noche, reparte una copa para cada uno, retrae por detrás de su oreja un mechón de cabello que se le había escapado, el movimiento de su mano, más el aire que se escapo por su cabellera hace que su olor le pegue en el rostro a un vampiro, este al sentir el cálido efluvio de su cuerpo le toma de la mano e incluso puede lastimarla.
Desde la barra Ankhiara percibe los moviientos de su hermana, esperando una nueba bandeja para ser ella la mesera, antes de que este lista, se da cuenta de lo sucedido, atraviesa el espacio que la separa de su hermana, toma sin temor alguno la gélida mano de aquel vampiro, le sonrie coquetamente. - Eso tiene un costo adicional amor y se tiene que tratar con Monsieur - Le guiñe un ojo y logra hacer que aquel tipo suelte a su hermana, señala con la barbilla la ubicación de su amo Lord Stroganoff, una vez aclarado el asunto ambas se dirgen de nueva cuenta a la barra y a la repartición de copas.
Ankhiara - Cannette- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 03/07/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Podría haberse revelado y no haber accedido a acudir a aquella maldita fiesta, pero, como siempre, Jared la tenía bien atada con sus malditos hilos de oro. Un suspiro salió de sus labios que tuvo que reflejarse en el espejo frente a ella. ¿Y ahora qué? Siempre se hacía esa pregunta que carecía de respuesta sin más. Su cabello caía sobre sus hombros dejando que la suave melena de fuego le proporcionara un aspecto sensual. Todavía no entendía como había podido dejarse hechizar de aquella manera. En realidad, ya no importaba, pues era de él y por mucho que se empeñara en luchar contra ello todo se quedaba corto, y el problema principal es que le gustaba, llámala masoquista, pero a ella le encantaba sentirse propiedad de Jared. Aunque, no te confíes nunca, ella no es una pequeña e inocente muñeca, podría arrancarte el corazón y deshacerlo en mil pedazos. El amor no la para para ser una maldita víbora, no te atrevas a ponerle una mano encima a su amo, no importa vampiro o humano, ella no tendrá contemplación.
Sus labios, rojo carmín, se amoldaron al color de su espléndido vestido. El rojo junto al negro combinaban a la perfección, estaba precioso, no sólo eso, esplendida. Se amoldó perfectamente a su figura y a sus gestos y salió de casa, sin zapatos. No era por otra cosa que por sentirse libre, o por lo menos eso intentaba ella sin éxito. Y caminó, caminó perdiéndose entre las calles de parís hasta el maldito local. Sus pies descalzos resbalaban sin más, fríos. Sus ojos se desviaban calle a calle para mantenerse alejada de algún hombre o vampiro que quisiese más de la cuenta con ella. Ella no hacía más que perderse en la nada, en la nada porque todo el mundo estaría en aquella maldita fiesta que ella tanto detestaba, tanta gente, tanto imbécil. Los vampiros no eran de su agrado, no por nada en especial, realmente porque, algunos de ellos, eran unos malditos babosos.
Y así, la exótica pelirroja había pisado el lugar de la fiesta. Entro sin más en un silencio más bien sepulcral. Pudo ver y analizar quien había llegado ya y cuantos quedaban aún. Pudo incluso divisar a Jared al que no se acercó. No. La mortal se apoyó en la sobra de los demás, en una pared más bien algo escondida, en un lugar desde donde observar a las muñecas servir sangre, a esas mismas jadear de dolor, a los vampiros reír y beber y a Jared saludar, tan hipócrita como siempre. Un suspiro salió de sus labios cerrando los ojos y así, echando su cabeza hacia atrás pegándose contra la pared. No debió haber venido. Fue entonces cuando una mano desconocida se aferro a su cintura, un maldito vampiro que se pegó demasiado a su cuerpo y a su cuello. Ella, posó sus manos en el pecho del vampiro y lo apartó como pudo con cara de pocos amigos - Lárgate - sentenció sin más agresiva y autoritaria.
Sus labios, rojo carmín, se amoldaron al color de su espléndido vestido. El rojo junto al negro combinaban a la perfección, estaba precioso, no sólo eso, esplendida. Se amoldó perfectamente a su figura y a sus gestos y salió de casa, sin zapatos. No era por otra cosa que por sentirse libre, o por lo menos eso intentaba ella sin éxito. Y caminó, caminó perdiéndose entre las calles de parís hasta el maldito local. Sus pies descalzos resbalaban sin más, fríos. Sus ojos se desviaban calle a calle para mantenerse alejada de algún hombre o vampiro que quisiese más de la cuenta con ella. Ella no hacía más que perderse en la nada, en la nada porque todo el mundo estaría en aquella maldita fiesta que ella tanto detestaba, tanta gente, tanto imbécil. Los vampiros no eran de su agrado, no por nada en especial, realmente porque, algunos de ellos, eran unos malditos babosos.
