AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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"La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
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"La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
Habiendo visitado tantas veces la ciudad de París y Delilah no se había dado el tiempo de ir al teatro, ni al normal, ni al de los vampiros, como decía llamarse. Recorría como todas las noches las calles parisinas sin algún objetivo definido, justo cuando la luz solar dejaba de osar rozarle la piel. Delilah poco a poco se aburría cada vez más. Desde su llegada a París, no ha hecho más que reconocer lugares en los que ya había estado antes. Es por esto que decidió entrar al teatro y distraerse un poco.
Antes de esto, Delilah decidió sentarse en un banco cercano a leer. Lo único que llevaba en el bolso eran dos libros y unas llaves. Sacó los dos libros y luego de decidirse por el de los seres míticos, metió el otro en el bolso y se acomodó. Se reía en la parte donde mencionaban y describían a los vampiros. Ingenuos. Se acordó que hacía dos días no probaba sangre humana y ya debía hacerlo. Lo pensó una vez más y tal vez lo haría al día siguiente. No estaba con muchas ganas de morder a un humano, aunque esto podría cambiar. Siguió leyendo, hasta la parte de los licántropos. Se enteró de la supuesta enemistad, evento de la que ella no formaba parte, pues nunca había tenido contacto con alguno de ellos. Tal vez debería conocer a alguno, ¡tal vez debería conocer alguien de su propia raza! Lamentablemente no era el hecho. Terminó de leer esa parte y luego de leer una parte de los brujos, decidió entrar en el teatro, pues vio que bastante gente se disponía ya a hacerlo también.
Llevaba un vestido largo, no muy extravagante. Era sencillo con los hombros al descubierto y un escote no muy grande. Casi no parecía de la época. Aunque el vestido le llegaba a los pies, era medio pegado, sin mucho vuelo. Entró en el teatro callada y cautelosa como siempre. No se sentó adelante, pues además de ya estar ocupado, le gustaba tener una perspectiva más grande. Delilah se sentó en el segundo nivel, en un espacio de cuatro asientos. Se acomodó en el primero de la izquierda y miró su reloj.
-Todavía falta- se dijo a sí misma. Ni se dio cuenta de qué trataba la actuación de la noche. Estaba por preguntar pero vio que en el espacio estaba sola. Dejó su bolso en el asiento, el que prácticamente estaba vacío y fue al baño. Entró y se lavó la cara. Su rostro pálido mostraba un poco de cansancio y algo más de aburrimiento. Y así con la palidez y todo, regresó a su asiento, dándose cuenta que ya no estaba tan sola. Cogió su bolso y se sentó. Sonrió a la persona que estaba a su costado y viendo su reloj una vez más, esperó a que la función comenzara.
Sin embargo, había algo en esa persona que la extrañaba. De algo estaba segura, esa persona no era un humano. Al menos no era un humano común y corriente. Se acordó de su libro y trató de distinguir las actitudes de aquel ser. No estaba muy segura de qué era. Sintió curiosidad por preguntar pero no era el momento. Le echó un vistazo de reojo, sin decir nada. Como siempre y una vez más, solo le dedicó una sonrisa de cortesía. Se inclinó a observar mejor la función, que ya había empezado, sin dejar de pensar en lo extraño que había en el ser de su costado. Tal vez solo era parte de su psicosis.
Antes de esto, Delilah decidió sentarse en un banco cercano a leer. Lo único que llevaba en el bolso eran dos libros y unas llaves. Sacó los dos libros y luego de decidirse por el de los seres míticos, metió el otro en el bolso y se acomodó. Se reía en la parte donde mencionaban y describían a los vampiros. Ingenuos. Se acordó que hacía dos días no probaba sangre humana y ya debía hacerlo. Lo pensó una vez más y tal vez lo haría al día siguiente. No estaba con muchas ganas de morder a un humano, aunque esto podría cambiar. Siguió leyendo, hasta la parte de los licántropos. Se enteró de la supuesta enemistad, evento de la que ella no formaba parte, pues nunca había tenido contacto con alguno de ellos. Tal vez debería conocer a alguno, ¡tal vez debería conocer alguien de su propia raza! Lamentablemente no era el hecho. Terminó de leer esa parte y luego de leer una parte de los brujos, decidió entrar en el teatro, pues vio que bastante gente se disponía ya a hacerlo también.
Llevaba un vestido largo, no muy extravagante. Era sencillo con los hombros al descubierto y un escote no muy grande. Casi no parecía de la época. Aunque el vestido le llegaba a los pies, era medio pegado, sin mucho vuelo. Entró en el teatro callada y cautelosa como siempre. No se sentó adelante, pues además de ya estar ocupado, le gustaba tener una perspectiva más grande. Delilah se sentó en el segundo nivel, en un espacio de cuatro asientos. Se acomodó en el primero de la izquierda y miró su reloj.
-Todavía falta- se dijo a sí misma. Ni se dio cuenta de qué trataba la actuación de la noche. Estaba por preguntar pero vio que en el espacio estaba sola. Dejó su bolso en el asiento, el que prácticamente estaba vacío y fue al baño. Entró y se lavó la cara. Su rostro pálido mostraba un poco de cansancio y algo más de aburrimiento. Y así con la palidez y todo, regresó a su asiento, dándose cuenta que ya no estaba tan sola. Cogió su bolso y se sentó. Sonrió a la persona que estaba a su costado y viendo su reloj una vez más, esperó a que la función comenzara.
Sin embargo, había algo en esa persona que la extrañaba. De algo estaba segura, esa persona no era un humano. Al menos no era un humano común y corriente. Se acordó de su libro y trató de distinguir las actitudes de aquel ser. No estaba muy segura de qué era. Sintió curiosidad por preguntar pero no era el momento. Le echó un vistazo de reojo, sin decir nada. Como siempre y una vez más, solo le dedicó una sonrisa de cortesía. Se inclinó a observar mejor la función, que ya había empezado, sin dejar de pensar en lo extraño que había en el ser de su costado. Tal vez solo era parte de su psicosis.
Última edición por Delilah M. Matthaeus el Lun Oct 08, 2012 7:32 pm, editado 1 vez
Delilah M. Matthaeus- Vampiro Clase Media
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
Y ahí estaba yo, asicalandome. Aquella noche no quería matar a nadie, no quería sentarme delante de mis hiervas a crear pociones. Lo que yo quería era divertirme un rato. Creo que esa razón fue la que hizo que decidiera no llevarme a Karl a ningún sitio. Miré la ropa más elegante que tenía. Estaba puesta sobre el camastro. Eran sencillas pero no bulgares de un color azul muy bonito. Me quité la barba y em vestí. En vez de llevar el lujoso anillo de oro blanco y gran zafiro al cuello me lo puse en la mano. Miré el emblema de mi familia que se veía a traver de la hermosa joya.
-Phantomhive...- murmuré tristemente.
