AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
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Jared Stroganoff
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La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Recuerdo del primer mensaje :
Una de las cosas que más le gustaba era organizar una pequeña fiesta "privada" una vez al mes. Bajaba los precios, realizaba ofertas asequibles y no solía faltar nadie que no estuviera dispuesto a pasar un buen rato y, de paso, cenar...
Y hoy, Viernes noche, era una de esas noches especiales. Se había vestido de gala para la ocasión, un elegante traje negro adornado con un sombrero a juego. En la primera planta, como de costumbre, habían algunos humanos bebiendo y fumando, atendidos por sus camareras... Era en la segunda planta donde se organizaba el susodicho evento.
Todo había sido preparado para la ocasión. Destinadas en un habitáculo al margen tenía a tres de sus muñecas, una de cada clase o clasificación, sirviendo como reservorios para las copas de sangre. El resto se encargaban de repartir dichas copas o de servir de alimento si algún vampiro o vampiresa estaba dispuesto a pagar por algo más privado. Las pequeñas estancias rodeadas de cortinas de seda se encontraban en perfectas condiciones, así como los reservados, preparados para cualquier tipo de fantasía por parte de sus invitados.
Claro quedaba por las marcas en los tobillos de sus chicas, las cuales quedaban a la vista puesto que las obligaba a ir descalzas y con ropajes algo más cómodos y ligeros, enseñando más porciones de piel, que se trataban de muñecas y que, en efecto, se podía pujar por ellas, algo que muchos de sus clientes habituales ya sabían pero que no venía mal recordar a los nuevos. Él, mientras tanto, agita suavemente una copa de vino, sentado en uno de los sofás de tela blanca como la nieve, observando el ir y venir de la gente, las succciones, los jadeos de alguna de sus chicas siendo mordida, las conversaciones que se van dando a su alrededor...
La fiesta acaba de comenzar y Jared, por consiguiente, sonríe.
Aclaraciones: Este rol es para todos los vampiros que quieran asistir, así como para mis muñecas de sangre. Sois libres de rolear entre vosotros como os plazca (uno contrata a una muñeca, o charla con otro vampiro y entre los dos pagan una, o únicamente charláis y bebéis copas... Como queráis). En todo caso, si contratáis un servicio, pagaréis cuando os marchéis, y no, Jared no es tan idiota como para dejaros ir sin pagar, tiene un estricto control sobre los negocios de sus chicas.
En el caso de requerir servicios sexuales tenéis los reservados, aunque eso lo haréis en un tema aparte abierto en esta mismo subforo. Advertiros de que, si la muñeca es virgen, tendréis que consultarlo OnRol con Jared y OffRol con la user (primero con la user, si os da el visto bueno se llega a un acuerdo OnRol). Sed, sobretodo, consecuentes. Un vampiro de clase media no podrá permitirise desvirgar a una muñeca de clase alta o exclusiva, pero sí podría perfectamente alimentarse de una de clase media-alta virgen sin problemas.
Dicho esto, podéis divertiros... Y disfrutad de la cena.
Una de las cosas que más le gustaba era organizar una pequeña fiesta "privada" una vez al mes. Bajaba los precios, realizaba ofertas asequibles y no solía faltar nadie que no estuviera dispuesto a pasar un buen rato y, de paso, cenar...
Y hoy, Viernes noche, era una de esas noches especiales. Se había vestido de gala para la ocasión, un elegante traje negro adornado con un sombrero a juego. En la primera planta, como de costumbre, habían algunos humanos bebiendo y fumando, atendidos por sus camareras... Era en la segunda planta donde se organizaba el susodicho evento.
Todo había sido preparado para la ocasión. Destinadas en un habitáculo al margen tenía a tres de sus muñecas, una de cada clase o clasificación, sirviendo como reservorios para las copas de sangre. El resto se encargaban de repartir dichas copas o de servir de alimento si algún vampiro o vampiresa estaba dispuesto a pagar por algo más privado. Las pequeñas estancias rodeadas de cortinas de seda se encontraban en perfectas condiciones, así como los reservados, preparados para cualquier tipo de fantasía por parte de sus invitados.
Claro quedaba por las marcas en los tobillos de sus chicas, las cuales quedaban a la vista puesto que las obligaba a ir descalzas y con ropajes algo más cómodos y ligeros, enseñando más porciones de piel, que se trataban de muñecas y que, en efecto, se podía pujar por ellas, algo que muchos de sus clientes habituales ya sabían pero que no venía mal recordar a los nuevos. Él, mientras tanto, agita suavemente una copa de vino, sentado en uno de los sofás de tela blanca como la nieve, observando el ir y venir de la gente, las succciones, los jadeos de alguna de sus chicas siendo mordida, las conversaciones que se van dando a su alrededor...
La fiesta acaba de comenzar y Jared, por consiguiente, sonríe.
Aclaraciones: Este rol es para todos los vampiros que quieran asistir, así como para mis muñecas de sangre. Sois libres de rolear entre vosotros como os plazca (uno contrata a una muñeca, o charla con otro vampiro y entre los dos pagan una, o únicamente charláis y bebéis copas... Como queráis). En todo caso, si contratáis un servicio, pagaréis cuando os marchéis, y no, Jared no es tan idiota como para dejaros ir sin pagar, tiene un estricto control sobre los negocios de sus chicas.
