AÑO 1842
Nos encontramos en París, Francia, exactamente en la pomposa época victoriana. Las mujeres pasean por las calles luciendo grandes y elaborados peinados, mientras abanican sus rostros y modelan elegantes vestidos que hacen énfasis los importantes rangos sociales que ostentan; los hombres enfundados en trajes las escoltan, los sombreros de copa les ciñen la cabeza.
Todo parece transcurrir de manera normal a los ojos de los humanos; la sociedad está claramente dividida en clases sociales: la alta, la media y la baja. Los prejuicios existen; la época es conservadora a más no poder; las personas con riqueza dominan el país. Pero nadie imagina los seres que se esconden entre las sombras: vampiros, licántropos, cambiaformas, brujos, gitanos. Todos son cazados por la Inquisición liderada por el Papa. Algunos aún creen que sólo son rumores y fantasías; otros, que han tenido la mala fortuna de encontrarse cara a cara con uno de estos seres, han vivido para contar su terrorífica historia y están convencidos de su existencia, del peligro que representa convivir con ellos, rondando por ahí, camuflando su naturaleza, haciéndose pasar por simples mortales, atacando cuando menos uno lo espera.
Espacios libres: 11/40
Afiliaciones élite: ABIERTAS
Última limpieza: 1/04/24
En Victorian Vampires valoramos la creatividad, es por eso que pedimos respeto por el trabajo ajeno. Todas las imágenes, códigos y textos que pueden apreciarse en el foro han sido exclusivamente editados y creados para utilizarse únicamente en el mismo. Si se llegase a sorprender a una persona, foro, o sitio web, haciendo uso del contenido total o parcial, y sobre todo, sin el permiso de la administración de este foro, nos veremos obligados a reportarlo a las autoridades correspondientes, entre ellas Foro Activo, para que tome cartas en el asunto e impedir el robo de ideas originales, ya que creemos que es una falta de respeto el hacer uso de material ajeno sin haber tenido una previa autorización para ello. Por favor, no plagies, no robes diseños o códigos originales, respeta a los demás.
Así mismo, también exigimos respeto por las creaciones de todos nuestros usuarios, ya sean gráficos, códigos o textos. No robes ideas que les pertenecen a otros, se original. En este foro castigamos el plagio con el baneo definitivo.
Todas las imágenes utilizadas pertenecen a sus respectivos autores y han sido utilizadas y editadas sin fines de lucro. Agradecimientos especiales a: rainris, sambriggs, laesmeralda, viona, evenderthlies, eveferther, sweedies, silent order, lady morgana, iberian Black arts, dezzan, black dante, valentinakallias, admiralj, joelht74, dg2001, saraqrel, gin7ginb, anettfrozen, zemotion, lithiumpicnic, iscarlet, hellwoman, wagner, mjranum-stock, liam-stock, stardust Paramount Pictures, y muy especialmente a Source Code por sus códigos facilitados.
Victorian Vampires by Nigel Quartermane is licensed under a
Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Creado a partir de la obra en https://victorianvampires.foroes.org
Últimos temas
El Diamante en bruto
2 participantes
Página 1 de 1.
El Diamante en bruto
“Aunque camine por las sendas de las sombras…Ningún mal temeré…
Porque tú vas conmigo.
Acompáñame esta noche…no me dejes solo…dame tu fuerza para enfrentarme a la oscuridad…”
Porque tú vas conmigo.
Acompáñame esta noche…no me dejes solo…dame tu fuerza para enfrentarme a la oscuridad…”
Aquella noche me encaminaba bajo las tenues luces de la ciudad, perdiéndome entre los callejones, oculto bajo la gran capa que ondeaba a mi espalda.
La neblina se acumulaba con sutileza sobre las calles desiertas y húmedas, mientras yo seguía mi camino a paso rápido, vislumbrando como otro encapuchado caminaba en mi dirección también con paso rápido, nuestras manos se rozaron tan solo un instante cuando él paso a mi lado, pero fue sufriente para que aquella figura me pasara una minúscula nota entre los dedos. Continúe caminando un par de calles y solo entonces pare hasta situarme bajo una de las farolas. Saque las gafas redondeadas que utilizaba para leer y las situé sobre mi nariz mientras leía con rapidez lo que el papel decía.