Y así, la exótica pelirroja había pisado el lugar de la fiesta. Entro sin más en un silencio más bien sepulcral. Pudo ver y analizar quien había llegado ya y cuantos quedaban aún. Pudo incluso divisar a Jared al que no se acercó. No. La mortal se apoyó en la sobra de los demás, en una pared más bien algo escondida, en un lugar desde donde observar a las muñecas servir sangre, a esas mismas jadear de dolor, a los vampiros reír y beber y a Jared saludar, tan hipócrita como siempre. Un suspiro salió de sus labios cerrando los ojos y así, echando su cabeza hacia atrás pegándose contra la pared. No debió haber venido. Fue entonces cuando una mano desconocida se aferro a su cintura, un maldito vampiro que se pegó demasiado a su cuerpo y a su cuello. Ella, posó sus manos en el pecho del vampiro y lo apartó como pudo con cara de pocos amigos - Lárgate - sentenció sin más agresiva y autoritaria.
Invitado- Invitado
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Hago una reverencia con la cabeza al oír sus palabras. Un hombre educado, eso era de agradecer sobre todo en los tiempos que corrían, en los cuales parecía que la decadencia de la educación estaba surgiendo en los jóvenes.
-Muy amable por su parte.
Miró a mi alrededor, mientras bebo un poco más de mi copa. Mis ojos recorren el lugar, deteniéndome en cada una de las muñecas que había, mientras notaba como mis colmillos parecían crecer.
-Tiene usted una suculenta colección, mi querido amigo. Y sí, por supuesto que me he dado cuenta de la actividad que promete esta noche. Me parece que será una fiesta memorable ¿no está usted de acuerdo conmigo?
Sonreí cordialmente mientras mojaba mis labios de nuevo en ese delicioso elixir rojo.
Una sangre realmente buena, de lo mejor que había probado. El caballero tenía gusto y sabía como impresionar a sus clientes y, por supuesto, como cuidarlos.
-No, no he venido cenada. Sería de muy poca educación por mi parte y un detalle que demostraría muy poca clase y una grave falta de modales ¿no le parece? Además, sería perder una oportunidad muy buena. No todos los días una dispone de estos suculentos manjares que usted nos muestra. Una excelente forma de deleictarnos, en todos los sentidos. ¿Tendría usted la amabilidad de aconsejarme alguna de sus muñecas?
Volví a sonreír, sin ocultar mis colmillos, pues aquí no había problema de mostrarlos.
Mis ojos siguieron inspeccionando la estancia, con una sonrisa ladeada mientras mis labios y mi paladar saboreaban las últimas gotas de mi bebida.
-Ha sido usted muy amable, pero no quisiera robarle más tiempo. Sería egoista por mi parte privar a los demás invitados del anfritión de la fiesta.
-Muy amable por su parte.
Miró a mi alrededor, mientras bebo un poco más de mi copa. Mis ojos recorren el lugar, deteniéndome en cada una de las muñecas que había, mientras notaba como mis colmillos parecían crecer.
-Tiene usted una suculenta colección, mi querido amigo. Y sí, por supuesto que me he dado cuenta de la actividad que promete esta noche. Me parece que será una fiesta memorable ¿no está usted de acuerdo conmigo?
Sonreí cordialmente mientras mojaba mis labios de nuevo en ese delicioso elixir rojo.
Una sangre realmente buena, de lo mejor que había probado. El caballero tenía gusto y sabía como impresionar a sus clientes y, por supuesto, como cuidarlos.
-No, no he venido cenada. Sería de muy poca educación por mi parte y un detalle que demostraría muy poca clase y una grave falta de modales ¿no le parece? Además, sería perder una oportunidad muy buena. No todos los días una dispone de estos suculentos manjares que usted nos muestra. Una excelente forma de deleictarnos, en todos los sentidos. ¿Tendría usted la amabilidad de aconsejarme alguna de sus muñecas?
Volví a sonreír, sin ocultar mis colmillos, pues aquí no había problema de mostrarlos.
Mis ojos siguieron inspeccionando la estancia, con una sonrisa ladeada mientras mis labios y mi paladar saboreaban las últimas gotas de mi bebida.
-Ha sido usted muy amable, pero no quisiera robarle más tiempo. Sería egoista por mi parte privar a los demás invitados del anfritión de la fiesta.
