AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
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Cotton Candy
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Cotton Candy
Esa mañana, el cambiaformas se levanto y alisto, tomando un baño rápido, con agua fría, para su desgracia, aun así, no se quejo, pues el tiempo apremiaba. Despertó a su princesita con cariño. Le vistió con pulcritud, no sin ciertos problemas. Acto seguido, la dejo en el salón con su muñeca Mía, mientras el buscaba un cuenco donde sirvió algo de cereales mas algo de miel, con leche fresca, y fresas, finamente picadas y lavadas. A su hija le gustaban mucho, y si no aparecían en su desayuno, ya podría prepararse a ver un pucherito formase en los labios de la niña. Desayunaron juntos. El podría verse del tipo que toma café solo, pero no, Louis era bien capaz de desayunar todos los días café con leche, endulzado con su respectiva mil. Incluso galletas. Recordó las piezas probadas en casa de Viola, y que había prometido llevar a Imre. Ahora, tendría que llevar a Halima también. Estaba seguro que la perfumista los recibiría bien, y adoraría a su mocosita rubia. Después de desayunar, le arropo un poco y salio de casa. La llevo de la manita un trecho del camino a casa, después, la cargo sobre sus hombros. Mía le golpeaba continuamente la cabeza. Una vez en la ciudad, la llevo de paseo por la zona comercial, donde fue literalmente estafado por su propia hija con algunos caramelos. La llevo con el al teatro, sus compañeros adoraron pronto a su hija, claro, preguntando por su madre, a lo que el cambiante, siempre respondía con esquivas. Un rápido ensayo general, y la niña aplaudiendo con entusiasmo en las primeras filas. Después de ello, le llevo a casa de una amiga, que no estaría en la presentación de esa noche, para que la cuidara. Se la llevaría al ensayo del día siguiente. Listo, ya tenia niñera.
Rento una habitación en un hostal, donde se termino de arreglar los desperfectos en su aspecto hasta entonces, el cabello se mantenía bien con ese corte. No volvería de momento a usarlo tan largo. Era confundido con una chica con ello. Y ya tenia para sustos el muchacho. Llevaba esta vez botas mas bajas, y pantalones menos de uso diario, pero cómodos, lo mismo que la camisa blanca, sin tantos olanes, y si el pecho descubierto. Coloco un saco de tamaño mediano, no largo hasta el suelo, apenas poco mas bajo de la cadera. En color azul marino, casi negro. Salio del lugar, y avanzo por las calles, con una rosa roja enorme en las manos, olisqueándola a ratos. Cómodo, pues seria la ropa que usaría al salir. Le daba pena y estaba mas nervioso. Por que el vampiro estaria alli. Era la primera vez que lo citaba alli. siempre era en casa, o en calles lejanas. Siempre cuidando que no lo vieran con el, no tantas muestras de cariño en publico. ¿Porque? El cambiaformas aun no olvidaba el episodio del cafe. Pero, hoy seria diferente. Al pie de la escalera del teatro donde trabaja, cuyo escenario adentro aguardaba, espero. Imre ubicaba ese sitio, aunque rara vez pasaran por alli, de espaldas a la calle, con la rosa sobre su pecho, canturreando algún soneto.
Rento una habitación en un hostal, donde se termino de arreglar los desperfectos en su aspecto hasta entonces, el cabello se mantenía bien con ese corte. No volvería de momento a usarlo tan largo. Era confundido con una chica con ello. Y ya tenia para sustos el muchacho. Llevaba esta vez botas mas bajas, y pantalones menos de uso diario, pero cómodos, lo mismo que la camisa blanca, sin tantos olanes, y si el pecho descubierto. Coloco un saco de tamaño mediano, no largo hasta el suelo, apenas poco mas bajo de la cadera. En color azul marino, casi negro. Salio del lugar, y avanzo por las calles, con una rosa roja enorme en las manos, olisqueándola a ratos. Cómodo, pues seria la ropa que usaría al salir. Le daba pena y estaba mas nervioso. Por que el vampiro estaria alli. Era la primera vez que lo citaba alli. siempre era en casa, o en calles lejanas. Siempre cuidando que no lo vieran con el, no tantas muestras de cariño en publico. ¿Porque? El cambiaformas aun no olvidaba el episodio del cafe. Pero, hoy seria diferente. Al pie de la escalera del teatro donde trabaja, cuyo escenario adentro aguardaba, espero. Imre ubicaba ese sitio, aunque rara vez pasaran por alli, de espaldas a la calle, con la rosa sobre su pecho, canturreando algún soneto.
Última edición por Louis J. Bouquet el Lun Abr 30, 2012 11:17 pm, editado 1 vez
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 20/01/2011
Edad : 33
Localización : In the 13Gate (?) Ok no, pero, posiblemente más cerca de lo que esperas
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Re: Cotton Candy
Ese día dormí como un bebé, muchas veces solo dormía por unos momentos y después solo me la pasaba ahí encerrado en ese pequeño lugar que me refugiaba del sol hasta el momento en que este desaparecía. Pero hoy no fue así. Cuando desperté ya estaba por completo oscuro así que salí de ahí restregándome mis ojos aun adormilado y me puse a ver si se encontraba alguien en casa o ver si Louis se aparecía pero después al momento de despertarme por completo me acorde que esa noche iba a ir verlo actuar ¡Sería la primera vez! Una emoción me embargo y me metí velozmente a bañar. Ya debía de ser bastante tarde y no podía darme el lujo de llegar atrasado a su función.
Al momento de terminar de bañarme me fui hasta la habitación para escoger que traje usuaria, no me decidía por uno. Casi todos eran muy bonitos y especial, al final tome el que consistía en unos pantalones hasta un poco más arriba de los tobillos de color negro junto con una chaquetita que iba encima de una camisa blanca. Unos calcetines largos cubrieron la poca piel que se mostraba por los pantalones y termine con ponerme los zapatos, estos no eran largos como los que usualmente usaba. Eran más normal y sin taco, haciéndome ver más bajo pero por suerte no era tan pequeño aunque cierto vampiro coreano me dijera lo contrario.
Cuando estuve por completo listo salí de la casa rumbo a donde él hacia sus presentaciones, iba a pasos algo acelerados porque ya creía que iba demasiado tarde y no, no y no. No me podía permitir el perderme aunque fuera el inicio de aquella presentación, era especial. Después de una media hora llegué al lugar y me puse a recorrerlo con la mirada para ver si podía ver a Louis y lo encontré a los segundos, estaba cerca de unas escaleras así que me acerque a pasos animosos hasta quedar frente suyo, se veía guapo.
- ¡Hola amor! -lo abracé apoyando mi cabeza en su pecho- lamento llegar tan tarde. Me quede dormido -murmure eso ultimo sintiéndome como casi siempre, un tonto.
Al momento de terminar de bañarme me fui hasta la habitación para escoger que traje usuaria, no me decidía por uno. Casi todos eran muy bonitos y especial, al final tome el que consistía en unos pantalones hasta un poco más arriba de los tobillos de color negro junto con una chaquetita que iba encima de una camisa blanca. Unos calcetines largos cubrieron la poca piel que se mostraba por los pantalones y termine con ponerme los zapatos, estos no eran largos como los que usualmente usaba. Eran más normal y sin taco, haciéndome ver más bajo pero por suerte no era tan pequeño aunque cierto vampiro coreano me dijera lo contrario.
Cuando estuve por completo listo salí de la casa rumbo a donde él hacia sus presentaciones, iba a pasos algo acelerados porque ya creía que iba demasiado tarde y no, no y no. No me podía permitir el perderme aunque fuera el inicio de aquella presentación, era especial. Después de una media hora llegué al lugar y me puse a recorrerlo con la mirada para ver si podía ver a Louis y lo encontré a los segundos, estaba cerca de unas escaleras así que me acerque a pasos animosos hasta quedar frente suyo, se veía guapo.
- ¡Hola amor! -lo abracé apoyando mi cabeza en su pecho- lamento llegar tan tarde. Me quede dormido -murmure eso ultimo sintiéndome como casi siempre, un tonto.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Fecha de inscripción : 17/02/2011
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Re: Cotton Candy
Louis dejo escapar el aire de sus pulmones con algo de desesperación. Impaciente su bota golpeaba el suelo. Imre no aparecía y los nervios se lo estaban comiendo por dentro. Algunas personas, cada vez un poco mas, comenzaban a llegar. Y el tenia que entrar de nuevo, a camerinos y cambiarse a toda prisa. El maquillaje casi no lo usaba, era mucho mas fino en rasgos que el resto del elenco varonil. Mas de alguno, le decía que tenia cara de doncella, y que lejos de audicionar para los papeles de principe y asi, deberia hacerlo para el de princesa. Si no llegaba….
Bueno, Imre podia entrar por si solo, pero… lo conocia y sabia que esos detalles le gustaban. Asi que aguardo un poco mas. Miro al cielo y sonrio a las estrellas. Esa noche, no tenia dudas. No tenia nada arremolinándose en su mente. Estaba nervioso, pero contento. Estaba pleno. ¿Por qué demonios tenia que ponerse mal? ¿Acaso no podia darse la oportunidad de estar bien, con lo que la vida le daba? Su vida era Halima, ese monstruito rubio. Pero su alma, era Imre. Simple y elemental como eso. Se odiaba y no entendia como era que lo miraba a los ojos, cuando llegaba a dudar. Merecia ir a la horca solo por semejante blasfemia.
Ah, pero justo cuando creyo que el chico tardaria mas, y estaba por girarse para correr tras bambalinas, el peliplateado hizo acto de presencia. Se veia tan mono y atractivo como de costumbre. El vampiro no lo noto, pero un par de jovencitas, que iban a la derecha de sus sobrios padres, se giraron para mirarlo, murmurando entre ellas. El chico era guapo, aunque fuera tan joven. Y era solo suyo. El cambiaformas se paro con la espalda bien erguida, en su mejor pose. Abrio los bazos para recibirlo. Un contacto fraternal que no tendria por que ser mal visto. Cuando el vampiro le abrazo, el respondio el gesto, apretando su cuerpo con fuerza, apoyando la mejilla sobre el cuerpo ajeno. Imre no se cuidaba de ir por alli discreto. Era espontaneo y adorable. El actor solto una risa con su ultimo comentario, despegandolo un poco, sosteniendolo aun por los brazos. -Muy mal mi estimado, debi dejarte entonces a nuestro torbellino de rizos dorados para que te despertara- y… no se resistio, le jalo el cachete; el vampiro era irresistible. Le extendio después la rosa, y le tomo de la mano, dirigiendolo al interior del recinto, con algo de prisa -Crei que me dejabas vestido y alborotado como novia de pueblo, Andrássy.- dicho en un tono bajo que solo podria escuchar el vampiro.
Le arrastro por los pasillos, con rapidez, pero cuidado. Hasta llegar la puerta que daba directo a los asientos de terciopelo. Ya habia gente dentro. Sonrio con amor al vampiro, y lo abrazo muy fuerte, para después separarse y tomar su rostro entre sus manos, acariciar con cariño sus mejillas con sus pulgares. -Estoy nervioso, sabes? Espero que no hallas traido tomates…. - el chico solto otra risita antes de abrazarlo nuevamente y darle un fugaz beso sobre la mejilla y depositar sobre su mano el boleto con el numero de asiento. Un buen lugar, donde no tuviera que matarse el cuello, como en uno de los palcos de las orillas, a el personalmente no le agradaban. -toma asiento, y… eh… disfruta
Apenas le dejo, salio disparado a otras areas. Llego al area de vestuario y fue recibido con risitas. -¡Pero mira nada mas, Louis, que rojo te has puesto!- comento Pierre, un morocho varios centímetros mas alto, mientras se colocaba un par de botas montañeses. -No te creas que no te hemos visto con esa rosa en la mano, y esa sonrisa te delata, ¿ha venido la doncella que te quita el aliento? Seguro que no es la madre de la niña- el cambiaformas se limito a negar con la cabeza. De Aly no habia dado muchos detalles sobre como es que estaba con ellos. -Si y no. La rosa si era para la persona que amo. Pero no les dire nada mas, asi que ¡ale! A ponerse en marcha - Louis era guapo, aunque no se lo creyera, y mas de una de sus compañeras, le tenia puesto el ojo, por que era joven, sensible y caballeroso, atento como pocos hombres con su pequeña hija. Un buen partido sin duda alguna.
Veinte minutos después, el telón se alzaba. Todo sumido en esa suave penumbra. La Luz de los cientos de velas, y una doncella de cabellos rojizos. Un escenario de ensueño. Castillos y rosas del color de la sangre.
La obra era una comedia romantica. Con sus tintes del fresco drama ingles, y el candor de las obras de la peninsula iberica. Tambien algo de canto, con la gracia de piezas con ritmos de la toscana italiana. Toda una mezcla, y cada que tenia que salir a escena, el cambiante se esforzaba. Era bueno en lo que hacia. Cada gesto, cada salto, cada abrazo. Hasta la sonrisa y las caidas. ¿Le estaria gustado a su niño? Partes musicales donde se podia lucir, como no. No se atrevia a mirarlo, temia quedarse embobado mirandolo.
Y venian escenas de pareja. Estaba mas que nervioso, pero no dejo que se traspasara a su expresión. Tomo las manos de su compañera de escena, y se esforzaba, , como si el que tuviera enfrente, fuera el peliplata.
Toma la cintura con delicadeza. La mirada seria y no hay sonrisas. Pero si un fuego en la mirada. Uno, dos. Las piernas esforzándose por seguir el paso marcado por la melodía. Ahora manos ajenas sobre su cuello, y la sonrisa cazadora. Tres, cuatro. Los bailarines se separan. Pero la pasion no se desvanece, flota mas que nunca, como un potente golpe. La erupcion de algun volcan. El calor que emana de la escena, es palpable. El deseo que genera el ver a los dos actores, insinuarse de manera decente. Ya lo ve el minino, en aquel señor que no deja mirar el escote de la joven que tiene a un costado, y que lo mira a el, como si quisiera comerselo. El gato se asusta, pero no lo muestra. En la mirada, solo hay fuerza. Y en la de la joven que ahora de nuevo tiene la mano sobre su hombro, se nota la dedicacion. ¿Cuánto ensayaron ese baile? Louis perdio la cuenta, pero no fue facil. Un baile cargado de seduccion. Cuerpos que buscan fundirse, a traves de una danza que puede postergarse por mucho tiempo. Espera que Imre no se encele. Bueno, en realidad, quiere que se encele. Desea que el muchacho sea mas posesivo con el. ¿Despertar algo en vampiro? Jérémie no va en busca de sexo esa noche. No, va por cosas mas sencillas y cariñosas, no tan fisicas. Aunque hace tiempo que no lo toca. Es difícil darse sus escapadas de pronto en medio del bosque, con Aly de por medio.
Cinco, seis, la camisa queda abierta, su frente se perla de un ligero sudor, disimulado a medias por los polvos que ambos bailarines usan. Siete, ocho. La melodía va agonizando, mientras entrelaza su mano a la ajena, sosteniendo en medio, una rosa blanca. Y finaliza. El besa la rosa, y la arroja al publico, con una clara direccion.
Tres cuartos de hora después, el telón vuelve a cerrarse. Felicitaciones, y movimiento, todos cansados pero contentos que saliera bien. El muchacho se apresura apenas diciendo nada, para encontrarse con Imre, adjunto al boleto, habia una nota que le especificaba, que lo esperara no por la aglomerada entrada/salida principal, que tardaba al menos media hora en despejarse, no, mejor que lo esperara por la puerta lateral. Por alli salia siempre de todos modos. Se coloco el saco de nuevo sobre los hombros y empujo todo, hasta salir, trastabillo un tanto y cayo de bruces al salir, dando con todo su cuerpo en el suelo
Bueno, Imre podia entrar por si solo, pero… lo conocia y sabia que esos detalles le gustaban. Asi que aguardo un poco mas. Miro al cielo y sonrio a las estrellas. Esa noche, no tenia dudas. No tenia nada arremolinándose en su mente. Estaba nervioso, pero contento. Estaba pleno. ¿Por qué demonios tenia que ponerse mal? ¿Acaso no podia darse la oportunidad de estar bien, con lo que la vida le daba? Su vida era Halima, ese monstruito rubio. Pero su alma, era Imre. Simple y elemental como eso. Se odiaba y no entendia como era que lo miraba a los ojos, cuando llegaba a dudar. Merecia ir a la horca solo por semejante blasfemia.
Ah, pero justo cuando creyo que el chico tardaria mas, y estaba por girarse para correr tras bambalinas, el peliplateado hizo acto de presencia. Se veia tan mono y atractivo como de costumbre. El vampiro no lo noto, pero un par de jovencitas, que iban a la derecha de sus sobrios padres, se giraron para mirarlo, murmurando entre ellas. El chico era guapo, aunque fuera tan joven. Y era solo suyo. El cambiaformas se paro con la espalda bien erguida, en su mejor pose. Abrio los bazos para recibirlo. Un contacto fraternal que no tendria por que ser mal visto. Cuando el vampiro le abrazo, el respondio el gesto, apretando su cuerpo con fuerza, apoyando la mejilla sobre el cuerpo ajeno. Imre no se cuidaba de ir por alli discreto. Era espontaneo y adorable. El actor solto una risa con su ultimo comentario, despegandolo un poco, sosteniendolo aun por los brazos. -Muy mal mi estimado, debi dejarte entonces a nuestro torbellino de rizos dorados para que te despertara- y… no se resistio, le jalo el cachete; el vampiro era irresistible. Le extendio después la rosa, y le tomo de la mano, dirigiendolo al interior del recinto, con algo de prisa -Crei que me dejabas vestido y alborotado como novia de pueblo, Andrássy.- dicho en un tono bajo que solo podria escuchar el vampiro.
