Juego con fuego, deliciosa combinación

por **Hanna Greiffenstein** Miér Mayo 02, 2012 4:16 pm

HANNA GREIFFENSTEIN

DATOS PERSONALES

• Edad: 21 años
• Especie: Humano | Cazador
• Tipo, Clase Social o Cargo: Clase Media
• Orientación Sexual: Heterosexual
• Lugar de Origen: Albania

DESCRIPCIÓN FÍSICA

Spoiler:

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Hanna es de las personas que mientras más común y corriente pueda pasar, mejor para ella. Sin embargo, su personalidad marcada por la vida que lleva y la familia a la que perteneció, no le permite ser tan común pese a sus intentos. Si bien su indumentaria de por sí llama la atención (pues prefiere usar pantalones y camisas), su manera de caminar y desplazarse es igualmente compleja y desata ocasionalmente miradas inquisitivas. No suele hablar mucho con desconocidos, mas bien se ve como alguien que siempre anda de mal humor por el ceño fruncido, y no escatima saliva cuando tiene que gritarle a alguien en la cara. Es bastante celosa de sus cosas, privilegios, objetos y las personas que estima, familiares, amigos y colegas de trabajo, por lo que puede excederse cuando de defender lo suyo se trata.

Una de sus pasiones son las armas; usa los conocimientos que alguna vez su madre (quien era una importante bruja, bueno, no era su madre pero ella llegó a apreciarla como tal) le enseñó sobre hechicería y mezcla eso con lo que sabe acerca de armas. Ama experimentar nuevos dispositivos artificiales y pirotécnicos. Es conocida como una ardua pirómana y un poco desquiciada, pues de ese modo le gusta a ella ya que nadie sabe a qué se dedica exactamente, lo cual es una muy buena ventaja. No os confundáis, no se trata de una bruja, es simplemente una persona que experimenta con hierbas e ingredientes extraños heredados de su madre y que de vez en cuando consigue en sus paseos. Nunca estará sin un arma en la fusta, no es de las que teman por su vida, pero sí por ello a lo que defiende.

En cuanto a su forma de ser, es de las personas a las que los problemas no les agobian, los toman con ligereza y con la misma ligereza los resuelve, casi siempre con éxito y sin agobiarse ante el fracaso. Es extremadamente suertuda (y algo torpe) y se fía tanto de su suerte que procede apresuradamente, lo cual, aunque no siempre, surte con buenos resultados. Es muy dedicada en lo que hace, trabajo, hogar... y más trabajo, suele ser alguien que no falla en las cosas en las que se compromete aunque la palabra de una ladrona no sea tomada con la seriedad que Hanna se merece. Tiene gran debilidad por los objetos ajenos y no duda en tomarlos cuando los desea.

HISTORIA

Nació en Albania en 1775. Se crió en un conventillo de las Hermanas de la Flor (un antiguo monasterio en dicho país), en donde fue abandonada cuando tenía dos años y medio. Se desconoce el origen de sus padres, sólo se sabe de ellos que alguna vez vivieron en Rusia, mas no se sabe si nacieron allí o emigraron. Pero bueno, esa es otra historia, y no la de Hanna puntualmente, así que dejémoslo a un lado y continuemos con la dulce albanesa casi monja.

Traviesa e impulsiva fue su niñez, las hermanas del convento casi no sabían qué hacer con ella y las de una que se mandaba constantemente. Se sabe que en una ocasión hubo incendiado la planta baja del lugar, dejando en la nada a la zona de niños enfermos. La echaron un par de veces del orfanato, la dieron en adopción en innumerables ocasiones y siempre conseguían lo mismo: que la devolviesen. Cometió un sin fin de maldades (quizás no propias de una niña de esa edad) y detestaba usar vestidos como sus compañeras, incluso odiaba el olor a encierro que tenía que soportar día a día.

En la mañana en que cumplía doce años, las monjas del conventillo la obligaron a usar un vestido y corsé (pues sus protuberancias a esa temprana edad ya estaban agarrando forma). Hanna se rebeló e hizo trizas la tela con un pisapapeles y quemó lo que había logrado quitarse, quedando en ropa interior. Amenazó con una cerilla prendida a una de las niñas y, trepándose por uno de los muros del jardín trasero, escapó del monasterio, así, con poca ropa y el pelo una maraña. Probablemente ese era el objetivo de las monjas, pero en medio del adrenalínico acto, Hanna pensó menos y actuó más.