Elysee Bathory- Vampiro Clase Alta
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Fecha de inscripción : 05/07/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Angustia... Oprimía su pecho, encogía su corazón, y hería a su alma, doliéndole un acto tan natural como el respirar a cada paso que con sus pies deslcazos daba en esa estancia. Violine, sencillamente no podía soportar lo que contemplaban sus grises ojos, mirara donde mirara, lo que escuchaba, como una melodía que taladraba sus oídos, y, por encima de todo, lo que sentía ante esa situación. Era el día de su estreno, la primera vez que tendría que llevar a cabo esa tarea pedida a cambio de la única opción que tenía para conocer la vida, de la única forma de frenar el torrente mortífero que fluía por su cuerpo con un desenlace inevitable y a cada día más cercano... Esa noche era la noche, aquella en la que tenía que ponerse a prueba, que soportar el precio que Jared le exigía por su salvación, que realizar el primero de los muchos pagos.
Y no, no estaba preparada, no estaba superando la prueba ni dando lo que debía. En lugar de eso, la joven de cabellos tan intensos como la sangre que tan importante era en aquella estancia, permanecía apoyada tras una de las cortinas en un intento de serenarse. Aquel elegante vestido encorsetado de color blanco, cuya falda de encaje trasparente tanto dejaba a la vista, se le antojaba afixiante, sencillamente. Podía delinear perfectamente su figura, afinar la blancura de su piel y resaltar el rojo de su melena y de sus labios con forma de corazón, pero eso no ayudaba a que se sintiera cómoda. La creciente sensación de ser un objeto, la muñeca que siempre se había sentido y que ahora era, tal y como denotaba la marca de su tobillo, carne de ganado exhibida con el mejor envoltorio, era demasiado opresiva. Y no solo eso, sino que lo que la rodeaba no podía sino asquearla... No era el hecho de ser mordida, algo que aceptó desde el principio, sino la perversión en forma de jadeos, gemidos, y lascivia presentes en cada rincón. Que la llamasen estúpida o ignorante, pero no lo había imaginado así, quizá porque en esencia seguía siendo pura, al menos más que la mayoría, y el pecado carnal nunca había estado presente en su vida; quizá porque cuando él la mordió, aunque sintió algo parecido al erotismo apoderarse de ella, no fue vulgar ni obsceno, como sí le parecía lo que tenía delante.
La cortina fue apartada, dando paso a un pequeño grupo de vampiros, dos hombres y una mujer, que arrastraban a un tembloroso niño repentinamente mucho más pálido. La sangre manaba como hilillos en varias zonas de su cuello, manchándole la camisa, y demasiado parecida a la que surcaba los labios de los no muertos... Y uno de ellos la observó, soltando al pequeño y dando un par de pasos hacia ella. Fue demasiado, y de repente, todo se le olvidó. Las promesas, la salvación, las deudas, e incluso lo que había leído en las líneas del destino... Todo quedó apartado, incapaz de recordar nada de eso, incapaz de que nada tuviera importanncia. Violine observó al extraño, con el horror en su mirada. No se paró tampoco a sopesar las opciones o posibles consecuencias, ni si quiera las represalias que podría traerle lo que a continuación hizo: cogió una de las copas de la mesa que tenía al lado, sin mirar si estaba llena o vacía, y la lanzó hacia la cara del desconcertado vampiro... No se quedó para mirar si acertaba en su puntería, que así había sido, ni a esperar cualquier reacción. Presa de ese pavor y angustia que se habían comenzado a formar nada más entró en aquel lugar, la joven echó a correr con todas sus fuerzas, sin importarle donde ni ocupado en qué estuviera su "jefe". Con sus atemorizados ojos grises solo buscó una cosa: las escaleras.
Y es que aquello no podía ser tan diferente al infierno que le esperaba ante el inmimente abrazo de la muerte... Y, la verdad, prefería esperar a que eso sucediera antes que comenzar su condena a destiempo.
