Soltera, casada, compartimos penas? {Corinne}

por Invitado Vie Abr 20, 2012 11:27 pm

Se había olvidado de Dante ese maldito gitano que solo lo enamoro por un momento, se maldijo por lo bajo al recordar su culo atractivo, ni pensarlo solo lo habían timado, suspiro e hizo un amago de querer golpear algo, desde ese entonces Alan vestía ya como chico, pues su objetivo eran las mujeres, el día parecía soleado, era lo bueno de ser lo que era, se hurgo la nariz un poco por la comezón que le producían ciertas alergias como el perro de una mujer rechoncha que estaba a su lado. Últimamente solo pensaba en pasarla bien con alguien o salir a conocer gente, desde que Dante le abandono dejo de vestir de chica pues no quería que si algún día se dignaba a regresar lo reconociera *Maldita sea!*enarco una ceja con todo el enojo que tenía. Al sentir como el animal le jalaba el pantalón la vieja indignada le cacheteo la piel de Alan era demasiada delicada que le quedo la mano marcada, era algo débil de fuerzas lo que le hizo tambalearse y chocar con una chica hermosa, se le quedo mirando el pecho antes que el rostro solo por instinto*Perdóname, no quise herirte, estas bien*Aun con la mano en su rostro le hablo.

por **Corinne Blanchard** Sáb Abr 21, 2012 12:00 am

Como tantas otras veces decidió salir y dar un paseo....."sola".....esto ya parecía más que una costumbre una total resignación. Bendito su compañero que por más que prometía dedicarle más tiempo solo le dedicaba más y más tiempo a sus negocios.

Pero de que me quejo si eso yo ya lo sabía cuando acepte estar con él yo conocía los pros y los contra de esa relación. Que intentaba justificarlo si nada lo podría justificar, de que estaba con ella porque deseaba y necesitaba una compañera estaba claro pero para que tenerla en este momento si no pensaba o no podía darse el lujo de pasar al menos un par de horas diarias a su lado. Acaso la quería solo para tenerla de adorno en casa. Mas le valía que no fuera así.

Divagaba con todo ello, caminaba distraída sumergida en su indignación de mujer dolida cuando -Auchhhhh- exclamo al sentir un cuerpo chocar contra ella -Si, estoy bien- dije algo enfadada y cubriéndome el pecho con los brazos, pero enfadada por donde había posado sus ojos antes que en mi rostro -merecida se tenia esa bofetada- susurre por lo bajo, no conocía porque alguien lo había golpeado y claramente le dolía solo por ello no le abofetee yo también y lo tome como un castigo anticipado ante su osadía.

-¿A usted le pasa algo?- no pude evitar preguntarle a pesar de la indignación por su atrevida mirada.

por Invitado Mar Mayo 08, 2012 10:03 am

Fue algo gracioso tener la mano aun así en la mejilla por que cuando la retiro Alan tenía la marca de la mano regordeta en su piel, aun así lo hizo y se ruborizo un poco ante la chica que acababa de atropellar con el cuerpo, había quitado la mirada de aquellos senos redondos y tersos para no parecer aun más pervertido, aunque su mente quizás estaba afectada por el culpo de esa vieja que cargaba semejante culo, ella había dicho que el brujo tenía merecido aquel cachetadon?, *Hey que fue por culpa de ese saco de pulgas, vale?*le dijo a ella con reproche aun avergonzado por como traía la mejilla su humor había cambiado drástico por ir pensando cosas que no *Solo ando distraído, pero no creo ser el único se nota que usted también pudo a ver esquivado mi golpe*bufo cansado y desviando la mirada*Cosas del amor*ella lo entendería?

por **Corinne Blanchard** Dom Mayo 27, 2012 8:58 pm

-Jajajajajajaja- dejando de lado toda esa educación la cual poseía solté tremenda carcajada ante el comentario de defensa de mi atropellador, si que era un ocurrente y la verdad su ocurrencia había enviado mi enfado a paseo -vale, vale ha sido culpa de......- no sabía si repetir sus mismas palabras o no, opte por no hacerlo -de ese mujer- dije mirando a la doñita regordeta, la única culpable del choque de nuestros cuerpos -pero no esta usted molesto conmigo ¿verdad que no?.

Me incline un poco para mirar un poco más de cerca su mejilla pues se miraba mal, muy mal...casi, casi sangraba -Ouchhhhh....como que ha pegado muy duro- comente sin poder evitarlo -seguro pronto estará bien- intente animarlo aunque lo mejor era olvidarme de eso y no hacerle mayor comentario al respecto ya que era evidente que semejante asunto en primera le avergonzaba y en segundo lugar lo ponía a él de mal humor.

Por Dios lo había notado. Ahora la avergonzada era yo, tenia razón de igual manera iba distraída de no ser así yo hubiese podido esquivarlo. -Cierto, me disculpo por ello y por mi actitud anterior hacia usted- pedí disculpas sinceras y realmente avergonzada.