Le arrastro por los pasillos, con rapidez, pero cuidado. Hasta llegar la puerta que daba directo a los asientos de terciopelo. Ya habia gente dentro. Sonrio con amor al vampiro, y lo abrazo muy fuerte, para después separarse y tomar su rostro entre sus manos, acariciar con cariño sus mejillas con sus pulgares. -Estoy nervioso, sabes? Espero que no hallas traido tomates…. - el chico solto otra risita antes de abrazarlo nuevamente y darle un fugaz beso sobre la mejilla y depositar sobre su mano el boleto con el numero de asiento. Un buen lugar, donde no tuviera que matarse el cuello, como en uno de los palcos de las orillas, a el personalmente no le agradaban. -toma asiento, y… eh… disfruta
Apenas le dejo, salio disparado a otras areas. Llego al area de vestuario y fue recibido con risitas. -¡Pero mira nada mas, Louis, que rojo te has puesto!- comento Pierre, un morocho varios centímetros mas alto, mientras se colocaba un par de botas montañeses. -No te creas que no te hemos visto con esa rosa en la mano, y esa sonrisa te delata, ¿ha venido la doncella que te quita el aliento? Seguro que no es la madre de la niña- el cambiaformas se limito a negar con la cabeza. De Aly no habia dado muchos detalles sobre como es que estaba con ellos. -Si y no. La rosa si era para la persona que amo. Pero no les dire nada mas, asi que ¡ale! A ponerse en marcha - Louis era guapo, aunque no se lo creyera, y mas de una de sus compañeras, le tenia puesto el ojo, por que era joven, sensible y caballeroso, atento como pocos hombres con su pequeña hija. Un buen partido sin duda alguna.
Veinte minutos después, el telón se alzaba. Todo sumido en esa suave penumbra. La Luz de los cientos de velas, y una doncella de cabellos rojizos. Un escenario de ensueño. Castillos y rosas del color de la sangre.
La obra era una comedia romantica. Con sus tintes del fresco drama ingles, y el candor de las obras de la peninsula iberica. Tambien algo de canto, con la gracia de piezas con ritmos de la toscana italiana. Toda una mezcla, y cada que tenia que salir a escena, el cambiante se esforzaba. Era bueno en lo que hacia. Cada gesto, cada salto, cada abrazo. Hasta la sonrisa y las caidas. ¿Le estaria gustado a su niño? Partes musicales donde se podia lucir, como no. No se atrevia a mirarlo, temia quedarse embobado mirandolo.
Y venian escenas de pareja. Estaba mas que nervioso, pero no dejo que se traspasara a su expresión. Tomo las manos de su compañera de escena, y se esforzaba, , como si el que tuviera enfrente, fuera el peliplata.
Toma la cintura con delicadeza. La mirada seria y no hay sonrisas. Pero si un fuego en la mirada. Uno, dos. Las piernas esforzándose por seguir el paso marcado por la melodía. Ahora manos ajenas sobre su cuello, y la sonrisa cazadora. Tres, cuatro. Los bailarines se separan. Pero la pasion no se desvanece, flota mas que nunca, como un potente golpe. La erupcion de algun volcan. El calor que emana de la escena, es palpable. El deseo que genera el ver a los dos actores, insinuarse de manera decente. Ya lo ve el minino, en aquel señor que no deja mirar el escote de la joven que tiene a un costado, y que lo mira a el, como si quisiera comerselo. El gato se asusta, pero no lo muestra. En la mirada, solo hay fuerza. Y en la de la joven que ahora de nuevo tiene la mano sobre su hombro, se nota la dedicacion. ¿Cuánto ensayaron ese baile? Louis perdio la cuenta, pero no fue facil. Un baile cargado de seduccion. Cuerpos que buscan fundirse, a traves de una danza que puede postergarse por mucho tiempo. Espera que Imre no se encele. Bueno, en realidad, quiere que se encele. Desea que el muchacho sea mas posesivo con el. ¿Despertar algo en vampiro? Jérémie no va en busca de sexo esa noche. No, va por cosas mas sencillas y cariñosas, no tan fisicas. Aunque hace tiempo que no lo toca. Es difícil darse sus escapadas de pronto en medio del bosque, con Aly de por medio.
Cinco, seis, la camisa queda abierta, su frente se perla de un ligero sudor, disimulado a medias por los polvos que ambos bailarines usan. Siete, ocho. La melodía va agonizando, mientras entrelaza su mano a la ajena, sosteniendo en medio, una rosa blanca. Y finaliza. El besa la rosa, y la arroja al publico, con una clara direccion.
Tres cuartos de hora después, el telón vuelve a cerrarse. Felicitaciones, y movimiento, todos cansados pero contentos que saliera bien. El muchacho se apresura apenas diciendo nada, para encontrarse con Imre, adjunto al boleto, habia una nota que le especificaba, que lo esperara no por la aglomerada entrada/salida principal, que tardaba al menos media hora en despejarse, no, mejor que lo esperara por la puerta lateral. Por alli salia siempre de todos modos. Se coloco el saco de nuevo sobre los hombros y empujo todo, hasta salir, trastabillo un tanto y cayo de bruces al salir, dando con todo su cuerpo en el suelo
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 20/01/2011
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Re: Cotton Candy
Sus brazos me rodearon de manera inmediata y me sentí realmente bien. Estar en ellos me era tan agradable que me gustaría jamás salir de ahí, era mi refugio favorito pero lamentablemente no se podía y debíamos separarnos porque él debía de partir al escenario. Sus palabras me hicieron sonreír de manera tierna, Halima… tan juguetona y traviesa aunque debía de admitir que a mí me hacía caso, muy al contrario de Louis que lo dominaba por completo y no le hacía ni el más mínimo caso. Supongo que a mí me ve como a su madre la cual no puede dominar por completo.
- Creo que no me hubiera despertado tampoco, no sé qué me paso que dormí como un bebé –le comente soltando una risita, callándola a los segundos cuando apretó y jalo mi mejilla provocando que un puchero se formara en los labios. Esas cosas me hacían sentir muy infantil y en ese momento no lo deseaba, aunque inconscientemente con ese gesto lo hacía de todas formas.
Me sorprendí un poco cuando me extendió la rosa, no me espere aquel gesto y le sonreí de manera encantadora como solamente podía hacer con él. Era muy linda y no podía dejar de mirarla aun después de que él me tomo de la mano y me guío hasta el lugar donde se presentaría la obra, su ultimo comentario me hizo observarlo y negué de manera rápida.
- Para nada, no iba dejarte. Solo no sé qué me paso que me desperté tan tarde pero menos mal que llegue a tiempo ¿No? –apreté con más fuerza su mano y seguimos caminando por un par de pasillos hasta llegar a una puerta en donde se podía apreciar a la gente ya a dentro.
Sus brazos me rodearon de nueva cuenta y le correspondí sonrojándome suave sintiendo después ese beso en mi mejilla mientras le escuchaba que estaba nervioso. No debía de estarlo, ya me imaginaba lo bien que actuaba y que no sería capaz de tirarle nada. Me reí por ese comentario suyo y también bese su mejilla cuando recibí el boleto.
- No digas tonterías, tranquilo lo harás bien como siempre y verás que no serán necesario los tomates. Está bien iré, nos vemos amor –y lo vi irse de manera veloz. Yo por mi parte camine lento hasta dentro viendo que ya estaba todo tan lleno y eso me ponía nervioso a mi así que después de unos segundos de buscar mi asiento me senté ahí sintiendo las miradas de algunas persona encima de mí ¿Por qué no miraban hacia otro lado? Yo no tenía nada de interesante, oh bueno para ellos sí, mi cabello era la cosa más rara del mundo aunque en Francia a muchos les había parecido interesante.
Me quede ahí intentando no prestar atención hasta que después de un tiempo el telón se abrió y me pude sentir más tranquilo al ya no sentir esas miradas sobre mi persona. La obra comenzó y todo me parecía de lo más impresionante y curioso porque muy pocas veces había tenido la oportunidad de ver algo así y era la primera que lo veía a él y ciertas partes me hacían sentir raro, más esa en donde empezó a bailar con esa mujer, sentía algo que no sabía descifrar pero cuando la escena termino aquello paro y me sentí mejor.
Con eso la obra termino y Louis beso una rosa blanca que cuando la tiro me cayo a mi, la agarre con una sonrisa avergonzada y me levante rápido al ver como salían, lo esperaría rápido en el lugar que decía atrás del boleto y cuando llegue me apoye en una pared para esperarlo. Después de unos minutos vi como se acercaba pero no llego a mi lado porque se cayó. Me acerque rápidamente hasta él.
- ¡Louis! ¿Estas bien? -me agache apoyando mi mano en su hombro mirándolo preocupado, no me hubiera gustado que se hiciera daño.
- Creo que no me hubiera despertado tampoco, no sé qué me paso que dormí como un bebé –le comente soltando una risita, callándola a los segundos cuando apretó y jalo mi mejilla provocando que un puchero se formara en los labios. Esas cosas me hacían sentir muy infantil y en ese momento no lo deseaba, aunque inconscientemente con ese gesto lo hacía de todas formas.
Me sorprendí un poco cuando me extendió la rosa, no me espere aquel gesto y le sonreí de manera encantadora como solamente podía hacer con él. Era muy linda y no podía dejar de mirarla aun después de que él me tomo de la mano y me guío hasta el lugar donde se presentaría la obra, su ultimo comentario me hizo observarlo y negué de manera rápida.
- Para nada, no iba dejarte. Solo no sé qué me paso que me desperté tan tarde pero menos mal que llegue a tiempo ¿No? –apreté con más fuerza su mano y seguimos caminando por un par de pasillos hasta llegar a una puerta en donde se podía apreciar a la gente ya a dentro.
Sus brazos me rodearon de nueva cuenta y le correspondí sonrojándome suave sintiendo después ese beso en mi mejilla mientras le escuchaba que estaba nervioso. No debía de estarlo, ya me imaginaba lo bien que actuaba y que no sería capaz de tirarle nada. Me reí por ese comentario suyo y también bese su mejilla cuando recibí el boleto.
- No digas tonterías, tranquilo lo harás bien como siempre y verás que no serán necesario los tomates. Está bien iré, nos vemos amor –y lo vi irse de manera veloz. Yo por mi parte camine lento hasta dentro viendo que ya estaba todo tan lleno y eso me ponía nervioso a mi así que después de unos segundos de buscar mi asiento me senté ahí sintiendo las miradas de algunas persona encima de mí ¿Por qué no miraban hacia otro lado? Yo no tenía nada de interesante, oh bueno para ellos sí, mi cabello era la cosa más rara del mundo aunque en Francia a muchos les había parecido interesante.
Me quede ahí intentando no prestar atención hasta que después de un tiempo el telón se abrió y me pude sentir más tranquilo al ya no sentir esas miradas sobre mi persona. La obra comenzó y todo me parecía de lo más impresionante y curioso porque muy pocas veces había tenido la oportunidad de ver algo así y era la primera que lo veía a él y ciertas partes me hacían sentir raro, más esa en donde empezó a bailar con esa mujer, sentía algo que no sabía descifrar pero cuando la escena termino aquello paro y me sentí mejor.
Con eso la obra termino y Louis beso una rosa blanca que cuando la tiro me cayo a mi, la agarre con una sonrisa avergonzada y me levante rápido al ver como salían, lo esperaría rápido en el lugar que decía atrás del boleto y cuando llegue me apoye en una pared para esperarlo. Después de unos minutos vi como se acercaba pero no llego a mi lado porque se cayó. Me acerque rápidamente hasta él.
- ¡Louis! ¿Estas bien? -me agache apoyando mi mano en su hombro mirándolo preocupado, no me hubiera gustado que se hiciera daño.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Cotton Candy
Esperaba el chico hubiera cogido la rosa blanca. Apenas habia atinado a apuntar, tan nervioso, con tan poca iluminación de ese lado del sector, pues el escenario era luminoso a su manera y lo atontaba en otros sentidos. Mas que nada, habia sido su aroma, aquel que lo envolvía por las noches, en un costado de la cama, notando su mirada, mientras velaban o terminaban de dormir a su pequeño demonio, Aly. ¿Le habria gustado la funcion al pequeño?
Louis no sabia si antes el habia asistido al teatro siquiera. Habia casi una seguridad en el para creer que no. Conocia de Imre, que sus padres no lo habian querido siquiera, por que se lo habia dicho algunas veces, lo recordaba con claridad, por que eso le habia enfermado. ¿Cómo no amar a un niño que era tan adorable y bueno como el vampiro?
Como fuera, el chico se apresuraba. Tenia el corazon latiendo deprisa, por el esfuerzo, estaba cansado, pero no lo dejaba transmitir nunca. Cuando tenia que salir de alli, pasar a comprar algunas cosas, o en su defecto, ir directamente a casa, atravesar el bosque, y llegar a tiempo para la hora de la cena. Con una sonrisa para su… ¿seguia siendo su novio? Imre ya era mas que eso, pero, bueno, el caso es, que para el era eso y un beso, y para Aly, un par de dulces, que después, terminarían pegados por alli. El era pesimo con Halima, las niñas siempre son las consentidas de papa, y la rubia tenia dos padres. Uno mas listo que el otro. Louis era fácilmente chantajeable. Imre no, si, por el casa se mantenia en orden. Por eso, Louis era una victima de su hija, no sabia como seria para el cuidar solo de Halima, sin la ayuda del peliplateado.
¡Y quedaba constatado que era rematadamente torpe! Habia dado un paso mal, y trastabillado en un estupido intento por no caer, para terminar, de igual forma, alli en el suelo. Solto un gemido adolorido, sus manos habian logrado aminorar la fuerza del impacto, pero no mucho. Estaba alli, tendido cual largo era, respirando la humedad del suelo. Ni siquiera habia logrado ver nada a su alrededor, solo los muros, y valgase decir, el suelo. Esperaba que de puro milagro, nadie le viera, era orgulloso, si.
Desgraciadamente para el minino, si que habia alguien. Cerro los ojos fuerte, y la pena lo lleno. Hasta que noto un tacto familiar, y entonces, se relajo. Era Imre, abrio los ojos, despacio, y enfoco el rostro del vampiro. Era un bendito ese muchacho. Puso entonces, ahora el, un pucherito, y mirada de gatito abandonado. -Si, estoy bien…-Y asi, de la risa al llanto en un parpadeo. Empezo como una risita, para ser una carcajada después -¡Dilo, Gyula, dilo! ¡tienes un novio rematadamente tonto! Hahaha -apoyo las palmas en el suelo y se impulso hacia arriba para ponerse de pie. Se sacudio un poco el polvo, no tenia nada, apenas un raspon en la mano. Se acerco a su pareja y lo abrazo de nuevo, efusivo, estrechándolo con fuerza. Después lo separo, y acaricio su mejilla con cariño -Siempre hago que te preocupes por mi, amor…- acto seguido, busco sus labios, de los cuales se despego casi al momento, asustado, por una voz a sus espaldas.
-¿Louis?- La misma chica con la que habia bailado aquella pieza tan ¿sensual? El chico le miro con estupor. Nadie sabia nada de la vida personal del actor asiático, salvo, a Aly con quien cargaba a veces, como ese dia. Pánico, mientras apretaba la mano del vampiro con fuerza. -No… Nadezha… yo… el…-La rusa le hizo guardar silencio. La expresion era imperturbable, se acerco un paso y miro de arriba a abajo al peliplata-No digas nada, lo vi todo. Le has besado. ¿Es el chico con quien vives, verdad?-Apunto, con mirada critica. El cambiaformas asintio. Alguna vez menciono eso, pero solo a ella y otra chica, sabia que le hostigaban a preguntas, por que una chica pelirroja, lo miraba de manera coqueta. Querian información. ¿Ahora le acusaria? Pensar en el las personas que los…. Y encima, sus condiciones sobrenaturales, comenzo a temblar, pero no solto la mano del vampiro. -Hay Louis… te lo tenias muy escondido… pero… de cierta forma que lo sabia. ¡Eres el unico hombre que huele bien antes y después de salir de escena! El mas cuidadoso y educado… -Le dedico una sonrisa mientras le extendia una bufanda, el la tomo al momento, y la guardo en un bolsillo. -Solo salia a devolvértela, por el otro dia, que salimos a festejar, te acuerdas? Hacia frio, y tan caballero, nos dabas todo lo que traias encima… -Le dedico una sonrisa al rubio, que al momento la respondio. -No podia dejarles ir asi… podian enfermar-Otra risa, y la rusa, miraba de nuevo al vampiro -Eres muy bonito, sabes?-Rozo con sus dedos la mejilla de porcelana -Estas muy frio… y palido… ¿no estaras enfermo? ¡Pero por los dioses! Eres muy joven tambien… - Lo observo de manera perspicaz, antes de soltar un suspiro. -Bueno, Louis, no te… no te preocupes, no dire nada. Esto no paso, tu tranquilo. Tuve un vecino al que queria mucho, solia llevarme siempre que cocinaba, un poco. Era como tu, no tan guapo, pero… Aun recuerdo como se lo llevaron… En fin… Chico con el cabello del color de la luz de la luna, eres afortunado por llevarte a tan buen partido. ¡Ya quisieran muchas compañeras tenerlo!-lo despeino con aire maternal y se alejo. Entonces, el cambiante, pudo respirar tranquilo.
Miro al vampiro asustado pero ya mas calmado, luego le sonrio -Tenemos suerte, eh? Bueno, que… ¿sabes? De alguna forma me hice buen amigo suyo. Ese baile no sale solo. No sabes la de veces que ensayamos juntos hasta tarde, solos aquí, el eco era fascinante.-recordo, con tono de aquel que se pierde en su memoria un momento, tomo de nuevo la mano del chico, y lo llevo lejos de ese lugar. -Necesitaras algo dulce para pasar ese susto, mi amor. Vamos, sube a mi espalda, te cargare- Se agacho un poco, esperando se subiera a su espalda, con una mirada que no aceptaba una negativa. Los sostuvo después con fuerza y comenzo a andar con rapidez, hablando de cualquier cosa.
El clima, las calles, aquellos nuevos escaparates. El impuesto creciente. Que si Halima estaria dormida. Hasta llegar a la zona norte. No es que estuviera de todos modos muy lejos, pero cerca de alli, estaba la estacion de trenes. Las luces y la algarabía del area del parque de atracciones. Sonrio de medio lado -Vamos-Y lo bajo en la entrada, compro los tickets de colores y los dio al guardia de la entrada, paso un brazo por sus hombros, y le insto a avanzar
Louis no sabia si antes el habia asistido al teatro siquiera. Habia casi una seguridad en el para creer que no. Conocia de Imre, que sus padres no lo habian querido siquiera, por que se lo habia dicho algunas veces, lo recordaba con claridad, por que eso le habia enfermado. ¿Cómo no amar a un niño que era tan adorable y bueno como el vampiro?
