Travesía a Oriente Próximo. Diario: Febrero-Septiembre de 1799

por **Malkea Ruokh** Miér Abr 18, 2012 9:07 pm

Travesía a

Oriente Próximo

(Febrero-Septiembre del 1799)

18 de Febrero,
Año 1799.
Marsella, Francia

Ayer partimos del Vieux Port en un barco llamado L’étoile de la mer; aún no puedo mirar la placa del nombre si que el sarcasmo me busque o sin querer partir en dos uno de los mástiles. La travesía durará aún un par de semanas y mi camarote ya huele a vómito de Badou. Espero que no sea algo frecuente o tendré que mandarle a dormir a otro lado.

7 de Marzo.
Famagusta, Imperio otomano

Chipre, el lugar en el que los imaginativos e ilusos griegos creían que Ashdry, o Afrodita, como ellos la llamaban, había nacido. El aire es diferente que el de los lugares del continente. Igual se deba a la presencia del mar, pero hay algo en el ambiente que la hace diferente. Noto un cosquilleo en la piel y que mi respiración es más profunda. Me siento poderoso, más de lo normal, y sé que a Anna le pasa lo mismo. Quisiera permanecer más tiempo, pero partimos en cuatro días.

9 de Marzo,

Algo está pasándome. Me encuentro distinto y en ocasiones escucho susurros en lenguas muertas, pero que no me son desconocidas. Creo que aquí la distancia entre los entes y el mundo real no es tan grande, pero sigo sin estar seguro de si eso es algo beneficioso o perjudicial. Seguramente sea aprovechable y peligroso a la vez.

12 de Marzo.
Jaffa, Imperio otomano

Hoy llegamos a Tierra Santa. El puerto de entrada a Palestina no es más que un sucio y maloliente pueblo. Me esperaba algo más grande y, al menos, una posada en condiciones. La checa me dijo que los edificios fueron restaurados hace poco tras una guerra, de la que no sé mucho más, dado mi ”gran” interés en ella, aunque dudaría de su palabra: el adobe está igual de sucio que si hubiera permanecido cien años en el mismo lugar.

17 de Marzo.
Jerusalén, Imperio otomano

Las calles de esta ciudad son tortuosas y estrechas, tanto que me cuesta caminar sin toparme con alguien cada dos pasos. Para colmo, el exiguo espacio está ocupado día sí y día también por los tenderetes de hombres vendiendo su mercancía, ninguna de mi interés, como es obvio. Llevamos tres días dando tumbos de un lugar a otro, intentando averiguar el paradero de un tal Fahrat Sahakian, pero lo único que conseguimos encontrar nos lleva a callejones sin salida. No lograr nada está poniendo a prueba mi paciencia.

22 de Marzo.

Todo parece indicar que ese Fahrat que Anna conoce se encuentra en el barrio armenio, más concretamente en la calle Ha-Khazotzrot. Esta noche probaremos suerte, siguiendo la intuición de Anna.
En nuestra caminata, hemos recorrido todo recodo de la ciudad un par de veces, así que, quisiéramos o no, todo monumento nos es ya conocido. Nunca había visto tanto edificio religioso junto y cada vez me convenzo más de la estupidez humana. Sin embargo, es cierto que en esta tierra es más fácil entablar contacto con la existencia de los entes, aunque ni de cerca tanto como en Chipre.

25 de Marzo.
Cerca del Mar de Galilea

Anteayer abandonamos Jerusalén. No he podido escribir antes porque, además de no tener ganas, casi acabamos muertos. Encontramos a Fahrat y logramos que nos dijese lo que necesitábamos. Sin embargo, parece ser que se escondía de alguien; alguien que supo que nosotros le buscábamos y a quien dirigimos hasta él. Nos pillaron por sorpresa y ni Anna vio su llegada. Logramos escapar, pero el armenio quedó en el suelo, desangrándose cual gorrino. Nunca sabremos por qué huía de aquellos hombres, pero tampoco es que me impida conciliar el sueño.

30 de Marzo.
Damasco, Imperio otomano

Lo que nos contaran, nos ha llevado hasta esta ciudad, al norte de Palestina. El clima árido del desierto es más presente, ahora que nos hemos alejado del mar.

No nos ha sido complicado encontrar a Ashur Al-Hamwi, un brujo, al parecer, con cierta fama en la región. Sus palabras eran extrañas, no por el idioma, ya que es Anna la única que comprende su lengua, sino por el contenido, tan extraño y diferente a la manera en la que la magia es. No logro entender cómo pueden practicarla entendiéndola así.