Salí de mi humilde y mugrienta casa para andar por las calles de París. Aquella noche creo que echaban Fausto en el Teatro. Recordé cuando al leí cuando era niño. ¡Llevaba tanto tiempo sin coger un libro que no fueran de magia! Llegué al Teatro y pude comprar mi entrada con el dinero que había robado hace unos días. Entré tranquilamente, como si fuera por lo menos de clase media. Nadie me miraba mal. El gran teatros e abrió ante mí. Miré un lugar perfecto. Y divisé una fila de cuatro asientos que estaba sola. Cuando llegué descubrí que había un bolso. Estuve tentado de robar. De hecho lo acabé abriendo pero solo llevaba dos libros y unas llaves. Lo volví a dejar donde estaba y me senté. No tardó en aparecer una hermosa rubía. Su traje me llamó la atención y pegé un pequeño vistaso a su escote para después sonreirle educadamente.
Noté como la chica me miraba de reojo y me puse un poco tenso. ¿Notaría que era un pobre vagabundo?
-Phantomhive...- murmuré tristemente.
Salí de mi humilde y mugrienta casa para andar por las calles de París. Aquella noche creo que echaban Fausto en el Teatro. Recordé cuando al leí cuando era niño. ¡Llevaba tanto tiempo sin coger un libro que no fueran de magia! Llegué al Teatro y pude comprar mi entrada con el dinero que había robado hace unos días. Entré tranquilamente, como si fuera por lo menos de clase media. Nadie me miraba mal. El gran teatros e abrió ante mí. Miré un lugar perfecto. Y divisé una fila de cuatro asientos que estaba sola. Cuando llegué descubrí que había un bolso. Estuve tentado de robar. De hecho lo acabé abriendo pero solo llevaba dos libros y unas llaves. Lo volví a dejar donde estaba y me senté. No tardó en aparecer una hermosa rubía. Su traje me llamó la atención y pegé un pequeño vistaso a su escote para después sonreirle educadamente.
Noté como la chica me miraba de reojo y me puse un poco tenso. ¿Notaría que era un pobre vagabundo?
Salazar Phantomhive- Hechicero Clase Baja
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
A Delilah le gustaba mucho el teatro. Cuando era joven, hacía la muchísimo tiempo, le gustaba actuar. Su cuarto en ese momento era grande, así que ordenaba y acomodaba todo para poder bailar ballet u otra danza, además de actuar lo que se le daba la gana. Era muy activa, por decirlo así. Sintió nsotalgia, pues ya no lo hacía. Tal vez debería volver a hacerlo. En su momento, eso le daba libertad, le hacía respirar vida y sentir que era ella. Veía cada detalle de la actuación ante sus ojos. El vestuario, el diseño, las voces, los movimientos, todo eso era parte de lo que a ella le encantaba.
La persona que estaba a su costado notó su presencia, pero a Delilah se concentró en el escenario. Se anunció una pausa de veinte minutos y Delilah se acomodó en el asiento. Miró a su costado, de nuevo al hombre que se había sentado en la misma fila. Ahora lo vio bien, pues antes sus ojos solo habían recorrido con rapidez. Parecía algo nervioso, como si se hubiese congelado. Delilah casi ríe, pero se contuvo. Era como si de algo él temiera, pero ella no podía leerle la mente. No podía leer la de nadie, pero tal vez aprendería a hacerlo. De todas formas, había aprendido con tantos años a deducir de los gestos y actitudes.
No había nadie más en esa fila, que por cierto estaba alejada y por encima de las demás. Tiempo atrás se sentaban ahí las personas importantes o aquellas que querían pasar desapercibidas. No era el caso de Delilah. Ella solo quería esa vista. Quisquillosa, pero sin renegar. Tal vez porque le daba una perspectiva diferente. A ella le gustaba lo diferente, lo inesperado, lo cambiante.
Miró a la persona de su lado de nuevo. ¿Qué le pasará?. Pensó. Cruzó la mirada con la del hombre y sonrió de repente para aparentar. Volvió la mirada al escenario y divisó nuevamente su reloj. Solo habían pasado dos minutos. La pausa sería larga. Sintió curiosidad en preguntarle al de al lado si le pasaba algo, pero lo pensó dos veces. No siempre era bueno hablarle a extraños y menos cuando en la fila no hay nadie más.
La persona que estaba a su costado notó su presencia, pero a Delilah se concentró en el escenario. Se anunció una pausa de veinte minutos y Delilah se acomodó en el asiento. Miró a su costado, de nuevo al hombre que se había sentado en la misma fila. Ahora lo vio bien, pues antes sus ojos solo habían recorrido con rapidez. Parecía algo nervioso, como si se hubiese congelado. Delilah casi ríe, pero se contuvo. Era como si de algo él temiera, pero ella no podía leerle la mente. No podía leer la de nadie, pero tal vez aprendería a hacerlo. De todas formas, había aprendido con tantos años a deducir de los gestos y actitudes.
No había nadie más en esa fila, que por cierto estaba alejada y por encima de las demás. Tiempo atrás se sentaban ahí las personas importantes o aquellas que querían pasar desapercibidas. No era el caso de Delilah. Ella solo quería esa vista. Quisquillosa, pero sin renegar. Tal vez porque le daba una perspectiva diferente. A ella le gustaba lo diferente, lo inesperado, lo cambiante.
Miró a la persona de su lado de nuevo. ¿Qué le pasará?. Pensó. Cruzó la mirada con la del hombre y sonrió de repente para aparentar. Volvió la mirada al escenario y divisó nuevamente su reloj. Solo habían pasado dos minutos. La pausa sería larga. Sintió curiosidad en preguntarle al de al lado si le pasaba algo, pero lo pensó dos veces. No siempre era bueno hablarle a extraños y menos cuando en la fila no hay nadie más.
Delilah M. Matthaeus- Vampiro Clase Media
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
La obra comensó y rápidamente el escenario se llenó de diversos y variados personajes. Sus voces llenaban todo el teatro. Dejé que los versos me transmitieran el mensaje del autor. ¡Qué daría por un buen libro! Noté otra vez los ojos de mi acompañante de fila. Arrugué el ceño molesto. No me gustaba que me mirasen. Siempre intentaba pasar desapercibido. La primera parte de la obra transcurrió con normalidad y los actores, tuve que admtiir, que eran brillantes.
Vi por el rabillo del ojo como la chica volvía a mirarme. Giré mi rostro hacia ella y por un momento nuestras miradas se cruzaron. Me sonrió. Sonrisa falsa. Ella miró su reloj. Yo seguía mirandola. Iba a esperar que su paciencia se acabara pero preferí acortar el tiempo de espera.
-¿Ocurré algo, Lady? La veo un poco inquieta...- se me pasó por la cabeza que aquella chica me podría haber visto alguna vez... en alguna situación incómoda. Intenté recordar si había habido algún testigo en alguno de los multiples asesinatos que había cometido. Pero no, en ninguno habái habido alguien. Al menor que yo me hubiera enterado.
Vi por el rabillo del ojo como la chica volvía a mirarme. Giré mi rostro hacia ella y por un momento nuestras miradas se cruzaron. Me sonrió. Sonrisa falsa. Ella miró su reloj. Yo seguía mirandola. Iba a esperar que su paciencia se acabara pero preferí acortar el tiempo de espera.
