Vestigios de un Pasado y nuevo presente +18 (Leena Noel y Gretchen Döhler)

por **Diègue Theodor Döhler** Miér Jun 13, 2012 11:18 pm

FLASHBACK

Los recuerdos de cada momento de tu vida llegan a ti sin pedir permiso más cuando la noche misma te los trae, aquel recuerdo de aquella mujer que te mata y te destroza el alma lentamente, es la sensación menos agradable de todas, quizá porque sientes tu corazón quebrarse…¡MASOQUISTA! Sí, así deberían llamarme, desear ver a la razón de mi dolor, pero como no verla si todavía siento algo por ella, algo por la gitana que cautivó mi mente y mi corazón al punto de hacerme sentir un conde muñequito en sus manos.

Mi bella dama, mi hermosa Leena… ¿mí? Si ya no es nada de mi persona, ni siquiera una amiga, cuando terminamos, quedó todo tan claro y tan confuso a la vez, yo que deseaba hacerla mi esposa la madre de mis hijos y la corte que me lo impide por ser plebeya y por la amenaza de la heredación que tuve del título de conde y ahora…por ello mi dama se aleja como el aroma de la primavera ya solo es un recuerdo añorado…Daría todo por verla, aunque sea de lejos desearía ver a la mujer que me ha robado los sueños noche tras noche…aunque sea unos segundos…

PRESENTE

--toc toc, idiota despierta debemos ir por lo que decía la carta de anoche sobre la baronesa, grrr--

- lo sé, lo sé pero no puedo dejar de pensar en mí adorada…-

--ash empezamos de nuevo ya supéralo, y búscate un puta que te consuele, o mejor vamos que ya la pequeña nos espera--

Salimos con otra chaqueta en mano, aquella noche el frió de París se colaba por los huesos y te hacía tiritar completamente pero eso a mí no me importaba, con un cigarro entre los labios para calentarnos nos había servido…el camino largo, la gente pesado y las mujeres que se nos ofrecían…mi miedo se creció cuando una cortesana se acercó con sus manos sucias y todas llenas de deseo y pasión algo que haría o bien que Theo tome el control o bien que usara la ilusión de proyección astral y eso podía dejarme muy débil y él podría tomar más el control del cuerpo.

Para mi suerte aquella cortesana fue llamada por su chulo lo que la hizo alejarse de nuestro paso…la estación se veía solitaria algo lúgubre, quizás era por la noche pero al menos la parte frontal del lugar me parecía algo triste como ahora estaba mi alma…solo por aquella gitana que ató a mi ser…

--ahí por amor a lucifer o lo que demonios sea, deja de pensar en la puta gitana que no quiso contigo, o mejor dicho que no quiso con nosotros, si quieres mira te llevo al burdel y nos gozamos los dos la primera ramera que se cruce--

-Theo no es eso, eso solo que…que no logro aún darme a la idea de que Leena no estará conmigo ¿por qué? Por ser conde…por ello…- suspiros

--Vamos hombre olvidala ya, es mejor, ya te dije para que amar a una cuando puedes complacer a todas-- risas

Quizás Theo tenía razón pero quien sabría nadie…solo una melodía que rompió con mi observación de la arquitectura de la estación…una melodía que me recordaba más a aquella gitana…

por Invitado Miér Jul 04, 2012 11:59 pm

"Iba armada hasta los dientes contra cualquier avalancha de compasión."

Recuerdos, simples recuerdos que se iban extinguiendo conforme los días iban llegando a su fin y su vientre se abultaba, su mano acariciaba con terneza su piel, era como sentir a aquel pequeño niño que estaba creciendo en ella, claro que estaba segura que era un niño, se dice que entre la madre y el bebé siempre hay una conexión especial, ambos viviendo en el mismo cuerpo, creciendo a desatiempos, pero creando un lazo que no podrían romper, si ese lazo que Leena jamás creyó sentir.