En el caso de requerir servicios sexuales tenéis los reservados, aunque eso lo haréis en un tema aparte abierto en esta mismo subforo. Advertiros de que, si la muñeca es virgen, tendréis que consultarlo OnRol con Jared y OffRol con la user (primero con la user, si os da el visto bueno se llega a un acuerdo OnRol). Sed, sobretodo, consecuentes. Un vampiro de clase media no podrá permitirise desvirgar a una muñeca de clase alta o exclusiva, pero sí podría perfectamente alimentarse de una de clase media-alta virgen sin problemas.
Dicho esto, podéis divertiros... Y disfrutad de la cena.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Tomo otro trago de wisky para luego escuchar a una muchacha que pedía un vodka, se giró para ver de donde provenía la voz y la chica estaba a unos cuantos pasos de ella. Briza caminó hasta ella para ver quien era y al llegar se sento a su lado. También nesecita algo fuerte por lo que puedo obserbar- le comente mirandola con amabilidad.
Soy Briza Muller una de las muñecas de Jared- me presente con amabilidad y cortesia. Esto era algo muy común para mí, conocer vampiros ya que casi todos sus conocidos lo eran. Pero quería saber como se sentían las demas con este trabajo tan inusual para los humanos.
Soy Briza Muller una de las muñecas de Jared- me presente con amabilidad y cortesia. Esto era algo muy común para mí, conocer vampiros ya que casi todos sus conocidos lo eran. Pero quería saber como se sentían las demas con este trabajo tan inusual para los humanos.
Brisa Grinfid- Humano Clase Alta
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 05/06/2010
Localización : Paris
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
La muchacha cogió el vaso con la bebida entre sus manos en cuanto el camarero lo sirvió. Se quedó ensimismada mirando los cubitos que flotaban en medio del vaso, dando un pequeño brinco (?) al escuchar la voz de una mujer a su lado. La mujer que había mirado antes.
- ¿Fuerte? - Se acercó el vaso a la nariz, realmente olía a alcohol puro. Como el que se utilizaba para curar las heridas. - Vaya, si lo parece... debo confesarle que es la primera vez que bebo este tipo de... cosa. - Dijo refiriéndose a las bebidas alcoholicas. Cosa que era verdad en parte puesto que muchas veces había bajado a la bodega de su padre, probando distintos vinos (?).
- Arlette Méritens. - Hizo una reverencia al presentarse, como acostumbraba a hacer con toda la gente a la que era presentada. - Es mi primer día y estoy un poco perdida. De hecho no sé como he llegado aquí. A esta situación me refiero. - Malditos nervios.
- ¿Fuerte? - Se acercó el vaso a la nariz, realmente olía a alcohol puro. Como el que se utilizaba para curar las heridas. - Vaya, si lo parece... debo confesarle que es la primera vez que bebo este tipo de... cosa. - Dijo refiriéndose a las bebidas alcoholicas. Cosa que era verdad en parte puesto que muchas veces había bajado a la bodega de su padre, probando distintos vinos (?).
- Arlette Méritens. - Hizo una reverencia al presentarse, como acostumbraba a hacer con toda la gente a la que era presentada. - Es mi primer día y estoy un poco perdida. De hecho no sé como he llegado aquí. A esta situación me refiero. - Malditos nervios.
Invitado- Invitado
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Estupidez. El dueño de este local se estaba forrando porque unas imbéciles humanas prestaban su sangre a los vampiros, todo bastante fácil de conseguir. Que hombre era ese? Tanto se aburría para crear un bar así? Me resultaba patético, donde estaban los vampiros de verdad? Aquellos que atacaban a sus víctimas de sorpresa, desgarrándolas de sus prendas, hasta beber toda su sangre? Estaba claro que no iba a querer conocer al dueño de este antro, solo había venido para conocer a los rostros vampíricos de la ciudad, pero viendo como estaba el ambiente, bien me iba aburrir ahí dentro. No tenía sed puesto que había bebido ya antes de llegar a este local, así que iba bien alimentada por el momento.
Me había puesto uno de mis grandes trajes sin estrenar, uno dorado con adornos negros, un escote que no dejaba ver mas salvo para la imaginación de aquellos, por eso usaba esos vestidos para hacer resaltar mi esbelta figura, haciendo que todos los hombres se girasen nada mas verme, incluso las mujeres. Llevaba el pelo recogido dejándome unos mechones sueltos y rizados cayendo por mi pálida piel olivacea rostro porcelana, dejando rastro de mi olor habitual en mi, flores frescas, a eso olía yo, incluso cuando aún era una humana. A medida que paseaba por el local, pude escuchar como una chica se presentaba y se preguntaba como había podido parar aquí. Quizá podría persuadirla para que me acompañara a dar una vuelta, y acabar con su vida, pero no, hoy no quería manchar mi espléndido vestido, necesitaba conocer a un buen humano de alto rango para llegar al poder de lo mas alto, sin importarme a quién pisoteaba por el camino. Otra mujer se presento, una tal Briza diciendo que era la muñeca de Jared, así que Jared era como se llamaba aquel hombre. Porque no acabar con todas sus muñecas en menos de cinco segundos? La sensación me recorrió entera del placer, imaginándome como mataba una por una a las humanas del local, pero me contuve, simplemente miraba a las humanas con arrogancia y frialdad, sin dirigirme a ellas. Llegue hasta la barra donde un camarero me dijo que quería. Buena pregunta jovencito, no quiero nada, solo estoy aquí para ver el ridículo antro que tiene montado tu jefe. Sin embargo, le pedí una pequeña copa de vino, cosa que me la sirvió en nada, después le pagué y me lo bebí de un solo trago, girándome y mirando a mi alrededor, sintiéndome la reina allá por donde pisaba, mientras las miradas se dirigían a mi preguntándose entre susurros quién era la que acababa de entrar. Me había fijado en que cada una de esas humanas llevaba un feo tatuaje en sus tobillos, seguramente para identificarlas, también llevaban vestidos y enseñaban mas de la cuenta. Si, sin duda este era un lugar para vampiros y hombres desesperados, como un burdel de mala muerte, después deje el vaso encima de la mesa haciendo algo de ruido, caminando hacia la salida para marcharme de allí, había visto de reojo a ese tal Jared, creyéndose que tenía el mejor negocio del mundo, inútil aburrido. Sonreí con suficiencia, no pensaba venir mas a este sitio, prefería seguir mi propio juego, mis propias reglas a la hora de cazar y de beber, sin que un estúpido vampiro me tuviera que estar cobrando por ello.