Como fuera, el chico se apresuraba. Tenia el corazon latiendo deprisa, por el esfuerzo, estaba cansado, pero no lo dejaba transmitir nunca. Cuando tenia que salir de alli, pasar a comprar algunas cosas, o en su defecto, ir directamente a casa, atravesar el bosque, y llegar a tiempo para la hora de la cena. Con una sonrisa para su… ¿seguia siendo su novio? Imre ya era mas que eso, pero, bueno, el caso es, que para el era eso y un beso, y para Aly, un par de dulces, que después, terminarían pegados por alli. El era pesimo con Halima, las niñas siempre son las consentidas de papa, y la rubia tenia dos padres. Uno mas listo que el otro. Louis era fácilmente chantajeable. Imre no, si, por el casa se mantenia en orden. Por eso, Louis era una victima de su hija, no sabia como seria para el cuidar solo de Halima, sin la ayuda del peliplateado.
¡Y quedaba constatado que era rematadamente torpe! Habia dado un paso mal, y trastabillado en un estupido intento por no caer, para terminar, de igual forma, alli en el suelo. Solto un gemido adolorido, sus manos habian logrado aminorar la fuerza del impacto, pero no mucho. Estaba alli, tendido cual largo era, respirando la humedad del suelo. Ni siquiera habia logrado ver nada a su alrededor, solo los muros, y valgase decir, el suelo. Esperaba que de puro milagro, nadie le viera, era orgulloso, si.
Desgraciadamente para el minino, si que habia alguien. Cerro los ojos fuerte, y la pena lo lleno. Hasta que noto un tacto familiar, y entonces, se relajo. Era Imre, abrio los ojos, despacio, y enfoco el rostro del vampiro. Era un bendito ese muchacho. Puso entonces, ahora el, un pucherito, y mirada de gatito abandonado. -Si, estoy bien…-Y asi, de la risa al llanto en un parpadeo. Empezo como una risita, para ser una carcajada después -¡Dilo, Gyula, dilo! ¡tienes un novio rematadamente tonto! Hahaha -apoyo las palmas en el suelo y se impulso hacia arriba para ponerse de pie. Se sacudio un poco el polvo, no tenia nada, apenas un raspon en la mano. Se acerco a su pareja y lo abrazo de nuevo, efusivo, estrechándolo con fuerza. Después lo separo, y acaricio su mejilla con cariño -Siempre hago que te preocupes por mi, amor…- acto seguido, busco sus labios, de los cuales se despego casi al momento, asustado, por una voz a sus espaldas.
-¿Louis?- La misma chica con la que habia bailado aquella pieza tan ¿sensual? El chico le miro con estupor. Nadie sabia nada de la vida personal del actor asiático, salvo, a Aly con quien cargaba a veces, como ese dia. Pánico, mientras apretaba la mano del vampiro con fuerza. -No… Nadezha… yo… el…-La rusa le hizo guardar silencio. La expresion era imperturbable, se acerco un paso y miro de arriba a abajo al peliplata-No digas nada, lo vi todo. Le has besado. ¿Es el chico con quien vives, verdad?-Apunto, con mirada critica. El cambiaformas asintio. Alguna vez menciono eso, pero solo a ella y otra chica, sabia que le hostigaban a preguntas, por que una chica pelirroja, lo miraba de manera coqueta. Querian información. ¿Ahora le acusaria? Pensar en el las personas que los…. Y encima, sus condiciones sobrenaturales, comenzo a temblar, pero no solto la mano del vampiro. -Hay Louis… te lo tenias muy escondido… pero… de cierta forma que lo sabia. ¡Eres el unico hombre que huele bien antes y después de salir de escena! El mas cuidadoso y educado… -Le dedico una sonrisa mientras le extendia una bufanda, el la tomo al momento, y la guardo en un bolsillo. -Solo salia a devolvértela, por el otro dia, que salimos a festejar, te acuerdas? Hacia frio, y tan caballero, nos dabas todo lo que traias encima… -Le dedico una sonrisa al rubio, que al momento la respondio. -No podia dejarles ir asi… podian enfermar-Otra risa, y la rusa, miraba de nuevo al vampiro -Eres muy bonito, sabes?-Rozo con sus dedos la mejilla de porcelana -Estas muy frio… y palido… ¿no estaras enfermo? ¡Pero por los dioses! Eres muy joven tambien… - Lo observo de manera perspicaz, antes de soltar un suspiro. -Bueno, Louis, no te… no te preocupes, no dire nada. Esto no paso, tu tranquilo. Tuve un vecino al que queria mucho, solia llevarme siempre que cocinaba, un poco. Era como tu, no tan guapo, pero… Aun recuerdo como se lo llevaron… En fin… Chico con el cabello del color de la luz de la luna, eres afortunado por llevarte a tan buen partido. ¡Ya quisieran muchas compañeras tenerlo!-lo despeino con aire maternal y se alejo. Entonces, el cambiante, pudo respirar tranquilo.
Miro al vampiro asustado pero ya mas calmado, luego le sonrio -Tenemos suerte, eh? Bueno, que… ¿sabes? De alguna forma me hice buen amigo suyo. Ese baile no sale solo. No sabes la de veces que ensayamos juntos hasta tarde, solos aquí, el eco era fascinante.-recordo, con tono de aquel que se pierde en su memoria un momento, tomo de nuevo la mano del chico, y lo llevo lejos de ese lugar. -Necesitaras algo dulce para pasar ese susto, mi amor. Vamos, sube a mi espalda, te cargare- Se agacho un poco, esperando se subiera a su espalda, con una mirada que no aceptaba una negativa. Los sostuvo después con fuerza y comenzo a andar con rapidez, hablando de cualquier cosa.
El clima, las calles, aquellos nuevos escaparates. El impuesto creciente. Que si Halima estaria dormida. Hasta llegar a la zona norte. No es que estuviera de todos modos muy lejos, pero cerca de alli, estaba la estacion de trenes. Las luces y la algarabía del area del parque de atracciones. Sonrio de medio lado -Vamos-Y lo bajo en la entrada, compro los tickets de colores y los dio al guardia de la entrada, paso un brazo por sus hombros, y le insto a avanzar
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Localización : In the 13Gate (?) Ok no, pero, posiblemente más cerca de lo que esperas
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Re: Cotton Candy
No pude más que correr hasta su lado al verlo tirado en el suelo ¿Estaría herido? No me contestaba y eso me preocupaba. Pero al cabo de unos largos segundos por fin hizo sonar su voz a la vez que me miraba con un pucherito. Suspire alejando mi mano de su hombro mientras comenzaba a reír, lo mire con cierta curiosidad y después sonreí por sus palabras. No era para tanto.
- Claro que no lo diré, no eres tonto. Solo venías de manera rápida, para la próxima debes de tener más cuidado ¿Eh? –le di espacio para que se levantara y sus brazos me rodearon de inmediato, le correspondí con una sonrisa avergonzado y nos separamos para que el acariciara mi mejilla. Suspire entrecerrando los ojos y negué, él me preocupaba porque era alguien muy importante para mí y lo amaba mucho- ah… ¿Y por qué no debería de preocuparme? Yo solo quiero que estés bien y-y bueno te amo mucho así que siempre me preocupare por ti.
Baje la mirada por unos segundos y al tenerla alzada de nuevo sus labios se juntaron a los míos pero no dudo nada ese contacto porque una voz llamo a Louis. Era la chica con la que bailo en esa escena de la obra ¿Q-qué iba a suceder ahora? La mano de mi pareja me apretaba con fuerza, estaba nervioso y asustado como yo. Nadie nos había visto de esa manera y resultaba todo tan extraño ¿Y si pasaba algo como la primera vez en esa cafetería? Mordí mi labio inferior bajando la mirada mientras escuchaba a Louis excusarse pero ella no lo dejo. Me ponía nervioso con cada palabra que decía la joven pero después al ver como no decía nada malo me fui relajando y levantando un poco la mirada con vergüenza la cual se acrecentó cuando me observo.
Su mano se paseó por mi mejilla a la par que me decía que era bonito y que me encontraba demasiado frío y podía estar enfermo. También se sorprendió un poco al verme tan joven pero no había nada malo con eso ¿Verdad?.
- N-no, yo me encuentro b-bien señorita a-ah gracias –susurre apenas y su mano me revolvieron lo cabellos al momento en que me dijo que era afortunado por tener a Louis como pareja. Cuando se alejó suspire más calmado, viendo como me observaba con una sonrisa y me hablaba, si habíamos tenido suerte- s-si que la tuvimos. L-legue a pensar q-que a-ah… no importa, e-está todo bien –me deje guiar por mi pareja lejos de ahí.
Ya todo estaba más calmado y sonreí cuando dijo que necesitaría algo dulce por el susto, asentí al momento en que me dijo que me cargaría y al ver agacharse me subí afirmándome de su cuello con cuidado para no lastimarle. Bese su mejilla con cariño mientras comenzaba andar de nuevo.
- Te amo mucho –le susurre cerca de su oído y camino por varias calles conmigo en su espalda, ojala no le estuviera pesando mucho ya que debía de estar cansado por el trabajo y ni decir que se había caído también, me abracé un poco más a él apoyando mi cabeza contra la suya.
Después de varios minutos se detuvo y observe a donde se había detenido viendo que se trataba del parque de atracciones. Me bajo de su espalda y compro los tickets para que pudiéramos entrar y se los dio a una persona en la entrada que nos dejó ingresar de inmediato. Le sonreí cuando me paso su brazo por mis hombros y me apoye un poco en él mientras comenzaba a mirar todo con ojos que mostraban felicidad e ilusión por estar en un lugar como ese.
- Claro que no lo diré, no eres tonto. Solo venías de manera rápida, para la próxima debes de tener más cuidado ¿Eh? –le di espacio para que se levantara y sus brazos me rodearon de inmediato, le correspondí con una sonrisa avergonzado y nos separamos para que el acariciara mi mejilla. Suspire entrecerrando los ojos y negué, él me preocupaba porque era alguien muy importante para mí y lo amaba mucho- ah… ¿Y por qué no debería de preocuparme? Yo solo quiero que estés bien y-y bueno te amo mucho así que siempre me preocupare por ti.
Baje la mirada por unos segundos y al tenerla alzada de nuevo sus labios se juntaron a los míos pero no dudo nada ese contacto porque una voz llamo a Louis. Era la chica con la que bailo en esa escena de la obra ¿Q-qué iba a suceder ahora? La mano de mi pareja me apretaba con fuerza, estaba nervioso y asustado como yo. Nadie nos había visto de esa manera y resultaba todo tan extraño ¿Y si pasaba algo como la primera vez en esa cafetería? Mordí mi labio inferior bajando la mirada mientras escuchaba a Louis excusarse pero ella no lo dejo. Me ponía nervioso con cada palabra que decía la joven pero después al ver como no decía nada malo me fui relajando y levantando un poco la mirada con vergüenza la cual se acrecentó cuando me observo.
Su mano se paseó por mi mejilla a la par que me decía que era bonito y que me encontraba demasiado frío y podía estar enfermo. También se sorprendió un poco al verme tan joven pero no había nada malo con eso ¿Verdad?.
- N-no, yo me encuentro b-bien señorita a-ah gracias –susurre apenas y su mano me revolvieron lo cabellos al momento en que me dijo que era afortunado por tener a Louis como pareja. Cuando se alejó suspire más calmado, viendo como me observaba con una sonrisa y me hablaba, si habíamos tenido suerte- s-si que la tuvimos. L-legue a pensar q-que a-ah… no importa, e-está todo bien –me deje guiar por mi pareja lejos de ahí.
Ya todo estaba más calmado y sonreí cuando dijo que necesitaría algo dulce por el susto, asentí al momento en que me dijo que me cargaría y al ver agacharse me subí afirmándome de su cuello con cuidado para no lastimarle. Bese su mejilla con cariño mientras comenzaba andar de nuevo.
- Te amo mucho –le susurre cerca de su oído y camino por varias calles conmigo en su espalda, ojala no le estuviera pesando mucho ya que debía de estar cansado por el trabajo y ni decir que se había caído también, me abracé un poco más a él apoyando mi cabeza contra la suya.
Después de varios minutos se detuvo y observe a donde se había detenido viendo que se trataba del parque de atracciones. Me bajo de su espalda y compro los tickets para que pudiéramos entrar y se los dio a una persona en la entrada que nos dejó ingresar de inmediato. Le sonreí cuando me paso su brazo por mis hombros y me apoye un poco en él mientras comenzaba a mirar todo con ojos que mostraban felicidad e ilusión por estar en un lugar como ese.
- Spoiler:
- (No quedo tan largo y bonito u//u)
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Cotton Candy
Su corazón aun latía con fuerza, con el mismo ritmo acelerado producto del momento tenso pasado con anterioridad. Detestaba tener que ocultarse… No, ya no deseaba hacerlo. Imre era su pareja, el hombre con el que queria pasar su vida y cuidar de Halima. Era un simple deseo, inocente e ingenuo, podria ser. Por que el minino podrá ir con sus sonrisas bobaliconas, inocentón y torpe, pero, tiene un lado que no le gusta y que sale cuando menos se lo espera. Arranques en que atenta contra su propia vida de manera totalmente directa o alargando su agonia y auto-martirio. A su mente vienen retazos de escenas que no le gustan, por que no se siente para nada orgulloso de las acciones cometidas.
Entrelazo su mano entonces, fuerte, con la del vampiro. Aspiro el aroma a fiesta y diversión. Las palomitas por allá, dulces mas al fondo. Fuego. Perfumes y esencias que no sabia definir. Algunos juegos no parecian del todo seguros. Imre no corria peligro en ninguno, puesto… eh, bueno, ayudaba eso de ser un vampiro, y para el, algunas claro, no pasaba de caer y romperse algún hueso. Mientras no se partiera el cráneo o el cuello en dos, estaba bien. Observo los juegos mas pequeños. Habia aun niños de mejillas totalmente sonrosadas, que saludan a los emocionados padres. Seria bueno llevar a Halima, lo mas seguro que Imre dijera que era muy pequeña como para subir, ademas que la niña era de lo mas hiperactiva, si, Louis ya lo veia venir. El vampiro si era precavido y padre amoroso, pero estricto. A el, Halima lo dominaba totalmente. Como fuera, tampoco era como si la fuesen a dejar subir sola.
Aspiro con entusiasmo el aroma de la algarabía. Se acordó de las fiestas en el pueblo, cuando era niño, su madre lo vestia con sus mejores ropas, extrañaba hacerlo, la verdad -¿y si le decia a su pequeño que le hiciera uno asi a su hija? Seguro que se veria hermosa- y le sujetaba fuerte de la mano. Los fuegos de artificio que fascinaban, pero tambien le causaban algo de temor, ese sonido de la explosión y el saber que era “fuego” de colores. El habia visto como se consumia la casa del señor Han, en la colina de abajo. Se estremecio sin quererlo. El fuego era peligroso en sumo grado. Ese elemento era una de las cosas que podia matar su novio no-muerto. Siguió avanzando, mezclándose con las personas, sujetandolo con firmeza.-mama solia llevarme cuando habia alguna fiesta. Nuestra casa estaba muy arriba de una colina. Era todo un desafio bajar, pero mama no me soltaba nunca. No temia a nada cuando sostenia mi mano entre la suya. Ni cuando los murmullos y miradas caian sobre mi, por no ser del todo igual al resto. Mi cabello, piel, pupilas… destacaban como lo hace una manzana roja entre una cesta de manzanas verdes. Me dolia, pero ella siempre estaba alli con su sonrisa de angel, para consolarme. Y después, me compraba muchos dulces. Era de las pocas veces que podiamos hacerlo. Ese tipo de pequeños gustos que eran titanicos para nuestra pequeña familia. -Se giro entonces, para mirarlo, y apreto mas su mano, después puso una carita de disculpa- -Por eso, perdoname si a veces, cumplo todos los caprichos de Halima. No quiero que sufra de nada. - Siguió avanzando, jalandolo hasta pegarlo a su cuerpo, no le importo mas y le coloco delante de el, abrazandolo por la cintura con mucho amor, aspirando su aroma dulce.- `-¿Quieres alguna golosina mi amor?-le pregunto meloso, separandose, no queria abusar de su buena suerte
Entrelazo su mano entonces, fuerte, con la del vampiro. Aspiro el aroma a fiesta y diversión. Las palomitas por allá, dulces mas al fondo. Fuego. Perfumes y esencias que no sabia definir. Algunos juegos no parecian del todo seguros. Imre no corria peligro en ninguno, puesto… eh, bueno, ayudaba eso de ser un vampiro, y para el, algunas claro, no pasaba de caer y romperse algún hueso. Mientras no se partiera el cráneo o el cuello en dos, estaba bien. Observo los juegos mas pequeños. Habia aun niños de mejillas totalmente sonrosadas, que saludan a los emocionados padres. Seria bueno llevar a Halima, lo mas seguro que Imre dijera que era muy pequeña como para subir, ademas que la niña era de lo mas hiperactiva, si, Louis ya lo veia venir. El vampiro si era precavido y padre amoroso, pero estricto. A el, Halima lo dominaba totalmente. Como fuera, tampoco era como si la fuesen a dejar subir sola.