Y no, no estaba preparada, no estaba superando la prueba ni dando lo que debía. En lugar de eso, la joven de cabellos tan intensos como la sangre que tan importante era en aquella estancia, permanecía apoyada tras una de las cortinas en un intento de serenarse. Aquel elegante vestido encorsetado de color blanco, cuya falda de encaje trasparente tanto dejaba a la vista, se le antojaba afixiante, sencillamente. Podía delinear perfectamente su figura, afinar la blancura de su piel y resaltar el rojo de su melena y de sus labios con forma de corazón, pero eso no ayudaba a que se sintiera cómoda. La creciente sensación de ser un objeto, la muñeca que siempre se había sentido y que ahora era, tal y como denotaba la marca de su tobillo, carne de ganado exhibida con el mejor envoltorio, era demasiado opresiva. Y no solo eso, sino que lo que la rodeaba no podía sino asquearla... No era el hecho de ser mordida, algo que aceptó desde el principio, sino la perversión en forma de jadeos, gemidos, y lascivia presentes en cada rincón. Que la llamasen estúpida o ignorante, pero no lo había imaginado así, quizá porque en esencia seguía siendo pura, al menos más que la mayoría, y el pecado carnal nunca había estado presente en su vida; quizá porque cuando él la mordió, aunque sintió algo parecido al erotismo apoderarse de ella, no fue vulgar ni obsceno, como sí le parecía lo que tenía delante.
La cortina fue apartada, dando paso a un pequeño grupo de vampiros, dos hombres y una mujer, que arrastraban a un tembloroso niño repentinamente mucho más pálido. La sangre manaba como hilillos en varias zonas de su cuello, manchándole la camisa, y demasiado parecida a la que surcaba los labios de los no muertos... Y uno de ellos la observó, soltando al pequeño y dando un par de pasos hacia ella. Fue demasiado, y de repente, todo se le olvidó. Las promesas, la salvación, las deudas, e incluso lo que había leído en las líneas del destino... Todo quedó apartado, incapaz de recordar nada de eso, incapaz de que nada tuviera importanncia. Violine observó al extraño, con el horror en su mirada. No se paró tampoco a sopesar las opciones o posibles consecuencias, ni si quiera las represalias que podría traerle lo que a continuación hizo: cogió una de las copas de la mesa que tenía al lado, sin mirar si estaba llena o vacía, y la lanzó hacia la cara del desconcertado vampiro... No se quedó para mirar si acertaba en su puntería, que así había sido, ni a esperar cualquier reacción. Presa de ese pavor y angustia que se habían comenzado a formar nada más entró en aquel lugar, la joven echó a correr con todas sus fuerzas, sin importarle donde ni ocupado en qué estuviera su "jefe". Con sus atemorizados ojos grises solo buscó una cosa: las escaleras.
Y es que aquello no podía ser tan diferente al infierno que le esperaba ante el inmimente abrazo de la muerte... Y, la verdad, prefería esperar a que eso sucediera antes que comenzar su condena a destiempo.
Violine- Gitano
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Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Es un perfecto caballero, un hombre de negocios que le brinda a su gente la oportunidad de cenar de buenas maneras sin llamar la atención... Aparentemente perfecto, roto por dentro, eso sí, pero perfecto por fuera... Asiente a las palabras de Elysse, manteniendo la sonrisa cortés y degustando su copa de vino. Era bastante metódico en los horarios para alimentarse, y a él aún le faltaba una hora larga para comenzar a tener hambre. Podría alimentarse ahora mismo, sí, pero tampoco ve la necesidad y, por el momento, es mejor dejarse ver de cara el público:
-Será una noche digna para el recuerdo, no os quepa duda... Gracias por el cumplido, me encargo de traer lo mejor de la ciudad para disfrute de los presentes... Respecto a alguna recomendación... -Mira a su alrededor, observando el ir y venir de sus muñecas... Sus ojos azules pasan por tres en concreto, centrándose comercialmente en dos y personalmente en una. Señala con dos movimientos de cabeza a Prudence y a Lilith, dejando que Elysse las identifique.Las dos son recientes adquisiciones... Ambas vírgenes. Prudence, la de color de cabello oscuro, es de una clase social alta alemana, por lo que, al margen de alimentarse y contemplar su belleza, podríais hasta mantener una conversación interesante.... Por otra parte Lilith conserva el encanto de los Dioses del Norte, una belleza etérea, aspecto infantil y piel marmórea... La elección es vuestra, Elysse, y el cobro ya sabe donde se realiza... Ahora, si me disculpáis... -Deposita otro suave beso en el dorso de la mano de la vampiresa y, ahora sí, se encarga de lo personal.