Me había puesto uno de mis grandes trajes sin estrenar, uno dorado con adornos negros, un escote que no dejaba ver mas salvo para la imaginación de aquellos, por eso usaba esos vestidos para hacer resaltar mi esbelta figura, haciendo que todos los hombres se girasen nada mas verme, incluso las mujeres. Llevaba el pelo recogido dejándome unos mechones sueltos y rizados cayendo por mi pálida piel olivacea rostro porcelana, dejando rastro de mi olor habitual en mi, flores frescas, a eso olía yo, incluso cuando aún era una humana. A medida que paseaba por el local, pude escuchar como una chica se presentaba y se preguntaba como había podido parar aquí. Quizá podría persuadirla para que me acompañara a dar una vuelta, y acabar con su vida, pero no, hoy no quería manchar mi espléndido vestido, necesitaba conocer a un buen humano de alto rango para llegar al poder de lo mas alto, sin importarme a quién pisoteaba por el camino. Otra mujer se presento, una tal Briza diciendo que era la muñeca de Jared, así que Jared era como se llamaba aquel hombre. Porque no acabar con todas sus muñecas en menos de cinco segundos? La sensación me recorrió entera del placer, imaginándome como mataba una por una a las humanas del local, pero me contuve, simplemente miraba a las humanas con arrogancia y frialdad, sin dirigirme a ellas. Llegue hasta la barra donde un camarero me dijo que quería. Buena pregunta jovencito, no quiero nada, solo estoy aquí para ver el ridículo antro que tiene montado tu jefe. Sin embargo, le pedí una pequeña copa de vino, cosa que me la sirvió en nada, después le pagué y me lo bebí de un solo trago, girándome y mirando a mi alrededor, sintiéndome la reina allá por donde pisaba, mientras las miradas se dirigían a mi preguntándose entre susurros quién era la que acababa de entrar. Me había fijado en que cada una de esas humanas llevaba un feo tatuaje en sus tobillos, seguramente para identificarlas, también llevaban vestidos y enseñaban mas de la cuenta. Si, sin duda este era un lugar para vampiros y hombres desesperados, como un burdel de mala muerte, después deje el vaso encima de la mesa haciendo algo de ruido, caminando hacia la salida para marcharme de allí, había visto de reojo a ese tal Jared, creyéndose que tenía el mejor negocio del mundo, inútil aburrido. Sonreí con suficiencia, no pensaba venir mas a este sitio, prefería seguir mi propio juego, mis propias reglas a la hora de cazar y de beber, sin que un estúpido vampiro me tuviera que estar cobrando por ello.
Invitado- Invitado
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
En su huída hacia las escaleras vio a dos vampiros, ambos hombres de Jared, deteniéndola. Miró a todos lados, presa del terror, cuando notó una fría mano posarse en su hombro desnudo. Se giró, ladeando su porcelanoso rostro hacia el vampiro, habiendo reconocido su presencia al instante, y fijó sus felinos ojos en los suyos, azules e impenetrables... Y al escuchar sus palabras, sintió como si estas penetrasen en su interior a través de esos irises grisáceos, traspasándola, tomando poder en su mente y logrando, si bien no tranquilizarla, al menos sacarla un poco de ese ataque de pánico.
Fue incapaz de hacer otra cosa que no se tratase de asentir, tontamente, mirándole con enorme gratitud... Qué ingenua. Era obvio que no tenía ni idea de lo que le esperaba, no ahora, bajo los efectos de su hechizante poder... Probablemente una vez esperase en el reservado la cosa cambiaría, su naturaleza recelosa saldría a flote y comenzaría a sopesar posibilidades, pero en aquel momento solo podía pensar que estaba agradecida ante la comprensión que su jefe, por llamarle de alguna forma, había manifestado hacia ella. Violine logró recuperar un poco la compostura, realizando una elegante reverencia a modo de respetuosa despedida, y se encaminó hacia las escaleras contrarias a las que antes perseguía, las que daban a la tercera planta.
De camino a estas pudo ver a una vampiresa que vestía un ostentoso traje dorado con adornos negros: tomaba una copa de vino, la expresión de su cara era similar a la de alguien que no hubiera conseguido hacer de vientre en una semana, y su mirada destilaba altivez y prepotencia... Seguramente, pensó la joven pelirroja, sería porque se consideraba por encima de todo y todos, en poder y hermosura. Sonrió lastimeramente, encontrando a la mujer digna de su compasión... No porque no fuera cierto ya que, en efecto, tenía una belleza arrebatadora, sino porque nada de eso la hacía especial: el noventa por cien de las hijas de la noche eran exactamente iguales, atractivas a más no poder y, en consecuencia, egocéntricas... Y, sin embargo, todas se creían especiales por ser eso mismo, iguales que las demás. Eso era lo que le daba lástima y hacía compadecerse, el ego del ignorante... ¡Ah, cuán cierto era eso de que la abundacia cegaba!