Aspiro con entusiasmo el aroma de la algarabía. Se acordó de las fiestas en el pueblo, cuando era niño, su madre lo vestia con sus mejores ropas, extrañaba hacerlo, la verdad -¿y si le decia a su pequeño que le hiciera uno asi a su hija? Seguro que se veria hermosa- y le sujetaba fuerte de la mano. Los fuegos de artificio que fascinaban, pero tambien le causaban algo de temor, ese sonido de la explosión y el saber que era “fuego” de colores. El habia visto como se consumia la casa del señor Han, en la colina de abajo. Se estremecio sin quererlo. El fuego era peligroso en sumo grado. Ese elemento era una de las cosas que podia matar su novio no-muerto. Siguió avanzando, mezclándose con las personas, sujetandolo con firmeza.-mama solia llevarme cuando habia alguna fiesta. Nuestra casa estaba muy arriba de una colina. Era todo un desafio bajar, pero mama no me soltaba nunca. No temia a nada cuando sostenia mi mano entre la suya. Ni cuando los murmullos y miradas caian sobre mi, por no ser del todo igual al resto. Mi cabello, piel, pupilas… destacaban como lo hace una manzana roja entre una cesta de manzanas verdes. Me dolia, pero ella siempre estaba alli con su sonrisa de angel, para consolarme. Y después, me compraba muchos dulces. Era de las pocas veces que podiamos hacerlo. Ese tipo de pequeños gustos que eran titanicos para nuestra pequeña familia. -Se giro entonces, para mirarlo, y apreto mas su mano, después puso una carita de disculpa- -Por eso, perdoname si a veces, cumplo todos los caprichos de Halima. No quiero que sufra de nada. - Siguió avanzando, jalandolo hasta pegarlo a su cuerpo, no le importo mas y le coloco delante de el, abrazandolo por la cintura con mucho amor, aspirando su aroma dulce.- `-¿Quieres alguna golosina mi amor?-le pregunto meloso, separandose, no queria abusar de su buena suerte
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Cotton Candy
De manos entrelazadas veíamos todas las atracciones que se nos presentaban. Varios juegos tanto para diversión de los más grandes como para los más pequeños se veían pero ninguno que pudiera por ahora subir Aly si algún día la traíamos a este lugar. No estaban bien seguros y ella aún era demasiado pequeña como para dejarla subir a uno, conmigo nuestra hija me haría caso, pero si convencía a Louis eso sí sería un grave problema ya podríamos tener una pequeña discusión él y yo y eso eran cosas que no me gustaban. Pero si era por el bien de la niña no iba a dejarme ganar.
Suspire, estrechando los ojos ante esos pensamientos un tanto raros que se me ocurrían en ese momento. No creía que eran cosas que debía de pensar en ese instante, debíamos de disfrutar de nuestro paseo en pareja los cuales desde que estábamos con nuestra pequeña eran un tanto imposible, pero bueno, eso supongo que eran las cosas que conllevaba ser padres ¿Verdad? Di un pequeño saltito en mi lugar ante el ruido proveniente de esos fuegos que iluminaban el cielo llenándolo de color. No me gustaban mucho ya que a veces algunos parecían verse demasiado cerca de nosotros y bueno el fuego si podía causarme daño. Sería la única cosa de ese lugar que podría lograrlo.
Mordí levemente el labio inferior y seguimos nuestro recorrido por la feria, viendo como la gente se divertía y otras felices caminaban comiendo alguno que otro dulce, sonreí ante eso y de repente la voz de mi pareja capto mi atención. Me contaba de las veces que su madre lo llevaba a fiestas parecidas, debía de haber sido bonito aunque fueran pocas veces. No importaba lo que demás debían de decir si se estaba con alguien querido divirtiéndose.
- Tú mamá debió de ser muy hermosa, aunque no estuvo contigo mucho tiempo. Esos momentos debieron de ser felices aunque las demás personas no te trataran bien –acaricie con el pulgar su dorso- mamá también era hermosa aunque no me quisiera ver o dedicara una sonrisa, desde mi ventana podía verla junto con papá estar con mis hermanos y sonreír tan bonito. Pero si se daba cuenta que les miraba se alejaban así que intentaba ser lo más sigiloso posible para que no supieran.
Termine de decir eso y lo vi voltearse, mirándome con un rostro que esperaba ser disculpado por algo, cuando dijo de que iba negué lentamente. No tenía que perdonarlo de nada, entendía porque lo hacía pero tampoco había que exagerar si no se acostumbraría y sería después difícil para ella hacer una vida cuando ya fuera grande. Cuando quisiera tener una pareja e hijos, podría volver alguien caprichosa y no me gustaría que las personas la odiaran por eso. Yo quería que tuviera una vida feliz.
- No hay problema, comprendo, pero tampoco es que porque no le cumplas todas sus cosas ella va a sufrir. Porque después cuando sea grande va a querer todo y eso solamente le hará mal… ahí sí que sufrirá y eso es lo que queremos evitar para ella ¿No? –sonreí sintiendo como volvía avanzar y termino por jalarme hasta su cuerpo apegándome por la cintura. Me sonroje un poco mientras no dejaba la sonrisa desaparecer de mis labios- claro… emm –moví un poco la cabeza para mirar a mi alrededor para ver de esos carritos con dulces y uno llamo mi atención- vamos por esas cosas que se ven esponjaditas...? Esas que parecen nubes de color rosa -apunte hacia los algodones de azúcar.
Suspire, estrechando los ojos ante esos pensamientos un tanto raros que se me ocurrían en ese momento. No creía que eran cosas que debía de pensar en ese instante, debíamos de disfrutar de nuestro paseo en pareja los cuales desde que estábamos con nuestra pequeña eran un tanto imposible, pero bueno, eso supongo que eran las cosas que conllevaba ser padres ¿Verdad? Di un pequeño saltito en mi lugar ante el ruido proveniente de esos fuegos que iluminaban el cielo llenándolo de color. No me gustaban mucho ya que a veces algunos parecían verse demasiado cerca de nosotros y bueno el fuego si podía causarme daño. Sería la única cosa de ese lugar que podría lograrlo.
Mordí levemente el labio inferior y seguimos nuestro recorrido por la feria, viendo como la gente se divertía y otras felices caminaban comiendo alguno que otro dulce, sonreí ante eso y de repente la voz de mi pareja capto mi atención. Me contaba de las veces que su madre lo llevaba a fiestas parecidas, debía de haber sido bonito aunque fueran pocas veces. No importaba lo que demás debían de decir si se estaba con alguien querido divirtiéndose.
- Tú mamá debió de ser muy hermosa, aunque no estuvo contigo mucho tiempo. Esos momentos debieron de ser felices aunque las demás personas no te trataran bien –acaricie con el pulgar su dorso- mamá también era hermosa aunque no me quisiera ver o dedicara una sonrisa, desde mi ventana podía verla junto con papá estar con mis hermanos y sonreír tan bonito. Pero si se daba cuenta que les miraba se alejaban así que intentaba ser lo más sigiloso posible para que no supieran.
Termine de decir eso y lo vi voltearse, mirándome con un rostro que esperaba ser disculpado por algo, cuando dijo de que iba negué lentamente. No tenía que perdonarlo de nada, entendía porque lo hacía pero tampoco había que exagerar si no se acostumbraría y sería después difícil para ella hacer una vida cuando ya fuera grande. Cuando quisiera tener una pareja e hijos, podría volver alguien caprichosa y no me gustaría que las personas la odiaran por eso. Yo quería que tuviera una vida feliz.
- No hay problema, comprendo, pero tampoco es que porque no le cumplas todas sus cosas ella va a sufrir. Porque después cuando sea grande va a querer todo y eso solamente le hará mal… ahí sí que sufrirá y eso es lo que queremos evitar para ella ¿No? –sonreí sintiendo como volvía avanzar y termino por jalarme hasta su cuerpo apegándome por la cintura. Me sonroje un poco mientras no dejaba la sonrisa desaparecer de mis labios- claro… emm –moví un poco la cabeza para mirar a mi alrededor para ver de esos carritos con dulces y uno llamo mi atención- vamos por esas cosas que se ven esponjaditas...? Esas que parecen nubes de color rosa -apunte hacia los algodones de azúcar.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Cotton Candy
Podía percibir el cuerpo de su pequeño novio, moverse medio inquieto por el sonido de las explosiones de aquellos fuegos de artificio. El solo miraba los colores, lo brillante de estos, como parecían flotar para luego caer y desvanecerse. Alguna vez le habia caido en la espalda una de esas varitas de madera, casi le saco el aire, pues era pequeño, y le dejo dolorido un buen rato. Nada serio, pues al caer, no es que esten frias, pero pierden cierto calor y no hay casi peligro de sufrir una quemadura. Pero alli nada malo pasaria. Por que Louis daria su vida sin dudarlo por el otro. Era lo que mas amaba, junto a su pequeña hija. Aunque a veces, tuviera pensamientos estupidos y no supiera ya donde estaba o que queria. ¿Eran las discusiones? ¿Era que ya no estaban solos? ¿Eran las responsabilidades? ¿O era que dentro de aquel cuerpo suyo, habia un atisbo de… era maldad? ¿Era eso? ¿Un demonio habia dado a su sangre aquel “punto extra” que lo hacia ser diferente?
¿O solo estaba buscando excusas para justificar aquellos pecados sin realizar?
Se enderezo, alzando las cejas sorprendido por las palabras del vampiro. Luego paso a sonrojarse como una señorita. Desvió la mirada al suelo, sonriendo, apretando los incisivos sobre el labio. Asintió enérgicamente.
-Claro que era hermosa, dentro y fuera. Mi madre era la mujer más bella que he visto jamás. Lastima que su hijo no heredara esa cualidad.-Soltó una risita nerviosa, apretando más la mano de Imre, cuando este lo acaricio de esa manera. Esta se disolvió al escucharlo mencionar a la suya, le sujeto aun más fuerte. Sabia que no habían sido buenos con el, y rara vez los mencionaba. Le dolía, seguramente. Claro, los padres de su novio debían haber sido gente apuesta, pues el vampiro era realmente bellísimo. Aunque la belleza externa, no siempre va en misma medida con la interna, en el caso de su propia madre y su amante, aquello si que era verdad, personas que resultaban agradables al espíritu y la mirada. ¿Habia tenido hermanos? Eso no lo sabía. ¿Quedaría alguno vivo? No, pero seguro que su suerte de sobrinos, tal vez. Aun asi, que clase de familia era aquella?
No entendia de verdad, por que su novio lo habia pasado tan mal. Nacido en alta cuna, en un hogar aparentemente solido… ¿solo por ser diferente? ¿Por tener esos enormes ojos azules? ¿Ese cabello en plata? Este le gustaba a su hija, lo sabia, por que la primera vez, lo olisqueo y acaricio, como si aquella rareza de la naturaleza, fuese realmente fascinante y… Lo era, y ese cabello era tan suave… tan dócil… adoraba enterrar sus dedos en el.
Lo sostuvo con mas fuerza, por que era lo unico que podia hacer por el momento. Si pudiera barrer el polvo de aquellos recuerdos, no sabia si tendria el suficiente coraje para desecharlos, para borrar esas experiencias de su hombre. ¿Por qué? Era un maldito egoísta. En el fondo, sabia que cada desgracia sufrida por el otro, bueno, habian desencadenado, el hecho de que ahora, fuera un vampiro. Louis no tenia idea de cómo habia pasado, no se habia atrevido a preguntarlo. Louis solia decir varias cosas, de vez en cuando, de lo que habia acontecido en su vida. Claro, no tocaba el tema de la cortesana, por que sabia que le doleria, y que Imre se sentiria posiblemente mal. Aunque al vampiro no le desagradaban las cicatrices que ella dejara. Todo lo contrario, las cuidaba y acariciaba con amor, como si el de verdad, tuviera el coraje de querer borrar ese pasado para siempre. Volviendo a la idea principal, Jérémie hablaba demasiado a veces, Imre rara vez compartia esas cosas. Por eso, guardo silencio y le puso toda su atención, como si alli solo estuviesen ellos dos. No pudo evitarlo, y el labio inferior le temblo. Tuvo que desviar la mirada para que el otro no notara como se cristalizaban sus pupilas. Eso antes de decirle lo de por que era asi con Aly.
El otro lo miro de manera significativa. Si, era mas listo que el. -Eso lo se Imre. -Se encontraba ligeramente apenado. No podia evitar se consentidor excesivo con Halima, y menos, cuando Imre lo reñia por ello. -No, no quiero que sufra nunca. Y se que soy un mal padre. No se que haria si tu no estuvieras con nosotros. Seguramente, Aly seria mas traviesa. Pero… ¡Es que no puedo negarle nada cuando me pone pucherito! Ademas…. Ya sabes que soy algo debil y ella tiene… eso.-Susurro. El motivo por que la niña pasara a ser suya, lo descubrieron poco a poco. No era normal su hija, no es que tuviera un tercer ojo y mil brazos. Pero tenia ciertas habilidades. Era pequeña y seguro lo hacia sin una intencion real, pero, de todos modos, ejercia poder con ello. Imre, siendo un vampiro, posiblemente era capaz de mantener más a raya ello y por eso, fuese mas firme. Pero Louis era un verdadero neko torpe. En mas de un sentido.
Por eso lo abrazaba de esa manera tan cariñosa y posesiva. Busco entonces, aquello a lo que su novio pedía. Soltó una risita. ¿cosas que se ven esponjaditas? Era realmente mono si pareja. Beso su cuello entonces, olisqueándolo, ronroneando sobre esa piel, que solo tocaba la punta de su nariz, mientras sus ojos permanecerán cerrados. -Entonces, vamos por ello…- beso su mejilla y luego le separo de su cuerpo. Lo arrastro con el, hasta llegar al puesto. De manera lenta, paso a paso, sintiéndose flotar al notar el cuerpo menudo de su pareja contra el suyo. Pidió pronto dos de esos enormes algodones de azúcar.
Louis extendió uno a su vampiro, y le tomo de la mano, de nuevo, avanzando hasta un área mas tranquila del parque. Había una fuentecilla en medio, rodeada de enormes árboles, y flores de mil colores. Dio un mordisco a su algodón, y este, pronto se deshizo en su boca.
-…Eres como un algodón de azúcar, haces que mi corazón se derrita…-comenzó, con tono cantante, mirándole por el rabillo del ojo. Entonces, le sentó sobre la orilla de la fuente, y se coloco delante de el., dando otra probada de manera entre sexy e infantil, a su algodón. De nuevo, ese sabor dulce dentro de su boca. Sostuvo como pudo, el caramelo en una de sus manos, antes de tomar el rostro de Imre entre sus manos, acercándose mucho. -…solo mirar tu esponjosa cara, hace que me derrita…-Siguió cantándole, robando un beso al vampiro que sonrojado al mil se ponía. Siguió tarareando una melodía empalagosa y cursi. Sin dejar de mirarlo, de esa manera embobada, que ponia solo para el. -…¿Qué tal si soplo y tu vuelas lejos? ¿Qué tal si te toco y te derrites?... -susurro, dando saltitos a su alrededor. No estaba en el teatro. No habia mas publico que paseantes preocupados en sus propios asuntos, como para fijarse en un hombre de acento peculiar, cantarle a un jovencito que parecia demasiado rojo como para que fuera normal. Las caras que ponia al cantar, eran graciosas, demasiado joviales, menos tensas y serias, pasionales, que las que habia puesto esa noche en el trabajo. -…¡Me decepciono tanto cuando desapareces en un pestañeo de mis ojos!... -Dijo con énfasis, poniendo un pucherito –si, parecido al de Aly cuando queria algo, pero este no era por chantaje.
Se arrodillo frente al chico, y apoyo sus manos sobre las rodillas ajenas, separándolas para colocarse dentro de ellas. Eso pareceria otra cosa, en otro lugar… Pero nada, Louis solo queria estar cerca del cuerpo de aquel al que amaba. Bajo el tono hasta hacerlo confidente -…¿Deberia volar lejos contigo?.... Y dejar que nuestros labios se toquen suavemente? - Una sonrisita picara, mientras seguia con aquello. -… La punta de mi nariz hormiguea cuando estoy contigo…[/b]-Un tono contento, mientras se pegaba mas, de modo que escondia su rostro en el vientre ajeno. Después seguio tareando desde alli, hasta abrazarlo, brevemente, y levantarse, robando ahora una probada del algodón de su pareja. Y sentarse a su lado, para susurrar a su oido. -… Eres mi algodón de azúcar, Imre….-
¿O solo estaba buscando excusas para justificar aquellos pecados sin realizar?
Se enderezo, alzando las cejas sorprendido por las palabras del vampiro. Luego paso a sonrojarse como una señorita. Desvió la mirada al suelo, sonriendo, apretando los incisivos sobre el labio. Asintió enérgicamente.
-Claro que era hermosa, dentro y fuera. Mi madre era la mujer más bella que he visto jamás. Lastima que su hijo no heredara esa cualidad.-Soltó una risita nerviosa, apretando más la mano de Imre, cuando este lo acaricio de esa manera. Esta se disolvió al escucharlo mencionar a la suya, le sujeto aun más fuerte. Sabia que no habían sido buenos con el, y rara vez los mencionaba. Le dolía, seguramente. Claro, los padres de su novio debían haber sido gente apuesta, pues el vampiro era realmente bellísimo. Aunque la belleza externa, no siempre va en misma medida con la interna, en el caso de su propia madre y su amante, aquello si que era verdad, personas que resultaban agradables al espíritu y la mirada. ¿Habia tenido hermanos? Eso no lo sabía. ¿Quedaría alguno vivo? No, pero seguro que su suerte de sobrinos, tal vez. Aun asi, que clase de familia era aquella?
No entendia de verdad, por que su novio lo habia pasado tan mal. Nacido en alta cuna, en un hogar aparentemente solido… ¿solo por ser diferente? ¿Por tener esos enormes ojos azules? ¿Ese cabello en plata? Este le gustaba a su hija, lo sabia, por que la primera vez, lo olisqueo y acaricio, como si aquella rareza de la naturaleza, fuese realmente fascinante y… Lo era, y ese cabello era tan suave… tan dócil… adoraba enterrar sus dedos en el.
Lo sostuvo con mas fuerza, por que era lo unico que podia hacer por el momento. Si pudiera barrer el polvo de aquellos recuerdos, no sabia si tendria el suficiente coraje para desecharlos, para borrar esas experiencias de su hombre. ¿Por qué? Era un maldito egoísta. En el fondo, sabia que cada desgracia sufrida por el otro, bueno, habian desencadenado, el hecho de que ahora, fuera un vampiro. Louis no tenia idea de cómo habia pasado, no se habia atrevido a preguntarlo. Louis solia decir varias cosas, de vez en cuando, de lo que habia acontecido en su vida. Claro, no tocaba el tema de la cortesana, por que sabia que le doleria, y que Imre se sentiria posiblemente mal. Aunque al vampiro no le desagradaban las cicatrices que ella dejara. Todo lo contrario, las cuidaba y acariciaba con amor, como si el de verdad, tuviera el coraje de querer borrar ese pasado para siempre. Volviendo a la idea principal, Jérémie hablaba demasiado a veces, Imre rara vez compartia esas cosas. Por eso, guardo silencio y le puso toda su atención, como si alli solo estuviesen ellos dos. No pudo evitarlo, y el labio inferior le temblo. Tuvo que desviar la mirada para que el otro no notara como se cristalizaban sus pupilas. Eso antes de decirle lo de por que era asi con Aly.
