Criaturas inocentes muchas, todas ellas no conocen lo oscuro de la inmortalidad: Keileth Morgenstern

Keileth Ady Morgenstern
Edad aparente: 23
Edad real: 125
-Especie: Vampiro
-Clase social: Alta
-Orientación Sexual: Heteroflexible
-Lugar de Origen: Londres, Inglaterra
-Habilidad/Poder:
*Agilidad y reflejos sobrehumanos: Habilidad para moverse con más soltura por un sitio, utilizando brazos y piernas reaccionando mas rápido que un humano normal.
*Sentidos aumentados: Aumento de percepción en los sentidos de la vista, el olfato, el gusto, el tacto y la audición.
**Control mental: Poder para controlar las acciones o el razonamiento de otra persona
**Sanación acelerada: Habilidad para curar rápidamente de cualquier lesión.
**Sentido del peligro: Habilidad para percibir el peligro personal. Es una forma limitada de precognición.

-Descripción Física:

Spoiler:

-Descripción Psicológica:

De caracter en ocasiones sarcastico; noble cuando lo requiere; de buenos modales, caballeroso con las señoritas, pero eso si, cuando se muere de hambre es letal, tanto que no le importa perder la compostura; Divertido y a veces un poco bromista.
No es el rey de las fiestas pero sabe llevarse con todos, a veces pareciendo llevar muchas "máscaras de personalidad", no por eso es hipócrita, unicamente es una manera de aprender a llevarse en la realidad. Una cara para cada situación.
Muy sensible en el fondo, pero no para entregarle su corazón a cualquiera que le diga que lo quiere...mas bien le gusta que se lo demuestren, las palabras para él salen sobrando.
Muy dulce también, cuando se encariña con su compañía, que en este caso sería su proveedor de alimento. La mayoría son chicas, pero rara vez más de una acepta ofrecerle su sangre para mantenerlo vivo y mimado, como el "niño" que es.

-Historia:

Transformado a la edad de 23, por eso la apariencia.
Normalmente era un chico solitario desde pequeño. Pues sus padres no le prestaban atencion de manera amorosa, unicamente para abastecerlo y criarlo comprandole lo que necesitaba para sobrevivir en el mundo.
No era niño mimado, pero ansiaba serlo, por eso, cuando alguien se encariñaba con él, muuy rara vez, mostraba la sensibilidad y dulzura con la que estaba hecho.

Por eso todo el tiempo se le veía frío y distante ante la vida, no solo por lo maduro que era, sino porque no recibía el amor que se merecía, solamente atención y cuidados. Inclusive consejos de sus maestros particulares de piano, violin, y uno que otro en historia o alguna otra materia esencial para su crecimiento.

Siempre obtuvo lo que quiso, por eso siempre se la pasaba "encerrado" en su residencia, sin esperar siquiera compañía que la de los pajarillos que iban a trinarle a su ventana en su grande habitación. Fue así que un día se hizo amigo y amo de un hermoso petirrojo, al que nombró "Carmesí".

Con el paso de sus años se fue distanciando también de la familia, abandonando el hogar a muy temprana edad (12), donde con ayuda de uno de sus profesores consiguió formar parte de la lista de los estudiantes ejemplares, así mismo este profesor lo adoptó como su discipulo, y le pidio permiso a su familia le dejaran quedarse a su lado.

El profesor era tan amable y cariñoso con él que Keileth nunca se negaba a sus enseñanzas y peticiones, aunque eso implicara perder su virginidad a manos de quien comenzaba a admirar con el alma y el corazón.

Al momento de tener su primera vez en el sexo, con aquella noble y sabia persona, su profesor de piano, perdió al instante su vida también, porque descubrió que él era un ser inmortal que se alimentaba de sangre para sobrevivir.

Su primera vez fue adecuada para la edad y la madurez que llevaba consigo, con 23 años de edad para sorpresa suya, terminó por enamorarse ya no solo de la sabiduría de su profesor, sino también de su hermoso y bien cuidado cuerpo bronceado.

Una noche se entregó en cuerpo y alma a aquél endemoniado ser que desde entonces se convirtió no solo en su amigo, maestro, y padre, sino también su único amante.
Y era endemoniado porque casi de manera despiadada, para descuido del pobre chico, le arrancó la vida que con su ayuda había construído y perfeccionado.

No era por hambre, tampoco por compasión, era por amor, porque quería tenerlo siempre a su lado, y que fuera igual de eterno que él.

Así entonces Keileth creyó que sería amado por siempre, pero un día descubrió que su amo había desaparecido de la residencia en la que se hospedaban, dejandole una nota a su querido "niño", donde le mencionaba que haría un viaje de varios años con tal de recuperar la juventud que su inmortalidad le había robado.
Anhelaba volver a ser humano otra vez, cosa que nunca pasaría.

Keileth se entristeció por eso, pero no se quedó nuevamente encerrado dentro de un edificio vacío, aprendió a caminar por el mundo solo, esperando con el tiempo encontrar a aquella persona que le había robado no solo la vida, sino su corazón.

Despues de tantos años de inmortalidad, Keileth sigue sin rendirse, y con ahora 125 años, este jovenzuelo se siente más joven que nunca, aunque por dentro su corazón esté sufriendo de amor.
Eso no le quita aun así aquella sonrisa que su amo le enseñó a cosechar.

-Datos Extras:

*Ama las rosas rojas, y también las negras (en este caso marchitas, pero aun así él las cuida como si tuvieran vida)
*Le fascina tocar el piano
*Adora los días de lluvia, en los que se queda dormido placidamente en la ventana de su habitación, con un poco de música instrumental y una manta, que le quita el frío a pesar de estar tan helado como la nieve y la noche juntas, al igual que la soledad que le acompaña.
*Todavía guarda un poco de ingenuidad en su corazón, para la persona que le quite de sus recuerdos al dueño de su vida (literalmente).