Sin pararse a observarla demasiado tiempo, ya que al fin al cabo no era novedad alguna, Violine alcanzó las escaleras, perdiéndose en su ascenso a estas y desapareciendo de la fiesta... Ignorando aún que lo que le esperaba aquella noche seguramente no lo olvidaría en los pocos meses que le quedaban de vida.
Fue incapaz de hacer otra cosa que no se tratase de asentir, tontamente, mirándole con enorme gratitud... Qué ingenua. Era obvio que no tenía ni idea de lo que le esperaba, no ahora, bajo los efectos de su hechizante poder... Probablemente una vez esperase en el reservado la cosa cambiaría, su naturaleza recelosa saldría a flote y comenzaría a sopesar posibilidades, pero en aquel momento solo podía pensar que estaba agradecida ante la comprensión que su jefe, por llamarle de alguna forma, había manifestado hacia ella. Violine logró recuperar un poco la compostura, realizando una elegante reverencia a modo de respetuosa despedida, y se encaminó hacia las escaleras contrarias a las que antes perseguía, las que daban a la tercera planta.
De camino a estas pudo ver a una vampiresa que vestía un ostentoso traje dorado con adornos negros: tomaba una copa de vino, la expresión de su cara era similar a la de alguien que no hubiera conseguido hacer de vientre en una semana, y su mirada destilaba altivez y prepotencia... Seguramente, pensó la joven pelirroja, sería porque se consideraba por encima de todo y todos, en poder y hermosura. Sonrió lastimeramente, encontrando a la mujer digna de su compasión... No porque no fuera cierto ya que, en efecto, tenía una belleza arrebatadora, sino porque nada de eso la hacía especial: el noventa por cien de las hijas de la noche eran exactamente iguales, atractivas a más no poder y, en consecuencia, egocéntricas... Y, sin embargo, todas se creían especiales por ser eso mismo, iguales que las demás. Eso era lo que le daba lástima y hacía compadecerse, el ego del ignorante... ¡Ah, cuán cierto era eso de que la abundacia cegaba!
Sin pararse a observarla demasiado tiempo, ya que al fin al cabo no era novedad alguna, Violine alcanzó las escaleras, perdiéndose en su ascenso a estas y desapareciendo de la fiesta... Ignorando aún que lo que le esperaba aquella noche seguramente no lo olvidaría en los pocos meses que le quedaban de vida.
Violine- Gitano
- Mensajes : 84
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Aguanta estoico la mirada de Violine, sin dar señal o muestra alguna de lo que tiene pensado para cuando suba al reservado a hacerle compañía. No toleraba las faltas de respeto ni mucho menos los actos de cobardía, y su imparcialidad era más que conocida... Merecía un castigo, y así lo recibiría. Eso ella no lo sabe, ingenua e inconsciente por naturaleza, pero tampoco le es necesario.
Logra su objetivo, que es que se encamine hacia las escaleras contrarias, las ascendentes... Y es entonces cuando su sonrisa vuelve a adquirir ese matiz enigmático e indescifrable y su mirada parece más suya, borrado todo rastro de comprensión. El sonido de una copa recalar en la barra con más fuerza de lo habitual llega a sus oídos, ignorándolo al instante viendo la escasez de importancia.
Así pues decide, entre tanto ajetreo, salir a tomar el aire un rato, se ha dejado ver unas cuantas horas y puede permitirse un descanso, por lo que se encamina hacia la salida con pasos medidos, esquivando a clientes y muñecas por igual. Sin embargo, para cuando va a bajar las escaleras choca con otra mujer de vestido dorado y negro, un choque sutil, casi efímero, que le hace pararse. No hace falta preguntar qué es , queda más que obvio, pero no por ello deja de actuar como buen anfitrión, girándose hacia ella y mirándola fijamente con sus dagas azules, sonriendo de nuevo:
-¿Ya os marcháis, mademoiselle...? La noche es larga y joven, aún quedan horas hasta el alba. -Todo sea por mantener clientes, que alguien se vaya a estas horas no genera beneficios, y eso sí que no lo puede permitir.
Logra su objetivo, que es que se encamine hacia las escaleras contrarias, las ascendentes... Y es entonces cuando su sonrisa vuelve a adquirir ese matiz enigmático e indescifrable y su mirada parece más suya, borrado todo rastro de comprensión. El sonido de una copa recalar en la barra con más fuerza de lo habitual llega a sus oídos, ignorándolo al instante viendo la escasez de importancia.