Como Anna sospechaba, debíamos invocar a Forrasis, al que él llamó Foras. Según nos dijeron, al sur de la ciudad, hay un lugar donde el limes es más abstracto y será más fácil convocarle. Espero ir cuanto antes.

1 de Abril.

¡Un sacrificio! Todo lo que debo hacer es un sacrificio, o al menos así lo llamó él. Ciertamente, no me costaría mucho cumplir sus demandas, hacer pagar con la vida de un pariente de sangre mi longevidad, de no ser porque la única que conocía, mi madre, está muerta. Mi padrastro nunca me prestó su ayuda y parece que ni aún pueda poder hacerlo. Forrasis sabía aquello y me propuso una solución. En un par de días partiremos a Alepo, donde deberemos quedarnos unos meses.

15 de Abril.
Alepo, Imperio otomano

¡Detesto esta tierra! ¡Todavía es abril y ya empieza a hacer calor! ¡Y lo peor es que no podremos irnos pronto! Comienzo a pensar que es estúpido seguir con esto: me moriré de deshidratación antes de cerrar el pacto.
No he tenido tiempo ni fuerzas para buscar a Irina, la mujer por la que hemos viajado a esta ciudad. Mañana iremos tras ella, ahora me espera el lecho.

16 de Abril.

Alta, largo cabello dorado, unos finos ojos azulados y una piel extremadamente blanca, prueba de que no se expone al sol; definitivamente, Irina no ha nacido en Siria. No tardamos demasiado en dar con ella; Valko sólo tuvo que ir a una taberna para que unos hombres le relataran sus habilidades al búlgaro. Creo que le creará un trauma.
Irina reside cerca del consulado inglés, algo que no me agrada; nunca he tenido mucho aprecio a esos cerdos ingleses. Su recibimiento fue algo escéptico, pero tras hablar durante casi una hora las bases del trato, logramos llegar a un acuerdo. Ahora sólo queda esperar a mañana… y después unos meses más.

17 de Abril.

El ritual ha salido correctamente. Seere nunca se ha caracterizado por ser un ente muy peligroso y que busque engañar al invocador, así que no ha habido demasiada complicación. Sacrificamos tres toros que compramos a precio elevado a las afueras de la ciudad (no queríamos que los posibles mugidos alertaran a los vecinos) y el demonio accedió a otorgar sus servicios.

19 de Abril.

No sé qué prostitutas habrán probado la gente de Alepo, pero Irina no logra cumplir las expectativas de lo que dice; hasta las polacas lo hacen mejor. Sea como sea, anoche empezamos con nuestros planes y en los próximos días repetiremos el procedimiento para asegurarnos de que es efectivo. No quiero tener que esperar un mes de más.

No me hago grandes expectativas, de hecho no intentaría esto de no ser necesario, así que el hecho de que vaya a ser padre no se me hace muy emocionante o, siquiera, atractivo.

18 de Mayo.

Ya estamos seguros: está embarazada. Aunque ya había habido síntomas anteriormente, no hemos estado seguros hasta ahora, que, definitivamente, la menstruación no ha hecho su periódica aparición.

Mientras hemos esperado a que esto sucediera, yo he aprovechado para investigar los cuerpos de los habitantes de esta región. Me ha desilusionado comprobar que no hay grandes diferencias externas y que el interior es idéntico al de un europeo.

2 de Junio
Alejandreta, Imperio otomano.

¡No aguanto más! ¡Detesto este país del demonio! ¿Estamos aún en la tierra o hemos descendido al infierno? ¡Es insoportable!
La ruta hasta Antioquía fue agotadora, todo para encontrarnos con un pueblucho sin demasiado interés. Pronto nos desviamos hasta Alejandreta, que no debe ser mucho más grande y, definitivamente, no es más agradable. De todas formas, el puerto es más importante y logramos encontrar en el zoco sustancias que necesitaba, así como conocí otras que no había escuchado en mi vida. En breves volveremos a Alepo, donde hemos dejado a Irina, que no puede viajar por su estado, al cuidado de Valko.

7 de Julio.
Alepo, Imperio otomano

No sé qué razones llevaron a Forrasis a escoger a esa mujer como la madre de ese feto, pero creo que en esta interminable espera estoy pagando con creces el precio de mi cura. La meretrices que he conocido, no siempre se han caracterizado por tener un carácter apacible, pero el de ésta es, indudablemente, peor, algo que se agrava con el embarazo.