En apenas cinco segundos ha recorrido la distancia que lo separaba de Wendy y el cliente forzoso... Si fuese cualquier otra le daría igual, pero Wendy es suya, su muñeca, y no está dispuesto a dejar que nadie la toquee... Menos aún gratis. Por ello mismo termina en la espalda del vampiro, carraspeando de forma profunda, potente y peligrosa:
-Será mejor que os busquéis otra, monsieur... -El vampiro se gira, y él clava sus ojos azules en los del contrario. No lo conoce, y por su aspecto debe de ser uno de los nuevos que no entiende las normas ni conoce al dueño. Parece algo ansioso, o eso se demuestra cuando le lanza la mano al cuello... No lo alcanza, puesto que en dos rápidos movimientos le ha agarrado de la muñeca y se la ha partido. Lo lanza contra las escaleras, girándose hacia él sin borrar la sonrisa. -Creo que su noche ya ha acabado. Chicos, enseñadle la salida... -Dicho y hecho todo, se gira hacia Wendy.
Espectacular, como siempre, y su sangre huele tan deliciosa como antaño... Ahora que la ve así entiende por qué es suya y de nadie más. Estira una de sus manos y le aparta el pelo del cuello en un único gesto, rozando el mismo en el proceso. parece que va a hacer algo, que va a comenzar una conversación, pero el sonido de cristales rotos termina por romper la atmósfera. Se gira hacia la fuente del sonido, el tiempo justo como para contemplar como una muchacha de cabellera ígnea se precipita corriendo hacia las escaleras. La reconoce al instante, Violine, la nueva... SI piensa que va a dejarla escapar así por las buenas no lo conoce, y es que, en efecto, no tiene ni idea de cómo es, ella solo ha visto lo que Jared le ha dejado ver, o al menos eso cree.
Por ello mismo, aprovechando que sus hombres le ponen pegas, recorre la distancia que le separa de las escaleras, terminando en la espalda de Violine y posando una mano en su hombro:
-Violine... No os preocupéis, entiendo que estéis algo... Nerviosa, es vuestra primera noche. -Reconoce ese miedo, de sobra, y por ello mismo es por lo que utiliza sus habilidades a plena potencia, estando dispuesto a calmarla, por las buenas o por las malas.- Subid a uno de los reservados y en unos instantes subiré yo si lo deseáis... Y allí podremos hablar. Y a vos, monsieur LeBlanc, disculpe las molestias, tiene descuento en copas o en cualquier muñeca que desee para alimentarse.
El vampiro parece quedarse satisfecho... Pero él, obviamente, no: Le ha tirado una copa a la cara, ha manchado el suelo y encima tiene que rebajar los precios para no perder un cliente... Sus normas son estrictas, y una señal de desobediencia implica castigo... Un detalle que, mira qué casualidad, se le olvidó mencionarle a la joven pelirroja.
-Será una noche digna para el recuerdo, no os quepa duda... Gracias por el cumplido, me encargo de traer lo mejor de la ciudad para disfrute de los presentes... Respecto a alguna recomendación... -Mira a su alrededor, observando el ir y venir de sus muñecas... Sus ojos azules pasan por tres en concreto, centrándose comercialmente en dos y personalmente en una. Señala con dos movimientos de cabeza a Prudence y a Lilith, dejando que Elysse las identifique.Las dos son recientes adquisiciones... Ambas vírgenes. Prudence, la de color de cabello oscuro, es de una clase social alta alemana, por lo que, al margen de alimentarse y contemplar su belleza, podríais hasta mantener una conversación interesante.... Por otra parte Lilith conserva el encanto de los Dioses del Norte, una belleza etérea, aspecto infantil y piel marmórea... La elección es vuestra, Elysse, y el cobro ya sabe donde se realiza... Ahora, si me disculpáis... -Deposita otro suave beso en el dorso de la mano de la vampiresa y, ahora sí, se encarga de lo personal.
En apenas cinco segundos ha recorrido la distancia que lo separaba de Wendy y el cliente forzoso... Si fuese cualquier otra le daría igual, pero Wendy es suya, su muñeca, y no está dispuesto a dejar que nadie la toquee... Menos aún gratis. Por ello mismo termina en la espalda del vampiro, carraspeando de forma profunda, potente y peligrosa:
-Será mejor que os busquéis otra, monsieur... -El vampiro se gira, y él clava sus ojos azules en los del contrario. No lo conoce, y por su aspecto debe de ser uno de los nuevos que no entiende las normas ni conoce al dueño. Parece algo ansioso, o eso se demuestra cuando le lanza la mano al cuello... No lo alcanza, puesto que en dos rápidos movimientos le ha agarrado de la muñeca y se la ha partido. Lo lanza contra las escaleras, girándose hacia él sin borrar la sonrisa. -Creo que su noche ya ha acabado. Chicos, enseñadle la salida... -Dicho y hecho todo, se gira hacia Wendy.