Recordaba con exactitud el día que le había dicho a Fabio lo de su pequeño, aun cuando el parecía emocionado por el nacimiento, también estaba preocupado tenía toda la razón de estarlo… la risa de nuevo volvía a cubrir sus pesadillas antes de conocerla tenía una imagen mental suya, aquel cabello rojo como el mismo fuego, sus ojos felinos, su risa demoniaca… era todo lo que Leena podía imaginar y aun así era todo lo que le daba pavor, ella podría quedarse a lado de Fabio toda la eternidad, lo amaba, lo sentía… pero ya no era ella sola, estaba su pequeño huésped.
La única forma de protegerlo… era convenciendo a Diegue que el pequeño era hijo suyo, sería fácil, ella y él habían estado juntos un par de veces antes de haber conocido a Fabio, Leena no le amaba, lo quería y era de cierto modo su salida fácil, creyó amarlo, pero se dio cuenta que eran puras mentiras, que había confundido la realidad… toda niña huérfana desea ser una princesa, lo busco, lo volvió a enamorar, planeaban una boda, un matrimonio, pasarían otra noche juntos, esperaría otro mes más y le haría creer que era suyo, al menos su pequeño tendría un apellido, tendría un hogar aun cuando su corazón perteneciera a otro hombre, Ayres era primero, aun no nacía y su nombre ya estaba puesto, a causa de las nacionalidades de sus padres biológicos, el nombre era portugués y no estaba dispuesta a aceptar un no por respuesta…

Planes que se vieron afectados, que no se llevaron a cabo ¿Por qué? Por que los cuentos de hada no existen, las rosas se secan, las palabras se las lleva el viento, su hijo sería un bastardo, no estaba dispuesta a aceptar eso, se fue, pero Diegue no le dejo ir tan fácil… tuvo que decirle la verdad, ella amaba a otro hombre, salió de ese castillo, salió en busca de su amado…

Los recuerdos se fueron, se vio en aquella estación de ferrocarriles, su mano acariciaba su vientre una, otra y otra vez, cubierta con un viejo abrigo café el frío era insoportable, pero eso no le importaba, no le iba a impedir ganarse un par de monedas, ya no podía darse el lujo de descansar, tenía que trabajar, darle de comer a su pequeño, al final siempre serían ellos, lo visualizaba y lo aceptaba, le costaba aceptarlo, pero lo hacía.
Música que comenzó a sonar, el abrigo cayó dejando ver su colorido traje verde, sus caderas moviéndose al compas de la música, sus manos haciendo figuras en el aire, bailar aliviaba la presión la ayudaba a relajarse… sería un día normal, volvería a casa pronto, si tenía que volver pronto.

por **Gretchen Döhler** Jue Jul 12, 2012 5:42 am

Un mes. Ese era el tiempo que llevaba Gretchen como Baronesa de Italia. El mismo tiempo desde que por fin era “libre”, ya no tenía que cuidar a su anciana tía y por fin iba a poder volver a hacer su vida. La muchacha había cuidado a su tía desde que esta enfermó, hacía ya cinco años, cinco años desde que no veía a sus hermanos.

Su vida había sido muy monótona, se había convertido en lo que llamaban solteronas…mujeres que no se habían casado y ya había pasado su momento de debutante. Aun en sus recuerdos estaba la imagen de su presentación en sociedad, vestía un hermoso vestido verde esmeralda y ella se había negado en ir acompañada por alguien que no fueran sus hermanos, asi que cambiando la normalidad de las cosas apareció por la gran escalera de mármol tomada por cada uno de los brazos de sus hermanos.

Hermosos recuerdos permanecían en su mente mientras ordenaba a su criada que le terminara de colocar el recogido mientras otra de las sirvientas preparaba en el salon un té y unas pastas para el esperado reencuentro.

Sí, reencuentro. Despues de cinto años había mandado llamar usando su nuevo estatus heredado de su tía, Baronesa de Italia, a sus hermanos, dejando para el momento en el que se vieran el darles la noticia de que se trasladaba a Paris. Quería volver a formar parte de sus vidas y quien sabe…a lo mejor se cumplía su fantasía de pequeña…

Había dado orden de que cuando llegaran sus hermanos estos fueran conducidos al salon y que inmediatamente se le avisara de su llegada. Sus manos estaban temblorosas cuando desde lo alto de la escalera y oculta tras unas sombras escuchó como llamaban a la puerta.