L.R.E - 1783 - Centro-Latitud 65,5º norte - 76.3º longitud este.
Guarde las gafas en el interior de la capa y destruí el fragmento de papel en muchos trocitos antes de dejar que la brisa se los llevase de mi mano.
Me encamine hacia la situación indicada en la nota, pues tenía que ir al encuentro de cierta joven aquella noche. Su nombre había llegado a nuestros oídos y ahora, después de varios meses de averiguaciones -y también de debates cabe decir- se me había enviado a conocerle, aunque antes que nada mi labor era averiguar cuáles eran sus habilidades, y de descubrir si era apropiada para lo que se tenía en mente.
Metros antes de llegar a la localización de la nota, note que algo no iba como debía, había un extraño aroma en el aire, era muy suave, pero parecía pólvora, camine con lentitud, escuchando el silencio de la noche oscura, intentando percibir si alguien se ocultaba cerca. Desvié la mirada de un lado a otro, y entonces me fijé en el suelo, pues a pocos pasos mios se apreciaba una pequeña mancha rojiza, me acuclillé delante de ella y la palpe con mis dedos enguantados, oliéndola un instante y palpando la textura pegajosa y más oscura de lo normal.
Inmortal…
Había un ser nocturno cerca de nosotros, posiblemente alimentándose, asi que seria mejor extremar cuidados, sobretodo por la agilidad que estos tenían, ya que la mayoría huia sin mas después de dejar a sus víctimas secas. De pronto en la esquina de aquel mismo callejón, una de las tapas de la basura cayo de forma estrepitosa rompiendo el silencio de la noche.
Me levante con rapidez y corri hacia una de las paredes, utilizando uno de los cubos de basura para darme impulso antes de subir al tejado de una de las casas bajas de aquel barrio. Comence a deslizarme sigilosos mientras introducía las manos dentro de mi abrigo, cogiendo ambas armas, y sacándolas mientras me adelantaba hacia un borde. En el cual me acuclillé y observe.
En el suelo, alguien oculto entre las sombras movía algunas cosas…Sin embargo la oscuridad no permitía vislumbrar bien de que se trataba.
Así que guardando una de mis armas, introduje mi mano libre en el interior de mis ropajes, y saque un pequeño frasquito. El liquido verdoso de su interior era altamente toxico y producía bastante tos, aunque más que dañar, era algo muy molesto. Si se trataba de cualquier criatura sobrenatural no le produciría nada, pero si se trataba de un humano…
Lo lance desde el tejado y este se rompió en el acto al llegar al suelo, soltando su vapor verdoso que hizo toser, estornudar y farfullar -cosas que no logre ni quise entender- a aquel que se hallaba abajo. Me acerque aun mas al borde y di un salto para llegar al suelo, me erguí con lentitud y contemple a aquella figura que se removía, y que aun podía vislumbrar bien.
....
....
....
¿Se encuentra bien?
Aquella persona seguía tosiendo. Lo cual me aseguraba una cosa, y es que inmortal no era.
Diétrich Von Kraft- Inquisidor Clase Media
- Mensajes : 154
Fecha de inscripción : 10/10/2011
Localización : Descúbralo.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El Diamante en bruto
Hacia ya algunas horas que había caído el sol, y seguramente los Hijos de la Noche ya habían salido a alimentarse, decidí esconderme en algún callejón del barrio bajo a esperar un nuevo día, y quien sabe, si tenia suerte podría matar algún vampiro y llevar su cabeza a la Inquisición.
Hoy como todos los días había ido a la iglesia del norte a rezar y besar los pies de Nuestro Salvador, pero de nuevo me había hecho demasiadas ilusiones antes de hora, ningún miembro de la Santa Madre Iglesia me había reclutado.
En esas horas mas que nunca me sentía sola, menos por la Voz del Ángel, que replicaba en mi cabeza sin cesar, advirtiéndome de algún acontecimiento inminente “Sera lo que Dios quiera” le conteste con una sonrisa.