Insiste, una y otra vez, en conocer al padre de su hijo y yo no estoy por la labor. Hoy me he hartado cuando ha venido a exigirlo. Juro que, de no ser por necesitarla viva, hubiera acabado con ella en esa misma estancia. Suerte que Anna intervino a tiempo y se la llevó de mi vista.

15 de Julio.

El vientre de Irina está demasiado hinchado, más que lo que recuerdo de las embarazadas que he visto. Supongo que se debe al pacto con Seere, que hace al feto crecer más rápido de lo normal. Quedará un mes antes de poder dejar esta maldita ciudad.
He estado haciendo averiguaciones y leyendo para ver qué consecuencias puede acarrear al niño el ritual que debemos hacer en Damasco y la conclusión es clara: no hay nada claro. Unos hablan de grotescas deformidades, otros de una salud pésima, otros de que, directamente, les convierte en seres inferiores, feos y tartamudos. No sé si creer a todos o a ninguno, así que supongo que sólo puedo esperar a verlo con mis propios ojos.

13 de Agosto.

Hoy ha sido el día. Martes trece, como dictaban las normas y como exigió Forrasis . El resultado ha sido un niño de cabello castaño y ojos azules, aunque parece ser que estos datos no se comprueban hasta ya crecido.

Al mediodía, Anna se llevó a Irina a una habitación y le dio un brebaje para inducirle el parto. Unas horas después, la mujer se comenzó a quejar de fuertes dolores y sus lamentos me han cansado, así que abandoné el lugar y me fui a esperar a algún callejón, ya que los gritos ya llegaban hasta el sótano del edificio. Cuando el sol amenazaba con desaparecer en el horizonte, regresé y aún seguían en el proceso. Casi doy media vuelta, cuando Anna me aseguró que el momento estaba cerca, así que aguardé. Al final, no hubo complicaciones ni para ninguno de los dos. Dejamos al bebé con la madre, pues dentro de unos días no volverá a verlo.

Me acabo de dar cuenta de que aún no he pensado un nombre que darle y no pienso darle el honor a Irina. Ya se me ocurrirá alguno.

17 de Agosto.

Dejamos Alepo. La madre no quería abandonar a su hijo, así que hemos decidido marcharnos cuando ella durmiera para evitarnos una escena o tener que tomar medidas. Hemos contratado un carro, ya que exponer al bebé a cabalgar con este calor puede resultar fatal.

29 de Agosto.
Damasco, Imperio otomano.

Hemos regresado a la ciudad y nos dirigimos directamente a donde vimos por última vez a Ashur Al-Hamwi. Efectivamente, estaba allí y esperándonos. Lo primero que hizo fue ver al niño y felicitarme; se dio cuenta de su error cuando recibió mi gruñido.
Nos invitó a dormir en su casa y nos dijo que en dos días comenzaríamos el ritual. Me muestro impaciente, pero por regresar a Francia y que todo esto acabe ya.

1 de Septiembre.

El ritual está completo.

Los círculos de invocación, las especias, los ungüentos, el incienso, las palabras, las velas, todo marcado y colocado en su debido lugar. La llegada del espíritu, mi cuerpo desnudo contra el del bebé, las oraciones y el cumplimiento del pacto.
Recuerdo que, en cierto momento, perdí el control de mi cuerpo y que caí de espaldas al suelo con el niño sobre el pecho. A continuación, un dolor punzante en la parte izquierda del vientre, justo encima de la cresta iliaca mitigó el irritante llanto del pequeño. Luego, perdí la consciencia.

Me desperté en el lecho y aún sentía una fuerte quemazón en el mismo lugar. Lo revisé y me di cuenta de que el símbolo del demonio había quedado marcado allí. Anna me comunicó que el bebé también lo tenía.
Lo cierto es que me siento raro, levemente mareado, aunque parece ser que el proceso me ha debilitado mucho. Sin embargo, el dolor de pecho ha desaparecido y no toso más. Espero no tardar mucho en recuperarme y poder partir.

12 de Septiembre.
Trípoli, Imperio otomano

Mañana partimos de vuelta a Marsella. El barco espera en el puerto a zarpar y, por fin, abandonar Oriente Medio. Espero no haberme acostumbrado al insoportable clima y que no tenga que usar las chimeneas en París.
He estado pensando, aunque he intentado no darle demasiadas vueltas, sobre un nombre para el chico. Al final, me di cuenta que sólo uno podía convencerme y que sólo uno podía encajarle, si quería ser, en parte, fiel a mí mismo. Mi hijo se llama Étienne.