Miró a escondidas y al verlos su corazón volvió a latir rapidamente y volvía a sentir esas famosas mariposas en el estómago mientras se contenía las ganas de bajar corriendo y abrazarlos, pero para una mujer de su edad esa conducta no estaba bien vista y no quería asustarlos por lo que esperó pacientemente a que la sirvienta subiera y la avisara.

por **Diègue Theodor Döhler** Jue Ago 16, 2012 5:21 pm

Pss pss hey ya llegará…acaso ya vendrá la pequeña

No lo sé

Muero de ganas de que llegue, como estará

No lo sé

Joder sigues pensando en esa puta gitana, ya fue no te quiso se fue, se largo con otro, olvídala

Olvidar el amar, el querer y el desear no se puede así no más

PUTO CURSI

El viento soplaba más y más, el cigarro que teníamos se iba consumiendo lentamente se sentía el ritmo de una música a lo lejos traída con las brisas primaverales de la noche…pero…¿qué clase de embrujo era ese? Esa música la reconocíamos…giramos nuestros rostros antes de entrar a la estación para ver a nuestra hermana que un chinchineo nos hizo divisar la figura de una joven con cabellos miel, unos ojos dulces que llaman y avisan al cariño, una piel que te invita a tocar cual pétalos de rosas sobre una tina con agua.

LUJURIA
¿A quien esperas poseer?

Aquel cuerpo llamaba pero no…mis pies se quedaron quietos..Theo evito que me lanzara sobre ella, la abrazara y la comiera a besos por completo…pero fue más prudente mi hermano si abandonábamos el lugar mi hermana sentiría la ofensa…

Déjala

No puedo

Tenemos un asunto, solo mírala, deséala y lamenta no ser de su clase para estar con ella fallándotela ahora

¬¬

Dimos la vuelta mirando a la gitana acercarse pero con el sentir en nuestra espalda de la mirada de alguien…no importaba nada solo estar cerca de aquella dama que un día entro en el corazón de un conde dividido por la maldad y la bondad…Un canto lento y pausado daba señal que la pensaba y le había visto...más que canto un hechizo...más que hechizo una alabanza del corazón que cualquiera podía escuchar...

-Luna de paso, luna de lo alto hazme ver a la gitana de paso-

Off: lo que esta sin los guiones (-) (--) es lo que piensan los hermanos entre ellos y los que tienen guiones es el texto con las demás personas osea ustedes XD Razz

por Invitado Jue Ago 30, 2012 10:09 am

"Decidió creer que ya no necesitaba de los afectos para vivir. Su papel pasaría a ser el de dar. Una decisión consciente que le llevaba a imaginar que de ese modo podría protegerse contra cualquier especie de sufrimiento."`

Su danza seguía su curso, sus caderas se movían al entonar de la música, apenas su vientre era visible, y eso le gustaba, además de que, claro, protegerse y protegerlo de aquella vampiresa de cabellos rojo fuego; sentía que por primera vez alguien le pertenecía por completo, alguien que era suyo y de nadie más, era el motivo por el cual parecía esconder su vientre al mundo, celosos de todo ser que quisiera adueñarse de aquel diminuto infante que crecía en sus entrañas.

La mirada de un hombre dulce hizo girar su rostro hacia el dueño, un paso en falso que casi cuesta que Leena tropezara contra el suelo, pero mantuvo la postura, volviendo la mirada al frente y la mirada erguida, si era verdad, aquella gitana había lastimado demasiado a ese hombre, pero había sido por el bien de todos. “¿estas segura leena?” se preguntaba internamente, “claro que si”, se respondia cortantemente con un volumen que fue apreciado por sus espectadores que la miraron como una loca, sin poder entender que decía o a quien se dirigía.

La fingida sonrisa de Leena, dulce con un par de coquetos ojos verdes que se abrían y cerraban como mariposas a punto de emprender el vuelo, una danza coqueta con cada uno de sus sentidos, la música llegaba a su fin, un último giro y un agradecimiento, la respiración agitada y el corazón a mil por hora.

Al menos había sido una buena mañana un par de monedas, lo justo para comprar un baguette y tal vez un poco de queso de cabra, una comida bastante sustanciosa para una mujer como Leena, pero en aquel momento aquello le causo una gran rabia, necesitaba más dinero, necesita carne, fruta, verduras, una dieta balanceada, no quería que la pobreza le arrebatara lo único que tenia sentido en su vida, y ese era su bebé, ahora su mundo giraba alrededor de este, tenia a un hombre que amaba, pero que le pertenecía una vez cada mil, y era tan testaruda que jamás aceptaría un regalo de alguien.

Se había olvidado un segundo de los gemelos hasta que su mirada se encontró con la de ellos de nuevo, mientras estos entraban en la estación de ferrocarriles, perdiéndose en su interior, al menos no tendría que lidiar con Diegue, aun, la pena y la culpa la carcomía, se sentía una mala persona.
-Pero no importa, todo sea por ti – susurro para su vientre el cual cubría con delicadeza entre sus brazos.

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