Camine hasta mi rincón favorito, una callejuela sin salida, solitaria y confortable, me senté a esperar, acomodando mi capote. Mire mi arma un segundo, solo para asegurarme de que estaba cargada y lista por si los demonios. Asentí satisfecha con los resultados y me dispuse a leer uno de los pasajes mas memorables de mi amada Biblia, Isaías 53:5 “Salvación a través de la redención cediendo paz, aliento y justicia”
Y era por eso por lo que Dios Todopoderoso me había elegido a mi, yo podría llevar la justicia a los hombres, si ellos me daban la oportunidad. Corrían tiempos peligrosos para ir alardeando de mi Don, por eso solo se lo confiaba a los mas puros de corazón, todos los días me confesaba al párroco de la iglesia de Paris, y lloraba sobre sus rodillas pidiéndole el perdón, puesto que mis ansias de eliminar a aquellos demonios rozaban el pecado.
Pasaba las hojas de papel, eran finas y semitransparentes, como las alas de un Ángel. Me puse alerta de repente, alguien había golpeado un cubo de basura, no muy lejos de mi posición, apreté el libro sagrado contra mi pecho.
-Señor protege a tu sierva del mal, aleja las sombras de mi corazón y dame fuerza para luchar contra aquellos que se oponen a tu reinado… Amen!
Un crujido, casi irreconocible me hizo alzar la mirada, y algo cayo del cielo que se rompió en mil pedazos. Una nube verde surgió de ello, no me dio tiempo a reaccionar que ya había inalado aquel perfume toxico, caí de rodillas con los ojos nublados y llorosos, la garganta me ardía y sentí que me asfixiaba.
Una presencia se postro ante mi, un rostro puro y hermoso me miraba entre la niebla. Me acogí a sus ropajes con desesperación tosiendo para expulsar el veneno.
-Gracias… gracias Señor por enviarme a mi salvador, todas mis plegarias han tenido respuesta! Escúchame, escúchame!- le dije entre toses al desconocido que intentaba ayudarme agarrándome aun mas a su capa- Es una emboscada hermano, tienes que salir de aquí! Salvate!
Hoy como todos los días había ido a la iglesia del norte a rezar y besar los pies de Nuestro Salvador, pero de nuevo me había hecho demasiadas ilusiones antes de hora, ningún miembro de la Santa Madre Iglesia me había reclutado.
En esas horas mas que nunca me sentía sola, menos por la Voz del Ángel, que replicaba en mi cabeza sin cesar, advirtiéndome de algún acontecimiento inminente “Sera lo que Dios quiera” le conteste con una sonrisa.
Camine hasta mi rincón favorito, una callejuela sin salida, solitaria y confortable, me senté a esperar, acomodando mi capote. Mire mi arma un segundo, solo para asegurarme de que estaba cargada y lista por si los demonios. Asentí satisfecha con los resultados y me dispuse a leer uno de los pasajes mas memorables de mi amada Biblia, Isaías 53:5 “Salvación a través de la redención cediendo paz, aliento y justicia”
Y era por eso por lo que Dios Todopoderoso me había elegido a mi, yo podría llevar la justicia a los hombres, si ellos me daban la oportunidad. Corrían tiempos peligrosos para ir alardeando de mi Don, por eso solo se lo confiaba a los mas puros de corazón, todos los días me confesaba al párroco de la iglesia de Paris, y lloraba sobre sus rodillas pidiéndole el perdón, puesto que mis ansias de eliminar a aquellos demonios rozaban el pecado.
Pasaba las hojas de papel, eran finas y semitransparentes, como las alas de un Ángel. Me puse alerta de repente, alguien había golpeado un cubo de basura, no muy lejos de mi posición, apreté el libro sagrado contra mi pecho.
-Señor protege a tu sierva del mal, aleja las sombras de mi corazón y dame fuerza para luchar contra aquellos que se oponen a tu reinado… Amen!
Un crujido, casi irreconocible me hizo alzar la mirada, y algo cayo del cielo que se rompió en mil pedazos. Una nube verde surgió de ello, no me dio tiempo a reaccionar que ya había inalado aquel perfume toxico, caí de rodillas con los ojos nublados y llorosos, la garganta me ardía y sentí que me asfixiaba.