-Cosas del amor- repetí en un murmuro cuando él desvió su mirada. El tema me resultaba muy familiar -vaya al parecer no soy la única a la que le aquejan asuntos del corazón- espere a recuperar su atención ante mi comentario cosa que de inmediato sucedió -si no tiene otros planes le ofrezco mi compañía y si lo desea podemos compartir lo que nos aqueja- ofrecí sinceramente. No le miraba nada malo desahogarnos un poco ante un completo desconocido. Tal vez eso era precisamente lo que ayudaría a desahogarnos completamente.

por Invitado Jue Jun 14, 2012 12:56 pm

Sonrío cuando le escuchó echar esa carcajada, hacía mucho no se reía solo pasaba de estar enfadado a estar más triste y eso era todos los días. Suspiro y le tomo del brazo *Vayamos a un café a desahogar nuestras penas, o solo a sentarnos en el parque comiendo algún postre* Ser casi como una chica, pasivo, tener ese rostro fino y femenino le hacían actuar como una chica, la llevó caminando lento por las calles, viendo a la gente por qué parecían felices cuando tu estas triste? Porque cuando estas solo todo parecen estar emparejados?, le parecía patéticamente triste solo aquel acto. *No te disculpes, ya ha pasado y seguro que tanto a ti como a mi nos hacía falta una dosis de risas* pocas veces sonreía pero cuando lo hacía era dulce y tranquilo y emanaba esa paz que con nadie más podría proyectar.

Era hora de ir hablando y contarle lo sucedido, admiro las copas de los arboles del parque y se acercó con una persona donde vendían helado y demás nieves, pidió dos, chocolate, ese sabor aliviaría sus penas le extendió el vaso *bueno comenzaré a contarte* murmuro lamiendo un poco de aquel postre que llevaba en manos buscando una banca y sentándose en ella, viendo como la chica lo hacía también *Me llamo Alan* para lo otro susurró *Soy brujo* se empezó a reír *Trabajo en una tienda de ropa, cara, hace tiempo que vestía de chica, como veras tengo toda la pinta de una excepto por grandes detalles, senos y lo de allá abajo, me enamore de un gitano justo en este parque en el lado sur, nos envolvimos en una aventura pero me dejo, simplemente un día se fue y ya no regreso hizo eso cruel porque me rodeo de mentiras ya sabes, quedarse conmigo, amarme hasta la muerte y de repente solo un adiós frío como el invierno* eso entristeció el rostro del brujo *Pero que mas da, empecé a vestirme como chico y bueno olvidar eso pero no puedo, duele, te hace ilusión ese primer amor* suspiro mirándola con un poco de tristeza pero con la sonrisa en el rostro al disfrutar del helado *Y tú, señorita misteriosa, cual es tu historia?*

Hey pronto te responderé con Ken!

por **Corinne Blanchard** Mar Jul 24, 2012 2:52 pm

El chico/chica era simpático y sin duda la persona ideal para cotillear a gusto, sin problema alguno para confesarle lo que me pasaba y con mayor razón si el de igual manera estaba dispuesto a contarme sus cosas. Mientras caminábamos lo observaba de soslayo si que lucia como una chica a excepción de que si vestía como un chico. Me dio penita toda esa tristeza que emanaba de él y me pregunte si yo lucía de la misma manera en que él s así era pena era lo que nosotros dábamos a la gente porque más de dos o tres personas nos miraron como bichos raros. Algunos ingenuos quizás nos creyeron pareja y hasta han de ver dicho tal para cual. Pero que me importaba lo que la gente dijera aquí de lo que se trataba era de volver a sentirnos bien con nosotros mismos y nada más por lo demás el mundo podría decir hasta la misa entera.

-No se porque pero algo me dice que tú no sueles sonreír…..deberías hacerlo más seguido te sienta muy bien la sonrisa además si el mundo no te sonríe sonríele tú al mundo- me atrevía a dar el consejo porque por mi parte eso era algo que nunca había perdido a pesar de mis tristezas y sin sabores, además por ahora era creo el mejor consejo que podía darle.

Cuando menos lo espere ya nos encontrábamos caminando por el porque. Sonreí cual niña cuando lo escuche pedir los helados de chocolate. –Buena elección- le comente guiñándole un ojo cuando cogía el helado. En ocasiones me gustaba olvidarme de los buenos modales y las buenas posturas y esta era la ocasión perfecta así que sin pena alguna en vez de coger el helado con la cuchara imite su gesto y lamí el helado mientras me sentaba a su lado en la banca con una pierna doblada sobre esta misma.

Lo escuche atenta soltando una que otra risa por su manera en contarme las cosas sobre todo en esa parte en la que mencionaba que lucia como una chica y mostrándome seria cuando el tema paso a ser serio -Un placer Alan…….me llamo Corinne- me presente cuando termino de contarme gran parte de su historia si no es que toda. Una sonrisa graciosa se asomo –soy licantropa –murmure muy cerca de su oído.