Espectacular, como siempre, y su sangre huele tan deliciosa como antaño... Ahora que la ve así entiende por qué es suya y de nadie más. Estira una de sus manos y le aparta el pelo del cuello en un único gesto, rozando el mismo en el proceso. parece que va a hacer algo, que va a comenzar una conversación, pero el sonido de cristales rotos termina por romper la atmósfera. Se gira hacia la fuente del sonido, el tiempo justo como para contemplar como una muchacha de cabellera ígnea se precipita corriendo hacia las escaleras. La reconoce al instante, Violine, la nueva... SI piensa que va a dejarla escapar así por las buenas no lo conoce, y es que, en efecto, no tiene ni idea de cómo es, ella solo ha visto lo que Jared le ha dejado ver, o al menos eso cree.
Por ello mismo, aprovechando que sus hombres le ponen pegas, recorre la distancia que le separa de las escaleras, terminando en la espalda de Violine y posando una mano en su hombro:
-Violine... No os preocupéis, entiendo que estéis algo... Nerviosa, es vuestra primera noche. -Reconoce ese miedo, de sobra, y por ello mismo es por lo que utiliza sus habilidades a plena potencia, estando dispuesto a calmarla, por las buenas o por las malas.- Subid a uno de los reservados y en unos instantes subiré yo si lo deseáis... Y allí podremos hablar. Y a vos, monsieur LeBlanc, disculpe las molestias, tiene descuento en copas o en cualquier muñeca que desee para alimentarse.
El vampiro parece quedarse satisfecho... Pero él, obviamente, no: Le ha tirado una copa a la cara, ha manchado el suelo y encima tiene que rebajar los precios para no perder un cliente... Sus normas son estrictas, y una señal de desobediencia implica castigo... Un detalle que, mira qué casualidad, se le olvidó mencionarle a la joven pelirroja.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
El infierno… Se puede describir de esa forma a cualquier evento que no sea del completo agrado para una persona, hace alusión al simple hecho de estar rodea do de cosas inimaginables, acciones que se ven desde una perspectiva aparentemente objetiva decadentes, miserables, vanos… Así es como Cannette podría describir el suceso en el que se han visto envueltas ella y su hermana, sin embargo, en su mente se mantiene el plan que seguirán para salir de allí con vida. Nada es más importante que descubrir el misterio que les envuelve, aquel que les rodea desde el instante de su concepción. De regreso a la barra piensa nítidamente, palabras arrojadas al viento en forma de promesas, recuerdos nublados con el pasar de los años, los susurros que les dejaron, su legado… En un instante lo recuerda todo y emprende un análisis más profundo, comprende los actos la desencarnados que llevaron a Ankhiara a creer que aquello sería la mejor opción. Una salida rápida, una fuga quizá a la miseria en la que se encontraban, esas fueron las primeras ideas que le llegaron a la cabeza, no obstante, ninguna era lo suficientemente bien fundamentada como para sustentar el aparente suicidio que estaban cometiendo; dentro de su cabeza un de serie de pensamientos enmarañados se descubren, escruta cada uno de ellos, los observa desde diferentes perspectivas, alucina, crea…
Al coger una copa con contenido viscoso, sonríe con amargura. Una sonrisa que solo se le había visto a Ankhiara – ¡Ya lo entendí! – Le comunica a su hermana en un susurro, aparta la vista de la copa y hace que su gemela la observe directamente a los ojos, frunce el ceño clavando su gélida mirada en la pupila de Ankhiara ¿Cómo es posible que alguien con tanta dulzura demuestre frivolidad? Sencillo, es la chispa de maldad escondida en lo más profundo de su ser, esa misma que puede generar el más letárgico fuego de miseria y devastación – No pretendéis entregaros, lo que vos queréis es… - Un huesudo dedo calla sus labios. Ver a su propia hermana frente a ella es como admirarse así misma en un espejo, sin embargo, el reflejo que admira Cannette ahora no tiene ni una pisca de chica sumisa, tampoco le gusta ser el paria de nadie al menos que saque una notoria ventaja de todo aquello. Es así como Cannette comprende el plan oculto detrás de una fachada bien planteada.
- No digáis más, esto será un trueque… El sabor por conocimiento es un trato justo, si en determinado caso algún imbécil intenta colmar mi paciencia, sabéis hermana que no soy mansita… Vos estáis dentro del trato y esperaba que lo comprendieras, ahora poneros a trabajar… Usad vuestra inteligencia, después os enseñaré a develaros más – Responde Ankhiara con un tono de voz similar a los susurros, en sus ojos no se vislumbraba nada más que una misteriosa sed, una sensación antigua, el poder y el deseo; una combinación letal de suplementos para darle a su vida un enfoque más bestial de lo que esta acostumbrada, aprendió del engaño tras su gira con los gitanos, estudió la maldad después del resurgimiento de aquellos pergaminos mágicos, se envenenó de poder al sentir lo que sus fuerzas pueden realizar. En su mente una sola idea que al parecer ahora comparte exclusivamente con Cannette, manipular las trampas que el destino les deparó, aprovechar las ataduras que se ciernen sobre ellas, ser las marionetas de un gran titiritero y después… ¿Jugar con fuego?