Una presencia se postro ante mi, un rostro puro y hermoso me miraba entre la niebla. Me acogí a sus ropajes con desesperación tosiendo para expulsar el veneno.
-Gracias… gracias Señor por enviarme a mi salvador, todas mis plegarias han tenido respuesta! Escúchame, escúchame!- le dije entre toses al desconocido que intentaba ayudarme agarrándome aun mas a su capa- Es una emboscada hermano, tienes que salir de aquí! Salvate!
Leelee R. Elsveta- Inquisidor Clase Media
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Localización : Barrio Bajo de Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El Diamante en bruto
Me quede un instante contemplando a la figura sospechosa de antes, percatándome enseguida de la juventud de aquella persona. Su rostro pálido, y sus ojos claros -ahora llorosos- parecían inocentes e incluso perdidos…
¿Qué haría una jovencita como ella a aquellas horas…y en aquel lugar? Aquel callejón oscuro no era apropiado para nadie.
Le sujete de los brazos y le ayude a incorporarse mientras le escuchaba.
Comencé a analizar sus rasgos y recordé la imagen que me habían mostrado de ella. Cabello rubio largo. Contextura delgada, ojos cristalinos, aun demasiado joven según mi parecer y con ropajes humildes, similares a los de la fotografía que había visto... Había encontrado a quien venía buscando. Sin embargo sus palabras, me hicieron ponerme alerta una vez más.
Emboscada? En aquel entonces el ruido de aquella tapa volvió a sonar, además de un casi imperceptible grito ahogado, mire hacia mi izquierda percatándome que algo se había movido entre las sombras.
Parecía que aquel ser estaba allí. ...Que oportunos eran siempre las criaturas sobrenaturales… Pues sin quererlo, se presentaba una ante mí, justo ahora que tenía a una civil conmigo.
Ven conmigo.
Sujetando a la joven la lleve conmigo hasta pegarnos a una de las paredes del callejón. Le sostuve por el brazo y le lleve conduciéndole hasta el lugar de donde provenía el ruido. Conducir a una civil hacia una situación de ese tipo era arriesgado y peligroso. Pero seria una buena oportunidad de ver su reacción y su forma de actuar ante algo inesperado.
Ambos nos deslizamos por la pared de piedra , ocultándonos tras unas cajas de madera mientras observábamos.
Frente a nosotros, quizás a unos diez metros de distancia se hallaba alguien, alguien que se ocultaba bajo un largo abrigo. Moviéndose con violencia, sujetando a otra persona que entre murmullos ahogados intentaba zafarse de aquel abrazo.
Mein Gott…¿Por qué justo ahora?…Susurre mientras me apresuraba en hacer que la joven que me acompañaba se acuclillase junto a mi detrás de aquellas cajas, mirándole un instante. Me quite la capucha y le observe con seriedad.
Usted debe ser la Señorita Leelee Rudabet Elsveta. Me temo que es una mala noche para hacer presentaciones. Créame cuando le digo que me habría gustado conocerla en un ambiente un tanto mas acogedor. Pero los hijos de dios no tenemos descanso... Indique mientras desabrochaba mi abrigo e introducía la mano en el interior, sacando una enorme arma de el. Baje la mirada centrándome en el aparato que sostenia. Soy un Enviado especial de La Inquisición…señale sin mirarle mientras comenzaba a desmontar una parte del arma para colocar los casquetes con las balas especiales. Ve esto? Le indique, pasándole una de las balas que colocaba en los compartimentos. No son balas comunes, su interior está lleno de la ponzoña de los licántropos…Es un arma experimental, que habría de causar un daño bastante molesto a nuestros amigos inmortales…Ya que su veneno impedirá que se sanen de forma rápida como están acostumbrados. Me temo que ahora sabremos si funciona bien o no.
Comente con toda la naturalidad del mundo para ver la expresion que podria poner. Pues normalmente la primera reaccion de los civiles solia ser; gritar de horror y salir huyendo mientras te señalaban y miraban como si fueses un demente.
volví a cerrar el arma ajustando los últimos cierres de la forma más silenciosa que podía, a la vez que miraba con sigilo aun acuclillado por encima de las cajas, para no perder ningún movimiento, pues no habia mucho tiempo que perder.