Así pues decide, entre tanto ajetreo, salir a tomar el aire un rato, se ha dejado ver unas cuantas horas y puede permitirse un descanso, por lo que se encamina hacia la salida con pasos medidos, esquivando a clientes y muñecas por igual. Sin embargo, para cuando va a bajar las escaleras choca con otra mujer de vestido dorado y negro, un choque sutil, casi efímero, que le hace pararse. No hace falta preguntar qué es , queda más que obvio, pero no por ello deja de actuar como buen anfitrión, girándose hacia ella y mirándola fijamente con sus dagas azules, sonriendo de nuevo:
-¿Ya os marcháis, mademoiselle...? La noche es larga y joven, aún quedan horas hasta el alba. -Todo sea por mantener clientes, que alguien se vaya a estas horas no genera beneficios, y eso sí que no lo puede permitir.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Me quede mirando a una mujer que se había detenido a mirarle, era una humana que lucia pocas vestimentas, seguro que una muñeca de esas prostitutas de aquel tal Jared. Tan poco apreciaba su vida como para hacer todo esto? Vale que era una ventaja ser inmortal, tenerlo todo, pero me daba bastante pena que todas estas chicas perdieran las sensaciones, el calor, el juego. Yo no había tenido elección, pero si había podido sentir suficiente el fuego, como tener a un hijo y sentir que era eso. Todas estas chicas eran unas estúpidas humanas, que nunca llegarían a ser nada en la vida, ni para nadie especial, simplemente juguetes para que los vampiros como yo pudiésemos divertirnos a su costa, aunque en realidad a mi me gustaba jugar por mi sola, sin tener que recurrir a nadie. Al bajar cautelosamente las escaleras alguien se choco contra mi, era el dichoso jefe de aquel antro, el tal Jared, finalmente acabe de posar mi mirada penetrante y misteriosa a aquél vampiro que sin duda tendría muchas mas años que yo o igual, no lo sabría decir con certeza. El vampiro era atractivo como todos de nuestras especie, pero para mi significaba uno mas, incluso me atrevería a decir que había visto vampiros mas bellos que ese. La verdad si, si me voy, no me apetece pagar por tener una de tus muñecas, me parece ridículo. Aunque sonreí con una mueca algo falsa al vampiro, mostrando que no me agradaba el lugar.
- Hola señor, si lamento tener que marcharme pero el lugar no es de mi agrado –dije tranquilamente con una gran sonrisa repasando el interior del lugar un momento. –Esto parece mas que un club para hombres, para vampiros viejos sin fuerzas –dije mofándome con tranquilidad, bajando completamente las escaleras, iba a decir algo mas pero era mejor callarme, casi siempre hablaba mas de la cuenta, pero esta vez no quería meterme en problemas con desconocidos. – Prefiero pasear por la noche, que es bastante tranquila y buena. Uno no sabe lo que puede depararle entre las oscuras calles, en vez de tener que quedarme encerrada ahí dentro. Igualmente, ya me he tomado una copa, seguiré con mi paseo. Por cierto, soy Katheryn Van Rowle –dije sin mirarle ninguna sola vez mas, mientras empezaba a caminar por la calle con elegancia y soltura, con tranquilidad, iba a ir a mis aires, aunque había sido descortés y atrevida al decir aquello, me daba igual como me considerasen, yo siempre me sentiría bien conmigo misma, mi sinceridad. No me interesaba aquel antro para nada, así que poco me podría ofrecer, todo lo que quería lo conseguía sin tener que pagar un centavo.
Todas las humanas estarían hechizadas, enloquecidas por aquel hombre, deseosas por ser inmortal y ser bellas para siempre, pero estaba segura que ninguna de ellas sabía lo que les esperaba después de muertas. Era estúpido seguir a un líder cuando uno mismo podría serlo, a mi no me gustaba tener que seguir las órdenes de un hombre, y mucho menos de un vampiro, por eso siempre actuaba sola, y así de bien me había venido. Sin ayuda de nadie, yo solita. Estaba claro que ese bar era para vampiros que apenas solían dar matanza, sus habilidades mágicas fallaban o y a pasaban de matar a gente, se ajuntaban con humanos y tenían relaciones con ellos, cosa que yo apenas hacía salvo si es por conseguir algo, pero ser amiga de un humano? Imposible, solo los utilizaba, no sentía nada al morderles, como si fuera un niño o como si fuera las mayores de las personas.
Katheryn había olvidado toda su humanidad, estaba bajo llave guardada y de allí no iba a salir mas, o eso pensaba ella. Ahora ella era la máquina de matar, la que se divertía haciendo sus propias reglas, su propio juego.
- Hola señor, si lamento tener que marcharme pero el lugar no es de mi agrado –dije tranquilamente con una gran sonrisa repasando el interior del lugar un momento. –Esto parece mas que un club para hombres, para vampiros viejos sin fuerzas –dije mofándome con tranquilidad, bajando completamente las escaleras, iba a decir algo mas pero era mejor callarme, casi siempre hablaba mas de la cuenta, pero esta vez no quería meterme en problemas con desconocidos. – Prefiero pasear por la noche, que es bastante tranquila y buena. Uno no sabe lo que puede depararle entre las oscuras calles, en vez de tener que quedarme encerrada ahí dentro. Igualmente, ya me he tomado una copa, seguiré con mi paseo. Por cierto, soy Katheryn Van Rowle –dije sin mirarle ninguna sola vez mas, mientras empezaba a caminar por la calle con elegancia y soltura, con tranquilidad, iba a ir a mis aires, aunque había sido descortés y atrevida al decir aquello, me daba igual como me considerasen, yo siempre me sentiría bien conmigo misma, mi sinceridad. No me interesaba aquel antro para nada, así que poco me podría ofrecer, todo lo que quería lo conseguía sin tener que pagar un centavo.
Todas las humanas estarían hechizadas, enloquecidas por aquel hombre, deseosas por ser inmortal y ser bellas para siempre, pero estaba segura que ninguna de ellas sabía lo que les esperaba después de muertas. Era estúpido seguir a un líder cuando uno mismo podría serlo, a mi no me gustaba tener que seguir las órdenes de un hombre, y mucho menos de un vampiro, por eso siempre actuaba sola, y así de bien me había venido. Sin ayuda de nadie, yo solita. Estaba claro que ese bar era para vampiros que apenas solían dar matanza, sus habilidades mágicas fallaban o y a pasaban de matar a gente, se ajuntaban con humanos y tenían relaciones con ellos, cosa que yo apenas hacía salvo si es por conseguir algo, pero ser amiga de un humano? Imposible, solo los utilizaba, no sentía nada al morderles, como si fuera un niño o como si fuera las mayores de las personas.