-¿Ocurré algo, Lady? La veo un poco inquieta...- se me pasó por la cabeza que aquella chica me podría haber visto alguna vez... en alguna situación incómoda. Intenté recordar si había habido algún testigo en alguno de los multiples asesinatos que había cometido. Pero no, en ninguno habái habido alguien. Al menor que yo me hubiera enterado.
Salazar Phantomhive- Hechicero Clase Baja
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
Como di de un objeto extraño se tratase, Delilah se sentía curiosa acerca de la persona que acompañaba en la fila. Sobretodo porque su actitud no era común. Sin embargo, ella no lo conocía, de tal manera que no podía pensar o decir nada sobre él.
De algo ya estaba segura, no era vampiro. Tampoco era licántropo. Si algo había aprendido de René, era identificar si una persona era vampiro o licántropo. Él no era ninguno y aunque al parecer era un humano, no era sencillo, ni común, ni corriente.
Ahí, en París, ya nada sorprendía a nadie. Todos estaban enterados de todo, aunque no lo comenten. Era el miedo en los humanos o la astucia de los seres extraños la que hacía que el silencio crecia. Debajo de ese silencio siempre estaba el conocimiento de todos.
El hombre le dirigió unas palabras. Delilah sorprendida frunció el ceño, pues a primera instancia no le había entendido bien. Afortunadamente, la mente viaja mucho más rápido que lo demás, y en Delilah eso no era una excepción, así que logró entenderle.
-Me intriga su nerviosismo.- dijo con tono serio. -A mí por lo pronto no me ocurre nada, pero a Usted parece pasarle algo. ¿Es así?- preguntó intrigada. Seguía nervioso, aunque lo disimulaba bien. Delilah no leía mentes, pero sí gestos. Tal vez no estaba ahí para ver el teatro solamente, pero eso no era algo en lo que Delilah pensaba.
Se limitó a esperar la respuesta del acompañante, mirándolo a los ojos. -Lo siento si le incomoda que lo vea seguido, pero es su nerviosismo lo que me llama la atención, como le he dicho.- repitió antes de que recibiera respuesta alguna. Tal vez no debió haber preguntado.
De algo ya estaba segura, no era vampiro. Tampoco era licántropo. Si algo había aprendido de René, era identificar si una persona era vampiro o licántropo. Él no era ninguno y aunque al parecer era un humano, no era sencillo, ni común, ni corriente.
Ahí, en París, ya nada sorprendía a nadie. Todos estaban enterados de todo, aunque no lo comenten. Era el miedo en los humanos o la astucia de los seres extraños la que hacía que el silencio crecia. Debajo de ese silencio siempre estaba el conocimiento de todos.
El hombre le dirigió unas palabras. Delilah sorprendida frunció el ceño, pues a primera instancia no le había entendido bien. Afortunadamente, la mente viaja mucho más rápido que lo demás, y en Delilah eso no era una excepción, así que logró entenderle.
-Me intriga su nerviosismo.- dijo con tono serio. -A mí por lo pronto no me ocurre nada, pero a Usted parece pasarle algo. ¿Es así?- preguntó intrigada. Seguía nervioso, aunque lo disimulaba bien. Delilah no leía mentes, pero sí gestos. Tal vez no estaba ahí para ver el teatro solamente, pero eso no era algo en lo que Delilah pensaba.
Se limitó a esperar la respuesta del acompañante, mirándolo a los ojos. -Lo siento si le incomoda que lo vea seguido, pero es su nerviosismo lo que me llama la atención, como le he dicho.- repitió antes de que recibiera respuesta alguna. Tal vez no debió haber preguntado.
Delilah M. Matthaeus- Vampiro Clase Media
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
No sabí si echarme a reir o simplemente ignorarla. ¿Me miaraba porque me notaba nervioso? En parte aquello me relajó. Ahora que estabamos hablando me fijé más en ella. Había visto a muchas mujeres... de todas clases y estaba seguro de que ella no era una humana cualquiera. Claro, aquello podía significar muchas cosas que fuera un vampiro, un licátropo, un cambia forma, un brujo...pero no me iba a riesgar a averiguar que era.
-No estaba nervioso, sino inquieto porque vos no parabaís de mirarme.- me relajé del todo, aunque no iba a bajar la guardia.- ¿Puedo saber el nombre de mi observadora?- sonréi de medio lado.- Yo soy Salazar Phantomhive.
Miré el escenario apagado y solitario. Donde hace unos minutos había estado lleno de vida.- ¿Le gusta el teatro, Lady?- volví mi rostro hacia ella para contemplar sus grandes ojos. Eran bonitos pero no iba a bajar la guardia por una cara bonita. Ya lo hice una vez y casi pierdo todo lo que tenía.
-No estaba nervioso, sino inquieto porque vos no parabaís de mirarme.- me relajé del todo, aunque no iba a bajar la guardia.- ¿Puedo saber el nombre de mi observadora?- sonréi de medio lado.- Yo soy Salazar Phantomhive.
Miré el escenario apagado y solitario. Donde hace unos minutos había estado lleno de vida.- ¿Le gusta el teatro, Lady?- volví mi rostro hacia ella para contemplar sus grandes ojos. Eran bonitos pero no iba a bajar la guardia por una cara bonita. Ya lo hice una vez y casi pierdo todo lo que tenía.
Salazar Phantomhive- Hechicero Clase Baja
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
Como a Delilah no le importaba lo que los demás pensaban, tampoco le iba a interesar fuera cual fuera la actitud del otro, a pesar de que le intrigaba. Sintió entonces un impulso de hambre, pero no podía hacerlo delante de todos, aunque el lugar estaba un poco oscuro. Tenía que esperar.
Tal vez uno de los espectadores del teatro seria su presa más tarde. Por lo pronto, debía quedarse ahí, calmada. No podría tener al compañero de presa, pues sabia que no era del todo humano natural y podría correr peligro. Esa noche no se iba a dormir sin haber mordido a alguien.
-Ah. Parecía.- dijo en modo de respuesta.- Delilah.- estrechó la mano y continuó. -Matthaeus es mi apellido.- No le gustó que la haya llamado 'su observadora', pero tal vez no lo hizo con mala intención. Delilah no mostró desagrado y sonrió sin mostrar los dientes. -Mucho gusto, Salazar.-
Desvío su mirada a la entrada. Al parecer, ya tenía pensado a quien cazar esa noche. Después lo seguiría, ya que no tenía pensado perderle. Mayormente mordía a hombres. Disimuló su hambre y deseó que sus pupilas no se volviesen rojas. Afortunadamente, para varios, no cambiaron de color. Lo sabía controlar. Delilah tenía las pupilas normales, medio celestes, grisáceas.
Escuchó su pregunta, entonces volvió la mirada al joven. -Claro.- Por algo vine. pensó, pero no lo llegó a decir. No quería adelantarse. Delilah no haría algo que no quisiera a menos que fuese totalmente necesario, caso no presente en la situación.
-Es uno de mis pasatiempos favoritos. - mencionó. Luego de un silencio no tan incómodo le preguntó. - ¿Y a Usted? ¿Le gusta?-. Él ya no parecía nervioso ni inquieto. A ella ya le daba igual. Miró el traje del hombre. No era el de los mejores. Tal vez era de esos que se ponen un traje y se creen todo. Delilah era sencilla, de clase media, sin prejuicios.