Era una noche complicada, en la que tendria que hacer varias cosas a la vez.Asi que sin perder tiempo continué con la "sutil investigación" sobre la joven.Tenia que averiguar si aquella joven sabia reconocer a los seres nocturnos, tenia que saber si sabia delante de que "cosa" estábamos. Tenia que descubrir si ella sabia usar armas, o si tenia algún tipo de habilidad para luchar...Pero en vez de preguntar eso. simplemente pregunte
Digame señorita Eslveta…¿Sabe porque Dios nos ha enviado aquí esta noche?
¿Qué haría una jovencita como ella a aquellas horas…y en aquel lugar? Aquel callejón oscuro no era apropiado para nadie.
Le sujete de los brazos y le ayude a incorporarse mientras le escuchaba.
Comencé a analizar sus rasgos y recordé la imagen que me habían mostrado de ella. Cabello rubio largo. Contextura delgada, ojos cristalinos, aun demasiado joven según mi parecer y con ropajes humildes, similares a los de la fotografía que había visto... Había encontrado a quien venía buscando. Sin embargo sus palabras, me hicieron ponerme alerta una vez más.
Emboscada? En aquel entonces el ruido de aquella tapa volvió a sonar, además de un casi imperceptible grito ahogado, mire hacia mi izquierda percatándome que algo se había movido entre las sombras.
Parecía que aquel ser estaba allí. ...Que oportunos eran siempre las criaturas sobrenaturales… Pues sin quererlo, se presentaba una ante mí, justo ahora que tenía a una civil conmigo.
Ven conmigo.
Sujetando a la joven la lleve conmigo hasta pegarnos a una de las paredes del callejón. Le sostuve por el brazo y le lleve conduciéndole hasta el lugar de donde provenía el ruido. Conducir a una civil hacia una situación de ese tipo era arriesgado y peligroso. Pero seria una buena oportunidad de ver su reacción y su forma de actuar ante algo inesperado.
Ambos nos deslizamos por la pared de piedra , ocultándonos tras unas cajas de madera mientras observábamos.
Frente a nosotros, quizás a unos diez metros de distancia se hallaba alguien, alguien que se ocultaba bajo un largo abrigo. Moviéndose con violencia, sujetando a otra persona que entre murmullos ahogados intentaba zafarse de aquel abrazo.
Mein Gott…¿Por qué justo ahora?…Susurre mientras me apresuraba en hacer que la joven que me acompañaba se acuclillase junto a mi detrás de aquellas cajas, mirándole un instante. Me quite la capucha y le observe con seriedad.
Usted debe ser la Señorita Leelee Rudabet Elsveta. Me temo que es una mala noche para hacer presentaciones. Créame cuando le digo que me habría gustado conocerla en un ambiente un tanto mas acogedor. Pero los hijos de dios no tenemos descanso... Indique mientras desabrochaba mi abrigo e introducía la mano en el interior, sacando una enorme arma de el. Baje la mirada centrándome en el aparato que sostenia. Soy un Enviado especial de La Inquisición…señale sin mirarle mientras comenzaba a desmontar una parte del arma para colocar los casquetes con las balas especiales. Ve esto? Le indique, pasándole una de las balas que colocaba en los compartimentos. No son balas comunes, su interior está lleno de la ponzoña de los licántropos…Es un arma experimental, que habría de causar un daño bastante molesto a nuestros amigos inmortales…Ya que su veneno impedirá que se sanen de forma rápida como están acostumbrados. Me temo que ahora sabremos si funciona bien o no.
Comente con toda la naturalidad del mundo para ver la expresion que podria poner. Pues normalmente la primera reaccion de los civiles solia ser; gritar de horror y salir huyendo mientras te señalaban y miraban como si fueses un demente.
volví a cerrar el arma ajustando los últimos cierres de la forma más silenciosa que podía, a la vez que miraba con sigilo aun acuclillado por encima de las cajas, para no perder ningún movimiento, pues no habia mucho tiempo que perder.