Ambas cogen las bandejas con copas encima, se separan para cubrir el pedido, ambas tienen en cuenta que no siempre estarán juntas, pero se seguirán cuidando la una a la otra sin remedio, por ahora...
Al coger una copa con contenido viscoso, sonríe con amargura. Una sonrisa que solo se le había visto a Ankhiara – ¡Ya lo entendí! – Le comunica a su hermana en un susurro, aparta la vista de la copa y hace que su gemela la observe directamente a los ojos, frunce el ceño clavando su gélida mirada en la pupila de Ankhiara ¿Cómo es posible que alguien con tanta dulzura demuestre frivolidad? Sencillo, es la chispa de maldad escondida en lo más profundo de su ser, esa misma que puede generar el más letárgico fuego de miseria y devastación – No pretendéis entregaros, lo que vos queréis es… - Un huesudo dedo calla sus labios. Ver a su propia hermana frente a ella es como admirarse así misma en un espejo, sin embargo, el reflejo que admira Cannette ahora no tiene ni una pisca de chica sumisa, tampoco le gusta ser el paria de nadie al menos que saque una notoria ventaja de todo aquello. Es así como Cannette comprende el plan oculto detrás de una fachada bien planteada.
- No digáis más, esto será un trueque… El sabor por conocimiento es un trato justo, si en determinado caso algún imbécil intenta colmar mi paciencia, sabéis hermana que no soy mansita… Vos estáis dentro del trato y esperaba que lo comprendieras, ahora poneros a trabajar… Usad vuestra inteligencia, después os enseñaré a develaros más – Responde Ankhiara con un tono de voz similar a los susurros, en sus ojos no se vislumbraba nada más que una misteriosa sed, una sensación antigua, el poder y el deseo; una combinación letal de suplementos para darle a su vida un enfoque más bestial de lo que esta acostumbrada, aprendió del engaño tras su gira con los gitanos, estudió la maldad después del resurgimiento de aquellos pergaminos mágicos, se envenenó de poder al sentir lo que sus fuerzas pueden realizar. En su mente una sola idea que al parecer ahora comparte exclusivamente con Cannette, manipular las trampas que el destino les deparó, aprovechar las ataduras que se ciernen sobre ellas, ser las marionetas de un gran titiritero y después… ¿Jugar con fuego?
Ambas cogen las bandejas con copas encima, se separan para cubrir el pedido, ambas tienen en cuenta que no siempre estarán juntas, pero se seguirán cuidando la una a la otra sin remedio, por ahora...
Ankhiara - Cannette- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 03/07/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Vampiros. Vampiros de verdad. Vampiros de verdad como aquella joven que había conocido en las calles de París hacía a penas unos días. O como el joven que regentaba el lugar al que se dirigía.
Arlette miraba por la ventana del carruaje nerviosa. Escaparse de su casa no había sido tarea facil pero lo había conseguido. Normalmente tenía la ayuda de su abuela para hacerlo pero esta vez ella no podía saber a donde se dirigía.
No recordaba con claridad la razón por la que había aceptado aquel tipo de trabajo. Lo que si recordaba era aquella promesa de inmortalidad y de verse rodeada con aquello que tanto admiraba. ¿Cómo seria saciar la sed de un ser de la noche?
El carruaje paró. Ya había llegado al lugar. Esperaba que no fuese demasiado tarde. Se arregló con cuidado el tocado de su cabello y alisó la falda una vez hubo bajado. Por fuera el local no parecía gran cosa (?) pero su interior era exquisito.
Se quedó parada en la puerta, sin saber muy bien como actuar, observandolo todo. Quedándose con el más nimio detalle.
Arlette miraba por la ventana del carruaje nerviosa. Escaparse de su casa no había sido tarea facil pero lo había conseguido. Normalmente tenía la ayuda de su abuela para hacerlo pero esta vez ella no podía saber a donde se dirigía.
No recordaba con claridad la razón por la que había aceptado aquel tipo de trabajo. Lo que si recordaba era aquella promesa de inmortalidad y de verse rodeada con aquello que tanto admiraba. ¿Cómo seria saciar la sed de un ser de la noche?
