¿Compartimos una obra? - Libre

por **Abigail Barascout** Jue Jun 09, 2011 4:40 pm

Adoraba el teatro, desde que tenía uso de memoria disfrutaba de cada salida del palacio que hacía para ver una obra, sin importarle si eran grandes representaciones o grupos de teatro sin nombre ni fama. Todas eran espectaculares y la hacían transportarse a esa historia que contaban.
Hoy no iba a ser diferente.
La obra aún no había comenzado, ni los actores reflejaban del todo a sus personajes. Quedaban pocos minutos para que las puertas se abriesen al público y solamente muy pocas personas que no tenían nada que ver con el grupo de teatro estaban ya allí, disfrutando con el último ensayo de la obra antes de la función. Esto era lo que más le gustaba ver, los actores se veían como personas con nervios de última hora. Luego se caracterizaban por completo y solamente mostraban lo que el personaje sentía.
Hoy era la última representación de la obra "Romeo y Julieta"
- No tiene porque estar aquí y aguantar la obra al completo para protegerme. Estaré a salvo y vos no os aburriréis estas horas. No es como si me fuera a escapar nada más terminar.
Sonrió a su guardia, el único que se había negado a aceptar el día libre, aborrecía estar en esas cuatro paredes. Pero siempre aguantaba para la protección de la princesa, sin escuchar las palabras que constantemente ella repetía. Su guardia la miró con la ceja alzada sin hacer comentario alguno y sin moverse del sitio, sabiendo que probablemente eso es lo que iba a hacer su princesa, y raramente se equivocaba.
Un hombre se acercó para avisarla de que iban a abrir ya, como también le dijo que tenía su palco preparado. - Monsieur, no quiero mi palco vacío. Hay más asientos que deberían ser ocupados. - El hombre asintió con la cabeza pero no dijo nada más mientras la acompañaba a su palco, iba al lado de su guarda, hablando entre susurros para que la princesa no los escuchase. Aunque no hacía falta, ya se podía estar imaginando lo que estaba ordenando mi guardia "Nada de compartir, nada de molestas personas que podrían amenazarla." Suspiró, tomando asiento.

por **Carmmine Von Misson** Vie Jun 17, 2011 10:59 pm

Carmmine había conseguido entrar al ensayo usando uno de sus pequeños trucos más algo de la influencia que aún quedaba de su familia. La dueña de la compañía que se presentaba era la hija de una de las amigas de su ya difunta madre, una bailarina de ballet prodigiosa pero de una carrera tan efímera como la propia vida de las flores de un cerezo, que solo florecen para dar belleza por unos instantes, hasta que caen y se pudren en el suelo.

La había convencido de que era una familiar de Aurore Von Misson, una descendiente más bien, para así poder justificar su edad y poder ver el ensayo general tras bambalinas antes de que comenzase la función principal. De todos modos… ¿Acaso estaba mintiendo? Técnicamente, no.

Le habían facilitado uno de los asientos de los palcos centrales del teatro, cuando hubo acabado dicho ensayo fue acompañada a su palco, pero quería contemplar el teatro antes de que estuviese atestado de nobles, muchos de los cuales no sabían apreciar realmente un arte como aquel y que asistían más bien por una cosa de compromiso social.

Caminó lentamente mientras su acompañante, uno de los encargados del teatro, un joven que no pasaría los veinticinco años, le enseñaba y explicaba los detalles de la construcción del teatro de París. Carmmine nunca había estado en él, así que aprovecharía al máximo esta experiencia porque no sabía cuándo el destino le permitiría volver a pisar estos cálidos tablones.

- Ojalá hubiese venido antes, cuando estaba más pequeña – dijo algo triste recordando a su madre – Hubiese sido una experiencia alucinante ver aquí una obra de ballet –

El joven que la guiaba sonrió pero no dijo mucho, parecía nervioso, y eso le hizo a Carmmine preguntarse sobre qué instrucciones le habrán dado al enviarlo con ella, seguramente le habían dicho que tuviese cuidado con agraviarla o algo por el estilo pues el poder de su familia podría causarles problemas. Pensar en eso sin duda le molestaba… su padres aun muertos seguían causándole problemas.

- Puedes hablar ¿Verdad? – preguntó algo enfadada – No te preocupes por lo que te hayan dicho de mi o mi familia, yo no muerdo y no quiero causarte problemas – solo lo segundo era cierto.

De pronto vio a una joven con cierta prestancia siendo celada por un guardia, sin duda debía ser de la realeza, pero tenía un semblante un poco triste, no es que pensara en empatizar con ella pero sin duda sabía la exigencia que traía cargan con el peso del prestigio de una familia, así que lo de la joven debió ser infinitamente peor que lo suyo.