Era una noche complicada, en la que tendria que hacer varias cosas a la vez.Asi que sin perder tiempo continué con la "sutil investigación" sobre la joven.Tenia que averiguar si aquella joven sabia reconocer a los seres nocturnos, tenia que saber si sabia delante de que "cosa" estábamos. Tenia que descubrir si ella sabia usar armas, o si tenia algún tipo de habilidad para luchar...Pero en vez de preguntar eso. simplemente pregunte
Digame señorita Eslveta…¿Sabe porque Dios nos ha enviado aquí esta noche?
Diétrich Von Kraft- Inquisidor Clase Media
- Mensajes : 154
Fecha de inscripción : 10/10/2011
Localización : Descúbralo.
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Re: El Diamante en bruto
La bala de plata brillaba expectante en mi mano, la apreté contra mi pecho haciéndola chocar con un tintineo metálico contra la cruz que se balanceaba con el movimiento de la carrera, los callejones estaban oscuros, no había dinero en las arcas publicas para iluminar los barrios bajos con lámparas de gas, solo la luz de la luna iluminaba los baldosines de cerámica que replicaban bajo nuestros apresurados pasos.
-Yo… Dios quiere que acabemos con la plaga del mal, por eso estoy aquí… ¡por eso lucho!
Extraje mi pequeña pistola de entre las múltiples capas de ropa que solía llevar encima, no quise mirar el rostro de aquel que me había salvado, en parte me avergonzaba y temía que descubriera mi juventud y quisiera alejarme del peligro, llegamos a una callejuela muy estrecha sin salida. La sombra a la que habíamos estado persiguiendo se encontró atrapada, giro 180 grados para mirarme directamente a los ojos, unos tentáculos invisibles parecían querer introducirse en mi mente, la voz del ángel replico furioso, aquella mente ya tenia demasiados inquilinos y los tentáculos rojos de maldad se cortaron y retiraron.
La sombra envuelta en capas negras pareció sorprendido, luego murmuró algo con un tono alegre y burlón, se puso en pie, debía medir aproximadamente lo mismo que el joven que me acompañaba quizás algo mas, era realmente impotente pero no me asusto, di un paso al frente apuntando con el arma de fuego.
-Aquí acaba tu tiempo demonio, ¡arrepiéntete!
Todo paso a cámara lenta, la voz del ángel gritaba en mi cabeza provocándome unos pinchazos de dolor y ayudándome a estar alerta, la sombra saltaba mostrando una sonrisa brillante y afilada, la pistola se disparo, ¡el tiro no fue perfecto! Un chorro de sangre salió disparado de su pierna, el sujeto había huido pero no llegaría muy lejos con una pierna mutilada.
Sentí un gran alivio de repente, eso es lo que el Todopoderoso quería y así fue, hacer el bien era agotador pero reconfortante, la voz en mi cabeza ahora sonaba dulce y amable, estaba contenta.
La adrenalina que corría por mis venas se apagó como una vela en un vendaval, las piernas me temblaban y caí de rodillas, junte las manos en plegaria situando la cruz entre ellas, abrazándola con fervor, una lágrima cayo por mi mejilla como símbolo de satisfacción.
-¡Oh señor! ¿Esto es lo que se siente cuando eres la mano justiciera del Reino de los Cielos? Esta luz que le llena es el agradecimiento del Señor Todopoderoso… Pero no lo entiendo, solo lo he herido… mi primer demonio herido…
Aparte por un instante las dudas de mi mente y mire el rostro de mi interlocutor, era joven pero mayor que yo, era hermoso, de ojos claros como el agua cristalina, su cuerpo era robusto se hacia notar su entrenamiento a pesar de sus ropajes, también empuñaba una pistola, mucho mas elaborada y eficaz que mi viejo revolver de ocho balas. Sin duda era un enviado de la Inquisición, quien mas sino podría ser tan impresionante…
-Disculpad maestro, no he oído vuestro nombre y seria un placer para mi conocer a mi salvador…
-Yo… Dios quiere que acabemos con la plaga del mal, por eso estoy aquí… ¡por eso lucho!