Tal vez uno de los espectadores del teatro seria su presa más tarde. Por lo pronto, debía quedarse ahí, calmada. No podría tener al compañero de presa, pues sabia que no era del todo humano natural y podría correr peligro. Esa noche no se iba a dormir sin haber mordido a alguien.
-Ah. Parecía.- dijo en modo de respuesta.- Delilah.- estrechó la mano y continuó. -Matthaeus es mi apellido.- No le gustó que la haya llamado 'su observadora', pero tal vez no lo hizo con mala intención. Delilah no mostró desagrado y sonrió sin mostrar los dientes. -Mucho gusto, Salazar.-
Desvío su mirada a la entrada. Al parecer, ya tenía pensado a quien cazar esa noche. Después lo seguiría, ya que no tenía pensado perderle. Mayormente mordía a hombres. Disimuló su hambre y deseó que sus pupilas no se volviesen rojas. Afortunadamente, para varios, no cambiaron de color. Lo sabía controlar. Delilah tenía las pupilas normales, medio celestes, grisáceas.
Escuchó su pregunta, entonces volvió la mirada al joven. -Claro.- Por algo vine. pensó, pero no lo llegó a decir. No quería adelantarse. Delilah no haría algo que no quisiera a menos que fuese totalmente necesario, caso no presente en la situación.
-Es uno de mis pasatiempos favoritos. - mencionó. Luego de un silencio no tan incómodo le preguntó. - ¿Y a Usted? ¿Le gusta?-. Él ya no parecía nervioso ni inquieto. A ella ya le daba igual. Miró el traje del hombre. No era el de los mejores. Tal vez era de esos que se ponen un traje y se creen todo. Delilah era sencilla, de clase media, sin prejuicios.
Delilah M. Matthaeus- Vampiro Clase Media
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
-Lo adoro pero no puedo venir tanto como me gustaría, digamos que esta noche ha sido una ocasión especial.- me encogí de hombro despreocupadamente.- Si me disculpa.- me levanté y me fui en dirección a los baños.
Al entrar me busqué por la chaqueta y encontré el puñal escondido "Creía que lo había olvidado en casa" Suspiré tranquiamente. Me lavé el rostro y recordé algunos trucos que me serían de ayuda. Puede que me estuviera volviendo loco. Ella no tenía que ser peligrosa. Quizás fuera porque notaba algo, pero no sabía el qué. Volví a los asientos. Ella seguía allí. En cuanto me senté la función empezó de nuevo. Me ignoré de la chica por completo y me fijé en la gran obra que había ante mí. El tiempo pasó rápido y cuando quise darme cuenta la obra terminó. Entonces la gente se puso de pie y aplaudió yo hice lo mismo. La obra había sido buena. Pero me volví a sentar iba a dejar que salieran todos antes. En cuestion de minutos la sala estaba casi vacía. Pero me quedé allí mirando de reojo a la dama de mi lado. Estuve tentado de retenerla hasta que la sala estuviera vacía y cometer una pequeña carnicería. Pero no, esa noche no iba matar me lo había prometido a mi mismo y a Karl.
Al entrar me busqué por la chaqueta y encontré el puñal escondido "Creía que lo había olvidado en casa" Suspiré tranquiamente. Me lavé el rostro y recordé algunos trucos que me serían de ayuda. Puede que me estuviera volviendo loco. Ella no tenía que ser peligrosa. Quizás fuera porque notaba algo, pero no sabía el qué. Volví a los asientos. Ella seguía allí. En cuanto me senté la función empezó de nuevo. Me ignoré de la chica por completo y me fijé en la gran obra que había ante mí. El tiempo pasó rápido y cuando quise darme cuenta la obra terminó. Entonces la gente se puso de pie y aplaudió yo hice lo mismo. La obra había sido buena. Pero me volví a sentar iba a dejar que salieran todos antes. En cuestion de minutos la sala estaba casi vacía. Pero me quedé allí mirando de reojo a la dama de mi lado. Estuve tentado de retenerla hasta que la sala estuviera vacía y cometer una pequeña carnicería. Pero no, esa noche no iba matar me lo había prometido a mi mismo y a Karl.
Salazar Phantomhive- Hechicero Clase Baja
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
Escuchó las palabras del acompañante. Dentro de todo, si le gustaba el teatro, podría ser una persona calmada, pero no. Delilah no se guiaba por estereotipos ni juzgaba tanto, como parecía. Asintió a su comentario. ¿Ocasión especial? No le importó mucho y se apoyó en el respaldar. -Claro.- respondió señalando con la mano la dirección del baño por si acaso, para darle pase hacia él. Se quedó esperando a que la pausa terminase, pues ya se había aburrido. Puso el codo en el apoyo del lado izquierdo y acostó su cabeza en el puño.
Buscó con la mirada al hombre que había visto en la entrada. Lo encontró y divisó sus movimientos. Sería una buena caza y todo salía como lo planeaba. El hombre subió su mirada repentinamente hacia Delilah. Ella ya se había puesto derecha nuevamente y mirándolo le sonrió. La mujer de su costado le habló, pero no le hizo caso, hasta que le movió los hombros. Delilah rió al notar eso y desvió su mirada al escenario, todavía vació. Miró de reojo al hombre, que la miró de nuevo. Él alzó la mano en forma de saludo y ella hizo lo mismo sonriendo. A veces los humanos eran tan ingenuos.
Fue entonces enseguida al baño de mujeres de arriba, pues sabía que estaría vació. Se quitó lo que tenía puesto y abajo tenía algo más casual y fresco, sin dejar de tener formalidad. Había otra muchacha en el baño, solo ella, quien también se estaba cambiando en un vestidor. Delilah con la rapidez de siempre, cogió sus zapatos y se los cambió también. No importaría si se diese cuenta, pues era peligroso para la muchacha si le reclamaba algo. Al menos no la estaba dejando sin zapatos. Regresó rápido y se sentó en el lugar de antes. Se miró las uñas y notó que Salazar, el que se había sentado en la misma fila, estaba regresando.
En ese momento la obra continuó. Qué buena obra, por cierto. A Delilah le había gustado y había pasado un buen rato. Aplaudió suavemente junto con las otras personas, pero se quedó sentada, cruzando las piernas con el jean oscuro que ahora traía. Miró de reojo a Salazar, quien al parecer no se disponía a dejar el teatro.
El hombre que la había visto también se quedó, pero en su sitio, mirando hacia el lugar. Delilah no sonreía mostrando sus colmillos, a menos que quisiese hacerlo. En esta ocasión no lo hizo. No dijo nada, solo se quedó sentada, con un rostro serio y pálido, de costumbre. Tenía los ojos ahora más rojizos, pero todavía grisáceos.
Buscó con la mirada al hombre que había visto en la entrada. Lo encontró y divisó sus movimientos. Sería una buena caza y todo salía como lo planeaba. El hombre subió su mirada repentinamente hacia Delilah. Ella ya se había puesto derecha nuevamente y mirándolo le sonrió. La mujer de su costado le habló, pero no le hizo caso, hasta que le movió los hombros. Delilah rió al notar eso y desvió su mirada al escenario, todavía vació. Miró de reojo al hombre, que la miró de nuevo. Él alzó la mano en forma de saludo y ella hizo lo mismo sonriendo. A veces los humanos eran tan ingenuos.