El otro lo miro de manera significativa. Si, era mas listo que el. -Eso lo se Imre. -Se encontraba ligeramente apenado. No podia evitar se consentidor excesivo con Halima, y menos, cuando Imre lo reñia por ello. -No, no quiero que sufra nunca. Y se que soy un mal padre. No se que haria si tu no estuvieras con nosotros. Seguramente, Aly seria mas traviesa. Pero… ¡Es que no puedo negarle nada cuando me pone pucherito! Ademas…. Ya sabes que soy algo debil y ella tiene… eso.-Susurro. El motivo por que la niña pasara a ser suya, lo descubrieron poco a poco. No era normal su hija, no es que tuviera un tercer ojo y mil brazos. Pero tenia ciertas habilidades. Era pequeña y seguro lo hacia sin una intencion real, pero, de todos modos, ejercia poder con ello. Imre, siendo un vampiro, posiblemente era capaz de mantener más a raya ello y por eso, fuese mas firme. Pero Louis era un verdadero neko torpe. En mas de un sentido.
Por eso lo abrazaba de esa manera tan cariñosa y posesiva. Busco entonces, aquello a lo que su novio pedía. Soltó una risita. ¿cosas que se ven esponjaditas? Era realmente mono si pareja. Beso su cuello entonces, olisqueándolo, ronroneando sobre esa piel, que solo tocaba la punta de su nariz, mientras sus ojos permanecerán cerrados. -Entonces, vamos por ello…- beso su mejilla y luego le separo de su cuerpo. Lo arrastro con el, hasta llegar al puesto. De manera lenta, paso a paso, sintiéndose flotar al notar el cuerpo menudo de su pareja contra el suyo. Pidió pronto dos de esos enormes algodones de azúcar.
Louis extendió uno a su vampiro, y le tomo de la mano, de nuevo, avanzando hasta un área mas tranquila del parque. Había una fuentecilla en medio, rodeada de enormes árboles, y flores de mil colores. Dio un mordisco a su algodón, y este, pronto se deshizo en su boca.
Una cucharada de azúcar con tu corazón… Y antes de que me de cuenta, mi corazón ya se ha convertido en una gran nube
-…Eres como un algodón de azúcar, haces que mi corazón se derrita…-comenzó, con tono cantante, mirándole por el rabillo del ojo. Entonces, le sentó sobre la orilla de la fuente, y se coloco delante de el., dando otra probada de manera entre sexy e infantil, a su algodón. De nuevo, ese sabor dulce dentro de su boca. Sostuvo como pudo, el caramelo en una de sus manos, antes de tomar el rostro de Imre entre sus manos, acercándose mucho. -…solo mirar tu esponjosa cara, hace que me derrita…-Siguió cantándole, robando un beso al vampiro que sonrojado al mil se ponía. Siguió tarareando una melodía empalagosa y cursi. Sin dejar de mirarlo, de esa manera embobada, que ponia solo para el. -…¿Qué tal si soplo y tu vuelas lejos? ¿Qué tal si te toco y te derrites?... -susurro, dando saltitos a su alrededor. No estaba en el teatro. No habia mas publico que paseantes preocupados en sus propios asuntos, como para fijarse en un hombre de acento peculiar, cantarle a un jovencito que parecia demasiado rojo como para que fuera normal. Las caras que ponia al cantar, eran graciosas, demasiado joviales, menos tensas y serias, pasionales, que las que habia puesto esa noche en el trabajo. -…¡Me decepciono tanto cuando desapareces en un pestañeo de mis ojos!... -Dijo con énfasis, poniendo un pucherito –si, parecido al de Aly cuando queria algo, pero este no era por chantaje.
Se arrodillo frente al chico, y apoyo sus manos sobre las rodillas ajenas, separándolas para colocarse dentro de ellas. Eso pareceria otra cosa, en otro lugar… Pero nada, Louis solo queria estar cerca del cuerpo de aquel al que amaba. Bajo el tono hasta hacerlo confidente -…¿Deberia volar lejos contigo?.... Y dejar que nuestros labios se toquen suavemente? - Una sonrisita picara, mientras seguia con aquello. -… La punta de mi nariz hormiguea cuando estoy contigo…[/b]-Un tono contento, mientras se pegaba mas, de modo que escondia su rostro en el vientre ajeno. Después seguio tareando desde alli, hasta abrazarlo, brevemente, y levantarse, robando ahora una probada del algodón de su pareja. Y sentarse a su lado, para susurrar a su oido. -… Eres mi algodón de azúcar, Imre….-
Ese hombre era su mas dulce adicción.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Fecha de inscripción : 20/01/2011
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Localización : In the 13Gate (?) Ok no, pero, posiblemente más cerca de lo que esperas
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Re: Cotton Candy
La caminata se hacía más amena cuando nos alejábamos poco a poco de donde tiraban esas cosas. El sonido fuerte de las explosiones me ponían de cierto modo nervioso pensando que en cualquier momento caería uno de ellos cerca de nosotros, no deseaba que nada malo le pasara a Louis… porque sinceramente si me pasaba algo a mí no me interesaba.
Nuestra conversación continúo y sonreí negando lentamente. No era verdad lo que decía. Él también era bello, había heredado aquello de su madre y tal vez también de su padre… bueno eso no lo sabía pero creía que ese hombre también debió ser guapo para que Louis fuera igual. Apoye mi cabeza en su hombro sintiendo a cada segundo como apretaba mi mano ¿Por qué lo hacía? ¿Acaso había dicho algo malo? Debí mejor haber callado ese detalle de mis padres, creo que eso había puesto a mi pareja mal. Baje la mirada sin atreverme a verlo los ojos, no quería ver en esas pupilas claras tristeza o tal vez otra cosa de la cual ni siquiera quería pensar.
Suspire y deje que me siguiera apretando de aquella manera, me reconfortaba un poco ese gesto. Estar con mi pareja me hacía sentir bien pero sabía que cuando hablaba algo sobre lo que me paso se ponía sensible y yo también. Jamás entenderé porque mi familia no me quiso, la gente que había conocido ahora parecía no importarle como me veía, aunque bueno cuando eso sucedió eran otros tiempos. Las cosas con los años cambiaban y la visión de la gente igual, aunque con lo referente a la homosexualidad y esas cosas nada había pasado.
Juguetee por unos segundos con mi mano libre intentando relajarme hasta que lo conseguí a los segundos. Levante la vista hasta Louis para que no se preocupara y me respondió referente a lo que le dije sobre Aly, una sonrisa se instaló en mi infantil rostro sabiendo a que se refería con que ella tenía “eso” no era una humana normal… ella tenía esa habilidad que tenían los brujos. Separe mi mano de la suya y me pare de punta de pies para tomar su rostro y bese su mejilla.
- Sé que no quieres que sufra, tranquilo, no digas que eres mal padre. Solo te dejas llevar por el poder de convencimiento que ella tiene –baje mis manos hasta su cuello y entrelacé mis bracitos ahí- no exageres, tu criarías bien a nuestra pequeña si nosotros no… bueno eso no pasara y la cuidaremos ambos.
Sus cálidos brazos me rodearon de esa forma posesiva y cariñosa, como si quisiera decirles todos ahí que era mi dueño. Solté una risita ante tales pensamientos míos la cual calle cuando sus labios se posaron en mi cuello. Un sonrojo leve mientras un pequeño sonidito se escapaba de entre mis labios que solo él pudo escuchar se hizo presente, el ronroneo que siguió me estremecía haciendo que cerrara los ojos. Cada acción que hacía me provocaba todas esas sensaciones. Abrí los ojos cuando se separó diciéndome que fuéramos por ese dulce y volvimos a retomar nuestro camino para ese puesto.
Cuando llegamos él pidió dos de esos algodones y tome el mío con mis dos manos al momento de recibirlo. Lo miraba fascinado por esa forma y textura que poseía ¿Cómo de aquella manera tal fácil se creaba ese dulce? Era interesante… agarre con fuerza el algodón de azúcar con una mano mientras la otra era tomada mi rubio-castaño el cual me guio hasta un lugar más apartado de aquel lugar. Me sentó en esa hermosa fuente en la que habíamos llegado a parar y el empezó a cantar.
Abrí grande los ojos, escuchándolo atento. Mis piernitas comenzaron a moverse a la par que llevaba de ese dulce rosa a mi boca dándole una mordida para disfrutar del sabor delicioso que poseía. No despegaba la mirada de su persona, sonrojándome de vez en cuando por tal canción que me dedicaba aunque al momento de besar mis labios el color aumento haciéndose enorme. Él calor en mi rostro se acrecentó por ese gesto y él como si nada continuo hasta al final arrodillarse y abrir mis piernas apegando su cuerpo al mío. Baje la mirada notando como el dulce temblaba entre mi mano y el rubor otra vez creció cuando termino teniendo su rostro contra mi vientre ¡No me había esperado semejante espectáculo en un lugar tan concurrido! Louis me tomo por mucha sorpresa.
Pero con la ultima frase que me susurro al oído solté una pequeña exclamación sintiendo que el algodón se me iba a caer en cualquier momento y lo tome con las dos manos bajando mi rostro haciendo que mi cabello ocultara mis ojos.
- Y-yo... t-tú siempre sorprendiéndome ¿E-eh? -murmure con voz dulce y nerviosa acercando mi cabeza al cuerpo ajeno dejándola apoyada ahí. Subiendo mis manos por su espalda para abrazarlo. Mi pareja era muy lindo conmigo y yo no podía dejar de pensar que no hacía nada por él.
Nuestra conversación continúo y sonreí negando lentamente. No era verdad lo que decía. Él también era bello, había heredado aquello de su madre y tal vez también de su padre… bueno eso no lo sabía pero creía que ese hombre también debió ser guapo para que Louis fuera igual. Apoye mi cabeza en su hombro sintiendo a cada segundo como apretaba mi mano ¿Por qué lo hacía? ¿Acaso había dicho algo malo? Debí mejor haber callado ese detalle de mis padres, creo que eso había puesto a mi pareja mal. Baje la mirada sin atreverme a verlo los ojos, no quería ver en esas pupilas claras tristeza o tal vez otra cosa de la cual ni siquiera quería pensar.
Suspire y deje que me siguiera apretando de aquella manera, me reconfortaba un poco ese gesto. Estar con mi pareja me hacía sentir bien pero sabía que cuando hablaba algo sobre lo que me paso se ponía sensible y yo también. Jamás entenderé porque mi familia no me quiso, la gente que había conocido ahora parecía no importarle como me veía, aunque bueno cuando eso sucedió eran otros tiempos. Las cosas con los años cambiaban y la visión de la gente igual, aunque con lo referente a la homosexualidad y esas cosas nada había pasado.
Juguetee por unos segundos con mi mano libre intentando relajarme hasta que lo conseguí a los segundos. Levante la vista hasta Louis para que no se preocupara y me respondió referente a lo que le dije sobre Aly, una sonrisa se instaló en mi infantil rostro sabiendo a que se refería con que ella tenía “eso” no era una humana normal… ella tenía esa habilidad que tenían los brujos. Separe mi mano de la suya y me pare de punta de pies para tomar su rostro y bese su mejilla.
- Sé que no quieres que sufra, tranquilo, no digas que eres mal padre. Solo te dejas llevar por el poder de convencimiento que ella tiene –baje mis manos hasta su cuello y entrelacé mis bracitos ahí- no exageres, tu criarías bien a nuestra pequeña si nosotros no… bueno eso no pasara y la cuidaremos ambos.
Sus cálidos brazos me rodearon de esa forma posesiva y cariñosa, como si quisiera decirles todos ahí que era mi dueño. Solté una risita ante tales pensamientos míos la cual calle cuando sus labios se posaron en mi cuello. Un sonrojo leve mientras un pequeño sonidito se escapaba de entre mis labios que solo él pudo escuchar se hizo presente, el ronroneo que siguió me estremecía haciendo que cerrara los ojos. Cada acción que hacía me provocaba todas esas sensaciones. Abrí los ojos cuando se separó diciéndome que fuéramos por ese dulce y volvimos a retomar nuestro camino para ese puesto.
Cuando llegamos él pidió dos de esos algodones y tome el mío con mis dos manos al momento de recibirlo. Lo miraba fascinado por esa forma y textura que poseía ¿Cómo de aquella manera tal fácil se creaba ese dulce? Era interesante… agarre con fuerza el algodón de azúcar con una mano mientras la otra era tomada mi rubio-castaño el cual me guio hasta un lugar más apartado de aquel lugar. Me sentó en esa hermosa fuente en la que habíamos llegado a parar y el empezó a cantar.
Abrí grande los ojos, escuchándolo atento. Mis piernitas comenzaron a moverse a la par que llevaba de ese dulce rosa a mi boca dándole una mordida para disfrutar del sabor delicioso que poseía. No despegaba la mirada de su persona, sonrojándome de vez en cuando por tal canción que me dedicaba aunque al momento de besar mis labios el color aumento haciéndose enorme. Él calor en mi rostro se acrecentó por ese gesto y él como si nada continuo hasta al final arrodillarse y abrir mis piernas apegando su cuerpo al mío. Baje la mirada notando como el dulce temblaba entre mi mano y el rubor otra vez creció cuando termino teniendo su rostro contra mi vientre ¡No me había esperado semejante espectáculo en un lugar tan concurrido! Louis me tomo por mucha sorpresa.
Pero con la ultima frase que me susurro al oído solté una pequeña exclamación sintiendo que el algodón se me iba a caer en cualquier momento y lo tome con las dos manos bajando mi rostro haciendo que mi cabello ocultara mis ojos.
- Y-yo... t-tú siempre sorprendiéndome ¿E-eh? -murmure con voz dulce y nerviosa acercando mi cabeza al cuerpo ajeno dejándola apoyada ahí. Subiendo mis manos por su espalda para abrazarlo. Mi pareja era muy lindo conmigo y yo no podía dejar de pensar que no hacía nada por él.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Cotton Candy
Encontraba realmente grato que su pareja lo besara. Que lo tocara, que lo llenara de mil cariñitos de esa manera tan tierna, como solo el, podia hacerlo. Nadie mas lograba que mente y cuerpo se mantuvieran ese perfecto equilibrio deseando solo mas de las atenciones que el otro chico tenia para con su persona. Con Imre a su lado, en verdad, Louis se sentia volando en una nube, alto, alto, hasta tocar las estrellas con la punta de lo dedos.
Asentia a cada palabra, de manera suave, acatando cada una, aceptando la verdad de las palabras del vampiro. Por que ese muchacho era incapaz de decirle algo que lo hiriera, no estando en sus cabales. “No te quiero”. Eso le habia dicho Aly, pero… Aunque habia sido en un momento desesperado, lleno de angustia, Louis sabia que tampoco habia sido enserio, pero, aun asi, le habia dolido en un primer momento. Eso sucederia igual, si aquel de enormes pupilas, llegaba a decirlo. ¿Pero, que hay del trasfondo? En verdad, opto por asentir mas vehemente a las ultimas. ESO NO PASARIA.
Como fuera, no queria autoamargarse la noche con esa sarta de pensamientos sin sentido. Mejor disfrutar de las expresiones de su amante. De cómo disfrutaba mientras el ponia su esfuerzo en eso que salia de manera espontánea.
Deseando ser aquel dulce que se disolvia en la boca ajena. Se sintio celoso, por eso, se esforzaba mas, en entretenerlo, y ponerlo de ese color tan hermoso. El azul de sus ojos brillaba con una chipita especial, cuando un rubor teñia de forma coqueta aquellas palidas mejillas de porcelana. Y Louis podia notarla, como una suave caricia, como si fueran el halo que dejaban sus movimientos. Por que Imre no perdia detalle, y el a su vez, no dejaba de observarlo. Las miradas se encontraban, en perfecta comunión. En verdad, eran amantes destinados a estar juntos. Imre no soportaria la eternidad solo. Y Jérémie no podria volver a ver un amanecer, sin antes soñar entre los brazos de su amante. Su hija era un plus en sus vidas. La que recibia a “papito” con un abrazo y un besito, al llegar la tarde noche; la que hacia sufrir a Louis a la hora del baño.
Hay maneras de declarar el amor. ¿pero, hacer vibrar un corazón? Louis parecia haberlo logrado. No paso inadvertido a su mirada, el hecho de que el algodón de su muchacho, casi va a dar al suelo. ¿si tocaba sus mejillas, se quemaria? Ese color carmesí, le tentaba a probar suerte. Estaba orgulloso de tenerlo a el. Y tranquilo, por que debia haberse alimentado bien, o al menos, recientemente. El cuerpo del vampiro se pego al suyo, y el le dejo hacerlo, apoyo incluso su mejilla sobre aquel cabello suave, dejando que su propio cabello estorbara sobre su rostro. Lo sostuvo fuerte. Un suspiro al aire, profundo, sentido. -Me gusta hacerlo. Es lo que supongo que hace un amante perdido de amor por alguien tan especial como tu lo eres para mi--Estaba algo agitado, su corazon palpitaba fuerte. Podia notarlo. El de Imre… no estaba, pero no importaba, por que con el del cambiante, era suficiente. Latia no por dos. Ya lo hacia por tres. Se giro un poco y beso su sien con mucho cariño-Espero no haber…haber hecho mucho el ridiculo mi querido Imre.
Siguió comiendo su propio algodón, mientras se recupera un tanto. No le habia importado el “que diran”. Por que… ¿Acaso ellos no tenian el mismo derecho que todos a expresar su cariño? No habia nada de inmoral en besar y acariciar la mano de tu pareja. ¿O en que cambiaban ellos, con el resto de parejas que hubiera rondando por alli? Solo que físicamente, eran iguales. Louis beso de nuevo la sien del chico. Mirando atento a su alrededor. No, nadie que los mirara especialmente. ¿Qué parecerian, hermanos? Tal vez, con suerte. Louis no soportaria una escena fuerte, no queria huir. Acaricio su mejilla con el dorso de su mano, para después apartar un mechon plateado que le estorbaba la vision de aquellas pupilas custodiadas por esas espejas pestañas negras. -¿Te ha gustado, cielo? ¿A que es una sensación agradable sentir el azucar derretirse dentro de tu boca? - la cosa cursi, si se puede llamar cancion, interpretada poco antes, en verdad, le habia puesto de buen humor. Termino por bajarse y sentar en el suelo, recargado entonces, sobre la fuente, recargando un tanto su cabeza sobre una de las suaves piernas de su pareja. Suspiro de nuevo, mirando al cielo. Los fuegos desde alli se veian igual de bien. Y las estrellas, se mostraban menos timidas. -¿Cómo recuerdas, el mundo hace cien años, Gyula?