- ¿Quién es la joven? – le preguntó a su acompañante –

Le contestó que era de la realeza de Escocia, había acertado. La miró con cierta curiosidad y notó que no estaba nada cómoda siendo asediada por su guardia ¿Una princesa rebelde? Todo aquello le pareció divertido, quizás el clímax de la obra se viese opacado esta noche por una pequeña aventura.

por **Abigail Barascout** Miér Ago 24, 2011 9:24 pm

Adoraba el teatro desde siempre, de pequeña no era como todas las demás niñas que conocía, no soñaba con una vida de cuento, de esas vidas felices con un marido, un palacio próspero y unos hijos nacidos por el amor que sentían sus padres. No, ella deseaba visitar el mundo vestida de Julieta, de su nana o incluso ser una de las tres brujas de la obra de Macbeth. Disfrutar cada noche con un público nuevo y representar en cualquier país. Eso había querido hacer hace tan solo unos años, pero su vida no estaba ligada al teatro, tenía sus obligaciones y no era bien visto ni tan siquiera soñar con esa vida siendo quien era.
La vida no era de color de rosa, agradecía enormemente las escapadas de su hogar para visitar la Escocia de sus habitantes, la oportunidad de estar sola en París y poder vivir más libremente su vida, aunque seguía atada a su condición y era algo que no podía cambiar pero por lo menos, contaba con la tranquilidad de no tener que dar tantas respuestas a lo que podría hacer.
El telón había subido hace unos minutos, ya estaba el narrador presentando a las familias y el odio que se tienen, la princesa sonreía al verlo, susurrando para sí misma las palabras que decía el hombre, a la misma vez que él. Adoraba el principio de la obra, más que algunas partes de después.
Miró a su guarda, él había aguantado demasiadas salidas de su princesa, tanto las buenas como las de ahora como las escapadas y la búsqueda para ver si estaba bien. Le debía demasiado a ese guarda. Lo miró con dulzura - ¿Podría esperar fuera?, ¿disfrutar de la obra tranquilamente y relajado? - cada pregunta era respondida con un movimiento negativo de la cabeza de su guardia y una mirada fruncida a su princesa, ambos conocían el temperamento de Abigail y temían por dejarla sola y que se pudiera escapar. La princesa suspiró suavemente, intentándolo por última vez - Gerard, por favor, ¿podría sentarse por lo menos? - Sonrió al ver como el guarda la contentaba sentándose a su lado, fue en ese momento cuando la joven se fijó en una muchacha que estaba en su palco, mirándola ella también. - Buenas noches milady - susurró a la joven con una dulce sonrisa en su cara

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Off: Lo siento, me fue imposible hasta ahora T_T Pero ya estoy de regreso.

por **Carmmine Von Misson** Dom Oct 02, 2011 2:26 am

Quitó su vista de la joven unos instantes y la dirigió a la gente que comenzaba a guardar silencio al ver que comenzaba la obra. Buena parte de la vida en París, o al menos en la sociedad de clase alta, era siempre un baile de máscaras. Personas pretendiendo ser quienes no eran, alardeando de sus riquezas y logros insignificantes, en resumen una sociedad que comenzaba a ser asediada por la decadencia, todo era sin duda una lástima. Pero no había desprecio en sus pensamientos, solo lástima, porque sabía que si su vida no hubiese tomado el forzado rumbo que le impuso el azar, o tal vez el destino, ella habría acabado igual que el resto de pretenciosos presumidos que constituían la gente sobre la que tenía sus ojos en estos instantes.

Suspiró, casi deprimida, así que se obligó a recodar que estaba en el palco del teatro y no sentada entre las cenizas que quedaban del esplendor de la ciudad de las luces. La voz de la joven la sacó de sus cavilaciones, al parecer se había quedado viendo el vacío con la vista cerca de ella, así que parpadeó unos instantes para acabar de despertar en la realidad.

- Buenas noches – dijo en su mejor francés, con algo de acento inglés, seguido de una leve reverencia con la cabeza y el leve bosquejo de una sonrisa en sus labios.

No es que le importaran los rangos, ni los títulos, solamente estaba siendo cortés, porque sabía de primera fuente que aquellas personas que estaban en lo que muchos consideraban la cúspide de la sociedad, eran muy diferente a lo que aparentaban, y aquello casi nunca era para bien. Así que esperaba que la joven fuese una de las pocas excepciones.

Se quitó los guantes de seda roja y los puso en su regazo, mientras ponía la vista en el hombre que custodiaba a la joven, quien la verdad parecía no estar disfrutando de la obra, se notaba en esas firmes facciones que tenía. Por un momento Carmmine empatizó con ella casi a la perfección, pensando que de estar en su lugar, habría hecho lo posible por escapar de él para disfrutar con tranquilidad de la noche parisina.

Spoiler:

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