Katheryn había olvidado toda su humanidad, estaba bajo llave guardada y de allí no iba a salir mas, o eso pensaba ella. Ahora ella era la máquina de matar, la que se divertía haciendo sus propias reglas, su propio juego.
Invitado- Invitado
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
El primer gesto que asoma en su rostro ante la expresión de la vampiresa es un alzamiento de una sola de sus cejas. Demasiados años en el negocio, no en este en sí si no en el vampirismo en general, le daban como para conocer los diferentes tipos, por así decirlo, de seres que podrías encontrarte... Y ver tanta falsedad concentrada en una sola sonrisa angelical resultaba algo normal.
Al menos es sincera y deja claro que no le agrada el local, una sinceridad que, aunque no comparta, agradece... Lo que sí que no comparte es la visión que tiene sobre el local en sí. Escucha con suma educación y elegancia todo lo que la vampiresa tiene que decir, y curiosamente va esbozando un amago de sonrisa mientras lo hace, como si él viese o captase algo que a Katheryn, porque así ha dicho que se llama, se le escape... Ah, la juventud, no hacía falta más que mirarla a los ojos para comprobar que era joven y, por lo tanto, ciertamente impulsiva... No existía mucha diferencia entre el crecimiento vampírico y el humano, desde los arrebatos infantiles y sangrientos de los neófitos hasta el creerse el rey del mundo de los jóvenes. Luego estaban casos como los de él, demasiado viejos, curtido y ancianos como para sorprenderse ante nada y poder ver venir las cosas. No puede evitar responderle, con la misma sinceridad desbordante y ciertamente retadora de la que Katheryn ha dejado ver:
-Vuestra opinión es solo vuestra, mademoiselle Rowle... Pero os diré que os equivocáis, aunque no me extraña tampoco, la juventud no suele comprender el objetivo o la empresa de este local. Así pues, que paséis buena noche encontrando algo interesante que hacer. -Se despide, observándola alejarse y despidiéndola con un único gesto antes de girarse de nuevo. Las ganas de tomar el aire han desaparecido y, tras ver que todo está en su sitio, decide acercarse a la barra, donde Briza y Arlette parecen empezar a conocerse. Se planta detrás de la primera, apartándole el pelo del cuello en una sugerente caricia, ambos han tenido más que palabras y queda claro de esa forma:
-Briza, Arlette... ¿Cómo os vais desenvolviendo, joven princesa? -Pregunta refiriéndose a la rubia, traspasándola con sus ojos como puñales, aún con las manos aposentadas en el cuello de la exuberante morena.
Al menos es sincera y deja claro que no le agrada el local, una sinceridad que, aunque no comparta, agradece... Lo que sí que no comparte es la visión que tiene sobre el local en sí. Escucha con suma educación y elegancia todo lo que la vampiresa tiene que decir, y curiosamente va esbozando un amago de sonrisa mientras lo hace, como si él viese o captase algo que a Katheryn, porque así ha dicho que se llama, se le escape... Ah, la juventud, no hacía falta más que mirarla a los ojos para comprobar que era joven y, por lo tanto, ciertamente impulsiva... No existía mucha diferencia entre el crecimiento vampírico y el humano, desde los arrebatos infantiles y sangrientos de los neófitos hasta el creerse el rey del mundo de los jóvenes. Luego estaban casos como los de él, demasiado viejos, curtido y ancianos como para sorprenderse ante nada y poder ver venir las cosas. No puede evitar responderle, con la misma sinceridad desbordante y ciertamente retadora de la que Katheryn ha dejado ver:
-Vuestra opinión es solo vuestra, mademoiselle Rowle... Pero os diré que os equivocáis, aunque no me extraña tampoco, la juventud no suele comprender el objetivo o la empresa de este local. Así pues, que paséis buena noche encontrando algo interesante que hacer. -Se despide, observándola alejarse y despidiéndola con un único gesto antes de girarse de nuevo. Las ganas de tomar el aire han desaparecido y, tras ver que todo está en su sitio, decide acercarse a la barra, donde Briza y Arlette parecen empezar a conocerse. Se planta detrás de la primera, apartándole el pelo del cuello en una sugerente caricia, ambos han tenido más que palabras y queda claro de esa forma:
-Briza, Arlette... ¿Cómo os vais desenvolviendo, joven princesa? -Pregunta refiriéndose a la rubia, traspasándola con sus ojos como puñales, aún con las manos aposentadas en el cuello de la exuberante morena.
Jared Stroganoff- Vampiro Clase Alta
- Mensajes : 131
Fecha de inscripción : 28/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Salió del tocador sin prisa alguna. Se sentía bien por que no habían tantos vampiros ahí y la mayoría mujeres, así que no se sentía tan observada. Se sentó a platicar con una vampiresa, una plática inteligente y brillante que disfrutó mucho hasta que sintió sed.
Se disculpó y se dirigió a la barra, vió a 2 muñecas ahí. Les sonrió y se presentó, sonriente. - Audrey- murmuró viendo a la otra rubia, Arlette, y a la morena, Briza. Hacer amigas...no era tán difícil, al menos eso pensaba Audrey. Y eso esperaba. Unos instantes después, llegó Jared. La pequeña le sonrió.