Asentia a cada palabra, de manera suave, acatando cada una, aceptando la verdad de las palabras del vampiro. Por que ese muchacho era incapaz de decirle algo que lo hiriera, no estando en sus cabales. “No te quiero”. Eso le habia dicho Aly, pero… Aunque habia sido en un momento desesperado, lleno de angustia, Louis sabia que tampoco habia sido enserio, pero, aun asi, le habia dolido en un primer momento. Eso sucederia igual, si aquel de enormes pupilas, llegaba a decirlo. ¿Pero, que hay del trasfondo? En verdad, opto por asentir mas vehemente a las ultimas. ESO NO PASARIA.
Como fuera, no queria autoamargarse la noche con esa sarta de pensamientos sin sentido. Mejor disfrutar de las expresiones de su amante. De cómo disfrutaba mientras el ponia su esfuerzo en eso que salia de manera espontánea.
Deseando ser aquel dulce que se disolvia en la boca ajena. Se sintio celoso, por eso, se esforzaba mas, en entretenerlo, y ponerlo de ese color tan hermoso. El azul de sus ojos brillaba con una chipita especial, cuando un rubor teñia de forma coqueta aquellas palidas mejillas de porcelana. Y Louis podia notarla, como una suave caricia, como si fueran el halo que dejaban sus movimientos. Por que Imre no perdia detalle, y el a su vez, no dejaba de observarlo. Las miradas se encontraban, en perfecta comunión. En verdad, eran amantes destinados a estar juntos. Imre no soportaria la eternidad solo. Y Jérémie no podria volver a ver un amanecer, sin antes soñar entre los brazos de su amante. Su hija era un plus en sus vidas. La que recibia a “papito” con un abrazo y un besito, al llegar la tarde noche; la que hacia sufrir a Louis a la hora del baño.
Hay maneras de declarar el amor. ¿pero, hacer vibrar un corazón? Louis parecia haberlo logrado. No paso inadvertido a su mirada, el hecho de que el algodón de su muchacho, casi va a dar al suelo. ¿si tocaba sus mejillas, se quemaria? Ese color carmesí, le tentaba a probar suerte. Estaba orgulloso de tenerlo a el. Y tranquilo, por que debia haberse alimentado bien, o al menos, recientemente. El cuerpo del vampiro se pego al suyo, y el le dejo hacerlo, apoyo incluso su mejilla sobre aquel cabello suave, dejando que su propio cabello estorbara sobre su rostro. Lo sostuvo fuerte. Un suspiro al aire, profundo, sentido. -Me gusta hacerlo. Es lo que supongo que hace un amante perdido de amor por alguien tan especial como tu lo eres para mi--Estaba algo agitado, su corazon palpitaba fuerte. Podia notarlo. El de Imre… no estaba, pero no importaba, por que con el del cambiante, era suficiente. Latia no por dos. Ya lo hacia por tres. Se giro un poco y beso su sien con mucho cariño-Espero no haber…haber hecho mucho el ridiculo mi querido Imre.
Siguió comiendo su propio algodón, mientras se recupera un tanto. No le habia importado el “que diran”. Por que… ¿Acaso ellos no tenian el mismo derecho que todos a expresar su cariño? No habia nada de inmoral en besar y acariciar la mano de tu pareja. ¿O en que cambiaban ellos, con el resto de parejas que hubiera rondando por alli? Solo que físicamente, eran iguales. Louis beso de nuevo la sien del chico. Mirando atento a su alrededor. No, nadie que los mirara especialmente. ¿Qué parecerian, hermanos? Tal vez, con suerte. Louis no soportaria una escena fuerte, no queria huir. Acaricio su mejilla con el dorso de su mano, para después apartar un mechon plateado que le estorbaba la vision de aquellas pupilas custodiadas por esas espejas pestañas negras. -¿Te ha gustado, cielo? ¿A que es una sensación agradable sentir el azucar derretirse dentro de tu boca? - la cosa cursi, si se puede llamar cancion, interpretada poco antes, en verdad, le habia puesto de buen humor. Termino por bajarse y sentar en el suelo, recargado entonces, sobre la fuente, recargando un tanto su cabeza sobre una de las suaves piernas de su pareja. Suspiro de nuevo, mirando al cielo. Los fuegos desde alli se veian igual de bien. Y las estrellas, se mostraban menos timidas. -¿Cómo recuerdas, el mundo hace cien años, Gyula?
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Cotton Candy
Nuestras miradas se encontraban de vez en cuando mientras el hacía su show ¡Es que no podía evitar hacerlo! Louis tenía ese “algo” que me conquisto el primer día que nos vimos. Recuerdo como si fuera ayer esa noche en la que nos conocimos, yo había salido de donde me estaba quedando para pintar. Estaba tranquilo hasta que sentí su mirada tan fija en mí que la curiosidad me gano y levante la vista para observar a la persona quien me tenía vigilado y era él. Sus pupilas concentradas en lo que hacía desde la distancia, lo cual en un comienzo me avergonzó pero después al final las cosas tomaron otro rumbo. Un par de palabras, una petición y de ahí una invitación que por un momento se tornó horrorosa por aquellos hombres que nos atacaron pero que termino siendo la mejor noche que jamás había tenido y de la cual siguieron otras hasta encontrarnos ahora aquí. En este parque comiendo algodón de azúcar y estando tan cercanos en un abrazo en los que nos transmitíamos todo el amor que sentíamos el uno del otro.
Sus palabras me sacaron de aquellos recuerdos, un suspiro se escapó de mis labios sintiendo ahora más que nunca que yo no hacía nada por él. Mi pareja siempre tenía algún gesto hacía mí y yo… ¿Qué tenía para él? Nada, solo estaba ahí recibiendo siempre las cosas que me daba. Me sentía culpable, solo podía en esos momentos solo darle ese abrazo con el rostro sonrojado por la actuación que me hizo y nada más. Oculte más mi rostro en su cuerpo sintiendo su beso en mi cabeza ¿Cómo decía esas cosas? Todo lo que realizo fue algo maravilloso, no tenía nada ridículo, no para mí. Creía que era un gesto muy bonito aunque me sonrojo un montón. Esas actitudes siempre de niño que poseía terminaban igual de salir a la luz con cualquier cosa que él hiciera por mí.
- No has hecho nada de lo que dices, al contrario fue muy lindo. Siempre tienes cosas para mí y yo nunca te tengo nada –me atreví a susurrar eso que sentía y que era verdad- también eres muy especial y-y nunca tengo nada que darte o dedicarte. Creo que soy un mal novio.
Nos separamos un poco no sin antes sentir otro beso y como acariciaba mi rostro apartando a la vez parte de mi flequillo que cubría mis ojos. Le sonreí suavemente y comí un poco del algodón de azúcar del cual me olvide por completo por toda esta situación. Ante su pregunta asentí animado mirando aquel dulce. Era muy rico y agradable como decía, me gustaría comer más en otra oportunidad.
- Si me ha gustado mucho, hay que venir otro día a comer más –saque con mi mano un poco de este para llevarlo de nuevo a la boca mientras sentía su cabeza apoyada en mi pierna otra vez, sus cabellos me daban un poco de cosquilla pero nada que no podía controlar. Baje la mirada para ver sus ojos al momento de su pregunta ¿Cómo había sido el mundo hace cien años atrás? ¿A qué venía esa pregunta? Parpadee con curiosidad- bueno pues yo pase la gran parte de mi vida allá en donde nací aunque claro, desde los doce años alejado de mí familia. En esos años habían más prejuicios que ahora y el miedo al ver cualquier cosa diferente era terrible... mis propios padres y la gente que me rodeaba fue la muestra clara de aquello. Aunque cuando cumplí trece años y aquel hombre que me acogió me convirtió en vampiro tuve que comenzar a no sentirme mal con las miradas de las personas. Tenía que ser "fuerte" según él y bueno como yo le tenía miedo después de lo que me hizo pues... debía de salir en las noches solos y allá mucha gente se quedaba hasta tarde, por eso debía de soportar todo lo que me decían sin tener que estallar ahí mismo, aunque en un principio como sucedía cuando estaba con mis padres mis ojos se llenaban de lágrimas pero de ahí a un tiempo eso dejo de ser así -callé al notar que de cierta forma me estaba desviando del tema. Comí otro poco del algodón.
Sus palabras me sacaron de aquellos recuerdos, un suspiro se escapó de mis labios sintiendo ahora más que nunca que yo no hacía nada por él. Mi pareja siempre tenía algún gesto hacía mí y yo… ¿Qué tenía para él? Nada, solo estaba ahí recibiendo siempre las cosas que me daba. Me sentía culpable, solo podía en esos momentos solo darle ese abrazo con el rostro sonrojado por la actuación que me hizo y nada más. Oculte más mi rostro en su cuerpo sintiendo su beso en mi cabeza ¿Cómo decía esas cosas? Todo lo que realizo fue algo maravilloso, no tenía nada ridículo, no para mí. Creía que era un gesto muy bonito aunque me sonrojo un montón. Esas actitudes siempre de niño que poseía terminaban igual de salir a la luz con cualquier cosa que él hiciera por mí.
- No has hecho nada de lo que dices, al contrario fue muy lindo. Siempre tienes cosas para mí y yo nunca te tengo nada –me atreví a susurrar eso que sentía y que era verdad- también eres muy especial y-y nunca tengo nada que darte o dedicarte. Creo que soy un mal novio.
Nos separamos un poco no sin antes sentir otro beso y como acariciaba mi rostro apartando a la vez parte de mi flequillo que cubría mis ojos. Le sonreí suavemente y comí un poco del algodón de azúcar del cual me olvide por completo por toda esta situación. Ante su pregunta asentí animado mirando aquel dulce. Era muy rico y agradable como decía, me gustaría comer más en otra oportunidad.
- Si me ha gustado mucho, hay que venir otro día a comer más –saque con mi mano un poco de este para llevarlo de nuevo a la boca mientras sentía su cabeza apoyada en mi pierna otra vez, sus cabellos me daban un poco de cosquilla pero nada que no podía controlar. Baje la mirada para ver sus ojos al momento de su pregunta ¿Cómo había sido el mundo hace cien años atrás? ¿A qué venía esa pregunta? Parpadee con curiosidad- bueno pues yo pase la gran parte de mi vida allá en donde nací aunque claro, desde los doce años alejado de mí familia. En esos años habían más prejuicios que ahora y el miedo al ver cualquier cosa diferente era terrible... mis propios padres y la gente que me rodeaba fue la muestra clara de aquello. Aunque cuando cumplí trece años y aquel hombre que me acogió me convirtió en vampiro tuve que comenzar a no sentirme mal con las miradas de las personas. Tenía que ser "fuerte" según él y bueno como yo le tenía miedo después de lo que me hizo pues... debía de salir en las noches solos y allá mucha gente se quedaba hasta tarde, por eso debía de soportar todo lo que me decían sin tener que estallar ahí mismo, aunque en un principio como sucedía cuando estaba con mis padres mis ojos se llenaban de lágrimas pero de ahí a un tiempo eso dejo de ser así -callé al notar que de cierta forma me estaba desviando del tema. Comí otro poco del algodón.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Cotton Candy
El asiático sonrió de manera amplia, con las mejillas levemente arreboladas. Cada línea que se marcaba en su rostro, mostraba que no estaba fingiendo aquel gesto. La forma en que sus labios se curvaban, en esa sonrisita que se podría decir que un tanto juguetona, no dejaban lugar para decir lo contrario. La mirada risueña de aquellas orbes avellanadas, solo tenían un punto para mirar esa noche, y ese era, el vampiro de cabellos en plata. Solo el, nada mas que aquel chico que solia siempre decir que era tonto, que no era bonito, que no merecia estar con el. Aquel chiquillo amante de la negatividad, o de darle la contraria, como fuera que esa manera de ser se llamara. Y por lo que, de alguna manera, esa misma actitud era lo que fomentaba a Louis para intentar ser uno de los mejores amantes. Ser tan paciente, espontáneo y cariñoso como podía. Si su pareja decia mil veces que no era bonito, Jérémie el doble de veces, le diria que era el hombre mas bello que habia visto –por que no podia decir que era lo mas bonito, estaba su hija y esa mocosa era también su adoración- Y se lo diria en forma de caricias otras miles de veces. Las que fueran necesarias, hasta que el chiquillo tuviera algo mas de amor por si mismo. Era un proceso lento, pero no se daria por vencido jamás.
Y alli iba, con uno de esos comentarios que, si, de cierta forma eran como un piquete en el pecho del felino, mas disimulo, suspirando, como aquel que escucha a un niño terco, cerro sus ojos un momento, antes de alborotarle el cabello, y después, sostener su mejilla, de manera que el vampiro pudiera verle a la cara. Nada de mirar el piso o sus manitas. Tenia que sostenerle la mirada, pues eran una pareja, no es asi? No deberia haber ese tipo de secretos y limitaciones. Nada de desconfianza. -Imre, corazon mio, ¿Qué nunca me tienes nada? ¿De donde sacas esas cosas, tontito? ¿No eres tu el que espera por las noches con Aly, a que yo llegue? ¿No eres tu el que nos mantiene alimentados? ¿Quién me abraza en las noches? ¿Quién arrulla a la niña a mi lado? -Acerco su rostro al ajeno, con las pupilas llenas de una dulzura suave, no empalagosa, mientras las palabras brotaban con igual delicadeza. - y lo mas importante… ¿sabes que sin ti mi corazón no latiría de la misma manera en que lo hace en este momento? Asi que no diga eso, es usted un novio perfecto para este gato atarantado y zonzo. - dio un beso a la mejilla del otro, antes de volver a poner distancia, mirando al cielo, un punto lejano, sin rumbo.
-No importa el lugar, ni las cosas, ni los gestos, mientras todo sea hecho con amor. Lo mas importante para una persona que ama de verdad, es compartir con la persona a la que ama. Es estar juntos. Lo demas, Imre, no importa, las rosas, los dulces… los paseos, nada, mi amor, puede importar mas, que una mirada sincera y el solo roce de tus dedos sobre mi frente, cuando el sueño me vence, y no puedo quedarme mas tiempo contigo. Cuando me dejo ir a un mundo desconocido, si, pero entre tus brazos…. Solo sujeta mi mano, Imre, mientras mi corazón golpee mi pecho, mientras pueda respirar, sostén mi mano. Solo pido eso.
Después, se habia sentado en el suelo, sin pensar en ensuciarse o algo asi. Desde que tenian a Halima, la pulcritud a la que el minino estaba acostumbrado, habia bajado sus matices. Uno no puede usar una camisa del color de las estrellas, cuando tu hija tiene las manitas llenas de masa para galleta, o tal vez barro en los zapatitos.
Era clarisimo que el vampiro no habia esperado una pregunta asi de su parte. Pero no podia culparlo, el minino era curioso, y queria conocer mas de aquel chico de enormes pupilas, aquellas enormes ventanas al alma de aquel chico tan puro. Y eso era parte de su historia. Por que habian nacido en epocas distintas, y no sabia que tantas cosas de eso, su amante retuviera, o anhelara. No le pasaba inadvertido cada cambio en su expresión o tono de voz. Suspiro de nuevo. -¿Por qué te acogió aquel hombre, Imre? ¿Por qué te convirtió… en…?-susurro, bajando la mirada, sin alejarse de ese lugar, sin despegar la cabeza de la pierna del otro. Era tonto, si, pero ya lo habia preguntado. ¿Eran celos? ¿Debía sentirse mal, por alegrarse de que aquel hombre destruyera la vida mortal de Imre? Gracias a ello estaba ahora alli con el…
Y alli iba, con uno de esos comentarios que, si, de cierta forma eran como un piquete en el pecho del felino, mas disimulo, suspirando, como aquel que escucha a un niño terco, cerro sus ojos un momento, antes de alborotarle el cabello, y después, sostener su mejilla, de manera que el vampiro pudiera verle a la cara. Nada de mirar el piso o sus manitas. Tenia que sostenerle la mirada, pues eran una pareja, no es asi? No deberia haber ese tipo de secretos y limitaciones. Nada de desconfianza. -Imre, corazon mio, ¿Qué nunca me tienes nada? ¿De donde sacas esas cosas, tontito? ¿No eres tu el que espera por las noches con Aly, a que yo llegue? ¿No eres tu el que nos mantiene alimentados? ¿Quién me abraza en las noches? ¿Quién arrulla a la niña a mi lado? -Acerco su rostro al ajeno, con las pupilas llenas de una dulzura suave, no empalagosa, mientras las palabras brotaban con igual delicadeza. - y lo mas importante… ¿sabes que sin ti mi corazón no latiría de la misma manera en que lo hace en este momento? Asi que no diga eso, es usted un novio perfecto para este gato atarantado y zonzo. - dio un beso a la mejilla del otro, antes de volver a poner distancia, mirando al cielo, un punto lejano, sin rumbo.
-No importa el lugar, ni las cosas, ni los gestos, mientras todo sea hecho con amor. Lo mas importante para una persona que ama de verdad, es compartir con la persona a la que ama. Es estar juntos. Lo demas, Imre, no importa, las rosas, los dulces… los paseos, nada, mi amor, puede importar mas, que una mirada sincera y el solo roce de tus dedos sobre mi frente, cuando el sueño me vence, y no puedo quedarme mas tiempo contigo. Cuando me dejo ir a un mundo desconocido, si, pero entre tus brazos…. Solo sujeta mi mano, Imre, mientras mi corazón golpee mi pecho, mientras pueda respirar, sostén mi mano. Solo pido eso.