Fue entonces enseguida al baño de mujeres de arriba, pues sabía que estaría vació. Se quitó lo que tenía puesto y abajo tenía algo más casual y fresco, sin dejar de tener formalidad. Había otra muchacha en el baño, solo ella, quien también se estaba cambiando en un vestidor. Delilah con la rapidez de siempre, cogió sus zapatos y se los cambió también. No importaría si se diese cuenta, pues era peligroso para la muchacha si le reclamaba algo. Al menos no la estaba dejando sin zapatos. Regresó rápido y se sentó en el lugar de antes. Se miró las uñas y notó que Salazar, el que se había sentado en la misma fila, estaba regresando.
En ese momento la obra continuó. Qué buena obra, por cierto. A Delilah le había gustado y había pasado un buen rato. Aplaudió suavemente junto con las otras personas, pero se quedó sentada, cruzando las piernas con el jean oscuro que ahora traía. Miró de reojo a Salazar, quien al parecer no se disponía a dejar el teatro.
El hombre que la había visto también se quedó, pero en su sitio, mirando hacia el lugar. Delilah no sonreía mostrando sus colmillos, a menos que quisiese hacerlo. En esta ocasión no lo hizo. No dijo nada, solo se quedó sentada, con un rostro serio y pálido, de costumbre. Tenía los ojos ahora más rojizos, pero todavía grisáceos.
Delilah M. Matthaeus- Vampiro Clase Media
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
Allí plantado en el asiento del teatro. Miré a la muejr que tenía a mi lado. ¿Se había cambiado de ropa? O era la que había llevado en todo momento. No supe decir ya que no había retenido en mi mente el modelito de ropa que llevaba ella al principio de empezar la obra. Vi que estaba saludando a alguien. Giré mir ostro y pude ver a un hombre que no pasaba de mirarla con cara de cordero degollado. La de al lado, que supuse que sería su mujer, manifestaba su inconformismo ante la vision que estaba teniendo. La mujer del hombre se levantó. Le dijo cosas que no llegué a escuchar pero de seguro que era una buena bronca. Ella se levantó airada y se fue del teatro, dejando a su esposo o lo que fuera allí sentado. Mirando a la chica de mi lado como si fuera un tonto. Entonces lo comprendí. Me giré para ver el rostro de la joven, notaba algo extraño pero no sabía el que.
Me levanté de mi asiento cuando solo quedabamos los tres. Busqué bajo mi abrigo y saqué mi puñal. "Hora de la diversión".
-Eh, señorita.- llamé a la Delilah. Después apunté con el puñal hacia el hombre. El cual me miraba horrorizado. Le lancé el puñal al hombre que se clavó, con exactitud, en el entrecejo. Murió rápidamente.- Corre que se te enfría la cena.- Sonreí divertido de medio lado. Bajé hasta dodne estaba el hombre y rebusqué en sus bolsillo. Sacando algo de dinero y guardandomelo.
Volví a dodne estaba.- Bueno querida, ha sido un placer y no le recomiendo que vengas a provar mi sangre... no creo que sea de su gusto. - reí. Era una situación peligrosa pero me gustaba. La miré fijamente esperando sus movimientos. ¿Qué haría aquella vampira? ¿Iría ahora por mí? No era un gran hechicero pero había llevado hasta el límite mis capacidades de ilusionista. Podría escapar facilmente sin que ella se diese cuenta.
Me levanté de mi asiento cuando solo quedabamos los tres. Busqué bajo mi abrigo y saqué mi puñal. "Hora de la diversión".
-Eh, señorita.- llamé a la Delilah. Después apunté con el puñal hacia el hombre. El cual me miraba horrorizado. Le lancé el puñal al hombre que se clavó, con exactitud, en el entrecejo. Murió rápidamente.- Corre que se te enfría la cena.- Sonreí divertido de medio lado. Bajé hasta dodne estaba el hombre y rebusqué en sus bolsillo. Sacando algo de dinero y guardandomelo.
Volví a dodne estaba.- Bueno querida, ha sido un placer y no le recomiendo que vengas a provar mi sangre... no creo que sea de su gusto. - reí. Era una situación peligrosa pero me gustaba. La miré fijamente esperando sus movimientos. ¿Qué haría aquella vampira? ¿Iría ahora por mí? No era un gran hechicero pero había llevado hasta el límite mis capacidades de ilusionista. Podría escapar facilmente sin que ella se diese cuenta.
Salazar Phantomhive- Hechicero Clase Baja
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
A Delilah pocas veces le sorprendían acciones o hechos. Por excepción, ese momento le sorprendió. Lo siguió con la mirada y puso sus manos sobre los descansabrazos. Antes de eso, Delilah había observado el puñal del joven y se preguntó por curiosidad para que lo había traído. No imaginó lo que iba a suceder. Hizo caso al llamado de Salazar y solo lo miró, con una sonrisa de lado. Lo escuchó sin entenderlo del todo. Vio cómo apuntó al hombre con el puñal. Qué fea muerte...
Vio cómo la sangre corría por sus mejillas y sus ganas de ir hacia él aumentaron, pues se veía como un plato servido; sin embargo, a Delilah le gustaba jugar con su presa. Le gustaba ir lento, tenía todo planeado. Hubiese querido agarrarlo del cuello, clavar sus colmilos y saborear su sangre, mientras lo veía morir en sus brazos. Qué suceso aquel, que se ha repetido varias veces. Éxtasis para Delilah.
Ya no podía hacer nada. Ese hombre extraño, que parecía incómodo pero inocente, arruinó su cacería. El aroma de ese líquido que sentirse bien y mal al mismo tiempo. Bien, pues la calmaba, le saciaba la sed, pero recordaba que era una bestia, lo que le hacía pensar que estaba mal. En el momento preciso, eso no cruzaba su mente, solo se diponía a cazar y beber.
Delilah se puso de pie, cuando Salazar se acercó al hombre para quitarle el dinero de su billetera. Dinero. Papel que te da poder y que te hace sentir superior. Papel con el que sobrevives, si no tienes otra opción. Poder que todos quieren y necesitan.
Esa fue la razón por la que Delilah se quedó sin presa, cuando podía ella haberlo matado de una mordida, y haber bebido su sangre, para después darle el dinero al hombre que la acompañó en la fila de asientos durante la obra. Bien dicen que los humanos actúan mayormente por intuición, para hacerse la vida más fácil. Lo fácil se va rápido, pero es una lección que el humano no puede aprender. No dijo nada mientras lo veía. No era la primera vez que le pasaba, pero siendo sincera, no se lo esperaba. Hasta que llegó a ella de nuevo, pudo pronunciar de nuevo alguna palabra.