Con su deserción se fue un par de cuchillas chicas de cocina y un encendedor bastante antiguo, las cuales metió en una bolsa el día anterior y veía como su tesoro del cual no se podía despegar. Durmió en la calle varios días y varias noches, hasta que se topó con ella una mujer albina y de hermosos ojos que le ofreció comida. Obviamente Hanna aceptó, aunque un poco recelosa por saber quién sería la mujer que se portaba tan amablemente con ella. La siguió, su nombre era Natula (o así le decían, la albanesa nunca lo terminó de saber), hasta su hogar, en donde la misteriosa dama la acogió y le dio un techo y un hogar.

Debido a la pérdida de un hijo varón (mismo que unas criaturas de la noche asesinaron), Natula tenía fascinación por las ropas de niño, y vistió de ese modo a Hanna. Ésta, ni corta ni perezosa, aceptaba con agrado la forma en que la vestía, de pantalones y camisas. Pronto descubrió que era una bruja, una muy conocida en el medio (no de televisión, no hablemos del futuro), para usar otra palabra: en el negocio de la hechicería. Natula la instruyó en todo lo que sabía y hacía, grandes conjuros, poderosas pociones; Hanna aprendió, pero decidió utilizarlo para la creación de las armas a las que se había hecho fanática.

Muchas veces los vecinos se quejaban de los juegos pirotécnicos de la chica, pero ella no se inmutaba y continuaba experimentando. De hecho, a los animales que tenían en la granja (sí, Natula vivía en una cabañita y tenía una granja en el fondo del terreno) los degollaba y usaba su sangre para hacer mezclas con la pólvora, aunque nunca funcionaron.

Al cabo de un tiempo, Hanna llegó a la casa portando una mano ensangrentada. Al preguntarle Natula qué era lo que había hecho, la chica le detalló paso a paso cómo había sido que le arrancó la mano a un vampiro. Sí señores, a un vampiro. Hanna se sentía en la gloria, nunca había visto a una criatura de esas, sólo escuchaba cuentos y ver a una en vivo y en directo... fue una fantasía cumplida. Sin embargo, el dueño de aquella mano pronto quiso reclamar lo que era suyo, y una noche irrumpió la morada de ambas mujeres, tomó la vida de la bruja y al ir tras Hanna, ésta le disparó muchas veces hasta hacer que caiga. No estaba segura de qué era lo que contenían las balas que le incrustó a la criatura, pero sí que eso le dio ventaja para escapar.

Llegó a un puerto, a un par de kilómetros de su casa, y se infiltró en un barco que zarpaba. Los marineros la encontraron unas horas más tarde y, en lugar de echarla, la mantuvieron como esclava de limpieza. Jamás la tocaron, de hecho se llegaron a encariñar con ella y con lo torpe que actuaba. De ellos aprendió el mejor uso de las armas, escopetas y toda clase de herramientas de pirotecnia, algo que le fascinaba. Tenían también unos cuantos animales, eran comerciantes que irían a venderlos a otro país. Hanna se encariñó con una de las vacas y, al atracar el barco, se la cedieron como muestra de cariño por tantos días vividos con ella. La albanesa, chocha por su regalo, le puso de nombre Nona y se la llevó consigo; también portaba sables, cuchillos, todo tipo de elementos explosivos y muchas armas de fuego.

Andando, llegó hasta París, en donde se estableció sólo por puro interés, pues ha escuchado historias sobre muchas otras criaturas y puede que tenga curiosidad y experimentar con alguna de ellas.

DATOS EXTRAS

• Todavía conserva la mano cortada del vampiro al que se la quitó, y realiza muchos de sus experimentos con ella. Según, la piel de la bestia es bastante efectiva para crear balas en contra de ellos. De hecho, alguna vez asesinó a un vampiro con esas balas.

• No tiene un lugar establecido, cualquiera es su hogar y todo lo conseguido (dinero y demás) ha sido por cuenta propia; es decir, lo pide prestado sin permiso asegurado y nunca devuelve.

• No le gusta ser reconocida como albanesa, u otomana. Prefiere verse a sí misma como de nacionalidad indefinida y, en alguna ocasión, se hizo pasar por una india peruana (aunque aveces le cuesta el acento, lo sigue haciendo). Hasta aparenta ser española e italiana.

por **Nigel Quartermane** Jue Mayo 03, 2012 6:35 pm

FICHA APROBADA
Bienvenida a Victorian Vampires

Juego con fuego, deliciosa combinación

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Re: Juego con fuego, deliciosa combinación