Después, se habia sentado en el suelo, sin pensar en ensuciarse o algo asi. Desde que tenian a Halima, la pulcritud a la que el minino estaba acostumbrado, habia bajado sus matices. Uno no puede usar una camisa del color de las estrellas, cuando tu hija tiene las manitas llenas de masa para galleta, o tal vez barro en los zapatitos.
Era clarisimo que el vampiro no habia esperado una pregunta asi de su parte. Pero no podia culparlo, el minino era curioso, y queria conocer mas de aquel chico de enormes pupilas, aquellas enormes ventanas al alma de aquel chico tan puro. Y eso era parte de su historia. Por que habian nacido en epocas distintas, y no sabia que tantas cosas de eso, su amante retuviera, o anhelara. No le pasaba inadvertido cada cambio en su expresión o tono de voz. Suspiro de nuevo. -¿Por qué te acogió aquel hombre, Imre? ¿Por qué te convirtió… en…?-susurro, bajando la mirada, sin alejarse de ese lugar, sin despegar la cabeza de la pierna del otro. Era tonto, si, pero ya lo habia preguntado. ¿Eran celos? ¿Debía sentirse mal, por alegrarse de que aquel hombre destruyera la vida mortal de Imre? Gracias a ello estaba ahora alli con el…
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Cotton Candy
En el momento que iba a bajar la mirada mis cabellos fueron revueltos y mi mejilla sostenida haciendo que lo mirada directo a los ojos, lo cual ciertamente me daba vergüenza por lo que había dicho, pero es que era verdad. Yo nunca tenía un gesto bonito para con él, oh pero Louis siempre tiene algo que refutaba todo lo que decía. Me sonroje bastante por lo que me dijo, sí, yo hacía eso, pero sentía que a veces no era suficiente. A decir verdad todo lo que hago me parece lo mismo ¿Estaría bien eso? No, no lo estaba, necesitaba un cambio urgente ¿Verdad? Sus pupilas me observaban con dulzura mientras más acercaba su rostro al mío haciendo que mi respiración se acelerada un tanto y que mis ojos se entrecerraran. Sólo pude más que asentir por la frase que termino por decir y apegue mi frente a la suya cerrando los ojos pero alejándome de manera rápida sintiendo un beso en la mejilla y el cómo se alejaba.
- Lo siento ¿Si? A-ah yo… yo no podría vivir sin ti –sonreí tímido- creo que exageras de que soy el novio perfecto, tú lo eres y no eres nada de eso que te dices –lo abrace por el cuello ocultando mi rostro en su cuello.
Él continuo con sus palabras, me hacía sentir bien, más tranquilo de eso. Siempre me atormentaba con las cosas que yo realizaba, ese sentimiento de ser inferior estaba todo el tiempo presente, pero que Louis dijera todo eso tenía mucha razón. Las cosas material no era lo más importante, y eso que yo tenía eso muy presente, ahora solo estaba desvariando. Solté un pequeño sonidito y me aleje mirando cómo se sentaba en el suelo, junte las manos en mis piernas parpadeando de forma avergonzada.
- No pretendo soltar tu mano, la mantendré aferrada a mí. No quiero alejarme de tu lado Louis, te amo tanto -mordí el labio inferior y comí del algodón que me quedaba terminando por contarle como eran las cosas hace cien años pero no me espere ahora que preguntara por aquel vampiro. No creía que tuviera mucha importancia ya. Tanto tiempo alejado intentando olvidar esa noche en la que me convirtió, un pequeño gesto se formo en mis labios antes de hablar- e-él... siempre salía en las noches, a mi me daba curiosidad pero no decía nada, mejor iba a la cama pero hubo dos días en que no salio para nada y entró a mi habitación. Me asusto tanto y de la nada me mordió, tenía miedo. No podía ni soltarme de su agarre porque era mucho más fuerte que yo, pensé que iba a morir pero no sucedió. Cuando desperté ya era esto, me dijo que me quería bastante como para dejarme morir, de ahí todo cambio -lleve mi mano libre a donde fue donde me mordió en aquel año, suspire queriendo calmarme.
- Lo siento ¿Si? A-ah yo… yo no podría vivir sin ti –sonreí tímido- creo que exageras de que soy el novio perfecto, tú lo eres y no eres nada de eso que te dices –lo abrace por el cuello ocultando mi rostro en su cuello.
Él continuo con sus palabras, me hacía sentir bien, más tranquilo de eso. Siempre me atormentaba con las cosas que yo realizaba, ese sentimiento de ser inferior estaba todo el tiempo presente, pero que Louis dijera todo eso tenía mucha razón. Las cosas material no era lo más importante, y eso que yo tenía eso muy presente, ahora solo estaba desvariando. Solté un pequeño sonidito y me aleje mirando cómo se sentaba en el suelo, junte las manos en mis piernas parpadeando de forma avergonzada.
- No pretendo soltar tu mano, la mantendré aferrada a mí. No quiero alejarme de tu lado Louis, te amo tanto -mordí el labio inferior y comí del algodón que me quedaba terminando por contarle como eran las cosas hace cien años pero no me espere ahora que preguntara por aquel vampiro. No creía que tuviera mucha importancia ya. Tanto tiempo alejado intentando olvidar esa noche en la que me convirtió, un pequeño gesto se formo en mis labios antes de hablar- e-él... siempre salía en las noches, a mi me daba curiosidad pero no decía nada, mejor iba a la cama pero hubo dos días en que no salio para nada y entró a mi habitación. Me asusto tanto y de la nada me mordió, tenía miedo. No podía ni soltarme de su agarre porque era mucho más fuerte que yo, pensé que iba a morir pero no sucedió. Cuando desperté ya era esto, me dijo que me quería bastante como para dejarme morir, de ahí todo cambio -lleve mi mano libre a donde fue donde me mordió en aquel año, suspire queriendo calmarme.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Cotton Candy
Se echo a reír. Así, un par de carcajadas limpias, que le hicieron cerrar los ojos, y luego morder su labio como niño travieso nuevamente. -Dices cosas muy graciosas, Gyula. ¿Yo, perfecto? Sabes bien que eso no es verdad y que si soy atarantado. Lo sabes y no puedes negarme eso. - Le gustaba llamarlo tambien por su segundo nombre, aunque lo pronunciara de manera peculiar, Imre nunca se habia quejado, y es que el minino hablaba mas pausado que el resto de las personas, al menos, las nativas de aquel pais, por que tenia un acento que no habia perdido. Acto seguido, dio cuenta con rapidez del algodón de azúcar. La verdad que Louis si era algo ingenuo y torpe, cuando menos se esperaba.
Escuchar esas palabras, esa confirmación de aquello que anhelaba tanto, que era uno de sus mayores sueños, lo hacian sentir esa oleada de calor en su pecho. Lo confortaba y hacia respirar con la tranquilidad de un niño. Louis habia cometido una tonteria al preguntarle sobre aquel ser que lo convirtiera en un vampiro. Pero… se habia encontrado entre la espada y la pared, pues si hubiera seguido preguntando sobre su familia… Imre se habia puesto mal. Ya lo habia visto poco antes esa noche. Al pequeño vampiro lo afectaba en demasía tocar el tema de su familia, de manera diferente a la que a el lo hacia, pues el… No eran las mismas circunstancias. Imre habia tenido todo, en cuanto a material se decia, pero habia carecido del amor verdadero de sus congeneres. Louis, en cambio, aunque con muchas limitaciones y rechazo de otros, siempre encontró un refugio en brazos de su madre.
Se sentia realmente idiota en ese momento. Era consciente, aun sin mirar a Imre, que habia metido la pata hasta el fondo con esa indagatoria. Escuchar de aquel… ¿En serio asi, sin mas lo habia convertido? Eso no tenia nada de lógica. Quizás Imre fuera malo para darse cuenta de algunas cosas, como el verdadero motivo para que aquel ser le arrebatara su vida humana y lo condenara a vivir por siempre con la apariencia de un adolescente. El palito del dulce, quedo apresado por su mano que lo aferraba y apretaba. Y comenzó a temblar por que no sabia que decir ahora. Un recuerdo lo golpeo. El dolor del metal sobre su piel el dia que conocio a Imre. Solo por besarlo… ¿ahora que castigo merecia por hacerle recordar cosas tan…? Soltó el palito y se hizo casi un ovillo, alli a sus pies, tapando su cabeza con ambas manos. -Maldita sea… Maldita sea… Imre… yo… no quiero… no queria… soy… te afecta tanto… y…. soy un desgraciado. Me alegro que te hiciera eso… Estas conmigo… pero a este costo… - Susurro, sin mirarlo. Era un egoísta y mala persona, si. Su vista estaba clavada en el palito. En las lineas del adoquin de las jardineras vecinas.
Escuchar esas palabras, esa confirmación de aquello que anhelaba tanto, que era uno de sus mayores sueños, lo hacian sentir esa oleada de calor en su pecho. Lo confortaba y hacia respirar con la tranquilidad de un niño. Louis habia cometido una tonteria al preguntarle sobre aquel ser que lo convirtiera en un vampiro. Pero… se habia encontrado entre la espada y la pared, pues si hubiera seguido preguntando sobre su familia… Imre se habia puesto mal. Ya lo habia visto poco antes esa noche. Al pequeño vampiro lo afectaba en demasía tocar el tema de su familia, de manera diferente a la que a el lo hacia, pues el… No eran las mismas circunstancias. Imre habia tenido todo, en cuanto a material se decia, pero habia carecido del amor verdadero de sus congeneres. Louis, en cambio, aunque con muchas limitaciones y rechazo de otros, siempre encontró un refugio en brazos de su madre.
Se sentia realmente idiota en ese momento. Era consciente, aun sin mirar a Imre, que habia metido la pata hasta el fondo con esa indagatoria. Escuchar de aquel… ¿En serio asi, sin mas lo habia convertido? Eso no tenia nada de lógica. Quizás Imre fuera malo para darse cuenta de algunas cosas, como el verdadero motivo para que aquel ser le arrebatara su vida humana y lo condenara a vivir por siempre con la apariencia de un adolescente. El palito del dulce, quedo apresado por su mano que lo aferraba y apretaba. Y comenzó a temblar por que no sabia que decir ahora. Un recuerdo lo golpeo. El dolor del metal sobre su piel el dia que conocio a Imre. Solo por besarlo… ¿ahora que castigo merecia por hacerle recordar cosas tan…? Soltó el palito y se hizo casi un ovillo, alli a sus pies, tapando su cabeza con ambas manos. -Maldita sea… Maldita sea… Imre… yo… no quiero… no queria… soy… te afecta tanto… y…. soy un desgraciado. Me alegro que te hiciera eso… Estas conmigo… pero a este costo… - Susurro, sin mirarlo. Era un egoísta y mala persona, si. Su vista estaba clavada en el palito. En las lineas del adoquin de las jardineras vecinas.
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Re: Cotton Candy
- Yo no he dicho nada gracioso. Bueno puede que no seas perfecto ya que nadie lo es, pero yo... a mis ojos lo eres -sonreí acariciando los cabellos de Louis de manera lenta y dulce, sin importar como se viera ese gesto ante los demás. No hacíamos nada malo aunque era difícil de hacer entender eso- ah no eres atarantado. El que lo es aquí soy yo, soy demasiado torpe y tonto -solté una risita divertida observando mi algodón, parpadeando un par de veces para después verlo a él en el momento en que le dije aquello. Todo era verdad, nunca lo soltaría porque mi anhelo era quedarme a su lado lo más que viviera o él mismo me permitiera.
Muchas veces me decía que eso no sucedería, que no me dejaría pero uno tampoco sabe lo que le depara el destino, tal vez al final se quedaría con otra persona o quien sabe, pero me quedaría a su lado aunque fuera en la misma sombra. Jugué con el algodón que aun me quedaba en el palito terminando por contarle lo que había sucedido. Como es que ahora era un vampiro, bueno era comprensible, a ese vampiro le había vencido el hambre y la única presa que tenía cerca era yo. Porque cuando pasaban dos días uno estaba muy débil para salir en busca de presas tan fuertes así que alguien que estaba saliendo de la niñez era totalmente perfecto en ese instante.
Aunque por alguna extraña razón no fue capaz de dejarme ir, había escuchado sus ruegos lejanos sintiendo algo liquido caer en mi rostro, supuse que debieron ser sus lágrimas porque la sangre que me dio de beber vino después pasado de unos segundos. Por eso yo todos los años que llevaba vividos he intentado poder durar más de dos días para no dañar a nadie con el que me encariñaba, no quería que se repitiera la historia. No podría aguantar algo así. Lo miré cuando lo sentí moverse, se encontraba hecho un ovillo ahí a mis pies ¿Por qué? Solo eso se preguntó mi mente pero sus palabras me sorprendieron ¡Oh no! Que no se pusiera mal... si ya había pasado, aquello de todas formas era un modo de desahogo, si quería preguntarme cosas no había problema alguno. No debíamos de estar con mentiras.
- No digas eso, tranquilo. Me afecta sí, pero no tengo problema en decírtelo es un modo de desahogo de todas formas para mí, por eso no te digas esas cosas -me agaché sin darme cuenta que se me soltaba el algodón de azúcar de las manos para caer al suelo, aun lado de nosotros. Lo abracé con fuerza, imaginando que podía estar pensando en esos momentos. Lo que menos quería era que mi amado se lastimara. Odiaba verlo mal y más aún cuando él mismo se lastimaba, no quería que eso pasara- relájate amor -bese sus mejillas de forma amorosa.
Muchas veces me decía que eso no sucedería, que no me dejaría pero uno tampoco sabe lo que le depara el destino, tal vez al final se quedaría con otra persona o quien sabe, pero me quedaría a su lado aunque fuera en la misma sombra. Jugué con el algodón que aun me quedaba en el palito terminando por contarle lo que había sucedido. Como es que ahora era un vampiro, bueno era comprensible, a ese vampiro le había vencido el hambre y la única presa que tenía cerca era yo. Porque cuando pasaban dos días uno estaba muy débil para salir en busca de presas tan fuertes así que alguien que estaba saliendo de la niñez era totalmente perfecto en ese instante.
Aunque por alguna extraña razón no fue capaz de dejarme ir, había escuchado sus ruegos lejanos sintiendo algo liquido caer en mi rostro, supuse que debieron ser sus lágrimas porque la sangre que me dio de beber vino después pasado de unos segundos. Por eso yo todos los años que llevaba vividos he intentado poder durar más de dos días para no dañar a nadie con el que me encariñaba, no quería que se repitiera la historia. No podría aguantar algo así. Lo miré cuando lo sentí moverse, se encontraba hecho un ovillo ahí a mis pies ¿Por qué? Solo eso se preguntó mi mente pero sus palabras me sorprendieron ¡Oh no! Que no se pusiera mal... si ya había pasado, aquello de todas formas era un modo de desahogo, si quería preguntarme cosas no había problema alguno. No debíamos de estar con mentiras.
- No digas eso, tranquilo. Me afecta sí, pero no tengo problema en decírtelo es un modo de desahogo de todas formas para mí, por eso no te digas esas cosas -me agaché sin darme cuenta que se me soltaba el algodón de azúcar de las manos para caer al suelo, aun lado de nosotros. Lo abracé con fuerza, imaginando que podía estar pensando en esos momentos. Lo que menos quería era que mi amado se lastimara. Odiaba verlo mal y más aún cuando él mismo se lastimaba, no quería que eso pasara- relájate amor -bese sus mejillas de forma amorosa.
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Re: Cotton Candy
Un nudo se formo en la garganta del cambiaformas, pudo haberse puesto a llorar como un niño pequeño, pues era muy dado a dejar salir sus emociones de manera genuina y espontánea, sin pensar mucho en lo que pensaría el resto de el. ¿Acaso no le dijeron alguna vez, que los hombres no lloran? Louis detestaba tal dicho, y una forma de rebelarse contra esas maneras de pensar, era, hacer, precisamente, todo lo contrario. ¿En serio para el vampiro, el era perfecto? ¿Aun cuando cometía cada estupidez? ¿Incluso si era por su culpa que Aly no cumpliera los pequeños castigos, como quedarse sin dulces durante unos días? El gato se los daba a escondidas. Y también era responsable que el patio fuera un desastre, cuando jugaba con ella. Daba mas trabajo que ayuda, si. ¿Y aun asi, Imre le decia que era perfecto? Louis tenia muchas imperfecciones, y el las veia incrementadas mil veces, cuando veia su reflejo desnudo, en mas de un sentido, frente al espejo.
Se sintió sumamente confortado con sentir la mano de su amante sobre sus cabellos. Si lo hacia por mucho tiempo, Imre tendría que cargar con el, le daba sueño cuando hacia eso, y podria ponerse a ronronear, como si estuviera en su forma gatuna. Si, dormirse a las piernas de aquel bello muchacho. -Tu solo dices que eres torpe y tonto, y eso lo dices, cuando logro hacerte sonrojar, cuando te sientes timido, nervioso. No cometes tonterias, Imre, es tu forma de ser. ¿Acaso has derribado algun estante de libros, o algo parecido? -Louis si que era dado a eso, no muy seguido, pero solia ocurrirle. ¿chocaba eso con su aspecto? Tal vez, nadie pensaria que el fuera asi. Pero lo era..
Asi como era un hecho firme que el se sentia súper culpable y estaba ahora en el suelo, alli, convertido en una bolita, sin importarle ensuciarse, con la mirada fija, perdida, temeroso de si mismo. El sonido de algo seco caer. Apenas un rumor contra el suelo. Notaba los latidos de su corazón, y el nudo que se formaba en su garganta, su brazo se alargo de manera automática hacia el palito de madera, pero no lo alcanzo, pues algo lo sujeto con fuerza en un abrazo. Era Imre.
Le afectaba, ¡le afectaba! Louis puso una carita de angustia que le partiria el alma a cualquiera. Cuando tenia esos gestos, se veia completamente diferente. ¿En serio no habia problema? ¡Pero le habia afectado recordarlo! No podia negárselo, la cara que habia puesto el vampiro, le habia dado la sensación de que debia morir por provocar ese dolor en el otro. ¿Desahogo? Miro entonces el rostro del chico, a la vez que sentia sus labios sobre sus mejillas. El gato tenia las manos crispadas y parecia de verdad a punto de echarse a llorar. Escondió entonces el rostro en el pecho del otro, aferrándose con fuerza a su ropa, abrazándose a el. -Perdóname Imre. Abrázame… Muérdeme… -pidió, intentando controlar ese ¿deseo? De sentir dolor sobre su cuerpo.