-Créame, que no deseo probar su sangre. Hay miles de presas allá afuera y para elegir hay bastante.- Como peces ingenuos al rededor del anzuelo. Piensan que llegarán a conseguir comida, pero caen de todas maneras. Mortales. -Gracias por arruinarme la cena.- dijo sarcásticamente de brazos cruzados frente a él. -Si me hubiera dejado matarlo por mi cuenta, te hubiese dejado robarte su dinero, pero siempre se busca el lado fácil, el lado donde el único beneficiado es Usted.- Arqueó una ceja, pero ya no le importaba lo que hizo con el hombre. Siempre terminaba con alguna presa, pero hubiese sido divertido al menos jugar con ella.
Vio cómo la sangre corría por sus mejillas y sus ganas de ir hacia él aumentaron, pues se veía como un plato servido; sin embargo, a Delilah le gustaba jugar con su presa. Le gustaba ir lento, tenía todo planeado. Hubiese querido agarrarlo del cuello, clavar sus colmilos y saborear su sangre, mientras lo veía morir en sus brazos. Qué suceso aquel, que se ha repetido varias veces. Éxtasis para Delilah.
Ya no podía hacer nada. Ese hombre extraño, que parecía incómodo pero inocente, arruinó su cacería. El aroma de ese líquido que sentirse bien y mal al mismo tiempo. Bien, pues la calmaba, le saciaba la sed, pero recordaba que era una bestia, lo que le hacía pensar que estaba mal. En el momento preciso, eso no cruzaba su mente, solo se diponía a cazar y beber.
Delilah se puso de pie, cuando Salazar se acercó al hombre para quitarle el dinero de su billetera. Dinero. Papel que te da poder y que te hace sentir superior. Papel con el que sobrevives, si no tienes otra opción. Poder que todos quieren y necesitan.
Esa fue la razón por la que Delilah se quedó sin presa, cuando podía ella haberlo matado de una mordida, y haber bebido su sangre, para después darle el dinero al hombre que la acompañó en la fila de asientos durante la obra. Bien dicen que los humanos actúan mayormente por intuición, para hacerse la vida más fácil. Lo fácil se va rápido, pero es una lección que el humano no puede aprender. No dijo nada mientras lo veía. No era la primera vez que le pasaba, pero siendo sincera, no se lo esperaba. Hasta que llegó a ella de nuevo, pudo pronunciar de nuevo alguna palabra.
-Créame, que no deseo probar su sangre. Hay miles de presas allá afuera y para elegir hay bastante.- Como peces ingenuos al rededor del anzuelo. Piensan que llegarán a conseguir comida, pero caen de todas maneras. Mortales. -Gracias por arruinarme la cena.- dijo sarcásticamente de brazos cruzados frente a él. -Si me hubiera dejado matarlo por mi cuenta, te hubiese dejado robarte su dinero, pero siempre se busca el lado fácil, el lado donde el único beneficiado es Usted.- Arqueó una ceja, pero ya no le importaba lo que hizo con el hombre. Siempre terminaba con alguna presa, pero hubiese sido divertido al menos jugar con ella.
Delilah M. Matthaeus- Vampiro Clase Media
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
-No lo he hecho para hacer el camino fácil. De hecho ni siquiera tenía pensado robar algo de dienro esta noche. Pero cuando veo que puedo fastidiar a alguien no puedo esatrme quieto.- sonreí.- Y como has dicho hay muchos humanos con cálida sangre corriendole por las venas ahí afuera. Creo que ni siquiera debía haberte importado ¿no?- me mofé de ella.- ¿O acaso eres un vampiro que adoran a los humanos? Porque sería bastante divertido, mujer.
Le di la espalda y caminé hacia la salida.- Como no se de prisa pensarás que suted era la asesina.- le advertí.- Tengo curiosidad sobre una cosa.- Me giré para mirar a esa mujer. Clave mis ojos en sus ojos rojos.- ¿Qué hará ahora? ¿Corrrera hacia fuera a comerse al primero que pasé? Y Los inquisidores se quejan de nosotros. Me parece extraño. Incluso yo a su lado parezco un santo.- La estaba enfandando y eso era lo que quería hacer: Enfadarla. Sabría que eso me traería horribles coincidencias pero ¿Qué le iba hacer? Sabía que no podría matarla a si que chincharla un poco era la mejor opción, en vez de enfrentarme a ella. Aun así me preparé para salier corriendo porque seamos realists. Pero me gustaba el peligro. Contemplé una vez más el cadáver del hombre y me pregunté si su mujer lo estaría echando de menos. Por lo enfadada que se había ido seguro que no. Ya lo echaría de menos mañana.
Le di la espalda y caminé hacia la salida.- Como no se de prisa pensarás que suted era la asesina.- le advertí.- Tengo curiosidad sobre una cosa.- Me giré para mirar a esa mujer. Clave mis ojos en sus ojos rojos.- ¿Qué hará ahora? ¿Corrrera hacia fuera a comerse al primero que pasé? Y Los inquisidores se quejan de nosotros. Me parece extraño. Incluso yo a su lado parezco un santo.- La estaba enfandando y eso era lo que quería hacer: Enfadarla. Sabría que eso me traería horribles coincidencias pero ¿Qué le iba hacer? Sabía que no podría matarla a si que chincharla un poco era la mejor opción, en vez de enfrentarme a ella. Aun así me preparé para salier corriendo porque seamos realists. Pero me gustaba el peligro. Contemplé una vez más el cadáver del hombre y me pregunté si su mujer lo estaría echando de menos. Por lo enfadada que se había ido seguro que no. Ya lo echaría de menos mañana.
Salazar Phantomhive- Hechicero Clase Baja
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
La confundida era ella. Sus palabras la entreveraron, pero la mente de Delilah viajó más rápido y captó algo de lo que decía, pues su mente estaba divagando en otra cosa, que en fin, no tenía importancia. -Entonces su objetivo es fastidiarme a mí.- dijo enarcando una ceja. Claro que hay bastantes humanos ingenuos y fáicles de cazar allá, pero no todos tienen la sangre exquisita, ni todos dan gusto al dejarse beber la sangre.- aclara con tranquilidad. Y pues la verdad, no me ha importado, como Usted dice.
A Delilah le sorprendió cómo supo tan rápido que era vampiro, pero mostró indiferencia a la mención de la raza. En algo tenía que contradecirse: no todos lso humanos son ingenuos y tontos. Hay algunos, que guiándose por la razón, llegan más lejos que por la fe. Delilah solo tenía "fe" en ella misma, pero aquella palabra siempre mal usada, podría ser también mal interpretada.
No adoro a los humanos, solo bebo de su sangre y adiós. Y no de todos.. hay quienes se lo merecen y quienes no. No puedo juzgar, pero si se trata de sobrevivir, o mejor dicho de seguir teniendo esta existencia invaluable, en primer lugar estaré yo.- El egoísmo no era parte de ella, a menos que se tratase de sangre, el alimento que le hacía perecer. ¿Divertido? ¿Qué otras cosas le parecerá divertido a este hombre?.
Lo vio darse la vuelta y soltó los brazos, que tenía cruzados, y avanzó un paso, hasta que giró y paró. -Prisa es lo que me sobra, que la velocidad es un punto a mi favor cuando de escapar se trata.- Le escucha ambas preguntas, pero no las piensa. Solo responde con lo primero que se le viene a la mente.