Se disculpó y se dirigió a la barra, vió a 2 muñecas ahí. Les sonrió y se presentó, sonriente. - Audrey- murmuró viendo a la otra rubia, Arlette, y a la morena, Briza. Hacer amigas...no era tán difícil, al menos eso pensaba Audrey. Y eso esperaba. Unos instantes después, llegó Jared. La pequeña le sonrió.
Audrey Murchois- Humano Clase Media
- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 12/06/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
“Sólo espero que la sabiduría sea placentera, que mi descubrimiento sea de lo más sorpresivo, algo que me extasié en los límites de todo mi maldito mundo y después… Cannette y yo…” Pensaba para si misma sombría, fría y calculadoramente mientras repartía las copas que sostenía en aquella bandeja repleta de sangre. Ser mesera es mucho menos de lo que ambiciona para ella misma pero más de lo que tenía hasta llegar a París. Sonríe con falsedad, sabe que no es necesario fingir ante los vampiros aquella noche pues existen algunos según las fantásticas historias que se escuchan de ellos que pueden saber cuando mientes, algo tan natural que se expresa en los ojos de los humanos hasta en los de ella. El mundo vampírico sin duda resultaba interesante sin dejar de ser aterrador para los aficionados. En la lucha de sobrevivencia existen variedad de personajes tan pintorescos como un cuadro de arte… Lo que le mantiene allí, siendo el esclavo de un hombre, de un vampiro, es únicamente el conocimiento, aquella ambición que se le clavo entre ceja y ceja, esa avaricia por saber, descubrir lo que su pasado encierra, el por que aún sigue con vida después de que su familia fuese atacada por la misma raza a la que ahora sirve con cierta hipocresía y fascinación, una combinación letal pero que hasta ahora ah alimentado a su hermana.
Con pasos elegantes y regocijándose entre sus obscuros planes llega hasta la barra para que le depositasen más copas en su bandeja y salir a repartirlas, encontrando un estridente choque de un vaso contra la misma barra, ignora todo hecho ó suceso que allí se genera que no tenga que ver estrictamente con una de las muñecas, su propia hermana… Para Ankhiara, Cannette es lo más importante aún cuando su propia vida se encuentre de por medio, así pues al asegurarse de que su gemela está en perfectas condiciones gira su cuerpo hasta el hombre detrás de la barra, le sonríe con dulzura, le guiñe un ojo para pedir algo de beber. Tras vivir un par de años con gitanos y deambular de un lado a otro las bebidas con alcohol no pueden altera sus sistemas, lo cual le agrada a sobremanera… Sumergiéndose entre recuerdos antiguos y festividades donde era feliz no presta atención a lo que ocurre a su alrededor; los vampiros festejan con sus copas la facilidad con la que obtuvieron esa sangre, las ofertas que se generan, un par de disgustos a lo lejos, felicitaciones al dueño del bar, el enfado y la ignorancia de una vampiresa tan suprema como todos allí esa noche. El retiro de una de las muñecas, la presentación de nombres de otro par a un lado de donde Ankhiara se encuentra, lo que sí le hace regresar a la cruda realidad es la gutural voz de su jefe y que aún no comprende como fue que la casualidad del destino le arrastro hasta él, podría preguntarle todas sus dudas de una buena vez y escapar, dar gracias y desaparecer… Pero no le gusta ser tan descortés aunque quizá su razón por quedarse allí sea más que el simple hecho de querer saber la verdad, algo que únicamente ella conoce y que se guarda en lo más obscuro de su pensamiento. Su cuerpo se acomoda de una forma que les da el frente a los presentes para sonreír con cierta ¿calidez? En sus facciones.
- Que lindo pseudónimo… - Musita con cierto toque de sarcasmo en su voz, le sirven un trago de whisky, lo toma entre sus manos llevándolo hasta sus delicados y apetecibles labios, arroja el líquido garganta abajo sin tener ninguna especie de problema al tragarlo, es como si de agua se tratase en el interior de la bruja, se relame los labios provocadoramente sin estar consiente de ello depositando el vaso en la barra y sonriendo nuevamente como si su comentario no fuese sido escuchado.
Ankhiara - Cannette- Mensajes : 186
Fecha de inscripción : 03/07/2010
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Escuche lo que dijo la chica y le respondí- si nunca ha bebido antes no deberiá tomarlo pero siempre hay una primera ves para todos- eso era alcohol puro y si no se sabia tomar le caeriá pesimo pero era medica por lo tanto la sacariá de apuros pronto. Luego se presento a lo cual respondí- encantada de conocerte Arlette Méritens-respondió de la misma manera con cortesia.
Briza miró a Arlette que estaba nerviosa y eso era algo logíco ya que todas estabamos ahí por primera vez y no sabiamos bien que hacer pero luego con la observación algo ya normal para Briza ella se pudo desenvolver a su antojo. Pero ella sabia que a algunas de las chicas les costaría un poco pero ya se derían cuenta. Cuando llegué estaba nerviosa igual que tú pero después agarré una bandeja y serví a los clientes, estuve algo nerviosa pero luego conversé con unos clientes para pasar el rato. Y aquí estoy tomando un trago y relajandomé un poco.-dije con una voz suave y amable.
Luego observó que habia entrado una mujer con una prestancia arrogante y despota que se habia acercado a la barra y pidió algo de tomar, se tomó el trago y apoyo el vaso en una mesa hizo un ruido fuerte que sonó en mis oidos y me giró para verla pero se estaba yendo del lugar- Que estupìda mujer?- dijo en un susurro girandose de nuevo hacia Arlette que la tenía de frente.