El carruaje paró. Ya había llegado al lugar. Esperaba que no fuese demasiado tarde. Se arregló con cuidado el tocado de su cabello y alisó la falda una vez hubo bajado. Por fuera el local no parecía gran cosa (?) pero su interior era exquisito.
Se quedó parada en la puerta, sin saber muy bien como actuar, observandolo todo. Quedándose con el más nimio detalle.
Invitado- Invitado
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Sus ahora delicadas manos sostienen una bandeja con 4 copas. 4 copas llenas de líquido rojo que huele a hierro, según la dulce rubia que las sostiene. hierro, Metal...Así olerá su sangre? Lo que ella ignoraba es que su sangre era exquisita y extraña.
Unos vampiros le hicieron seña con su mano, a lo que ella fue con su sonrisa traviesa. Les entregó las copas y uno de ellos besó su cuello, justo donde se siente el pulso. Sus ojos aguamarina se abrieron ante la sorpresa de eso, su piel respondió encendiendo sus mejillas y su cuerpo se estremeció.
Les sonrió un poco pertubada y se dirigió por más copas. Se sentía observada. Como una muñeca en un estante, esperando ser utilizada. ¿Por qué había aceptado? Por las ansias de saber más y ser algo en su vida, ser alguien.
Unos vampiros le hicieron seña con su mano, a lo que ella fue con su sonrisa traviesa. Les entregó las copas y uno de ellos besó su cuello, justo donde se siente el pulso. Sus ojos aguamarina se abrieron ante la sorpresa de eso, su piel respondió encendiendo sus mejillas y su cuerpo se estremeció.
Les sonrió un poco pertubada y se dirigió por más copas. Se sentía observada. Como una muñeca en un estante, esperando ser utilizada. ¿Por qué había aceptado? Por las ansias de saber más y ser algo en su vida, ser alguien.
Audrey Murchois- Humano Clase Media
- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 12/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
La fiesta seguia y ella estaba sirviendo algunas copas a unos vampiros. La noche estaba teñida de rojo sangre y ella estaba vestida de ese color ya que era el color favorito de ella. Luego obseró que Jared se acercaba a una clienta. Luego vio a Wendy la mas hermosa pelirroja que habia visto, no se podía negar su belleza y por eso era la preferida de Jared.
Si me disculpan debo irme- les dije a los vampiros con los que había pasado un buen rato. Me levante de la mesa en la que estaba y camine tranquilamente por las mesa que me rodeaban y varias manos pasaban por detrás rozando mis muslos. Luego llegué a la barra y me quede mirando al barmán y le pido algo para tomar. Un wisky por favor, necesito algo fuerte- le dije al barmán mientras me serviá el wisky y lo mire con agradecimiento. Me da un vaso de wisky con la mitad del vaso lleno y lo agarré tomando un sorbo.
Si me disculpan debo irme- les dije a los vampiros con los que había pasado un buen rato. Me levante de la mesa en la que estaba y camine tranquilamente por las mesa que me rodeaban y varias manos pasaban por detrás rozando mis muslos. Luego llegué a la barra y me quede mirando al barmán y le pido algo para tomar. Un wisky por favor, necesito algo fuerte- le dije al barmán mientras me serviá el wisky y lo mire con agradecimiento. Me da un vaso de wisky con la mitad del vaso lleno y lo agarré tomando un sorbo.
Brisa Grinfid- Humano Clase Alta
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 05/06/2010
Localización : Paris
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Acalaración OffRol: Viendo la escasa afluencia vampírica que está teniendo esto os invito, queridas mías, a que roleéis entre vosotras. Sería interesante barra productizo que surgeisen amistades, enemistades, rencillas o simpatías entre unas y otras, al fin y al cabo trabajáis de lo mismo y tenéis el mismo dueño, entreteniendoos hasta que entre algún cliente PJ.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
La pequeña joven de la puerta se acercó con cuidado a la barra, intentando acostumbrarse a aquella sensación gélida que sentía. Se sentó en una de las sillas que había cerca del mueble (?), fijándose en una mujer madura (?). Muy bella.
Realmente no sabía que hacer.
- Uhm... ¿vodka? - Miró al camarero pidiendole algo de bebida. Su abuela lo bebía constantemente y tenía curiosidad por conocer su sabor.
Realmente no sabía que hacer.
- Uhm... ¿vodka? - Miró al camarero pidiendole algo de bebida. Su abuela lo bebía constantemente y tenía curiosidad por conocer su sabor.
Invitado- Invitado
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