No estaba enfadada, ni incómoda. Es más, se estaba empezando a divertir. Que un humano se llegase a enfrentar a un vampiro mostraba muchas cosas, lo que le llamaba la atención a Delilah. ¿Ahora? Pues no, de eso no se trata cazar a gusto. Uno tiene que jugar. No me imagino beber la sangre del primero que pase, pues sería muy aburrido.- Le esucha hablar.
Delilah no conocía a ningún Inquisidor.. solo a un par de vampiros. Después de eso, solo conocía a humanos, que poco a poco fallecían. -¿Nosotros? ¿Quiénes nosotros?- preguntó con curiosidad acercándose. Pues en este mundo, santo no es nadie. Que si alguien fuese santo, allá los que creen, pero la santidad debe ser horrible. Límites por todos lados. Cosas que evito.- comentó enarcando la ceja nuevamente.
Este hombre le intrigaba, pues nunca decía algo concreto. Al menos, no para ella. Hasta no saber qué era Salazar, no podía tal vez entenderle. Respondiendo a su pregunta, solo saldré de este lugar, que tampoco quiero jugar al papel del testigo.- dijo avanzando hacia la salida.-
Al parecer hoy no probaré sangre de humano.- mencionó al divisar al hombre, con la daga clavada en la entreceja. De puntería no estaba mal. Y a Delilah le crecía la intriga y la curiosidad. Se adelantó al hombre y llegó rápido a la salida. Se apagaron poco a poco las luces y solo quedaron las del escenario. Pronto llegarían los de limpieza, por lo que volvió la mirada a Salazar.- Usted no piensa quedarse ahí, ¿o sí?- preguntó y resopló.
A Delilah le sorprendió cómo supo tan rápido que era vampiro, pero mostró indiferencia a la mención de la raza. En algo tenía que contradecirse: no todos lso humanos son ingenuos y tontos. Hay algunos, que guiándose por la razón, llegan más lejos que por la fe. Delilah solo tenía "fe" en ella misma, pero aquella palabra siempre mal usada, podría ser también mal interpretada.
No adoro a los humanos, solo bebo de su sangre y adiós. Y no de todos.. hay quienes se lo merecen y quienes no. No puedo juzgar, pero si se trata de sobrevivir, o mejor dicho de seguir teniendo esta existencia invaluable, en primer lugar estaré yo.- El egoísmo no era parte de ella, a menos que se tratase de sangre, el alimento que le hacía perecer. ¿Divertido? ¿Qué otras cosas le parecerá divertido a este hombre?.
Lo vio darse la vuelta y soltó los brazos, que tenía cruzados, y avanzó un paso, hasta que giró y paró. -Prisa es lo que me sobra, que la velocidad es un punto a mi favor cuando de escapar se trata.- Le escucha ambas preguntas, pero no las piensa. Solo responde con lo primero que se le viene a la mente.
No estaba enfadada, ni incómoda. Es más, se estaba empezando a divertir. Que un humano se llegase a enfrentar a un vampiro mostraba muchas cosas, lo que le llamaba la atención a Delilah. ¿Ahora? Pues no, de eso no se trata cazar a gusto. Uno tiene que jugar. No me imagino beber la sangre del primero que pase, pues sería muy aburrido.- Le esucha hablar.
Delilah no conocía a ningún Inquisidor.. solo a un par de vampiros. Después de eso, solo conocía a humanos, que poco a poco fallecían. -¿Nosotros? ¿Quiénes nosotros?- preguntó con curiosidad acercándose. Pues en este mundo, santo no es nadie. Que si alguien fuese santo, allá los que creen, pero la santidad debe ser horrible. Límites por todos lados. Cosas que evito.- comentó enarcando la ceja nuevamente.
Este hombre le intrigaba, pues nunca decía algo concreto. Al menos, no para ella. Hasta no saber qué era Salazar, no podía tal vez entenderle. Respondiendo a su pregunta, solo saldré de este lugar, que tampoco quiero jugar al papel del testigo.- dijo avanzando hacia la salida.-
Al parecer hoy no probaré sangre de humano.- mencionó al divisar al hombre, con la daga clavada en la entreceja. De puntería no estaba mal. Y a Delilah le crecía la intriga y la curiosidad. Se adelantó al hombre y llegó rápido a la salida. Se apagaron poco a poco las luces y solo quedaron las del escenario. Pronto llegarían los de limpieza, por lo que volvió la mirada a Salazar.- Usted no piensa quedarse ahí, ¿o sí?- preguntó y resopló.
Delilah M. Matthaeus- Vampiro Clase Media
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
Esuché las palabras de aquella vampira. Estaba de buenas a si que no pensaba chincharla más por hoy. Antes de que em pusiera en marcha se me adelantó. Yo me di la vuelta para ver como estaba ya en la entrada de la sala y me preguntaba aquello.- Si me quedasé aquí se lo pondría demasiaod fácil a la policía ¿no?- me encogí de hombros y empecé a caminar.
Pero me di la vuelta y con mi magia hice que el cuchillo saliera volando otra vez hasta mí. Entonces terminé de caminar hasta colocarme al lado de la chica.- Es mejor que salgamos los dos a la vez, como una pareja.- le di mi brazo aquella vampira. Tenía curiosidad de tocarla. Muy pocas veces tenía a una vampira docil tan cerca. Noté posarse su brazo en mi y algo de frío. Lo que pensaba. Ambos salimos de la sala. En el hall había muchas personas. Todas hablaban entre ellas. Nadie se fijó en nosotros en cuanto estuvimos mezclados con todos los demás la solté. Incliné mi cabeza hacia ella.- Ha sido un placer molestarla esta noche..- Cogí una de sus heladas manos y le di un delicado beso en su dorso.- Me hubiera gustado conocerla en otras ciscunstancia y en otros tiempos.- Claro está me referia a cuando no era vampiro. La chica era hermosa, eso había que admitirlo. Aunque todos los vampiros se volvían hermosos cuando eran transformados. ¿Sería igual de hermosa antes? Eso nunca lo sabría y no tenía por qué comerme la cabeza con esas cosas.
Pero me di la vuelta y con mi magia hice que el cuchillo saliera volando otra vez hasta mí. Entonces terminé de caminar hasta colocarme al lado de la chica.- Es mejor que salgamos los dos a la vez, como una pareja.- le di mi brazo aquella vampira. Tenía curiosidad de tocarla. Muy pocas veces tenía a una vampira docil tan cerca. Noté posarse su brazo en mi y algo de frío. Lo que pensaba. Ambos salimos de la sala. En el hall había muchas personas. Todas hablaban entre ellas. Nadie se fijó en nosotros en cuanto estuvimos mezclados con todos los demás la solté. Incliné mi cabeza hacia ella.- Ha sido un placer molestarla esta noche..- Cogí una de sus heladas manos y le di un delicado beso en su dorso.- Me hubiera gustado conocerla en otras ciscunstancia y en otros tiempos.- Claro está me referia a cuando no era vampiro. La chica era hermosa, eso había que admitirlo. Aunque todos los vampiros se volvían hermosos cuando eran transformados. ¿Sería igual de hermosa antes? Eso nunca lo sabría y no tenía por qué comerme la cabeza con esas cosas.