Un tiempo después de ese suceso, sintió que a Jared detras de ella cuando él con una sugerente caricia le apartó el cabello del cuello. Briza serró los ojos y quedo en silencio esperando que Arlette respondiera a la pregunta que Jared le habiá hecho.
Abrió los ojos al escuchar la voz de una chica que se presentaba y la mire con ternura parecia una niña-hola Audrey- le dije sonriendole mientras Jared no quitaba las manos del cuello de Briza.
Briza miró a Arlette que estaba nerviosa y eso era algo logíco ya que todas estabamos ahí por primera vez y no sabiamos bien que hacer pero luego con la observación algo ya normal para Briza ella se pudo desenvolver a su antojo. Pero ella sabia que a algunas de las chicas les costaría un poco pero ya se derían cuenta. Cuando llegué estaba nerviosa igual que tú pero después agarré una bandeja y serví a los clientes, estuve algo nerviosa pero luego conversé con unos clientes para pasar el rato. Y aquí estoy tomando un trago y relajandomé un poco.-dije con una voz suave y amable.
Luego observó que habia entrado una mujer con una prestancia arrogante y despota que se habia acercado a la barra y pidió algo de tomar, se tomó el trago y apoyo el vaso en una mesa hizo un ruido fuerte que sonó en mis oidos y me giró para verla pero se estaba yendo del lugar- Que estupìda mujer?- dijo en un susurro girandose de nuevo hacia Arlette que la tenía de frente.
Un tiempo después de ese suceso, sintió que a Jared detras de ella cuando él con una sugerente caricia le apartó el cabello del cuello. Briza serró los ojos y quedo en silencio esperando que Arlette respondiera a la pregunta que Jared le habiá hecho.
Abrió los ojos al escuchar la voz de una chica que se presentaba y la mire con ternura parecia una niña-hola Audrey- le dije sonriendole mientras Jared no quitaba las manos del cuello de Briza.
Brisa Grinfid- Humano Clase Alta
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 05/06/2010
Localización : Paris
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Arlette cogió el vaso de vodka y se lo tomó de un solo trago. Comenzó a toser sin poder parar. Aquello era demasiado fuerte. Miró a Briza intentando pedir algo de ayuda mientras observaba aquella funesta (?) situación con la vampira que acababa de entrar en el local. Una borde.
- Debí haberla escuchado Briza. Vaya una bebida fuerte. - Dijo, intentando parar de toser. Consiguiéndolo minutos después. Se alisó la falda del vestido y arregló el cabello intentando recomponerse, escuchando con atención las palabras de Briza. - Tomaré en cuenta sus primeras vivencias en este local, intentaré socializarme con algunos clientes. - Dijo sonriendo, sintiendo después como Jared, el amo del local, se acercaba a la barra preguntándo con su seductora voz como iba la noche. Arlette hizo una pequeña reverencia al tener a aquel maravilloso ser delante suyo. El ser que había logrado encandilarla para realizar tal trabajo. La fascinaba. - Madame Muller me estaba dando algunos consejos sobre como desenvolverme en el local. - Dijo finalmente con una sonrisa en sus labios.
- Debí haberla escuchado Briza. Vaya una bebida fuerte. - Dijo, intentando parar de toser. Consiguiéndolo minutos después. Se alisó la falda del vestido y arregló el cabello intentando recomponerse, escuchando con atención las palabras de Briza. - Tomaré en cuenta sus primeras vivencias en este local, intentaré socializarme con algunos clientes. - Dijo sonriendo, sintiendo después como Jared, el amo del local, se acercaba a la barra preguntándo con su seductora voz como iba la noche. Arlette hizo una pequeña reverencia al tener a aquel maravilloso ser delante suyo. El ser que había logrado encandilarla para realizar tal trabajo. La fascinaba. - Madame Muller me estaba dando algunos consejos sobre como desenvolverme en el local. - Dijo finalmente con una sonrisa en sus labios.
Invitado- Invitado
Re: La noche del Hada.[Vampiros+Muñecas]
Briza sonrió al escuchar las palabras de Arlette y le dijo- Lo ha tomado muy rápido por eso le quema por dentro- agarrando su vaso de Wisky y tomó lo que quedaba de su trago. Esto para ella era algo común ya que soliá tomar en las fiestas de sociedad.
Sonrio a la chica y lo miro a otra de las chicas que estaba detras de Arlette que habí dicho algo pero nadie le prestó atención, Briza no podia muverse porque Jared seguía detras de ella. Luego volvió la vista a la rubia que estaba a su lado. Eres de aquí de Paris?- le pregunte con curiosidad.
briza inclinó la cabeza hacia un costado mostrandole su cuello a Jared, seguro que él no teniá hambre pero a ella lo estaba provocando para que bebiera se su sangre. Solo debía esperar.
Sonrio a la chica y lo miro a otra de las chicas que estaba detras de Arlette que habí dicho algo pero nadie le prestó atención, Briza no podia muverse porque Jared seguía detras de ella. Luego volvió la vista a la rubia que estaba a su lado. Eres de aquí de Paris?- le pregunte con curiosidad.
briza inclinó la cabeza hacia un costado mostrandole su cuello a Jared, seguro que él no teniá hambre pero a ella lo estaba provocando para que bebiera se su sangre. Solo debía esperar.
Brisa Grinfid- Humano Clase Alta
- Mensajes : 447
Fecha de inscripción : 05/06/2010
Localización : Paris
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