Extraje mi pequeña pistola de entre las múltiples capas de ropa que solía llevar encima, no quise mirar el rostro de aquel que me había salvado, en parte me avergonzaba y temía que descubriera mi juventud y quisiera alejarme del peligro, llegamos a una callejuela muy estrecha sin salida. La sombra a la que habíamos estado persiguiendo se encontró atrapada, giro 180 grados para mirarme directamente a los ojos, unos tentáculos invisibles parecían querer introducirse en mi mente, la voz del ángel replico furioso, aquella mente ya tenia demasiados inquilinos y los tentáculos rojos de maldad se cortaron y retiraron.
La sombra envuelta en capas negras pareció sorprendido, luego murmuró algo con un tono alegre y burlón, se puso en pie, debía medir aproximadamente lo mismo que el joven que me acompañaba quizás algo mas, era realmente impotente pero no me asusto, di un paso al frente apuntando con el arma de fuego.
-Aquí acaba tu tiempo demonio, ¡arrepiéntete!
Todo paso a cámara lenta, la voz del ángel gritaba en mi cabeza provocándome unos pinchazos de dolor y ayudándome a estar alerta, la sombra saltaba mostrando una sonrisa brillante y afilada, la pistola se disparo, ¡el tiro no fue perfecto! Un chorro de sangre salió disparado de su pierna, el sujeto había huido pero no llegaría muy lejos con una pierna mutilada.
Sentí un gran alivio de repente, eso es lo que el Todopoderoso quería y así fue, hacer el bien era agotador pero reconfortante, la voz en mi cabeza ahora sonaba dulce y amable, estaba contenta.
La adrenalina que corría por mis venas se apagó como una vela en un vendaval, las piernas me temblaban y caí de rodillas, junte las manos en plegaria situando la cruz entre ellas, abrazándola con fervor, una lágrima cayo por mi mejilla como símbolo de satisfacción.
-¡Oh señor! ¿Esto es lo que se siente cuando eres la mano justiciera del Reino de los Cielos? Esta luz que le llena es el agradecimiento del Señor Todopoderoso… Pero no lo entiendo, solo lo he herido… mi primer demonio herido…
Aparte por un instante las dudas de mi mente y mire el rostro de mi interlocutor, era joven pero mayor que yo, era hermoso, de ojos claros como el agua cristalina, su cuerpo era robusto se hacia notar su entrenamiento a pesar de sus ropajes, también empuñaba una pistola, mucho mas elaborada y eficaz que mi viejo revolver de ocho balas. Sin duda era un enviado de la Inquisición, quien mas sino podría ser tan impresionante…
-Disculpad maestro, no he oído vuestro nombre y seria un placer para mi conocer a mi salvador…
Leelee R. Elsveta- Inquisidor Clase Media
- Mensajes : 66
Fecha de inscripción : 29/05/2012
Localización : Barrio Bajo de Paris
DATOS DEL PERSONAJE
Poderes/Habilidades:
Datos de interés:
Temas similares
» El Diamante Azul (Privado)
» ¡ Hay un diamante en mi vestido ! {Privado}
» El carbón puede ser un diamante {Azul ID}
» ¡ Hay un diamante en mi vestido ! {Privado}
» El carbón puede ser un diamante {Azul ID}
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Sep 18, 2024 9:16 am por Afiliaciones
» REACTIVACIÓN DE PERSONAJES
Mar Jul 30, 2024 4:58 am por Frederick Truffaut
» AVISO #49: SITUACIÓN ACTUAL DE VICTORIAN VAMPIRES
Miér Jul 24, 2024 2:54 pm por Nigel Quartermane
» Ah, mi vieja amiga la autodestrucción [Búsqueda activa]
Jue Jul 18, 2024 4:42 am por León Salazar
» Vampirto ¿estás ahí? // Sokolović Rosenthal (priv)
Miér Jul 10, 2024 1:09 pm por Jagger B. De Boer
» l'enlèvement de perséphone ─ n.
Sáb Jul 06, 2024 11:12 pm por Vivianne Delacour
» orphée et eurydice ― j.
Jue Jul 04, 2024 10:55 pm por Vivianne Delacour
» Le Château des Rêves Noirs [Privado]
Jue Jul 04, 2024 10:42 pm por Willem Fokke
» labyrinth ─ chronologies.
Sáb Jun 22, 2024 10:04 pm por Vivianne Delacour