-Entiendo que duele más si como dices fue tu primer amor pero no permitas que nadie te provoque tanta tristeza, no vale la pena- los ojos se me empañaron en verdad me dolió verlo de esa manera. Al menos lo mio no era tan triste o eso quería creer yo. –Heyyyyy ¿Cómo que misteriosa?- bromee –bueno te cuento: Yo me enamore de un- uffffff no sabia si decirlo con todas sus letras o como pero bueno debía hacerlo –de un inmortal, un vampiro. Le conocí una noche dando un paseo por el jardín botánico. No fue muy agradable el encuentro eso fue una lucha de egos y desafíos en ambos. Todo indicaba que nos odiaríamos a muerte por el resto de nuestras vidas. Su forma de ser tan altanera, desafiante y en cierta forma caballerosa a la vez supongo que desde ese día a mi me dejaron marcada y pensando en él. Después de varios encuentros ya no casuales él me propuso ser su compañera, vivir con él, consentirme y darme todo como si fuera su esposa ante la sociedad pero sin serlo a mi edad nada tenia que perder y acepte, acepte ser su amante. Sabes después de todo si es un caballero nunca me ha ofrecido más de lo que el mismo desea darme, nunca me ha llevado a su cama para cumplirle como mujer. He aprendido a conocer su carácter fuerte aunque conmigo sea totalmente diferente a lo que le muestra a los demás. Aquí el problema es que yo estoy perdidamente enamorada de él y de un tiempo a la fecha anhelo me pida que sea su esposa y es cosa que nunca hará- al contarle esto ultimo no me pude contener y unas lagrimas resbalaron por mis mejillas limpiándolas con la mano de inmediato - si al menos pasará más tiempo conmigo creo que me conformaría pero no, se la pasa de viajes de negocios o aquí mismo metido en su estudio entre papeleo, siempre sus negocios. Me siento sola- finalice –esa es la historia de la señorita misteriosa ¿Qué te parece?- sonreí a medias mientras jugaba con el helado en mi mano.

por Invitado Sáb Ago 04, 2012 3:19 pm

En algo tenía razón aquella joven. Alan no sonreía a menos que fuese con alguien de confianza pues se encontraba en un momento tenso y frío, cada vez que deseaba hacer algo bien todo se le iba de las manos, por si timidez, por su inútil manera de querer conquistar a alguien y suspiro al verle. Sin dudas esa mujer cargaba una cruz con el mismo peso que la del brujo *Tienes toda la razón, esa es la parte dolorosa, cuando alguien te hace sonreír después de que no podías y cuando esa persona se va, es imposible volver a sonreír, yo lo creí imposible hasta la fecha*Bajo la mirada, pero se dirigió a ella cuando le observó tomar el helado de aquella manera peculiar, le recordaba a su hermana gemela Angélica. Aunque ahora estaba muerta y solo el espíritu de ella le visitaba a veces, cuando la convocaba, era la manera en la que no se sentía solo.

¿Licántropo?, eso era más que interesante, no había visto a nadie así en su trayecto por paría, había conocido a Sasha que era vampiro y al cual no había visto en años después de lo que fuera que tuvieran en relación, sus ojos se agrandaron y le miro con atención. *Corinne*pronunció saboreando el nombre, le gustaba, se escuchaba dulce y algo extraño, pero le agradaba del todo. Nunca interrumpió a la dama que con gusto llenaba su mundo de palabras cargadas de dolor, siguió tomando el helado escuchando, pero inmediatamente dejo eso de lado, de nuevo hablaban de vampiros y su curiosidad creció.

Mitos antiguos dicen que los vampiros se llevan mal con los hombres lobo, que su odio es infinitito pero las causas exactas no se saben, solo Alan sabía que ambos estaban malditos, uno más que otro, pero su historia de amor era extraña, ¿Amar, dolor, lágrimas, ego?, suspiro y la miro, justo cuando las lagrimas cruzaban su piel. Alan no tenía de otra y aunque la gente empezará con chismes, la abrazó fuerte brindándole su hombro, quizás otros pensaron que se estaba propasando, pero la verdad es que no, esas ausencias del corazón se sentían muy feo en el pecho y herían los sentimientos. *Lo entiendo Corinne, te entiendo mejor que a nadie, pero no debes confórmate, sé que habrá alguien aquí en este mundo que te ame más que él, se esta perdiendo de algo valioso*La voz de Alan salió de manera dulce y beso sus cabellos apartándose*Ya no llores, te decía misteriosa, porque aunque pareces una mujer dura, la verdad eres muy linda de sentimientos*finalizo acomodándose las ropas y ofreciéndole un pañuelo de su tienda, para que se limpiara las lagrimas.

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