Salazar Phantomhive- Hechicero Clase Baja
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
Asintió encogiéndose de hombros al escucharle. Tenía razón. Delilah respetaba a la policía hasta cierto punto, pero a veces les parecía tontos. Al igual que la mayoría de gobernadores. Felizmente a ella no le interesaban los temas de política. Tampoco de religión. -De todas maneras, nunca lo encontrarán o atraparan, Salazar. Es muy astuto para eso.- respondió mirando al hombre fallecido con la daga clavada. Igual no diré nada, no me interesa hacerlo, tampoco.- Cuando hizo volver el cuchillo hacia él, Delilah lo pensó una vez más. O era brujo, o algún humano con poderes, pero de que algo especial tenía, lo tenía.
Lo vio hasta ponerse junto a ella. Le escuchó y aunque exactamente no sabía por qué habría de hacerlo, lo hizo. A fin de cuentas, no le parecía mala idea. -Está bien. Salgamos de una vez.- alarga y entrecruza el brazo con el del hombre de su costado. Como era de esperarse, la piel del hombre era más cálida que la de Delilah, por lo que sonrió al sentirla. Una vampira no le tiende el brazo a un humano a diario.
Al salir de la sala, nadie había notado nada. Parecían todos robots, haciendo lo mismo de siempre. El agudo oído de Delilah notó que algunos hablaban de la obra, otros de lo que harían más tarde y algunos parecían reencontrarse después de mucho tiempo. Igual pronto morirían, si es que algún vampiro no se decidía a morderles el cuello y además darles de beber de su sangre. Cuántos de aquellos humanos querrán inmortalidad. Pero ninguno sabe de qué se trata. "Ninguno sabe lo que es ser una bestia, sintiendo culpa de todo y al final no hacer nada para cambiarlo, porque así eres y así serás."
En ese momento a Delilah le daba igual. Se volteó hacia él cuando se detuvieron.- Igual para mí, Señor.- respondió con una sonrisa de labios, sintiendo los de él sobre su mano.- Tal vez no hubiese sido tan divertido como ahora.- ladeó la cabeza y la bajó mirándose las manos.- Pero sí, tal vez hubiese sido mejor.- comentó.
El primer brujo que Delilah conocía. ¿Serían todos así? Bueno, ni si quiera lo conocía bien, solo sabía su nombre y tal vez un par de cosas más. Al menos lo reconocería, si es que se lo volvía a encontrar en otro lugar. -¿Y qué hará ahora? ¿Seguirá por ahí buscando a quien robar?- Preguntó con algo de ironía en sus palabras.
Lo vio hasta ponerse junto a ella. Le escuchó y aunque exactamente no sabía por qué habría de hacerlo, lo hizo. A fin de cuentas, no le parecía mala idea. -Está bien. Salgamos de una vez.- alarga y entrecruza el brazo con el del hombre de su costado. Como era de esperarse, la piel del hombre era más cálida que la de Delilah, por lo que sonrió al sentirla. Una vampira no le tiende el brazo a un humano a diario.
Al salir de la sala, nadie había notado nada. Parecían todos robots, haciendo lo mismo de siempre. El agudo oído de Delilah notó que algunos hablaban de la obra, otros de lo que harían más tarde y algunos parecían reencontrarse después de mucho tiempo. Igual pronto morirían, si es que algún vampiro no se decidía a morderles el cuello y además darles de beber de su sangre. Cuántos de aquellos humanos querrán inmortalidad. Pero ninguno sabe de qué se trata. "Ninguno sabe lo que es ser una bestia, sintiendo culpa de todo y al final no hacer nada para cambiarlo, porque así eres y así serás."
En ese momento a Delilah le daba igual. Se volteó hacia él cuando se detuvieron.- Igual para mí, Señor.- respondió con una sonrisa de labios, sintiendo los de él sobre su mano.- Tal vez no hubiese sido tan divertido como ahora.- ladeó la cabeza y la bajó mirándose las manos.- Pero sí, tal vez hubiese sido mejor.- comentó.
El primer brujo que Delilah conocía. ¿Serían todos así? Bueno, ni si quiera lo conocía bien, solo sabía su nombre y tal vez un par de cosas más. Al menos lo reconocería, si es que se lo volvía a encontrar en otro lugar. -¿Y qué hará ahora? ¿Seguirá por ahí buscando a quien robar?- Preguntó con algo de ironía en sus palabras.
Delilah M. Matthaeus- Vampiro Clase Media
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Re: "La vida es una buena obra de teatro con un tercer acto mal escrito." - Truman [Libre]
Sonreí de medio lado cuando me preguntó aquello. La verdad es que no solía robar a los muertos, simplemente iba pidiendo limosna o sobrevivía a base de caridad. Puse cara de que estaba meditando profundamente esa cuestión aunque en realidad no fuera así.- Seguramente no haya ninguna victima de mi agrado en estas noches.- me encogí de hombros.- A si que puedo hacer dos cosas: irme a mi casa o seguir molestandola hasta que estes tan cansada de mi que me quieras muerto.
Miré a mi alrededor para contemplar a las personas. Todas de clase media-alta. Me preguntaba cuanto de ellos sabrían que estaban compartiendo la sala con una vampira. Aunque claro, entre aquellas personas podía haber otra clases de seres. No pude evitar sonreír levemente al pensar que alomejor yo era el único "normal" de allí. Aunque París podría sorprender a cualquiera ¿no? Ya me había sorprendido a mi en muchas ocaciones y tenía la sensación de que me seguiría sorprendiendo durante bastante tiempo.-¿Le gustó la obra o estuvo demasiando atenta de su aperitivo?- bromeé. Quizás no debía tomarme tantas confianza. Era un vampiro y aunque yo fuera un brujo los movimientos eran más rápidos que las palabras. Tras haber contemplao mi alrededor volví a fijarme en ella. Majestuosa como siempre, me observaba. Le sostuve la mirada todo el rato. Solo una persona era capaz de hacer que apartara la mirada.
(Perdon porque sea tan cortillo)
Miré a mi alrededor para contemplar a las personas. Todas de clase media-alta. Me preguntaba cuanto de ellos sabrían que estaban compartiendo la sala con una vampira. Aunque claro, entre aquellas personas podía haber otra clases de seres. No pude evitar sonreír levemente al pensar que alomejor yo era el único "normal" de allí. Aunque París podría sorprender a cualquiera ¿no? Ya me había sorprendido a mi en muchas ocaciones y tenía la sensación de que me seguiría sorprendiendo durante bastante tiempo.-¿Le gustó la obra o estuvo demasiando atenta de su aperitivo?- bromeé. Quizás no debía tomarme tantas confianza. Era un vampiro y aunque yo fuera un brujo los movimientos eran más rápidos que las palabras. Tras haber contemplao mi alrededor volví a fijarme en ella. Majestuosa como siempre, me observaba. Le sostuve la mirada todo el rato. Solo una persona era capaz de hacer que apartara la mirada.
(Perdon porque sea tan cortillo)
Salazar Phantomhive- Hechicero Clase Baja
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