Cuanto tiempo pasaron en esa posición, Louis no lo supo, pero no paso de un cuarto de hora. Separo con cuidado a Imre de su cuerpo, quedando sentado sobre sus piernas, y miro el algodón de este, sus restos, alli junto a ellos. Se sintio mal, pues el otro lo habia dejado caer por su culpa. Tenia las mejillas y la nariz rojas, lo mismo que los ojos vidriosos, y aun soltaba pequeños sollozos. El cabello alborotado y en partes humedecido por el llanto. -Te debo otro, verdad?-Le sonrió, ya mucho mas tranquilo
Se sintió sumamente confortado con sentir la mano de su amante sobre sus cabellos. Si lo hacia por mucho tiempo, Imre tendría que cargar con el, le daba sueño cuando hacia eso, y podria ponerse a ronronear, como si estuviera en su forma gatuna. Si, dormirse a las piernas de aquel bello muchacho. -Tu solo dices que eres torpe y tonto, y eso lo dices, cuando logro hacerte sonrojar, cuando te sientes timido, nervioso. No cometes tonterias, Imre, es tu forma de ser. ¿Acaso has derribado algun estante de libros, o algo parecido? -Louis si que era dado a eso, no muy seguido, pero solia ocurrirle. ¿chocaba eso con su aspecto? Tal vez, nadie pensaria que el fuera asi. Pero lo era..
Asi como era un hecho firme que el se sentia súper culpable y estaba ahora en el suelo, alli, convertido en una bolita, sin importarle ensuciarse, con la mirada fija, perdida, temeroso de si mismo. El sonido de algo seco caer. Apenas un rumor contra el suelo. Notaba los latidos de su corazón, y el nudo que se formaba en su garganta, su brazo se alargo de manera automática hacia el palito de madera, pero no lo alcanzo, pues algo lo sujeto con fuerza en un abrazo. Era Imre.
Le afectaba, ¡le afectaba! Louis puso una carita de angustia que le partiria el alma a cualquiera. Cuando tenia esos gestos, se veia completamente diferente. ¿En serio no habia problema? ¡Pero le habia afectado recordarlo! No podia negárselo, la cara que habia puesto el vampiro, le habia dado la sensación de que debia morir por provocar ese dolor en el otro. ¿Desahogo? Miro entonces el rostro del chico, a la vez que sentia sus labios sobre sus mejillas. El gato tenia las manos crispadas y parecia de verdad a punto de echarse a llorar. Escondió entonces el rostro en el pecho del otro, aferrándose con fuerza a su ropa, abrazándose a el. -Perdóname Imre. Abrázame… Muérdeme… -pidió, intentando controlar ese ¿deseo? De sentir dolor sobre su cuerpo.
Cuanto tiempo pasaron en esa posición, Louis no lo supo, pero no paso de un cuarto de hora. Separo con cuidado a Imre de su cuerpo, quedando sentado sobre sus piernas, y miro el algodón de este, sus restos, alli junto a ellos. Se sintio mal, pues el otro lo habia dejado caer por su culpa. Tenia las mejillas y la nariz rojas, lo mismo que los ojos vidriosos, y aun soltaba pequeños sollozos. El cabello alborotado y en partes humedecido por el llanto. -Te debo otro, verdad?-Le sonrió, ya mucho mas tranquilo
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Cotton Candy
Ver a Louis en ese estado dolía más que todos los recuerdos juntos de mi vida en Budapest. Parecía que todo lo que yo decía provocaba algún dolor o hacía sentir mal a alguien, yo no había querido ocasionar que mi pareja ahora estuviera en el suelo con los ojos llenos de lágrimas que retenía tal vez para que nadie se nos quedara mirando o para que yo no me preocupara, pero no podía evitarlo. No me gustaba verlo así, suspire pasando una de mis manos por sus suaves cabellos para intentar tranquilizarlo aunque eso no evito que las palabras que decía me provocaran un pequeño sonrojo ¿Enserio no cometía tonterías? A mí me parecía que sí, negué ante su pregunta. Nunca había chocado contra un estante de libro… no bueno sí pero nunca me había pasado cuando estaba él en frente. Muchas veces podía ir distraído.
- Emmm no he derribado nunca uno pero chocar si, aunque nunca me has visto y espero que no pase, me veo demasiado tonto –baje la mirada hasta donde se encontraba olvidado mi algodón para no sonrojarme más de lo que estaba. Aunque pasado unos segundos rodee su cuerpo en un abrazo sin que me importara que nos miraran las personas que pasaban por ahí, tal vez que cosas dirían pero no me interesaba en lo absoluto.
En su cara se posición una expresión de angustia y me sentí más mal aún por su estado. Yo no había querido causar eso, estábamos tan bien en esa cita que me sentía demasiado culpable en estos momentos. Bese cariñosamente su mejilla intentando tranquilizarlo aunque sea lo más mínimo posible pero nada, él seguía así y con más ganas de llorar. Mordí mi labio inferior sintiendo como se aferraba a mis ropas pidiéndome perdón, no debía de hacerlo. Nada malo había hecho para que lo hiciera, no debía y la preocupación crecía por cualquier idea de querer hacerse daño que pudiera cruzarse por la cabeza de mi cambia formas. Entrecerré los ojos soltando un suave sonidito de mis labios por lo que me pedía, no lo haría.
- No tengo nada que perdonar amor tú deseas saber cosas de mí. No te preocupes todo está bien y no te morderé, no deseo hacerlo. Mejor disfrutemos de esta noche –le susurre para que ninguna persona curiosidad escuchara lo de morder porque podían sospechar aunque a veces podían ser demasiado despistados y no captar de inmediato a que iba todo.
Nos quedamos en esa posición por quien sabe cuánto tiempo, Louis estuvo sollozando en mis brazos todo ese rato hasta que él fue quien hizo la distancia. Se sentó en frente mío, lo miré con cierta curiosidad y sonríe levemente por lo que dijo al mismo instante en que baje la mirada la cual levante de inmediato mientras un pucherito se forma en mis labios.
- Pues si, me debes uno nuevo, pero estando ahí sentado no me lo traerás ¿No crees? -aquello lo dije en forma de broma pero con los brazos cruzados para que él creyera que era verdad- quiero más de esa cosa esponjadita -aunque ya sabía el nombre no podía evitar decirle así. Me agradaba más- bueno vamos ¿Si? -me levante afirmándome de la pileta para al estar ya reincorporado le extendí mis manos para ayudarle a levantarse. Debíamos de olvidar ese incidente.
- Emmm no he derribado nunca uno pero chocar si, aunque nunca me has visto y espero que no pase, me veo demasiado tonto –baje la mirada hasta donde se encontraba olvidado mi algodón para no sonrojarme más de lo que estaba. Aunque pasado unos segundos rodee su cuerpo en un abrazo sin que me importara que nos miraran las personas que pasaban por ahí, tal vez que cosas dirían pero no me interesaba en lo absoluto.
En su cara se posición una expresión de angustia y me sentí más mal aún por su estado. Yo no había querido causar eso, estábamos tan bien en esa cita que me sentía demasiado culpable en estos momentos. Bese cariñosamente su mejilla intentando tranquilizarlo aunque sea lo más mínimo posible pero nada, él seguía así y con más ganas de llorar. Mordí mi labio inferior sintiendo como se aferraba a mis ropas pidiéndome perdón, no debía de hacerlo. Nada malo había hecho para que lo hiciera, no debía y la preocupación crecía por cualquier idea de querer hacerse daño que pudiera cruzarse por la cabeza de mi cambia formas. Entrecerré los ojos soltando un suave sonidito de mis labios por lo que me pedía, no lo haría.
- No tengo nada que perdonar amor tú deseas saber cosas de mí. No te preocupes todo está bien y no te morderé, no deseo hacerlo. Mejor disfrutemos de esta noche –le susurre para que ninguna persona curiosidad escuchara lo de morder porque podían sospechar aunque a veces podían ser demasiado despistados y no captar de inmediato a que iba todo.
Nos quedamos en esa posición por quien sabe cuánto tiempo, Louis estuvo sollozando en mis brazos todo ese rato hasta que él fue quien hizo la distancia. Se sentó en frente mío, lo miré con cierta curiosidad y sonríe levemente por lo que dijo al mismo instante en que baje la mirada la cual levante de inmediato mientras un pucherito se forma en mis labios.
- Pues si, me debes uno nuevo, pero estando ahí sentado no me lo traerás ¿No crees? -aquello lo dije en forma de broma pero con los brazos cruzados para que él creyera que era verdad- quiero más de esa cosa esponjadita -aunque ya sabía el nombre no podía evitar decirle así. Me agradaba más- bueno vamos ¿Si? -me levante afirmándome de la pileta para al estar ya reincorporado le extendí mis manos para ayudarle a levantarse. Debíamos de olvidar ese incidente.
Imre Andrássy- Vampiro Clase Media
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Re: Cotton Candy
El cambiaformas asintio con una media sonrisa. “Chocar si”, habia dicho el vampiro. ¿Es que acaso siempre tenia que ser tan… asi? “me veo demasiado tonto” ¡Y que si se veia asi! Era adorable. Tanto, que ese tipo de cosas solo acentuaban esa ternura natural en el. Ese aura dorada que lo envolvia y lo hacia un bendito a los ojos del cambiaformas. Nada de malicia existia en ese angel que vivia de sangre. Era más demonio Louis que Imre. El monstruo de piel de porcelana, el maldito gato, solo encontraba paz y verdadero amor en los brazos del otro. Solo eso. Protección y nada mas. Adoraba sentir esos brazos, delgados, pero que lo estrechaban con fuerza cuando lo hacia, aun si el vampiro no era consciente de la fuerza con que lo hacia.
Los besos de Imre eran dulces, como los terrones de azúcar para el te. Lo hacian sentir mejor, tal y como te hace sentir mucho mas sosegado comer endorfinas artificiales después de un momento triste, oh… si. Chocolates. Rellenos, blanco, negro, envinados, con nueces u avellanas. En forma de gatitos, como le gustaban a Halima, o en forma de gotas. Eran algo que lo hacia sentir bien al momento. Pero que no lograba llegar pronto hasta lo mas hondo de su pecho, no lograba calmarlo por completo. Solo un trabajo mucho mas profundo, lo conseguía. Un abrazo… mas besos… Un apapacho enorme. Por que Louis era un muchacho fácilmente de herir. Un corazón de cristal que se habia roto antes. Necesitaba ahora mas mimos, y mucho mas comprensión por parte de aquel al que mas amaba en el mundo. Su vampiro, Imre. -Yo disfruto que muerdas, Gyula. Me gusta que lo hagas. Es algo que tenemos tu y yo. Mi sangre en tu cuerpo. Mi sangre dando color a tus mejillas. Mi sangre dando vida a tus venas. Ytu viviendo para yo lo haga. - respondio en el mismo tono confidente, pero cargado de sentimiento; apasionado.
Su pecho subia y bajaba a ritmos irregulares, debio al llanto y/o contenido. Las emociones que fluian como un espiral. Sentado sobre el suelo, mirando a Imre con la disculpa grabada en sus ojos. Los mismos que se hallaban enrojecidos y algo hinchados, si seguia llorando se pondría peor. Su nariz parecia una pelotita de color ligeramente escarlata. Luego al escuchar las palabras de su pareja y verlo, suelta una pequeña carcajada. Ni aunque se lo dijera de esa manera que pretendia sonar seria y hasta algo ¿molesta? Podia creersela. Estiro su brazo mientras volvia a llamar cosa esponjadita al algodón de azúcar. Coloco su mano sobre la cabeza del húngaro, y le alboroto el cabello. El chico se puso después de pie y le ofrecia ayuda. El tomo su mano con suavidad y se puso de pie. -Vamos entonces… ¿Puedes… puedes tomar mi mano?- se la ofrecio. ¿Lo haria? Las personas podrian notarlo, podrian marginarlos. Pero… el neko necesitaba el calor de su amante, como el niño que después de caerse, solo quiere estar en brazos de su madre.
Los besos de Imre eran dulces, como los terrones de azúcar para el te. Lo hacian sentir mejor, tal y como te hace sentir mucho mas sosegado comer endorfinas artificiales después de un momento triste, oh… si. Chocolates. Rellenos, blanco, negro, envinados, con nueces u avellanas. En forma de gatitos, como le gustaban a Halima, o en forma de gotas. Eran algo que lo hacia sentir bien al momento. Pero que no lograba llegar pronto hasta lo mas hondo de su pecho, no lograba calmarlo por completo. Solo un trabajo mucho mas profundo, lo conseguía. Un abrazo… mas besos… Un apapacho enorme. Por que Louis era un muchacho fácilmente de herir. Un corazón de cristal que se habia roto antes. Necesitaba ahora mas mimos, y mucho mas comprensión por parte de aquel al que mas amaba en el mundo. Su vampiro, Imre. -Yo disfruto que muerdas, Gyula. Me gusta que lo hagas. Es algo que tenemos tu y yo. Mi sangre en tu cuerpo. Mi sangre dando color a tus mejillas. Mi sangre dando vida a tus venas. Ytu viviendo para yo lo haga. - respondio en el mismo tono confidente, pero cargado de sentimiento; apasionado.
Su pecho subia y bajaba a ritmos irregulares, debio al llanto y/o contenido. Las emociones que fluian como un espiral. Sentado sobre el suelo, mirando a Imre con la disculpa grabada en sus ojos. Los mismos que se hallaban enrojecidos y algo hinchados, si seguia llorando se pondría peor. Su nariz parecia una pelotita de color ligeramente escarlata. Luego al escuchar las palabras de su pareja y verlo, suelta una pequeña carcajada. Ni aunque se lo dijera de esa manera que pretendia sonar seria y hasta algo ¿molesta? Podia creersela. Estiro su brazo mientras volvia a llamar cosa esponjadita al algodón de azúcar. Coloco su mano sobre la cabeza del húngaro, y le alboroto el cabello. El chico se puso después de pie y le ofrecia ayuda. El tomo su mano con suavidad y se puso de pie. -Vamos entonces… ¿Puedes… puedes tomar mi mano?- se la ofrecio. ¿Lo haria? Las personas podrian notarlo, podrian marginarlos. Pero… el neko necesitaba el calor de su amante, como el niño que después de caerse, solo quiere estar en brazos de su madre.
Louis J. Bouquet- Cambiante Clase Media
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Re: Cotton Candy
¿Sabía Louis lo que provocaban esas palabras en mí? Ese sí que era un verdadero acto de amor, yo por mi parte sentía que no hacia nada por él. Aunque el se sentía por satisfecho el que yo estuviera a su lado, pero es que eso no era algo que hiciera para que fuera feliz ya que yo lo era estando a su lado. Su compañía era lo mejor que me había pasado en todos estos años de vida, fue una de las primeras personas que comenzó a sentir un interés por mí , darme algo de cariño o algo parecido al primer momento. No me juzgo como otro, le estaba por completo agradecido a ese cambia formas y ni decir de lo enamorado que me tenía, por eso intentaba en esos momentos que esas lágrimas desaparecieran. Aquel regaño que era por completo falso intentaba sacarle alguna sonrisa pero pudo más que eso. La carcajada se hizo escuchar y sonreí, ese era el Louis que me gustaba más tener.
Observe como acercaba su mano y solo lo mire, esperando por lo que haría y mi cabello fue totalmente alborotado. Entrecerré los ojos posando mis propias manos donde estuvo la de él e hice aparecer un nuevo puchero en mis labios pero después saque mis manos de ahí le estire una para que se levantara ¡No se iba a escapar de darme otro algodón de azúcar! Demasiado delicioso como para olvidarlo.
Se levanto con mi ayuda y sus palabras me sacaron una sonrisa tierna, asentí abrazándolo para después tomar su mano, aquello no tenía ni que preguntarse, porque aunque fuera mal visto por sociedad el que fuéramos pareja eso no impedía que tomara su mano ¿Verdad? No era un gesto que pudiera malinterpretarse si se ve por el lado de que yo parezco apenas un adolescente y el alguien mayor... que fuera mi hermano mayor o algún que otro familiar. No había de que preocuparse.
- Te amo tanto -se lo susurre- no debes de pedirme esas cosas ya que no me negaría ante una petición tuya o algo parecido, aparte no sabemos nada malo ¿Verdad? Y ni decir que, si no me negué aquella vez en la cafetería... en nuestro primer encuentro menos lo haré ahora que somos pareja -apoye mi cabeza en su hombro por unos segundos- en todo caso ir de la mano no es un gesto de que seamos pareja para la gente que nos pueda ver, supongo que pensaran que eres mi hermano o algún familiar. Algo bueno debe de salir ante esta apariencia tan joven que poseo por mi transformación ¿No crees?.
Observe como acercaba su mano y solo lo mire, esperando por lo que haría y mi cabello fue totalmente alborotado. Entrecerré los ojos posando mis propias manos donde estuvo la de él e hice aparecer un nuevo puchero en mis labios pero después saque mis manos de ahí le estire una para que se levantara ¡No se iba a escapar de darme otro algodón de azúcar! Demasiado delicioso como para olvidarlo.
Se levanto con mi ayuda y sus palabras me sacaron una sonrisa tierna, asentí abrazándolo para después tomar su mano, aquello no tenía ni que preguntarse, porque aunque fuera mal visto por sociedad el que fuéramos pareja eso no impedía que tomara su mano ¿Verdad? No era un gesto que pudiera malinterpretarse si se ve por el lado de que yo parezco apenas un adolescente y el alguien mayor... que fuera mi hermano mayor o algún que otro familiar. No había de que preocuparse.
- Te amo tanto -se lo susurre- no debes de pedirme esas cosas ya que no me negaría ante una petición tuya o algo parecido, aparte no sabemos nada malo ¿Verdad? Y ni decir que, si no me negué aquella vez en la cafetería... en nuestro primer encuentro menos lo haré ahora que somos pareja -apoye mi cabeza en su hombro por unos segundos- en todo caso ir de la mano no es un gesto de que seamos pareja para la gente que nos pueda ver, supongo que pensaran que eres mi hermano o algún familiar. Algo bueno debe de salir ante esta apariencia tan joven que poseo por mi transformación ¿No crees?.
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